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miércoles, 7 de agosto de 2019

El Origen de Eyeless Jack

Jack era un adolescente que trabajaba en un periódico local. Un día, su jefe anunció que Estados Unidos había entrado en la Segunda Guerra Mundial y Jack se dignó a inscribirse en el ejército para luchar por su país.

Al poco tiempo se hizo amigo de un inglés llamado Louis, que también se había alistado allí, ya que su pueblo había sido atacado y tenía la necesidad de defenderlo.

Jack y Louis se hicieron mejores amigos, y todos los demás soldados veían como se llevaban muy bien. Incluso llegaron a llamarse entre ellos hermanos.

Los jóvenes estaban a punto de lanzarse hacia las líneas enemigas, pero el lado enemigo se movió antes. Un gas venenoso fue arrojado alrededor de la base, provocando que Jack se quedará ciego. Durante el alboroto, Louis recibió un disparo.

Ambos fueron enviados a un hospital a unos pocos kilómetros de distancia. Jack empezó a llorar por el dolor que sus ojos le causaban, por lo que los médicos tomaron una medida drástica y le quitaron los ojos. 

Aun estando ciego, Jack se negaba a abandonar a su preciado amigo. Louis estaba siendo atendido por una enfermera llamada Betsy, quien, nacida en Estados Unidos, se había trasladado a Noruega para ayudar a los soldados heridos. Ella no pudo salvarle la vida a su amigo. Louis agarró la mano de Jack y unos minutos después la soltó. Dio su último aliento en esa cama, como si se fuera a dormir. 

Jack quería llorar, pero ya no tenía ojos para poder hacerlo, así que se mordió el labio hasta que le sangró. Los médicos apartaron el cuerpo de su amigo y lo llevaron a enterrar; él se quedó durmiendo en esa habitación lo que le pareció una eternidad. 

Una mañana, el médico le leyó un telegrama de Betsy, indicando en donde habían enterrado los cuerpos de los soldados muertos. Jack, una vez en el lugar donde habían sepultado a Louis, se despidió y volvió a su hogar en Estados Unidos. 

Pero solo más tristeza le esperaba allí. Cuando llegó, su madre lo recibió con lágrimas al ver que él ya no tenía ojos. Jack le preguntó si algo más había ocurrido para que estuviera así, siendo ella normalmente tan alegre y llena de tanta energía. Ella le dijo que Marcos, el hermano de Jack que trabajaba en una fábrica, había muerto a causa de unas partículas impregnadas en el aire.

Una semana más tarde, Jack lamentó la pérdida de su madre, que probablemente murió por esa gran tristeza. Él se había quedado solo. Su padre había muerto de tuberculosis cuando él tenía cinco años. Y ahora Louis, Marcos y su madre también habían muerto. No había nadie allí para guiar a este hombre ciego, para consolarlo, siquiera para darle algo tan importante como un abrazo.

Una noche, Jack caminó alrededor de su antigua habitación hasta que llegó a un viejo escritorio de madera donde guardaba un arma. Estaba cargada y lista para disparar, por si en algún momento entraba un ladrón y trataba de hacerle daño a él o a su madre, pero ella se había ido. Solo había un uso para ese arma ahora. Jack abrió la boca, apuntó con la pistola en la garganta y apretó el gatillo.

Sus cuerdas vocales y la tráquea fueron destrozadas en un milisegundo. Su cuerpo cayó al suelo, pero, para su sorpresa, seguía vivo. El destello repentino de los disparos le había provocado algo en su mente que le hizo olvidar todo lo que le había ocurrido antes de su muerte.

Estaba confundido en cuanto a por qué lo había hecho. Incapaz de escapar, se quedó en la casa esperando una respuesta. Más tarde, recobró la memoria al ver las fotografías de la Segunda Guerra Mundial, los soldados y lo demás, perdió la cabeza.


Desde ese día aquel fantasma sin voz ni ojos, ronda por ahí intentando calmar su tristeza de algún modo u otro.




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lunes, 24 de junio de 2019

Eyeless Jack

Hola, mi nombre es Mitch, estoy aquí para hablarles de una experiencia que tuve. No sé si fue algo paranormal o cómo sea que le llamen a los fenómenos sobrenaturales, pero después que esa cosa me visitó, ahora, creo en esas mierdas paranormales.

A Edwin le agradaba la idea que me mudara con él, ya que, después del todo, no nos hemos visto desde hace 10 años, así que a mí también me emocionaba, luego de desempacar me quedé dormido. Después de esa semana, oí susurros afuera, cerca de la una de la mañana. Primero pensé que era un mapache, así que lo ignoré e intenté volver a dormir. 

A la mañana siguiente, le conté a Edwin lo que pasó y estuvo de acuerdo en que solo fue un mapache, sin embargo, a la noche siguiente me pareció que la ventana de mi habitación se abría y oí un golpe muy fuerte, como si algo hubiera entrado a mi cuarto. Me levanté del golpe y miré para todos lados, sin encontrar algo raro, en la mañana Edwin tiró su café cuando me vio, el me acercó a un espejo y entonces me di cuenta de que tenía un corte muy profundo en la mejilla izquierda.

Luego de apurarnos en llegar al hospital, el doctor me dijo que pude haber caminado dormido, pero entonces me mostró algo que me mi mandó el alma a los pies. Levantó mi camisa y vi una incisión cosida dónde estaban mis riñones. Lo miré a los ojos, con los míos llorosos. “De alguna manera perdiste tu riñón izquierdo a noche, pero no te sabría decir cómo. Perdón, Mitch”. Me dijo el doctor.

Al llegar la noche me quebré, cerca de la media noche desperté para ver una imagen horrible: Estaba viendo cara a cara a una criatura con una capucha negra y una máscara azul oscuro sin nariz ni boca. Pero lo que más me asustó de esa cosa era que eso no tenía ojos, sólo unas cuencas vacías y oscuras. La criatura tenía además una sustancia negra goteando de sus cuencas. 
Tomé una cámara que tenía cerca en un manto y le tomé una foto, pero después de hacerlo, la criatura se lanzó sobre mí e intentó abrirme el pecho para llegar a mis pulmones. La detuve al patearle la cara y salí corriendo de mi habitación, tomé mi bolsa porque necesitaría el dinero. Tuve que escapar de casa de mi hermano esa noche. Eventualmente terminé en los bosques cerca de casa de Edwin y tropecé con una roca.

Eyeless jack

Quedé inconsciente y al despertar me encontré en un hospital, el doctor entró a la habitación, era el mismo que me trató antes. “Te tengo buenas y malas noticias, Mitch” comenzó a decir el doctor. “Las buenas noticias son que tuviste heridas muy leves, y tus padres ya vienen por ti.” Suspiré aliviado. “La malas son que tu hermano fue asesinado por alguna… cosa. Lo lamento”.

Mis padres me llevaron de regreso a casa de Edwin para tomar las cosas que quedaban, al entrar en mi cuarto, estaba muy asustado, pero tuve que mantenerme tranquilo, tomé la cámara que se quedó tirada en mi carrera. En el pasillo que va a mi cuarto, vi el cuerpo de Edwin en el suelo, y algo pequeño a su lado, levanté esa cosa y subí al auto de mis padres sin mencionar el cadáver de mi hermano. Observé aquella criatura que recogí y estuve a punto de vomitar, estaba sosteniendo mi riñón a medio comer, con alguna sustancia negra en él.

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