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jueves, 18 de noviembre de 2021

La foto del celular

Hace algunos años, la prima de un amigo, que es madre soltera, ganó en su cumpleaños un celular nuevo. Después de un largo día de trabajo ella dejo su teléfono sobre la mesa y comenzó a ver la televisión cuando, luego de regresar de la escuela, su hijo se le acercó y le preguntó si podía jugar con el nuevo dispositivo. Se lo permitió, pero le dijo que no llamara ni enviara mensajes de texto a nadie, situación con la que inmediatamente estuvo de acuerdo el niño.

Unos minutos antes de medianoche, cuando finalmente se cansó de ver la televisión, decidió llamar a su hijo e ir a dormir. Se dirigió a la habitación del niño, sólo para ver que él no se encontraba allí. Luego fue a su habitación para encontrarlo durmiendo en su cama con el teléfono en la mano. Al navegar por su teléfono celular, se dio cuenta de algunos cambios menores, tales como un nuevo papel tapiz, un tono de llamada diferente, etc.

Cuando llegó a la sección de fotos comenzó a borrar las últimas imágenes capturadas hasta que se encontró con la última. Cuando la vio por primera vez, no podía creerlo. Era su hijo, durmiendo en su cama, pero la foto parecía haber sido tomada por alguien más. Era la mitad izquierda de un rostro de algo que aparentaba ser una mujer anciana.


martes, 11 de agosto de 2020

Una Foto

 Un día él le tomó una foto, donde ella aparecía luciendo una bellísima sonrisa que contrastaba con la expresión generalmente seria que solía mostrar su rostro. En realidad, ella no recordaba haber trazado nunca una sonrisa tan dulce y no podía reconocerla como suya. Parecía como si aquella fuera la foto de otra mujer, desde luego idéntica a ella en sus rasgos físicos, pero completamente distinta en su expresión y, en cierto sentido, más hermosa.


Para colmo de males, él parecía obsesionado con aquella foto y pasaba buena parte de su tiempo libre contemplándola en silencio, con el rostro extasiado de amor, mientras que cada vez mostraba más indiferencia hacia la mujer de carne y hueso con la que compartía su vida.

Finalmente,como era de esperarse, ella acabó sintiendo celos de la mujer que aparecía sonriendo en la foto, una mujer que en teoría era ella misma, pero que, misteriosamente, tenía la sonrisa de otra persona. Y, de algún modo ajeno a la lógica y a las leyes de la naturaleza, aquella mujer fantasmal que compartía sus rasgos pero no su espíritu estaba consiguiendo robarle el corazón del hombre al que amaba. Por supuesto, ella no podía compartir aquellas inquietudes aparentemente absurdas con nadie, ni mucho menos con él, pero finalmente decidió actuar.

Podía parecer una locura, pero nadie tenía por qué enterarse. Así, un día, mientras él estaba fuera, ella tiró la foto a la basura, concretamente al contenedor azul que había cerca de su casa. No es raro que se pierda accidentalmente una simple foto que ni siquiera está enmarcada y él nunca tendría motivos para sospechar de un acto deliberado por su parte. Así, una vez que la muchacha se hubo librado de su “rival”, decidió salir de compras para celebrarlo.

Aquel día él hombre volvió tarde y cuando llegó a casa unos agentes de policía estaban esperándolo para comunicarle una pésima noticia, que no habían podido darle antes porque él se había dejado el móvil en casa. Una vez que él, a duras penas, consiguió reponerse de la impresión, el inspector le comunicó los detalles relacionados con la violación y el asesinato de su esposa.

Según la confesión del criminal, este (un vagabundo con problemas psiquiátricos) había encontrado casualmente una foto de la víctima mientras se hallaba buscando cartón en el contenedor azul del barrio. Según sus propias palabras, la chica de la foto le había parecido tan hermosa que no había podido resistir la tentación de buscarla. Y poco después la vio, cuando ella volvía a su casa tras hacer unas compras.

Lo cierto es que entonces no le pareció tan hermosa como en la foto, pero la obsesión se había apoderado de él y ya no había marcha atrás. La siguió, esperó a que entrara en la casa y poco después entró él, tras forzar la puerta con una navaja. Una vez cometido el crimen, su estado de enajenación mental lo llevó a abandonar la casa con la ropa ensangrentada, lo cual motivó que no tardara en ser arrestado por unos agentes municipales.

Tras referir los detalles del caso, el inspector le entregó al marido de la víctima la foto que habían encontrado en el bolsillo del asesino, para que al menos le quedara un recuerdo de la mujer que había perdido para siempre.

Una vez que él tuvo la foto en su poder, le echó una ojeada y se quedó sorprendido, porque de pronto le pareció que aquella ya no era la misma sonrisa dulce que él tan bien conocía, sino la sonrisa siniestra de quien ve realizada su venganza.



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domingo, 7 de junio de 2020

Bridget Cleary

En Irlanda se conserva una vieja canción infantil, todavía muy popular entre los niños de aquella tierra, que alude a un caso donde se inscriben temas tan perturbadores como la violencia de género, el asesinato, y la creencia en hadas:


Are you a witch, or are you a fairy

Or are you the wife of Michael Cleary?

¿Eres una bruja, un hada,

o la esposa de Michael Cleary?


Bridget Cleary nació en Clonmel, condado de Tipperary, Irlanda. Fue torturada y asesinada por su esposo en 1895, quién aseguró que las hadas habían robado su alma, dejando en su lugar a un Changeling.

Los Changelings, según los mitos celtas, son aquellos hijos de las hadas que sustituyen a los niños humanos. Naturalmente, las hadas proceden a sustraer al niño humano para criarlo en sus costumbres.

Normalmente los Changelings son bastante torpes. Tienen un apetito voraz, se meten en problemas constantemente, y nunca logran adaptarse del todo al mundo de los humanos. Pueden ser muy afectuosos con las personas que quieren pero su amor termina siendo destructivo, y en muchos casos violento.

En marzo de 1894, Michael Cleary, un hombre que hasta el momento era considerado un buen vecino y un excelente marido, comenzó a pensar que algo extraño le ocurría a Bridget, su esposa, de veintiséis años de edad.

De modales delicados, que por momentos rozaban el más exquisito refinamiento, Bridget Cleary comenzó a mostrarse más reservada. Algunos sostienen que creció varios centímetros de altura en una sola noche, síntoma que para muchos irlandeses del siglo XIX significaba una sola cosa: Bridget mantenía algún tipo de relación con la gente pequeña, es decir, las hadas.

Michael confrontó a su esposa y realizó toda clase de acusaciones, entre ellas, que ya no era la Bridget de siempre sino un Changeling.

Bridget negó estas ridículas afirmaciones. Sostuvo, aún en los momentos de mayor dolor físico, que creía en las hadas, pero que ella era simplemente una mujer mortal. Sin embargo, pronto quedaría demostrado que una creencia aparentemente inocente como la fe en las hadas podía justificar el más atroz de los crímenes.

Michael Cleary no actuó en soledad, como uno podría fácilmente suponer, debido a lo absurdo de sus acusaciones. Por el contrario, comenzó a torturar metódicamente a su esposa en complicidad con varias personas, entre ellas, tres primos de la muchacha: James, Patrick y Michael; una tía, Mary; dos amigos, John Dunne y William Ahearne; y el propio padre de Bridget, Patrick Boland.

La intención de este grupo nefasto era quebrar el alma del Changeling para permitir el regreso de la verdadera Bridget.

Después de varios días, la gente de Clonmel advirtió la desaparición de Bridget. Una vecina, Johanna Burke, se presentó en el domicilio de la muchacha para verificar si estaba enferma. Fue acompañada por otros dos vecinos que estimaban a Bridget, William Simpson y su esposa. Al principio se les negó la entrada, pero después de algunas insistencias finalmente lograron convencer a Michael Cleary que los dejara pasar.

La pequeña comitiva de vecinos pronto cambió la preocupación por el más siniestro estupor: Bridget se encontraba atada a la cama, con los brazos y las piernas abiertas, vestida apenas con un camisón y con el rostro transfigurado por el dolor.

Los torturadores, lejos de sentirse culpables por ese acto aborrecible, intentaban que Bridget bebiera una especie de tónico, un remedio casero en base a leche y hierbas, con propiedades supuestamente repelentes para las hadas.

Lo peor de la escena, declaró luego Johanna durante un juicio que mantendría en vilo a toda Irlanda, es que el grupo se refería a Bridget directamente como bruja.

¡Bebe, bruja!

E inmediatamente después de que Bridget tragara gota a gota el infame antídoto se le preguntaba:

¿Eres Bridget Boland, esposa de Michael Cleary, en el Nombre del Señor?

Prácticamente ahogada en vómito, producto de los litros y litros de tónico que los torturadores la forzaban a beber, Bridget asentía desesperadamente, ya sin fuerzas para llorar.

Michael Cleary y el resto de los torturadores no le creyeron.

John Dunne, un sujeto especialmente sádico, sugirió la posibilidad de colocar la cabeza de Bridget sobre el fuego, lo cual fue admitido en seguida por los demás. En vano gritó la muchacha mientras su cuero cabelludo literalmente era abrasado por las llamas.

El fuego, según las viejas leyendas de hadas, era considerado una prueba sustancial para verificar si alguien era o no hijo de estas criaturas. Al ser expuesto a las llamas el Changeling revelaba su verdadera naturaleza y retornaba inmediatamente a los brazos de su verdadera madre.

A pesar de los esfuerzos de los vecinos, en este punto, retenidos contra su voluntad por el grupo de torturadores, las maniobras continuaron hasta bien entrada la madrugada.

Por fin, ya devastada, Bridget fue llevada a la cama, donde quedó inconsciente.

Al día siguiente, Michael Cleary fue hasta la casa de William Simpson. Necesitaba un revólver, afirmó.

Luego explicó que Bridget había confesado que se reunía periódicamente con las hadas en Kylegranaugh Hill, sitio donde podría recuperar a su verdadera esposa. Para probarlo le enseñó las extrañas ropas que ella guardaba en el sótano, telas con propiedades asombrosas que cambiaban de color según la luz; también una escoba de bruja e incluso el estiércol típico de los corceles grises que las hadas emplean para moverse en la noche.

Simpson creyó firmemente en estas absurdas evidencias; no obstante, no poseía ningún revólver para prestarle.

Horas después, según el testimonio de algunos vecinos, Michael Cleary fue visto dirigiéndose a Kylegranaugh Hill armado con un cuchillo.

Esa noche, Johanna Burke regresó a casa de Bridget. La encontró sentada junto al fuego, rodeada por sus hermanos, quienes la obligaban a beber té y comer pan, quizá para seguir buscando pruebas de su supuesta procedencia sobrenatural: las hadas mueren en el acto si consumen cualquier comida hecha por mortales.

Michael Cleary, recién llegado de su expedición a Kylegranaugh Hill, comenzó a golpearla y a exigir que revele su verdadera identidad. Bridget, una y otra vez, juraba entre llantos que no era un Changeling pero que creía en las hadas.

Completamente loco, ausente de toda lógica, incluso del más ínfimo registro de afecto y compasión, Michael Cleary bañó a su esposa con aceite de lámpara y la quemó viva.

Michael Cleary y Patrick Burke llevaron los restos calcinados de Bridget al cementerio local, en medio de la noche, y los enterraron en un foso.

Si bien la violencia doméstica, y especialmente la violencia de género, no eran motivos válidos de denuncia, o al menos no los suficientes como para que las autoridades policiales tomaran cartas en el asunto; el asesinato sí lo era.

Michael Cleary, Boland, los Kennedy, Ahearne y Dunne, la tía, y hasta el herbolario local, Dennis Ganey, fueron arrestados y llevados a juicio.

En menos de dos semanas Michael Cleary fue sentenciado a veinte años de prisión, de los cuales sólo cumpliría quince. El resto de los torturadores recibieron penas mucho menos severas.

La prensa tituló el caso como la última bruja quemada de Irlanda, a pesar de que Bridget Cleary jamás haya tenido nada que ver con la brujería. Su nombre, aún después de padecer las mayores atrocidades, continuó en la muerte asociada a lo sobrenatural.

La única justicia que recibió Bridget Cleary provino del sitio menos esperado.

Los niños de Clonmel, al parecer mucho más sabios que los adultos, poco a poco fueron limpiando la reputación de la muchacha; de tal forma que su nombre quedara separado de una vez y para siempre del reino de las hadas:

Are you a witch, or are you a fairy

Or are you the wife of Michael Cleary?

¿Eres una bruja, un hada,

o la esposa de Michael Cleary?

No es infrecuente que las hadas adopten como hermanas, incluso como reinas, a todas las mujeres que murieron por creer en ellas.

Fácilmente podríamos caer en una atroz coincidencia etimológica: el nombre Bridget es el mismo que el de la diosa del fuego de la mitología celta. Significa literalmente «fuerza», la misma que hizo falta para que Michael Cleary despertara en medio de la noche con todos los dientes arrancados por dedos invisibles, que nunca olvidan.



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lunes, 6 de enero de 2020

Fotografías (Micropasta)

Hace un tiempo, una fotógrafa amiga mía decidió irse a pasar unos días sola en el bosque a las afueras de la ciudad. Ella no tenía miedo de acampar sola ya que, ciertamente, lo había hecho muchas veces con anterioridad; instalando su carpa en el medio de un pequeño claro, pasaba ahí todo el día tomando fotos.

Cuando volvió, había llenado hasta el tope cuatro rollos de película, pero, al momento de revelarlas, aparecieron cuatro fotografías que la inquietaron. Habían sido tomadas en el interior de la carpa...

Fotografías de ella, mientras dormía.


miércoles, 26 de junio de 2019

La última fotografía de Charlie Noonan

Charlie Noonan fue un folclorista amateur que viajó por el sur y el suroeste de Estados Unidos durante las primeras dos décadas del siglo XX, recolectando cuentos e historias acerca de leyendas locales, anécdotas paranormales o sobrenaturales.

De acuerdo a su esposa, Ellie, Charlie escuchó de varios granjeros de Oklahoma sobre una extraña mujer que vivía sola y aislada en una propiedad abandonada. Los rumores concordaban en relatar que que la mujer no era en realidad eso, sino alguien o algo disfrazado, siempre en compañía de un perro enorme. Intrigado por el peso de los testimonios, Noonan dio con la propiedad y fue a investigar. Nadie volvió a verlo.

Ellie Noonan fue contactada por un prestamista de Tulsa, que recordaba haber leído sobre la desaparición de su esposo en los periódicos, tras recibir en empeño una cámara con el apellido grabado en el dorso. Alguien la había encontrado a las orillas de un camino.

El prestamista devolvió la cámara y la señora Noonan hizo revelar la fotografía en su interior, con la esperanza de encontrar alguna pista sobre su esposo. Ni la locación de la propiedad ni el nombre del granjero que habló con Noonan aparecen en ninguna de las notas del investigador.





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martes, 25 de junio de 2019

Polaroid 690

Cuando eres un fotógrafo nadie se fija en ti, nadie ve más allá del lente de la cámara. Cuando notan la cámara, todo lo demás no importa, las conversaciones se detienen y sus vidas se ponen en pausa.

Se quedan quietos, solamente para mostrar una sonrisa fingida que les permita cubrir sus vidas aburridas y desgastadas. A nadie le importa la persona que toma la foto, solo las personas que aparecen en ellas.

Comencé a tomar fotos cuando tenía 11 años más o menos, mi primera cámara fue una Polaroid 690 que mi padre me dio como un regalo, ya que él había comprado una más nueva mejor, pero esta aún servía, ese momento cambió mi vida para siempre... Esta cámara está tan llena de recuerdos, me colma de alegría cada vez que la veo descansando en el estante. La máquina es vieja y con el paso del tiempo viene el deterioro, pero afortunadamente lo que más me gusta de mi cámara es su lente que está plagado de rasguños lo que causa fotos borrosas, a mí me parece que les da un efecto de movimiento. Obviamente no uso esta cámara para mi trabajo, para mi ello tengo un Canon T4i con lentes de 17-40mm de ángulo, es bueno para bodas ya que así puede salir toda la familia en la misma foto. También uso Canon T4i para otros trabajos que consisten usualmente fotos de graduación en la que los adolescentes visten la mitad de un traje bonito para la foto. A veces paras tarjetas de navidad familiares, que se usan para mostrarles a todos en tu pequeño mundo lo feliz que en realidad eres.
Pero siempre todos esperan que edite cada una de las imperfecciones que los demás puedan ver.

Esos son mis trabajos, ambos giran alrededor de personas que pasan por los momentos más felices de sus vidas y como cualquier trabajo, tiene ventajas y desventajas: Cuando la recepción está a punto de terminar y todos se dirigen a sus autos, siempre hay una dama de honor solitaria que no quiere que la fiesta acabe. Usualmente está completamente ebria y llena de celos hacia su mejor amiga, que se acaba de casar con el hombre que ella nunca pudo encontrar. Ahí es cuando yo me acerco y les pregunto si quieren que les tome una foto.

La diversión comienza cuando llegamos a mi dormitorio. La dejo en la cama y le digo que se quite la ropa, me encanta cuando me obedecen.
A veces se dan cuenta de las esposas que tengo en la cabecera de la cama y me dan una sonrisa perversa, me encanta esa sonrisa.
Luego de esposarle las manos y los pies a la cama, preparo el trípode y las luces, siempre tienen una mirada confundida y nerviosa en sus rostros cuando hago eso, me encanta esa mirada.

Me coloco encima de ellas y comienzo a besarles el cuello suavemente, deslizo mi mano lentamente por sus curvas, dirigiéndola a mis bolsillos, me gusta usar juguetes. Siempre les pregunto si está bien primero y cuando aceptan, les entierro el cuchillo en el estómago, entonces viene esa mirada confundida y aterrada de nuevo, en serio me gusta esa mirada.

Me coloco tras el trípode y comienzo a tomar fotos, el cuarto es oscuro y ellas se retuercen de dolor, lo que hace que cada foto sea una posición distinta a la anterior. Una foto distinta a la anterior.

Usualmente consigo unas 300 fotos antes de que mueran.

Cuando ya están muertas, saco mi Polaroid 690 y tomo una última foto. La cámara saca una foto plástica, que cae al suelo suavemente.

Esa es mía.

Los rasguños en el lente de la cámara hacen ver como si aún se estuvieran moviendo. Las dejo en la cama y me voy a mi oficina, llevándome la tarjeta de memoria de la Canon T4i conmigo. Coloco su foto en la pared junto a las otras y meto la tarjeta de la Canon en mi PC, necesito editarlas antes de publicarlas en el sitio por la mañana, tengo un horario que seguir y mis clientes estarían muy decepcionados si no cumplo con él.

Porque es como dije antes, a nadie le importa la persona que toma la foto, solo las personas que aparecen en ellas.






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miércoles, 5 de junio de 2019

La Mujer Maniquí

En junio de 1972, una mujer apareció en el hospital Cedro Senai sin nada más que un vestido blanco cubierto de sangre. Esto no debería ser demasiado sorprendente, la gente a menudo tiene accidentes cerca y viene al hospital más cercano para la asistencia médica. Pero había dos cosas que generaron en la gente un impulso de vomitar o escapar de terror. Lo primero, es que ella no era exactamente un humano. Era algo parecido a un maniquí, pero tenía la destreza y la fluidez de un ser humano normal. Su cara, era tan impecable como los maniquíes, sin cejas ni maquillaje. Lo segundo es que ella tenía algo en su boca, el cual apretaba con sus dientes haciendo brotar pequeños hilos de sangre al mismo tiempo que se podía escuchar el ruido de maullidos desesperados y huesos rompiéndose. Antes de ser ingresada al hospital, la mujer tragó toda la sangre que tenía en su boca, escupió un bolo peludo y sanguinolento al piso y se desmayó.

A partir de ese momento, "ella" fue hospitalizada en un cuarto apartada, en psiquiatría. Los médicos que estaban presentes optaron por sedarla a la espera de que las autoridades llegarán, puesto que no estaban seguros de a quien pertenecía la sangre de su vestido. Antes de ser preparada para la sedación, la mujer se mostraba completamente tranquila, inexpresiva e inmóvil, no se quejó en ningún momento. Todas las personas que intentaron comunicarse con ella obtuvieron la misma respuesta: nada, ella solo los miraba fijamente. La mayoría de los empleados e internos se sentían demasiado incómodos para mirarla directamente por más que unos pocos segundos.

Fue cuando el personal intentó darle el calmante cuando ella finalmente reaccionó... de manera muy violenta. Dos enfermeros que trataron de someterla con cuidado, se dieron cuenta que lo mejor era usar la fuerza. Tuvieron que, cada uno, sostenerla con fuerza por ambos lados de la camilla, a la espera de unas correas para sujetarla.

Ella giró sus ojos impasibles hacia el médico y las enfermeras que estaban presentes e hizo algo insólito, rió. En cuanto lo hizo una de las enfermeras se desmayo, debido a que en la boca de la mujer no habían dientes humanos, sino unas puntas largas y agudas. El personal presente no podía entender que era esa mujer.

 - ¿Qué mierda es usted?

Aquello fue lo último que dijo el médico que, jeringa en mano, se acercó demasiado a la camilla de la mujer. Los dos enfermeros que aún la sostenían, sintieron una fugaz ola de calor en el ambiente, antes de ser empujados y quedar noqueados al chocar con una pared. El estruendo de sus cuerpos al impactar la dura estructura del hospital fue procedido por un silencio atemorizado. La mujer se levantó sobre la camilla como un niño que juguetea antes de dormir y se abalanzó sobre el médico, mordiendo su cuello. Jirones de carne cruda arrancaba la mujer antes de dar otro mordisco al irreconocible cuello que burbujeaba sangre a través de la traquea en un inútil intento del médico de seguir respirando.

El ruido de pesadas botas anticipo la llegada de los guardias seguridad. Las únicas enfermeras que quedaban en ese cuarto estaba abrazadas en un rincón, en completo estado de shock. Buscaron a la mujer maniquí por todo el hospital pero ni siquiera el rastro de sangre que dejo los ayudo a encontrarla, simplemente nadie la vio salir del ala de psiquiatría.

Una de las enfermeras que sobrevivió al incidente dio los últimos detalles que se tienen del caso; esa cosa que parecía una mujer nunca mudó la expresión de su rostro; hacía pausas para "tragar"; cuando escuchó a los guardias llegar, le susurró algo al oído del médico muerto, se puso de pie rígidamente y salió del cuarto caminando. Nunca se supo nada más de la mujer maniquí.






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martes, 27 de febrero de 2018

Smile.dog

La primera vez que conocí a Mary E. personalmente fue en el verano de 2007. Su esposo, Terence, con quien ella ha estado casada desde hace quince años, hizo un arreglo conmigo para poder entrevistarla. Inicialmente, Mary estuvo de acuerdo, ya que yo no era ningún periodista, sino un escritor novato que quería obtener información para completar unas tareas de la universidad. Además, yo planeaba escribir algunas obras de ficción si la entrevista terminaba bien. Acordamos que nos veriamos durante un fin de semana en el cual yo esté en Chicago. Sin embargo, Mary se rehusó en el último momento y se encerró en la recámara de su esposo y ella. Durante media hora Terence y yo nos quedamos al frente de la puerta de ese cuarto. Yo escuchaba y tomaba notas mientras que Terence trataba de calmar a su esposa, en vano.

Las cosas que decía Mary tenían poco sentido, pero seguían el patrón que yo estaba esperando: a pesar de que no podía verla, era claro que ella estaba llorando; y sus objeciones de hablar conmigo se centraban en una diatriba incoherente sobre sus sueños, o más bien, sus pesadillas. Terence pidió disculpas cuando finalmente nos rendimos. Aunque yo estaba decepcionado, recordé que yo solo era un joven curioso que buscaba información, no un reportero en busca de una historia. Pensé que de todas formas encontraría otro caso similar si me concentraba en ello.

Mary E. era la encargada de un Bulletin Board System en 1992, el año en el cual ella se encontró con la imagen "smile.jpg"; su vida cambió para siempre. Para entonces, ella estaba casada con Terence por solo cinco meses. Mary era una de las 400 personas quienes vieron la imagen cuando fue publicada como un hipervínculo en el Bulletin Board System, pero ella ha sido la única persona que ha hablado abiertamente sobre la experiencia. Las otras víctimas han permanecido anónimos, o quizás hayan muerto.

En el año 2005, cuando yo estaba en el décimo grado, mi curiosidad por la imagen surgió gracias a mi floreciente interés en fenómenos que ocurrían en la Web. Mary era la víctima más mencionada de lo que a veces se refería como "Smile.dog", la criatura que supuestamente aparecía en la imagen smile.jpg. Lo que obtuvo mi interés (además de los obvios elementos horrorosos de la leyenda cibernética y mi proclividad hacia semejantes cosas) era la escasez de información, llegando al punto de que la gente pensaba que era solo un rumor o una broma.

Lo que encuentro curioso es que a pesar de que el fenómeno se centra en una imagen, esa imagen no se encuentra en ninguna parte del Internet. Claro, habían muchas imitaciones, las cuales aparecían con frecuencia en sitios como el tablón de imágenes 4chan, particularmente en /x/, donde se discute sobre temas paranormales. Se dice que estas imágenes son falsas ya que no tienen el mismo efecto de la auténtica, específicamente el comienzo súbito de una epilepsia y una grave ansiedad.

Esta supuesta reacción en la víctima es una de las razones por las que el misterioso smile.jpg se considera tan despreciable, ya que es evidentemente absurdo. Aunque, dependiendo a quién le preguntes, el hecho de que la gente no quiera admitir la existencia de smile.jpg puede ser debido al miedo, en vez de la incredulidad.

No hay ningún artículo en Wikipedia sobre smile.jpg ni de Smile.dog, a pesar de que el sitio web sí tiene artículos sobre cosas posiblemente más escandalosas (hello.jpg y 2 Girls 1 Cup, como ejemplos). Cualquier página creada que se trate de smile.jpg es rápidamente suprimida por uno de los muchos administradores de la enciclopedia.

Los encuentros la malévola imagen son mitos legendarios en la Web. La historia de Mary E. no es la única; hay varios rumores aún sin verificar que sugieren que smile.jpg apareció durante la iniciación de Usenet. Incluso, hay una historia consistente que dice que en 2002 un hacker llenó los foros de Something Aweful, un sitio web de humor y sátira, con una plaga de imágenes de Smile.dog, causando una epilepsia a la mitad de los usuarios de los foros.

También corre otro rumor que dice que durante los años 90 la imagen fue circulada en Usenet y como un adjunto en una cadena de correos electrónicos que tenían la frase "¡¡SONRÍE!! ¡DIOS TE AMA!" como el asunto de dichos correos.

Aquellos que alegan haber visto a smile.jpg frecuentemente bromean de manera poco convincente de que estaban demasiado ocupados para guardar una copia de la imagen en sus computadoras. Sin embargo, todas las supuestas víctimas ofreces la misma descripción de la foto: una criatura, la cual luce un aspecto similar a la de un perro (específicamente a la de un Husky Siberiano), se encuentra en una habitación oscura, iluminada solo por la luz de la cámara. El único detalle del fondo que se puede ver con claridad es una mano humana, la cual se extiende desde la umbra de la extrema izquierda. La mano está vacía, pero usualmente es descrita como "haciendo un gesto". Obviamente, la atracción mayor es el perro (o la criatura con aspecto de perro, ya que algunas de las víctimas están más seguras de lo que vieron que las demás). La boca del mismo muestra una sonrisa amplia, revelando dos hileras de dientes muy blancos, muy derechos, muy agudos, muy humanos.

Pero claro, esa no es la descripción que dan las víctimas inmediatamente después de ver la imagen, sino una recolección que tienen en la mente, aunque en realidad lo que están experimentando es un ataque epiléptico. Ha sido reportado que estos ataques epilépticos continúan indefinidamente, normalmente ocurriendo mientras la víctima duerme. Esto puede ser tratado con ciertos medicamentos, pero algunos tipos de medicamentos son más efectivos que otros.

Resultaba evidente que Mary E. no estaba usando un medicamento efectivo. Fue por eso que, después de mi visita a su apartamento en 2007, comencé a enviar mensajes a varios grupos de noticias, sitios en la Web y direcciones de correo, todos los cuales trataban con temas de folclore y leyendas urbanas. Lo hacía con el propósito de encontrar a una víctima de smile.jpg quien estuviera un poco más dispuesto a contar sobre sus experiencias. Nunca obtuve respuestas, y terminé olvidándome de ello por completo, ya que había comenzado mi primer año en la universidad y por lo tanto tenía las manos llenas. Sin embargo, mientras yo estaba mirando mi buzón de entrada de correo electrónico, noté que había recibido un mensaje de Mary E. Eso fue durante las primeros días de marzo, en el año 2008.


Para: jml@****.com

De: marye@****.net
Asunto: La entrevista del verano pasado

Saludos, Sr. L.,

Me siento verdaderamente avergonzada sobre mi comportamiento cuando usted intentó entrevistarme. Espero que entienda que de ninguna manera fue su culpa, sino la mía. Me di cuenta luego de que pude manejar la situación más civilmente; y espero que pueda perdonar mi rudeza. Para entonces, tenía miedo.

Verá, he tenido pesadillas sobre Smile.dog todas las noches, durante quince años. Sé que eso debe parecer absurdo, pero es la verdad. Hay algo inefable sobre mis sueños, o más bien mis pesadillas, que las hace más horrorosas que cualquier otro sueño que he tenido. Yo no me muevo. Yo no hablo. Yo solo miro hacia adelante, y lo único que veo es esa vil escena de la foto. Veo esa mano. Y veo a ese "perro". Él me dice algo.

No es un perro, claro, pero en realidad no estoy de lo que es. Me dice que me dejará en paz solo si hago lo que él dice. Él me dice: "Riégalo." Eso es la palabra que usa para comunicar sus deseos. Supe exactamente lo que quiso decir: quiere que yo le enseñe la imagen a alguien.

Al principio no supe cómo él esperaba que lo "regara" sin tener la imagen a mi disposición, pero, a la semana siguiente, recibí un correo con un sobre manila adentro, no decía de qué dirección vino. Adentro del sobre encontré un disquete de 3 pulgadas y media. No era necesario verificar el contenido, yo ya sabía qué había en el disquete.

Consideré mis opciones con cuidado. Se lo podría dar a un desconocido, a un compañero del trabajo, a Terence... Encontraba el simple hecho de pensar en ello repugnante. Además, ¿qué iba a ocurrir después? Si el tal Smile.dog se mantenía fiel a su palabra, yo volvería a dormir en paz. Pero, ¿qué ocurriría se fuera una mentida? ¿Qué se supone que haga entonces? Puede que la situación se empeore si termino cumpliendo las órdenes de esa criatura...

Así que decidí no hacer nada. Durante quince años no hice nada, aunque sí mantuve el disquete oculto. Durante todos esos años, Smile.dog invadía mis sueños para demandar que haga lo que me pidió. Lo ignoré. Ignoré su petición durante estos quince años; ha sido una tortura. La otras víctimas que yo conocía en el Bulletin Board System ya no publicaban nada. Incluso había escuchado que algunos de ellos cometieron suicidio. Los demás se mantenían en silencio, totalmente desaparecidos de la Web. Me preocupo mucho por ellos.

Sinceramente pido sus disculpas, Sr. L., pero cuando usted contactó a mi esposo el verano pasado para la entrevista, yo ya no pude más. Decidí que le iba a entregar a usted el disquete. Ni siquiera me importaba si Smile.dog estaba mintiendo o no, solo quería que todo se terminada. Usted era un desconocida para mí, alguien con quien yo no tenía conexión alguna. Pensé que no me iba a sentir triste si le daba el disquete como parte de su investigación y dejarlo a su suerte.

Sin embargo, antes de que usted llegara a mi hogar, me di cuenta de lo que yo estaba intentando hacer: estaba atentando contra su vida. No pude soportar que yo haya pensado en semejante cosa y todavía no puedo hacerlo. Me siento avergonzada, Sr. L. Espero que este mensaje lo disuada de seguir investigando este caso. Puede que termine encontrándose con alguien más débil que yo; alguien que seguiría las órdenes de Smile.dog sin pensarlo dos veces.

Por favor, detenga su investigación antes de que sea muy tarde.

Sinceramente,
Mary E.

Ese mismo mes, fui contactado por Terence. Él me dio la noticia de que su esposa se había suicidado. Mientras se deshacía de las cosas que ella dejó atrás, como sus cuentas de correo electrónico, encontró el mensaje que ella me había mandado. El hombre estaba destrozado por lo sucedido, él lloraba mientras me decía que siga los consejos que ella me dio. Dijo también que encontró el disquete, y que lo quemó hasta que no quedó nada más que un montón de cenizas apestosas. Pero hubo algo que lo incomodó significativamente: el disquete, mientras se derretía, pareció sisear, como si fuera algún tipo de animal.

Debo admitir que no estuve muy seguro de cómo reaccionar a todo esto. Al principio pensé que quizás esto fue una broma de parte de la pareja, un intento para hacerme enfadar. Sin embargo, logré confirmar la muerte de Mary E. leyendo algunos obituarios de periódicos cibernéticos de Chicago, aunque claro, nunca se mencionó que la muerte fue causado por suicidio en dichos obituarios. Decidí que, por lo menos por un tiempo, cesaría mi investigación del tema, no solo por lo de Mary E., sino porque iban a comenzar mis exámenes finales de la universidad antes de la culminación de mayo.

Mas el mundo tiene muchas formas curiosas de ponernos a prueba. Casi un año después de la desastrosa entrevista con Mary E., recibí otro mensaje:

Para: jml@****.com
De: elzahir82@****.com
Asunto: sonrie

Hola

Encontre tu e-mail en internet tu profile decia ke tu estabas interesado en smiledog. Yo lo vi y no es tan malo como la gente dice te envie una copia. Riegalo.

:)

Esa última palabra me dejó paralizado.

El correo electrónico venía con un archivo adjunto, el cual se llamaba, obviamente, smile.jpg. Consideré descargarlo, lo consideré por mucho tiempo. Lo más probable era que la imagen era una falsa. Y aunque fuera la auténtica, nunca estuve totalmente convencido del poder que supuestamente tenía smile.jpg. Lo que ocurrió con Mary E. me dejó algo asustado, lo admito, pero es probable que ella solo estaba mentalmente insana. Además, ¿cómo va a ser posible que una simple imagen cause una maldición? ¿Qué clase de criatura puede entrar a la mente de alguien usando solo el poder del ojo?

Pero, si es así de evidentemente absurdo, ¿cómo es entonces que la leyenda exista desde un principio?

Si descargo la imagen, si la miro, si lo que decía Mary resultara cierto, si mis sueños terminaran siendo invadidos por Smile.dog, demandando que yo cumpla su voluntad, ¿qué sería de mí? ¿Acabaría viviendo la vida de Mary, resistiendo la tentación hasta la muerte? ¿Me sometería a la voluntad de Smile.dog y "regarlo", con la esperanza de que me deje en paz? Si termino sometiéndome, ¿cómo lo "regaría"? ¿A quién le pasaría la maldición?

Si escribo un artículo sobre smile.jpg, como lo que iba a hacer originalmente, podría poner la imagen en él como evidencia. Cualquiera que lea ese artículo, cualquiera que estuviese interesado en el tema, sería afectado. Pero, asumiendo que la imagen es la auténtica, ¿de verdad pondría todas esas vidas en juego, solo para salvarme a mí?

¿Sería capaz de semejante cosa?

Pues sí, lo soy.




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martes, 11 de abril de 2017

Fotografías

Una joven que caminaba a casa desde la escuela encontró una pila de fotografías Polaroid tiradas en el pavimento. Eran en total, veinte fotografías agrupadas con una liga de hule. La joven las tomó y en tanto caminaba, comenzó a mirarlas por simple curiosidad. La primera foto era de un espectral hombre blanco en un fondo negro, parado tan lejos de la cámara que la chica no podía reconocer sus facciones.

Pasó la foto hacia el final del montón y miró la siguiente imagen; la fotografía era del mismo hombre, ahora un poco más cerca.

La chica abanicó el siguiente grupo de fotografías rápidamente. Con cada foto, el hombre en la imagen parecía acercarse cada vez un poco más, y sus facciones se hacían más claras.

Llegando ya a la esquina de su casa, la chica se dio cuenta de que el hombre de las fotos parecía estar viéndola, aun cuando ella se movía hacia los lados de la imagen —ya sabes, un efecto similar a esas despreciables y aterradoras muñecas de porcelana—. Esto la perturbó, pero, en todo caso, continuó viendo las fotos una por una.

Para la imagen número diecinueve, el hombre estaba tan cerca que su cara llenaba completamente el cuadro. Tenía la expresión más horripilante que la chica había visto. Llegando casi a su casa, miró la última foto.

Esta vez, en lugar de una imagen, solo había dos palabras: «Suficientemente cerca».

Escuchando un horrible grito proveniente desde fuera de su casa, el hermano de la chica salió corriendo hacia la puerta y la abrió. Pero lo único que encontró fue una pila de fotografías tiradas en la entrada de la puerta de su casa. Extrañamente, la primera imagen parecía ser una versión en extremo pálida de su hermanita; sin embargo, la chica de la imagen estaba demasiado lejos como para estar seguro de ello…




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