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miércoles, 23 de abril de 2025

El Corandury

En el peldaño bajo de mi alcoba
Con ojos de botón sin luz,
Sin pasión que perturbe o que sofoque,
Yace el Corandury, cruz.
Parece dulce, benigno, sin malicia,
Ignora toda discusión,
Mas es azote de toda justicia,
Absoluta es su acción.

Anoche vi cómo a mis amigos comía,
Los destrozaba sin dudar,
De sus dedos la punta desprendía
Y en sangre danzó hasta el clarear.
Grité al verlos inertes, sin aliento,
A Madre conté el atroz festín,
Ella gimió: "¡Ve a la cama, mi tormento!",
Y me dejó con el ruin.

Miembros rotos, abiertos los costados,
De cinco amigos, funerales fríos,
Sobre su tumba busqué ser cobijado,
Solo yo, con mis escalofríos.
Dormido lloré, soñé con la huesuda,
Y cómo sus dientes me iban a encontrar,
Y cómo al alba, la voz de Madre, muda,
Mi incredulidad vendría a lamentar.

Mas la paz del terror pronto cesó,
Al llegar el día, sin dudar,
Vi a mis amigos cruzar el umbral,
Con perfecta salud, al andar.
Madre frunció el ceño, severa mirada,
Y mi nariz vino a señalar,
No podía vivir, ni aprender nada,
Así que las gradas volví a escalar.

De donde estaba sentada, la arranqué,
Mis ansias logrando dominar,
Vi una rata rastrera, que mintió, lo sé,
Y la lancé escaleras abajo, sin dudar.
Entre golpes, alaridos y el patear,
Y talones que hundían su barbilla,
Algodón suelto, costuras al azar,
Creí verla esbozar una extraña cosquilla.



viernes, 10 de julio de 2020

Dolly

Hola, solo quería registrar esto, ya que es la causa de que mi vida sea un infierno. Si me permiten empezaré por dejar que todos ustedes sepan que no creo en lo sobrenatural el vudú, brujería o religión; y aunque no puedo explicar lo que ha ocurrido en mi casa, acabo de asumir que debo deshacerme de esta cosa sin embargo.

No se mucho sobre esta muñeca, mi esposa y yo fuimos a una venta de garaje hace unos meses y nuestra hija de tres años la sacó de un cofre que tenía objetos extraños. La muñeca parecía bastante inofensiva, pero cuando la examiné por la parte de atrás, me di cuenta de que tenía unos extraños símbolos por todas partes. Le pregunté a la dueña de la venta de garaje, qué significaban esos símbolos, por si acaso. Me costó mucho entender a la señora cuando explicaba que el artículo era proveniente de irán.

Lo mejor que podía pensar era que la muñeca era echa a mano en Irán y que los símbolos no eran más que una especie de leyenda iraní. Mi esposa se sentía preocupada sobre dejar a nuestra hija con una muñeca con esas extrañas marcas. Yo le dije que solo era una muñeca y le ofrecí a la señora de la venta un buen dinero por ella, pero me contestó que no sabía como la muñeca llegó al cofre y que no estaba en venta, pero cuando le dije a mi hija que no la podía tener comenzó a llorar histéricamente. Nos dirigimos nuevamente al auto y vimos a la mujer de la venta corriendo detrás de nosotros, le entregó la muñeca a mi hija.

Yo estaba muy emocionado igual que mi hija, pero cuando intenté preguntarle cuanto le debía por la muñeca ella me respondió: "No hay cargo, solo váyanse rápido". Le di las gracias y entramos al auto, cuando íbamos a arrancar el hombre de la casa salió furioso de su garaje y se paró detrás de mi auto para que no pudiera arrancar. Tuve que salir y pedirle que se mueva, el dijo que lo haría tan pronto como le regresara lo que no fue legítimamente vendido. Le pregunté si se refería a la muñeca, exactamente era eso, la quería de vuelta, agregó que no es un juguete de niños y que no tenía idea de lo que poseía.

Le pedí disculpas y traté nuevamente de pedirle la muñeca a mi hija, pero ella no quería ni oír hablar de eso, tiraba y agarraba la muñeca. La señora que hacía la venta se acercó a nosotros y nos dijo que solo tomáramos la muñeca, pero el hombre se negaba diciéndole que no tenía derecho de vendérnosla, luego comenzaron a discutir en otro idioma, probablemente Árabe. 
No podía creer lo enfurecido que estaba el caballero, le gritaba muy fuerte a la mujer hasta que finalmente le dijo que se fuera dentro, dijo: "Cuida de esto", pero ella se negó y nos hizo marchar lo más rápido que pudiéramos, mientras le gritaba al hombre que el no merecía la muñeca o lo que sea que eso significara. Por último me gritó: "Dame la muñeca AHORA". Le contesté que no tenía ningún problema en devolverle su pertenencia, que se calme para poder pedirle la muñeca a mi hija, que no quería soltarla.

De pronto el hombre parecía sin aliento y su esposa o lo que fuera le dijo que debía tomar su medicación. El no tenia intención de dejarme ir, mientras caminaba hacia su casa a tomar sus medicinas. Necesito aclarar que yo no quería quedarme por lo que volví a tratar de quitarle la muñeca a mi hija, pero ella estaba teniendo un ataque. La mujer me suplicó "Por favor, solo váyanse".

—Tomen la muñeca, cuiden bien de ella. Ahora por favor váyanse antes de que él regrese— dijo ella.

Encendimos el auto y nos fuimos a toda velocidad, preguntándonos qué diablos había pasado y por qué ese hombre quería tanto a la muñeca. 

Todo esto sucedió hace unos meses y así es como recuerdo todo, pero lo que venía en los próximos tres meses más o menos, me hace pensar muy distinto sobre por qué ese hombre estaba tan obsesionado con la muñeca.

Mi Hija dormía con ella cada noche y la llamó "Dolly", después de solo una semana cosas muy extrañas comenzaron a suceder. En primer lugar nuestra pequeña comenzó a despertarse en medio de la noche, gritando por las horribles pesadillas que tenía. Como padres nos tomamos esto como normal, ya que todos los niños tienen malos sueños. El problema fue que pasó de tener una pesadilla por semana a tener una cada noche y finalmente varas en una sola noche; empezamos a dejar que durmiera en nuestra cama todas las noches, pero notamos finalmente que todos teníamos estos sueños extraños en la noche.

Ahora, como dije ante yo no creo en estas cosas, hasta el día de hoy creo que estos sueños fueron inducidos por todo lo que había ocurrido, pero cuando mi hija trató de explicar sus pesadillas a mi esposa notamos que eran muy similares a las de ella, sueños de horribles gusanos gigantes que subían a la superficie a tirar de sus víctimas hacia las profundidades de la tierra.

Mi esposa me explicó sus pesadillas y poco después comencé a tenerlas también. Creo que era como ver una película y soñar con ella en la noche. Sin embargo, las pesadillas se volvieron tan vívidas que ahora ambas se despertaban gritando, en este punto jamás tuve en cuenta a la muñeca ya que aún no había tenido algo que ver en nuestro dilema. En el mes siguiente mi hija comenzó a despertarse en las noches diciendo que "Dolly quería ser libre", le expliqué que no le entendía y ella me contó que Dolly le había dicho que quería ser libre. Pensé que era algo normal que los niños hacen y le dije a mi hija que se fuera y tratara de dormir.

Una mañana nos despertamos y no podíamos encontrar a la muñeca, mi hija estaba muy nerviosa así que realizamos búsquedas por todas partes de la casa, para finalmente encontrarla en el bolsillo de uno de mis trajes. Le pregunté a mi hija por qué la puso ahí solo para escucharla jurarme que no lo había hecho. Fui entonces con mi esposa, para preguntarle si ella había guardado el juguete, pero negó haberlo hecho, honestamente no se cómo llegó ahí, pero en cuanto se la devolví a mi hija ella era feliz denuevo.

La situación llegó al punto de que mi hija se negaba a ir a cualquier parte sin Dolly, siempre la llevaba bajo el brazo o en la mano y sostenía conversaciónes con ella durante horas, casi era como si hablara con una persona real. Una noche tome la muñeca y la puse lejos de ella, le dije que la podía tener de vuelta si se terminaba la cena, ya que casi no la había tocado por estar hablando con la muñeca. Mi hija lloró tan fuerte que terminó vomitando en la mesa, en este punto mi paciencia se estaba termiando. Le dije a mi esposa que era el momento justo para tirar a la muñeca a la basura, que nuestra hija ya era mayor e independiente de Dolly; ella no estaba de acuerdo ya que consideraba que deshacernos de ella era como tirar mi televisor de pantalla plana a la basura, que nuestra hija realmente amaba a esa muñeca. Yo no estaba de acuerdo, así que me metí en la pieza de mi hija mientras dormía e intenté tirar el artefacto a la basura. Fui descubierto por mi esposa y terminó por recuperar la dichosa muñeca y devolverla a su lugar.

Por último, hace poco mi hija despertó en medio de la noche para decirnos a mi esposa y a mi que Dolly quería llevarla a dar un paseo nocturno y que yo abriría la puerta principal para que pudieran salir de la casa. Eran las 3:00 AM. Qué diablos gente, esto se prolongó por al menos una semana. Luego como si las pesadillas no fueran suficiente, mi hija nos despertó afirmando que Dolly había caminado a través de la cama por sí misma de un extremo al otro; supuestamente le dijo a mi hija que era mágica y que un día va a ver quién es Dolly. Por supuesto todo esto fue demasiado, sigo convencido de que todo esto es causado por la falta de sueño o por algún tipo de deliro, sin embargo, en mi opinión un niño de tres años no debería estar hablando de esa manera. ¡Ahora no sé qué hacer con esta cosa! Mi esposa dice que ella no me dejará tirarla ya que podría llegar a ser una reliquia familiar.

Le dije que si no me dejaba deshacerme de esa cosa la vendería en eBay, ella se enfureció y decidió ir a pasar un tiempo con su madre, llevándose a mi hija. Aproveché esa oportunidad para esconder la maldita cosa en mi caja fuerte y supuse que no podrían encontrarla antes de irse y así fue; mi hija estaba histérica, pero esa era mi última oportunidad de finalmente deshacerme de esa cosa.

Después de buscar por más de una hora mi hija me miró fijamente a los ojos y me dijo: "Papá se que la tienes y Dolly lo sabe también, ¡Ella va a asegurarse de que el gusano grande venga por la noche!". Alguien por favor dígame ¿cómo diablos un niño de tres años habla así?
De todos modos esta es su oportunidad, gente, estoy vendiendo esta cosa ya que está comenzando a arruinar mi matrimonio y mi vida.

No sé si esto detendrá las pesadillas o no, pero si se que es mejor para mi familia que esa cosa esté lo más lejos posible de nosotros. He tomado fotos de la parte delantera de la muñeca, que parece agradable y dulce; también he tomado fotos de la parte posterior de la muñeca, que tiene marcas de las cuales no tengo idea de su origen o qué demonios quieren decir.

Si alguien sabe descifrar estas marcas o si tiene alguna idea, por favor contactese conmigo, tengo bastante curiosidad sobre si significan algo o solo son un montón de tonterías. No se qué se utilizó para escribir estas marcas en la muñeca, se ve como una especie de tinta, Yodo o algo así, quién sabe, de todas formas he incluido fotos de cerca de las áreas con las marcas, para su deleite.

Voy a empezar la oferta en $5.00 USD una vez más si aguien sabe lo que significan estos símbolos, sería muy apreciada la información. Gracias por hacer una oferta y finalmente ayudarme a eliminar este lío de mi vida.


Estaba revisando tu sitio, que es asombroso y quería pasarte una información que encontré sobre la muñeca embrujada de eBay:

Los símbolos en la parte posterior de la cabeza de la muñeca provienen del Necronomicón (un libro probablemente ficticio, con la intención de invocar demonios). 

El símbolo de arriba es el sello del demonio Marduk. – “El señor de señores, el maestro de los magos, su nombre no debe ser llamado, salvo cuando ningún otro lo haga, y es la responsabilidad más terrible para el que lo haga". La palabra para su invocación es "Dugga", los cuatro últimos símbolos en la segunda línea son del texto Urillia  –“ …El libro del gusano. Este contiene las fórmulas por el cual los demoledores de destrucción pueden realizar sus ritos. Estas son las oraciones de los ensnarers, los mentirosos en espera, los demonios ciegos del caos, el más más antiguo”.

ATENCIÖN: Por favor lea esta frase en voz alta: "Hola, Dolly"

Si lo leíste en voz alta como dicen las instrucciones vas a estar seguro. Si lo leíste en tu mente Dolly va a estar segura también... Dentro de tu cabeza.



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sábado, 6 de junio de 2020

No contestes a extraños...

Esta es una de esas historias que le ocurrió al amigo de un amigo:

Un número privado llama a tu teléfono celular y sin saber, respondes a la llamada más nefasta que has escuchado hasta ahora en tu vida, es como si sintieras la desesperación y el terror de cada lamento, llanto y súplica que escuchas del otro lado.

En unos segundos recibes un mensaje que contiene doce cifras que según cuenta la leyenda corresponden al día, mes, año y hora exácta de tu muerte. A partir de ese momento comienza tu cuenta regresiva.

Puedes intentar luchar contra el tiempo o esperar pacientemente a que tu momento llegue. También he escuchado que la única forma de escapar es llamando tu mismo a otra persona, pasando tu destino sin romper el ciclo.

No contestes a extraños...



Calificación:

lunes, 14 de octubre de 2019

Tramando Algo

Era una de esas noches tempestuosas que ocurren pocas veces al año.

Relampagueaba, tronaba, y un viento fuerte que cambiaba constantemente de dirección sacudía los árboles del ornamento público, y pasaba entre las casas rigiendo horriblemente e intentaba arrancar techos; todo esto bajo una cortina asfixiante de lluvia torrencial.

Lucas atravesó la ciudad sumida bajo la tormenta en su coche, con el limpiaparabrisas luchando pesadamente contra el agua. Algunas calles ya empezaban a inundarse, pero con todo, llegó al fin al colegio que era su destino. Él trabajaba de conserje allí. El director del lugar, muy preocupado por la tormenta, lo había llamado para que fuera a cerciorarse de que todo estaba bien.

Aunque atravesó el patio corriendo, igual se mojó bastante, entonces, antes de encender la luz del corredor se secó las manos con la parte interior del abrigo, y mientras hacía eso en la oscuridad, escuchó un murmullo de voces muy distintas entre sí, de timbres extraños y palabras incomprensibles; pero escuchó ese murmullo entre el estruendo de dos truenos, y eso lo hizo dudar. ¿Qué había escuchado?

Al encender la luz: silencio; el ruido se cortó en ese instante. 

Avanzó hacia el lugar donde salieron las voces. Se detuvo frente a la puerta de un salón. Allí guardaban los juguetes, y la mayoría eran muñecos. Dudó por un momento, pues no decidía, ¿entrar de golpe o hacerlo con cautela?

Finalmente dio un empujón a la puerta, encendió la luz y con el primer vistazo se aterró. Los muñecos estaban quietos, no se movían, pero todos tenían la cara vuelta hacia él. La impresión fue fea. Apagó la luz y cerró de un portazo. Desanduvo el corredor a grandes pasos.

Cuando apagó la luz de este para marcharse, de nuevo escuchó las voces aterradoras murmurando, y ahora se mezclaban algunas risitas espantosas.



Calificación: 

sábado, 24 de agosto de 2019

Aokigahara, el bosque de los suicidios

Aoikagahara es un bosque de unos 35 km ubicado al noroeste de la base del Monte Fuji entre la prefectura de Yamanashi y Shizuoka, Japón . Podría ser un bosque más pero su negra leyenda se remonta a más de mil años donde ya se escribían poemas indicando que el bosque estaba maldito por los Onis o demonios de la mitología japonesa, en los que se habla del sorprendente poder que tiene este bosque para arrastrar a él a las personas mas débiles llevándolas hasta la muerte para así alimentar los corazones de los Onis que viven presos entre las ramas de los árboles.

En el s. XIX las familias castigadas con el hambre y las epidemias abandonaban en el bosque a los niños y a los ancianos que no podían alimentar. En 1960 se publicó la novela "Nami no Tou" de Seicho Matsumoto, en la que al final de la obra dos amantes se suicidan en el bosque, novela de la que quizás provenga la fama de este sitio para suicidarse, además, en 1993 se publicó "El completo manual del suicidio" de Wataru Tsurumi , una guía para suicidarse donde recomienda este bosque como un lugar idóneo.

Nada más entrar al bosque hay un cartel que invita a la reflexión a los suicidas y a buscar ayuda familiar. Las sendas para los turistas están perfectamente marcadas y aunque no es ilegal abandonar la senda hay carteles que advierten y aconsejan no hacerlo. A menudo el vigilante del bosque encuentra cuerpos ahorcados en los árboles y restos como pertenencias de personas que han decidido quitarse la vida. Es el segundo lugar del mundo donde más gente se quita la vida, siendo solo superado por el puente Golden Gate de San Francisco (Estados Unidos). 

Además de los suicidios también existe información de que algunos de los cuerpos encontrados no son de suicidas si no provenientes de asesinatos pasionales o de los Yakuzas, los asesinos dejan los cadáveres en el bosque esperando que no los encuentren o en su defecto que los confundan con el cuerpo de algún suicida. 

Los Yürei también forman parte de las leyendas de este bosque,son almas de personas que vagan por el bosque al haber sidos arrancados de la vida de una forma violenta. Se dice que al caer el sol se les puede ver vagando entre los arboles y que sus gritos de sufrimiento se oyen a través del viento.

Otro tipo de fantasmas que las leyendas cuentan que allí habita son los Goryo un tipo de fantasma vengativo, espíritus que antaño fueron humanos y maldicen un lugar como forma de vengarse por algo que se les hizo en vida. Algunos espiritistas afirman que los arboles del Aokigahara están impregnados de una energía malévola acumulada desde hace siglos. Esa energía proviene de toda esa gente que murió en este lugar y hacen todo lo posible para atraer a más personas y así convertirlas en nuevas víctimas. 

Pero fuera de las leyendas de fantasmas y demonios hay una realidad aterradora indiscutible y es que el Aokigahara ,fuera de los caminos marcados, el paisaje crea una distorsión del sentido de la orientación. Si miras delante tuyo para andar derecho, corres peligro de resbalarte y caerte, ya que el suelo parece sólido mientras que en realidad, a menudo, éste se encuentra a 30 o 40 cm más abajo bajo una alfombra de raíces y hojas, las cuales crean una tela que da la impresión de un terreno perfectamente llano. Este bosque posee numerosas cuevas enormes y profundas. Estas grietas abren ampliamente sus bocas bajo la vegetación y es muy fácil caer en el interior y reencontrarse allí, con horror, frente a esqueletos de los que quedaron atrapados tiempo atrás.


martes, 11 de abril de 2017

Fotografías

Una joven que caminaba a casa desde la escuela encontró una pila de fotografías Polaroid tiradas en el pavimento. Eran en total, veinte fotografías agrupadas con una liga de hule. La joven las tomó y en tanto caminaba, comenzó a mirarlas por simple curiosidad. La primera foto era de un espectral hombre blanco en un fondo negro, parado tan lejos de la cámara que la chica no podía reconocer sus facciones.

Pasó la foto hacia el final del montón y miró la siguiente imagen; la fotografía era del mismo hombre, ahora un poco más cerca.

La chica abanicó el siguiente grupo de fotografías rápidamente. Con cada foto, el hombre en la imagen parecía acercarse cada vez un poco más, y sus facciones se hacían más claras.

Llegando ya a la esquina de su casa, la chica se dio cuenta de que el hombre de las fotos parecía estar viéndola, aun cuando ella se movía hacia los lados de la imagen —ya sabes, un efecto similar a esas despreciables y aterradoras muñecas de porcelana—. Esto la perturbó, pero, en todo caso, continuó viendo las fotos una por una.

Para la imagen número diecinueve, el hombre estaba tan cerca que su cara llenaba completamente el cuadro. Tenía la expresión más horripilante que la chica había visto. Llegando casi a su casa, miró la última foto.

Esta vez, en lugar de una imagen, solo había dos palabras: «Suficientemente cerca».

Escuchando un horrible grito proveniente desde fuera de su casa, el hermano de la chica salió corriendo hacia la puerta y la abrió. Pero lo único que encontró fue una pila de fotografías tiradas en la entrada de la puerta de su casa. Extrañamente, la primera imagen parecía ser una versión en extremo pálida de su hermanita; sin embargo, la chica de la imagen estaba demasiado lejos como para estar seguro de ello…




Calificación: 

La Muñeca Enterrada

Pedro era casi como un hermano para Juan. Se conocían desde hacía años y eran inseparables. Iban al mismo instituto, estaban en la misma clase y, siempre que había que hacer trabajos en grupo, terminaban juntos.

Un día, la profesora de Ciencias Naturales dejó una tarea extraña, aunque entretenida: los alumnos debían recolectar muestras de tierra a diferentes profundidades, guardando un pequeño puñado cada cinco centímetros. Como era de esperarse, Juan y Pedro decidieron trabajar juntos, aunque lo de “trabajar” no era más que una excusa para conseguir el permiso de sus padres y escapar al bosque a las afueras de la ciudad.

Una vez allí, acordaron no adentrarse demasiado. Sabían que podían perderse, y no sería la primera vez que un excursionista desorientado terminaba con un destino trágico. Marcaron los árboles por los que pasaban con tiza para asegurarse de recordar el camino de regreso, y aun así, terminaron caminando más de lo planeado hacia lo profundo de aquel espeso bosque.

Fue entonces cuando un claro extraño llamó su atención.

—Este lugar es perfecto para cavar. No hay raíces que molesten y esas piedras parecen cómodas para sentarse a comer —dijo Juan.

—El bocadillo me lo como yo, mientras tú cavas. Ni de broma voy a ensuciar mi camiseta nueva —bromeó Pedro, imitando la voz de una niña consentida.

—Hagamos una cosa: comemos ahora, y luego lo decidimos a cara o cruz —propuso Juan, que ya llevaba un buen rato con hambre.

Tras unos veinte minutos de risas y bocadillos, Juan sacó una moneda.

—El que pierda empieza. Cinco minutos cada uno, y luego se turna el otro. No pienso partirme la espalda por culpa de la bruja de Ciencias. Además, con 50 centímetros basta… no vamos a enterrar a nadie.

—Vale. Prepárate para perder —dijo Pedro, sacando unas herramientas de jardinería que había pedido prestadas a su padre.

Juan perdió el sorteo y, resignado, empezó a buscar un buen sitio. De pronto, vio un grupo de hongos rojos con manchas blancas, todos brotando del mismo punto. Algo en ellos lo atrajo con un entusiasmo casi infantil, como si las setas señalaran un lugar especial.

—Le voy a guardar unas pocas a la bruja, con suerte son venenosas —dijo entre risas, mientras recogía la primera muestra de tierra superficial.

Pero al tocar la tierra, un escalofrío recorrió su cuerpo. Un miedo inexplicable lo invadió, y se levantó bruscamente.

—¡Tengo frío! Aquí hace más frío que en todo el bosque —le gritó a Pedro.

—¡Jajaja! Ay sí, seguro estás encima de una tumba maldita o algo así —se burló Pedro, exagerando una mueca de espanto.

Juan, por orgullo, decidió ignorar su miedo y siguió cavando, guardando la tierra en bolsitas a medida que profundizaba. Mientras tanto, Pedro pateaba una piedra como si jugara al fútbol.

—¡Mira esto! —gritó Juan de pronto. Pedro corrió hacia él, curioso.

Juan sostenía una muñeca pelirroja, de unos treinta centímetros. En cuanto Pedro la vio, un escalofrío le recorrió la espalda. Una sensación de asco profundo se le instaló en la garganta como una escolopendra viva.



—¡Aaaagh, suelta eso! —gritó con asco, retrocediendo al ver a la repulsiva muñeca tuerta que su amigo tenía en la mano.

Juan miró de nuevo y palideció: la cabeza de la muñeca estaba llena de gusanos blancos, gordos, que se agitaban frenéticamente y empezaban a salir por la cavidad del ojo faltante. Su vestido seguía milagrosamente blanco, limpio, como si la tierra no lo hubiera tocado.

—Pero… cuando la desenterré estaba bien. Era bonita, y me sonrió…

El ojo que le quedaba a la muñeca era inquietante: grande, completamente negro con un iris rojo intenso y una pupila diminuta, demoníaca.

¿Quién habría enterrado algo así? ¿Por qué los gusanos estaban dentro de la cabeza? ¿Era cierto lo del frío?

Asustados, los chicos salieron corriendo, sintiendo en la espalda el peso de esa mirada única, perversa. Solo se detuvieron un par de veces: Juan vomitaba, seguramente por haber tenido en sus manos esos asquerosos gusanos. Pero al llegar a casa, las náuseas no desaparecieron. Seguía vomitando, y su rostro se volvió de un tono amarillo pálido, casi enfermizo.

Pensaron que se le pasaría en unas horas. No fue así. Con el correr de los días, Juan empeoró: estaba pálido, demacrado, irreconocible. Parecía un enfermo terminal. Los médicos no encontraban una causa. Una semana después, Juan murió.

Pedro quedó devastado. Se volvió huraño, evitaba a todos, y pasaba los recreos en la biblioteca. Los fines de semana los pasaba devorando libros, buscando una explicación. Nada encajaba: los síntomas de Juan parecían los de varias enfermedades mortales al mismo tiempo.

Hasta que un día, en una vieja librería, encontró un libro de esoterismo. Polvoriento, antiguo, con ilustraciones extrañas. Y allí, en una página amarillenta, junto a la imagen de una muñeca idéntica (aunque sin estar tuerta), leyó:

"Quien padezca una enfermedad incurable, que entierre una muñeca como esta mientras entona la invocación. Su mal quedará atrapado en la muñeca. Pero aquel que la encuentre, recibirá la enfermedad y morirá… a menos que realice el mismo ritual."

Entonces todo tuvo sentido: los gusanos, los hongos, el frío. La muñeca estaba maldita. Alguien había sellado su enfermedad en ella, condenando al primero que la desenterrara a cargar con ese mal. Una especie de pacto, una trampa para salvar su cuerpo… a cambio del alma de otro.

En algunas creencias del vudú, se usan muñecos para representar personas. Son llamados "fetiches". Lo que se le hace al muñeco, lo sufre la persona atada a él. Tal vez esta leyenda nació como una adaptación de esas prácticas oscuras. Pero para Juan, ya era tarde. La muñeca cumplió su cometido.

Y aún sigue enterrada… esperando a su próximo salvador.



Calificación:  ⛧⛧⛧⛧