En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a alguna institución mental o centro de acogida al que puedas llegar por tus propios medios. Cuando llegues a la recepción di que vienes a visitar a quien se hace llamar "El Portador del Júbilo". El empleado se estremecerá con violencia y te pedirá que lo reconsideres, pero debes insistir suavemente hasta que el acceda a regañadientes. Abrirá una escotilla que se encuentra justo sobre ti en el techo y te ofrecerá su ayuda para subir, acéptala.
Al salir por la escotilla verás lo que parece ser una antigua fábrica del siglo VIII , las que se ven en peliculas sobre la costa oeste de EEUU. El lugar está sucio, poco iluminado y el sonido de las máquinas es tán fuerte que casi parece no dejarte pensar.
Debes caminar por una larga pasarela que se encuentra en medio de una gran cantidad de máquinas que trabajan incansablemente. Si observas bien verás que en esas calientes, infernales y ruidosas cosas, se encuentran niños pequeños, cansados y harapientos, que fácilmente podrían confundirse con personas mayores , ya que con la escasa luz a penas pueden distinguirse sus rostros suplicantes, llenos de desesperación y con el único deseo de liberarse de ese tormento sin fin. Sigue caminando, ningún mortal puede ayudarlos y si intentas hacerlo, te unirás a ellos en su trabajo eterno e inútil.
Te llevará un tiempo, pero finalmente llegarás a una puerta que dice "oficina del capataz". Entra por la puerta y encontrarás a un hombre sencillo, rudo y fuerte como un ladrillo que parece tener unos 40 años y viste una camisa blanca con botones. Cuando note tu presencia levantará la vista de lo que está haciendo y te mirará con disgusto. Hazle una pregunta con confianza: "¿Puede traer esto jubilo consigo?
Una vez que le hayas hecho la pregunta, el capataz se levantará y saldrá rápidamente de la oficina, debes seguirlo. Cuando ambos se encuentren nuevamente en la pasarela el le dará una instrucción a los niños, el ruido de la maquinaria hará que sus palabras se pierdan por completo, pero los pequeños trabajadores entenderán. Los niños se arrojarán uno a uno dentro de la maquinaria, aterando de una manera horrible el sonido de éstas, serás capaz de escuchar claramente los huesos rompiéndose, los músculos desgarrándose a medida que los niños van pasando y son aplastados por las máquinas a las que se arrojaron incuestionablemente. A lo largo de este horrible espectáculo de pesadillas, escucharás al Portador explicar la verdadera naturaleza del Júbilo y el dolor, solo los dignos pueden saberlo.
Cuando todos los niños hayan sido completamente triturados por la maquinaria infernal el capataz te pedirá que regreses a su oficina y lo esperes ahí. Haz lo que dice, al entrar por la puerta te encontrarás en el lugar en el cual duermes más seguido (tu cama, un sofá eso depende de ti) habrá una camisa blanca abotonada como la que usaba el capataz. Esta camisa generará sentimientos de familiaridad y camaradería con quienes hables.
Esa camisa es el objeto N°118 de 538. Ahora conoces el verdadero Jubilo, y como tal, es probable que nunca lo obtengas.