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domingo, 9 de febrero de 2020

Lulú

Todo comenzó con otro viaje de campamento familiar. Mi hermano Andy, mis padres, mi tía Laura, mi tío Ben y yo siempre planeábamos un viaje anual de campamento a las montañas cercanas. Cada año nos gusta caminar un poco más alto y caminar un poco más lejos. Este año fuimos hasta cerca de 10 kilómetros y medio camino alrededor de la montaña a una llanura cubierta de hierba. Era bastante agradable, tranquilo e impasible por la vida urbana a sólo unos kilómetros por la carretera. La única parte que no me gustó fue que no había baño real así que si necesitas un poco de tranquilidad, tenías que llevar una pala y esperar a que no recoja hiedras venenosas.

Se estaba acercando el atardecer y el campo estaba todo listo y el fuego crepitaba en el centro. Tuve el mayor impulso de ir a orinar, así que le dije a mi madre que me iba a los árboles por un momento. Ella me dijo que no fuera demasiado lejos y yo asentí para mostrarle que lo entendí. Luego me fui.

Entré en la colección de árboles que se mueven lo suficiente para ver la luz.

Una vez había terminado, me abroché mis pantalones y retomaba mi camino de regreso, pero justo cuando estaba a punto de salir vi algo por el rabillo del ojo. Volví la cabeza y en un estanque a unos pocos metros de distancia había una muchacha que se lavaba las piernas. Tenía curiosidad por lo que me acerqué. Tenía el pelo desordenado negro, recogido en dos colas de caballo; no parecía mucho mayor que yo, unos trece o catorce años. Llevaba un vestido plisado uniforme desgarrado pero sin zapatos, sus piernas estaban cubiertas de moretones y cortes.

-Hey... -la vi acabando de limpiar sus piernas con el agua y me quedo en línea recta. Poco a poco se volvió hacia mí su flequillo negro, era largo y con mucha vegetación.

-Mi nombre es Rubin -le sonreí-. ¿Cuál es el tuyo?

Una niebla la rodeo, mientras ella se quedó en silencio, luego apenas podía ver los árboles detrás mío oí susurrar:

-Lulú.

-¿Lulú? Bueno, ese es un nombre lindo. Entonces, ¿Dónde vives? -miré a mi alrededor, era casi imposible ver algo, no sólo eso, sino el sol comenzaba a bajar.

-Puedo... llevarte... -murmuró suavemente tomando mi mano. Su piel era suave, incluso con los moretones, suaves y muy frías.

Yo estaba en silencio por un momento, en conflicto si debía ir con ella o no. Le di una sonrisa poco después y estuve de acuerdo para seguirla. Fuimos por el camino de tierra que estaba atestado de hojas secas y ramas caídas. En ese momento sólo me concentré en ella y no el hecho de que estaba caminando a ciegas en la niebla como si fuera una tarea cotidiana.

La niebla boscosa atenúa cuando el sol descendía. Se las arregló para conducirnos a una vieja casa abandonada de dos pisos, la niebla se espesó aún más. Ella y yo nos sentamos en el porche a ver la oscuridad.

-¿No tienes miedo… Ya sabes, de vivir aquí en el bosque sola? -pregunté con tranquilidad a Lulú. Ella abrazó sus rodillas magulladas y mantuvo los ojos ocultos.

-En realidad no, incluso con los hombres altos, asesinos y monstruos en cuatro patas, nunca estoy asustada. Nadie me visita de todos modos -explicó tan silenciosamente como había dicho su nombre.

Me sorprendió su respuesta, por un momento pensé que estaba loca. Pero, probablemente vivía aquí desde hace bastante tiempo.

-¿Entonces, de dónde eres tú?

-Un lugar muy lejos, es muy oscuro. No me gusta mucho la oscuridad, las cosas malas suceden allí." Ella tembló por un momento, y luego se sentó en silencio.

-¿Por qué te tapas la cara? -le pregunté después de sentir un escalofrío en el aire frío.

-No me gusta la gente al ver mi cara...

Más silencio misterioso rodó en el viento. Entonces me aclaré la garganta.

-¿Cuándo crees que la niebla cejará? Tendré que regresar al campamento antes de que mis padres se preocupen -la miré y ella se puso de pie, de repente algo se sentía extraño en ella. Una sensación demoníaca triste me abrumó.

-¿Tienes hambre? -preguntó ella caminando hacia la puerta.

-S-sí -me puse de pie, listo para seguirla a su interior.

Entró en la casa y yo la seguí. Dentro había una casa muy bien cuidada. Las ventanas estaban limpias, el sofá parecía suave. Había incluso luces encendidas en la zona de la cocina. Me senté en el sofá, que era agradable y suave a pesar de su tapicería aparentemente vieja.

Ella entró en el espacio habitable con un plato astillado, un plato de sopa y una cuchara de plata brillante. Ella lo puso en mi regazo y fue a buscarme una servilleta, luego desapareció subiendo unas escaleras.

Me senté solo a comer mi sopa; era dulce y cálida, me sentó bien. Comí pensando en mis padres, había estado fuera mucho tiempo y no debía haber caminado tan lejos. ¿No debería escuchar a mis padres llamándome por mi nombre, yo debería ser capaz de oír desde aquí? Fue extraño, desde que la niebla apareció.

Me despedí de mis pensamientos después de comer la sopa, estaba lleno y mis ojos se cerraron por el sueño. Dejé el plato, tazón y cuchara en la tabla individual en la habitación y me tumbé en el sofá. Mi único pensamiento era sobre la chica que desapareció en la casa mientras me quedaba a dormir. Me desperté en la oscuridad de la noche por un fuerte grito viniendo desde abajo. Me levanté del sofá y miré alrededor. No había más que las tablas que crujían y la casa aullando. Escuché por unos momentos el extraño silencio de la casa. Miré la mesa cuando volví a mi posición y me dí cuenta de que los platos no estaban.

-Lulú debe haberlos recogido... -cerré los ojos rindiendo a la somnolencia.

Como me quedaba de nuevo en mi sueño cuando ruido vino desde abajo y me sobresalte de nuevo. Esta vez me quedo claro que esto no era mi imaginación. ¿Qué pasa si Lulú estaba en peligro? Ella parecía demasiado débil para luchar contra cualquier cosa que podría haber vagado. Necesitaba asegurarme de que estaba bien. Lo último que me gustaría es que estuviera gravemente herida cuando podría haber ayudado.

Entonces maniobré cuidadosamente mi camino alrededor de la casa con poca luz. Me encontré con un cuarto de baño, un dormitorio, un armario, y luego la puerta del sótano. Toqué el pomo de la puerta y una frialdad espeluznante corrió lentamente su camino hacia abajo de mi espina dorsal. Me resistía a abrir, pero el pensamiento de Lulú me obligo a girar el pomo y abrir la puerta.

Detrás de la puerta había una escalera a oscuras, un fuerte viento frío subió las escaleras. Tosí un par de veces por el mal olor luego de dar unos pasos hacia abajo.

Al descender al sótano, el mal olor se hizo más fuerte, mi estómago comenzó a agitarse y mis ojos se humedecieron. Olía como si hubiera algo en el sótano que estuviera en descomposición. En el fondo me encontré con un interruptor y lo accioné. El sótano estaba ahora completamente iluminado, o al menos esta parte solamente. En la esquina de la habitación había otra puerta cubierta de herrumbre, profunda de color marrón .

-Lulú -grite mirando a mi alrededor, no hubo respuesta. Yo estaba empezando a preocuparme, ¿Dónde podría estar?-. ¡LULU! -grité más fuerte, más ansioso que antes. Corrí hacia la puerta en la esquina de la habitación. Agarré el mango y la abrí.

-LU-... -lo que había visto en esa habitación me hizo perder todo lo que había comido. Había un cuarto entero de cuerpos, cuerpos, podridos en descomposición allí. Vi a hombres, mujeres, y unas pocas personas de mi edad tendidos sobre el suelo algunas colgando. Lo único que todos tenían en común era el rostro. Ninguno de ellos tenía los ojos, sólo había cuencas vacías mirando a través de mí. Yo no podía soportarlo. Me aparté de la puerta y encontré algo.

Poco a poco me di la vuelta y allí estaba Lulú, los brazos y las piernas todos cubiertos de sangre. Me quedé horrorizado. Pensé que ella era tan dulce, no pensé que pudiera... Yo no podía ni siquiera imaginar la situación. Estaba deseando que todo esto fuera una pesadilla. Que nada de esto fuera real.

-Has visto demasiado... -ella me miro, su cabello moviéndose de su cara para revelar nada más que piel suave. Ella no tenía ojos.

-T…tu... c-cara... -me aparte de ella y tropecé sobre unas herramientas regadas por el suelo. Su mano tocó la superficie lisa.

-Mis ojos... no puedes verlos en este momento -ella dedicó una pequeña sonrisa como si estuviera avergonzada o incluso feliz-. Pero yo los tengo.

Yo estaba congelado; mi corazón estaba latiendo en mi pecho. Apenas podía respirar, y luego se trasladó todo el pelo de la cara.

-¿Ves? -la piel alrededor de los zócalos inexistentes comenzó a desgarrarse y sangrar. Ella comenzó a buscar tan triste, tan lastimada. Después de un momento ella tenía profundas cuencas vacías.

-Ahora que lo has visto... -ella extendió su mano hacia mí y yo la golpeé.

-¡Aléjate de mí! ¡Maldito bicho raro! -la empujé fuera del camino y torpemente corrí por las escaleras oscuras. Ella me siguió.

-¡Has visto demasiado! -escuché su eco detrás de mí mientras corría fuera de la casa en el bosque de niebla-. ¡Dame tus ojos! -miré hacia atrás y la vi de pie en el porche; No paré hasta que me tropecé con una rama y caí por una pequeña colina.

En unos momentos ella estaba sentada en mi pecho; sus manos estaban a unos centímetros de mi cara. Le di una patada y rodé hasta que ella se separó luego me dirigí a mis pies. Ella seguía gritando por mis ojos y me siguió corriendo, la sangre brotaba de la pequeña abertura en mi brazo.

Entonces ahí fue cuando me di cuenta de la laguna, yo la había conocido en ese estanque lo que significaba que mis padres no estaban muy lejos. Corrí tan rápido que tropecé en el campamento. Mi familia había saltado en mi entrada. De repente estaba tan mareado y cansado de correr. Miré a mí alrededor y vi a mi madre. Se veía tan preocupada, el campamento estaba iluminado y la niebla había desaparecido. Me relajé por un momento la sensación de seguridad me invadió y me desmayé.

Me desperté en un hospital con mi madre de pie al lado de mi cama; Yo tenía un tubo en el brazo y un yeso en el otro. Ella se inclinó para darme un beso en la frente.

-Estoy tan contenta de que estés bien. Te fuiste durante cinco minutos para ir al baño y vuelves con un brazo roto y cortes ¿Cómo te lo hiciste?

-¿C-cinco minutos? -poco a poco me senté-. ¡¿Me había ido por cinco minutos!? Pero la chica, la niebla y la casa y los cuerpos.

-¿De qué estás hablando? No había casas a nuestra vista el campamento, no hay niñas y ciertamente no hubo niebla.

Yo estaba en un punto muerto; Estaba en la niebla; Vi a la chica. Ella había tocado mi mano, ella me dio de comer, y los... los cuerpos. ¿Cómo?

Me dieron el alta en el hospital por el tiempo que eran las once y me dirigí a casa con mis padres. Una niebla había rodado pero eso era normal en las noche por aquí. Yo había puesto mi despertador cuando llegué a mi habitación y me acosté en mi cama. Bostecé y cerré los ojos. Empecé a desvanecerme. La casa estaba en silencio; la imagen de la chica estaba clara en mi mente. Tomé una respiración profunda cuando oí un sollozo.

-Dame tus ojos.


miércoles, 5 de febrero de 2020

Zero

Una chica joven con el pelo de color caramelo y ojos verdes se sentó en su jardín delantero. El sol caliente del verano caía sobre su pálida piel cubierta de moretones. Pensar que esta dulce joven fue violentamente golpeada por sus compañeros apenas unas horas antes. Alice, ese era su nombre. Ella era una chica inteligente, sin embargo, no parecía tener muchos amigos, por lo que a menudo pasaba tiempo a solas creando sus propios amigos, a los amigos imaginarios si se les quiere. Ella tenía muchos de estos amigos, de hecho, tuvo que nombrarlos a todos, con un número solo para llevar la cuenta. Fuera de todos ellos había uno que se destacaba, en particular, su nombre era Zero. Ella fue la primera de los amigos imaginarios, creada para proteger a Alice de todos sus matones. Cada vez que se burlaban de ella o cuando la herían físicamente, Zero estaba allí para protegerla. Ellas eran mejores amigas y pasaban todos los días juntas, contando sus historias, chistes y hasta se burlaban de la vecina de Alice, que estaba a cargo de vigilarla cada vez que sus padres salían de negocios. Para Alice, la vida no le era solo deprimente... Hasta ese día.

Mientras, Alice se sentó en la suave hierba, mirando hacia abajo en la calle, sintió una extraña sensación, una necesidad. Algo en el fondo de su mente la ordenaba cruzar al otro lado de la calle. Cuando la idea finalmente la consumió, saltó a la pequeña calle del barrio, sus pies descalzos golpearon el pavimento caliente, observando cuidadosamente cada paso mientras cruzaba. Cuando levantó la vista vio venir algo hacia ella, un gran camión blanco. Sus ojos estaban desorbitados de horror, se quedaron allí, sin realizar ningún movimiento, estaba en estado de shock. Preparándose para el gran impacto que se iba a ocasionar. Hubo un fuerte chillido estridente que produjo la goma contra el hormigón. El vehículo giró en otra dirección cayendo abajo de la colina grande situada enfrente de su casa. Oyó el crujido de metal y el grito de una mujer, ya que siguió rodando hasta que chocó contra un gran árbol en la base. Solo bastó un momento para que el desmantelado vehículo estallara en inmensas llamas, el humo escalaba el lado del árbol.

Los pálidos ojos de Alice se quedaron mirando la tragedia, y como la puerta del conductor se abría, alguien salió arrastrándose desesperado, agarrando el suelo del bosque. El padre de Alice se quedó mirando a la colina, a su hija amorosa, cubierto de su propia sangre carmesí y las brillantes llamas rojas que lo rodeaban. Gritó desesperadamente, no podía moverse, su pierna se encontraba atrapada entre la rueda y el metal, el dolor que fluía a través de su cuerpo era demasiado. Sus gritos se silenciaron y él dejó de moverse.

Mientras las llamas rojas consumían la escena, Alice vio a alguien en el asiento pasajero, su amorosa madre, la cuál también moría consumida por las llamas. Alice cayó de rodillas, con lágrimas cálidas que fluyeron por sus mejillas y nariz chorreando por la barbilla.

-¡MAMÁ! ¡PAPÁ! -grito ella, siendo testigo de toda la horrible escena. El dolor y la tristeza llenaban todo su cuerpo, la reproducción de la escena una y otra vez en su cabeza. Las llamas rojas y la sangre carmesí... fue lo último que vio de sus padres ese día de verano caluroso.

Después del accidente de sus padres, a su vecino el Sr. Rogers, le tomó en un sentimiento de culpa. Lo odiaba, era un hombre sucio y estaba borracho casi cada minuto de cada día. Pero ella lo odiaba aún más por no estar vigilándola ese día, a causa de él... ella mató a sus padres. Pero no había nadie más, ni familia ni amigos, la dejaron sola, la miseria de ser su única compañía.

Muchos años más tarde, la morena luz se sienta en su clase de historia, garabateando gente pequeña de dibujos animados en su cuaderno de bocetos. A medida que dibujaba el pelo de alguien, algo violentamente la sacó de su concentración. Una mano arrugada en un concurso con un gran cero en él cubrió su trabajo.

-Alice, le sugiero realmente que preste atención en mi salón de clases, no es necesario otro cero -dijo la arrugada profesora de historia de Alice.

Alice de repente se sintió confusa. Algo sobre lo que acaba de decir... le molestaba, pero ella no sabía lo que era.

-S... sí, señora Kirst -dijo Alice intentando no hacer contacto visual.

Mientras estaba sentada en clase, se pregunto que es lo que le estaba pasando, pero su cabeza seguía cada vez más tensa, hasta que sintió como si estuviera a punto de vomitar. Ella pidió permiso para retirarse, y rápidamente corrió hacia los baños.

Alice se echó agua fría en su ardiente cara mirándose en el espejo. Pero saltó hacia atrás con el corazón palpitante, cuando vio su reflejo. Ella podría haberse jurado no verse a sí misma... tuvo que pestañear.

Unas horas más tarde, ella se sienta en su clase de arte, viendo a sus compañeros de trabajo ocupados en sus proyectos. Al hacerlo, sin darse cuenta; su mano se deslizó y se encuentra con una hoja de afeitar, un corte muy profundo aparece en su muñeca. Líquido rojo se vierte su trabajo. Pero aún así ella no se percata. Antes de darse cuenta, el profesor ya la estaba mirando con los ojos muy abiertos, sin más remedio; la llevó a la enfermería.

Cuando regresó, ella ocultó su rostro con su capucha y volvió a su asiento. Pero ella sin sentarse aún, se le congeló el cuerpo al ver unos extraños círculos rojos cubriendo por completo su trabajo y su escritorio. Toda esta situación la hizo temblar, y tan pronto como la campana sonó, ella salió corriendo a los pasillos.

Antes de salir de la escuela, fue recibida por una sonrisa familiar.

-¡Hola Alice, bienvenida al país de las maravillas! -dijo la chica de pelo rubio corto y con ojos marrones, echándole los brazos hacia arriba y haciendo un gesto hacia toda la calle como si fuera a ser una sorpresa.

-Puede que no, Ann -dijo Alice con una mirada seria.

-¡Vamos, anímate! De todas formas, ¿vas a hacer la tarea? -dijo Ann descansando sus manos detrás de su cabeza y capturando los copos de nieve con su pequeña lengua rosada.

-Vas a tener que ir haciendo tus propios trabajos con el tiempo... ya sabes. Yo no voy a estar aquí por siempre.

-Sí que lo estarás, porque yo no voy a dejar que te vayas -alegó Ann lanzando su brazo alrededor del hombro de Alice, así como caminaban por la carretera de invierno.

Mientras seguían caminando, se hicieron bromas y chistes entre sí, hasta que por fin llegaron a la casa de Ann. Se despidieron y entonces Alice entró con confianza en el bosque, a ella le gustaba, todo era muy tranquilo, el sol amarillo que golpeaba el terreno blanco sin tocar y las sombras delgadas de los Arsin. Lo único que la molestaba, era el significado de saber que ella volvería a ese horrible lugar, al que algunos llamarían "hogar". Abrió la puerta chirriante y poco a poco, en silencio entró en la fría casa. Contuvo la respiración así como a la vez caminaba en la sala de estar.

-¡Ahí estás, perra! -gritó un hombre rudo que la agarró del brazo. Alice chilló mientras tiraba de espaldas mirando directamente a los ojos del hombre con disgusto. El rostro de Alice se puso roja, mientras el nudo llenaba su garganta.

-¿Qué es esto? ¿Eh? -dijo tirando de ella hacia la esquina de la cocina en el mostrador cubierto de latas de cerveza y cajas de comida en el microondas.

-¡Mierda! Me olvidé de limpiar esta mañana! -pensó ella para sí misma.

-Lo-lo siento, yo solo tenía que llegar a la escue... -fue silenciada por el sólido puño del Sr. Rogers en su cara.

-¡No necesito más estúpidas excusas! ¡Que no se repita nunca más! O te arrepentirás, te lo juro -dijo arrojándola al suelo de baldosas, caminó de regreso a la sala, dejó caer su gran cuerpo obeso sobre el sofá polvoriento.

Alice rápidamente se puso de pie, se fue a tirar la basura y a hacer la limpieza de los contadores silenciosamente con pánico. Esto no era raro, cada vez que había hecho algo malo, el hombre borracho se enojaba y la golpeaba, por lo que ella hizo lo que le dijo y se escondió en su habitación.

Ella contuvo las emociones hirviendo por dentro, tristeza, confusión y rabia. Después ella rápidamente caminó por las escaleras a su pequeño dormitorio. Era un cuarto oscuro, las paredes estaban cubiertas con sus dibujos favoritos, una pequeña cama en el centro y un armario en la esquina. Esta era su única vía de escape, el único lugar donde podía ser libre. Nadie entraba, solo ella, nadie más.

Al día siguiente, mientras caminaba por el bosque lleno de nieve, salió a la carretera en el otro extremo a toda velocidad al caminar por la acera. Ella no cruzó el camino que usaba normalmente, simplemente caminó rápidamente, su sudadera negra favorita cubría su gran herida negra y azulada en su cara. No podía decírselo a nadie, quién sabe lo que haría el Sr. Rogers...

-¡Alice! ¡Ey, espera! -dijo una voz familiar desde atrás.

-¡Ey, Ann! -respondió Alice con una voz monótona y fija frente a ella.

Ann agotada, agarraba el hombro de Alice mientras ella se quedaba sin aliento. Alice volvió la cabeza, mirando hacia el bosque y Ann caminaba a su lado.

-¿Qué pasa con la capucha? ¿Vas a vender algunos medicamentos? -Ann se rió para sus adentros.

- No, solo..... ya sabes..... tengo frío -dijo ella suavemente.

Ann sonrió y le arrancó la capucha, y se quedó con los ojos abiertos como platos.

-¡Oh, Dios mío! ¡¿Qué ha pasado?! ¿Estás bien? -dijo Ann inspeccionando cerca el ojo negro.

-¡Sí, sí! Estoy bien, solo... resbalé y me di un golpe en el mostrador -dijo ella, en voz baja riendo nerviosamente.

Ann la miró a la cara con dureza. Ella sabía que Alice estaba mintiendo.

-Hmm, si tú lo dices. Así, si necesitas a alguien, sabes que siempre estaré para ti -dijo lanzando su brazo sobre su hombro mostrando confianza.

Alice asintió mientras caminaban rumbo a la escuela.

Su día continuó, la gente se fijó en su ojo mientras andaban, algunas personas preguntaban por ella y ella les daba a todos la misma respuesta:

-Fue un accidente.

Esto era raro para ella, por lo general, la gente no le hacía caso, incluso a veces, sin dar siquiera una mirada. Pero a ella no le gustaba toda la atención que estaba recibiendo, por lo que llevó la capucha puesta la mayor parte del día. Después de la escuela, rápidamente salió del edificio sin esperar a su única amiga. Caminó a través del campus, tropezando en los peldaños de las escaleras cortas, hasta lograr ver dos figuras que caminaban hacia ella. Ella miró al suelo, observando el movimiento de hormigón debajo de sus pies. Mientras caminaba, un pie bloqueó sus pasos tropezando Alice en el piso de concreto duro. La mano y el codo dejaron caer su mayoría, pero enviaron sus cuadernos y bloc de dibujo volando delante de ella. Con la cara roja de vergüenza, ella se retorcía sobre sus rodillas, agarrando sus libros en pánico. Riendo estalló por todas partes a su alrededor, su cara se convirtió en un color rojo oscuro.

-Claro, ahora la gente me nota -pensó ella para sí misma.

Cuando ella agarró el último cuaderno sintió que algo golpeó la parte trasera de su cabeza, líquido marrón saltó en todas direcciones, que goteaban leche achocolatada de su flequillo y en su rostro. Se quedó inmóvil, algo tiró de la parte posterior de su mente. Ella sintió su sangre hervir de rabia hasta que.... ella acaba.... espetó.

Dejarlo todo, se levantó, se dio la vuelta y corrió hacia una de las figuras que la había disparado. Los ojos del chico alto se abrieron en estado de shock cuando el puño de Alice le golpeó en el estómago, llegando en su caja torácica. Cayó hacia atrás sibilancias, tos con.... la sangre. Mientras estaba sentado en el concreto que abraza su estómago su rodilla chocó contra el costado de su cabeza. Tosió más carmesí cuando.... Alice agarró la pierna y, con el pie, lo rompió. Un fuerte crujido resonó contra las paredes de ladrillo de la escuela. Se fue por su brazo cuando vio la segunda figura correr hacia ella.

Ella lo esquivó golpeando el codo en su espalda, envió su cuerpo hacia el concreto. El chico más pequeño rápidamente se dio la vuelta, Alice, sentada encima de su estómago, perforando su rostro dañado, una y otra y otra vez, hasta que se podía ver la sangre verter de la nariz y la boca. Él luchó para detenerla, pero estaba demasiado débil, no tenía más remedio que acaba de tomar todas y cada golpe.

-¡ALICE! ¡ALTO! -oyó a alguien gritar, correr hacia la escena.

Ella levantó la vista que coloca en otro golpe de mano, pero se detuvo cuando vio la expresión de horror en los rostros de todos, incluido el de Ann. Ella salió del estado terrible en el que había entrado y se miró los nudillos ensangrentados y la cara destrozada del muchacho.

-¡Qué he hecho! ¡No soy yo, yo no lo hice! ¡Por lo menos no era mi intención! -pensó ella. Lágrimas llenaron sus ojos. Se puso de pie con rapidez alejándose de las dos víctimas mutiladas, y corrió fuera de la escuela. Hacia el bosque.

Corrió a su cuarto de baño, buscando en el armario la medicina para limpiar las heridas que se había causado a sí misma. Se sirvió alcohol en los cortes y los usó para lavar la sangre. Observó las pequeñas burbujas de espuma blanca en el interior de cada corte en sus manos y el codo. Una vez que ella vendó sus heridas, apoyó las manos sobre el mostrador y miro a sí misma en el espejo del baño.

-¿Qué acabo de hacer? ¡No me siento yo misma! ¿Si yo hubiera hecho esto antes? -susurró para sí, misma, preguntas pasaban por su cabeza.

-Oh, no..... por supuesto que no. Fui yo, solo deseaba protegerte..... -respondió su boca, usando su propia voz.

Alice saltó hacia atrás, los ojos se le abrieron como platos, la cara se le puso pálida. Era increíble, pero su reflejo acababa de hablar con ella.

-¡Qué! ¡¿Qui-quién eres tú?! -le preguntó tartamudeando.Tras una larga pausa, la voz ronca por fin habló una vez más.

-Yo soy tu mejor amiga. ¿No te acuerdas? -dijeron sus mismos labios.

Pestañeó para que las lágrimas se contuviesen. Su cabeza comenzó a a dar vueltas con fuerza mientras que ella caía al suelo gritando. La voz estaba dentro de su cabeza, repitiendo la misma frase una y otra vez.

-¿No te acuerdas de mí, Alice. Soy tu mejor amiga.... tu única amiga, Zero...


sábado, 4 de enero de 2020

Como invocar a Slenderman

Si estas leyendo esto, eres de los pocos afortunados en encontrar la clave para invocar a Slenderman. Antes que nada, tienes dos opciones: jugar o no jugar, independiente de tu decisión, no importa porque él ya escucho su nombre en tu mente y es probable que ahora mismo este por llegar donde tu estas. 

Asegúrate de no tener niños cerca de ti ya que si él ve a un niño , se lo llevara y nunca más lo veras.

Si ya estás solo, estés donde estés, puedes seguir leyendo la invocación... pero si estas en un bosque no sigas leyendo esto y huye inmediatamente, mas probable es que mueras, procura alejarte de los arboles, a Slenderman le gusta camuflarse entre ellos y no dudara en aplastarte contra uno de ellos.

Si estás en una casa o en cualquier lugar techado, no te confíes, no creas que estas a salvo de Slenderman, ya que para este instante él acaba de llegar y puede que este cerca, quizás más cerca de lo que crees, a continuación párate y busca una libreta y dibuja una figura humanoide en pocas palabras una bolita con 5 palitos como cuerpo y arriba de ese dibujo escribe la pregunta:

¿Estoy solo?

Ya que lo tengas, ve a tu habitación y pon ese dibujo en tu cama , después sal de ahí y lee esto en voz alta:

Oh Slenderman, querido Slenderman, figura tétrica que se oculta para que no lo vea , acércate a mi.

Querido Slenderman, solo quiero saber que se siente estar a tu presencia y si estas detrás de mi, por favor solo mátame porque se que te he hecho enfadar.

Querido Slenderman, si no es así déjame que siga con este cántico que se que te atraerá.

Después canta una canción infantil de tu infancia tres veces y dirígete caminando a tu habitación pero no voltees, ya que Slenderman estará detrás de ti cuando hayas cantado por segunda vez la canción infantil.

A continuación, cierra la puerta de tu habitación y siéntate en el piso mirando a una de las paredes de tu habitación, pero que no sea una pared cercana a la cama donde dejaste el dibujo, sigue cantando y en un momento se abrirá sola la puerta, dirígete a la cama y mira el dibujo y veras que junto a tu dibujo estará Slenderman dibujado.

Si es así, Slenderman a decidido dejarte vivir y te da el privilegio de que tengas en tus manos un dibujo que el mismo hizo, pero si ves que en el dibujo no esta Slenderman, ya no importa si volteas o no porque él te va a matar por la insolencia de verlo invocado solo por curiosidad y por haberlo enfadado con tu mente infantil y patética ya que eso es lo que más odia Slenderman, pero si la puerta no se abrió y el dibujo sigue igual, no fuiste lo suficientemente capaz de invocarlo, no te escucho.

¿Te atreves?


sábado, 28 de diciembre de 2019

Slendytubbies

Seguro que todos ustedes han jugado o escuchado hablar del juego de terror de estos simpáticos personajes sacados de una serie de televisión. Pero Slendytubbies esconde muchos secretos todavía no revelados. Cosas que, de darse a la luz, cambiarían la vida de miles de personas.

El juego, de por sí, es traumatizante y toca la fibra sensible de la gente a la que le gustaba aquella dulce serie que parecía no esconder nada extraño, pero que ocultaba mensajes subliminales.

Capítulos repetidos que pretendían soldar en tu mente todo lo que había ocurrido. Cuatro personajes que parecían venir de otro planeta y que utilizaban su sonrisa eterna para entrar en la mente de los niños hasta el punto de convertirse en una obsesión para muchos de ellos.

Pero, como todo, pasaron de moda. Hasta ahora.

A primera vista, parece un simple juego de terror al más puro estilo Slender, indagando, un último mensaje macabro que nos envían estos coloridos personajes...

Estás en un bosque, en TeletubbieLandia y tu misión es encontrar todas las tubbiepapillas. Entre medidas, se mezcla, imágenes impactantes con teletubbies mutilados, muertos, sangrando y la cara de Tinky Winky, la representación del mal del juego.

La pregunta es... ¿Es un simple juego? ¿O hay mensajes ocultos detrás de todo esto?

En el juego se representan los mayores miedos del ser humano: los sustos, los gritos, la oscuridad; te persigan hasta acabar contigo. Es una auténtica pesadilla hecha videojuego. Y utilizan aquello que en sus días te tranquilizaba como podía ver un capitulo de los Teletubbies en televisión, como algo que nunca más te dejará descansar durante el resto de tu vida.

Otros rumores cuentan que este juego utiliza sonidos de muerte reales a la hora de asustarnos. Sin ir más lejos, el grito de Tinky Winky es perturbador y totalmente real.

Las imágenes aparecen cada tanto no buscaban otro propósito que convencerte de que la muerte es el único final del juego, pero... ¿Se puede vencer?

Hay muchas posibilidades: conseguir todas las papillas y terminar con una sonrisa en la cara. ¿Quién sabe? Pero como pasaba con la serie, en Slendytubbies 3 este acaba con final estos son:

Final Bueno: Vences a Po en su ultima forma lo cual llegan los militares después de ello.

Final Malo: Po es su ultima forma te mata lo cual llegan los militares y encuentran tu cuerpo muerto.

Los demás finales los tendrás que averiguarlos tu.

Hay muchas mas incógnitas sobre ese juego. Quizás te acostumbres a sus gritos, quizás deje de asustarte. Pero el objetivo está cumplido: De nuevo, ellos son los dueños de tu mente.

Día tras día.

Como hace muchos años atrás....



Calificación: 

domingo, 8 de septiembre de 2019

X-Virus

Mi verdadero nombre es Cody, mi nacimiento fue no deseado y nunca conocí a mi padre porque mi madre era prostituta, pero temprano aprendí que ella no estaba muy interesada en mí.

Ella no estaba conmigo durante días, a veces semanas; así que me quedaba solo en casa. Por lo que me lo pasaba con mis vecinos, me han ayudado mucho.

Nunca he tenido demasiados amigos. Y eso es todo lo que diré de mí por ahora.

Pues bien, una vez vino una trabajadora social y me apartó de mi madre. Fui a un orfanato, lo que significaba que tenía que ir a otra escuela.

Primero me fue perfecto, pero entonces algo salió mal y los demás empezaron a intimidarme.

Por lo que pasó, yo no hablaba con nadie, tenía miedo de hacerlo. Me acostumbré al hecho de que yo no era normal y que no encajaba en ninguna parte. Me sentaba en una silla y me decía a mí mismo que soy diferente.

Después me dijeron que yo sería adoptado. Me sorprendió mucho, porque, ¿quién querría a un niño de 13 años de edad? Casi todo el mundo quiere a los niños pequeños.

Me llevaron a una casa muy grande y lujosa.¡Hermosa! Me dieron un recorrido guiado, después me mostraron mi habitación y todo era simplemente hermoso.

Después de unas semanas me enteré de que mi "padre" trabajaba en un laboratorio de estudio de bacterias. Y era un reto, empecé a aprender acerca de él e incluso a veces ayudaba a mi padre en su trabajo, en el que me explicó cómo funcionaba todo y que las bacterias son perjudiciales. Hice una nota en el diario, he realizado varios bocetos y cosas por el estilo, yo volvía a casa tarde por la noche.

Unos años más tarde, cuando yo tenía 17 años y sabía mucho acerca de las bacterias y cómo usarlas, las personas de la escuela empezaron a llamarme psicópata, pero no hice caso. Casi todos los días me iba con mi padre a su trabajo.

Me empezó a gustar hacer experimentos con ratas y otros animales. Por lo general, el experimento terminaba con la vida del animal, pero cuando morían hacían sonidos agudos, tales como la sofocación o como si tuviesen agallas para explotar. Fue simplemente increíble. Me preguntaba qué sonidos harían los humanos, pero cada vez que buscaba a alguien para preguntarle me respondían que no sabían o que yo estaba loco.

Bien, pero todavía no me había rendido.

Una vez, cuando estaba con mi padre en el trabajo y nadie estaba mirando, tomé una jeringa y la llené de las bacterias de los fangos. Entonces me fui a casa. Por la noche, cuando todos dormían, me vestí con chaqueta negra y jeans azules, luego fui al sótano.

Yo estaba interesado en un bate de béisbol y un frasco de clavos, así que tome el bate y algunos clavos. Clavé algunos en el palo y así cree un arma simple pero mortal. Más tarde saqué del armario una mascara de gas vieja y unas gafas con lentes azules. Luego fui a la ciudad, fui a una casa antigua, pasé a través de la ventana y maté con el bate a todos los que vivían en la casa. Pero a la última persona, le inyecté con la jeringa que tenía en la mano y esperé hasta que las bacterias se propagaran por todo su cuerpo. El hombre se quejó. Al cabo de un rato empezó a gemir en voz alta y se cayó al suelo. Estaba muerto y eso causó que yo soltará una risa. Me fui de la casa.

También tuve que matar a mis padres porque sabían lo que había hecho y querían llamar a la policía.

Fui al laboratorio de investigación donde mi padre trabajaba. Tomé una bolsa que estaba fuera del armario y empecé a agarrar jeringas, vías de bacterias y otras grasas. Cuando ya tenía todo fui a la ciudad, maté a unas pocas personas, y luego fui al bosque.

Necesitaba un refugio. Noté a un chico, tenía una sudadera gris con una capucha azul oscuro y llevaba consigo dos hachas. Llevaba gafas con lentes naranjas y un bozal en la boca. Tenía miedo de que me hubiese notado, así que empecé a volver y me escondí detrás de un árbol. Miró en mi dirección, yo estaba muy asustado, pero después de un tiempo salió detrás de un árbol y saltó detrás de una roca, donde se escondió. Después de un momento el chico dijo:

—Hey sal, te conozco, no tienes nada que ocultar —tentativamente me miró, no parecía como si quisiera atacarme así que salí.

Me puse de pie frente a él. Estaba aterrorizado cuando le pregunté:

—¿Quién eres?

Inmediatamente me dijo:

—Mi nombre es Toby.

Pensé por un momento y dije vacilante:

—Mi nombre es Cody, pero dime X-Virus.

Me esperaba lo que sucedería. Me miró y dijo:

—Bueno, X-Virus, ven conmigo.

Comenzó a caminar y yo lo seguí. Me llevó a su casa, donde estaba familiarizado con los demás. Desde entonces Toby llegó a ser como mi hermano, y gracias a él llegué a aprender técnicas sobre el asesinato.




Calificación: 

martes, 13 de agosto de 2019

El Origen de Nina The Killer

Nina Hopkins, de 11 años de edad, fue trasladada a una nueva escuela para estar más cerca de su casa. Una mañana de domingo, un día antes de su primer día en su nuevo colegio, despertó y fue al baño, se lavó los dientes, volvió a su cama y tomó su laptop para conectarse.

Nina no era de esas chicas que se levantaban con energía para abrir la ventana y dejar entrar la luz para hacer algo productivo en el día. No, ella simplemente disfrutaba de sentarse a ver animes, o escuchar música como rock o J-pop, jugar videojuegos o simplemente tocar la guitarra. Así le gustaba ser y así, amigos y familiares la querían.

Pero esta vez ella no quiso hacer ninguna de las cosas que normalmente hacía, no, esta vez quiso leer por milésima vez "El origen de Jeff The Killer", ella adoraba los creepypastas, pero ese era su preferido, sentía una extraña atracción hacia él, de admiración más que todo. Cada vez que lo leía sentía que un extraño impulso la invadía, pero exactamente por eso lo disfrutaba.

Mientras leía, de pronto, oyó la puerta, rápidamente levanto la mirada encontrándose con su pequeño hermano Chris y sus hermosos ojos verdes, Chris era el príncipe de Nina, lo adoraba y solía llamarlo así porque todas las noches le contaba historias de hadas para dormirle, a ella también le gustaban esas historias. Chris era de cabello negro bastante oscuro, tez blanca y ojos verde claro, igual que su difunto padre, en cambio ella era de cabello castaño claro, tez blanca y ojos azules, ella era muy parecida a su madre.

—Hermanita, a comer —dijo el niño con una sonrisa inocente.

—Ya voy mi príncipe —anunció Nina pellizcándole una mejilla en forma de cariño.

Dejó la computadora a un lado y bajo a comer.

A la mañana siguiente, Nina y Chris iban a clases, ella se levantó y se vistió con una de sus camisas favoritas, mientras tomaba su bolso sintió algo extraño… como un extraño jalón, que le hizo sostener su cabeza en un intento de mantenerse parada, haciendo que una extraña y pequeña sonrisa se formase en su boca. De pronto escucho la voz de su madre traerla a la realidad, de inmediato tomó su bolso y bajo ignorando por completo lo sucedido, espero a Chris frente a la puerta. Poco después bajo el niño bastante apurado.

—¿Listos? —pregunto la madre.

—¡Si! —respondieron ambos.

—Bien, suerte en la escuela —anunció su madre volviendo a la cocina.

—¡Adiós mama! —respondieron ambos chicos saliendo de casa.

Llegaron a la escuela caminando ya que a Nina le pareció molesto tomar el autobús.

Se dividieron y Nina fue a la secundaria mientras su hermanito a la primaria. Nina sintió la clase un infierno, aparte de larga.

Nina salió y fue en busca de Chris a su salón, al este salir ambos decidieron buscar un lugar tranquilo donde comer sin necesidad de tener que aguantar a todos los alumnos jugando a sus alrededores, así que encontraron un jardín detrás de la escuela donde casi no había nadie, ni un profesor ni un alumno, así que se sentaron pasiblemente a comer, pensando que tendrían un desayuno tranquilo, pudieron divisar unos pasos acercarse a ello. Nina levantó la vista y se encontró con una chica mucho mayor que ella, cabello negro y ropa algo callejera.

—Vaya, vaya ¿Pero que tenemos aquí? Alumnos nuevos —anunció la chica—. Mi nombre es Claudia, y yo mando en este colegio, y si no obedeces lo que digo… pagaras caro —agregó mientras sacaba una navaja de su jeans al mismo tiempo que dos chicos salieron de un árbol cercano—. Conozcan a Malcom y a Jhony.

Nina se incorporó rápidamente y se puso enfrente de Chris para protegerlo.

—Oigan, no queremos problemas, solo queremos desayunar tranquilamente —aclaro Nina.

—Ah, ya veo, pero ustedes no deberían estar aquí, esta zona es nuestra —anunció Claudia acercándose a ellos.

—¡Eso es estúpido! ¡ustedes no tienen derecho a mandar a nadie! —exclamó Chris pasando enfrente de Nina y recibiendo un fuerte golpe en el estómago de parte de Jhony. Chris cayó en los brazos de Nina tras el golpe.

—¡Chris! —exclamó Nina sosteniéndolo en sus brazos.

—Bien, si no quieres ser la siguiente, te recomiendo obedecer y salir de aquí —alegó Claudia acariciando el rostro de Nina con el cuchillo.

Nina no hizo nada más que soltar un golpe limpio en la cara de Claudia tumbándola al suelo, Nina rápidamente soltó a Chris y se abalanzó a Claudia tomando el cuchillo y clavándolo en el hombro de Claudia.

Malcom sostuvo a Nina de la espalda y la apreso en sus brazos. Esta soltó una fuerte patada en la entrepierna del chico tumbándolo al suelo, Nina volteo rápidamente para soltar varias patadas en la cara del chico y hacer que botara sangre por la nariz y boca.

Jhony de inmediato se acobardo al ver la reacción de la chica hacia los ataque y emprendió la carrera lejos de ella, pero inmediato Nina lo notó y corrió hacia Jhony tomando la navaja del hombro de Claudia y se abalanzo al chico clavándole la navaja en el estómago.

—¡Nina, basta! —oyó la voz de su pequeño hermanito, Nina inmediato volteó a verle y le observó, este tenía una mirada muy sorprendida.

Nina soltó a Jhony y dio unos pasos atrás viendo sus manos algo manchadas de sangre, se sentía como un monstruo… pero tenía que admitirlo… otro lado se sentía extremadamente bien, y el impulso se calmó, volteó de nuevo a su hermano que seguía allí sorprendido sin poder soltar una frase, Nina corrió hacia él y le tomó del brazo.

—Vamos, no podemos estar aquí por mucho —se fueron del patio.

Luego de eso Nina se fue a lavar las manos para llevar a Chris para que revisaran el golpe. Nina evitó a toda costa mencionar algo sobre eso, Chris solo pensaba que fue un impulso para defenderlo… pero ella sabía que algo más sucedía allí, sabía que era algo más fuerte y horrible, esa sensación de sentirse poderosa y fuerte…La necesidad de lastimar a alguien.

El día paso rápido y cuando los hermanos volvieron se sentaron a comer con su madre.

—¡Bien!, ¿Y cómo les fue en la escuela? —preguntó su madre con una sonrisa dulce.

Chris se estremeció al tratar de responder esa pregunta.

—Excelente —comentó Nina formando una sonrisa algo psicótica.

Nina subió a su cuarto luego de comer y abrió su closet encontrándose con su colección de Jeff The Killer, eran varios posters, diferentes chapas, algunos cuadernos viejos que los había forrado con él, algunos muñecos y peluches, tomo uno pequeño que le encantaba y se tiro a la cama con este, y lo observo…con su siniestra sonrisa que a ella ni le asustaba o intimidaba de lo más mínimo, lo contrario, en cierta forma le divertía, lo miro por un rato y luego susurro.

—Jeff… ¿tu me haces esto…?

Luego del incidente buscaron y buscaron a los culpables de la pelea, pero no los encontraron, y como pensarían que fue una niña de 11 años como Nina, o un niño de 6 años como Chris, ellos tenían eso a su ventaja para no levantar sospechas, y como todo sucedió el primer día de clases, muchos no podían decir si Nina estuvo allí ya que muchos no la conocían, y tampoco era de llamar mucho la atención, por eso no muchos sabían si ella fue ese día o no.

Aunque a pesar de todo, Nina un día abrió su casillero encontrándose con una nota que le decía; Sé lo que hiciste…pero no te preocupes… no le diré a nadie, eres hábil… pero peligrosa. Nina no halló firma ni nada que le identificara, no tenía en la más mínima idea de quien lo había enviado… se le ocurrió alguien, pero decidió no tomar en cuenta esa nota, si no diría nada quien sea que lo envió, bien por ella.

Por otro lado, la cordura de Nina no mejoraba, ya que enloquecía tanto que tomaba un cuchillo y se sentaba gran parte de la noche junto al cuarto de su hermano o de su madre.

Un día, Chris jugaba con sus nuevos amigos de la cuadra, y ya estaba anocheciendo, así que la madre de Nina; Mónica, le pidió que fuera por él. Nina salió y vio a lo lejos los niños jugar, cuando se acercó no pudo divisar a Chris, y se empezó a preocupar, se acercó a los niños y les pregunto dónde se encontraba Chris, y estos les respondieron que se había ido con una chica mayor que ella, Nina se preocupó mucho y volvió a casa a tomar el cuchillo que tenía escondido en su cuarto y sin que su madre se enterara salió.

Fue en busca de Chris rogando porque no le pasase nada, llegando a un más lejos de la casa. Paso mucho tiempo y Nina no pudo dar con Chris, empezando a desesperarse y llorar. En eso escucho un carro acercarse, este paró junto a Nina y esta dió unos pasos para atrás evitando que le fuesen a hacer algo, en eso las puertas se abrió y salió Chris dándose al suelo, se escucharon unas risas provenientes del carro que inmediato arrancó.

Nina rápidamente sostuvo a Chris es sus brazos nerviosa y se encontró con el pobre niño golpeado y con la ropa algo desbaratada.

—¡Chris! ¡Dios santo! ¿¡Qué sucedió!? —exclamó Nina sosteniendo el pequeño cuerpo de su hermano.

—E-ellos me… al-allí Nina… me… to-tocaron —alego Chris con mucha dificultad y echándose a llorar en el pecho de su hermana mayor, Nina trato de controlar algo que le gritaba adentro, una y otra y otra vez, sentía una ira incontrolable, levantó a su hermano en brazos y lo llevó rápidamente a un hospital para que tratasen los golpes y demás que tuviese.

Allí Nina llamo a su madre y le informó lo sucedido, su madre se fue lo más rápido que pudo al hospital, y allí llego y le informaron a ambas que tenía fuertes golpes y hemorragias internas y los rastros de violaciones fueron encontrado, la madre de Nina se echó a llorar y Nina solo se mantuvo callada a la situación, evitando a toda costa soltar esa necesidad de lastimar a alguien.

Al día siguiente le dieron de alta a Chris, pero le pidieron que se mantuviera un tiempo en reposo, así que durante 3 semanas Nina cuido a Chris contándole historias y ayudándole mucho con sus medicinas.

Y mientras Nina iba a la escuela, de nuevo, le dejaron una nueva nota, que decía así; Siento lo de tu hermano…espero se recupere, no pienses que estás sola…estoy yo aquí, seré tu amigo…pero lamentablemente a distancia… Nina sintió un leve rubor a eso, reviso de nuevo la carta y no encontró ninguna firma.

Pasaron las semanas y toco ir a Clases para Chris, este fue de muy mala gana, y más porque ese día era día de la foto escolar, así que Nina busco algo descendente que ponerse sin dar con mucho más que una falda negra de cortes, unas medias de rayas negras con vino tinto, unos convers de color negro, una franelilla de rayas negras y azules, sus guantes favoritos sin dedos y se recogió el pelo con un lazo rojo sangre. Aun así sintió que le faltaba algo, así que busco en su armario encontrándose con su suéter favorito morado, el cual le recordaba al suéter de Jeff The Killer, así que se lo puso y bajo las escaleras encontrándose con su hermanito que le esperaba en la puerta, ambos salieron despidiéndose de su madre.

Llegaron al colegio, esta vez fueron en autobús para evitar que los que le hicieron eso a Chris no buscaran joderles en el camino.

Llegaron al colegio encontrándose con una sorpresa no tan grata.

Claudia, Malcom y Jhony caminaban por medio del pasillo, con aire de pocos amigos. Nina estaba consciente del motivo del por qué sus caras, la buscaban a ella y a Chris. Nina reaccionó y tomó a Chris del brazo sacándolos del pasillo donde estaban y evitando a toda costa que los vieran.

El día paso rápido y ni Nina ni Chris se encontraron al trío, o eso es lo que ella creía.

De vuelta Clases, Nina sintió que les seguían, así que al voltear recibiendo un golpe en la cara, cayó al suelo y buscó a su hermano, encontrándolo apresado en los brazos de Malcom, Nina trato de levantarse pero recibió un nuevo golpe en la barriga, cayó de nuevo al suelo y miró arriba viendo a Claudia.

—Por fin te tengo donde te quería mocosa —anunció Claudia posando enfrente de ella—. Pagáras por lo de la última vez —alegó está sacando un arma.

—No me importa un coño pelear con ustedes, además si los vencí una vez puedo hacerlo otra…¡son mierda! —gritoneó Nina tratando de incorporarse, enseguida Claudia fue a soltar un tiro en la cabeza de Nina, pero esta reacciono rápido y soltó una patada en el arma para que no le diera.

Nina se incorporó ágilmente y corrió a una casa abandonada cerca, encerrada dentro, subió por las escaleras siendo perseguida por el trío, sintió la oleada de balas que le perseguían, pero cada bala fue una bala perdida, Nina se encerró en el baño, buscando desesperadamente algo para defenderse.

—¡Sal Nina! ¿¡Te quedaras allí sabiendo lo que le hice a tu hermano esa noche!? ¡Que imbécil! —gritoneo Claudia desde afuera.

Nina sintió una oleada de odio e ira, y de nuevo…esa necesidad de matar.

Nina busco por la habitación donde se encerró encontrando un fierro oxidado con punta, Nina lo observó por un breve momento formando una sonrisa torcida en su rostro, tomó el fierro y salió esquivando las balas del trío como si de hojas se tratase, acercándose al trío, tomo el fierro y atravesó la cabeza de Jhony soltando un chorro de sangre, algo de la sangre cayó en la cara de Nina, y allí…algo no pareció funcionar bien, algo se rompió…como si de un fino hilo se hubiese roto…ese hilo que dividía la locura de la cordura.

Claudia y Malcom dieron unos pasos atrás, Nina volteo a su dirección mostrando una sonrisa psicótica junto con una mirada penetrante y horrenda, haciendo que hasta Chris se estremeciera, Claudia intentó correr junto con Malcom, Nina les siguió impidiéndoles pasar, golpeó a Claudia dejándola semi-inconsciente en el suelo, seguido le dio a Malcom para que soltase a Chris, el cuál cayó en el piso mirando con horror a su hermana. Nina golpeó repetidas veces a Malcom, abriéndole una herida en la cabeza, dando tantos golpes hasta dejar su cabeza como un multo de rojo carmesí. Claudia trató de moverse para tomar el arma, pero Nina le pisó la mano para que no lo tomara, Claudia levanto la mirada encontrándose con el penetrante mirar de Nina, esta negó con la cabeza y atravesó el fierro justo en su corazón.

—Ni-Nina…¿T-te sientes bi-bien alego Chris con horror, Nina volteó a verle con la cara un poco más relajada, pero sin borrar su sonrisa.

¿Sentirme bien…? ¡Me siento excelente! ¡Vamos mi príncipe! debemos volver a casa… alegó Nina cargando a Chris, cosa que le extraño a él, ya que a ella siempre se le complicaba eso.

Nina y Chris volvieron a casa, Nina no se dejó ver por su madre ya que se encontraba llena de sangre, así que subió rápidamente a su habitación y se arrodilló a la orilla de su cama hundiendo la cabeza en sus brazos mientras se la sostenía.

Nina apretaba los dientes, como evitando que “eso” saliera, Nina, con la poca conciencia que le quedaba tomo su laptop y escribió una nota…una nota que tal vez nadie jamás leería.

La noche cayó y la madre de Nina y su hermano dormían pasiblemente, en cambio Nina no podía, esa necesidad no le dejaba, así que se levantó, aun no se quitaba la ropa de ese día, y se miró en el espejo, veía una cara común, así que sin borrar su cínica sonrisa la cual cargaba desde mucho, bajo las escaleras dispuesta a hacer la locura más grande de su vida.

Entro a la cocina tomando una botella de Vodka, la puso en la mesa y busco un bote de lejía en los gabinetes de abajo, sin encontrar nada, se empezaba a obstinar.

¿Dónde estás pedazo de lejía…? gruño Nina buscándolo.

¿Buscabas estos pequeña…? oyó Nina una voz a su espalda, volteó y se encontró con una sorpresa bastante reconfortante al ver a un chico en la entrada de la cocina sosteniendo el bote de lejía, el chico tenía una piel extremadamente blanca, su pelo era negro y chamuscado, cargaba con una sonrisa tosca y horrenda.

Ah… que reconfortante sorpresa… Jeff The Killer alegó Nina con una mirada un tanto desafiante.

Te he visto durante un tiempo…me parece que tu coco ya se fue al caño…¡¡¡hahaha!!! alegó Jeff con gracia.

¡Estás en lo correcto! Así que necesito ese bote de lejía si me permites… añadió Nina dándole la mano para que se lo diera.

Aw… ¡déjame ayudarte! exclamó Jeff abriendo el bote y echándoselo a Nina encima, ésta votó un quejido cuando el lejía entro a sus ojos, seguido se dejó caer sentada sobre el suelo.

Nina sintió otro líquido correr por su cabeza, levanto al mirada y Jeff tenía el yesquero en manos. Nina sonrió y le miró desafiante.

¿Qué esperas…?...hazlo alegó la chica con burla, Jeff sonrió ampliamente y encendió el yesquero.

—Ve a dormir… agregó dejando caer el Yesquero.

Inmediato, cuando las llamas tocaron apenas la piel de Nina esta soltó un estruendoso grito, sentía un infierno rodearle, buscó a su alrededor a Jeff, pero este ya no estaba, Nina se retorció en el suelo y vió que su madre y su hermano Chris habían llegado y estaban apagando el fuego, seguía semiconsciente cuando lo apagaron, así que inmediato llamaron a la ambulancia y al llegar muchos vecinos salieron para ver lo sucedido debido a los gritos. Nina cayó inconsciente cuando la pusieron en la camilla y la llevaron a la ambulancia.

Entre los vecinos, un chico de cabello negro, tez blanca y ojos verdes, un tanto mayor que Nina le miraba con algo de preocupación, trato de acercarse pero su madre le tomó el hombro.

No Sclin, no es seguro —alegó la mujer atrayéndolo hacia ella, el chico observó como metían a Nina a la ambulancia.

Nina despertó luego de quedar inconsciente en la ambulancia, trato de moverse pero unas vendas se lo impedían, intento levantarse pero de inmediato una enfermera entro con su madre y su hermano.

Será mejor que te quedes quieta, no estás en capacidad de moverte dijo la enfermera recostándola de nuevo, su madre y su hermano se acercaron y le alentaron un rato, mientras Nina se mantenía el otro lado totalmente distinto, ya que solo veía a su madre como alguien más, y su hermano… tenía que admitirlo, seguía siendo su único tesoro.

Paso un mes de recuperación, Nina recibió mucho apoyo de su madre y su hermano. Llego el día en que le quitarían las vendas, su madre y su hermano estaban ansiosos por ver su rostro, Nina igual, por suerte, conservaba su rostro intacto ya que no se quemó demasiado.

Bien señorita Nina, las quemaduras no fueron graves, hubiese durado más y hubiese perdido parte del rostro incluyendo su nariz, pero no duro mucho quemándose, lo cual no causo gran daño dijo el doctor listo para quitar la última venda, dejo ver el rostro de Nina, la madre de Nina le miro con horror mientras su hermano se ocultaba detrás de su madre.

¿Qué…? ¿Qué pasa? exclamó Nina levantándose y yendo al baño corriendo, y se observo en el espejo, su rostro… era todo lo contrario al de antes.

Su piel se había vuelto blanca totalmente, su cabello que le llegaba hasta la por encima de las rodillas ahora estaba a mitad de la espalda, aparte de negro y chamuscado, su piel era rasposa casi como el cuero. Observo perpleja su nuevo rostro.

Her-hermanita… le llamo Chris abrazándola—, t-te sigues viendo igual de bonita que antes pero el niño no sólo mentía porque su cuerpo estaba chamuscado y pálido, si no por ese mirar penetrante y perturbador, con el cual la chica miro a su joven hermano y se puso de cuclillas a su altura.

Oh Chris… tu siempre tan complaciente… alegó Nina sin dejar de mirarle de aquella de forma tan perturbadora—, pero no es así… ¡Me veo más hermosa que nunca! exclamó la joven abriendo los brazos y dejando a, no sólo su madre y hermano perplejos, sino también a los doctores y enfermeras—. Este rostro… ¡es perfecto! ¡oh mi querido Jeff! ¡él me dio este rostro! continuo gritando la chica.

Do-doctor… mi hija está bien pregunto su madre acercándose al doctor.

Bueno, suele pasar cosas así tras una gran cantidad de calmante, pero si no mejora, tráigala para hacerle un examen mental, ¿si? anuncio el doctor.

Sí… alego débilmente su madre acercándose a Nina—. Vamos cariño… ya hay que irse —le anunció esta tomándola de los hombros.

¡Hahahaha! ¡Claro…! exclamó Nina sin dejar de mirar su horrible rostro en el espejo.

La enfermera le entregó su ropa que era su chamarra morada con su falda de cortes negra y sus medias de rayas negras con vino tinto.

Nina se vistió y salieron del hospital camino a su casa, sin saber… que Nina se había convertido en un monstruo que solo pensaba en matar a sangre fria.

Llegaron a la casa y Nina no dejaba de mostrar esa sonrisa torcida, en eso Nina se enfocó en la casa de al frente, y notó que por la ventana de la casa se asomaba un chico de cabellos negro y ojos verdes, el chico sostenía su boca observando el desfigurado rostro de Nina, ésta le miro por unos instantes y se puso el dedo índice en la boca en forma de silencio y seguido entro a la casa.

Esa noche la madre de Nina se despertó escuchando sollozos provenientes de algún punto de el pasillo, su madre se levanta y se asoma por este y ve la puerta y la luz encendida del cuarto de Nina, camina sigilosamente, y al llegar a la puerta, observo el horrible festival de sangre que sostenía la joven chica.

Nina tenía un cuerpo con varios intestinos fuera enzima de la cama, el cuerpo era de una chica de cabellos rubios y esta era muy bonita, pero en donde estaba no se veía así. Nina estaba encima suyo, con un cuchillo de cocina en mano, con todas sus ropas manchadas de sangre y mirando el techo.

Ella solía atormentarme en el colegio… alegó Nina mientras mantenía la mirada al techo—. Mami… ¡soy más hermosa que nunca! —exclamó Nina volteando a ver a su madre, su rostro… era peor, su sonrisa chueca y mal cortada hasta las mejillas, sus ojos estaban cocidos para mantenerlos bien abiertos—. Me canse de las farsas, me canse de llorar y sufrir…ahora siempre sonreiré y siempre veré mi hermoso rostro… el rostro que me otorgo Jeff… ¿no soy hermosa mama? pregunto la chica de forma cínica.

La madre de Nina no pudo evitar dar unos pasos atrás mientras negaba con la cabeza.

No… Nina tu… te has vuelto un monstruo… todo esto era por tu obsesión por ese asesino… yo… alego está empezando a correr por el pasillo. Nina ágilmente siguió a su madre

¡Me matan de diversión cuando corren! exclamó mientras seguía a su madre, ésta fue a correr al cuarto de Chris para despertarlo, pero apenas iba a tomar el pomo, Nina atravesó el cuchillo en el cráneo de su madre, tirándola de inmediato al suelo.

Es una lástima que mami no crea que soy hermosa… que triste alego Nina sacando el cuchillo de la cabeza de su madre.

Chris en su habitación, estaba inquieto, se sentía en peligro, se movía y se movía buscando acomodarse, pero nada resultaba, en eso, Nina abre la puerta dejando ver su sombra, Chris se quitó las sábanas de encima para ver a su hermana, y debido a la luz no pudo distinguir su rostro, pero si el cuchillo.

Chris se alarmo y se acurruco en su almohada.

Chris… —alego Nina dejando verse hacia Chris, el cual dejo escapar un pequeño gemido de horror al ver la cara de Nina—. ¿Verdad que soy hermosa? alego está inclinando la cabeza de un lado.

Chris asintió con miedo mientras se cubría con las sábanas.

Oh vamos Chris… yo no te haría nada alego Nina ocultando su mano mientras cruzaba los dedos—. ¿Sabes?…me siento más nueva que nunca, y empezaré una nueva vida… ¿quieres venir conmigo? anunció Nina acercándose más a él. Chris de nuevo asintió—. Oh… buen niño… ahora si quieres acompañarme… sólo debes ir a dormir mi príncipe.

Nina pateó la puerta de la entrada de la casa cargando a su hermano en su espalda, Chris estaba muerto, con una tétrica sonrisa de payaso y los ojos con algo negro bordeándole, le había quemado los parpados, se encontraba cubierto de sangre y con múltiples apuñaladas. Nina dio unos pasos en la entrada y fijo su mirada en el chico de hace un rato, esta vez traía una camisa blanca y Jeans blancos, miraba un libro, pero por mera curiosidad volteo encontrándose con la horrible escena de Nina.

Vaya Chris… parece que alguien sabe más de lo necesario… vamos a ponerlo a dormir alegó Nina caminando a la casa de enfrente.



Calificación:

martes, 16 de julio de 2019

Nina the Killer

Extraños asesinatos, sin explicación ni pistas del culpable, se han multiplicado tras varios meses. Se tenía bajo sospecha al asesino que se había investigado tiempo atrás, pero se encontró un testigo que asegurada haber sido atacado por un asesino distinto a Jeffry Woods. Aterrorizando distintas ciudades, se desconoce si trabajan juntos o por separado. Por suerte, pudimos conocer al sobreviviente del ataque y temerosamente nos contó desde una reservada cama del hospital lo que había sucedido. He aquí su testimonio:

«Todo sucedió una noche», narró el chico. «Caminaba de mi trabajo a la casa, estaba por unas calles bastante desoladas, había decidido tomar un atajo nuevo, para cambiar la rutina… Gran error. Ya a mitad de camino empecé a sentir que me observaban. Al escuchar pasos, volteé rápidamente buscando que no fuera un ladrón, pero no encontré nada, así que solo tomé todo como producto de mi imaginación, continúe caminando pero la sensación de ser observado se hizo más fuerte. Los pasos los oí más cerca, al voltear observé algo acercarse a mi rostro y por reflejo lo esquivé. De pronto, en un momento veo a una chica de cabello negro y chamuscado, con un mechón púrpura. En ese momento, me dio la impresión de que tendría entre 16 o 17 años, aunque su rostro no parecía ser el de un humano, su piel era de un blanco muy desagradable, sus ojos me miraban con una sed de sangre, tenia las pupilas muy dilatadas, con midriasis y se veía una extraña cocedura en sus ojos. Su sonrisa era sobrehumana, tosca y estaba cortada.

»Me quedé parado durante mucho tiempo, sintiendo la adrenalina correr por mi cuerpo. Ella no soltó ninguna palabra, solo se quedó allí parada por lo que me pareció una eternidad. Finalmente, la chica soltó una frase mientras inclinaba la cabeza de un lado a otro de una forma esquizofrénica y ruidosa, el sonido de sus huesos tronar me heló los nervios:

»Ve a dormir mi príncipe.

»Inmediatamente reaccioné y emprendí carrera en la dirección contraria a la de ella, corrí como nunca, pero no fue suficiente, oí sus pasos, siguiéndome. Sin darme cuenta, recibí de golpe su peso sobre mí, seguido del frío filo de un cuchillo atravesar mi brazo.

»Caí al suelo con un gemido de dolor, la chica me apresó al suelo soltando una histérica carcajada. Saco su cuchillo de mi hombro y rasgo mi camisa, haciendo una extraña caricia en mi abdomen desnudo, observándome con detalle, pero por suerte, escuchamos la voz de un policía que había llegado, estaba apuntándole con un arma. La chica se incorporó rápidamente y el policía soltó varias balas a su dirección, pero ésta las esquivó cubriéndose con los árboles, sin dejar de soltar esa carcajada, se alejó de allí.

»Jamás podré olvidar esa mirada… y mucho menos esa risa…»

Una semana después de la entrevista, encontraron al joven muerto en su casa, mutilado y despedazado por toda la casa, al cuerpo le faltaban varios órganos, los cuales fueron encontrados escondidos en partes muy inaccesibles. La habitación donde se sospecha fue el asesinato, se encontró escrito con sangre en la pared:

No te fuiste a dormir
mi príncipe.

Si se encuentran o conocen a la joven de la descripción, por favor pónganse en contacto de inmediato con la policía.

Extraído del periódico local.


viernes, 12 de julio de 2019

Homicidal Liu

Todo comenzó una noche, la noche que Jeffrey Woods enloqueció completamente y asesinó a sus padres y a su querido hermano Liu Woods. Jeff dejó de ser el joven que era, para convertirse en un monstruo sin alma que solo se mueve por el deseo de matar, pero, ¿en serio había muerto su hermano Liu después de recibir múltiples cortes y puñaladas?

—No, sobreviví al ataque de mi hermano, quedé medio muerto, desangrándome mientras sentía cómo estallaba mi corazón por el esfuerzo, sin embargo, resistí deseoso de vivir, para cazar a Jeff. Luego todo se volvió negro y me desmayé.

Pasó mucho tiempo antes que despertara, estaba en un cuarto bastante iluminado, lleno de tubos y medicinas. Apenas sentía mi cuerpo, no podía hablar, no podía comer, me alimentaban a través de un tubo, respiraba por medio de un pulmón artificial, apenas podía distinguir quién era yo; pero uno de esos días escuché a un doctor hablando con una enfermera: "Este paciente puede que no sobreviva, necesita muchos trasplantes, su pulmón izquierdo colapsó, su corazón está muy delicado y sus riñones están fallando, el pronóstico es muy malo". Esas palabras me quitaron toda la esperanza de sobrevivir a lo que me había pasado.

Llegó el esperado día de los trasplantes que necesitaba, pero estaba sedado y aún no podía comunicarme, no pude expresar mi alegría en ese momento, así que la guardé para cuando me recuperara. La enfermera me saludó: “Hola, mi nombre es Susan y te deseo la mejor de las suertes, eres muy fuerte apenas sobreviviste a ese intento de asesinato. Yo personalmente me quise encargar de ti, porque admiro mucho tu fortaleza. Me gustaría que cuando salgas del hospital salgamos alguna vez”. Besó mi mejilla y se sonrojó, no podía negar que era una muchacha muy hermosa, pero no sabía si saldría vivo de esto.

Llegó la hora, la hora donde se decidiría si viviría o moriría. El doctor me dijo que como era un joven muy fuerte y había sobrellevado bien los tratamientos, lo más probable era que la intervención fuera un éxito. Me puso la mascarilla y me pidió que contara de diez a uno, me dormí ¿pero por qué aún sentía lo que me hacían? En ese momento, sentí cómo una hoja fría me perforaba un lado del corazón, el primer corte fue lo más doloroso, luego algo abrió mi piel, el dolor era más intenso a cada segundo que pasaba, cada corte era más doloroso que el anterior, para cuando estaban trabajando en mi corazón creí que no se podía sentir más dolor, pero eso fue solo el comienzo de mi tortura, horas de un dolor insoportable, cada corte, cada parte de mi que reemplazaban, cada sutura, todo el dolor que recorría mi cuerpo destruía la poca cordura que me quedaba, hasta quedar hecha añicos.

Pasaron días en esa cama sin poder moverme, sin poder hablar, solo escuchando la voz de aquella enfermera, quien estaba conmigo día y noche, hablándome, diciéndome que resistiera, que me quería con vida, que quería conocerme en verdad y que esperaba hablar conmigo y escuchar mi voz. Pasó una semana y ella venía más a menudo, venía y me cantaba, me leía, pero un día, antes de poder mover mi cuerpo, me susurró: “Ya quiero que despiertes”. Me besó al terminar esa frase y empecé a sentir mi cuerpo, logré abrir mis ojos y pude admirarla. Ella lloraba de alegría al verme despertar y lo primero que hice fue intentar hablarle: “Hola Susan, soy Liu Woods”. Ella quedó atónita. “De verdad, eres… ¿El hermano de Jeff Woods? Él estuvo aquí hace un tiempo, quedó muy mal, me enteré de que se volvió loco y atacó a su familia, ¿cómo es que sobreviviste, Liu? También supe que hace 3 días raptó a una joven y la quemó viva con lejía y gasolina, luego escapó de allí y no se le ha vuelto a ver, pero en la casa, o lo que queda de ella, no se encontraron más que 2 cadáveres. 
Algunos decían que se lo llevó, pero en el cuarto donde dormía su hermano, o sea, donde dormías, encontraron escrito con sangre en la pared “Ve a dormir” y en el baño escrito “Sonríe” en el espejo. Lamento mucho la muerte de tus padres, en serio, y, como no creo que quieras volver a ese lugar, ¿querrías quedarte a dormir en mi casa por un tiempo? Bueno, cuando salgas de recuperación, vivo sola desde que mis padres murieron en un accidente de auto, así que me sobra un cuarto”.

Acepté la oferta de Susan: “Cuando salga de aquí, quiero llevarte a cenar, a donde quieras, solo necesito que un día me acompañes a mi viejo hogar a buscar mi ropa, aunque no creo que siga allí”. Aceptó con un poco de miedo. Los siguientes días ella me visitaba todos los días, reíamos juntos, éramos muy cercanos, casi parecía que éramos pareja, así que le pregunté si quería ser mi novia. Ella dijo: “Sí, Liu, quiero ser tu novia, yo te lo iba a preguntar, pero no sabía cómo hacerlo”. Se me acercó y nos besamos. Estaba tan feliz, las cosas se estaban arreglando para mí, tenía una persona que sería mi nueva familia.

Al salir del hospital, Susan me recibió con los brazos abiertos y como era de día, pensamos en ir por mi ropa para llevarla a mi nuevo hogar, dijo “Sí, pero hay que llevar algo para protegernos por si tu hermano sigue rondando por ahí”. Le contesté “De acuerdo, un par de cuchillos de carnicero, una jeringa, un poco de calmantes, también un poco de equipo de emergencias por si necesitamos suturar, a ti o a mí, en caso de que un vidrio pueda causar una herida que necesite sutura, una botella de agua recién sacada de la nevera y una lata de gaseosa por si tenemos sed”.
Fuimos a su casa y recogimos todo lo necesario, además de una maleta para llevar mis cosas. Ya en mi antiguo hogar, sujetó con fuerza mi brazo, le dije “No temas, todo estará bien.” La besé para que se calmara, abrí la puerta de una patada, estaba cerrada, entramos y vimos que las paredes de mi casa estaban llenas de sangre, la sangre de mis padres, encontramos en la cocina un galón de gasolina, un frasco vacío de lejía y unos cerillos, seguimos recorriendo la casa, vimos el baño, que estaba con la puerta abierta, y vimos el espejo, con la palabra “Sonríe” escrita con sangre, el lavabo y el suelo llenos de sangre, toda mi casa estaba igual, llena de sangre. Al final, entramos al lado, estaba el cuarto de mis padres y encontramos las sábanas llenas de sangre, toda mi casa estaba igual, llena de sangre.

Finalmente, entramos al lugar más perturbador de mi casa, mi antiguo cuarto, la frase “Ve a dormir” estaba escrita con sangre en la pared, tal como se rumoreaba. Busqué en mi ropero mis pertenencias, mi portátil, mp3, celular y ropa, solo lo que no estaba manchado de sangre, cuando volteé para ver mi cuarto, recordé la perturbadora cara de Jeff viéndome con esos ojos llenos de locura sosteniendo un cuchillo ensangrentado en la mano diciéndome “Shh, solo ve a dormir”. Ese recuerdo fue lo que terminó de romper la poca cordura que me quedaba, le dije a Susan que me diera la mochila donde llevábamos las cosas, fui al baño, tomé el cuchillo y dije “Jeff… te veré en el maldito infierno cuando los dos hayamos muerto.”




Terminada la frase, le hablé a Susan, la besé, le dije “Adiós amor mío, pero, necesito encontrar a Jeff para vengarme de lo que me hizo, vengarme por la muerte de mis padres y que casi me mata a mí, te amo Susan, pero, no te podré ver después de que muera, lamento mucho esto”. Estuve a punto de matarla, pero, no lo hice, no me convertiría en mi hermano, le rogué a Susan que me perdonara, que venir a mi viejo hogar me había afectado, ella contesto “Esta bien, Liu, yo te amo, y sé que estar tan cerca de la muerte puede afectar, vámonos a casa”. Me besó, pedimos un taxi y nos fuimos a casa, y me metí a bañar.

Mientras me bañaba, no paraba de pensar en todos los momentos que pasé con mi familia, con mamá, con papá, mi infancia con Jeff, las travesuras que hicimos, todo lo que pasamos juntos, la alegría de tener a mi familia cerca, comencé a llorar, pero, el sonido del agua cayendo ahogaba mis sollozos, así que, no importaba.

La primera noche fue traumatizante para mí, tenía claras pesadillas donde podía ver a Jeff, como era antes del accidente, siendo asesinado brutalmente por el nuevo Jeff, luego éste me volteó a ver y me diciendo “Liu, ¿por qué no te fuiste a dormir como te lo pedí?” Desperté con un susto terrible, Susan fe corriendo a mi cuarto, me dijo, “¿Qué pasó Liu? ¿Estás bien?” le respondí “Sí… Solo fue una pesadilla, no te preocupes”.

Al día siguiente, al despertar, sentí un aroma que hacía mucho que no disfrutaba, era el olor a hot-cakes recién hechos, fui al comedor y ahí estaba Susan, preparando el desayuno, tal y como mamá lo hacía, me dio los buenos días, se sentó y empezamos a comer, ¿cuánto tiempo había pasado desde que no comía hot-cakes hechos con amor?, no lo sé, pero, el sabor… era tan agradable, me sentía amado una vez más, pero, la felicidad no duraría mucho.

Me estaba volviendo loco, cada día que pasaba, Susan me recordaba más a mamá, así que, tomé un cuchillo de la cocina y corrí hacia su cuarto, se estaba arreglando para salir conmigo a una cita, se veía tan hermosa, no me sentí capaz de matarla, no así, no sin que supiera cuánto la amaba, no sin que sintiera amor por última vez en su vida… Yo la amaba, pero, me estaba volviendo cada vez más loco, la idea de clavarle un cuchillo en el corazón no me dejaba vivir en paz y no podía estar así, no quería matarla, pero, no tenía otra opción, o eso creía.


Al salir del cine, caminábamos a casa, le decía “Te amo Susan, pero, hay algo dentro de mí que me… me está matando y no sé si pueda soportarlo más, así que, quiero que sepas que yo te amaré pase lo que pase”. Terminada la frase, un malviviente salió de un callejón y tomó el bolso de Susan hiriéndola, me enfurecí, quería matarlo por lastimar a Susan, lo perseguí con el cuchillo que había guardado en mi chaqueta, lo arrastré al callejón donde robó el bolso de mi amada, en frente de ella lo obligué a disculparse, quería tomar su vida, pero antes, le dije a Susan “Corre, no quiero que veas esto, te amo, y no debes ver esto”. Ella obedeció y se alejó lo más que pudo, cuando supe que era el momento, le dije al tipo “No te perdonaré por haber lastimado a Susan, ella es tan buena, tan pura, herirla es un crimen muy grave, por eso, tomaré tu vida, y solo así pagaras por tu ofensa”.
Levanté el cuchillo y lo apuñalé repetidas veces, podía ver sufrimiento en la mirada de ese hombre, pero, aún así seguí clavandole el cuchillo hasta que murió por múltiples puñaladas, limpié la sangre de mi chaqueta de cuero, la cual quedó bastante manchada. Aún así el día era cálido, por lo que pude quitarme la chaqueta y doblarla, dejando solo el exterior visible, logré ocultar el asesinato del ladrón. Salí del callejón y me encontré con Susan en la cafetería de la esquina tomando un expreso bien cargado.


Ella estaba bien, la gerente había limpiado su herida, al llegar se lo agradecí ocultando mi chaqueta. Llevé a Susan a casa con mucho cuidado, entramos a su cuarto y la recosté en su cama, le dije “Susan, no quería que esto te pasara, pero, me he dado cuenta de una cosa, no dejaré que nadie te haga daño, a partir de hoy, nunca volverás a tener miedo, nadie te volverá a lastimar, lo juro”. La besé y me fui a dar una ducha, me di cuenta de que no podía matarla, ella era todo lo que tenía en el mundo, era la única persona que amaba, aunque de todos modos había disfrutado matar aquel tipo del callejón, pero no podía matar a cualquier persona así que decidí solo atacar a personas que lastimaran a inocentes, personas que hicieran el mal a quienes que me importara y sobre todo, que mataría a cualquier persona que tratara de dañar a Susan.

Pasaron los días y como cada vez mataba a más personas me molestaba tener que usar un pantalón lleno de sangre, así que decidí comprar un pantalón de cuero, entonces, matar fue menos molesto...una chaqueta y un pantalón, ambos de cuero, los cuales fácilmente podía limpiar con gasolina blanca que había comprado hacía tiempo.

Matar se volvió un hábito cada vez más aburrido, matar con simples puñaladas era muy repetitivo, así que fui empleando modos cada vez más retorcidos, a algunos los quemaba vivos con gasolina, a otros los operaba sin anestesia, a otros los obligaba a comerse sus propias tripas, a otros los cortaba en pedazos y se los echaba a los perros callejeros, pero nunca maté a ningún inocente, solo mataba criminales y malvivientes, eso me hacía un héroe, ¿no? Acabar con los criminales haciéndolos sufrir de las formas más horribles, cada día usaba formas más horribles y retorcidas para matar, llegaba a casa, limpiaba mi ropa de la sangre de los criminales y pasaba tiempo de calidad con Susan, hasta que un día la invité a cenar, como yo tenía un empleo de cocinero en un restaurante y ganaba bastante dinero la llevé a un lugar muy bello, a la luz de las velas le dije “Susan, ya llevamos casi un año juntos, sé que eres el amor de mi vida, pues no sabría cómo podría vivir sin ti, quiero proponerte algo”. Me puse de rodillas y saqué una sortija de mi saco “¿Quieres casarte conmigo?” Se emocionó, y con lágrimas en los ojos me dijo “Sí, Liu, quiero casarme contigo”. Salimos del restaurante, no me había sentido tan feliz en toda mi vida, pero, un maldito llegó con un arma y le disparó.

Me llené de ira y odio... no podía dejar a Susan allí sola, desangrándose, muriendo, corrí y la lleve al hospital más cercano, los doctores me dijeron “Está muy delicada, quizá no despierte, hay que esperar lo peor”. Fui a buscar al maldito que le había disparado, nunca olvidaría su rostro, pasé horas recorriendo las calles hasta que lo encontré, lo golpeé hasta dejarlo casi inconsciente, “Me darás tu vida maldito bastardo, por tu culpa mi Susan está al borde de la muerte, y pagarás con tu vida”. Murió en el momento que terminé la frase.

Llegué al hospital, el médico me dijo que Susan ya había despertado, que fuera a hablar con ella, y eso hice. Ya en el cuarto de Susan, ella me vio y dijo “¿Liu? ¿Eres tú? Me alegro de que vinieras, espero poder resistir así como tu lograste resistir a lo que te pasó, te amo Liu, no quiero morir, pero si lo hago, no quiero que te suicides, te amo demasiado como para que mueras por mí, yo sé lo que hacías, yo se que matas criminales, y aunque no sea un método muy noble, la misión que tienes lo es, no dejes de hacer lo que haces Liu.”

Pasó una hora en la que estuvimos hablando, en la que le dije todo lo que le tenía que decir, no quería perderla, no quería perder a la única persona que me quedaba en este mundo. El doctor entró y dijo “Necesitamos operarla, señor Woods, se recuperará”. Se la llevaron a la sala de operaciones, fueron 3 horas que parecían eternas, quería sacarme los ojos de la desesperación pero la esperanza de que Susan sobreviviera era lo me mantenía en pie. Terminó la operación, el doctor que se encargó de todo me dijo “La operación fue todo un éxito, ella está estable, mañana despertará y en 2 semanas podrá salir del hospital”. Esas palabras me emocionaron tanto, me sentía tan tranquilo por saber que Susan estaría bien.

Estuve en su cuarto todo el día esperando a que despertara, despertó y me dijo “¿Quién eres y dónde están mis padres?” esas palabras me llenaron de tristeza, Susan me había olvidado, tenía que hacer que me recordara. Cuando se recuperó, la llevé al hospital donde nos conocimos, dijo “¿Eres tú, Liu? Como has cambiado”. Ella comenzó a recordar, la llevé a mi vieja casa, y recordó lo que pasamos allí, seguí llevándola a todos los lugares significativos para nosotros en el transcurso de la semana, hasta que llegamos al restaurante en el que le propuse matrimonio, ella lo recordó todo, me abrazó y me dijo “Liu, ahora lo recuerdo todo, gracias por estar conmigo hasta que me recuperara”. Y le respondí, “Tú hiciste lo mismo por mí, te debo muchas cosas, Susan.” La besé, pero cuando nos separamos, empezó a convulsionar, me asusté mucho y la lleve al hospital, no podía seguir así, pero, yo la amaba.

No la dejaría sola cuando me necesitaba, me quedé allí a esperar las noticias del médico y éste me dijo “Lo lamento señor, pero su novia ha muerto”. Esa frase me llenó de tristeza y odio, tomé al doctor y le troné el cuello ya no había razón para contenerme, comencé a matar a todos en el hospital hombres, mujeres, niños y enfermos, los maté a todos, no podía soportar que ellos vivieran y mi Susan no, ella no podía morir así no dejaría que eso pasara, pero era inevitable, mi ropa estaba llena de sangre de inocentes, mis manos estaban llenas de sangre y mi mirada había cambiado así que decidí hacer algo, fui por un bisturí y empecé a cortar un corazón en mi pecho, con la iniciales de Susan y su hora de muerte, nuestro aniversario y la fecha en la que nos conocimos, luego fui por una aguja y un hilo y cosí los extremos de mis labios formando una sonrisa, para que nadie viera como sufro por dentro.

Cuando terminé fui a casa, tomé mi ropa de cuero y las cosas con las que acostumbraba a matar y salí de allí para no volver jamás, ahora vivo matando a las personas que sean felices... sé que cuando muera, no podre verla... matar me consuela, si me ves corre y no muestres tu felicidad o morirás de la forma más despiadada y retorcida, no podrán distinguir tu cuerpo de cómo era antes de encontrarte conmigo, el sobreviviente de Jeff The Killer.




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