Mostrando entradas con la etiqueta Navidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Navidad. Mostrar todas las entradas

miércoles, 10 de febrero de 2021

La Navidad pasada me rompiste el corazón

Mientras me siento aquí mirando el árbol de Navidad, con sus luces y adornos, no puedo evitar pensar en nuestra primera Navidad juntos. ¿Recuerdas cuando nos mudamos aquí? Estabas decidida a ser cantante, incluso había empezado a trabajar en dos empleos para pagar tus clases de canto, pero valió la pena, para que tus sueños se hicieran realidad.

Esta época del año siempre fue nuestra favorita, como lo es para la mayoría de la gente. Caminábamos por el centro de la ciudad abrazados, mientras admirábamos las luces y los colores de los adornos navideños, Dios mío, eras tan hermosa. Recuerdo nuestro primer árbol de Navidad, era un árbol pequeño de aspecto horrible, pero era todo lo que podíamos pagar. Fuimos a compramos oropel y bombillas de todos los colores, ahí fue cuando viste la estrella, era hermosa como tú, y era la más brillante de todas, sabía que no podíamos permitírnoslo pero no podía decirte que no. Fue la Navidad más feliz que he tenido.

Eso fue hace mucho tiempo, y a medida que pasaron los años comenzaste a llamar la atención por sus talentos, ya estaban en camino a la cima. Aún así dijiste que me amabas y que para esto habíamos trabajado tan duro, quería creerte, pero en el fondo sabía que no era así. Te volviste más distante, entre las giras y las fiestas nunca estabas en casa. La Navidad pasada te rogué que me ayudaras a decorar el árbol, tenía la esperanza de que reavivaría esos viejos sentimientos que tenías por mí.

—Estoy muy ocupada —dijiste con una voz fría.

—Al menos cuelga la estrella —respondí—. Tengo un regalo para ti.

Esperé durante unos segundos que me parecieron eternos, solo para destruir el silencio con las palabras más horribles que he escuchado.

—Hemos terminado, adiós.

Me quedé allí conmocionado con el tono de marcado durante horas. Todo el mundo me dijo que esto iba a pasar, pero no me lo creí. La Navidad fue tan insignificante después de eso, me aplastó, me convertiste en la cáscara de un hombre, quiero decir que después de todos los sacrificios que hice por ti, no me merecía eso.

Esta Navidad, sin embargo, es diferente, he sido muy festivo, he hecho todo lo posible. Compré el árbol más grande que pude encontrar y más decoraciones de las que podía contar. Estaría feliz una vez más porque estuviste aquí en Navidad. La forma en que el rojo gotea por el árbol, es tan hermoso. Siempre habías querido ser una estrella, ahora lo eres y con las luces que he añadido, eres la más brillante de todas.



domingo, 12 de enero de 2020

Navidad sangrienta

La navidad es aquella ceremonia donde se festeja el nacimiento de Cristo, y todos tienen una noche buena, pero la familia Edith no tuvo esa noche buena. Londres año 1980, la familia Edith espera ansiosa la navidad, es un día con mucha nieve, pero podría ser peor cuando informan por televisión sobre un asesino que se ha escapado de la cárcel con un traje de santa Claus y que ronda por esa misma zona, la familia se mantiene alerta, pero no lo suficiente ya que no han asegurado la casa y que en cualquier momento el prófugo podría introducirse en el hogar.

Ante esto la madre manda a dormir a su hijo en el segundo piso de la casa, para estar más asegurado. Ya es medianoche y en la casa están todas las luces apagadas, de repente se siente un ruido por la chimenea. Entonces Lautaro, hijo único de la familia, se levanta de la cama creyendo que era santa, fue entonces cuando la madre grita:

¡Lautaro corre y escondet....

Pero el asesino le corta el cuello a la mujer con lo cual muere ensangrentada, el niño siente un temor inexplicable. Mientras el niño subía las escalera rápidamente, el prófugo le decía con voz dulce y delicada:

Lautaro, dale un abrazo a Santa.

Fue entonces que en esa ocasión aparece el padre del niño peleando contra aquel asesino, pero por un descuido minúsculo el psicópata saca un hacha que tenia escondido en su traje robusto y le corta el hombro al pobre hombre que gritaba agonizante en el pasillo de su casa, mientras gritaba adolorido por la herida el esquizofrenia hombre le corta la cabeza al padre de Lautaro. Ahora sí, Lautaro sentía miedo, pero a la vez furia y tristeza por lo sucedido aquella noche de alegría, él estaba solo e indefenso lo único que pudo hacer fue esconderse en su cuarto, encerrarse en su closet y llamar sollozante a la policía sin que aquel demente se diera cuenta de la llamada a las autoridades y que todo se diera por terminado... pero no fue así como lo pensó Lautaro.

El asesino aun buscaba al joven asustado, pero cuando subió las escaleras escucho un bullicio en el armario, el loco sin pensarlo cortó el cable del teléfono, abrió el armario y asesinó brutal y despiadadamente a aquel joven niño de tan solo 7 años de edad, cortándole sus miembros y extrayendo sus órganos. Mientras Lautaro agonizaba el despiadado hombre le corto el cuello y es ahí cuando la vida de aquel niño se da por terminada, pero antes de irse el loco vestido de santa Claus descuartiza a los integrantes de la familia, los mete en una bolsa negra y los coloca en una caja cuadrada, los envolvió con papel de regalo y lo dejo debajo de aquel árbol de navidad que hermoso se veía con sus adornos navideños. Jamás se volvió a saber de aquel asesino, pero ten cuidado, puede que en cualquier navidad aparezca en tu casa, pero... ¿estarás preparado para ello?


sábado, 21 de diciembre de 2019

Dulce Navidad

La navidad, la dulce y horrenda navidad, como la detesto. Los padres siempre nos han intentado convencer de que existe un gordo inmundo que te trae regalos y te quiere mucho, pero para mi sólo es un invento para llenar los bolsos de esta inmunda sociedad y tener que soportar la falsa hipocresía de convivir con quien odias.

Desde que tengo uso de razón (3 años) mis padres me han convencido de que tenga que portarme bien para recibir regalos, pero yo nunca he hecho eso, me parece detestable que me obliguen a estar sujetas a códigos morales para que me regalen algo. Así que si, todas las navidades Santa solo me ha traído carbón, pero esta navidad no se saldrá con la suya.

Ahora que tengo 7 años estoy pensando seriamente en como arruinar la navidad este año. Todos los años siempre ha sido lo mismo, mis padres persuadiendome de alguna forma para evitar que me acerque a ese gordo inmundo y el siempre se sale con la suya, pues ya no será así ahora. Es 24 de diciembre y estamos todos felices celebrando, yo aunque lo odie y sé que no recibiré nada, sonrío hipócritamente ocultando mi verdad.

Como siempre los estúpidos de mis tíos y sus parásitos mayores (mis primos) ayudan a convencerme más de que la Navidad es una completa mierda. Resulta que pusieron un pesebre donde estaba el niño Jesús y los otros personajes, yo por supuesto, lo rompí todo. Mi madre me dio una cachetada, me mando a mi cuarto y me dijo que me quedaré sin cenar y sin postre, maldita puta... como sea, no puedo dormir porque siempre tengo insomnio (algo anormal para mi edad) pero gracias a eso estuve pensando fríamente como haré para deshacerme de ese gordo hipócrita.

Pensaba y pensaba hasta que de repente mi pequeño y diminuto cerebro se iluminó:


Cuando entre por la chimenea, donde hay carbón, pondré muchos alambres, cosa de que si el gordo barbudo ese entra por ahí no pueda salir fácilmente. Después gracias a mi agilidad usaré una larga cuerda para atarlo a una silla y que no pueda moverse, de paso uso cloroformo para que se duerma (y una cinta aislante pongo a su boca por si las moscas). Así el encadenado e inmóvil me da la oportunidad de hacer muchas cosas. En primer lugar me hago con el festín de muchos regalos que ese tipo me debía, en segundo lugar juego con la falsa inocencia de ese baboso, le saco el pantalón y le estiro el miembro de una forma dolorosa, hasta que llego a un punto el cual, simplemente decido usar un cuchillo de carnicero y cortárselo.

Veo que el hombre despierta, rayos y encima chilla demasiado el muy cabrón. Decido llevarlo rápidamente al sótano y cerrar la puerta para que nadie se entere. De paso voy cortando varios trozos de su cuerpo de a poco, finalmente cortando su cabeza. Algo de gracioso tenía ese tipo, la cara de horror que expresó por el shock fue algo excitante para mi, se lo merecía realmente. Tener que soportar años de recibir ese asqueroso carbón (lo único que podía hacer con eso era tragármelo), en fin terminado todo esto decidí limpiar toda mi casa y deshacer la escena del crímen.


Con excepción de que dejé ese horroroso rostro por el barrio para que la gente la viera, le puse un adorno adentro de la boca, un lindo carbón. Y como era muy narizón, también aproveché para poner mis lindos mocos ahí (si, tenía reservado mucho).

Con esto puedo concluir que la navidad no fue tan mala como lo esperaba, al final tuve lo que merecía, vengarme de ese viejo gordo hipócrita.


Calificación: 

viernes, 9 de agosto de 2019

El diablo en el espejo

En plena época de Navidad, un grupo de amigos en un pueblo pequeño se reunió para beber unos tragos y contar unas cuantas historias paranormales. Fue entonces cuando Marcos, el cabeza de la pandilla, recordó una vieja leyenda urbana que le habían contado sus padres.

—Todos los años, el 24 de diciembre, justo cuando dan las doce de la noche, el diablo sube a la tierra para hacer una inspección. Dicen que si quieres verle tienes que aprovechar este día para mirarlo a los ojos. El procedimiento es muy sencillo: enciérrate en el baño pocos minutos antes de la medianoche, apaga las luces y párate frente al espejo. Debes encender doce velas negras a tu alrededor. Justo cuando comiencen a sonar las campanadas de las doce horas, cierra tus ojos y espera a escuchar la última. En ese instante, por un solo segundo, el demonio aparecerá en el espejo.

Los amigos de Marcos se quedaron en silencio, con rostros entre intrigados y nerviosos.

—Eso no es más que una mentira y yo te lo puedo comprobar —dijo entonces Diego, que siempre se había caracterizado por ser el más soso del grupo.

Pero esa noche, estaba dispuesto a hacerse el valiente frente a los demás.

—Si tan machito eres, ¿por qué no hacemos la prueba esta Nochebuena? —lo retó Marcos son una sonrisa burlona.

—Acepto. Pero te advierto que cuando gané, tendrás que cumplir con el castigo que yo elija y veremos quien se hace el machito.

Todos los amigos pactaron el acuerdo y el día 24 de ese mismo mes, se presentaron en casa de Diego con una docena de velas negras, una biblia satánica y una cámara de vídeo con visión nocturna.

—Esto es para evitar que te eches atrás —le advirtió Marcos a Diego—, vamos a grabar todo lo que ocurra en el baño. Si te haces el tonto, lo sabremos.

Prepararon todo para el ritual. Una vez que la puerta se cerró detrás de él y se vio a sí mismo alumbrado ante el espejo con las velas, Diego sintió como la ansiedad y el terror se apoderaban de su cuerpo. Pero no podía salir ni quedar como un idiota ante los demás. Respiró profundamente, se apoyó contra el lavamanos y al escuchar las campanadas de la iglesia a lo lejos, cerró los ojos…

Fuera del baño, Marcos y sus amigos esperaban que saliera llorando en cualquier momento. Un silencio absoluto se había apoderado del lugar.

—¿Diego? ¿Estás bien?

Las campanadas se habían terminado. Al no obtener respuesta de su amigo, los chicos entraron al baño, solo para encontrarlo de pie frente al espejo, con una mueca de terror en la cara y una mano en el corazón. Le había dado un infarto de la impresión.

—Lo vi… lo vi… —murmuraba, con la respiración entrecortada.

Aunque lograron trasladarlo al hospital a tiempo, Diego nunca más volvió a ser el mismo, convirtiéndose en un muchacho asustadizo y paranoico.

Marcos jamás se atrevió a mirar lo que había grabado la cámara de vídeo.




Calificación: