martes, 15 de octubre de 2019

Usuario 0

Anoche estaba navegando cerca de las 4 de la mañana, yo era, de seguro, el único usuario, sin mencionar que era de los pocos aún activo en el foro.

Accedí al chat, lógicamente estaba vacío. Pasé minutos esperando a ver si algo pasaba, pero no ocurrió nada. Ya dispuesto a irme a dormir, un chillido aterrador hizo parpadear la pantalla de mi ordenador. Acerqué el rostro a la pantalla, un screamer de una mujer muerta con la boca estirada hasta el entrecejo se proyectaba en mi pantalla. Caí paralizado de espaldas contra el suelo.

Me recuperé y puse en pie la silla, sentándome. La imagen ya no estaba, desvié mi atención a un usuario que me saludaba, parecía un chico simpático llamado "Demon head", charlamos largo rato.

La conversación fue tomando un rumbo más oscuro y me perturbé; pero me negaba a ir a dormir. El chico me pidió unas fotos, dudé un rato e hice notar mi ausencia, por lo que empezó a hacer preguntas como: "¿Estás?", "¿Te pasó algo?". Tenía las manos sobre el rostro, no quería huir de él, pero no estaba dispuesto a comprometerme con un sujeto que había conocido hace apenas una hora.

De pronto él me envió un mensaje: "¿Te muestro una imagen de mí?"

Suspiré, algo aliviado y respondí secamente: "Ok, anda." Realmente nunca quise ver esa toma. Demon head, el simpático extraño, vestía una túnica negra y llevaba una máscara de gacela esquelética, bajo el manto de sombras escondía sus brazos. Parecía un sujeto peligroso, no menos satánico.

Tontamente escribí: "Lindo cosplay". Pasó un largo rato sin que él respondiera. "¿Se habrá ido?", me pregunté. Me vi afectado por el sueño y me dispuse a apagar la computadora, intentando evitar a toda costa al usuario. De repente subió una nueva imagen y la abrí por curiosidad, grité. No sé si me emocioné o aterré, el sujeto de prendas sectarias estaba mirando a la cámara, apoyado en la puerta de mi casa, ¿cómo diablos llegó ahí?

"¿Oye? Es photoshop, ¿cierto?", pregunté iluso.

Subió otra imagen, esta vez no me moví. No sabía cómo reaccionar; él estaba dentro de mi casa, saludando con su guante de cuero negro a la cámara. Pasaron segundos y mandó otra foto: estaba agarrando la cabeza de mi madre, ella tenía la boca estirada hasta el entrecejo como la mujer del screamer, eso significa que ella era mi madre.

Finalmente, cuando el show estaba por terminar, subió un video: él se encontraba detrás mío, bajándose la capucha y retirando elegantemente su máscara a un lado, tenía el rostro desfigurado y horrible, relamiéndose con su larga y podrida lengua.

El vídeo duró 6 segundos, pero yo no tardé en sentir una fuerte respiración en mi nuca, él estaba detrás mío. Salté del asiento con la portátil en manos y corrí a mi clóset, entré y trabé la puerta con un bate de baseball, lo primero que agarré.

Puedo sentir su presencia pasearse por la habitación, sus manos están arañando las dos puertas del clóset. Me queda poca batería, no tengo opción, voy a salir a darle cara al destino.



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lunes, 14 de octubre de 2019

Tramando Algo

Era una de esas noches tempestuosas que ocurren pocas veces al año.

Relampagueaba, tronaba, y un viento fuerte que cambiaba constantemente de dirección sacudía los árboles del ornamento público, y pasaba entre las casas rigiendo horriblemente e intentaba arrancar techos; todo esto bajo una cortina asfixiante de lluvia torrencial.

Lucas atravesó la ciudad sumida bajo la tormenta en su coche, con el limpiaparabrisas luchando pesadamente contra el agua. Algunas calles ya empezaban a inundarse, pero con todo, llegó al fin al colegio que era su destino. Él trabajaba de conserje allí. El director del lugar, muy preocupado por la tormenta, lo había llamado para que fuera a cerciorarse de que todo estaba bien.

Aunque atravesó el patio corriendo, igual se mojó bastante, entonces, antes de encender la luz del corredor se secó las manos con la parte interior del abrigo, y mientras hacía eso en la oscuridad, escuchó un murmullo de voces muy distintas entre sí, de timbres extraños y palabras incomprensibles; pero escuchó ese murmullo entre el estruendo de dos truenos, y eso lo hizo dudar. ¿Qué había escuchado?

Al encender la luz: silencio; el ruido se cortó en ese instante. 

Avanzó hacia el lugar donde salieron las voces. Se detuvo frente a la puerta de un salón. Allí guardaban los juguetes, y la mayoría eran muñecos. Dudó por un momento, pues no decidía, ¿entrar de golpe o hacerlo con cautela?

Finalmente dio un empujón a la puerta, encendió la luz y con el primer vistazo se aterró. Los muñecos estaban quietos, no se movían, pero todos tenían la cara vuelta hacia él. La impresión fue fea. Apagó la luz y cerró de un portazo. Desanduvo el corredor a grandes pasos.

Cuando apagó la luz de este para marcharse, de nuevo escuchó las voces aterradoras murmurando, y ahora se mezclaban algunas risitas espantosas.



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domingo, 13 de octubre de 2019

La Chica del Lago

En Estados Unidos uno de los eventos más importantes para los jóvenes es la noche de graduación, no en sí por la fiesta escolar, sino por lo que continúa de ella, pues las parejas acostumbran reunirse después del baile en un lugar, más cómodo. Es la ocasión que muchos chicos esperan para seducir a su pareja.

Fue así aquella noche, que varias parejas empezaron a salir a escondidas del recinto escolar, para dirigirse a un lago cercano, por supuesto cada quien tenía muy bien pensado y apartado su lugar, para estar cómodos sin tanta gente alrededor. El lago se prestaba para sus intensiones, pues era una zona apartada y oscura.

Cierta pareja había encontrado un lugar muy cerca del lago, donde la luna se reflejaba en el agua mostrando un ambiente más romántico, compartían momentos muy íntimos, cuando escucharon ruidos cercanos. La chica de inmediato quiso marcharse, pero eso no estaba en los planes de su pareja que insistió el quedarse, al cabo de un rato discutiendo el asunto ella comenzó a gritarle al joven, que no tuvo tiempo de responder, pues la chica fue atrapada por algo que salió rápidamente del lago sin dejarse ver entre la oscuridad. Su asustado acompañante se echó correr y correr sin importarle dejarla atrás.

Ya que los compañeros dieron testimonio de que la última vez que los vieron se encontraban cerca del lago, concluyeron que se habían ahogado, aunque no pudieron jamás encontrar sus cuerpos.

Pero al siguiente año, en el baile de graduación de esa misma escuela, una jovencita con un bonito vestido blanco, pide aventón a los automovilistas a quienes les dice:

- ¿Me lleva a casa, por favor?, vivo cerca, a dos calles, esperaba a mi novio, pero este no regresó.

Si el conductor accede, se monta en la parte trasera del vehículo, y cuando el conductor voltea para preguntarle hacia dónde, ¡no hay nadie!, la muchacha ha desaparecido, dejando un rastro de humedad en el asiento del auto.

Y desde entonces cada año, la chica del lago aparece en la carretera esperando por su novio, o cualquier otra persona que quiera llevarla a casa.



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¿Qué es lo que piden los Espíritus?

No intentaré convencerte de que mi historia es real, no intento darte ideas para hacer amistades con un fantasma, espíritu, ente, o como quieras llamarlo. Solo deseo informarte la verdad, porque lo que te estoy por contar es la realidad, al menos, esta fue mi realidad.

En septiembre del año 2012 a mis catorce años, mi madre tomó la decisión de mudarse de una vez por todas de aquel barrio tan peligroso en el cual vivíamos, pues, el simple hecho de ir más allá de las rejas de la casa era peligroso aun de día, en la noche... el salir era inimaginable, por esto nos alquilamos un departamento en la ciudad y nos liberamos totalmente de aquella prisión.

Al principio sentía miedo, pues el departamento se había construido sobre un taller mecánico, y me parecía muy peligroso, además de que anteriormente una pareja se había instalado allí, pero a los dos o seis meses rompieron el contrato y se fueron rápidamente, nunca se volvió a saber de ellos. Sin embargo, con miedos y todo, debí adaptarme, pues no tenía amigos ni lugar a donde ir, era el único lugar en el cual podía estar.

Pasaron las primeras semanas, los primeros meses, y sucesos que yo creía normales sucedían día a día, pues pensaba que los sonidos provenían de la casa de los vecinos, los únicos vecinos del lugar que vale decir nunca se acercaron a hablar o saludar, pero siempre espiaban desde la ventana. Se había vuelto común oír como arrastraban de un lado a otro un sillón, me acostumbre a escuchar música y voces provenientes de los parlantes de mi PC, era común que en mi ventana los gatos se pararan observando y maullando de una manera que se parecía al habla humana, aun así más que miedo me daba risa, era divertido e impresionante.

Varios meses después los sucesos parecieron volverse más notables, mi mayor recuerdo es aquella vez que en la computadora escuchaba música en YouTube, ya habrían sido las tres y algo de la madrugada y estaba apoyada en mi escritorio durmiéndome, perdiendo poco a poco la consciencia, cuando de pronto sentí como de un golpe mi escritorio se levantó ¿Una rata, acaso fue solo mi imaginación?

Quisiera que así fuera, pero cuando ya me encontraba totalmente despierta, este le levanto de dos golpes... dos veces más. ¿Cuál fue mi reacción? Hasta a mí me sorprendió, miré a todos lados y dije "Está bien, ya me iré a la cama", los sonidos extraños y los golpes cesaron... ¿Debería considerarme loca por no haberme asustado? Aún no logro entenderlo, tal vez el hecho de ver muchos creepypastas me había vuelto inmune a casos como estos.

Demás hechos habían sucedido, como cuando el agua de la canilla salia con insectos y larvas, me encargué de ese tema, pero nadie encontró una explicación lógica, el techo del tanque de agua había desaparecido ¿Cómo? Quién sabe.

A veces sentía que los creepys y las historias de terror me estaban volviendo paranoica, pues al ducharme y cerrar los ojos, era inevitable pensar que alguien estaba delante de mí observándome, además es costumbre estirar el brazo y tomar la toalla para secarme la cara y lograr ver, más de una vez al estirarlo no la llegue a encontrar, debía caminar aún más pues parecía encontrarme en un lugar vació, era imposible, pues aquella toalla estaba frente a mí, muchas veces me obligué a abrir los ojos y sorprendente mente me encontraba parada frente a ella, pero no la había logrado alcanzar.

Mi paranoia dejó de serla cuando un día de tormenta la luz se fue, y mi madre y mi perro me dejaron sola para abrir las cortinas, me senté en el sillón y subí los pies por miedo de que algo tomara mis pies, pero fue peor: el sillón, a mi lado, se hundió como si alguien se hubiera sentado, pensé que era mi imaginación, pero el calor a mi lado y lo lento y profundo que se hundió era demasiado notable, casi suelto una lagrima, le dije "Vete" con una voz temblorosa, y el sillón volvió a la normalidad. Ese día todo comenzó.

Casi un año después, imagina esta escena: una chica de baja estatura, delgada de cabello negro y largo, ojeras negras muy grandes, una sonrisa extraña, con sus brazos y piernas llenos de cortes hechas con pedazos de espejo, pues todos los espejos de la casa terminaban rotos, tanto por mi culpa como por "arte de magia".

Cada día era lo mismo, ocultar los cortes y la ropa con sangre en el día, ver y oír lo extraño que actuaba mi televisor cuando estaba sola en casa, dejar un espacio en la cama para que Él, junto a mí, me abrace y descanse, adoraba sentir su calor, pero nunca tuve el valor de abrir los ojos y conocer su apariencia.

No sabía si lo que sucedía era real o solo mi locura, pero sentía muchas ganas de crearme heridas para acercarme más a él, cuando dormía sola y no dejaba espacios o dormía con mi madre, no dejaba de escucharse como el sillón se arrastraba de un lado a otro, y como se escuchaban sonidos desde el parlante de la pc. A él no le gustaba que lo ignorara. Pero lo peor, era que casi todo parecía suceder cuando me encontraba sola en casa, y el gran problema es que nunca nadie... me creería.

Un día conocí a un chico, el insistió mucho tiempo para estar conmigo, no faltaba día en el cual vaya a mi casa, lo más extraño es que me conoció en una convención, no recuerdo ni como descubrió donde estaba mi hogar.

Él no quería a ese chico, y si él no lo quería yo no podía aceptarlo. Aquel chico intento acercarse a mi muchas veces, y más de una vez no me resistí, había comenzado a rendirme, pero... eso no es lo que mi compañero de sueños deseaba. Entonces llegó el día, cuando estábamos solos en mi habitación con aquel chico, me acerque lentamente e hice lo que nadie imaginaría.

Tome un vidrio y comencé a cortarlo repetidamente por todo su cuerpo, no escuche sus palabras, no quería detenerme, él estaba furioso, yo me encontraba perdida en la histeria, sin embargo, en el momento en el cuál solo debía cortar su cuello, me detuve, me aleje y comencé a llorar.

Él se enfureció.

Sucedieron muchas cosas que prefiero no recordar, el chico está bien, más bien podría decir que ahora somos pareja desde hace un año y medio. Pero hubo un tiempo en el cual tuve un seguimiento policial, y fueron dos años casi en los cuales tuve asistencia psiquiátrica, medicamentos, y tiempo perdido escuchando las estupideces del "doctor".

Hoy al fin, ya dejé atrás todo esto, me encuentro en otra casa, no he vuelto a tener problemas ni nada por el estilo, me encuentro "bien", o eso creo, en realidad... Nada volvió a ser lo mismo.

Hace unos días mi madre me pidió perdón y me dijo que todo aquello que yo escuchaba ella también lo había escuchado, y entonces me dijo, en el taller mecánico debajo de la casa, del otro lado de la escalera que siempre a oscura tanto le temía, un chico de más o menos mi edad murió quemado, pero no quiso decírmelo para no asustarme.

En ese momento recordé todo, el calor que sentí cuando el sillón se hundió, el escritorio, la cama, la televisión, la ira, todo, y lo último fue cuando una mano, una sombra salió desde atrás de mí. Todo cobró sentido, o yo, o mi actual novio, o mi perro que luego de mudarse se curó mágicamente, alguno de nosotros o ellos debían morir. Pues eso es lo que Él deseaba, él quería estar con alguien, temía a la soledad, y buscaba un/a compañero/a, pero para que eso suceda, esa persona debía morir.

Tal vez suene cruel, pero, si ellos continúan caminando más allá de la muerte, tal vez les sea normal pensar que la vida no es tan importante como para quien hoy en día la estamos disfrutando.

Aún así seré sincera, tengo miedo, pues aun ni tú puedes saber si no hay alguien a tu lado o detrás de ti.

Nunca nadie te creerá.




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sábado, 12 de octubre de 2019

Entre Tubos de Ensayo

Julián se encontraba haciendo su práctica profesional en uno de los laboratorios más prestigiosos de la ciudad. Aunque apenas llevaba ahí un par de semanas, había causado una muy buena impresión a sus superiores. Tanto era así que su jefe rápidamente lo llevó al área donde se obtenían las muestras de sangre.

– Mira chico, ¡fíjate bien como lo hace Emilia! Creo que tú podrás hacerlo pronto.

– Sí, no se ve tan complicado. Sin embargo, pensé que dado el perfil de mi carrera, me asignaría otro tipo de tareas.

– Julián, no comas ansias, ya llegará el momento en que hagas lo que más te guste. Mientras tanto, aprende esta labor, pues además de ser sencilla te permitirá ganar dinero fácilmente.

– ¿Como cuánto aproximadamente?

– Los pacientes pagan $50 al momento de realizarse cualquier tipo de examen sanguíneo. De esa cantidad, el 25% se le entrega a la persona que llevó a cabo la toma de la muestra.

– De acuerdo. Empiezo cuando usted me lo indique.

– Perfecto Julián, en el cubículo marcado con el número seis encontrarás todo lo necesario para comenzar. Si tienes alguna duda, por favor no dudes en preguntarle a Emilia.

– Si jefe.

Los días transcurrieron y Julián se sentía como pez en el agua. Era muy eficiente y además estaba obteniendo dinero extra. Una noche en la que se quedó a limpiar parte del instrumental médico, notó que una de las máquinas estaba encendida.

Recorrió sin éxito el pasillo en busca de Emilia, para preguntarle cómo se debía pagar ese equipo. De pronto observó que la oficina de su jefe estaba con la puerta emparejada.

Fue hacia ella y al ingresar al cuarto vio que éste estaba repleto de tubos de ensayo llenos de plasma.

De la impresión, soltó un alarido de terror, el cual fue acallado por la voz de su jefe quien le dijo:

– Es de mala educación entrar sin permiso a un lugar. Por tu falta de educación pagarás el precio.

De la boca de que el individuo brotaron dos afilados colmillos. Julián quiso reaccionar pero ya era tarde, el vampiro ya estaba bebiendo su sangre.



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