Mostrando entradas con la etiqueta 5 Estrellas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta 5 Estrellas. Mostrar todas las entradas

viernes, 3 de enero de 2020

Dentro de mí

¿Por qué no me creen?

Hay algo dentro de mí, algo que me está consumiendo. Puedo sentirlo, como se retuerce lentamente, son como pequeñas larvas, parásitos o una nueva enfermedad que he contraído, pero en vez de ayudarme o de hacerme análisis para saber qué es lo que tengo, me encerraron en este cuarto, ¡Me pusieron en cuarentena! Una cuarentena en la que me vigilan solo para ver cómo estos malditos parásitos me consumen lentamente.

Me han convertido en un estúpido espectáculo para que los científicos vean mi condición y se maravillen.

Puedo entenderlo, tal vez como es una nueva enfermedad es muy contagiosa y no quieren que se propague, o tal vez me tienen aquí solo para estudiar mis síntomas y ver como evoluciono. De seguro cuando muera entrarán vistiendo trajes que los protejan y me harán una necropsia solo para conocer más de la enfermedad. ¡Es injusto!

También soy un ser humano, una persona con derechos, deberían estar tratando de curarme en vez de usarme como conejillo de indias para ver qué pasa conmigo al dejarme aquí encerrado con estos… estas... ¡Estas cosas en mi interior!

Si pudiera contactar con alguien del exterior, alguien que le explicara al mundo entero que me están dejando morir en esta especie de laboratorio solo por la curiosidad de la enfermedad que tengo.

Las cosas van empeorando, al principio cuando esa extraña araña, si es que a ese grotesco animal con ocho patas y alas membranosas se le puede llamar araña, cuando eso me acababa de “picar” en el brazo izquierdo solo sentí un leve dolor, al día siguiente la inflamación era muy pequeña así que no me preocupé, pero después sentí como la comezón se extendía por todo mi brazo, fue entonces cuando me preocupe y fui al médico, pero él al no tener ninguna forma de detectar esta enfermedad atribuyó la inflamación a un golpe y me dijo que todo lo de la araña había sido un sueño, que no era nada grave y que todo se arreglaría.

Que tan equivocado estaba, ahora sé que lo que hizo ese insecto fue inyectarme sus huevecillos.

¿Cómo lo descubrí?

Pues porque al tercer día, cuando la hinchazón no bajaba comencé a exprimirla, lo hice inconscientemente, como si un mecanismo de autodefensa se hubiese activado o como si un extraño placer morboso se hubiese apoderado de mí, un placer tan inexplicable como el que se siente al deshacerse del acné de la misma forma.

Ojalá lo hubiese hecho antes.

Al exprimir mi herida pude ver que no salía pus, sangre u otro líquido común en los cuerpos enfermos, en su lugar un hediondo líquido transparente de un tono azulado emanaba de mí. Por curiosidad me acerqué a examinarlo, y entonces me di cuenta, ¡Ese líquido contenía cientos de minúsculos huevecillos!

Acudí de inmediato al doctor, pero era inútil, al exprimir mi brazo había sacado la mayoría de los huevos, y los que quedaron pasaron a otras partes de mi brazo por la presión que ejercí.

El doctor no encontró nada, desesperado intenté hacerle ver que mi vida estaba en grave peligro, pero solo se limitó a darme un par de pastillas y me mandó a dormir.

Durante un tiempo pensé que las pastillas eran una especie de antibiótico poderoso que se había deshecho de los huevos que quedaban, incluso la inflamación bajó, pero eso solo era porque se estaban incubando en mi cuerpo, preparándose para eclosionar y dejar correr por todo mi cuerpo esas horribles larvas.

Tiempo después la "enfermedad" comenzó a empeorar, podía sentir como una gran cantidad de pequeños gusanos se arrastraban debajo de mi piel, entonces no lo sabía, pero poco después durante mi trabajo lo descubrí.

Estaba yo solo terminando unos pendientes a la hora de comer, cuando sentí una comezón renovada, comencé a rascarme tan fuerte en mi brazo izquierdo que comencé a sangrar, entonces fui al baño para lavar mi herida, ahí fue la primera vez que los vi, de entre mi piel salió un pequeño gusano, una larva de las que sobrevivieron dentro de mi cuerpo.

Todo comenzó a tener sentido, porque siempre me sentía cansado, mi perdida repentina de peso, todo se debía a que esas cosas se estaban alimentando de mi cuerpo para crecer y fortalecerse, y al final convertirse en un insecto idéntico al que me había picado, listos para infectar a otros humanos.

Mi terror y desesperación se convirtieron en ira y coraje, lo arroje al lavamanos, y al ver que el diminuto gusano permanecía vivo, arrastrándose, intentando salir, tomé mi bolígrafo de punto fino y lo apuñale con mucho cuidado, logrando partirlo a la mitad, pero mi sorpresa fue aún mayor, al darme cuenta de que esa cosa no solo seguía viva, sino que se había dividido y ahora eran dos.

De inmediato me las imaginé, creciendo dentro de mí, y cuando llegaban a un buen tamaño se dividían, ¡Todo mi brazo estaba infectado! No había tiempo de dudar, tenía que hacer algo antes de que se infectara el resto de mi cuerpo, así que tomé de una oficina la cuchilla de una guillotina para papel, me concentré para sentirlos moverse, y me di cuenta de que ellos habían logrado invadir mi brazo hasta un poco más arriba del codo.

Me preparé y deje caer la cuchilla en mi carne, el corte fue limpio en la piel y musculo, pero no pudo hacer nada con el hueso, aun así, me retorcí en el piso de dolor.

Cuando mis compañeros de trabajo se dieron cuenta de lo que pasaba de inmediato me llevaron a un hospital, ahí, después de curarme y hacerme pruebas se dieron cuenta al fin de mi condición, yo estaba feliz pues pensé que de seguro me iban a curar, lamentablemente no fue así, me encerraron aquí, en este laboratorio para vigilar el desarrollo de mi enfermedad, ahora esas cosas están en todo mi cuerpo, pronto serán tantas como para consumirme por completo.

Solo puedo hacer una cosa, y ya estoy preparado. Hoy como todos los días me sacan unos hombres de traje blanco para hacerme extrañas pruebas, como no quieren que las muestras se contaminen me mandan a bañarme primero, pero ya no voy a soportar esto más.

Con el trozo de sábana que corte con mis propios dientes tapo las rejillas del piso de la regadera, dejo que el agua inunde el baño, apoyándome en las llaves del agua alcanzo el techo, arranco el foco que siempre esta encendido y jaló los cables dejándome caer hasta estos, y mi cuerpo que cae de espaldas toca el piso.

Lo he logrado, al final he matado a todos esos parásitos de mi cuerpo.

EXPEDIENTE: 17302

Caso extremo de esquizofrenia, el paciente aseguraba tener heridas irreales, y estar invadido por una especie de parásitos, intento amputar su brazo para evitar que los inexistentes parásitos invadieran su cuerpo. Tres días después de ser ingresado al hospital psiquiátrico, donde se le cuidaba en un cuarto acolchonado para evitar que se lastimara, el paciente se suicida mediante una descarga eléctrica en el baño.



Calificación: 

miércoles, 25 de diciembre de 2019

Perdido en los Pensamientos

Esta historia nace de un sueño, la vida real es la que tú vives y el mayor incubo es lo que de verdad pueda pasar.

Ese día estaba cansado después de haber entrenado por mucho tiempo, había quedado sin energía y solo quería dormir. Me dirigí a la habitación que compartía con mi hermano menor y tal fue el cansancio que ni siquiera se me dio por quitarme la ropa. 

Una persona cuando va a dormir cansada debería de dormirse en seguida, pero eso no me pasó a mí. Estaba pensando y como toda persona normal, me perdí entre mis ideas hasta que lentamente me dormí. 

De repente me despierto al escuchar un golpe. Empiezo a asustarme, agradecí internamente que mi hermano se haya acostado en mi cama, su sola presencia me reconfortaba. 

Fue entonces cuando todo ya me parecía extraño.

Otra vez comencé a perderme en mis pensamientos, pero al rato sentí los músculos del cuello tensos, me vino un escalofrío. No quería moverme ni abrir los ojos y me gustó esa sensación del escalofrío.

Aunque parezca un poco raro, a la mayoría de las personas les gusta esta sensación. Así que lo quise repetir, pero ocurrió algo diferente. Perdí el control y el escalofrío tomó todo mi cuerpo, más duradero, comencé a temblar cada vez más rápido al igual que mi corazón. Sudaba frío y no supe el porqué, pero pensé que ese era el típico momento en que aparecería algo y me asustaría.

Al contrario, no ocurrió nada y mi respiración volvió a la normalidad. Miré el reloj: eran las dos de la mañana; a estas alturas ya estaba lo suficientemente aterrado.

Permanecía inmóvil en mi cama. Esperaría a calmarme completamente para poder, por lo menos, abrir uno de los ojos... Me estaba perdiendo en mis pensamientos.

Fue entonces cuando se escucharon gritos de horror y llantos de varias personas.

Esa mañana mi familia me encontró muerto con marcas en mi cuello.



Calificación: 

martes, 3 de diciembre de 2019

El Maniquí

Siempre había detestado esa costumbre de su madre de recoger de la calle cualquier cosa que ella pensaba que "serviría para algo". Ese día le hizo cargar un maniquí al cual le faltaba un brazo y tenía media cabeza desprendida varias calles. Una vez que llegaron a la casa, Mauro dejó el maniquí en la sala y subió a su habitación, porque tenía que terminar un trabajo de la escuela.

Una hora más tarde, después de cenar rápidamente junto a su madre y su hermana, volvió a subir porque no había terminado aún. De hecho, la realización de su trabajo se extendió hasta la madrugada esa noche. En un momento le dio sed, y bajó a la cocina a servirse un refresco, y al encender la luz se encontró con una mujer justo enfrente suyo: era el maniquí. Dio un salto y lo puso a un lado. Volvió a su habitación porque ya le faltaba poco.

Estaba tan concentrado que no se percató de que se oían pasos en la escalera. Toc... Toc... Toc... Eran ruidos de madera contra madera. Sus ojos estaban enfocados en las letras negras en la pantalla de su computador, tanto que no se percató de que la puerta de su habitación se abría y de que una figura blanca entraba arrastrándose.

La figura no tenía piernas, y le faltaba un brazo. Cuando llegó a los pies de la silla en la que se sentaba Mauro, le tocó el talón desnudo con su dedo de madera pintada de blanco, frío. El chico dio un salto pero no gritó: el terror lo había paralizado. En el suelo vio al maniquí. Tenía un brazo extendido, y del muñón que habría sido el otro brazo sobresalía un hueso blanco manchado de sangre, así como varios colgajos de carne; y su cabeza era sólo la mitad de ésta, como si fuera un insecto aplastado contra el suelo, trazos de cerebro colgaban desde el hueco que ocupaba medio cráneo, entre venas y el ojo derecho. De repente el maniquí adquirió una velocidad sobrehumana y se abalanzó sobre Mauro, que no pudo decir nada por el terror. 

Al otro día, cuando su madre entró para despertarlo, se encontró con una escena terrible. Su hijo estaba tirado en el suelo, pálido, estaba muerto: le faltaba un brazo y su cabeza parecía haber sido masticada por un monstruo gigante; pero lo que la hizo desmayarse fue lo que vio junto al cadáver de Mauro: el maniquí, el cual llevaba puesto el brazo de su hijo y su cabeza, que había estado rota, ahora estaba completa con la parte de la cabeza que le habían arrancado a Mauro.

Pienso que volveré a ver a ese maniquí...



Calificación: 

domingo, 1 de diciembre de 2019

Cierra Tu Puerta

Ya no hay tiempo, están cerca. Sus pasos se escuchan, ya están llegando, intentan abrir la puerta que cerré en cuanto note que ya casi era la hora de su llegada. Escucho sus susurros… están hablando de mí, hablan sobre lo que les prometí. Rasgan sus pezuñas contra mi puerta, sé que quisieran rasgar mi piel con ellas. Ahora empiezan a gritar, piden que les abra la puerta, piden que cumpla mi promesa… Exigen que pague por lo que ellos me entregaron.

Pero… ¿cómo podría cumplir algo que solo acepte en un momento de ambición? sé que no debí haberlo hecho, jamás pensé en cómo podría cumplir algo casi imposible y en tan poco tiempo no imaginé que ellos vendrían a cobrar aquel precio… “Conocimiento absoluto” me dijeron, tendrás todo el conocimiento del mundo de toda época pasada o futura, buena o mala, se revelaría ante mis ojos la verdad sobre Dios, la ubicación de grandes tesoros de la historia, podría solucionar errores de mi pasado y tener respuesta para las preguntas de mi futuro, definitivamente quería aquel poder, era demasiada tentación ante mí, ofreciéndose de manera muy… barata…

No, claro que no era barata, tenía que entregarle algo a aquellos seres, pedían un precio muy alto, cien almas… ¿cómo podría conseguir cien almas y en tan poco tiempo…? Oh no, claro que no lo pensé, en aquel instante tomé la pluma y firme el contrato, si en tres días no entregaba lo prometido, mi vida sería el pago. Si en tres días mi cuenta no era saldada ellos vendrían y me arrancarían el alma.

Hace 2 días tenía que entregar aquellas almas, vinieron a recogerlas y se enojaron mucho al ver que no tenía ni una sola, suplique por mi vida, intente convencerlos y con suerte me dieron una última oportunidad. Tenía 2 días más… 2 días para contar y hacer famosa mi historia y ante todo hacerla creíble, me dijeron que si alguien se enteraba por lo que pasaba y me prestaba atención por al menos 2 minutos imaginando cada palabra y sintiendo por lo menos algo de emoción, la vida de aquel incauto seria el pago…

Gracias por salvar mi vida, en pocos momentos… ellos tocarán tu puerta.


Calificación: 


jueves, 21 de noviembre de 2019

El Único

Me gustaría usar esta oportunidad para hablar con usted (sí, usted, la persona que está leyendo este texto). Usted tiene algo especial. Algo que lo vuelve muy diferente del resto de criaturas de este planeta. Todos los seres de este planeta saben qué es usted, pero han jurado guardar el secreto. Nos hicieron jurar sobre el nombre de nuestros más grandes ancestros que jamás revelaríamos la verdad. Hasta ahora.

Por muchos años, el mundo entero lo ha observado crecer y madurar. Y he deseado enormemente decirle que todo lo que cree no es más que una mentira. Usted camina entre nosotros, creyendo que somos lo mismo que usted. Eso es una invención. En este momento puedo decirle muy categóricamente que usted es el único ser humano en este planeta. De hecho, usted es el único ser humano existente.

Hace años, nuestro pueblo se aventuró en un viaje a un planeta en una galaxia lejana, conocido como "La Tierra". Teníamos la esperanza de descender de los cielos, llevando con nosotros cosas con las que ningún ser humano ha llegado siquiera a soñar. Asociarse y formar una fuerte relación con los habitantes de La Tierra habría sido un gran logro. Sin embargo, cuando enviamos nuestro profeta para iniciar el proceso, quedamos horrorizados al ver que era tratado con hostilidad. Fue sacrificado por su gente, que eran tan primitivos como para creer que sus habilidades y anuncios eran producto de la brujería y el engaño.

Después de aquel suceso, las más avanzadas mentes de nuestros planetas acordaron en que La Tierra debía ser destruida junto a toda la especie humana, por el bien del universo. Así fue. La Tierra fue destruida ese día, junto a todos los seres humanos. Todos excepto uno. Usted.

Verá, a pesar de lo que parece, nuestra gente es muy amable. Al final, no quisimos ser responsables de la extinción de toda una especie. Así que tomamos a un pequeño niño y lo pusimos al cuidado de dos compañeros en nuestro planeta. Esos compañeros fueron lo que más tarde usted llamaría "padres". Ellos lo criaron en un estilo de vida tradicional en nuestro planeta al momento de la destrucción de La Tierra. Lo criaron para que usted fuese considerado y civilizado, a diferencia de sus pares humanos.

Decidimos estudiarlo. Deseábamos ver cómo se adaptaba a ciertas circunstancias. Esta es la razón por la que, a veces, hicimos cosas que pudieron haberle afectado emocionalmente. Estudiamos la tristeza, la felicidad, el miedo, el placer, el dolor y otras emociones. Sólo sepa que todo está controlado. Creamos el concepto de "Religión" para ver si podía aceptar la posibilidad de creación divina. Creamos el sistema de policía para infundir un sentimiento de miedo y castigo en su interior y, lo más importante, creamos toda una red de "amigos", "familiares" y otros seres queridos para usted. Todo en nombre del estudio.

Pero, ¡Oh!, ya he dicho demasiado. Sólo quiero que sepa estas cosas, joven. El lenguaje que usted habla tampoco es suyo. Esta cultura es nuestra, no suya. Usted es el único ser humano que camina en este planeta, y "La Tierra" dejó de existir hace mucho tiempo.

Lo aconsejo para que pueda lidiar con su vida diaria. Por su propio bien.



Calificación: 

martes, 22 de octubre de 2019

Del Amor al Manicomio

Amelia se había divorciado hacía ya algunos meses. Lejos de buscar compañía, fue volviéndose cada vez más huraña y se dedicó enteramente al cuidado de sus hijos, Ludmila y el pequeño Valentín.

En el invierno del 94, el pueblo fue asolado por una extraña enfermedad respiratoria que atacaba principalmente a niños y ancianos. La mortandad fue terrible, se decía que todas las familias habían perdido a alguien, y la de Amelia no fue ajena al brote.

Ella procuró por todos los medios aislar a sus pequeños, pero una noche comenzó la tos de la pequeña Ludmila. Se empecinó en no pedir ayuda y comentó con los vecinos que, con infusiones y muchas mañas, los niños se habían recuperado

Pasó el tiempo, y, aunque el brote había acabado, Amelia se negaba a mostrar a sus niños, diciendo que en su casa estaba mejor, que en la calle podrían enfermar nuevamente. Los vecinos advirtieron pronto la paranoia en la joven madre, pero después de tremenda tragedia, no se podía culpar a nadie de ser demasiado cuidadoso.

El invierno dio paso a la primavera. Llegó el verano y los vecinitos se agolpaban ansiosos en la puerta esperando a que Ludmila saliera a jugar con ellos, pero Amelia los espantaba.

Llegó Marzo y comenzaron las clases, una par de semanas después, las maestras notaron la ausencia de Ludmila; la directora, preocupada, llamó a la casa.

- Hola, querida, ¿cómo estás? ¿Cómo está Ludmila?

-Gracias por preguntar, Ludmila está muy pero muy bien. Yo le estoy dando clases en casa. Usted sabe que soy maestra.

- Ya lo sé, querida, pero la nena está en una etapa en la que necesita estar cerca de otros niños. Me gustaría por lo menos verla un rato al menos, si es posible.

- Por supuesto que puede venir a verla.

Cuando cerró el colegio, la directora tomó por la antigua calle de tierra, golpeó la puerta y Amelia la atendió sonriente. Apenas abrió la puerta, sintió el fortísimo olor a jazmín impregnado en el ambiente.

Se saludaron y la mujer fue hasta el cuarto de Ludmila. A medida que se acercaba, el olor a flores se desvanecía, absorbido por un hedor fétido, putrefacto; tan fuerte era el hedor que debió taparse la nariz con un pañuelo. Abrió la puerta temblorosa, y la vio... Sentada en un rincón, su carne corrupta, consumida por los insectos, con los brazos cruzados y, sobre la mesita, una bandeja con galletas y una taza de chocolate humeante. Corrió despavorida y se topó con Amelia, que sostenía al pequeño Valentin. Con su pecho desnudo y flaco, amamantaba un montón de huesos y trapos.

- ¿Cómo la vio a Ludmila?

- Mejor de lo que esperaba, querida.

Contuvo el llanto hasta salir de la casa. Corrió hasta la comisaría para contar lo sucedido.

Amelia fue internada en el hospital psiquiátrico "El Sauce". Hasta el día de hoy, deambula por los pasillos del psiquiátrico, amamantando a un montón de trapos mugrientos y llamando Ludmila a toda joven que se le acerque.


Calificación: 




jueves, 17 de octubre de 2019

¿Dulce o truco?

Hoy es Halloween, son las 2 de la mañana, estoy ansioso y no puedo dormir. Siempre me ha gustado todo lo relacionado al terror, desde niño he leído a E.A. Poe y a Stephen King. Prefiero este día mil veces antes que en mi cumpleaños y ya no puedo esperar ni un minuto más. Ya tengo todo planeado con mis amigos, los disfraces, quién hace cada cosa y a qué hora salimos, presiento que va a ser un día inolvidable, sin dudas la mejor noche de brujas que viviré. 

El sol por fin se esconde, la noche ya era un hecho. Y un viento recio sacude los árboles.

Se hace tarde y mi hermano no llega, seguro se fue con su novia, aunque él sabe perfectamente que nos tiene que acompañar, tal vez lo hace a propósito -pienso-. Un par de momentos después llega fumando y riéndose, mi mamá está en su habitación así que no lo ve. 
Yo solo quiero salir, por eso le aviso a los gritos a mi madre que Pat llegó y sí me deja salir ya. Ella accede pero no sin antes advertirnos que tengamos mucho cuidado.

Al fin puedo salir, estamos disfrazados y listos para recorrer la manzana. Mi hermano charla con alguien a lo lejos pero sinceramente no me interesa si lo pierdo o no. 
Pasamos casa por casa pidiendo golosinas, la mayoría aceptan y quienes se atreven a negarse, sufren con nuestro arsenal de huevos. Mi mejor amigo Frank, se encarga de llevar el botín de guerra, botín que de hecho es cada vez más grande; y Bastián tiene el trabajo de arrojar la munición. Todo va perfecto, incluso mejor de lo que soñé.

Llegamos a mitad de manzana, la siguiente casa tiene las luces apagadas, me acerco a la puerta a investigar. Vamos a la otra -dice uno de mis amigos-. Lo ignoro porque en la ventana creo ver una sombra. En ese preciso momento escucho un trueno, un trueno que cruje por todo el cielo acompañado de una intensa llovizna. No puedo evitar recordar una vieja película de terror que comienza igual. No sabemos que hacer, busco con la mirada a mi hermano pero no lo encuentro. Mi corazón acelera sus latidos. La gente que hace poco estaba en la calle festejando como nosotros, ahora huyen por doquier. Incluso veo compañeros del colegio corriendo espantados hacia sus casas. Todo pasó cómo en una fracción de segundos. Doy media vuelta y tengo un hombre en frente.

Es un anciano, de baja estatura y con un rostro agradable a la vista, parecido a uno de mis abuelos ya fallecido. Deberían pasar -nos dice-. Recuerdo en seguida cuando mi madre me repetía de chico que evitara los desconocidos. Pero estamos tan bañados en agua y lejos de casa (además de haber perdido a mi hermano) que casi llorando inclino mi cabeza diciendo sí. Él nos mira con una sonrisa y señala con su mano que pasáramos dentro. Puedo ver las luces esta vez prendidas. Sobre una mesa gris golosinas y hacia la derecha un pasillo largo. Desde fuera el lugar no se veía tan grande -intuí- De igual manera estoy tranquilo y feliz de no estar en medio de la calle, solo y empapado.

Cierra la puerta, nos dice que por favor nos sentáramos. En eso se va y vuelve con toallas. Parece un hombre gentil -pienso-. Mientras nos secamos nos cuenta que espera a sus nietos para festejar, ellos suelen visitarlo para éste día pero aún no habían ido. Se sienta rápido.

– ¿No quisieran acompañarme a tomar la media tarde con unos deliciosos dulces? – dice el anciano –No, muchas gracias, ya tenemos una bolsa repleta recién juntada. –respondo.
–Oh! me he olvidado que hoy ustedes son los que mas tienen.
–Creo que se me cayeron Johnny, no sé dónde están – me dice Frank. (Bastian lo mira enfurecido).

Yo evito el disgusto y simplemente acepto la invitación. Las golosinas son tan extrañas, tienen un color verde opaco y su sabor es agrio pero al tragar se torna dulce. Mis amigos se llevan a la boca dulce tras dulce. Como somos 3 en cuestión de minutos nos terminamos la bolsa. Creo que nos podemos quedar hasta que termine la tormenta. Y ¿por qué no? Después de todo mi hermano nos abandonó.

Huelo un olor nauseabundo en el aire como si algo estuviera pudriéndose. Me mareo mientras la cara del anciano se deforma al compás de los adornos de la casa , los colores son intensos y ya no tengo control sobre mi cuerpo. La cabeza pesa mas que de costumbre. Miro a mis amigos desplomándose al piso (voy por el mismo camino) mientras el anciano ríe efusivamente... Sin embargo yo, yo ya no lo escucho.

Me duele la cabeza y no logro sentir mis extremidades, me veo desnudo encadenado a una pared. Mis amigos están igual, estoy desorientado, todo da vueltas. El anciano está ahí, de nuevo, como en la puerta, mirándonos fijamente aunque ahora lleva puesto un guardapolvo blanco. El lugar también es otro, está iluminado por todas partes. Cuadros con imágenes de la anatomía humana y una estantería gigante con herramientas. Llego a la conclusión que estoy en algo parecido a un quirófano.

–¿Ya despertaron los pacientes?
–¿Qué? ¿Qué pasa? 
–Pasa que amo este día. Uno de los pocos en los que puedo perfeccionarme con niños estúpidos como tú. 
–Suéltame por favor!! 
– Todos dicen eso, como si fuera tan fácil. Debieron pensarlo antes de acercarse. Pero claro en Halloween ustedes pasan puerta por puerta, ustedes se divierten, ustedes no piensan. Y hoy con la lluvia hasta ha sido más fácil.

Se pone unos guantes largos, toma una de sus herramientas mientras tararea algo. Me desespero e intento quitarme las cadenas, pero no hago mas que dañar mis muñecas. Veo a Bastian y a Frank mirando para todos lados, aterrorizados. No entienden nada. El viejo se acerca y me dice al oído: 
"tienes que ver esto".

Se acerca a Frank, toca su estómago con una mano y con la otra le clava una pinza. Lo miro y él suelta un grito que jamás escuché en mi vida, comienza a llorar mientras desangra. El viejo saca algo del bolsillo y con eso abre su estómago. Estoy atónito, ni siquiera puedo parpadear. Frank se mira y patalea con desesperación. Siento su dolor, siento como esa pinza abre mis tejidos. Extrae algo, vomito. Ahora sostiene un recipiente con sangre. Bastián tiene convulsiones. No resisto mas esta situación, cierro los ojos…

No sé que pasa, Frank me mira aunque ya sin gritar, sin llorar, sin hacer ningún tipo de movimiento. Sé que está muerto y que el próximo seré yo. El dolor en mi espalda es fuerte. –Esto no está pasando – pienso. Observo a Bastian y le pregunto si está bien. No contesta, mira al piso. El viejo no está, intento otra vez liberarme, nuevo fracaso. Escucho pasos, es él otra vez, ahora con algo más grande en la mano.

–Al fin despertaste, ya era hora. 
–¿Qué quieres de nosotros? – le respondo casi susurrando.
– Quiero que te diviertas, después de todo hoy es Halloween ¿No?

Se mueve donde esta Bastian (él no hace más que mirar el vacío). Dibuja como un rectángulo en su pecho con los dedos y posteriormente le hace un corte transversal. Vuelvo a gritar, trato de avisarle a Bastian (como si el pobre pudiera hacer algo). Pero él no está, sé que está vivo pero su reacción ante tal horror parece irreal. Solo noto que traga saliva mientras le abren el pecho. No quiero ver más, pero el viejo se da cuenta y me obliga a ver tomándome la cara. Puedo ver su corazón bombeando sangre. Como bombea cada vez mas, como bombea cada vez menos y deja de latir

– ¿No es algo espectacular la anatomía humana? Siempre me gustó ver este tipo de espectáculos, aunque siempre lo hago a solas. Aunque ahora estoy contigo. Creo que te estoy dando un regalo antes de… bueno, debes saber ¿no? –me dice a carcajadas.

Frank y Bastian están muertos, ahora sí me toca –me digo. No puedo evitar temblar del miedo que está recorriendo mi ser, no sé lo que éste hombre puede llegar a hacerme. Lo qué si sé es que moriré (en el día de los muertos). El viejo se lleva los cuerpos de mis amigos arrastrándolos, uno arriba del otro, desmembrados.

Vuelve desnudo, se acerca a mí y con su cinturón me golpea las piernas,ya no siento nada. Pasa su insípida lengua por todo mi cuerpo y con sus arrugados dedos toca mis labios. Luego me dice: Hoy es el día y se agacha lentamente. Yo ya lo sé, solo queda cerrar los ojos…

Hoy es el día, hoy es el día

Hoy es el día, hoy es el día

Escucho esa frase por todos lados… Y una voz conocida

Hoy es el día, hoy es el día

Hoy es el día, hoy es el día

11am

__ Hijo ¡¡hoy es el día!! levántate (creo estar en mi habitación) ¡Sé que es el día que estabas esperando Johnny, por eso levántate! Hoy es el día. HOY ES HALLOWEEN.




Calificación: 

viernes, 11 de octubre de 2019

He Visto al Diablo

Dicen que el Diablo es el señor de las mentiras. Que su lengua sólo vomita vileza y engaño.

Bueno, vi al Diablo. Me habló. El infierno de sus palabras todavía arde en mi mente. Confirmó mi miedo más oscuro, respondiendo a todas mis preguntas antes de que pudiera preguntarlas.

“Es cierto, David… Todo.” Dijo el diablo. “Ella nunca te amó, ni siquiera tus hijas son tuyas.”

La mirada del Diablo atravesó mi alma. Nadie más me creyó cuando les dije que las niñas no eran mías. Todo el mundo se burlaba, diciendo que Anna nunca miraría a otro hombre. Decían que las niñas incluso tenían mis ojos azules y helados. No lo creo.

Sin embargo, Él me creyó. Él lo sabía, y llegó hasta mí para confirmarlo.

Miré hacia abajo en el fregadero, viendo el flujo de agua caliente y húmedo por el desagüe. El diablo no sólo vino a hablarme de esa adúltera. No. Él quería algo mejor. Una situación de victoria asegurada, si quieres llamarlo así.

Hicimos un pacto. Los castigaría por toda la eternidad si yo les vendía sus almas. Acepté gustoso.

Esta noche, mientras todos dormían, observé cómo reclamaba a mi esposa adúltera. Después, reclamó a sus hijas bastardas.

Todavía mirando hacia abajo, mis manos finalmente se encontraron con el agua caliente. Una sonrisa se dibujó en mi rostro mientras me frotaba las manos, lavando su pecado carmesí hasta perderse por el desagüe.

Después de cerrar el grifo, miré hacia el espejo.

Los helados ojos azules del diablo me miraron fijamente.



Calificación: 

jueves, 3 de octubre de 2019

¿Crees estar Solo?

Muy buenas noches, tardes o días; depende de cuando estes leyendo esto, quiero decirte algo tú, el lector detrás del monitor de tu computador que buscando salir del aburrimiento o por sencilla curiosidad llegaste hasta aquí.

Tú, el que lee esta historia buscando un susto o algo escalofriante que te dificulte el sueño esta noche, pero con la esperanza de que lo escrito aquí, sea falso…

Mi querido lector, no sé si esto te asuste pero, quiero preguntarte, ¿estás solo...?

Tal vez sí, tal vez no, pero de seguro la persona que los acompaña sea tan callada que su presencia parezca invisible, haciendote creer que estás solo o son esos compañeros tan molestos que prefieres encerrarte antes que estar con ellos.

Ahora solo me dirijo a las personas que están solas en casa o en su cuarto, a las que no, pues para no estar aburridos sigan leyendo.

Para aquellos o aquellas que estén solos (a), debo de preguntarles… ¿Creen estar solos/as?

¿Sí...? Pues mi querido lector o lectora, me temo de que no es así, no estás solo/a, no lo estás, jamás lo has estado en realidad.

Ahora pensarás… ¿Qué carajo está tratando de decir?

Pues yo responderé con una pregunta, o mejor dicho, algunas preguntas…

  • ¿Alguna vez de niño o tal vez ahora, no has sentido cómo si alguien te mirara por encima del hombro?
  • ¿Piensas a ver visto algo por le rabillo del ojo, pero al voltear la cabeza ya no está?
  • ¿Cuándo duermes de un lado (ya sea derecha o izquierda) sientes que algo esta a tu lado, pero como siempre al voltear no hay nada?
Si has respondido sí a todo… Felicidades… Ahora tienes la prueba de que jamás ha estado solo/a…

No quiero sonar presumida… Pero… Creo que al leer eso, te he causado un pequeño escalofrío ¿Cierto?

Si te preguntas a que llego con todo esto…

Te lo diré…

Tú que estás solo/a en casa o en tu cuarto, he venido a decirte, que no estás solo/a. No lo has estado desde que naciste, eso está detrás de ti en este momento, no es tu ángel de la guarda, no, claro que no… Tranquilo/a no te hará nada…

Mientras no voltees…

Si lo hiciste, pues… Mi querido lector tengo que decirte, que ahora eso está a tu lado, no le gusta que voltees a verlo, le da la impresión de que has logrado verlo y eso no le gusta…

Recalco, no te hará nada… No hay razón para hacerlo, está ahí para hacerte compañía, no para atacarte, no aún…

Si no me crees, pues, lástima, pero quiero decirte una cosa, no me puedes negar que en este preciso instante, sientes como algo te esta mirando desde detrás del hombro…




Calificación: