martes, 31 de diciembre de 2019

Pánico

Lo primero que sentí fue pánico...

Intenté abrir mis ojos, pero se sentían sellados. Por mucho que lo intentaba, nada parecía funcionar. Después, intenté mover mis miembros. Brazos: nada. Ni un milímetro. Las piernas igual, como la cabeza. No podía mover ni un musculo, estaba ciego y sin movimiento. Pero podía escuchar bien.

El tintineo del agua goteando sobre el metal era casi todo lo que podía oír, pero el terrible sonido de la carne siendo cortada, que escuche después, era enloquecedor. Luego, lo noté.

Un dolor punzante. Peor que nada que hubiera sentido en mi vida. Quería gritar, pero mi boca no respondía. Sentía las hojas cortando profundamente en mi pecho, y el horrible dolor que me causaban. Sabía que está siendo abierto. Cada miembro de mi cuerpo ardía.

Intenté mantener mi mente en blanco, a pesar de la tortura que está sintiendo. Tan solo podía imaginar en lo que mis captores hacían, ¿Quién podría pensar en hacer una cosa como esta? Nadie se merece este tormento.

Tras lo que sentí como horas, por fin pude escucharles hablar. Uno de ellos demandaba mas instrumentos con los que torturarme, y el otro se los daba.

Pero después escuche como se habría una puerta. Escuchaba algunas voces en la distancia, pero fueron silenciadas por el hombre que entró.

“No sabemos cuánto nos llevara la cirugía. Espero que tan solo sean un par de horas mas.”

“No te preocupes. La anestesia aun hace efecto. No puede sentir nada.”




lunes, 30 de diciembre de 2019

Impostor Familiar

Ella preparaba la cena en la cocina, no tardaba en llegar su esposo del trabajo cuando escuchó un fuerte ruido que venía de afuera, donde están los botes de basura, como si éstos cayeran. No salió a ver qué era, tal vez tan solo era un gato de la calle buscando comida.

Un minuto después suena el timbre de la puerta, entonces ella sabe que él, su esposo, ha llegado. Abre la puerta, esperando un cálido abrazo y un cariñoso beso de su parte, pero no sucede, el entra sereno, callado y… frío.

Se sentó en una silla del comedor. Ni un comentario, ni un "¿cómo estuvo tu día?", ni una frase de amor, ni siquiera pregunta si ya estaba lista la cena. Nada salió de su boca, él tenía una cara sin expresar ninguna emoción, como de póquer.

Estaba ido, estaba ahí pero a la vez no. Se veía como si hubiera visto algo horrible. Sólo la miraba, apenas parpadeó, ella estaba asustada. Le preguntó si todo estaba bien, el sólo sonrió.

Pasaron unos minutos tranquilos pero tensos, interrumpidos por su hijo pequeño. En ése instante él se levantó de la silla, ante la insistencia de ella de que esperara un poco para la cena, y la obvia pregunta de su hijo de "¿qué le pasa a papá?" A la que ella responde que tal vez tuvo un mal día en el trabajo. Pero en el fondo sabía que él no estaba bien.

Al día siguiente ella sale a recoger el periódico, como hace todos los días, antes de que su esposo despierte. Miró muchos gatos olisqueando unas bolsas negras junto a los botes de basura, ella los espantó e, invadida por la curiosidad, tal vez no debió, abrió una de las bolsas…

"¡No puede ser!" Exclamó, llevándose las manos a la boca, presa del horror; era el cadáver descuartizado de un hombre, que resultó ser... Su esposo.

Mientras ella buscaba los por qué, los gritos de su hijo la estremecieron. Entonces ella se dio cuenta, de que no debió dejar entrar a su esposo la noche anterior.



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sábado, 28 de diciembre de 2019

Slendytubbies

Seguro que todos ustedes han jugado o escuchado hablar del juego de terror de estos simpáticos personajes sacados de una serie de televisión. Pero Slendytubbies esconde muchos secretos todavía no revelados. Cosas que, de darse a la luz, cambiarían la vida de miles de personas.

El juego, de por sí, es traumatizante y toca la fibra sensible de la gente a la que le gustaba aquella dulce serie que parecía no esconder nada extraño, pero que ocultaba mensajes subliminales.

Capítulos repetidos que pretendían soldar en tu mente todo lo que había ocurrido. Cuatro personajes que parecían venir de otro planeta y que utilizaban su sonrisa eterna para entrar en la mente de los niños hasta el punto de convertirse en una obsesión para muchos de ellos.

Pero, como todo, pasaron de moda. Hasta ahora.

A primera vista, parece un simple juego de terror al más puro estilo Slender, indagando, un último mensaje macabro que nos envían estos coloridos personajes...

Estás en un bosque, en TeletubbieLandia y tu misión es encontrar todas las tubbiepapillas. Entre medidas, se mezcla, imágenes impactantes con teletubbies mutilados, muertos, sangrando y la cara de Tinky Winky, la representación del mal del juego.

La pregunta es... ¿Es un simple juego? ¿O hay mensajes ocultos detrás de todo esto?

En el juego se representan los mayores miedos del ser humano: los sustos, los gritos, la oscuridad; te persigan hasta acabar contigo. Es una auténtica pesadilla hecha videojuego. Y utilizan aquello que en sus días te tranquilizaba como podía ver un capitulo de los Teletubbies en televisión, como algo que nunca más te dejará descansar durante el resto de tu vida.

Otros rumores cuentan que este juego utiliza sonidos de muerte reales a la hora de asustarnos. Sin ir más lejos, el grito de Tinky Winky es perturbador y totalmente real.

Las imágenes aparecen cada tanto no buscaban otro propósito que convencerte de que la muerte es el único final del juego, pero... ¿Se puede vencer?

Hay muchas posibilidades: conseguir todas las papillas y terminar con una sonrisa en la cara. ¿Quién sabe? Pero como pasaba con la serie, en Slendytubbies 3 este acaba con final estos son:

Final Bueno: Vences a Po en su ultima forma lo cual llegan los militares después de ello.

Final Malo: Po es su ultima forma te mata lo cual llegan los militares y encuentran tu cuerpo muerto.

Los demás finales los tendrás que averiguarlos tu.

Hay muchas mas incógnitas sobre ese juego. Quizás te acostumbres a sus gritos, quizás deje de asustarte. Pero el objetivo está cumplido: De nuevo, ellos son los dueños de tu mente.

Día tras día.

Como hace muchos años atrás....



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viernes, 27 de diciembre de 2019

Mi Esposa Llegó a Casa Temprano

Mi esposa era la única hija de un matrimonio adinerado que vivía en el área rural de Nueva York, para ese entonces, llevábamos casados ocho meses y las cosas no podrían ir mejor. Teníamos nuestra propia casa, buenos trabajos e incluso nuestros propios autos, como es usual al pensar en el sueño americano. Estábamos pensando en conseguir un perro y también conversando sobre la posibilidad de tener hijos en un futuro cercano, pero las cosas no salieron como esperábamos.

Una mañana ella recibió una llamada de la policía, diciéndole que sus padres fallecieron en un accidente en la carretera. Nunca en mi vida la había visto tan abatida. 

Después del velorio y los funerales, llegaron los crudos trámites legales de los cuales uno nunca quiere hablar después de una muerte. 
Al repasar el testamento notamos que sus padres le habían dejado la hacienda, una parcela que consistía en unos 200 acres con una casa de un millón de dólares en el lago. Ella estaba sorprendida, por decirlo poco. Nos mudamos rápidamente allí, vendimos nuestra antigua casa y los autos, aceptando de buena manera las pertenencias que mis suegros nos dejaron. 

Pero había un problema, esa casa simplemente se sentía... muerta. Era muy grande, pero de alguna forma estrecha y todas las paredes parecían ser más angostas de lo que deberían. Podías gritar de un extremo de la casa sin escucharlo en el otro. Nos tomó un tiempo acostumbrarnos, pero al final le agarramos cariño al viejo mastodonte o al menos eso fue lo que le dije a ella.

Cuando estaba solo en casa había algo en ese lugar que me desconcertaba, un rechinido en el piso, un crujido en la ventana, un escalofrío en mi cuello cuando pasaba al lado de una ventana brillante sintiéndome observado, realmente lo odiaba.

Mi esposa trabajaba hasta tarde los días de semana, cuida a las personas en un asilo y sus turnos solían ser desde las cuatro hasta la media noche. Usualmente yo disfrutaba de este tiempo a solas, con frecuencia leía o escribía y a veces preparaba una gran pipa y me sumergía en alguna película. Y esta fue una de esas noches, le di unas caladas a mi pipa, me envolví en una sábana y comencé la película. Era un viernes a eso de las ocho de la noche y supuse que unas cervezas no me caerían mal, de todos modos tenía unas cuatro horas antes de que mi esposa regresara. Bebí unas cuantas y llegué casi a la mitad de la película antes de escuchar algo en el piso de abajo.

Juro que pensé que era la casa jugándome trucos como lo había hecho tantas veces en el pasado, traté de ignorarlo pero entonces escuché un portazo, me levanté rápidamente y fui al piso de abajo. Mi corazón casi se paraliza cuando vi la luz encendida en la cocina, yo sabía que la había dejado apagada. 



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jueves, 26 de diciembre de 2019

Oro Bañado en Sangre

Desde el lúgubre atardecer, hasta la noche; cuando la luna llena causa una sensación de vacío en nuestras almas. Cuando los autómatas secuestran, cuando el llamado se ejecuta y cuando el oro se baña en la sangre.

Las almas en pena que vagan con miseria, que se adentran en un fulgoriento baile lleno de sufrimiento y miseria; resplandece sobrepasando las lágrimas de los ahogados, todos y cada uno de ellos son, víctimas de un autómata necrófago.

Cuando él secuestra, tu vida se encuentra en un baile que resplandece en agonía, tu vida se va en una silla. Los tendones que sostienen tu pesar, serán procesados lentamente, para luego ser devorados; mágicas alucinaciones pasan en su mirada.

Su proceso implica ardor e irrelevante tortura. Cuando termina de satisfacerse, las brasa fundidas de las insaciables fauces, del que más ama su vida, terminará vagando en una bella rotonda de infinidad, donde su sangre bañará en oro.

Nadie lo conoce, su mente se disfraza de un hombre que camina, las calles se deslizan en sangre de inocentes, que cobrarán su venganza ante la bestia necrófaga; su cara se bañará en lágrimas de ignorancia, mientras que la noche inocente se adueña de él, de un autómata mentiroso.

Pútridos idiotas, creen que un alma, no escucha, no ven, no sienten… todas se sostienen al tanto de las situaciones dentro de nuestros corazones, cuando la vida que depende de él; las alucinaciones de un mundo mejor lleno de paz y amor. ¿Surgirá cuando el calor de las brasas nos envuelvan? Nuestras piernas que sostienen nuestras almas, nuestra cabeza, un mundo que no conocemos.

El halo que se demuestra y ve en el fulgoriento baile, se alza en una grotesca luna llena, el aullido del lobo, el despertar de La Bestia, el acudiendo la ayuda de alguien que no existe, llamando al ciego y al más rico, para que formen parte del majestuoso e impalpable ritual.

Consiguiendo el secuestro del autómata que desgarra carne muerta, un necrófago insolente e ignorante. ¡Ojalá te mueras en tus mismas brasas! Desollado de la realidad. Su hora de muerte ha llegado:

—¡Basta, paren! Se los suplico. ¡Soy su transformador, los que los ayudó a pasar a un nuevo mundo, con paz y armonía!

—No sabes que es el “Paraíso"...

Las brasas envolvieron al autómata, y las almas torturadas pueden relajarse en el Paraíso, porque su sangre fue bañada en oro...



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