martes, 3 de diciembre de 2019

El Maniquí

Siempre había detestado esa costumbre de su madre de recoger de la calle cualquier cosa que ella pensaba que "serviría para algo". Ese día le hizo cargar un maniquí al cual le faltaba un brazo y tenía media cabeza desprendida varias calles. Una vez que llegaron a la casa, Mauro dejó el maniquí en la sala y subió a su habitación, porque tenía que terminar un trabajo de la escuela.

Una hora más tarde, después de cenar rápidamente junto a su madre y su hermana, volvió a subir porque no había terminado aún. De hecho, la realización de su trabajo se extendió hasta la madrugada esa noche. En un momento le dio sed, y bajó a la cocina a servirse un refresco, y al encender la luz se encontró con una mujer justo enfrente suyo: era el maniquí. Dio un salto y lo puso a un lado. Volvió a su habitación porque ya le faltaba poco.

Estaba tan concentrado que no se percató de que se oían pasos en la escalera. Toc... Toc... Toc... Eran ruidos de madera contra madera. Sus ojos estaban enfocados en las letras negras en la pantalla de su computador, tanto que no se percató de que la puerta de su habitación se abría y de que una figura blanca entraba arrastrándose.

La figura no tenía piernas, y le faltaba un brazo. Cuando llegó a los pies de la silla en la que se sentaba Mauro, le tocó el talón desnudo con su dedo de madera pintada de blanco, frío. El chico dio un salto pero no gritó: el terror lo había paralizado. En el suelo vio al maniquí. Tenía un brazo extendido, y del muñón que habría sido el otro brazo sobresalía un hueso blanco manchado de sangre, así como varios colgajos de carne; y su cabeza era sólo la mitad de ésta, como si fuera un insecto aplastado contra el suelo, trazos de cerebro colgaban desde el hueco que ocupaba medio cráneo, entre venas y el ojo derecho. De repente el maniquí adquirió una velocidad sobrehumana y se abalanzó sobre Mauro, que no pudo decir nada por el terror. 

Al otro día, cuando su madre entró para despertarlo, se encontró con una escena terrible. Su hijo estaba tirado en el suelo, pálido, estaba muerto: le faltaba un brazo y su cabeza parecía haber sido masticada por un monstruo gigante; pero lo que la hizo desmayarse fue lo que vio junto al cadáver de Mauro: el maniquí, el cual llevaba puesto el brazo de su hijo y su cabeza, que había estado rota, ahora estaba completa con la parte de la cabeza que le habían arrancado a Mauro.

Pienso que volveré a ver a ese maniquí...



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lunes, 2 de diciembre de 2019

Conduciendo de Noche

Marina conducía por desolados paisajes oscurecidos por la noche. El celular sonó dentro de su bolso, y bajó la mirada para agarrarlo. Ese pequeño descuido bastó para que el auto derrapara y cayera hacia un barranco oscuro. El vehículo quedó con las ruedas hacia arriba, mientras Marina yacía inconsciente en la parte interior del techo, tendida a lo largo. Lentamente, recuperó la conciencia. En donde estaba todo era oscuridad, no distinguía ni una forma, ni un contorno. 

Apenas se intentó mover, la paralizó un dolor agudo en la espalda: tenía la columna rota. Incapaz de moverse, permaneció en aquella oscuridad sin saber qué hacer. El silencio también era absoluto, hasta que escuchó pasos que se acercaban al vehículo. 

—Auxilio —clamó Marina, con un hilo de voz. Los pasos parecían humanos.

De repente una mano se aferró a su pie y la comenzó a jalar hacia la ventanilla. Pensó que la estaban salvando, hasta que sintió que le empezaron a devorar el pie.



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domingo, 1 de diciembre de 2019

Cierra Tu Puerta

Ya no hay tiempo, están cerca. Sus pasos se escuchan, ya están llegando, intentan abrir la puerta que cerré en cuanto note que ya casi era la hora de su llegada. Escucho sus susurros… están hablando de mí, hablan sobre lo que les prometí. Rasgan sus pezuñas contra mi puerta, sé que quisieran rasgar mi piel con ellas. Ahora empiezan a gritar, piden que les abra la puerta, piden que cumpla mi promesa… Exigen que pague por lo que ellos me entregaron.

Pero… ¿cómo podría cumplir algo que solo acepte en un momento de ambición? sé que no debí haberlo hecho, jamás pensé en cómo podría cumplir algo casi imposible y en tan poco tiempo no imaginé que ellos vendrían a cobrar aquel precio… “Conocimiento absoluto” me dijeron, tendrás todo el conocimiento del mundo de toda época pasada o futura, buena o mala, se revelaría ante mis ojos la verdad sobre Dios, la ubicación de grandes tesoros de la historia, podría solucionar errores de mi pasado y tener respuesta para las preguntas de mi futuro, definitivamente quería aquel poder, era demasiada tentación ante mí, ofreciéndose de manera muy… barata…

No, claro que no era barata, tenía que entregarle algo a aquellos seres, pedían un precio muy alto, cien almas… ¿cómo podría conseguir cien almas y en tan poco tiempo…? Oh no, claro que no lo pensé, en aquel instante tomé la pluma y firme el contrato, si en tres días no entregaba lo prometido, mi vida sería el pago. Si en tres días mi cuenta no era saldada ellos vendrían y me arrancarían el alma.

Hace 2 días tenía que entregar aquellas almas, vinieron a recogerlas y se enojaron mucho al ver que no tenía ni una sola, suplique por mi vida, intente convencerlos y con suerte me dieron una última oportunidad. Tenía 2 días más… 2 días para contar y hacer famosa mi historia y ante todo hacerla creíble, me dijeron que si alguien se enteraba por lo que pasaba y me prestaba atención por al menos 2 minutos imaginando cada palabra y sintiendo por lo menos algo de emoción, la vida de aquel incauto seria el pago…

Gracias por salvar mi vida, en pocos momentos… ellos tocarán tu puerta.


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jueves, 28 de noviembre de 2019

La Sombra de Mi Sombra

Esta noche van a volver. He estado plagado de hombres de las sombras las últimas tres semanas. Sólo aparecen en la noche, y cuando lo hacen, entro en un estado de parálisis.

Yo no puedo hacer, decir, o mover nada. Me dejan tirado en mi cama, con los ojos bien abiertos, mirándolos fijamente mientras me insultan y amenazan.

No sé si es o no un sueño. Se siente real, pero de nuevo, no es así. Me encontré con mi primer hombre de sombra a la edad de seis años.

Estaba durmiendo en mi cama, cuando de repente, me desperté. Mi cuerpo estaba paralizado y no podía moverme. Luego hubo un movimiento brusco en la esquina de mi habitación. Mis ojos se dirigieron hacía allí y me di cuenta que había un hombre con una gran capa en la esquina de mi habitación.

Sin previo aviso, el hombre se movió muy rápido a la cama, supongo que se tele-transporto. Se puso de pie a los pies de ella. Aun estando a tan sólo unos metros de mis ojos, me di cuenta de que no había nada en su cuerpo o cara. No era más que un manto de oscuridad. Carecía de brazos y cara, pero podía sentir su poder.

Luego habló. Si alguien me preguntara lo que más recuerdo de mi primer encuentro, diría que su voz. No sonaba como un rugido demoníaco o una bruja chillona, sino más bien como las divagaciones de un psicópata. El hombre se acerco a mi. Tenía que haber estado flotando, porque no había forma de que siguiera tocando el suelo, debido a lo cerca que estaba de mi cara.

"¡Te tengo!”-Susurró.

Luego voló sobre la cama y me gritó. Perdí el conocimiento y me dormí. Eso fue sólo el comienzo.

Los próximos cuatro años tuve pesadillas - terrores nocturnos, en donde era arrastrado por este hombre hacía las escaleras mientras yo lloraba y otros seres de sombra observaban como era arrastrado a lo que yo pensaba era mi destino intempestivo. Después de un tiempo sólo descarté estos terrores como simples sueños, hasta que una noche me di cuenta de que estaba obsesionado de alguna manera.

El hombre entró en mi habitación en medio de la noche. Él me agarro como muchas otras veces y empezó a arrastrarme por el pasillo. Recuerdo vagamente algún tipo de ruido animal en mi habitación.

Ese gruñido. Hasta el día de hoy no estoy seguro si era para mi o para el hombre. Ni siquiera sé si fue mi perro. Mis perros no tienden a dormir en mi habitación y la puerta siempre está cerrada por la noche.

El hombre continuó arrastrándome por el pasillo, hasta que llegamos a la escalera. Como siempre, arañaba y trataba de escapar, de regresar a mi habitación usando sólo las fibras de la alfombra. Pero era débil, ya sea por la falta de sueño o por el tacto del hombre. Llegué a la mitad de las escaleras y de repente gané una inmensa cantidad de fuerza en la pierna.

“¡Déjame ir! "-Le grité al hombre.

Entonces le di una patada tan fuerte como pude en la cara y cayó hacia atrás por las escaleras. Observé lo que me rodeaba, y descubrí que no podría haber estado soñado. Yo estaba en las escaleras con las manos extendidas hacia mi habitación.

Nunca vi al hombre de nuevo. Pero desde entonces he visto otras personas de las sombras, pero no hacen contacto conmigo, sólo observan de mal humor en las esquinas y miran fijamente a la oscuridad, como si no estuvieran allí. Tal vez no se dan cuenta dónde están o quizás han perdido su camino en la oscuridad.

Creía que todo había terminado, pero una nueva fuente de terror vino. Uno más fuerte que el hombre y su toque paralizante. En lugar de las sombras que venían a visitarme, terminé visitándolos. Para el último año de estos terrores nocturnos, fui transportado en sueños a un universo extraño, pero también aterrador.

El universo estaba constituido por las criaturas, para las cuales no tengo palabras que pueden describirlas. Sus cuerpos mal formados, cambiando constantemente y reflejando una luz desconocida desde el cielo, las sombras constantemente se burlaban de mí en este universo.

Recuerdo algo que parecía ser un dispositivo de tortura / ejecución utilizado para invocar el miedo más grande en mí. Era sólo uno de los muchos que poseían. Consistía en un tipo de máquina construida con un órgano de tubos y un tren de vapor.

Había cuerpos alojados en cada tubo y cada vez que el tren rodaba en el órgano jugado. Uno por uno, cada persona metida en un tubo fue asesinada por la explosión del sonido. Siempre recuerdo estar en la segunda a la última pipa y despertar justo antes de que mi hora hubiera llegado.

Estas pesadillas no se detuvieron por un año entero. La última vez que recuerdo haber estado en el universo, había una extraña torre con un enorme corazón palpitante que descansaba en la parte superior. No se veía como un corazón normal. Era verde y tenía la forma de un óvalo, nada parecido a un corazón que hubiera visto en algún animal.

Al final de este terror, me llegó mi camino a la cima de la torre, por suerte tuve la ayuda de algún otro ser, sin embargo, nunca supe de quién o de qué se trataba. Una vez tocó mi corazón, morí y desperté de mi sueño horrible. Esa fue la última vez que he tenido alguna noche de terror...hasta ahora.

Ya ni siquiera tengo que estar dormido. Cuando me acuesto en mi cama por la noche, trato de ir a dormir, pero siento la presencia de otros arrastrándose lentamente hacia mí, cada vez más fuerte. No sé cómo detenerlo o de quién se trata, tal vez es el hombre que regresa a reclamarme una vez más.

Ayer por la noche, me desperté a causa de mi alarma. Mi habitación brilló de color naranja brillante por tan sólo medio segundo y puedo recordar con claridad dentro de ese breve momento, haber visto una figura de pie en el borde de mi cama. Era un hombre y llevaba un traje formal. Tal vez no es el hombre, pero sea lo que sea, es fuerte y desea infligir daño sobre mi alma.

He estado orando todo el día, he colgado crucifijos alrededor de mi cama, hay cazadores de sueños en todas las ventanas de mi casa. Sólo puedo esperar que Dios conteste mis oraciones. La noche se acerca, y finalmente, tengo que enfrentarme a mis demonios del sueño. Se que no voy poder conquistarlos, ahora todo depende del destino y su cruel plan para mi futuro.



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martes, 26 de noviembre de 2019

El Pozo de los Cadáveres

Hace aproximadamente 30 años una mujer de Jerez de la Frontera (Cádiz) que era viuda y tenía tres hijos, dos niñas y un niño, de 4, 2 y 6 meses de edad respectivamente, se enamoró de un hombre soltero. Este también se enamoró de ella, pero no le gustaba la idea de tener que hacerse cargo de los niños. Un día la mujer le preguntó:

—¿Te gustaría casarte conmigo?

El hombre le dijo:

—Me casaría contigo, pero no lo haré porque no quiero ocuparme de tus hijos.

La mujer le prometió que se iba a deshacer de sus hijos para que así pudieran casarse y ser felices, él le dijo que cuando lo hiciera se casaría con ella.

La mujer una noche, llevó a sus hijos hacia un pozo abandonado y le ató a cada hijo en la pierna una plancha de las antiguas que eran muy pesadas y los tiró al fondo del pozo.

Al día siguiente su novio fue como de costumbre a visitarla y le preguntó:

—¿Dónde están tus hijos?

Ella le respondió:

—Ya me he deshecho de ellos, ya no tengo carga y así nos podremos casarnos.

—Pero, ¿dónde los has dejado?

La mujer le dijo:

—No tenía a nadie con quién dejarlos y para que no tuvieras carga los he tirado al pozo por la noche y se han ahogado.

—¡Cómo has podido hacer eso, jamás me casaré contigo... eres una asesina!

El hombre se lo dijo a la policía, la que encontró los tres cadáveres en el pozo.

Desde entonces ese pozo, que aún hoy existe, se le conoce con el nombre del pozo de los cadáveres.




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