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jueves, 25 de junio de 2020

Operador del 911

—Novecientos once, ¿cuál es su emergencia?

Sí, hola. Eh… Esto sonará extraño, pero hay un hombre caminando en círculos en el patio frontal de mi casa.

—…¿Podría repetir eso, señor?

Se ve… enfermo, o perdido. O ebrio, o algo. Me desperté para tomar un vaso con agua y escuché pisadas sobre la nieve cerca de mi ventana frontal, así que di un vistazo… Lo estoy viendo ahora mismo, está a unos diez metros de mi ventana. Algo no está bien.

—¿Cuál es su dirección, señor?

1617 Quarry Lane, en Pinella Pass.

—Voy a enviar una patrulla hacia usted, pero se encuentra un poco alejado. ¿Está solo en su casa, señor?

—Sí, estoy solo.

—¿Puede asegurarse de que todas sus puertas y ventanas estén cerradas? Quédese en el teléfono conmigo.

Sé que mi puerta frontal definitivamente está cerrada, pero iré a revisar mi puerta trasera de nuevo. Aprecio mucho su ayuda, por cierto. Sé que todo esto debe ser un tanto raro, pero espero que…

—¿Señor? ¿Sigue ahí?

Está… Aún está en el patio frontal de la casa, pero está… Qué mierda… Está de cabeza…

—¿Señor? ¿Qué está sucediendo?

Me está viendo… pero está… ahora se está parando con sus manos. Está perfectamente inmóvil, viendo directo hacia mí. Está haciendo un paro de manos y está sonriéndome sin moverse.

—¿Es… Está haciendo un paro de manos, señor?

No… No sé por qué… Sí, me está mirando y está parado con sus manos. Tiene una sonrisa inmensa y está perfectamente inmóvil… Pero qué CARAJO… Por favor, manden a alguien aquí AHORA.

—Señor, necesito que permanezca en calma. He dado el aviso y una patrulla va en camino.

Sus dientes son enormes… Qué mierda. Ayúdeme, por favor…

—Señor, quiero que intente mantener un ojo en él, pero asegúrese de que su puerta trasera esté cerrada. ¿Puede confirmar que su puerta trasera está cerrada sin dejar de hablar?

Está bien… Ahora estoy caminando hacia atrás y lo mantengo en mi vista… Ahora mi mano está en la perilla… Está cerrada. Necesito revisar el cerrojo, así que voy a apartar la mirada por un momento.

—Está bien, señor. La ayuda va en camino. Solo quédese en el teléfono conmigo y todo estará bien.



Su cara. Está contra el vidrio.

—Señor, necesito que hable más fuerte. ¿Qué está sucediendo?

Dejé de verlo por unos segundos y ahora… su rostro. Está presionado contra mi ventana frontal. Sus dientes son inmensos y me está sonriendo… ¿Pero por qué no se mueve, mierda?

—Señor, necesito que vaya al cuarto más cercano y se encierre en él. ¿Tiene algún sótano o habitación en la cual puede encerrarse?

No me deja de observar… Me va a herir…

—Señor, necesito que me escuche. Enciérrese en algún lugar seguro hasta que los oficiales lleguen a su casa. ¿Me escucha?

Eh… sí… sí. Voy a encerrarme en mi cuarto.

—Y está seguro de que está solo en su casa, ¿correcto?

Sí, estoy solo en mi casa. Espere un momento... Se está moviendo... Está moviendo su cabeza... Me está diciendo que no... Puede escucharnos. Me trata de decir que no estoy solo.







—¿Señor? ¿Sigue ahí, señor? Escuché un ruido fuerte. ¿Todo está bien?



—¿Señor?




Calificación:

sábado, 6 de junio de 2020

No contestes a extraños...

Esta es una de esas historias que le ocurrió al amigo de un amigo:

Un número privado llama a tu teléfono celular y sin saber, respondes a la llamada más nefasta que has escuchado hasta ahora en tu vida, es como si sintieras la desesperación y el terror de cada lamento, llanto y súplica que escuchas del otro lado.

En unos segundos recibes un mensaje que contiene doce cifras que según cuenta la leyenda corresponden al día, mes, año y hora exácta de tu muerte. A partir de ese momento comienza tu cuenta regresiva.

Puedes intentar luchar contra el tiempo o esperar pacientemente a que tu momento llegue. También he escuchado que la única forma de escapar es llamando tu mismo a otra persona, pasando tu destino sin romper el ciclo.

No contestes a extraños...



Calificación:

viernes, 5 de junio de 2020

La llamada Frenética del Área 51

Costa a Costa es un programa radial nocturno que nació en el año 1986 y que aún se transmite en la actualidad en el mísmo horario y frecuencia de siempre: 7 días a la semana, de 22:00 a 02:00 hrs en tiempo pacífico. Esta sección logró gran popularidad gracias a su locutor, el Sr. Art Bell (1945,2018), quién gracias a sus curiosas conversaciones telefónicas con diversos personajes, logró convertirse en uno de los programas más escuchados de EEUU.
Es en este contexto que la historia de un trabajador del área 51 se vuelve una de las anécdotas más memorables del show.



El 11 de septiembre de 1997, en el programa radiofónico de Bell, se recibió una llamada impresionante de un hombre desesperado que decía haber trabajado en el Área 51.

Tan pronto como la persona que llamó comenzó a revelar los planes que tenían “los visitantes” o el gobierno de los Estados Unidos hacia la población, la llamada fue cortada y el programa fue desconectado de la antena por unos momentos.

"Art Bell, el presentador radiofónico que recogió en directo la llamada frenética del supuesto ex-trabajador del Área 51".

Esta es la grabación original del llamador frenético del Área 51. 1997.

La conversación transcurre aproximadamente con estas palabras:

– ¿Hola Art? Hola, no tengo mucho tiempo…

Art: Bueno mira, vamos a empezar por averiguar si ese es el tono adecuado para usar esta línea o no…

– Área 51…

Art: Sí, está bien, ¿Dónde está usted ahora? ¿hay un empleado o es usted solo?

– Soy un ex-empleado, y me permitieron ir a una revisión médica, hace alrededor de una semana, y… y… (sollozos)… he estado huyendo por todo el país.., eh.. eh.. , no sé por dónde empezar.., Ellos van a triangular… triangularán muy pronto esta posición.

Art: Así no podrá seguir por mucho tiempo más en el teléfono.., dénos algo rápido.

– Ok, um... Um... Ok, lo que nosotros pensamos que son extraterrestres son seres extra-dimensionales... Antes de que cualquier programa espacial precursor tomara contacto con el hecho... Eh... No son lo que dicen ser.., se han infiltrado en muchos aspectos del Establishment Militar... Particularmente en el Área 51... Los desastres que están próximos... Lo que los militares... Lo siento... El Gobierno sabe acerca de Ellos… (Sollozos) y hay una gran cantidad de zonas seguras en el mundo a las que podrían comenzar a trasladar a la población... Ahora... Art…

Art: ¿Pero no lo están haciendo?.., ¿No están haciendo nada?

– No están haciéndolo… Ellos quieren que los principales centros de población sean aniquilados, a fin de que los pocos que queden sean más fácilmente controlables… (sollozos y llanto)…

[Interrupción. Transmisión perdida. Suena la sintonía del programa…]

Nunca más volvió a escucharse en el programa "Costa a Costa" o en cualquier otro medio de comunicación sobre el el misterioso ex-trabajador del Área 51; Un caso totalmente misterio y sin respuesta hasta el día de hoy.





Nota: Si tienen interés en otros casos célebres del programa costa a costa, me avisan en los comentarios y subiré más información de este programa que de verdad es una joya :)



miércoles, 24 de julio de 2019

El juguete

Lydia exhaló un breve suspiro y abrió la puerta principal. Se quitó el cabello de su cara con el dorso de la mano, levantando a Daisy en sus brazos.

—¡Oh, no fue una fiesta de cumpleaños divertida! —Ella arrulló suavemente, con una sonrisa brillante—. ¿Te gustan tus zapatos nuevos?

Daisy rió alegremente, asintiendo con la cabeza. Saltó de los brazos de su madre, brincando de un lado a otro por el pasillo, con sus relucientes zapatillas brillando mientras saltaba y galopaba.

—¿Quieres jugar con tus juguetes?

—¡Sí mamá! ¡Sí, sí! —Respondió Daisy, saltando arriba y abajo con una energía implacable.

Lydia dejó una de las bolsas de plástico en la otra mano. En el interior, enterrado entre otros juguetes variados, había un teléfono de juguete polvoriento, adornado con una sonrisa de dibujos animados y botones coloridos. Una gruesa capa de polvo se elevó en el aire mientras Lydia soplaba ligeramente toda la superficie del juguete. Qué extraño, pensó Lydia para sí misma. No recordaba haberlo recogido en el lugar de la fiesta.

—Está bien, gatita, vamos a tu habitación.

Con un chillido encantado, Daisy corrió escaleras arriba, haciendo 10 pequeños saltos hasta el segundo piso. Lydia la siguió de cerca, examinando el juguete en sus manos. Estaba un poco desgastado, pero perfectamente adecuado para una niña.

Dejó el teléfono entre un gran grupo de otros juguetes en el piso alfombrado de Daisy.

—Muy bien, Daisy, ¿con cuál quieres jugar primero? ¿El oso de peluche? ¿El robot? —Daisy miró por encima de su mar de juguetes, y finalmente señaló con un dedo rechoncho al teléfono.

—¡Ese! —Ella se rió.

Lydia se agachó para presionar el botón de encendido. Al instante, el pequeño juguete saltó a la vida con un tintineo musical, haciendo que Daisy sonriera de alegría.

De repente, el receptor de plástico vibró.

—Oh-oh! —Lydia dijo con un chirrido—. ¿Quién está al teléfono, Daisy?

Daisy puso el teléfono en su oreja con entusiasmo. Rápidamente, su expresión se volvió de la alegría al miedo. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y sus labios apuntaron hacia abajo con el ceño fruncido. Tiró el teléfono al suelo, en la cúspide de las lágrimas. Lydia arqueó las cejas.

—¿Qué pasa, cariño? ¿No está funcionando?

Daisy se volvió hacia su madre, gesticulando hacia el teléfono.

—El hombre del otro lado está siendo malo conmigo ... —Ella apenas pudo terminar su oración antes de estallar en un ataque de sollozos, lloriqueó y se llevó las manos a la cara.

—... ¿Qué? —Lydia respondió, preocupada. Ella se agachó para levantar el auricular, recogiendo a Daisy en sus brazos.

Una voz ronca respiró en el oído de Lydia. Aturdida, sus ojos se ensancharon con temor.

—Deberías haber cerrado la puerta principal —Dijo la voz, desde una garganta que sonaba como si estuviera llena de vidrios rotos. Lydia gritó, dejando caer el teléfono al suelo. Golpeó el juguete contra la pared con una poderosa patada, rompiéndolo en pedazos contra su talón. Daisy observó con confusión, las lágrimas aún corrían por su rostro.

—Está bien, bebé —dijo Lydia, respirando pesadamente—. Todo está bien ahora.

Besó a Daisy en la frente, meciéndose lentamente de un lado a otro. Pero Lydia se congeló una vez más cuando escuchó 10 golpes rápidos que subían las escaleras desde el pasillo.



Calificación:

martes, 20 de febrero de 2018

La llamada

Les traigo otro juego poco conocido de internet. Para éste debes ser muy valiente o muy estúpido, pero de cualquier forma parece tener una gran recompensa...

Para comenzar necesitas estar solo en casa y tener un par de teléfonos, pueden ser fijos o móviles, pero ambos deben ser de tu propiedad.

El ritual comenzará a cualquier hora después de las 12:00 am. Y debes ubicar cada teléfono en una habitación distinta, con la luz encendida y el resto de la casa en penumbra.

Deja uno de los teléfonos en un cuarto, cierra la puerta y ve a la otra habitación. Una vez que estés allí junto al teléfono que haya sobrado, comienza a llamar al otro cuarto. Si a los diez tonos no ha ocurrido nada, mala suerte: cuelga la llamada e inténtalo otro día.

Por el contrario, si alguien ha atendido la llamada, oirás un silencio mortificante, seguido por susurros extraños y sonidos parecidos a muebles moviéndose. No te asustes, y por lo que más quieras, no cuelgues la llamada, ya que la persona que está al otro lado de la línea lo verá como de muy mala educación. Una voz gutural pero manejando de forma perfecta el idioma te saludará cordialmente e iniciará una conversación.

Primero te preguntará cosas triviales. Conforme los minutos vayan avanzando, te cuestionará acerca de cosas más y más personales que te verás obligado a responder por parecer cortés. Si le llegases a decir una mentira para finalizar la conversación, como decir que tienes poca batería o poca cobertura, no reaccionará a tu gesto de la manera que planeas.

Llegará un momento en el que te preguntará en dónde está tu cuarto, y tú, habiendo caído en su manipulación, te sentirás tentado a decírselo (hazme caso, su poder de convencimiento es increíble). Ten la suficiente fortaleza como para no llegar al extremo de revelar en dónde estás. Pídele, por el contrario, jugar a un juego.

Aquí viene la parte más difícil. El espectro va a salir de su cuarto y va a comenzar a recorrer la casa, buscándote. Tocará varias veces la puerta de una habitación, dirá «¿estás ahí?» y entrará. Créeme cuando te digo que sentirás de forma asfixiante una presencia cada vez más y más cerca de ti, e incluso podrás oír sus pisadas por el pasillo mientras te busca. Rápidamente, apaga la luz de tu cuarto, escóndete y quédate totalmente quieto. No apagues el móvil ni finalices la llamada, solo no hables. Asegúrate de estar bien escondido y no hacer ningún ruido.

Cuando tu invitado toque la puerta, pregunte por ti y entre, sentirás un deseo increíble de salir de tu escondite para acabar con tu angustia. No lo hagas. Por lo que más quieras, por muy mal que te encuentres, y aunque sientas que la presencia es demasiado fuerte como para aguantarla, no salgas de tu escondite. El espectro solo se quedará un minuto en tu cuarto hasta que decida cerrar la puerta y volver a su sitio. Una vez que lo hayas oído regresar a la otra habitación iluminada, sal de tu escondite con total confianza. Tu interlocutor dirá que ha disfrutado mucho contigo, pero que desgraciadamente se tiene que marchar. Agradécele la conversación que habéis tenido y espera a que cuelgue.

Todavía no enciendas las luces de toda tu casa ni te vayas de donde estás. Has sufrido mucho, así que vas a ser recompensado. Pocos minutos después de que haya finalizado el juego, recibirás una llamada del otro teléfono. Oirás una voz monótona, que dirá: «Seleccione su premio».

Si pulsas el uno, podrás escuchar algo muy revelador sobre tu futuro (que podrás alterar o dejarlo como es).

Si pulsas el dos, escucharás algo secreto sobre ti que desconocías por completo y que cambiará tu vida.

Si pulsas el tres, recibirás una pequeña habilidad que será traducida en la buena suerte. No serán situaciones increíbles, como ganar la lotería o encontrar al amor de tu vida, pero sí pequeñas casualidades que salvarán tu día a día (encontrar cierta cantidad de dinero por la calle, aprobar un examen para el que apenas estudiaste…).

Si pulsas el cuatro, tus heridas, y hasta tus quemaduras, cicatrizarán con mayor facilidad.

Si pulsas el cinco, la persona a la que amas también se enamorará perdidamente de ti.

Si pulsas el seis, al día siguiente, en el que cuarto en el que se hallaba el espectro, encontrarás un objeto que siempre deseaste (de nuevo, nada espectacular, pero sí cosas como un mejor ordenador o unos billetes de avión para un viaje).

Una vez que hayas elegido, la llamada terminará automáticamente. Recoge el otro teléfono, enciende las luces y sigue tu vida con normalidad.

Si estás pensando en hacer el juego seis veces para obtener todos los premios, la segunda vez que lo intentes la manipulación que tu interlocutor ejercerá sobre ti será imposible de evitar, así que no te sugiero que lo sigas intentando.



Calificación: