viernes, 12 de junio de 2020

Cajas

El miércoles pasado noté que mi gato se portaba de forma extraña.

Shelley nunca fue ese tipo de gato que le gusta esconderse, probablemente era el único gato del planeta que aborrecía cualquier tipo de caja, nunca la vi escondiéndose en una. Pero el miércoles, Shelley desapareció.

La busqué en todos los rincones de la casa, cuando la encontré finalmente estaba detrás del sofá, escondida en una caja del tamaño de un microondas. En el momento que la tapé con las paredes de la caja, la cabeza de Shelley se escapó por el hueco que había quedado. Me miró y emitió un sonoro maullido, se escurrió de su prisión de cartón y saltó de nuevo al sofá.

Fue algo extraño, incluso me inquietó un poco. No dormí muy bien esa noche.

Al día siguiente, Shelly había desaparecido de nuevo. Esta vez la encontré hecha un ovillo en la caja del nuevo tostador. Esa misma noche me levanté a las tres de la mañana con la horrible sensación de que había alguien en la habitación.

Los días siguientes fueron similares. Shelly desaparecía por el día para acabar apareciendo en una de las muchas cajas que había por casa. Mis noches se convirtieron en sueños irregulares, girándome y despertándome con la sensación de que alguien me observaba.

Ayer, tras encontrar a Shelley en otra caja, me trajeron el nuevo congelador. Le dije que podía dejar la caja grande junto a la entrada y que yo misma la pondría en la basura mañana. En algún momento de la noche, me desperté escuchando un sonido en mi habitación. Me senté sabiendo que ya no estaba sola.

La cosa que había en la esquina de la habitación tenía la forma de una persona, pero sus brazos eran demasiado largos y su cabeza muy grande. Diablos, no sabía lo que era, pero definitivamente no era humano. Tras un grito del que no me siento orgullosa, salté de mi cama y corrí hacia las escaleras. Mientras bajaba por estas a toda velocidad, escuché a esa cosa seguirme tras de mí, sabía que no tendría tiempo de abrir la cerradura de la puerta de salida. Mi única opción, fue esconderme.

Apenas sin pensar, me metí en la caja del congelador y me tape con las paredes. Temblando, me coloqué en posición fetal, aguantando mi aliento para no hacer ruido mientras la oscuridad me envolvía. Casi escapo de mi escondite cuando sentí algo peludo rozando mi pierna. Cuando noté esos dos ojos brillantes, suspiré aliviada. Tan solo era Shelley, estúpida… Shelley se había escondido.

Pero después, mi mundo se rompió en pedazos de nuevo cuando mi gata abrió su boca y susurró en la oscuridad:

“No te preocupes, estamos a salvo. Ellos nunca miran dentro de las cajas.”



Calificación:

jueves, 11 de junio de 2020

Experimento ensayado

Le di un tono negro a lo que soy, desmentir, no te servirá de nada...

Estoy fijado y obsesionado con mi venganza, no me importa tener mi esquizofrenia ausente.

Sé que no puedo controlar este tipo de situaciones, aun así, procederé. Proporcionalmente, si no mantengo un orden estricto, seré castigado.

Para ser sincero, casi siento lástima por los anteriores, pero no por ti. "La justicia es lo que da lugar a las guerras querida, ojo por ojo, diente por diente."

Recluído en mi mundo, renaceré, me verás como un diablo, pero te tendré por siempre, eres mi prisionera, te reunirás con aquellos que me ayudaste a matar, en el fondo del océano.

Puedo detenerme, pero no lo haré. Solo es una manía, no soy un homicida compulsivo.

Yo la amaba, nunca le haría daño.

Me dirigí hacia su apartamento con malas intenciones. El cuchillo era de su propia casa, la cual conozco a la perfección.

Su bolso quedó abierto y la plancha encendida. Era una joven con pocos amigos, ella fue asesinada en un lapso de 15 minutos. Desapareció de este mundo y entró en el mío.

Muchos altibajos en poco tiempo me provocó un severo estado de voyeurismo, como si nada me importara.

Ella notaba que su peor enemigo era alguien que la vigilaba muy de cerca. Un depredador sexual, violento, su mejor amigo.

Cada asesinato tiene un motivo, a veces el final puede ser solo el comienzo, cada motivo me convierte en una víctima.

Sentí miedo, luego se convirtió en frenesí. Creo haberla apuñalado unas cuarenta veces. La maldije cada vez que el metal atravesaba su cuerpo.

Ella estaba ardiendo en el infierno, yo riendo en mi reino.

Has vuelto, déjame decirte, sigues hermosa.

Sé a que se debe tu visita, es más, te estaba esperando.

Puedes comenzar cuando quieras, estoy listo.

Estaremos juntos una eternidad, juntos podremos torturar demonios.

Cuando terminé con tu vida, la parca tembló de miedo al verme con actitudes mismas de Jack el destripador.

Ahora veo, que ella está más asustada de ti que de mí en ese momento. El fuego siempre fue tu manera favorita, como siempre te muestras prolija.

Vivamos por siempre, del infierno, regresaremos.


#142 El Holder del Balance

En cualquier ciudad, en cualquier país. Ve a alguna institución mental o centro de reinserción social al que puedas llegar por tus propios medios. Cuando llegues al escritorio pregunta por quien se hace llamar "El portador del Balance", ante tu solicitud el empleado insistirá en que estás ahí para visitar al "Portador del Amor" mientras te guía por un largo pasillo; si no interrumpes esta acción rápidamente, antes de que el trabajador haya salido de la habitación, perderás para siempre la oportunidad de completar tu búsqueda ya que si lo sigues te conducirá al Portador del Amor.

Si le hablas a tiempo. el trabajador cerrará la puerta a la que se dirigía mientras saca del bolsillo interno del pecho un gran paraguas. Róbaselo y ábrelo horizontalmente antes de que pueda recuperarlo, el interior del paraguas es la puerta que debes atravesar. 

La habitación a la que has llegado es húmeda y oscura. Todo lo que se puede ver es una cabeza en descomposición que sobresale de la pared, su mano derecha le cubre los ojos y la izquierda sostiene un conjunto de escamas doradas. Al acercarte a él notarás que hay dos pequeños hombres de aproximadamente 20 cms, uno parado a cada lado de una balanza, el hombre de la izquierda viste de negro y el de la derecha viste de blanco.

Camina hacia la luz que ilumina a ambos hombres dejándote ver por ellos, el hombre de negro amenazará con suicidarse mientras saca de su bolsillo un brillante revólver. Si el hombre muere y cae de la balanza causando desequilibrio, todo el edificio se derrumbará sobre ustedes. Para evitar que esto suceda tienes dos opciones: Convencer al hombre de negro de que no se suicide o convencer al hombre de blanco de que lo haga también. 

Si el equilibrio se mantiene, háblale al hombre que sostiene la balanza, debes decirle: "Yo he mantenido el equilibrio", el abrirá la boca para responder, pero de su garganta solo emergerá una pluma.



La pluma es el objeto N°142 de 538. Guárdala, alguna vez necesitarás equilibrio.

miércoles, 10 de junio de 2020

Lo que no crees es real

Esto ocurrió el año pasado, jugué a la ouija con mi amiga Carla. No nos lo tomamos es asunto en serio y empezamos a insultar, bromeando a los espíritus que llamamos. Por mala suerte, invocamos a Satanás quien nos deletreó:

"Lo que no crees es real"

Era tarde y mi amiga se fue a casa. Como mi novio había muerto en un accidente de tráfico, yo estaba sola en casa, así que me fui a dormir. Sobre las 3:20 de la madrugada me desperté y me fui a beber un café.

Mientras bajaba las escaleras, oía las voces de una niña gritando muy en la lejanía. Cuando llegué a la cocina, tomé el vaso y noté que debajo de el había un papel doblado que tenía escrito:

"Te lo he dicho".

De repente sonó el teléfono. Era mi amiga Carla, preocupada por que su hija de dieciséis años no había regresado a casa. Entonces vi que bajo mis pies había huellas de sangre. Las seguí y me llevaron hasta el cadáver de la niña con el cuello degollado que yacía en mi cocina.

Asustadísima fui a casa de Carla. Subo corriendo a su habitación y me la encuentro también con el cuello degollado igual que su hija. Además en su frente alguien había grabado con un cuchillo:

"Yo tengo la razón".




Calificación: 



#122 El Holder de la Salud

En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a algún hospital o sala de emergencias a la que puedas llegar por tus propios medios. Espera a que llegue la ambulancia y descargue a su paciente, no importa en qué condición se encuentre, qué tan destrozado esté, mientras aun permanezca con vida pídele ver al Portador de la Salud. 

Si el paciente con el que hablaste muere antes o después de que termines de realizarle esta pregunta, es por que el objeto ya no se encuentra ahí. Corre por tu insignificante vida y no te detengas hasta que veas salir el sol al amanecer del día siguiente. Los médicos internos han perdido a su paciente y se encuentran ansiosos por encontrar a alguien más para "tratar".

Si el objeto que buscas todavía se encuentra en ese lugar , el paciente comenzará a convulsionar y el personal médico que lo acompaña intentará salvarlo. El paciente golpeará violentamente al personal que trataba de ayudarlo, utilizando todo lo que tenga a mano para destripar a los técnicos de emergencias. No debes moverte de tu posición o el paciente vendrá directamente hacia ti. Una vez que haya terminado con todas sus víctimas, debes hacerle la pregunta correcta para no ser mutilado por toda la eternidad: "¿Cuál es el precio de la longevidad?". 

A continuación el paciente te contará una historia horrible, te detallará cada mala práctica, cada accidente, cada excusa y cada experimento en la historia médica que ayudó a lograr la comodidad que las personas disfrutan hoy. Luego te explicará el verdadero precio de la conveniencia, que ésta y el sacrificio van de la mano como el día y la noche. Y te enseñará que mientras más grande sea la conveniencia que quieres sacar , más grande deberá ser tu sacrificio. 

Si tu cordura sigue intacta después del horrible relato, debes reaccionar rápidamente ya que el paciente se abalanzará hacia ti. Toma la jeringa que apareció junto a ti y apuñala su cabeza con ella. Pronto morirá y debes aprobechar ese momento para llenar la jeringa con el contenido de su cráneo.

Esta jeringa nunca se quedará sin líquido en su interior y nunca volverá a extraer algo. Inyectarte un poco de esta sustancia viscosa te dará una fuerza demoniáca mientras duren sus efectos, dependiendo de cuanto utilices. Sin embargo debes tener cuidado ya que el líquido se alimenta de la fuerza vital de tus seres más amados.



La jeringa es el objeto N°122 de 538. Ahora sabes el precio, depende de ti decidir si puedes pagarlo o no.