miércoles, 13 de septiembre de 2017

El juego del Ascensor

Desde hace mucho tiempo me he sentido interesada en historias de terror, creepypastas, jugar a la Ouija y todas esas cosas. Un día navegando en sitios extraños de internet encontré este raro juego oriental, que puede llevarte a otra dimensión.


En las instrucciones decía que debes hacerlo con precisión para poder obtener el resultado además es muy importante que nadie te interrumpa solicitando el elevador en medio de tu viaje. De todos modos si decides correr con el riesgo y visitar este extraño lugar, todo lo que debes hacer es tomar el elevador en el piso uno, una vez ahí debes ir al piso número cuatro, luego debe pulsar el botón del segundo piso. En este punto debes ir al sexto piso y luego volver al piso número dos; luego iras al piso diez y de éste descenderás al quinto piso, ya solo te queda pulsar el botón del primer piso.



Si en lugar de ir al piso uno, el ascensor decide llevarte al piso diez, hiciste todo correctamente.
Puedes salir a explorar el extraño lugar al cual te ha llevado. Algunas personas dicen que los ha llevado a un lugar obscuro y tétrico, otros dicen que han ido a dimensiones tranquilas, puede que se parezcan mucho a nuestro mundo o ser completamente diferentes. Lo importante es que no olvides volver antes de perder tu ascensor, ya que ésta es tu única puerta de salida.


Para volver debes repetir la misma operación, pero al revés. El ascensor en este punto debe llevarte al piso inicial.

He leído historias en internet de gente que jugo sin éxito, o eso creían  hasta que cosas extrañas comenzaron a ocurrir.


Calificación: 


miércoles, 19 de abril de 2017

#545 El Holder del chubasco

En cualquier ciudad, en cualquier país, ve al aeropuerto más cercano al que puedas llegar. Cuando pases la inspección, dirigete al lugar más cercano donde puedas comprar un boleto, y pídelo en dirección donde "El portador del chubasco" vive. Si el vendedor o vendedora te muestra una cara alegre, estás de suerte, acabas de comprar un boleto hacia el portador. Si el trabajador no da ningún signo de su existencia, debes caer al suelo y llorar, gritar a todo pulmón: "¿Por qué nos han dejado?" Si ahora el trabajador te da una mirada alegre, deja de llorar y levántate, porque ahora puedes continuar.



Si el obrero todavía no te da el boleto, te has perdido en la dimensión entre las llanuras de la realidad de la de los propios portadores, donde los demonios de cada uno se mantienen en los hoyos más profundos del infierno. Ahora eres su almuerzo, nunca morirás, verás, oirás, sentirás y olerás todo, desde la criatura del infierno, a la carne que arranca y desgarra tus huesos, a gruñidos y siseos de los demonios, a la sangre Dejando su cuerpo y goteando en el azulejo del aeropuerto una vez blanco. Todos los días se volverá a hacer el ciclo una vez más.

Sin embargo si has conseguido el boleto, dirígete al asiento que te indican, deberías ser el único pasajero en el vuelo, Excepto una mujer de mediana edad en una chaqueta ligera y un sombrero. Su asiento está junto al tuyo. Debes llegar rápidamente a tu lugar y hacer todo lo que se hace cuando un vuelo está a punto de despegar. No importa lo que hagas, no rompas el silencio, si lo haces la mujer a tu lado revelará su verdadera forma y consumirá tu alma, para luego tirar tu cuerpo fuera del avión acabando cuando lleguen a destino. Si el piloto habla primero, estarás a salvo por ahora al menos.

Cuando pareciera que llevas años en ese vuelo, el piloto hablará de nuevo, sólo para cortar con un grito y gruñir. La mujer a tu lado tendrá la sonrisa más asquerosa que te puedas imaginar, no la mires ni por un instante y no hables. Después de 10 segundos, el avión comenzara a caer desde 20.000 pies de altura. Espera a que las puertas de emergencia se abran y haya una ventisca de aire. Debes apurarte y preguntarle ¿Por qué permanecen lejos entre si?. Si lo logras antes de golpear el mar, la mujer a tu lado revelará su verdadera forma, porque ella es la Portadora.

Entonces ella te describirá con horribles detalles la primera reunión de los objetos, la próxima recolección de objetos y la reunión de los objetos después de eso. Te contará de los horrores que toda la humanidad ha enfrentado debido a eso y cómo se han reconstruido en el tiempo.

Caerás sin fin todo el tiempo y se hará más dificil escuchar y respirar, pero debes prevalecer. Entonces ella te pedirá a los hermanos de su objeto, debes tener el Orbe de la onda y el Orbe del resplandor. Si no le muestras estos objetos, serás forzado a salir por una burbuja de aire y caer eternamente en un fuego tan caliente que te asará vivo, olas de agua tan traicioneras que te cortarán y luego te picaran con la sal del océano y vientos tan peligrosos que te convertirán en polvo.
Pero si le muestras los dos objetos, entonces ella agregará el suyo y los atará en una bufanda.

Luego despertarás en el lugar al cual llamas hogar. Mira en tu armario y encontrarás una bufanda que no estaba ahí antes y envueltos en ella tendrás 3 orbes. La bufanda será la cara de la mujer, cosida sobre ella eternamente.

El orbe es el objeto 545 de 538 y es hermano de el orbe de la onda y el orbe del resplandor. Mientras los tengas juntos puedes sobrevivir a los elementos y mientras conserves la bufanda con ellos tendrás un guardián contigo.



En el momento del desastre, ¿estos orbes te protegerán?


martes, 18 de abril de 2017

Por favor, No abras la puerta...

Han pasado tres años desde aquella noche. No debería haber estado allí; Ellos lo sabían. Ese día salí muy temprano para ir a casa de una amiga. Sus padres no estaban allí y él tenía un nuevo videojuego de terror; Pasábamos toda la noche jugando. Ellos lo sabían, yo no debería haber estado allí esa noche. Mi amigo tuvo que estar solo. Lo habían observado durante días como siempre lo hacían y sabían que estaría solo esa noche. Desde el momento en que lo eligieron, no hubo vuelta atrás. Pero quizá quieras saber quiénes son. Bueno la verdad... todavía no estoy segura. Todavía no asimilo lo que pasó aquella noche; Pero os diré lo que sé hasta ahora, para que tengáis cuidado. 

Se encuentran en todas partes; En ningún lugar estás a salvo de ser su víctima. Eligen a una persona, no sé cómo ni en qué características se basan, pero una vez que te eligen no cambiarán de opinión. Te observan, te estudian y estudian a todas las personas que conoces. Día tras día te observan atentamente sin que notes su presencia. Y esperan la noche cuando su víctima esté sola. Ahí es cuando todo empieza. 

Ese día llegué como a las 8:00 de la tarde a su casa. Sus padres se habían ido temprano y él había preparado todo lo necesario para pasar toda la noche jugando. No había clases al día siguiente, por lo que regresaría a casa por la mañana. Nos lo pasamos bien jugando; El tiempo pasó tan rápido que cuando nos dimos cuenta ya era la una de la mañana. Habíamos tenido algunos sustos con el juego, así que empezamos a hacer bromas sobre la situación; Ahí fue cuando todo se volvió extraño. Empezamos a oír ruidos extraños fuera de la casa, que al principio pensamos que no eran nada importante. Bromeábamos sobre lo que estábamos jugando. "Deben ser los zombies", nos reímos. Pero empezamos a ponernos tensos cuando el sonido se hizo más claro: eran pasos, se oían pasos por todo el pasillo de afuera. 

-¿Crees que tus padres habrán regresado? Le pregunté, a lo que respondió que sus padres no regresarían hasta el día siguiente, por la tarde. Además, la cantidad de pasos que se escucharon indicaban que se trataba de varias personas, no solo sus padres. De repente, después de escuchar todos esos pasos acercándose cada vez más a la puerta, se hizo un profundo silencio. - ¿Hay alguien afuera?... ¿Quién es ahí? - empezamos a preguntar con evidente nerviosismo. Estábamos seguros de que había alguien afuera, pero esos sonidos… ¿Quién podría ser? 

En la habitación en la que estábamos había un ordenador que mi amigo había encendido desde que empezamos a jugar. Se escuchó un sonido que venía de ella: un sonido familiar, pero que por el miedo que teníamos en ese momento nos sobresaltó a ambos. Sólo le había llegado un correo electrónico, porque también había dejado abierta su ventana de correo. Ver esto nos da un poco de paz, y hasta nos reímos un poco. Sin embargo, la tensión volvió a nosotros cuando nos dimos cuenta de que la dirección del remitente era irreconocible, una combinación aleatoria de números y letras. Dudamos en abrirlo, pero mi amigo decidió hacerlo. Nos quedamos completamente paralizados después de leer lo que decía el correo: "Pase lo que pase, no abráis la puerta". 



Con solo leer esas palabras, me invadió el pánico, pero el mensaje decía más: "Están afuera. Por favor, hagas lo que hagas, escucha lo que oyes, no abras la puerta. Intentarán convencerte de que lo hagas; tienen muchos métodos. Pueden hacerse pasar por alguien que conoces: un familiar, un amigo, y sus voces sonarán igual. Quizás te pidan ayuda, te digan que están heridos, te supliquen que abras la puerta. Pero intenta ignorar lo que oigas esta noche; jugarán con tu mente. ¡Por favor, no la abras!"





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jueves, 13 de abril de 2017

¿No te alegras de no haber encendido la luz?

Esto ocurrió en Estados Unidos, en una de esas casas residenciales donde viven los universitarios.

La habitación era compartida por dos chicas a quienes nombraremos: Kelly quien era muy estudiosa y Penny a quien le gustaban muchísimo las fiestas. 

Era sábado en la noche y el lunes siguiente ambas tenían un examen muy difícil, Kelly había estudiado mucho toda la semana y planeaba quedarse estudiando también el sábado por la noche para así descansar bien el domingo; Penny por su parte tenia una fiesta esa noche.

Penny invito a su compañera, le hizo ver que ya estaba lo suficientemente preparada y que le hacía falta divertirse, podría repasar el domingo y de todos modos le iría bien en el examen. Pero su compañera estaba decidida a quedarse estudiando, por lo que la dejo y se fue de fiesta. 

Luego de unas horas de baile, conversaciones y alcohol Penny vuelve a su cuarto a las 3:30 am. con cuidado de no hacer ruido, para no molestar a su compañera, deja la luz apagada para no despertarla aunque escucha sonidos extraños que provienen de su cama, pero como ella no la saluda decide dejarla dormir.

A la mañana siguiente despierta en  una pesadilla que jamás olvidara, su amiga tiene el estómago abierto, como si le hubieran practicado una autopsia estando viva, la garganta rebanada, y cortadas en todo el cuerpo, el suspiro de horror y llanto se petrifican cuando, además de la visión infernal, encuentra escrito lo siguiente en la pared con la sangre de su amiga: "aren't you glad you didn't turn on the light" o...“¿no te alegras de no haber encendido la luz?”.





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martes, 11 de abril de 2017

Una historia de terror para mi hijo

—Hijo, necesitamos tener una conversación muy seria sobre la seguridad en internet —le dije mientras me sentaba a su lado. Su laptop estaba abierta, jugaba Minecraft en un server público. Sus ojos estaban estancados en la pantalla. Había una ventana de chat abierta con diversos comentarios—. Hijo, ¿puedes dejar de jugar un minuto? —Salió de su mundo de juego, cerró su portátil y me miró.

—Papá, ¿será otra de tus historias de miedo y mal gusto?

—¿Qué cosa? —Fingí por un segundo, y entonces le sonreí—. Pensé que te gustaban mis historias.

Este niño había crecido escuchando mis historias sobre niños que se enfrentaban a brujas, fantasmas, hombres lobo y trolls. De la misma forma que muchas generaciones de padres, usaba estas historias de terror para reforzar su moral y enseñarle lecciones sobre seguridad. Los padres solteros como yo deben emplear todas las herramientas a su disposición.

Frunció el ceño.

—Eran divertidas cuando tenía seis años, pero ahora me estoy haciendo grande, ya no me asustan. Y son tontas. Si me vas a contar una historia sobre internet, ¿podrías hacerla más aterrante? —Me quedé espantado con su incredulidad. Él cruzo los brazos en señal de rechazo—. Papá, ya tengo diez años, puedo lidiar con eso.

—Está bien, lo intentaré. Érase una vez un niño llamado Colby… —Su expresión me indicó que no se había aterrado con el tema de introducción. Suspiró y siguió escuchando una historia más de su padre. Yo continúe—: Colby navegaba por varios sitios web para niños. Después de un tiempo, pasó a conversar con otros compañeros que encontraba en sus juegos en línea. Fue ahí que hizo amistad con un niño de diez años llamado Helper23. Tenían en común los mismos juegos y programas de televisión, se reían de las travesuras que hacían, exploraban nuevos juegos juntos.

»Después de varios meses de amistad, Colby le obsequió a Helper23 seis diamantes en el juego que estaban jugando. Fue un regalo muy generoso. El cumpleaños de Colby estaba cerca y Helper23 quería enviarle un regalo en la vida real; Colby creyó que no tenía nada de malo si daba su dirección a Helper23, ya que había prometido no darle su dirección nunca a los extraños. Helper23 le prometió que no se lo diría a nadie, y que así podría enviarle el paquete.

Pausé la historia y le pregunté a mi hijo:

—¿Crees que fue una buena idea?

—¡No! —respondió mientras agitaba la cabeza vigorosamente.

—Bueno, tampoco Colby. Se sintió culpable por haber dado su dirección, y su culpa comenzó a crecer, y crecer. Para el momento en que se ponía el pijama a la noche siguiente, su culpa y su miedo eran más grandes que cualquier otra cosa en su vida. Decidió que le contaría la verdad a sus padres. El castigo sería severo, pero tendría la conciencia tranquila. Se metió en su cama en tanto esperaba que sus padres fueran a cubrirlo.

Mi hijo sabía que la parte aterradora estaba por llegar. A pesar de su conversación donde aseguró que no tenía miedo de esas cosas, se inclinó hacia el frente con sus ojos bien abiertos. Y bajé la voz deliberadamente.

—Colby pudo escuchar todos los ruidos en la casa. Una lavadora balanceándose en el área de servicio. Las ramas golpeando contra las paredes en la parte exterior de su habitación. Su pequeño hermano bebé balbuceando en la cuna. Y había algunos otros sonidos que no lograba identificar… hasta que, finalmente, los pasos de su padre hacían eco en las escaleras. «Oye, papá —dijo con cierto nerviosismo—. Tengo algo que decirte».

»Su padre asomó la cabeza por la puerta en un ángulo extraño. En la oscuridad, su boca parecía no moverse y sus ojos tenían un aspecto raro. “¿Sí, hijo?”, su voz también había cambiado. “¿Estás bien, papá?”, preguntó el niño. “Ajá”, susurró el padre con la voz extrañamente cambiada. Colby no tuvo mejor idea que cubrirse, quería desaparecer bajo su cobertor. “Umm… ¿Mamá está en casa?”.

»”Aquí estoy”, apareció diciendo la madre con la cabeza un poco más abajo que la de su padre. Su voz también era diferente. “¿Nos vas a contar que le diste la dirección a Helper23? No deberías haber hecho eso. Te advertimos que nunca dieras nuestra información personal en internet”.

»Ella continuó: “Él no era un niño de verdad. Solamente fingía ser uno. ¿Sabes lo que hizo? Vino hasta nuestra casa, derribó la puerta y nos asesinó. Solo para poder pasar un tiempo contigo”. Un hombre gordo con una chaqueta empapada de sangre apareció en la habitación sosteniendo dos cabezas cercenadas. Colby gritó y se quedó sin aliento mientras el hombre arrojaba las dos cabezas en el suelo y sacaba un cuchillo.

Mi hijo también gritó. Cruzo las manos a la defensiva sobre su rostro. Pero apenas estábamos comenzando con la historia.

—Después de varias horas, el niño agonizaba y sus gritos se habían convertido en gemidos. El asesino pudo escuchar los balbuceos del bebé en el otro cuarto y retiró el cuchillo del cuerpo de Colby. El bebé tendría un trato especial, nunca antes había asesinado a un bebé y estaba emocionado con la oportunidad. Helper23 dejó a Colby para que muriera y siguió los llantos por la casa hasta el cuarto del pequeño.

»En la habitación caminó hasta la cuna, tomó al bebé y lo sostuvo por los brazos. Llevó al niño hasta una mesa para tener una mejor apreciación de lo que iba a hacer. Pero mientras sostenía al bebé, el llanto se detuvo. El niño lo miró y le sonrió. Helper23 nunca había tenido un bebé. Arrulló lentamente al niño como un profesional en su regazo. Se limpió la mano llena de sangre en el cobertor para poder apretar las mejillas del pequeño. “Hola, pequeño individuo”. La furia y el sadismo se habían convertido en algo más agradable y tranquilo.

»Helper23 salió de aquella habitación, llevó al bebé a su casa, le dio el nombre de William y lo crió como si fuera su hijo.

Después de terminar la historia, mi hijo estaba visiblemente aterrado. Me dijo tartamudeando:

—Pero papá, ¡MI NOMBRE ES WILLIAM! —Le guiñé un ojo y le pasé una mano por el cabello.

—Por supuesto, hijo. —William corrió a su cuarto llorando de miedo. Pero en el fondo… creo que le gustó la historia.



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Hitori Kakurenbo

Hitori Kakurenbo es un ritual de origen Japonés que consiste en establecer una conexión con una presencia paranormal, para jugar el conocido "juego de las escondidas". Para esto debes invocar una presencia y prestarle un avatar para que pueda desplazarse e interactuar contigo, pero ten cuidado, debes ser más hábil y más inteligente que el ser conectado a tu esencia, ya que si pierdes probablemente no podrás dormir en un tiempo.

"El juego de las escondidas" Parece bastante simple, solo necesitas:
  • Arroz
  • Un muñeco (de preferencia de género, debes descoserlo y repararlo)
  • Un corta uñas
  • Hilo Rojo
  • Sal
  • Sangre (Opcional)
  • Cuchillo u objeto afilado.
El procedimiento es este, debes descoser el muñeco o peluche con cuidado de no romperlo completamente, una vez que hallas hecho esto, rellénalo de Arroz hasta que vuelva a retomar su forma original. Ahora deberás cortarte las uñas y ponerlas dentro del muñeco entre medio del arroz, también puedes escribir el nombre que le darás al muñeco en una hoja de papel con un poco de sangre y ponerlo dentro. (Recuerda que debe tener un nombre diferente de el tuyo y de cualquier persona que conozcas)

Si eres hábil y haces tu propio muñeco el procedimiento es exactamente el mismo.

*La sangre es opcional, pero creará una conexión aun mas fuerte entre ustedes.

Una vez terminados los preparativos es hora de coser tu muñeco utilizando el hilo rojo, cuando termines de repararlo, amárralo fuertemente con el mismo hilo rojo y sumérgelo en un recipiente que contenga una mezcla de agua y sal (puede ser la tina, el lavamanos o una fuente grande).



A las 3:00 AM comienza el verdadero juego. Párate frente a el muñeco y di en voz alta su nombre tres veces, luego dile: "Es mi turno". En ese momento debes correr a apagar todas las luces de la casa, pero deja la tele encendida o una luz tenue para que puedas ver en la penumbra, vuelve corriendo al baño, dile: "te encontré (seguido del nombre del muñeco)" y apuñálalo (debes dejarlo atravesado con el cuchillo) Introdúcelo en el agua nuevamente y mientras respondes: "ahora es tu turno"... 

¡Corre y escóndete! hazlo lo mejor que puedas, pero recuerda que ese muñeco tiene un lazo contigo y te encontrara rápidamente para devolverte el "favor".

Para finalizar el juego debes poner sal en tu boca y repetir tres veces "Yo gano". (Aunque en realidad esto no asegura que el juego termine)

Te recomiendo que si encuentras el muñeco al finalizar el juego lo quemes o lo tires al río, aunque en ningún caso te aconsejo intentar este juego.




Calificación: 


#002 El Holder del Comienzo

En cualquier ciudad, en cualquier país; puedes ir a cualquier institución de salud mental o centro de rehabilitación donde puedas llegar por tus propios medios. Dirígete al escritorio principal y pide visitar a aquel que se hace llamar "El Portador del Comienzo". Una sonrisa vendrá de la persona, casi diciendo: "Vaya estúpido". 

Serás llevado pasillo abajo por un corredor, aparentemente saliendo a un lugar que no deberías. Físicamente, ese sitio no debería existir en ninguna parte de la institución, pero ahí esta. El corredor estará en un silencio eterno, incluso si intentaras hacer ruido no lo lograrías. Los gritos morirán antes de salir de tu boca, y tus pasos serían amortiguados. El guía solo te llevara a un punto en frente de una puerta. 

Si entras, veras un cómodo cuarto lleno de un placentero olor a un perfume que no serás capaz de identificas. En el centro del cuarto, veras a una hermosa mujer manteniendo sus brazos en una posición que te hará parecer como si cargara algo; Viendo un poco mas allá, te darás cuenta que, de hecho, no esta cargando nada en absoluto. Este cuarto se mantendrá en silencio al igual que el corredor que dejaste antes, no importa cuanto lo intentes no podrás emitir ningún sonido. La única excepción es que hagas una pregunta: "¿Por qué están separados?"

La mujer entonces te explicara, con insoportable detalle, cada horrible evento acontecido en la historia, cada lucha, cada guerra y cada violación. Ningún hecho en la historia del universo escapará de tus oídos. Cuando ella acabe, todo caerá en el mismo silencio. Eres libre de hacer lo que quieras con esta información. 


Esa mujer es el Objeto N°2 de 538. Esta en ti si son reunidos o no.

#442 El Holder de los Holders

En cualquier cuidad, en cualquier país del mundo; ve a cualquier institución de salud mental o centro de rehabilitación donde puedas llegar por ti mismo. Una vez dentro, pregunta a la primera persona que veas si conoce a "El Portador de los Portadores". No importa si esta persona trabaja en la institución o es un civil. Si su expresión decae en su rostro, y comienza a caminar con la mirada hacia adelante, nunca parpadeando, síguelo.

La persona te llevará a una pequeña y sórdida habitación. Lo único que habrá dentro será una silla de madera polvorienta en el centro exacto del lugar, apuntando hacia la puerta. Si no crees poder soportar lo que estarás a punto de experimentar, vete ahora. Si te atreves, entra en el cuarto. La puerta se cerrará y bloqueará detrás de ti.


Cuando te sientes en la silla, toda la luz y brillo presentes se desvanecerán. Serás iluminado por una fuente invisible, con la silla y su ocupante la única señal de que algo existe en este vacío. Un escalofrío comenzará a construirse dentro de ti. Tus extremidades se congelarán. Mientras tu sangre se congela, sentirás el frío torrente en tus venas. Si tratas de escapar ahora, te perderás por siempre en este vacío. Sopórtalo, y pronto sentirás tu fría sangre invadir tu corazón.

Verás una figura encapuchada, cubierta y borrosa por la niebla. Mientras el gélido terror continúa impregnándose en tu cuerpo, resiste la tentación de correr. Debes preguntar a la figura: “¿Me reconoces?”. La sombra responderá con silencio, mirando en tu propio ser con ojos invisibles, y deberás preguntar de nuevo, “¿Me reconoces?”. Si eres desafortunado, la figura responderá con un grito que se iniciará en voz baja, pero se hinchará rápidamente hasta que llene tus oídos. La ensordecedora cacofonía es el sonido de cada ser vivo en el planeta muriendo al mismo tiempo. El sonido por sí solo te volverá loco, sin embargo, tu tormento continuará, mientras eres forzado a vivir cada muerte como si se tratara de la tuya propia.

Si tienes suerte, la figura responderá con un frío “si”, sonando como diez mil serpientes siseando en tu mente. No puedes escapar del ruido, no puedes cerrar los oídos al sonido. Envolverá tu alma. Es sólo una probada de lo que está por venir. En caso de mantener la cordura, habrás pasado la primera prueba, y podrás continuar.

La sombra sostendrá una gema tallada. Si bien la figura se mantuvo envuelto en niebla y borrosa, verás la piedra preciosa en perfecta claridad, brillando con una luz interna. Escucharás una voz profunda y oscura decir “Mira”. Prepárate, y contempla en la piedra, tan profundo como puedas.

Por un instante, lo verás todo. Cientos de Objetos parpadear, completamente separados del tiempo. Todos a la vez, pero ninguno. Pruebas y desafíos de mérito y solvencia aparecerán simultáneamente, pero separados uno de otro. Caos. Verás figuras caminando hacia instituciones mentales y otros lugares en todo el mundo, en diferentes épocas, todos justo ahora. Estarán buscándote. Sabes por qué han venido, sabes qué quieren, sabes qué buscan.

Al mismo tiempo, en el mismo instante, mientras todo este conocimiento es forzado hacia ti en una fracción de segundo, verás también a una figura sentada en una silla de madera polvorienta, la única cosa iluminada en un negro vacío. La figura sin rostro, borrosa por la bruma, te preguntará: “¿Me reconoces?”. No serás capaz de responder, la figura estará oscurecida, más allá de poder reconocerla. Preguntará una vez más, “¿Me reconoces?” y mientras lo hace, la imagen se acentuará severamente, y serás capaz de ver un rostro. Si el shock de esta revelación es demasiado para ti, y no eres capaz de dar una respuesta, te encontrarás desgarrado en el tiempo, tu alma dispersa por todo el planeta, vagas piezas de ella permaneciendo cohesivas en instituciones mentales en terribles pedazos de consciencia desconectada. Si aún no has cedido a la locura, y puedes reconocerte sentado en la silla, responde “si”.

Si puedes permanecer cuerdo a través de esta prueba, te perderás en un golpe de blancura. Mientras el brillo que te abarca disminuye, te verás sentado en la silla de madera, en la negra habitación, mirando hacia una gema clara y perfecta, flotando.

Es ahora muy tarde. Si decides salir con las manos vacías, en el momento en que te levantes de la silla todo el conocimiento del que fuiste testigo inundará tu mente a la vez, volviéndote completamente loco. Si simplemente tocas la piedra, se dará a conocer todo lo que vislumbraste, y enfrentarás el mismo destino. Para sobrevivir, deberás tomar la piedra y no soltarla nunca más. Si puedes hacerlo firmemente, podrás levantarte y caminar libremente fuera del lugar. Te lo advierto: si alguna vez dejas de lado la piedra, todo lo que has visto, todos los destinos de los que no han llegado tan lejos como tú, serán tuyos para disfrutar por la eternidad.




El Conocimiento de los Holders es el Objeto N°442 de 538. Sabes dónde están. Sabes por qué están. Sabes lo que pasará cuando todos sean reunidos. Sabes lo inútil que es intentar mantenerlos separados.

Fotografías

Una joven que caminaba a casa desde la escuela encontró una pila de fotografías Polaroid tiradas en el pavimento. Eran en total, veinte fotografías agrupadas con una liga de hule. La joven las tomó y en tanto caminaba, comenzó a mirarlas por simple curiosidad. La primera foto era de un espectral hombre blanco en un fondo negro, parado tan lejos de la cámara que la chica no podía reconocer sus facciones.

Pasó la foto hacia el final del montón y miró la siguiente imagen; la fotografía era del mismo hombre, ahora un poco más cerca.

La chica abanicó el siguiente grupo de fotografías rápidamente. Con cada foto, el hombre en la imagen parecía acercarse cada vez un poco más, y sus facciones se hacían más claras.

Llegando ya a la esquina de su casa, la chica se dio cuenta de que el hombre de las fotos parecía estar viéndola, aun cuando ella se movía hacia los lados de la imagen —ya sabes, un efecto similar a esas despreciables y aterradoras muñecas de porcelana—. Esto la perturbó, pero, en todo caso, continuó viendo las fotos una por una.

Para la imagen número diecinueve, el hombre estaba tan cerca que su cara llenaba completamente el cuadro. Tenía la expresión más horripilante que la chica había visto. Llegando casi a su casa, miró la última foto.

Esta vez, en lugar de una imagen, solo había dos palabras: «Suficientemente cerca».

Escuchando un horrible grito proveniente desde fuera de su casa, el hermano de la chica salió corriendo hacia la puerta y la abrió. Pero lo único que encontró fue una pila de fotografías tiradas en la entrada de la puerta de su casa. Extrañamente, la primera imagen parecía ser una versión en extremo pálida de su hermanita; sin embargo, la chica de la imagen estaba demasiado lejos como para estar seguro de ello…




Calificación: 

#001 El Holder del Fin

En cualquier ciudad, en cualquier país; dirígete a cualquier institución de salud mental, manicomio o centro de rehabilitación donde puedas llegar por tus propios medios. Dirígete al escritorio principal y pide visitar a aquel que se hace llamar "El Portador del Fin". Si ves un rostro de un niño asustado venir desde los trabajadores, entonces serás llevado a una celda en el edificio. Va a estar en una sección profundamente escondida del lugar. Todo lo que oirás es el sonido de alguien hablando consigo mismo en el eco de las paredes. Es un lenguaje que no comprendes, pero toda tu alma sentirá un terror indescriptible.

Si se detiene la voz en cualquier momento, detente y rápidamente dile: "Solo pasaba por aquí, deseo hablar." Si el silencio continúa, huye. Vete, no te detengas por nada, no vayas a casa, no te quedes en un hotel, solo sigue corriendo, duerme cuando tu cuerpo caiga. Ya sabrás en la mañana si tu escape fue efectivo.

Si la voz en el pasillo regresa después de que tú dijiste esas palabras continua. En la celda lo único que veras es un cuarto sin ventanas con una persona en la esquina, hablando un extraño lenguaje y acuñando algo. La persona solo responderá a una sola pregunta:



"¿Qué pasa cuando todos están juntos?".

La persona te mirará fijamente a los ojos y te responderá la pregunta con horripilantes detalles. Muchos se vuelven locos en esa celda, algunos desaparecen después del encuentro, unos cuantos acaban con sus vidas. Pero la mayoría hace la peor cosa, y miran el objeto en las manos de la persona. Tú también querrás hacerlo. Estas advertido de que si lo haces, tu muerte será cruel, tenaz y horrible. 

Tu muerte estará en ese cuarto, en las manos de esa persona. 




Ese Objeto es el N°1 de 538. Nunca deben estar juntos.

Los humanos también lamen

Una niña de quince años, a quién llamaremos "Girl" en esta ocasión, decidió que ya era lo suficientemente mayor como para quedarse sola en casa. Sus padres insistieron en que los acompañara durante un viaje de fin de semana, pero ella se negó. Quería demostrar que podía cuidarse sola, además contaba con su fiel perro como compañía y protección.

Cuando cayó la noche, Girl se aseguró de cerrar todas las puertas y ventanas. Sin embargo, una de las ventanas del primer piso se negó a cerrarse del todo, a pesar de que luchó con ella durante varios minutos, finalmente se rindió y la dejó apenas entreabierta. No parecía gran cosa, después de todo, tenía a su perro y era muy poco probable que alguien lo notara desde afuera.

Se dio un baño caliente, se puso el pijama y se fue a dormir. Su perro, como siempre, se acomodó bajo su cama.

En algún momento de la madrugada la chica se despertó debido a un sonido constante, como el goteo del grifo que provenía del baño. Estaba demasiado asustada para levantarse a investigar, así que, buscando algo de consuelo, metió la mano debajo de la cama para acariciar a su compañero. Su perro lamió su mano por lo que sonrió con alivio. Todo estaba bien. Luego volvió a dormirse.

Un rato después, el sonido persistente de las gotas la despertó nuevamente. No se atrevía a levantarse, así que repitió el gesto: metió la mano bajo la cama. Una nueva lamida. Suspiró. Su perro estaba allí para protegerla.

La tercera vez que despertó, el goteo era más insistente. Fastidiada y algo preocupada, se incorporó. Encendió la lámpara de noche y se dirigió al baño, frotándose los ojos. El sonido de las gotas se hacía más fuerte con cada paso.

Al llegar, encendió la luz.

El horror la golpeó como un puñetazo en el pecho.

Allí, colgando de la ducha, estaba su perro. Su garganta había sido brutalmente cortada, y la sangre chorreaba rítmicamente hacia la bañera, formando un charco oscuro. La escena era grotesca, casi surreal.

Temblando, notó algo más. En el espejo, escrito con la sangre del animal, había un mensaje:

"Los humanos también lamen."

El grito que soltó hizo eco en toda la casa.

Salió corriendo descalza por la oscuridad hasta llegar a la granja más cercana. Estaba en estado de shock. Hasta el día de hoy, Girl no sabe quién —o qué— estaba bajo su cama aquella noche.



Calificación:  ⛧⛧⛧


La Muñeca Enterrada

Pedro era casi como un hermano para Juan. Se conocían desde hacía años y eran inseparables. Iban al mismo instituto, estaban en la misma clase y, siempre que había que hacer trabajos en grupo, terminaban juntos.

Un día, la profesora de Ciencias Naturales dejó una tarea extraña, aunque entretenida: los alumnos debían recolectar muestras de tierra a diferentes profundidades, guardando un pequeño puñado cada cinco centímetros. Como era de esperarse, Juan y Pedro decidieron trabajar juntos, aunque lo de “trabajar” no era más que una excusa para conseguir el permiso de sus padres y escapar al bosque a las afueras de la ciudad.

Una vez allí, acordaron no adentrarse demasiado. Sabían que podían perderse, y no sería la primera vez que un excursionista desorientado terminaba con un destino trágico. Marcaron los árboles por los que pasaban con tiza para asegurarse de recordar el camino de regreso, y aun así, terminaron caminando más de lo planeado hacia lo profundo de aquel espeso bosque.

Fue entonces cuando un claro extraño llamó su atención.

—Este lugar es perfecto para cavar. No hay raíces que molesten y esas piedras parecen cómodas para sentarse a comer —dijo Juan.

—El bocadillo me lo como yo, mientras tú cavas. Ni de broma voy a ensuciar mi camiseta nueva —bromeó Pedro, imitando la voz de una niña consentida.

—Hagamos una cosa: comemos ahora, y luego lo decidimos a cara o cruz —propuso Juan, que ya llevaba un buen rato con hambre.

Tras unos veinte minutos de risas y bocadillos, Juan sacó una moneda.

—El que pierda empieza. Cinco minutos cada uno, y luego se turna el otro. No pienso partirme la espalda por culpa de la bruja de Ciencias. Además, con 50 centímetros basta… no vamos a enterrar a nadie.

—Vale. Prepárate para perder —dijo Pedro, sacando unas herramientas de jardinería que había pedido prestadas a su padre.

Juan perdió el sorteo y, resignado, empezó a buscar un buen sitio. De pronto, vio un grupo de hongos rojos con manchas blancas, todos brotando del mismo punto. Algo en ellos lo atrajo con un entusiasmo casi infantil, como si las setas señalaran un lugar especial.

—Le voy a guardar unas pocas a la bruja, con suerte son venenosas —dijo entre risas, mientras recogía la primera muestra de tierra superficial.

Pero al tocar la tierra, un escalofrío recorrió su cuerpo. Un miedo inexplicable lo invadió, y se levantó bruscamente.

—¡Tengo frío! Aquí hace más frío que en todo el bosque —le gritó a Pedro.

—¡Jajaja! Ay sí, seguro estás encima de una tumba maldita o algo así —se burló Pedro, exagerando una mueca de espanto.

Juan, por orgullo, decidió ignorar su miedo y siguió cavando, guardando la tierra en bolsitas a medida que profundizaba. Mientras tanto, Pedro pateaba una piedra como si jugara al fútbol.

—¡Mira esto! —gritó Juan de pronto. Pedro corrió hacia él, curioso.

Juan sostenía una muñeca pelirroja, de unos treinta centímetros. En cuanto Pedro la vio, un escalofrío le recorrió la espalda. Una sensación de asco profundo se le instaló en la garganta como una escolopendra viva.



—¡Aaaagh, suelta eso! —gritó con asco, retrocediendo al ver a la repulsiva muñeca tuerta que su amigo tenía en la mano.

Juan miró de nuevo y palideció: la cabeza de la muñeca estaba llena de gusanos blancos, gordos, que se agitaban frenéticamente y empezaban a salir por la cavidad del ojo faltante. Su vestido seguía milagrosamente blanco, limpio, como si la tierra no lo hubiera tocado.

—Pero… cuando la desenterré estaba bien. Era bonita, y me sonrió…

El ojo que le quedaba a la muñeca era inquietante: grande, completamente negro con un iris rojo intenso y una pupila diminuta, demoníaca.

¿Quién habría enterrado algo así? ¿Por qué los gusanos estaban dentro de la cabeza? ¿Era cierto lo del frío?

Asustados, los chicos salieron corriendo, sintiendo en la espalda el peso de esa mirada única, perversa. Solo se detuvieron un par de veces: Juan vomitaba, seguramente por haber tenido en sus manos esos asquerosos gusanos. Pero al llegar a casa, las náuseas no desaparecieron. Seguía vomitando, y su rostro se volvió de un tono amarillo pálido, casi enfermizo.

Pensaron que se le pasaría en unas horas. No fue así. Con el correr de los días, Juan empeoró: estaba pálido, demacrado, irreconocible. Parecía un enfermo terminal. Los médicos no encontraban una causa. Una semana después, Juan murió.

Pedro quedó devastado. Se volvió huraño, evitaba a todos, y pasaba los recreos en la biblioteca. Los fines de semana los pasaba devorando libros, buscando una explicación. Nada encajaba: los síntomas de Juan parecían los de varias enfermedades mortales al mismo tiempo.

Hasta que un día, en una vieja librería, encontró un libro de esoterismo. Polvoriento, antiguo, con ilustraciones extrañas. Y allí, en una página amarillenta, junto a la imagen de una muñeca idéntica (aunque sin estar tuerta), leyó:

"Quien padezca una enfermedad incurable, que entierre una muñeca como esta mientras entona la invocación. Su mal quedará atrapado en la muñeca. Pero aquel que la encuentre, recibirá la enfermedad y morirá… a menos que realice el mismo ritual."

Entonces todo tuvo sentido: los gusanos, los hongos, el frío. La muñeca estaba maldita. Alguien había sellado su enfermedad en ella, condenando al primero que la desenterrara a cargar con ese mal. Una especie de pacto, una trampa para salvar su cuerpo… a cambio del alma de otro.

En algunas creencias del vudú, se usan muñecos para representar personas. Son llamados "fetiches". Lo que se le hace al muñeco, lo sufre la persona atada a él. Tal vez esta leyenda nació como una adaptación de esas prácticas oscuras. Pero para Juan, ya era tarde. La muñeca cumplió su cometido.

Y aún sigue enterrada… esperando a su próximo salvador.



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lunes, 10 de abril de 2017

La Estatua

Este relato ocurrió hace algunos años en Oklahoma, Estados Unidos. Una pareja decidió tomarse una noche libre para romper con la rutina y disfrutar de un momento juntos. Salieron a cenar al centro de la ciudad y, siguiendo las estrictas leyes estadounidenses sobre la supervisión de menores, dejaron a sus dos hijos al cuidado de una niñera.

Cuando la joven llegó, los niños ya estaban dormidos. Se sentó junto a sus camas para asegurarse de que todo estuviera en orden en la casa. Pasadas algunas horas, y con el silencio de la noche envolviéndola, comenzó a aburrirse. Para mantenerse despierta, decidió encender el televisor, pero al tratarse del equipo principal de la casa, varios canales estaban bloqueados. Entonces llamó a los padres para preguntar si podía usar el televisor del dormitorio principal. Ellos accedieron sin problema. Antes de colgar, la niñera hizo una última consulta: preguntó si podía cubrir la estatua de ángel que se encontraba en la habitación de los niños, ya que le resultaba inquietante.

Hubo un silencio en la línea. Luego, la voz del padre se quebró en un grito desesperado:

“¡Llévate a los niños de la casa ahora mismo! ¡Estamos llamando a la policía! ¡Nosotros no tenemos ninguna estatua de ángel!”

Minutos después, la policía llegó tras una llamada angustiada de la madre. En el interior encontraron tres cuerpos con signos de violencia: heridas cortantes y fuertes golpes. No había rastro de ninguna estatua ni señales de invasión. Tampoco se halló evidencia que apuntara a un sospechoso.

El caso jamás fue resuelto. Con el tiempo, se convirtió en una inquietante leyenda urbana.





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