lunes, 24 de agosto de 2020

#428 El Holder de los Agujeros

 En cualquier ciudad, en cualquier país; ve a cualquier cementerio a media noche al que puedas llegar por tus propios medios. Busca a algún sepulturero cavando una tumba fresca y pídele visitar la tumba de quién se hacía llamar "El Portador de los Agujeros", si comienza a reír no digas nada mientras sales de la tumba y te alejas de ese lugar.

Cuando ya no puedas escuchar la risa cierra los ojos, contén la respiración y salta dentro de la tumba. Si chocas contra el suelo haz las paces con tu Deidad personal porque la tumba está a punto de sellarse contigo en ella; Si golpeas el agua quédate debajo o de lo contrario los seres que ahí viven te desgarrarán con los dedos. Debes nadar hacia abajo hasta que pases por un espacio estrecho, una vez que salgas estarás fuera del agua. Bajo ninguna circunstancia debes mirar por donde viniste. 

Una vez fuera del agua verás a un hombre sentado en un círculo de luz, sin camisa, con las costillas sobresaliendo de su piel, sosteniendo un collar. El hombre seguirá rascándose los brazos hasta que sangren y solo responderá a la pregunta: "¿Por qué no podemos volver?

Detendrá sus rasquidos y te mirará con una sonrisa mientras sus ojos se derriten revelando dientes que recubren sus cuencas, fija tu mirada en la suya sin apartarla pase lo que pase. Mientras su mirada se desgarra en la tuya, te explicará por qué no puedes regresar, te hablará de todos los puentes que se han quemado, todas las líneas cruzadas, todas las oportunidades de perdón destrozadas por los buscadores que anhelan un final que jamás lograron. No entiendo. Te darás cuenta de cuántas atrocidades similares has cometido, pero no bajes la cabeza ni te avergüences, ya te has encontrado con la mirada del Portador y no hay vuelta atrás. No digas nada hasta que haya terminado, luego agradece al hombre y sumérgete rápidamente en el agua antes de que tenga la oportunidad de detenerte.

Despertarás al amanecer en el cementerio, recostado en la misma tumba a la cual saltaste, alrededor de tu cuello estará el collar que usaba el Portador. Nunca debes quitártelo o te convertirás en su sucesor.


Ese collar es el Objeto N°428 de 538. No hay vuelta atrás.


jueves, 13 de agosto de 2020

#419 El Holder de la Recursividad

En cualquier ciudad, en cualquier país; ve a una universidad o escuela a la que puedas llegar por tus propios medios. Encuentra una sala donde se enseñe alguna asignatura relacionada con las matemáticas, pero que no esté utilizándose actualmente; entra y escribe en la pizarra con una letra clara: "Deseo ver al Portador de la Recursividad". Luego sal y vuelve a entrar a la misma clase al día siguiente.

Verás que tu mensaje original se ha ido, reemplazado por una ecuación matemática bastante simple, debería bastarte con nociones de álgebra básica para resolverla fácilmente. Una vez que resuelvas el problema y escribas en el tablero tu respuesta, abrirás u portal. Entra en el reino del Portador.

Te encontrarás en una gran sala de conferencias que se encuentra completamente vacía, excepto por un hombre calvo de mediana edad, que se encuentra parado vistiendo una bata de laboratorio en el pie del atril. Acércate a el y dile: "He venido por la primera parte de mi destino". Meterá la mano en una caja y sacará un revoltijo incomprensible de probabilidades y fines aleatorios. Cuando le quites estos artículos, serás transportado instantáneamente de regreso al aula, en ese momento podrás irte.

Ahora debes saber que lo que el profesor te ha dado no es el objeto que buscas, sin embargo, esto te ayudará a obtener eventualmente lo que buscas. Verás, aunque puede parecer un montón de basura sin sentido, los elementos que el profesor te ha dado se pueden juntar de una manera específica para formar un objeto coherente. Te tomará un tiempo averiguar la manera exacta en la que debes organizar los elementos, pero una vez que hayas resuelto este rompecabezas, debes regresar al mismo salón de clases donde comenzaste. Encontrarás otra ecuación simple escrita en la pizarra, escribe la solucion en la pared y entra una vez más a la sala de conferencias. Entrega tu objeto completo al profesor, lo pondrá en la caja y sacará otro montón de cosas extrañas.

Repetirás este proceso una y otra vez sin fin, recibirás una pila de basura al azar y depende de ti juntar los elementos para formar un objeto coherente. Regresarás al aula con el rompecabezas completado, resolverás otra ecuación, entregarás el objeto completo al profesor y el te dará un montón de basura aleatoria para empezar de nuevo. Sin embargo, con el tiempo y un poco antes de que empieces a enloquecer por la rutina, algo cambiará. Un día cuando regreses al aula, encontrarás que la ecuación habitual ha sido reemplazada por una mil veces más compleja que cualquier cosa que hayas visto antes; la gran dificultad de este nuevo problema podría volverte loco, pero un buscador perspicaz notará que a pesar de su gran complejidad, en realidad son solo todas las otras ecuaciones que has estado resolviendo hasta ahora combinadas en una sola. Si puedes recordar las soluciones de cada ejercicio antes resuelto, simplemente será cuestión de insertar las soluciones y usarlas para llegar a la solución definitiva de esta ecuacion. Cuando se abra el portal y vuelvas a entrar en la sala de conferencias, esta vez no le des tu artículo completo al profesor o el lo tomará sin regresarte nada a cambio, haciendo que todo este esfuerzo no tenga sentido. En cambio debes decirle: "He reunido las piezas. Ahora debo construir mi destino". 

El profesor volverá a meter la mano en la caja y te entregará todos los objetos que ha reunido hasta ese momento. Ahora debes tomar esas piezas y juntarlas en un objeto final. Al igual que con la ecuación, si sabes como funcionan las piezas más pequeñas no debería llevarte mucho tiempo ensamblar todo, pero debes saber que no puedes salir de la sala de conferencias hasta completar esta tarea.

Cuando hayas terminado presenta tu resultado al profesor, incluso si una pieza no ensambla correctamente lo que causará que el objeto explote violentamente y lo destruirá, sin embargo si todo se ha ensamblado correctamente, comenzara a brillar inconmensurablemente. Eventualmente te encontrarás de nuevo en la sala de clases. Revisa el escritorio del profesor y encontrarás una sola pieza del rompecabezas y a partir de ella podrás saber que la imagen terminada no está destinada a los ojos humanos.



La pieza del rompecabezas es el Objeto N°419 de 538. Una vez que tengas todas las piezas, depende de ti armar el todo.


martes, 11 de agosto de 2020

Una Foto

 Un día él le tomó una foto, donde ella aparecía luciendo una bellísima sonrisa que contrastaba con la expresión generalmente seria que solía mostrar su rostro. En realidad, ella no recordaba haber trazado nunca una sonrisa tan dulce y no podía reconocerla como suya. Parecía como si aquella fuera la foto de otra mujer, desde luego idéntica a ella en sus rasgos físicos, pero completamente distinta en su expresión y, en cierto sentido, más hermosa.


Para colmo de males, él parecía obsesionado con aquella foto y pasaba buena parte de su tiempo libre contemplándola en silencio, con el rostro extasiado de amor, mientras que cada vez mostraba más indiferencia hacia la mujer de carne y hueso con la que compartía su vida.

Finalmente,como era de esperarse, ella acabó sintiendo celos de la mujer que aparecía sonriendo en la foto, una mujer que en teoría era ella misma, pero que, misteriosamente, tenía la sonrisa de otra persona. Y, de algún modo ajeno a la lógica y a las leyes de la naturaleza, aquella mujer fantasmal que compartía sus rasgos pero no su espíritu estaba consiguiendo robarle el corazón del hombre al que amaba. Por supuesto, ella no podía compartir aquellas inquietudes aparentemente absurdas con nadie, ni mucho menos con él, pero finalmente decidió actuar.

Podía parecer una locura, pero nadie tenía por qué enterarse. Así, un día, mientras él estaba fuera, ella tiró la foto a la basura, concretamente al contenedor azul que había cerca de su casa. No es raro que se pierda accidentalmente una simple foto que ni siquiera está enmarcada y él nunca tendría motivos para sospechar de un acto deliberado por su parte. Así, una vez que la muchacha se hubo librado de su “rival”, decidió salir de compras para celebrarlo.

Aquel día él hombre volvió tarde y cuando llegó a casa unos agentes de policía estaban esperándolo para comunicarle una pésima noticia, que no habían podido darle antes porque él se había dejado el móvil en casa. Una vez que él, a duras penas, consiguió reponerse de la impresión, el inspector le comunicó los detalles relacionados con la violación y el asesinato de su esposa.

Según la confesión del criminal, este (un vagabundo con problemas psiquiátricos) había encontrado casualmente una foto de la víctima mientras se hallaba buscando cartón en el contenedor azul del barrio. Según sus propias palabras, la chica de la foto le había parecido tan hermosa que no había podido resistir la tentación de buscarla. Y poco después la vio, cuando ella volvía a su casa tras hacer unas compras.

Lo cierto es que entonces no le pareció tan hermosa como en la foto, pero la obsesión se había apoderado de él y ya no había marcha atrás. La siguió, esperó a que entrara en la casa y poco después entró él, tras forzar la puerta con una navaja. Una vez cometido el crimen, su estado de enajenación mental lo llevó a abandonar la casa con la ropa ensangrentada, lo cual motivó que no tardara en ser arrestado por unos agentes municipales.

Tras referir los detalles del caso, el inspector le entregó al marido de la víctima la foto que habían encontrado en el bolsillo del asesino, para que al menos le quedara un recuerdo de la mujer que había perdido para siempre.

Una vez que él tuvo la foto en su poder, le echó una ojeada y se quedó sorprendido, porque de pronto le pareció que aquella ya no era la misma sonrisa dulce que él tan bien conocía, sino la sonrisa siniestra de quien ve realizada su venganza.



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lunes, 10 de agosto de 2020

Solo quería su corazón

Cada mañana al despertar, precisamente a las seis de la mañana, Matías se asomaba por la ventana de la habitación para observar a su vecina Nicole, una muchacha muy hermosa de cabellos dorados y con un bello rostro angelical, la chica que todo joven desearía tener como pareja.

Ella solo duerme mientras él la admira con un profundo deseo, se mantiene oculto tras las cortinas con las luces apagadas y la mirada fija en la ventana del frente, espera que la alarma de su reloj rompa la calma y la despierte de sus sueños a las seis y media, como todos los días. Esa es la señal para que el joven se retire de su acecho.

Ambos asisten al mismo colegio, son buenos amigos y se visitan con frecuencia. Sin embargo, durante todo el tiempo que lleva conociéndola, nunca se le ha ocurrido cómo expresarle sus sentimientos. Las dudas lo invaden ante las posibilidades de rechazo y de resistencia a su deseo; le es inevitable pensar que su amistad podría arruinarse.

Un día de tantos, Matías se decide a cumplir su cometido. Sus padres no se encuentran en casa y Nicole lo visita, él la invita a su recámara, y ella accede pensando que platicarán de asuntos triviales. Mientras la hermosa niña entra al cuarto, el joven cierra la puerta tras de sí, ocultando un cuchillo en su cintura.

En silencio, antes de que ella voltee, se le lanza como predador a su presa. La apuñala repetidas veces en la espalda. De sus heridas mana aquel cálido líquido que solo ha visto en sus ilusiones, en el sinfín de ideas que han revuelto su mente cada mañana, cada media hora que la ha contemplado. Nicole trata de respirar sin conseguirlo. Sus ojos se cierran, y su mirada se apaga. El cansancio azota su ser hasta que su cuerpo queda inerte.

Agitado, Matías solo la observa y jadea. Quiere verle el rostro a quien le ha arrebatado la vida. Ha perdido su belleza. Se está hinchando. No sonríe más. La saliva que cae de sus labios toca el suelo y se entrevera con el mar rojo que despierta sus deseos más salvajes.

Toma un martillo que ha ocultado bajo su cama. No puede esperar a conseguir lo que busca. Se sienta sobre su estómago, y golpea repetidas veces su esternón con el acero.

Siente éxtasis y fascinación por la hermosa escena. Desgarra sus prendas con el cuchillo. Su camisa rosada y su sostén han adquirido un tono escarlata. Sus senos se han deformado. Sangre se ha acumulado en su piel.Clava la hoja y troza su pecho. Lo asierra con los dientes del filo. Lo encuentra. Sonríe. Después de todo, solo quería su corazón, para que nadie más pudiese tenerlo.

“Siempre buscamos el corazón de la persona que amamos. Y nuestro mayor miedo es que otro nos lo pueda arrebatar”




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domingo, 9 de agosto de 2020

La oscuridad de tres días

Esto sucedió a las 3:42 p.m. El mundo descendió hacia una oscuridad súbita y absoluta.

Resultó en caos. En nuestra oficina pequeña del décimo piso, nos reunimos entre la negrura ominosa esperando la luz. Había una televisión en la sala de descanso y alguien halló el control remoto, usando la memoria de nuestros dedos nos las arreglamos para cambiarlo al canal de noticias.

Por un largo tiempo, solo hubo silencio. Entonces, a través de la oscuridad aparentemente infinita, surgió una voz. Una locutora, buscando su escritorio valientemente y tratando de reconfortar a sus televidentes, nos habló con voz suave y temblorosa. Ellos tampoco tenían idea de qué estaba sucediendo, pero indiciaron que debíamos conservar la calma, y permanecer juntos en medio de los reportes de individuos desapareciendo en la oscuridad, alejándose de sus amigos y familia, perdiéndose o topándose con el peligro.

Pasamos los siguientes tres días en la oficina localizando nuestras posesiones en la oscuridad y logrando comer y dormir con comodidad relativa, a pesar de la sensación de que estábamos congelados en algún tipo de universo alterno.

Entonces, exactamente 72 horas después de que la oscuridad llegó, el manto se alzó. Nuestros ojos ardieron por la luz súbita, pero nos adaptamos dentro de poco y concordamos en que deberíamos dirigirnos al piso de abajo, como grupo, e ir afuera.

Mientras descendíamos por las escaleras, nos recibió un olor. Nauseabundo. Supe inmediatamente lo que era, y, reticente, giré por la última intersección de la escalera pensando que quizá alguien se había caído y había muerto por sus heridas. Estaba equivocado.

Creo que solía ser una mujer, pero no puedo estar seguro. Había sido desollada y eviscerada, pero no sé en qué orden. Cada centímetro de su piel estaba ausente, pero sus ojos y dientes permanecían, convirtiendo su cadáver en un monstruo contemplativo y sonriente.

No fui el único que vomitó. Necesitando escapar de ese panorama, irrumpimos hacia el vestíbulo por la entrada principal, y nos congelamos. Cuerpos sin piel estaban esparcidos a lo largo del pequeño vestíbulo. Eran casi quince, según el cálculo con el pequeño vistazo que les dimos. No teníamos la intención de quedarnos por mucho tiempo; sin embargo, descubrimos que las puertas del vestíbulo estaban aseguradas y no podíamos quebrar el vidrio.

Alguien —no recuerdo quién— tuvo la idea de dirigirnos al cuarto de seguridad y ver si podíamos pedir ayuda por la radio. Seleccionando cuidadosamente nuestro trayecto por los cadáveres con estómagos revueltos, hallamos el cuarto de seguridad abierto y a su guardia desollado. Luego de un acuerdo mutuo, retiramos el cuerpo y nos encerramos.

Mientras que uno de nosotros trataba de establecer contacto, los demás comenzamos a ver las grabaciones de seguridad del vestíbulo de los últimos tres días. No pudimos creer lo que vimos.

No estuvo oscuro en lo absoluto: nos habíamos quedado ciegos. Y mientras estábamos ciegos, ellos habían llegado.

Sombras negras humeantes y fibrosas; sin rostro, solo ojos. Ojos extraños y resplandecientes.

Estaban desollando a las personas y vistiendo sus pieles como disfraces.

Sintonizamos la grabación de seguridad de nuestro piso, y observamos horrorizados cómo caminaban entre nosotros sin escoger a nadie. Hasta este día, no sé por qué lo hicieron. En cierta medida, se habían reunido para observarnos, pero partieron dentro de poco y causaron estragos en la oficina del piso de arriba.

Fuimos rescatados días más tarde. No obstante, el mundo descendió a la insania en el transcurso de las semanas siguientes. Todos sabían acerca de los desollamientos, acerca de los impostores; pero nadie sabía quién era real y quién no, hasta que fue muy tarde. Sin confianza, los humanos no pueden sobrevivir lado a lado.

Permanecí con dos de mis colegas, quienes sabía que no cambiaron. Reunimos equipo para acampar y tomamos la decisión de movilizarnos hasta el área arbolada afuera de la ciudad para mantenernos alejados de la sociedad, ahora que se estaba tornando más y más volátil.

Lo teníamos todo planeado, y atesorábamos grandes expectativas sobre la recuperación de la humanidad.

Entonces nos despertamos una mañana y estábamos ciegos de nuevo.

Tres días más tarde, la luz regresó, y me encontraba con mis dos amigos… y un cadáver.





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sábado, 8 de agosto de 2020

Caricia [Micropasta]

Una caricia es algo muy agradable, la sensación de una mano ajena sobándote lentamente la sien y revolviendo tu pelo de una manera cariñosa. Claro, a menos de que sean a las tres de la madrugada y vivas solo.

Diversidad

No es normal. No, para nada. Despertar en medio de un charco de sangre no lo es, simplemente enloqueces. Primero está la desagradable sensación de sentir tu cuerpo extraño, empapado. Luego está la desorientación, la de los 0.3 segundos en los cuales tu cerebro no sabe ni siquiera quién eres o dónde estás, como el de una computadora, pero más rápido. Luego la sorpresa, la terrorífica sorpresa de ver aquel líquido rojo, sumamente viscoso y ya frío impregnado en todo tu cuerpo. Por un instante, tu mente no es capaz de asimilarlo: “¿es sangre?” y el subconsciente lo reconoce pero lo bloquea para no causar todo el daño psicológico: “no puede ser sangre”; sin embargo las ideas y la lógica traicionan esa “buena voluntad” del subconsciente y te gritan: “¡es Sangre!” y es en ese momento en el que te vuelves loco. Tu mente queda vacía en milésimas de segundo, la impresión de estar así cubierto de toda esa sangre hace que quieras deshacerte de ella y al mismo tiempo sacudirte esa “irrealidad” en la que te encuentras. Te arrastras hacia atrás, queriendo huir, pero la sangre te impide ser veloz y los gritos se ahogan en tu garganta. Te resbalas y te cuesta mucho trabajo alejarte del charco rojo del que vas dejando una estela mientras te mueves torpemente. Tu respiración agitada y consecuente hiperventilación hace que los niveles de oxígeno aumenten y la vista se te nuble y te sientes desfallecer. Es demasiado y tu cerebro envía señales confusas a los diferentes órganos causando que tu estómago se revuelva y vomites incontrolablemente. La tensión se libera un poco y piensas que todo es un maldito sueño. De nuevo, tu subconsciente empleando mecanismos de defensa: la negación.

Te levantas como puedes y te das cuenta de que no tienes ropa. Miras a tu alrededor y no reconoces el lugar, es una especie de bodega abandonada y hay cadáveres por todos lados, gritas pidiendo auxilio y te das cuenta de que puedes estar sangrando por alguna herida. Te revisas y no encuentras nada y el llanto hace que te acurruques en posición fetal en un rincón. ¿Cómo pudo pasar esto? Tratas desesperadamente de aferrarte al último de tus recuerdos antes de que despertaras para darle sentido a toda esta locura.

El instinto de supervivencia se apodera de ti y las lágrimas dejan de correr.

Te levantas y buscas algo con qué ocultar tu desnudez y caes en cuenta de que el o los responsables del horror que vives pueden volver a terminar el trabajo.

Como si fuera una grabación, los recuerdos de tu niñez se agolpan en tu cabeza, toda tu vida se revela en segundos y lentamente vas recordando quién eres. Los padres humildes a los que abandonaste por buscar un mejor futuro personal, los reconocimientos académicos, el éxito profesional, los continuos dolores de cabeza y la tensión para lograr superar todos los obstáculos, todos los sacrificios y al final, lograr tener mucho dinero. Todo ello te recuerda que eres fuerte y que podrás sobreponerte a esto.

En silencio, te deslizas por los rincones del lugar escudriñando cualquier cosa que te sea útil. Sorpresivamente encuentras tu ropa en el rincón más lejano junto con la de los demás cadáveres. No reconoces a ninguno pero cuentas cerca de 10 cuerpos. Te limpias como puedes la sangre y, claro, no utilizas tu propia ropa sino la de alguien más, tu manía por estar impecable de pies a cabeza se impone. Extrañamente todas las pertenencias están ahí: billeteras, bolsas de mano, carteras, joyas, relojes, e incluso el dinero. Y piensas entonces que no fue un robo sino un acto de maldad pura.

Encuentras la salida y rezas para que la puerta se abra. Lo hace. Sales y corres lo más rápidamente posible lejos de ese lugar dando gracias al cielo por permitirte salir con vida de ese horror. Lo siguiente es pedir ayuda aunque no reconoces el lugar en donde estás. Ves unas casas muy a lo lejos y la esperanza de llegar te da más fuerzas para seguir corriendo, lo consigues, pero cuando tratas de hablar con los habitantes de aquellas casas, las palabras se te atoran en la garganta y te desvaneces frente a ellos.

Cuando abres los ojos, estás en un hospital y un detective de la policía se encuentra frente a ti. Te hace preguntas que respondes como puedes. Él pretende hacerte responsable de los crímenes y quiere detenerte para seguir la investigación del caso. Pero conoces tus derechos, y a pesar de la indignación que sientes de que piensen mal de ti, llamas a tu abogado y le ofreces al detective tu ayuda para resolver el crimen.

Las idas y vueltas en el departamento de policía se vuelven rutinarias, ya has dado tu declaración demasiadas veces: fuiste a un bar turístico la noche anterior, tomaste unos tragos y luego no recuerdas nada más. Pero lo que no concuerda es que sólo tú hayas logrado sobrevivir. Se revela que no es el primer asesinato de ese tipo en la ciudad, pero en la ocasión anterior no hubo testigos. Se revela también que todas las víctimas son de varias nacionalidades, posiblemente turistas.

Vas a juicio, pero la evidencia es débil, tu abogado es bueno y tu reputación impecable. Te declaran inocente y se te ofrece una disculpa pública por parte de las autoridades.

Todo el proceso te ha dejado con los nervios de punta y estás irritable.

Unas vacaciones serían lo mejor, después de todo hay que vivir la vida y más ahora luego de algo tan aterrador como lo que has pasado.

Un destino concurrido es lo mejor, siempre te ha gustado la diversidad de la gente. Cada país tiene su magia y su gente es especial. Mientras más diversos mejor, su esencia se impregnará en todo tu ser y podrás sentir toda esa adrenalina corriendo por tus venas y nublando tu mente, es algo único y extasiante. Sólo hay que comprar zapatos especiales para no resbalar, debido a la sangre, y golpearte en la cabeza, como la última vez.

Lo difícil es atraerlos a tu país y juntarlos a todos, difícil, pero no imposible, ya lo has hecho antes...



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lunes, 3 de agosto de 2020

SCP-001:O5 La Fábrica

Buenas tardes, Doctor.

No, no se levante. Y sí, soy quien cree que es. No hagamos de esto más de lo que es. Usted sabe mi número, y yo sé tanto de usted como para hacer un duplicado tal que ni su madre notaría la diferencia. No, no es una amenaza, es sólo la verdad.

Ahora, en lo que respecta a nuestro asunto, parece ser que se ha topado con algo por encima de su nivel de autorización. Bueno, no, toparse no es la palabra correcta. ¿Indagado? Quizá. Y usted ha llegado al punto en que indagar más puede hacer que termine con heridas de bala bastante letales. Esto sería una situación bastante lamentable, puesto que usted es un gran investigador. Por lo tanto, estará por recibir algo que muy poca gente en la Fundación tiene oportunidad de recibir… una explicación.

Sí, fuimos alertados cuando usted comenzó a investigar sobre SCP-001 por primera vez. Todo investigador que ha estado por aquí por un tiempo lo hace. La mayoría de ellos se sienten satisfechos cuando descubren el ángel con la espada flameante, está oculto bajo suficientes niveles. Pero luego empezó a investigar sobre La Fábrica, ahí es cuando supe que no se detendría. Así que aquí está, simple y sencillo.

La Fábrica es SCP-001

Pero eso jamás será registrado. Es una decisión que tomé durante la creación de la Fundación, y es una decisión que sostengo. Ustedes investigadores son demasiado curiosos. No estoy seguro qué me aterra más. El que jamás entenderemos La Fábrica, o que algún día lo hagamos. Ah, claro, estoy seguro de que está ansioso de saber más.

La Fábrica fue construida en 1835. En aquel entonces era conocida como Fábrica Anderson, llamada así por James Anderson, un industrialista bastante adinerado. Fue construida en, bueno, diremos que, en Estados Unidos, y era la fábrica más grande de entonces, con una milla de ancho, tres pisos de alto, y una torre especial de siete pisos en la puerta delantera, que servía como hogar de Anderson. Fue diseñada para ser la mejor fábrica de todos los tiempos, capaz de encargarse de todo, incluyendo el alojamiento de sus trabajadores. La gente podía nacer, trabajar, vivir y morir, todo sin necesidad de abandonar los confines de La Fábrica. Y vaya que trabajaron; trabajaron en todo lo que se le pueda ocurrir, desde cría y matanza de ganado, hasta textiles.

Ahora, nadie sabe si realmente James Anderson adoraba a Satán. Es igual de probable que siguiera alguna clase de dioses paganos. Lo que se sabe es que él era MUY preciso en la construcción de su fábrica, y en la colocación de la maquinaría dentro de ella. Algunos sobrevivientes afirman que el piso estaba grabado con símbolos arcanos, que eran sólo visibles cuando corría sangre por ellos… Pero, bueno, los sobrevivientes afirmaban muchas cosas. Lo cierto es que Anderson generó su fortuna con la sangre, el sudor, y algunas veces las partes corporales de las clases más bajas. Sus diarios indicaban que él los veía como algo menos que humanos, puestos en la Tierra para no más que servir a su voluntad.

Por supuesto, en aquel entonces nadie sabía de sus predilecciones, por lo que la gente corrió hacia La Fábrica. ¿Un lugar en donde trabajar y vivir al mismo tiempo? ¡Por supuesto que la gente iba a querer entrar! Olvide las largas horas, las condiciones de trabajo, el sádico personal de seguridad, y todo lo demás. Los trabajadores eran forzados a trabajar durante 16 horas todos los días, a excepción de los domingos, del amanecer hasta el ocaso. Los trabajadores no recibían habitaciones individuales, en su lugar compartían cuarto con otras ocho personas, durmiendo en turnos de tres. La atención médica era inexistente. Si alguien sufría alguna lesión en el curso de sus labores, algo bastante frecuente, se esperaba que siguiera trabajando. Cualquiera demasiado herido como para continuar trabajando simplemente era arrastrado hacia afuera por los guardias, y jamás se volvía a saber de él.

Durante cuarenta años, la Fábrica Anderson produjo toda clase de cosas para el público. Carne, ropa, armas. Ignore el hecho de que la carne pudo haber contenido humano. O que las armas fueran forjadas en sangre. Es más, qué importa si la ropa era teñida en… bueno, usted entiende. Los rumores se filtraban, pero los productos eran demasiado buenos, así que ¿para qué preocuparse? Hasta que alguien salió.

Jamás llegué a conocer a la valiente mujer que logró escapar, pero llegó a citarse con el presidente Grant y, en 1875, solicitó de mis servicios. Por aquel entonces yo era… bueno, no importa. Digamos que yo era un militar, o algo así, y que mi gente era igual. Ciento cincuenta de los mejores hombres y algunas cuantas mujeres, que recibían trabajos que no cualquiera podía realizar. Nos encontrábamos deshaciéndonos de algunas resistencias de los Confederados, y algunas de las terribles cosas que encontrábamos en el Sur. Así que hicimos algunas investigaciones, no nos gustó lo que vimos, y decidimos entrar, listos para lo que se pusiera en nuestro camino.

La verdad no recuerdo muy bien lo que pasó esa noche. La mayoría se encuentra revuelto en mi cabeza. A veces tengo destellos de gente encadenada a las líneas, algunos vivos, algunos muertos, y vaya que era difícil distinguir los unos de los otros. Niños trabajando bajo las máquinas, la mayoría de su carne arrancada de sus huesos por las grandes ruedas y engranajes. Y lo demás…

No, estoy bien. No había pensado en esa noche desde hacía mucho tiempo. Los guardias no fueron mucho problema. Pero luego aparecieron las creaciones de Anderson. Él había tomado a los trabajadores heridos y, bueno, experimentó con ellos. Hombres, si es que podrías llamarlos así, con múltiples brazos cosidos a sus cuerpos, algunos de ellos combinados con animales, horribles monstruosidades venidas de las peores pesadillas. Seguían viniendo, oleada tras oleada de horribles criaturas. Perdí mucha buena gente esa noche. Luego encontramos las fosas de reproducción. Niñas hasta de ocho años, encadenadas a las paredes, forzadas a ser no más que-

Disculpa. Aún ahora, más de un siglo después, los recuerdos me hacen ver rojo. Cuando por fin encontramos a Anderson encogido en su oficina, lo colgamos desde la ventana de su torre, con sus mismas entrañas. Durante todo el tiempo continuó pronunciando blasfemias de las que no quiero pensar realmente.

Nos tomó una semana limpiar ese lugar, liberar a los trabajadores, eliminar las cosas que encontrábamos en los sótanos y en los cuartos oscuros. Recuperamos las cosas que encontrábamos útiles, las almacenamos en una casa cerca de la entrada, intentando encontrar un sentido a todo esto. Esa noche, ciento cincuenta de nosotros entramos a ese infierno, y sólo noventa y tres salimos. Para el final de la semana, solo quedábamos setenta y uno.

Pero las cosas que encontramos allí, dios mío. Bueno, ya has estado en la Fundación un buen rato, no te parecerían tan impresionantes, pero encontramos pistolas de juguete que disparaban balas reales. Un yoyo que podía despellejar a cualquiera que lo tocara, martillos que sólo funcionaban en carne humana. Una raza de caballo esquelético que corría más rápido que lo que habíamos visto jamás. Mantos que parecían tejidos de la misma noche, y que permitían a los hombres entrar a una sombría dimensión que… perdón, me desvío del tema. Encontramos herramientas, tanto asombrosas como horribles. Y nos enfrentamos a una decisión.

Reuní a mis más altos rangos, digámosles oficiales, e intentamos ver que haríamos. Todos tenían sus opiniones. El Capellán, él perdió un poco la cabeza. Insistió en que estos objetos eran milagros enviados por dios, reliquias sagradas que merecían adoración. Marshall y el pequeño lamebotas de Dawkins pensaron que podríamos hacer una fortuna, produciendo y vendiendo las cosas al mayor postor. El indio al que llamábamos Bass, por su profunda voz, él llamó estas cosas una abominación, declaró que debíamos buscarlas y destruir todo lo que pudiéramos encontrar. Y Smith opinó que lleváramos todo al presidente. El único con una verdadera opinión era el viejo pero, pero nunca dijo gran cosa de todas maneras. Discutimos por horas, días, tratando de resolverlo. ¿Yo? Yo pensaba que estábamos en una mina de oro, sí. Pero pensé que podíamos usar estas cosas, estos objetos, para cazar algunas de las terribles cosas que encontrábamos en el Sur, los otros monstruos que habitaban este mundo, y usar esta fábrica para el bien, como un lugar para contener estas cosas, buscar una manera de que trabajaran en servicio al hombre, o al menos protegerlo para que no tuviera que lidiar con ellas.

Imagino que sabrás qué es lo que sucedió después. El Capellán huyó durante la noche con sus devotos, llevándose un par de pequeños objetos con él. Expulsamos a Marshall cuando lo encontramos… abusando de su autoridad. Prometió que obtendría venganza y el mierda de Dawkins condujo al resto de su grupo con algunos de los objetos más valiosos. Bass y su gente intentaron prender todo el lugar, y simplemente se fueron cuando vieron que no funcionó. Y Smith se fue para reportarse con el presidente. Logré convencerlo de que prometiera decirle a Grant que La Fábrica había sido destruida. Tenía grandes planes para aquel lugar.

Por supuesto, fue difícil continuar con los grandes planes cuando sólo tenía otras 12 personas conmigo. Pero era un inicio.

Y funcionó por un tiempo. Teníamos estos increíbles juguetes, y encontrar gente que trabajara con nosotros era bastante fácil. En aquel entonces, dejar la civilización era tan simple como salir del pueblo. Sabíamos lo que queríamos, sabíamos lo que podíamos llegar a ser.

Leventhal se encargó de darnos cimientos. Una simple invención por aquí, una buena inversión por allá, todo iba como la seda. White y Jones se encargaron de darnos… otros cimientos. En nuestros trabajos pasados descubrimos cosas interesantes sobre algunas personas. Secretos que poderosos hombres no querían que salieran a la luz. Y, con nuestra nueva posición de guardasecretos, obtuvimos más gente pidiéndonos que lidiáramos con los suyos. Chantaje es una mala palabra, pero funciona. Bright, Argent y Lumineux se pusieron a catalogar los objetos. Light y la esposa de Bright, la enfermera, se encargaron de mantenernos sanos. Je, no, sólo estaba recordando a Light. Ella tenía unas ideas inusuales sobre la higiene, para ese tiempo. Toda una mujer brillante. Czov, Fleischer y Carnoff se encargaron de entrenar a las tropas. Tesla y Tamlin tenían la tarea de averiguar cómo sacar el máximo provecho de los objetos, sin hacerlo obvio.

Éramos increíbles. La ciudad que erigimos alrededor de La Fábrica, a la cual llamamos Sitio Alfa, era autosustentable. Agentes, investigadores, operativos de toda clase… no con esos nombres, por supuesto, pero esas posiciones. Nos expandimos.

domingo, 2 de agosto de 2020

SCP-106 El Anciano

Ítem #: SCP-106

Clasificación del Objeto: Keter

Procedimientos Especiales de Contención: REVISIÓN 11-8
SCP-106, semi-emergido

No se permite ninguna interacción física con SCP-106 en ningún momento. Toda interacción física debe ser aprobada vía votación por no menos de dos terceras partes del Consejo-O5. Dicha interacción debe llevarse a cabo en ubicaciones AR-II de máxima seguridad, después de una evacuación general del personal no esencial. Todo el personal (Investigadores, Seguridad, Clase D, etc.) deben permanecer por lo menos a sesenta metros de la celda de contención en todo momento, excepto en eventos de ruptura.

SCP-106 debe ser mantenido en un contenedor sellado, compuesto de acero reforzado con plomo. El contenedor será sellado con cuarenta capas de material idéntico, cada capa separada por no menos de 36 cm de espacio vacío. Los puntales de apoyo entre las capas deben ser repartidos aleatoriamente. El contenedor debe permanecer suspendido a no menos de 60 cm de cualquier superficie por soportes electromagnéticos ELO-IID.

El área de contención secundaria ha de ser compuesta por dieciséis "celdas" esféricas, cada una llena de diversos fluidos y con superficies y soportes aleatoriamente ensamblados. La contención secundaria debe estar equipada con sistemas de luz, capaz de inundar todo el ensamblado con no menos de 80.000 lúmenes de luz al instante, sin intervención humana directa. Ambas áreas de contención deben permanecer bajo vigilancia las 24 horas del día.

Cualquier corrosión observada en las superficies de las celdas de contención, miembros del personal, u otras ubicaciones a doscientos metros alrededor de SCP-106 deben ser informadas al personal de seguridad del lugar inmediatamente. Cualquier objeto o personal extraviado en SCP-106 debe ser considerado perdido/muerto. No se deben intentar recuperaciones bajo ninguna circunstancia.

Nota: La continua investigación y observación demuestran que, cuando se enfrenta a estructuras ensambladas compleja o aleatoriamente, SCP-106 puede ser "confundido", mostrando un marcado retraso en la entrada y salida de dicha estructura. SCP-106 también ha mostrado una aversión a la luz directa y repentina. Esto no se manifiesta como un daño físico, pero si como una rápida salida hacia la ''Dimensión de Bolsillo'' que genera en las superficies sólidas.

Estas observaciones, junto con la aversión al plomo y la confusión provocada por los líquidos, han reducido los incidentes generales de escape en un 43%. Las celdas “primarias” también han sido eficaces en incidentes de recuperación que requieran el Protocolo de Recuperación ██-███-█. La observación continúa.
Daño por corrosión en la celda de
recuperación inicial. Procedimientos
de contención ya han sido revisados.

Descripción: SCP-106 parece ser un humanoide anciano, con un aspecto general de descomposición avanzada. Este aspecto puede variar, pero la cualidad "descompuesta" se observa en todas las formas. SCP-106 no es excepcionalmente ágil, y permanecerá inmóvil durante varios días seguidos, esperando a su presa. SCP-106 también es capaz de escalar cualquier superficie vertical y puede mantenerse suspendido boca abajo de forma indefinida. Al atacar, SCP-106 intentará incapacitar a la víctima dañando órganos importantes, grupos de músculos o tendones, y a continuación, llevara a su víctima incapacitada a su Dimensión de Bolsillo. SCP-106 parece preferir presas humanas de entre 10 a 25 años de edad.

SCP-106 causa un efecto ''corrosivo'' en toda materia sólida que toque, provocando una destrucción física en los materiales varios segundos después del contacto. Esto se observa como oxidación, descomposición, y agrietamiento de los materiales, y la creación de una mucosidad negra similar a la sustancia que cubre a SCP-106. Este efecto es particularmente perjudicial para los tejidos vivos, y se asume como una acción de "pre-digestión". La corrosión continua por seis horas después del contacto, tras lo cual los efectos parecen desvanecerse.

SCP-106 es capaz de pasar a través de materia sólida, dejando tras de sí una gran mancha de mucosidad corrosiva. SCP-106 es también capaz de "desaparecer" dentro de la materia sólida, entrando en lo que se presume es una forma de "Dimensión de Bolsillo". SCP-106 puede salir de esta dimensión desde cualquier punto conectado al punto de inicial de entrada (por ejemplo: Entrando en la pared interior de una habitación y saliendo de la pared exterior; Entrando en un pared, y saliendo desde el techo). No se sabe si este es el punto de origen de SCP-106, o un simple ''guarida'' creada por SCP-106.

La observación limitada de esta "Dimensión de Bolsillo" ha demostrado que se compone principalmente de salas y habitaciones, con [DATOS BORRADOS] de entrada. Esta actividad puede continuar durante días, con algunas victimas liberadas con el expreso propósito de cazar, recapturar y [DATOS BORRADOS].


Anexo:

Notas de revisión de SCP:

Debido a la excesiva dificultad de contener la naturaleza de SCP-106, los Procedimientos Especiales de Contención deben ser revisados cada tres meses o durante un incidente posterior a una ruptura. No es posible colocar impedimentos físicos, y el daño físico directo parece no tener efecto alguno en SCP-106. Los PECs actuales, a partir del ██/██/████, giran en torno a la observación básica y la respuesta inmediata. Previamente, las medidas de contención especiales mas pro-activas han sido requeridas tras eventos de rupturas en ██, ███, ██, █, y ████.

Notas sobre el Comportamiento:

SCP-106 parece pasar por largos períodos de "letargo", en los cuales permanecerá completamente inmóvil por hasta tres meses. Se desconoce la causa; Sin embargo, se ha demostrado que esto parece ser utilizado como una táctica de “atracción/calma''. SCP-106 saldrá de este estado bastante agitado, atacando y secuestrando al personal, causando graves daños a la celda de contención y al lugar en general. Protocolo de Recuperación [DATOS BORRADOS].

SCP-106 parece cazar y atacar basándose en deseo y no en hambre. SCP-106 atacará y recogerá varias presas durante su comportamiento de caza, manteniendo a muchos “vivos” dentro de su dimensión de bolsillo por largos períodos de tiempo. SCP-106 no posee un determinado límite, y parece recolectar un número aleatorio de presas durante un evento de caza.

La dimensión interior a la que ingresa SCP-106 parece ser solamente accesible a través de él. Los dispositivos de grabación y transmisión han demostrado continuar operando dentro de esta dimensión, aunque las grabaciones y transmisiones parecen estar muy degradadas. Al parecer, SCP-106 ''jugará'' con la presa capturada, gracias al total control del tiempo, espacio y percepción que tiene en esta dimensión. SCP-106 parece [DATOS BORRADOS].

Protocolo de Recuperación ██-███-█:
Agente █████, luego de ser "liberado"
por SCP-106. El sujeto estuvo perdido
por dos horas. El sujeto permaneció vivo
por una hora después de la liberación.

En caso de un evento de ruptura por parte de SCP-106, un humano dentro del rango de 10 a 25 años de edad será preparado para la recuperación, con la cámara de contención siendo reparada y reemplazada para su uso. Cuando la celda esté lista, el señuelo será herido, preferiblemente a través de la rotura de un hueso largo, como el fémur, o el corte de un tendón importante, como por ejemplo el tendón de Aquiles. El señuelo será entonces situado en la celda, y los sonidos emitidos por dicho sujeto serán transmitidos a través del sistema de megafonía del Sitio.

SCP-106 normalmente comenzará a gravitar hacia el sujeto señuelo dentro de diez a quince minutos después de escucharlo. En caso de que SCP-106 no responda a la transmisión inicial, se administrará trauma físico adicional al señuelo en intervalos de veinte minutos hasta que SCP-106 responda. Múltiples señuelos pueden ser usados en caso de brechas mayores.

SCP-106 normalmente entrará en un estado de letargo luego de haber acabado con el señuelo. Además, los sujetos pueden [DATOS BORRADOS].

sábado, 1 de agosto de 2020

SCP-067 El Bolígrafo del Artista

Ítem #: SCP-067

Clase del Objeto: Seguro

Procedimientos Especiales de Contención: Cuando no se encuentre en uso o en un sujeto de estudio, SCP-067 debe ser almacenado en una caja de madera con forrado de fieltro. La punta debe ser sellada y todo el arte y escritos deben ser llevados al comando de Investigación SCP para análisis y futura experimentación.

Descripción: SCP-067 es un bolígrafo estilográfico hecho por una compañía de suministros Alemana llamada Pelikan en algún punto entre la Primera y Segunda Guerra Mundial. Es de un tono verde pálido, con una simple línea roja yendo directamente hacia abajo en un lado. La caña es de roble y la punta es extremadamente filosa, capaz de cortar la piel humana con la más ligera presión. A pesar de que carece de un depósito, la punta nunca se ha quedado sin tinta. Además el bolígrafo escribe con tinta Iron Gall, el cual es apropiado para los artistas pero normalmente corroe rápidamente bolígrafos estilográficos ordinarios.

Las investigaciones han concretado que cualquier sujeto que sostenga a SCP-067 pierde todo el control de la mano y el brazo que lo sostenga. El tacto y la sensación permanecen, pero desde la mano hasta el codo están controlados por fuerzas desconocidas, teóricamente dentro de SCP-067. Un efecto es que la mano “controlada” empezará a usar el bolígrafo para escribir una detallada autobiografía de la persona que sostiene el bolígrafo. La biografía incluirá información importante como el nombre de la persona, edad, fecha de nacimiento, antecedentes penales, miedos, etc. Otras veces se ha visto al bolígrafo escribir momentos significativos de la vida de la persona. Por ejemplo, cuando el Sujeto de Prueba 1204M sostenía a SCP-067, él empezó a escribir un registro de un accidente en un vehículo de motor del cual sobrevivió un año antes. Después, el sujeto admitió que varios detalles escritos en el reporte no estaban fácilmente disponibles para él en ese momento (es decir que el sujeto había olvidado muchos elementos presentes en el trabajo escrito, incluyendo su anterior número de placa y licencia vehicular, el color del otro vehículo y así sucesivamente). El sujeto declaró que el estado de su memoria acerca del evento era tan “fresco” que podía “saborear la sangre en su boca.”

Algunos de los sujetos que sostienen a SCP-067 se les ha visto crear intrincadas obras de arte, a pesar de que el sujeto carece de aprendizaje artístico o tendencias previas hacia el dibujo. Por ejemplo, el Sujeto de Prueba 1102F, una joven mujer sin experiencia artística previa, fue capaz de dibujar a una criatura alada parecida a SCP-███, descrita por los investigadores presentes como [DATOS ELIMINADOS]. Cuando se les pregunta a los sujetos acerca de cómo se sienten cuando sostienen a SCP-067, la típica respuesta es que el sujeto abandona libremente el control de su apéndice para que SCP-067 pueda completar su trabajo sin impedimentos (vea Respuesta Citada-01). A pesar de que se les ordena que no dibujen o escriban, los sujetos describen sentimientos de empatía, admiración y cooperación con SCP-067 que deciden desacatar las órdenes.

Respuesta Citada-01: “Realmente no sé cómo explicarlo, simplemente ocurrió. Cuando tomé el bolígrafo, parecía como si mi mano ya no fuese mía. Yo sabía que pude haber movido mi mano si lo hubiese querido, pero elegí no hacerlo porque amé el dibujo que estaba haciendo. Parecía que mi mano tenía vida propia. De repente, mi mano se detuvo y noté que ya tenía control sobre mi mano de nuevo y bajé el bolígrafo. Observé el dibujo y vi lo hermoso que era. Creo que el bolígrafo decidió que estaba hecho y había acabado conmigo.”

Pruebas y Experimentos
El día ██/██/20██, una prueba se llevó a cabo para ver cómo el bolígrafo afectaba a seres vivos no humanos.

Experimento 001:
El sujeto de prueba, un macaco rhesus macho, edad 2 años 4 meses, el cual se le enseñó a usar bolígrafos y marcadores, fue colocado en una sala de vigilancia psicológica estándar (coloración de la pared neutral; espejos de observación de una dirección), con SCP-067, una mesa de trabajo y un bloc de papel.

El sujeto tomó a SCP-067 con su pie izquierdo, luego lo cambió a su mano derecha, después lo saboreó. El sujeto colocó el bolígrafo sobre el papel y lo olfateó. Después de 30 segundos, el sujeto tomó nuevamente a SCP-067 y empezó a golpear la mesa con el objeto repetidamente. El sujeto también empezó a golpetear a SCP-067 sobre su cuerpo. El sujeto golpeaba a SCP-067 con un incremento de fuerza, hasta que la tinta salpicó su pelaje. Entonces el sujeto arrojó a SCP-067 hacia el piso (análisis mecánicos subsecuentes no revelaron daño alguno).

En este punto, el sujeto rasgó una página del bloc, y comenzó a frotárselo sobre la tinta que tenía en el pelaje. Continuó por 3 minutos, después el sujeto tomó el papel entre sus dientes y saltó de la mesa de trabajo hacia la repisa del vidrio de observación (saltó con tal fuerza que la mesa se volcó). El sujeto comenzó a correr la tinta del papel sobre el vidrio de observación, mientras hacía y repetía vocalizaciones; el análisis subsecuente reveló que el 50% de las vocalizaciones fueron consistentes con las típicas vocalizaciones de angustia de los macacos rhesus, y el otro 50% eran desconocidas.

Después de 6 minutos de correr la tinta sobre el vidrio de observación, el sujeto comenzó a despedazar la hoja con sus dientes y garras, pero la dejó caer antes de destruirla con más del 20% del papel. Luego de eso, el sujeto colapsó en el suelo, respirando rápidamente y repitiendo las atípicas y desconocidas vocalizaciones.

El encargado del sujeto informó que, una vez removido de la sala de vigilancia psicológica, el estado de ánimo del sujeto mejoró rápidamente. El sujeto fue estudiado muy de cerca por dos meses siguientes al experimento, pero no repitió las vocalizaciones atípicas.

La hoja de papel fue archivada en [DATOS ELIMINADOS].