En cualquier ciudad, en cualquier pueblo, puedes ir a cualquier institución mental o casa desolada donde puedas ir por ti mismo. Llama la atención del recepcionista y pide visitar a alguien llamado "el portador del Cosmos". Él te mirará de arriba a abajo. Si murmura algo y se aleja, quédate en tu lugar, él regresará en un momento. A su llegada, abrirá una trampilla que se encuentra bajo su escritorio y te indicará que lo sigas. Te guiará por una escalera antigua de madera que queda suspendida, de alguna manera, en una sala imposiblemente grande, cuyos lados o fondo no serás capáz de ver. La única luz será la de la entrada. Verás formas descomunales en la oscuridad. Te recomiendo que no hagas ningún ruido más fuerte que el suave chirrido de las escaleras.
Tu guía te acompañará solo unos pasos más, pero en la oscuridad opresiva, sus rasgos son poco claros. Estarás descendiendo las escaleras por lo que parece una eternidad. Durante este tiempo, no dejes que tus pensamientos vaguen. Concéntrate enteramente en tu objetivo: El guardián del Cosmos. Mientras desciendes más en la oscuridad, las tablas de madera estarán balanceándose debajo de tus pies y la forma de tu guía parecerá cambiar. No es un engaño de tus ojos. Si se detiene en cualquier momento, suéltate de las escaleras de inmediato, una eternidad cayendo, sería preferible a su tormento.
Sin embargo, en caso de que siga sin detenerse, eventualmente, sentirás un viento. A lo lejos, debajo de ti, las copas de los árboles serán visibles. Por encima de tu cabeza, una bóveda de estrellas y nubes. A los lados, un horizonte amplio y sin obstáculos, con excepción de una estructura, a lo lejos a tu derecha. A medida que desciendes, podrás ver una mansión con un pequeño camino de tierra que conduce a la misma. Esta parte del descenso es increíblemente pacífica y tendrá una duración de varias horas. Disfrútalo, pero bajo ninguna circunstancia mires hacia atrás, desde donde viniste. La escalera colapsará y caerás a tu muerte.
Finalmente llegarás a la parte inferior de las escaleras. Te han depositado en un bosque densamente arbolado, a pocos metros del camino de tierra. Tu guía dejará de moverse. La luz de la luna se filtra entre los árboles, y te darás cuenta que él ha cambiado considerablemente. Lo que alguna vez había sido un hombre, ahora era una bestia descomunal e infernal. Él empezará a girar. Debes correr. La escalera, por la que recientemente descendiste, habrá desaparecido. Tu única opción es el camino. El demonio es lento, pero no se detendrá.
Corre. Corre hasta que tus pulmones ardan y se agite tu pecho. Corre hasta que tu garganta se manche de sangre. Hasta que no puedas correr por más tiempo. Renuncia a la esperanza. Cae de rodillas. Llora. Sentirás el aliento del demonio en tus talones, y murmurarás una oración, mientras ves tu vida pasar frente a tus ojos en un segundo. En ese preciso momento, cuando has perdido toda esperanza, un disparo rugirá en el vacío del oscuro camino forestal. El demonio a tu espalda, ha sido asesinado. Lo que sigue, es crucial. No importa cuan cansado estés, debes ponerte de pie, y decir inmediatamente:
¿Quién es su enemigo?