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jueves, 18 de noviembre de 2021

La foto del celular

Hace algunos años, la prima de un amigo, que es madre soltera, ganó en su cumpleaños un celular nuevo. Después de un largo día de trabajo ella dejo su teléfono sobre la mesa y comenzó a ver la televisión cuando, luego de regresar de la escuela, su hijo se le acercó y le preguntó si podía jugar con el nuevo dispositivo. Se lo permitió, pero le dijo que no llamara ni enviara mensajes de texto a nadie, situación con la que inmediatamente estuvo de acuerdo el niño.

Unos minutos antes de medianoche, cuando finalmente se cansó de ver la televisión, decidió llamar a su hijo e ir a dormir. Se dirigió a la habitación del niño, sólo para ver que él no se encontraba allí. Luego fue a su habitación para encontrarlo durmiendo en su cama con el teléfono en la mano. Al navegar por su teléfono celular, se dio cuenta de algunos cambios menores, tales como un nuevo papel tapiz, un tono de llamada diferente, etc.

Cuando llegó a la sección de fotos comenzó a borrar las últimas imágenes capturadas hasta que se encontró con la última. Cuando la vio por primera vez, no podía creerlo. Era su hijo, durmiendo en su cama, pero la foto parecía haber sido tomada por alguien más. Era la mitad izquierda de un rostro de algo que aparentaba ser una mujer anciana.


miércoles, 3 de febrero de 2021

Ickbarr Bigelsteine

Cuando era un niño pequeño, me aterrorizaba la oscuridad. Todavía le temo, pero cuando tenía alrededor de seis años no podía pasar una noche entera sin pedirle a alguno de mis padres que buscara debajo de mi cama cualquier monstruo que estuviera pensando en comerme. Incluso con una luz de noche, todavía veía formas oscuras moviéndose por las esquinas de la habitación, o caras extrañas mirándome desde la ventana de mi habitación. Mis padres hacían todo lo posible para consolarme, diciéndome que era solo un mal sueño o un truco de la luz, pero en mi mente joven estaba seguro de que en el segundo en que me quedara dormido, las cosas malas me atraparían. La mayor parte del tiempo me escondía debajo de las mantas hasta que me cansaba lo suficiente como para dejar de preocuparme, pero de vez en cuando entraba en pánico tanto que corría gritando a la habitación de mis padres, despertando a mi hermano y hermana en el proceso. Después de una terrible experiencia como esa, no hubo forma de que pudiera tener un noche de sueño completa.

Finalmente, después de una noche particularmente traumática, mis padres habían tenido suficiente. Desafortunadamente para ellos, entendieron la inutilidad de discutir con un niño de seis años y sabían que serían incapaces de convencerme de que me librara de los miedos infantiles a través de la razón y la lógica. Tenían que ser inteligentes.

Fue idea de mi madre coser a mi pequeño amigo para antes de dormir.

Ella reunió una gran variedad de piezas de tela al azar en su máquina de coser y creó lo que más tarde llamaría Señor Ickbarr Bigelsteine, o Ick para abreviar. Ick era un monstruo de los calcetines, como lo llamaba mi madre. Él fue hecho para mantenerme a salvo mientras yo dormía por la noche al marcar a todos los demás monstruos. Era bastante espeluznante, tenía que admitirlo. Honestamente, mirando hacia atrás en todo esto ahora, todavía estoy impresionado de que mi mamá pudiera pensar en algo tan extraño y perturbador. Ickbarr tenía el aspecto cosido de un gremlin de Frankenstein, con grandes ojos de botón blanco y orejas de gato caídas. Sus pequeños brazos y piernas estaban hechos con un par de calcetines a rayas blancas y negras de mi hermana, y la mitad de su cara que era verde estaba hecha con uno de los calcetines altos de fútbol de mi hermano. Su cabeza podría haber sido descrita como bulbosa, y para su boca mi mamá colocó un trozo de tela blanca y cosió en un patrón de zigzag para dar forma a una amplia sonrisa de dientes afilados. Lo amé al instante.

A partir de entonces, Ick nunca se apartó de mi lado. Siempre que fuera después del anochecer, por supuesto. A Ick no le gustaba el sol y se molestaba si trataba de llevarlo a la escuela conmigo. Pero eso estaba bien, solo lo necesitaba por la noche para mantener alejados a los hombres del saco, que era en lo que era bueno. Así que todas las noches a la hora de dormir, Ick me decía dónde se escondían los monstruos, y lo colocaba cerca de la sección de mi habitación más cercana al fantasma. Si había algo en el armario, Ick bloqueaba la puerta. Si había una criatura oscura arañando mi ventana, Ick se apoyaba contra el vidrio. Si había una gran bestia peluda debajo de mi cama, entonces él iba debajo de la cama. A veces, los monstruos ni siquiera estaban en mi habitación. A veces, se escondían en mis sueños e Ickbarr tenía que acompañarme a mis pesadillas. Fue divertido traer a Ick al mundo de mis sueños, ya que ambos pasábamos horas luchando contra gules y demonios. La mejor parte fue que, en mis sueños, Ick podía hablarme de verdad. 

¿Cuánto me amas? Él preguntaba.

—Más que nada. Siempre le respondía. 

Una noche en un sueño, después de perder mi primer diente, Ick me pidió un favor.

¿Puedo tener tu diente?

Le pregunté por qué.

Para ayudarme a matar las cosas malas Él dijo.

domingo, 6 de diciembre de 2020

El Show M

Cuando tenía 9 años, recuerdo que tenía un show de TV favorito. Tenía actores humanos y actores en botargas de animales con segmentos educativos entre cortes. No quiero mencionarlo porque era un show muy bueno y éste acontecimiento no es culpa del show. Sólo lo llamaré "El Show M".

El Show M llevaba años transmitiéndose y yo había estado viéndolo desde que recuerdo. Siempre me sentaba, justo después de la escuela con mi hermana mayor Scarlett y mi mejor amiga Brandi, quien vivía en la casa de al lado. Era nuestra rutina, cada día nosotras tres nos sentábamos juntas; con dulces, si nuestras madres lo permitían, o si no con manzanas y uvas; y durante las pausas conversábamos y chismeábamos sobre hechos importantes en nuestras vidas.

Entonces, recuerdo que fue un cálido viernes de verano, Scarlett encontró una competencia con premios en una de sus revistas de chicas. Hacía preguntas sobre el show, y el primer premio era un viaje con tus padres a Disney World. Pero aún mejor, quien quiera que enviara las respuestas correctas se volvería un miembro del Club de Fans del Show M, un club de fans del show. Aquél mismo día, después del ver el Show M, nosotras tres nos apiñamos en el sofá para responder el cuestionario.

Las preguntas eran muy difíciles: pedían detalles sobre episodios viejos del show. Sin Scarlett, Brandi y yo jamás hubiéramos podido lograr responder todas las preguntas. Scarlett le suplicó a nuestra mamá estampas y sobres y llenamos los tres sobres con cada papel con nuestros nombres, y detalles de contacto y las respuestas a las preguntas. Scarlett incluso nos dijo que variáramos nuestras respuestas un poco para que no nos acusaran de hacer trampa.

Eran los primeros días de primavera. Recuerdo que había tulipanes en nuestro jardín y mi mamá nos regañó por arrancar dos para decorar la mesa de la cocina. Pero después de su sermón ella me entregó una pequeña y cuadrada carta con mi nombre impreso en ella. La parte posterior decía: "Bienvenido al Club de Fans del Show M"

Las cartas fueron enviadas y cada día nos apresuraríamos al buzón de correos para conseguir nuestras insignias del Club del Show M. Cuando la primera nevada comenzó a caer, dejamos de revisar el buzón. Brandi seguía apasionada sobre el show y lo miraba todos los días, pero Scarlett perdió interés. Cuando Scarlett dejó del ver el show, yo también empecé a saltarme el show. Brandi seguía viniendo, pero ella era la única mirándolo. Me sentaba junto a ella mientras leía las viejas revistas de chicas de Scarlett.

No había mucho en el sobre, sólo un pequeño panfleto que me dio la bienvenida como miembro del club y una pequeña tarjeta de identificación con mi nombre en ella, un gran logo del show y en letras negras Club de Fans del Show M, y en la línea de abajo, con grandes letras negras, la palabra Miembro. Brandi recibió su sobre ese mismo día. Ella brillaba con felicidad. Scarlett estaba celosa al principio, pero dos días después también recibió su sobre.

Desde entonces, cada viernes, cada una de nosotras recibía un folleto sobre el show con fotos, anécdotas y antecedentes de los personajes. Ocasionalmente los panfletos también pedían a los miembros del club que promovieran el show y que esperaran el "Tour del Show M". De cualquier forma, funcionó: Amamos el show después de eso. Creo que desde ese día en adelante, después de que orgullosamente metí mi tarjeta de membresía en mi mochila, no me perdí ni un episodio.

Entonces, a mediados de junio, todas recibimos dos panfletos. El primero era el usual con datos y fotos. Pero el segundo era un anuncio: "El autobús de la gira está en la ciudad, ¡ésta es tu oportunidad de convertirte en Miembro Élite!". El autobús vendría el próximo sábado a nuestro pueblo. A todas se nos permitió ir. Estábamos más que emocionadas. El panfleto no tenía mucha información y esto fue antes de que tuviéramos una computadora en casa. El autobús de la gira llegaría a la 1 P.M y los personajes principales del programa estarían ahí para recibir a todos y jugar juegos con nosotros. Aquellos que participaran en al menos cuatro juegos serían promovidos al estatus de "Miembros Élite", y recibir una nueva y dorada tarjeta de membresía.

Aquellos nueve días de esperar al "Tour del Show M" fueron los más largos de mi vida. Brandi, Scarlett y yo planeamos todos los días cómo nos tomaríamos fotos con cada personaje y qué juegos jugaríamos con ellos. Yo soñaba en secreto el vencer a Scarleet en el "juego del conocimiento", donde nuestro conocimiento sobre el programa sería puesto a prueba.

El sábado, Scarlett fue a una pijamada por un cumpleaños en casa de una de sus amigas. Se suponía que los padres traerían de regreso a Scarlett el domingo a las 12. Alrededor de las 12:30, Brandi vino corriendo a nuestra casa. Golpeó la puerta trasera, como ella siempre hacía, y la dejé pasar. Brandi estaba más que emocionada; su mamá se había voluntariado para acompañarnos las tres y ella quería ir temprano para que no nos perdiéramos de nada. Mi mamá llamó a la casa de la amiga de Scarlett, pero ellos no levantaron el teléfono. Dijo que Scarlett estaría en casa pronto, lo suficientemente temprano como para ir a tiempo.

A las 12:45, la mamá de Brandi vino para preguntar por nosotras. Dijo que tendríamos que irnos para que las filas no fueran tan largas. Mi mamá dijo que deberíamos esperar a Scarlett, pero Brandi hizo un berrinche; tenía miedo de que no pudiéramos abrazar a todos los personajes si llegábamos tarde. La mamá de Brandi decidió conducir. Yo quería ir con ellas, pero mi mamá dijo que ella nos llevaría a Scarlett y a mí. Sentí como si estuviera siendo castigada porque Scarlett se tardaba. Supliqué. Lloré. Nada sirvió; Brandi fue sola.

Los padres los amigos de Scarlett la llevaron a las 13:40. Estaba molesta con ella, pero mi mamá dijo que si armaba una escena no iríamos. Cedí.

Llegamos alrededor de veinte minutos después al estacionamiento donde estaba programado que el autobús pararía. Vimos las multitudes desde la distancia, estacionamos el coche y caminamos hacia allá. Le pregunté a mi mamá dónde estaban los personajes del show; ella dijo que estaban justo detrás de la muchedumbre. Todos cargaban los panfletos del Tour del Show M, pero parecía como si la multitud fuera casi de padres. Todos estaban de pie en media luna hacia el borde del estacionamiento. Algunos de ellos se veían preocupados, pero muchos de ellos estaban riendo y hablando.

Mi mamá encontró a la madre de Brandi al otro final del medio círculo; caminamos hacia ella. La mamá de Brandi era de los que estaban preocupados. Nos dijo que el autobús había estado ahí, junto con todas las figuras animales del Show M. Tenían un gran autobús con el logotipo del Show M y dieron dulces.

Una de las figuras de animales explicó a los padres que habían construido un set a las afueras del pueblo donde todos podíamos hacer un filme corto con los personajes del programa. Dijeron que llevarían a todos allá.

Se llevaron primero a los niños. Estaban tan emocionados que pocos padres pusieron objeción. Aún así, tres o cuatro padres aparecieron y calmaron al resto. Se suponía que el siguiente autobús llegaría en algunos minutos, para llevar a todos al estudio.

Cuando escuché eso estaba emocionada como nunca. Corrí a la calle a mirar para así ser la primera en el autobús. Scarlett me siguió. No vi la expresión de preocupación cuando la madre de Brandi hablaba con la mía. No entendí por qué la policía vino en menos de una hora después.

lunes, 16 de noviembre de 2020

El asesinato de Gabriel Kuhn

Daniel Felipe Petry cometió un crimen influenciado por un juego online llamado Tibia en Julio de 2007, esta es la historia de uno de los crímenes mas notorios de Internet cuyas fotos del cuerpo de Gabriel circulan libremente por Internet.
Daniel Petry jugando Tibia

Daniel Felipe Petry (1991), nació en la ciudad de Blumenau, Brasil, Santa Catarina. Se sabe que era alguien con unos arranques de violencia desmedidos a la menor provocación, en algún momento abandonaría la escuela y la pasaría encerrado en casa, navegando por Internet o viendo televisión, sus padres se desentendieron del joven al ignorar las terapias psiquiátricas dejándolo a su suerte.


Gabriel Kuhn (marzo de 1995 - julio de 2007) era como el lado opuesto de Petry, se sabe que era educado, respetuoso, risueño y estudioso a diferencia de Petry, pero un factor los unía en común, y era que ambos estaban viciados al videojuego de rol Tibia (Petry mucho más ya que no estudiaba).

Ambos entablaron una amistad virtual pese a sus diferencias, donde conversaban frecuentemente en el chat del juego, en alguna ocasión Kuhn pidió 20.000 Gold Coins (moneda del juego) a lo que Petry accedió con la promesa de que se los devolviera.

En la mañana del 23 de julio de 2007, al no devolverle el dinero virtual, se pelearon y Gabriel le bloqueó de su chat. Éste, furioso, fue a casa de su vecino no sin antes llamar a su madre para asegurarse que estaría lejos a las 9:30 de la mañana, ella le respondió que se encontraba en Nueva Trento, se dispuso a ir a cobrar venganza. Al llegar, Petry tocó la puerta de su amigo, Gabriel, quién con toda confianza accedió dejarlo entrar a su domicilio.

Obviamente fue un error porque Petry, nada más al entrar, le dio un empujón para luego golpear al niño en una discusión. Tras amenazar con denunciarle, Petry, enfurecido, decidió estrangular al niño con un cable hasta que se desmayó, aunque entró en pánico Petry aprovechó para sodomizarlo y procedió a cercenarle las piernas con una segueta y un cuchillo porque el cuerpo pesaba demasiado, Gabriel despertó y empezó a gritar de dolor hasta que Petry le cortó una de las piernas, tras desmayarse siguió cortándole la otra. Con la ayuda de una escalera, él ató el cuerpo a un cable en el intento de suspenderlo y esconder el cuerpo de Gabriel en una trampilla, pero, como seguía pesando demasiado, Petry se rindió y abandonó la vivienda.

Gabriel moriría poco después debido al dolor y la pérdida excesiva de sangre. Su hermano Guillerme Kuhn lo encontraría más tarde, quien, aterrado, fue corriendo a pedir ayuda. Otro vecino vio el cadáver y llamó a las autoridades. El joven homicida fue arrestado poco después y llevado ante las autoridades locales. Al llegar al ministerio público, aparentó estar trastornado, la madre de Daniel Petry se mantenía a base de calmantes tras lo sucedido en casa de amigos.

Los padres de Gabriel dudaron de la autoria de Petry en el crimen aludiendo que no pudo tener el coraje de matarle.

En el interrogatorio, Petry confesó paso a paso el crimen pero se negó a admitir el abuso sexual gritando enfurecido que no era homosexual, pero las pruebas forenses confirmaron que había sodomizado al niño. Tras el suceso, muchos jugadores de Tibia protestaron masivamente en una extraña manifestación, repudiaban totalmente los actos que llevó a cabo Petry y alegaron que no se les considerase potenciales criminales por jugar a lo mismo que el asesino, aunque Petry afirmó que el videojuego le volvió loco. Una web de dicho videojuego le rindió luto a Gabriel Kuhn.

Petry fue internado en un centro de menores delincuentes inmediatamente para después ser juzgado, según la abogada el adolescente usó un cuchillo y al llegar al fémur, una segueta,

El juez Álvaro Pereira de Andrade lo condeno a una sentencia de apenas tres años de pena socioeducativa en Septiembre de 2007 debido a la ley de menores delincuentes en Brasil (la pena máxima para adultos es de 30 años).

En el reformatorio, Petry hizo una enloquecida declaración: 

Gabriel hizo trampa y haré que pague por todos sus actos; como él dijo que existe el cielo y el infierno, allá en el infierno está él, lo encontraré allí y me vengaré nuevamente.

Presuntamente saldría de prisión en septiembre de 2010 pero no hay rastro de Daniel Petry en la actualidad, por lo tanto desconocemos si sigue encerrado y aislado en su casa, o si sus padres le echarían del hogar, o se fue a buscarse otra vida.

Por su parte los padres de Gabriel dieron a luz a una niña en el año 2009. Actualmente su madre tiene en su Facebook personal con álbumes dedicados a su hijo Gabriel.


viernes, 26 de junio de 2020

Mi hijo está Solo

Hace frío.

Tranquilo, no te preocupes.

Mamá, no me encuentro muy bien, tengo mucha hambre.

Ahora mismo te traigo algo— Olga salió de la habitación de su hijo y bajó corriendo a la cocina. Abrió la nevera y el corazón se le encogió Mierda, no hay casi nada y ahora qué hago.

Era domingo y en su barrio no había nada abierto, estaba en pijama y tenía fiebre, pero le daba igual. Lo último que quería era que su hijo tuviera hambre. Subió corriendo las escaleras y se asomó a la habitación de su hijo, el pequeño se estaba comiendo las uñas.

Tengo que darme prisa, no lo puedo dejar solo mucho rato pensó.

Entró en su habitación, se desnudó y abrió el armario. Le invadió ese olor, el olor que a cada momento que abría el armario le hacía acordarse de su marido.

Da igual, ahora no tengo tiempo de pensar en eso.

Se vistió corriendo, cogió el dinero y las llaves y se fue hacia la puerta. El frío la invadió nada más salir por la puerta, notó una punzada en las anginas, se apretó más fuerte la bufanda y se subió al coche.

Puso las llaves en el contacto y el coche no se encendió. Lo intentó una y otra vez, pero no pudo. Una lágrima le empezó a caer por la mejilla.

No, mierda no, joder, y ahora qué hago.

Su angustia prácticamente se podía tocar, en su mente solo había una pregunta, ¿cómo podía ser tan sumamente estúpida, de no haber comprado más comida?

Se fue corriendo hacia la calle principal y cogió un taxi. El taxista la llevó hacia la tienda más próxima que estaba abierta, compró corriendo lo que necesitaba y se volvió a meter al taxi.

Piii, Piii, Piii.

Señora me parece que ha pasado algo, los coches no se mueven.

¿Qué?, no me puede hacer esto, mi hijo está solo dijo casi lloriqueando.

Lo siento, señora, no puedo hacer nada.

¿Cuánto podemos tardar?

A este ritmo, 45 minutos más o menos.

Joder, no puedo esperar tantole tiró un billete de veinte euros y salió del taxi.

¿Qué hace, señora? Hace mucho frío y su destino está a más de media hora andando le chilló el taxista.

Ella ya no lo oyó, estaba corriendo como una posesa hacia su casa.

Mi hijo está solo, mi hijo está solo, mi hijo está solo.

Sentía cómo el corazón le estaba a punto de explotar, la fiebre le hacía sentirse extraña, como en una nube. Siguió corriendo y enfiló rumbo a la calle principal, empezó a buscar las llaves en el bolso y...

¿Dónde están? ¿Dónde están? ¡Oh no!, me las he dejado en el taxi.

Llegó a su calle y su preocupación se convirtió en miedo, la puerta de su casa estaba abierta.

No puede ser... ¡Dios!, otra vez no.

Entró al pasillo y empezó a llamar a su hijo.

Cariño, mira, ya te he traído tu comida. Hijo, por favor, sal de donde estés. Te he traído carne sus lágrimas de terror caían sin cesar.

Mamá, estoy aquí.

¿Dónde hijo? ¿Dónde?chilló.

Aquí mami, en la cocina.

Olga corrió hacia la cocina y vio lo que no quería ver. Su hijo se estaba comiendo a una persona, igual que hizo con su padre, con niños, con animales. El niño le miró con cara inocente y le dijo:

Mami, ya te avisé que tenía mucha hambre.


Calificación:

miércoles, 8 de enero de 2020

Interferencia

Permítanme comenzar diciendo que ésta es una historia real de mi infancia, y si visitan la gran biblioteca en el centro de la ciudad de Nottingham, y echan un vistazo a los registros de periódicos, encontrarán información acerca de los eventos que aquí se detallan.

Esta historia tuvo lugar hace unos 15 o 16 años. Sólo tenía siete años de edad en ese entonces, y mi primo Dale nueve. Él se había quedado conmigo mientras su madre estaba de viaje asistiendo a un familiar enfermo. Como era hijo único yo no tenía muchos juguetes, y mi Sega Genesis estaba averiado, así que no teníamos mucho que hacer que fuera entretenido.

Nuestra rutina consistía en ver dibujos animados en nuestra televisión por cable, seguido de Dale contándome historias de terror cuando se hacía de noche. Mi madre, queriendo que hiciéramos algo más activo, decidió comprar un par de walkie-talkies para que jugáramos con ellos. Nos lo pasamos muy bien jugando a ocultarnos en el bosque mientras que uno trataba de encontrar al otro mediante el walkie-talkie. Como estábamos pequeños, sin embargo, no nos daban permiso de estar fuera hasta muy tarde, así que teníamos que regresar a las 6 p.m. Al llegar cenábamos y guardábamos los juguetes, excepto por los walkie-talkies.

Dale dormía en la habitación para huéspedes y yo tenía mi propia habitación, por lo que la idea era hablar por los walkie-talkies hasta quedarnos dormidos. Fue entonces cuando lo escuchamos, alrededor de las once de la noche. Habíamos estado contándonos historias de terror por horas. De repente, mientras Dale me contaba la historia de un monstruo que supuestamente rondaba el mismo bosque en el que habíamos estado jugando, su voz se cortó, y fue sustituida por el sonido de estática que los walkie-talkies usualmente producen cuando la persona que está transmitiendo suelta el botón que se utiliza para hablar. Esperé unos segundos a que Dale reanudara su historia, cuando oí un débil murmullo procedente del pequeño altavoz. «Qué raro», pensé. El altavoz seguía emitiendo estática, pero definitivamente podía escuchar algún tipo de movimiento y una voz.

Luego se pudo oír un llanto entre la estática. Esto era muy escalofriante para mí, así que me bajé de la cama y corrí al cuarto de Dale. Él estaba sentado en la cama, escuchando a su walkie-talkie también. El llanto se hizo más fuerte. «¿Qué es eso?», me preguntó Dale. «Pensé que me estabas jugando una broma». Cuando le dije que no era así, su rostro se puso pálido. Apagó el suyo. El sonido aún era emitido por el walkie-talkie que sostenía en mi mano, por lo que era imposible que mi walkie-talkie estuviera recibiendo el sonido del suyo. «Esto da miedo», dijo Dale. El llanto y los murmullos entre la estática parecieron escucharse más claramente. Apagué el mío también y regresé a mi habitación.

Ideas de todo tipo se me cruzaron por la cabeza. ¿Tal vez estábamos recibiendo sonidos del más allá? ¿Tal vez mi walkie-talkie simplemente se había averiado y produjo sonidos extraños que parecían llantos y murmullos? Traté de no pensar en ello y me fui a dormir. Fui despertado al día siguiente por un estallido que parecía provenir de la planta baja. Bajé rápido por las escaleras, encontrándome con mi madre y Dale mirando por la ventana de la sala a la casa de la vecina. Una gran camioneta de policía estaba estacionada afuera y nuestra vecina, Jessie, era escoltada por varios oficiales. Iba gritando insultos e incluso trató de escapar en un momento, antes de ser esposada e introducida en la parte trasera de la camioneta. Estábamos impactados por lo que habíamos visto, y en general confundidos. Jessie era nuestra nueva vecina, quien recientemente se había mudado a la casa de a la par con su bebé, luego de que nuestro antiguo vecino muriera por la edad. Había sido muy reservada, y ​​hasta donde sabíamos era muy tranquila, no parecía ser el tipo de persona que sería arrestada por algún motivo.

No fue hasta el día siguiente cuando leímos el periódico que nos enteramos de lo que había pasado. Jessie había asesinado a su bebé luego de que supuestamente fuera víctima de las horribles apariciones de un anciano que la había estado atormentado por semanas, y finalmente había perdido la razón. Sin embargo, ésta no fue la parte inquietante. La parte inquietante fue el hecho de que el monitor de bebés que se encontraba en la sala donde ocurrió el asesinato estuvo encendido.

Mi primo y yo lo escuchamos todo.



Calificación:

lunes, 16 de diciembre de 2019

El Espejo del Cambio de Alma

Talía acababa de mudarse con sus padres a Chicago, a un piso que su madre encontró extremadamente barato, la verdad no se preocupó por el precio ya que seguramente se trataba de un lugar viejo y desaliñado.

Pero cuando llegaron se llevaron la sorpresa de que no era ni muy desaliñado ni muy viejo es más,un triplex muy bonito que incluso parecía de lujo. Amanda, la madre de la niña, le preguntó a un vecino si su piso le había costado tan caro.

—Ahora que me lo dice, nunca me lo había preguntado nadie. Me costó quinientos mil dólares.

Le pareció muy extraño el valor de la casa del vecino que era también un triplex, pero no muy bien cuidado, ya que nuestro piso había costado la mitad de lo que le costó al vecino, y era mucho más bonito.

Al entrar a la nueva casa lo primero que vieron fue un precioso espejo que parecía tener como 300 años. Parecía una herencia de la abuelita. La niña se quedó el espejo y se lo subió a su cuarto.

La madre, cuando abrió un cajón del escritorio de su nueva habitación, lo primero que se encontró fueron dos papeles en los que ponían unas cartas muy extrañas. Leyó la primera:

"Querida Sara:

Mi hija está muy rara: no come, no bebe, no juega, no estudia, todo desde que se miró en ese maldito espejo. Es una herencia que tiene 6 generaciones y nunca me había dado problemas hasta que nos mudamos a esta casa. Desde que se miró intenta romperlo, y si no lo escondo rápido, te aseguro que lo acabará consiguiendo
Yolanda"

Su hija vino de repente, cuando terminó de leer la carta. Traia un cuchillo y la pegó una rápida puñallada en el cuello...

Cinco minutos después llegó su padre del trabajo, y la niña fue a saludarle. Fue entonces cuando intentó clavarle el cuchillo que tenía. Entonces, cuando llegó al cuarto de la madre y la vio muerta, leyó la segunda carta muy confusa:

"He descubierto que esa niña que estoy viendo me quiere matar. No es mi hija, es un demonio. Seguramente se le transmitió cuando se miró a ese espejo maldito desde que vinimos aquí..."

Poco después de la carta había unas manchas de sangre, las del padre, pues el demonio le había clavado un cuchillo en el cuello. De la niña no se volvió a saber nada, pues el demonio destruyó el espejo. Se sabe que se suicidó, pero se desconoce dónde.




Calificación: 



sábado, 14 de diciembre de 2019

A dormir

Era de noche, estaba a punto de ir a dormir. Mi mamá me dijo:

—Yeshua ve y lávate los dientes para que te vayas a dormir.

Ella subió las escaleras apagando la luz de su cuarto, me encontraba solo sentado en la sala mirando la televisión, mi hermano ya se encontraba dormido. De pronto se escuchó un lamento a lo lejos, me dio un poco de miedo así que entré corriendo al baño, me lavé los dientes rápidamente, y me enjuagué la boca, pero en cuanto me sequé la cara frente al espejo del baño; vi una mano pequeña que cerraba la puerta dejándome encerrado. Empecé a gritar con fuerza ¡MAMÁ¡, ella no me escuchó, sentí el chillido de la cama de mi hermano, pensé y solté un suspiro con la idea de que era él. Luego de unos minutos escuché unos pasos que se acercaban más y más al baño, vi un reflejo en la puerta pero no era el de mi hermano, se figuraba como al de una niña pequeña, esa niña acercó su mano a la puerta, dio un toque con el puño y dijo con una voz tenebrosa.

—¡Abriré la puerta para que salgas!

Al mirar fijamente el reflejo de ella en la puerta, vi que su mano empezaba a abrirla, antes de que lo hiciera, escuché una risa macabra; entonces reaccioné y jalé con fuerza la puerta cerrándola. Y le grité —déjame solo por favor vete seas quien seas.

—¡No querías que te abriera, pero bueno en cualquier momento tendrás que salir!— dijo. Escuché sus pasos alejándose al cuarto de mi hermano. Empecé a llorar poniéndome en un rincón al lado de la regadera, se mantuvo un momento en silencio, no se oía ni un grillo.

Después de media hora ya eran las 2:30 de la madrugada, me encontraba con mucho sueño, de nuevo se escucharon pasos pero estos no venían del cuarto de mi hermano, estos bajaban de las escaleras me pregunté:

—¿Será mi Mamá?

Cuando se acercó al baño; tocó y dijo:

—Hijo ¿qué haces en el baño a estas horas de la madrugada?

Mmm… empecé a temblar pensando en aquella niña, así que abrí la puerta, salí corriendo y abracé a mi mamá, le conté todo eso y fuimos a ver el cuarto de mi hermano, mi mamá encendió la luz y cuando encendió completamente; mi hermano estaba de espaldas de la cama volteado a la pared , tapado con las cobijas hasta su cabeza, mi mamá me dijo:

—Mira Yeshua, aquí no hay nadie sólo tu hermano dormido.

—Sólo voltéalo a ver si es él ¡Por favor mamá!— le supliqué.

Ella y yo nos acercamos lentamente hacia él, y cuando mi mamá estaba a punto de voltearlo, se escuchó un respiro profundo y una pequeña risa que venía de mi hermano, pero no era mi hermano, él no se ríe así.

Mi mamá lo volteó descobijándolo y cuando las cobijas se quitaban de su cara, vimos un rostro de una niña con una sonrisa macabra y unas cuantas cortadas en su rostro, sus ojos eran blancos.

Mi mamá se quedó totalmente pálida y se cayó de un desmayo, yo también me quede pálido y estuve a punto de desmayarme, pero en ese momento reaccione y di un pequeño brinco hacia atrás, corriendo hacia la cocina tome el cuchillo de la barda y se lo encajé a aquella cosa horrible detrás de mí, salieron chorros de sangre de su pecho, le encajé el cuchillo una y otra vez hasta dejarlo inmóvil, cayó al suelo lentamente, después de eso mi mente quedo en blanco atemorizada por este suceso que había pasado, me fui a dormir sin haber tomado en cuenta nada de eso. A la mañana siguiente desperté, miré mis manos; estaban todas ensangrentadas al igual que mi cara y ropa.

Así que baje corriendo y fuir rápidamente a la sala pero ya no estaba aquella cosa que había matado en la madrugada, sólo estaba la sangre y había manchas de sangre que se dirigían al cuarto de mi hermano, como si alguien se hubiera arrastrado, cuando entré al cuarto vi que mi mamá estaba ensangrentada y mi hermano estaba muerto en el suelo con apuñaladas en el pecho al igual que mi mamá, me quedé callado,muy pálido y con los pelos de punta, salí muy lentamente de el cuarto, pasé por la puerta del baño.

La cerré completamente, vi que en todos lados habían marcas de manos pequeñas de sangre, tomé el cuchillo empapado de sangre y me Salí lentamente de la casa.

Ya han pasado 2 años desde aquel suceso, escuché que encontraron a mi hermano y mi mamá muertos,tengo miedo a volver porque me van a regañar. Hasta ahora no he comprendido quién los mató y a donde se fue esa cosa fea que apuñale. Me llamo Yeshua, tengo 9 años y estoy vagando por la ciudad, aún tengo miedo de ir a dormir…



Calificación: 

domingo, 10 de noviembre de 2019

El Niño del Bote

Se cuenta que en un domicilio que se ubica en Calle Galeana 1976, cerca de lo que es hoy el puente sobre la avenida ayuntamiento. Vivía un matrimonio con su pequeño hijo.

Hubo un tiempo en que el pequeño se mostraba sumamente nervioso y preguntaba a sus padres—¿Quién juega y llora en la azotea todas las noches?— los padres no le tomaban ni la mas mínima importancia, y contestaban: 

—ha de ser un gato ¡duérmete!—, el pobre niño despertaba a media noche, asustado, porque sobre el techo de su cama se escuchaban gemidos, y el sonido de una lata rodando continuamente de un lugar a otro. Llamaba a sus padres, pero estos desde su habitación le ordenaban volver a dormir. Incluso intentaba dormir con ellos, pero también se lo impedían.

Una de tantas ocasiones, el matrimonio fue despertado a mitad de la noche por un grito de terror proveniente de la habitación del niño, y después de eso no pudieron encontrarlo por ningún lado. 

Dieron aviso a las autoridades y al siguiente día, al volver a casa después de un largo día buscando a su hijo hasta que notaron un bote atado con un lazo colgar desde la azotea. Con algo de enojo el hombre logra subir al cobertizo y ve otro bote tirado sobre el techo de la recamara de su hijo, al acercarse encuentra a su hijo en un rincón sentado en cuclillas, abrazando sus piernas con el cuerpo totalmente arañado y su rostro mostrando un gesto de infinito terror…¡Sin vida!.

El matrimonio terminó por mudarse, pero en su nuevo hogar al llegar la media noche los despertó el sonido de un bote rodando en la azotea de la casa nueva y parado frente a su cama, vieron a su hijo quien les decía:

 —Me asusta el ruido de allá arriba.

Después de eso no lo volvieron a ver, pero cada año en el aniversario de su muerte, se escucha el ruido del bote y el llanto del niño.




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sábado, 21 de septiembre de 2019

Un Niño Especial

Había un niño débil, solitario y enfermo.

Un día estaba en el hospital por su revisión semanal, el quería ser como los demás así que le pregunto al doctor si podía ser como los otros niños, si podía jugar como los demás, este le dijo que él no era como los otros niños, que era especial, así que no debía esforzarse en ser como los otros.

El niño en vez de entristecerse se alegró de oír eso, pensó inocentemente, que si tenía alguna peculiaridad por sobre el resto, dejarían de verlo como alguien aislado y pasaría a ser visto como alguien interesante, por lo que podría llegar a hacer amigos. Aun así no sabía en qué podía ser especial, se cuestionaba que quería decir el médico con sus palabras por lo que busco, busco y busco, pero no pudo encontrar en que era especial. Paralelamente los otros niños se dieron cuenta de que el chico no se les acercaba a ellos y que tampoco tenía intenciones de hacerlo como siempre hacia, eso les molesto ya que estaban acostumbrados a rechazar las peticiones constantes del joven para divertirse con ellos, así que decidieron hacerle una broma para hacerle entrar en la realidad.

Estos aprovecharon el día de padres e hijos que se celebraba en un parque ubicado en los límites del pueblo, alejándose aquellos niños previamente citando al muchacho al mismo lugar para que jugara con ellos encendieron una fogata. Este contrario a lo que pensaban los otros chicos si quería ser visto como uno igual por estos, por lo que acepto dicha invitación, en cuanto llego guiado por el humo proveniente de las llamas le ordenaron que antes de que se uniera a su grupo debería de poner la mano al fuego y mantenerla un buen rato, ya que estos también lo habían hecho previamente para acceder a la pequeña cofradía.

El niño que ya estaba desistiendo en su búsqueda de eso que le hacía especial y a la vez dichoso de la proposición que le hicieron, ingenuamente puso su pequeña mano al fuego, este al instante puso una cara de asombro que hizo reír a los demás niños, mientras se reían ellos veían que, a pesar del tiempo transcurrido el seguía manteniendo su extremidad en las brasas, con una extraña expresión en su rostro, nerviosos o más bien asustados le decían que la sacara que ya no era gracioso, que ya lo habían aceptado, pero el niño seguía inerte, absorto en sus pensamientos.

Dentro de la mente del niño este no sentía calor, no sentía dolor, no sentía nada, nada excepto las carcajadas de los demás niños y por un segundo eso lo hizo reaccionar y contemplo como las llamas de la hoguera habían incrementado y alcanzado a los otros niños, estos lloraban, corrían y gritaban pidiendo ayuda, pero él enseguida bajo la vista hacia su mano, que estaba intacta, luego los niños se tendieron al suelo y dejaron de llorar, correr y gritar.

El niño entonces formo una curva con su boca, había encontrado eso que lo hacía especial.




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domingo, 11 de agosto de 2019

Hola Papi

La vida de mis parientes cercanos siempre ha sido muy rica en actividades y aventuras emocionantes. Aquellas historias que nos contaba a mis primos y a mí nos fascinaban y nos podían dejar enganchados varias horas escuchándolas una y otra vez; hasta hacíamos teorías y jugábamos a formar parte de ellas. Sin embargo, un día la persona más vieja de la familia contó una historia totalmente diferente a cualquiera que hubiéramos escuchado, no se parecía en nada a las demás, era muy oscura en comparación. Todavía en estos días sigue teniendo repercusiones en mí, así como tuvo cuando yo era un niño. Él nos contó la historia en primera persona, pues la había vivido, esto fue lo que dijo:

"Eran las doce de la noche. En aquel entonces no habían luces por estas partes del país y yo estaba regresando a casa de jugar poker con amigo. Como ya estaba acostumbrado a la oscuridad de aquella zona, no me daba miedo andar por allí. Me sabía el camino de memoria y no necesitaba luces para guiarme. Aún así, rara vez me quedaba hasta esa hora de la noche en la casa de mi amigo, pero esta vez la avaricia me había ganado. Iba caminando en mitad de la noche, solo y con una linterna de un no muy fuerte fulgor.

De repente escuché el llanto de un bebe justamente por donde yo iba caminando, revisé a los alrededores pero no encontré nada, solamente una pequeña varilla de metal. Pensé que sólo era mi imaginación, lo ignoré y seguí caminando. A medida que avanzaba, me iba topando con más varillas en mi andar, era algo bastante raro y curioso, es decir, ¿quién las habría tirado?. De la nada, en el mismo vacío de la noche, escuché una voz proveniente de las sombras, algo así como una niña.

-Hola papito...- Pronunció aquella "niña", si así se le podía llamar. 

Me sorprendí bastante, y al haberme tomado por sorpresa hasta me asustó. Sin embargo, no era nada que yo no pudiera manejar, o al menos eso creía.

-Papito te voy a comer, has de saber delicioso...

Esas palabras hicieron que me alarmara, pero mi confianza no se iba, seguramente era una niña estúpida jugándome una broma.

-No tengo tiempo para juegos- Le dije.

-No estoy aquí para jugar- Contestó para luego salir de entre las sombras, mostrando su deforme rostro con dientes puntiagudos.

Su monstruoso rostro me espantó, rápidamente me di la vuelta y salí corriendo. No me persiguió, pero juraría haber escuchado su llanto desesperado y sus gritos de ira al ver que su presa escapaba.

Solamente recuerdo su cara negra de malicia y sus dientes blancos con manchas rojas mezclados con unos ojos tan rojos como las mismísimas llamas del infierno.

"Nunca tomé el mismo camino, pero otros viajeros aseguran haber escuchado llantos no de uno si no de varios niños aclamando por su papito..."

Esa historia que mi abuelo nos contó, aún sigue resonando en mi cabeza. No sé si algún día vaya a encontrarme con aquella niña, pero mientras tanto, me aseguraré de nunca tomar ese sendero.



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