jueves, 26 de diciembre de 2019

Oro Bañado en Sangre

Desde el lúgubre atardecer, hasta la noche; cuando la luna llena causa una sensación de vacío en nuestras almas. Cuando los autómatas secuestran, cuando el llamado se ejecuta y cuando el oro se baña en la sangre.

Las almas en pena que vagan con miseria, que se adentran en un fulgoriento baile lleno de sufrimiento y miseria; resplandece sobrepasando las lágrimas de los ahogados, todos y cada uno de ellos son, víctimas de un autómata necrófago.

Cuando él secuestra, tu vida se encuentra en un baile que resplandece en agonía, tu vida se va en una silla. Los tendones que sostienen tu pesar, serán procesados lentamente, para luego ser devorados; mágicas alucinaciones pasan en su mirada.

Su proceso implica ardor e irrelevante tortura. Cuando termina de satisfacerse, las brasa fundidas de las insaciables fauces, del que más ama su vida, terminará vagando en una bella rotonda de infinidad, donde su sangre bañará en oro.

Nadie lo conoce, su mente se disfraza de un hombre que camina, las calles se deslizan en sangre de inocentes, que cobrarán su venganza ante la bestia necrófaga; su cara se bañará en lágrimas de ignorancia, mientras que la noche inocente se adueña de él, de un autómata mentiroso.

Pútridos idiotas, creen que un alma, no escucha, no ven, no sienten… todas se sostienen al tanto de las situaciones dentro de nuestros corazones, cuando la vida que depende de él; las alucinaciones de un mundo mejor lleno de paz y amor. ¿Surgirá cuando el calor de las brasas nos envuelvan? Nuestras piernas que sostienen nuestras almas, nuestra cabeza, un mundo que no conocemos.

El halo que se demuestra y ve en el fulgoriento baile, se alza en una grotesca luna llena, el aullido del lobo, el despertar de La Bestia, el acudiendo la ayuda de alguien que no existe, llamando al ciego y al más rico, para que formen parte del majestuoso e impalpable ritual.

Consiguiendo el secuestro del autómata que desgarra carne muerta, un necrófago insolente e ignorante. ¡Ojalá te mueras en tus mismas brasas! Desollado de la realidad. Su hora de muerte ha llegado:

—¡Basta, paren! Se los suplico. ¡Soy su transformador, los que los ayudó a pasar a un nuevo mundo, con paz y armonía!

—No sabes que es el “Paraíso"...

Las brasas envolvieron al autómata, y las almas torturadas pueden relajarse en el Paraíso, porque su sangre fue bañada en oro...



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miércoles, 25 de diciembre de 2019

Perdido en los Pensamientos

Esta historia nace de un sueño, la vida real es la que tú vives y el mayor incubo es lo que de verdad pueda pasar.

Ese día estaba cansado después de haber entrenado por mucho tiempo, había quedado sin energía y solo quería dormir. Me dirigí a la habitación que compartía con mi hermano menor y tal fue el cansancio que ni siquiera se me dio por quitarme la ropa. 

Una persona cuando va a dormir cansada debería de dormirse en seguida, pero eso no me pasó a mí. Estaba pensando y como toda persona normal, me perdí entre mis ideas hasta que lentamente me dormí. 

De repente me despierto al escuchar un golpe. Empiezo a asustarme, agradecí internamente que mi hermano se haya acostado en mi cama, su sola presencia me reconfortaba. 

Fue entonces cuando todo ya me parecía extraño.

Otra vez comencé a perderme en mis pensamientos, pero al rato sentí los músculos del cuello tensos, me vino un escalofrío. No quería moverme ni abrir los ojos y me gustó esa sensación del escalofrío.

Aunque parezca un poco raro, a la mayoría de las personas les gusta esta sensación. Así que lo quise repetir, pero ocurrió algo diferente. Perdí el control y el escalofrío tomó todo mi cuerpo, más duradero, comencé a temblar cada vez más rápido al igual que mi corazón. Sudaba frío y no supe el porqué, pero pensé que ese era el típico momento en que aparecería algo y me asustaría.

Al contrario, no ocurrió nada y mi respiración volvió a la normalidad. Miré el reloj: eran las dos de la mañana; a estas alturas ya estaba lo suficientemente aterrado.

Permanecía inmóvil en mi cama. Esperaría a calmarme completamente para poder, por lo menos, abrir uno de los ojos... Me estaba perdiendo en mis pensamientos.

Fue entonces cuando se escucharon gritos de horror y llantos de varias personas.

Esa mañana mi familia me encontró muerto con marcas en mi cuello.



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martes, 24 de diciembre de 2019

Dendrofobia

El camino se siente inestable. La carretera se tambalea con cada paso que doy, y es como si las casas se movieran entre los callejones para huir de mí. Quizás me pasé de copas esta noche; cada trago que raspó mi garganta me quitó una pizca de valor como persona, y ahora parezco un simple indigente borracho…

Pero valió la pena, o por lo menos así es a mi parecer. Años que no dejaba a mi cuerpo y mi mente escapar al libertinaje de una fiesta desenfrenada con los viejos colegas, como las que hacíamos en nuestros tiempos de estudiantes. ¡Ah! Voy a vomitar… La resaca me matará mañana, definitivamente. Se supone que debo salir rumbo a la central al primer canto del gallo, como dicen por ahí, y para eso faltan unas… ¿Qué hora es?

¡Cinco y media de la mañana! ¿Tanto tiempo duramos? Perdí la noción del tiempo por completo… Al Diablo, no tengo ganas de ir a trabajar. Que se joda el jefe, tiene unos cincuenta, o cien, o quinientos o mil trabajadores más, ¡qué sé yo! El punto es que alguien puede tomar mi lugar, ¿no?

Pero para que sea esta hora… Es extraño que esté tan oscuro. Ni una pizca de luz celeste, ni de sol ni de luna; no veo estrellas, tampoco, ni el asomo del amanecer. Nada. Está como la boca de un lobo.

¡Bah! No me interesa… Quizás algún Dios en las alturas me esté dando la oportunidad de llegar a casa para conciliar el sueño. No falta mucho, he caminado un buen tiempo, debería estar a un par de calles…

¿Dónde está la casa de la señora Malavé? ¿Y las casas en general? O mejor, ¿dónde demonios estoy? Seguí el camino que era, ¿cierto? No… ¡Debí distraerme demasiado! Joder, despierta un poco, hombre, has terminado muy, muy lejos… No veo un carrizo, ¡está demasiado oscuro, maldita sea!

¿¡Qué fue eso!? Maldición, ¡algo me ha arañado el brazo! Creo que está sangrando… No veo nada, no veo a nadie… Sólo puedo percibir leves siluetas, pero, ¿de qué?

Se mueven… Se sacuden, hay un siseo, ¿murmullos? No, es… ¿el viento? ¿Dónde dejé mi celular? Sería bueno si pudiera iluminar un poco alrededor de mí… Vamos, vamos, estúpido aparato. ¡Aquí! Bien, bien… Ilumino con la pobre luz de mi viejo celular alrededor, pero no hay nada raro. Aunque ahora puedo confirmar lo mucho que me he perdido…

Lo único que hay alrededor son árboles. Enormes árboles, por donde quiera que vea, frondosos hasta el punto de ocultar el cielo. Se sacuden y sisean con el viento… Es como si hablaran… como si hablaran a costa de mí.

No estoy a gusto en este lugar, joder… Mi cabeza da vueltas, y siento que en cualquier momento vaciaré todo el contenido de mi estómago. Camino, camino y camino y no encuentro la salida. ¿Con qué me topo? ¡Más árboles! Aquí, allá, ahí, acá; están en todas direcciones, como una barrera. Me aprisionan… ¡No me dejan salir!

Se cierran sobre mí, no me permiten respirar… Se roban mi espacio, me aplastan, sus malditas ramas me arañan y las enormes raíces no me dejan avanzar.

Y murmuran, susurran entre ellos. ¡Al Diablo con el viento! Una brisa no suena así, no como voces… Tengo que salir de aquí rápido, ahora mismo. Me siento mal, me están observando. Estoy seguro de eso. Me miran, no apartan la vista de mí. Pero, ¿quiénes? ¡Los árboles, claro! Son los únicos aquí, sólo ellos saben que me he perdido en este jodido lugar.

Empiezo a sudar a pesar del inmenso frío. Sigue sin llegar rayo alguno del sol, no parece que se acercara el amanecer nunca… ¿Dónde está la salida? ¡Malditos sean esos estúpidos árboles!

¿Y ese sonido? Es como si algo se arrastrara… ¿Qué será? Miro en todas direcciones pero no hay nadie. No veo animales, ni personas, sólo… Oh, Dios, ¡Dios mío! Son ellos, alzan sus raíces, ¡vienen hacia mí! No, no, no me van a alcanzar. ¡Nunca! Corre, joder, ¡corre! ¡Me arrepiento de haber bebido tanto! ¡Maldita sea, maldita sea! Apenas puedo mantener el equilibrio, más aún por culpa del terreno traicionero…

¡Más cerca, más cerca! Se aproximan, casi llegan, siento que me pisan los talones. La adrenalina me da fuerzas, aparta el alcohol de mis sentidos por unos instantes para ayudarme a correr. Pero a donde sea que vaya, están ellos. En frente, detrás, a mis lados, ¡sus copas están encima de mí, y sus raíces se arrastran por debajo!

Van a matarme, lo sé, eso desean; no sé el porqué. Quizás para alimentar sus suelos con mi cadáver como un maldito abono putrefacto, o regar sus parásitas enredaderas con mi sangre.

¡Joder! Me atacan, sus ramas no permiten que llegue, como si en realidad estuviese yendo a alguna parte. Desconozco el camino, y ellos no me permiten ver más allá con sus fuertes troncos… Enormes y rústicos, a diferencia de mí; me aplastarán, me triturarán si no me muevo. No sé dónde quedó mi celular, se ha caído después de uno de sus golpes; pero poco me interesa.

No sé cuánto tiempo llevo corriendo, pero estoy exhausto. No puedo respirar en definitiva por el cansancio y por su cercanía abrasadora, y siento que me voy a desmayar…

Pierdo las fuerzas, me detengo y doy un último vistazo detrás de mí. Ellos están ahí, quietos, murmurando; se burlan de mi desgracia. Sus ramas se retuercen hacia mí como si el viento las moviese, en calma, pero yo sé que sólo intentan alcanzarme… ¡Malditos! No deberían disimular, ¡sé lo que intentan! ¡Sé lo que hacen!

Tengo una última oportunidad y tomo fuerzas. Un nuevo arranque, mayor impulso; el miedo me apoya en mi carrera. Al fin, al fin veo algo de luz lejana: un claro, y ningún árbol en él. Sólo tengo que apresurarme, que correr.

Están justo en mis espaldas, pero ya casi llego. Subo a la parte más alta del terreno, sólo tengo que bajar la ladera para llegar al fin a los hermosos rayos del sol. ¡No podrán conmigo! Eso me lo repito una, y otra, y otra y otra vez en mi mente, pero repetírmelo no es suficiente. Mi cuerpo me traiciona y mi vista se nubla unos instantes; la descarga de adrenalina habrá acabado, y el mareo vuelve a mí.

Doy unos pasos torpes, pero ellos me alcanzan… Sus raíces se enredan en mis zapatos ya agujereados, me jalan al suelo, caigo y ruedo por la ladera.

Las raíces y pequeñas ramas sobresalientes se ensartan en mi piel, la destrozan, la rasgan, la tiñen al rojo vivo de mi sangre. Los golpes no se quedan atrás, el dolor es inmenso. Lo último que vi al tomar valor para abrir los ojos mientras caía, fue la punta filosa de aquella garra frondosa de uno de mis enemigos, instantes antes de que atravesara mi ojo y ensartara mis sesos en una muerte rápida, pero dolorosa…


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lunes, 23 de diciembre de 2019

#169 El Holder de la Mortalidad

En una próspera ciudad que ha sobrevivido más de tres siglos en su ubicación actual, alquila una habitación lo más cercana al centro que puedas. Si definitivamente debes tener el objeto de este Portador, ya habrás pedido al gerente del hotel que te lleve con quien se hace llamar "El Portador de la Mortalidad" y si de echo ya lo hiciste, sinceramente te deseo la mejor de las suertes, porque si fallas en obtener este objeto las consecuencias podrían incluso arrastrar a la locura a otros portadores.

Permanece en esa habitación tres días sin entablar contacto verbal con cualquier otro residente del lugar y ni siquiera pienses en irte, no importa cuantos solitarios cadaveres lleguen a roer tu sensible piel. Si en algún momento un llanto de piedad se escapa de tus labios mientras estás en tu prisión voluntaria, puedes hacer lo que desees para evitar tu inminente secuestro y posterior tortura. En este punto tu "Cubierta de piel" ya debe haber desaparecido casi por completo, y los secuaces hambrientos pronto serán liberados de tu propio subconsciente y mientras deambulen por este mundo estarán buscando alimentarse de tu marcada y deseable carne.

Si por algún milagro del ingenio humano logras permanecer en este cuarto por los tres días sin perder el juicio, felicidades, sal de ahí, ahora tienes trabajo que hacer.

El mundo ha sufrido muchos cambios desde que entraste a ese cuarto, verás lo que quiero decir cuando te alejes. Presta atención al comportamiento de la gente que te rodea, por ejemplo, puedes notar que al parecer todos están comiéndose entre ellos. Sin embargo, no pasaría mucho tiempo observando a mis compañeros.

Mantente caminando, tu destino es el centro absoluto de la antigua ciudad, esperemos que el sol brille durante tu viaje, de lo contrario debes cuidar tus pasos, el Portador que estás a punto de conocer tiene muchísimos dedos y el odia que lo pisen.
El centro de la ciudad se distinguirá por dos cosas, primero, el nido de un pájaro en un árbol blanco y delgado ; y segundo, una masa horrible y de aspecto carnoso que se retuerce en el suelo.
No te dejes intimidar por su estatura u olor, ya que la más mínima duda o miedo en tu mente es todo lo que él necesita para descubrir tu presencia y tus motivaciones.

Los pasos restantes deberían ser fáciles si haz llegado tan lejos sin ninguna pizca de miedo en tu ser. Solo acércate a la masa silenciosamente e introduce algo afilado en su suave vientre.

Si no lo has herido tu existencia se convertirá en alguno de los elementos disuasorios para los futuros buscadores, sin embargo, si lo hiciste de la manera correcta, debe salir un líquido amarillento pálido de la herida y estarás libre de peligro en tanto la masa se desinfle encogiendo una forma casi humana.

Ahora es totalmente inofensivo (De todos modos no te recomendaría pisarlo) y debería ser seguro preguntarle: "¿Morirán alguna vez?". Debes escuchar atentamente su respuesta ya que sus labios están cubiertos de capas de arrugada piel. Su respuesta será muy breve, al terminar siéntete libre de buscar entre la masa del Portador, su objeto. Mi último consejo es que cierres la boca y cualquier otro orificio mientras realizas esta tarea. No lo querrás dentro de ti.



El Parásito es el objeto 169 de 538. Mantén lo fuera de tu estómago.





domingo, 22 de diciembre de 2019

Grabaciones Nocturnas

Eran una familia muy feliz, una pareja y dos hijos de 4 y 9 años. Su principal entretenimiento era asistir al circo y muy seguido iban a visitar los distintos shows que llegaban a la ciudad.
Una noche se enteraron de la llegada de un nuevo circo, por lo que el padre decidió llevar a su hijo menor. La noche transcurrió normal, risas y diversión hasta que el cansancio los invadió, a penas llegaron a casa cayeron dormidos sin siquiera cenar.

Al día siguiente los padres fueron a despertar a sus hijos para ir a la escuela, pero al llegar a su habitación , notaron que el más pequeño no estaba. Pensaron que se había ocultado para jugarles una broma, pero después de buscarlo un rato la desesperación comenzó a invadirlos.

Como muchas familias, tenían cámaras de seguridad en su casa, así que comenzaron a revisar las grabaciones nocturnas... entonces encontraron algo espeluznante.
Un payaso había entrado a la casa y secuestrado al menor.

—¡Es el payaso de anoche!— identificó su padre.

El hecho fue denunciado a la policía de inmediato y el menor de los hijos regresó eventualmente, pero nunca se obtuvo una clara respuesta de lo ocurrido esa macabra noche, los hechos quedaron en el olvido lentamente y el niño llegó a los 16 años de edad. El tema se descartó de las conversaciones familiares.

Una noche al rededor de las 2:45 am. un ruido que venía de la sala principal perturbó la casa. Alguién había ingresado y el joven decidió ir a revisar sin despertar a sus padres. Al bajar el chico se encontró de frente con el mismo payaso de su infancia, su cuerpo se heló completamente. Con una risa enfermiza, el payaso se acercó a el mientras desenfundaba un afilado cuchillo de carnicero.

El pintoresco intruso lanzó una puñalada directo al abdomen del joven, haciendo que cayera al suelo bruscamente. La sangre comenzó a correr por la herida y los gritos del adolescente eran horribles. Al escuchar esto los padres bajaron rápidamente a la sala. Al llegar se encontró con horror la imagen de su hijo con el estomago abierto a los pies del descontrolado payaso, quien al notar su presencia la apuñaló reiteradas veces. El padre, quien bajó luego, corrió el mismo destino y en silencio se apagaron las voces de la casa.

Los vecinos reportaron sonidos raros en la casa y contactaron a la policía, los reportes dicen que solo encontraron los cuerpos de la familia brutalmente asesinada, no se encontraron indicios de asesino alguno o el payaso. El caso jamás fue resuelto.




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