martes, 3 de marzo de 2020

A la Deriva - Horacio Quiroga


Autor: Horacio Quiroga
Nacionalidad: Uruguayo
Año de publicación: 1917

A la Deriva


—¡Pero es caña, Paulino! —protestó la mujer espantada.

—¡No, me diste agua! ¡Quiero caña, te digo!

La mujer corrió otra vez, volviendo con la damajuana. El hombre tragó uno tras otro dos vasos, pero no sintió nada en la garganta.

—Bueno; esto se pone feo... —murmuró entonces, mirando su pie lívido y ya con lustre gangrenoso.

Sobre la honda ligadura del pañuelo, la carne desbordaba como una monstruosa morcilla.

Los dolores fulgurantes se sucedían en continuos relampagueos, y llegaban ahora a la ingle. La atroz sequedad de garganta que el aliento parecía caldear más, aumentaba a la par. Cuando pretendió incorporarse, un fulminante vómito lo mantuvo medio minuto con la frente apoyada en la rueda de palo.

Pero el hombre no quería morir, y descendiendo hasta la costa subió a su canoa. Sentóse en la popa y comenzó a palear hasta el centro del Paraná. Allí la corriente del río, que en las inmediaciones del Iguazú corre seis millas, lo llevaría antes de cinco horas a Tacurú–Pucú.

El hombre, con sombría energía, pudo efectivamente llegar hasta el medio del río; pero allí sus manos dormidas dejaron caer la pala en la canoa, y tras un nuevo vómito –de sangre esta vez–, dirigió una mirada al sol que ya trasponía el monte.

La pierna entera, hasta medio muslo, era ya un bloque deforme y durísimo que reventaba la ropa. El hombre cortó la ligadura y abrió el pantalón con su cuchillo: el bajo vientre desbordó hinchado, con grandes manchas lívidas y terriblemente doloroso. El hombre pensó que no podría jamás llegar él solo a Tacurú–Pucú, y se decidió a pedir ayuda a su compadre Alves, aunque hacía mucho tiempo que estaban disgustados.

La corriente del río se precipitaba ahora hacia la costa brasileña, y el hombre pudo fácilmente atracar. Se arrastró por la picada en cuesta arriba, pero a los veinte metros, exhausto, quedó tendido de pecho.

—¡Alves! —gritó con cuanta fuerza pudo; y prestó oído en vano—. ¡Compadre Alves! ¡No me niegue este favor! —clamó de nuevo, alzando la cabeza del suelo.

En el silencio de la selva no se oyó un solo rumor. El hombre tuvo aún valor para llegar hasta su canoa, y la corriente, cogiéndola de nuevo, la llevó velozmente a la deriva. El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa hoya, cuyas paredes, altas de cien metros, encajonan fúnebremente el río. Desde las orillas bordeadas de negros bloques de basalto asciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, detrás, siempre la eterna muralla lúgubre, en cuyo fondo el río arremolinado se precipita en incesantes borbollones de agua fangosa. El paisaje es agresivo, y reina en él un silencio de muerte. Al atardecer, sin embargo, su belleza sombría y calma cobra una majestad única.

El sol había caído ya cuando el hombre, semitendido en el fondo de la canoa, tuvo un violento escalofrío. Y de pronto, con asombro, enderezó pesadamente la cabeza: se sentía mejor. La pierna le dolía apenas, la sed disminuía, y su pecho, libre ya, se abría en lenta inspiración.

El veneno comenzaba a irse, no había duda. Se hallaba casi bien, y aunque no tenía fuerzas para mover la mano, contaba con la caída del rocío para reponerse del todo. Calculó que antes de tres horas estaría en Tacurú–Pucú.

El bienestar avanzaba y con él una somnolencia llena de recuerdos. No sentía ya nada ni en la pierna ni en el vientre. ¿Viviría aún su compadre Gaona en Tacurú–Pucú? Acaso viera también a su ex patrón, míster Dougald, y al recibidor del obraje.

¿Llegaría pronto? El cielo, al poniente, se abría ahora en pantalla de oro, y el río se había coloreado también. Desde la costa paraguaya, ya entenebrecida, el monte dejaba caer sobre el río su frescura crepuscular, en penetrantes efluvios de azahar y miel silvestre. Una pareja de guacamayos cruzó muy alto y en silencio hacia el Paraguay.

Allá abajo, sobre el río de oro, la canoa derivaba velozmente, girando a ratos sobre sí misma ante el borbollón de un remolino. El hombre que iba en ella se sentía cada vez mejor, y pensaba entretanto en el tiempo justo que había pasado sin ver a su ex patrón Dougald. ¿Tres años? Tal vez no, no tanto. ¿Dos años y nueve meses? Acaso. ¿Ocho meses y medio? Eso sí, seguramente.

De pronto sintió que estaba helado hasta el pecho. ¿Qué sería? Y la respiración...

Al recibidor de maderas de míster Dougald, Lorenzo Cubilla, lo había conocido en Puerto Esperanza un viernes santo... ¿Viernes? Sí, o jueves...

El hombre estiró lentamente los dedos de la mano.

—Un jueves...

Y cesó de respirar.



Horacio Quiroga

#074 El Holder de la Marca

En cualquier ciudad, en cualquier país dirígete a cualquier institución mental o centro de acogida al que puedas llegar por tus propios medios, cuando llegues frente al escritorio pregunta por quien se hace llamar "El Portador de la Marca". La recepcionísta se congelará, ella esperaba hace mucho tiempo este momento y tenia mucho miedo de que al fin hayas llegado. Tartamudeará y te dirá que esa persona no se encuentra en ese lugar, debes insisitir, luego de mucho tiempo de insistencia ella cederá, comprobará a su alrededor si están solos y te hará una seña para que la sigas.

Te guiará por corredores cada vez de menor tamaño hasta que finalmente tengas que inclinarte y te señalará una puerta lejana a la que solo podrás acceder arrastándote. Será una puerta normal solo que en el centro tendrá dibujado un gran signo de exclamación, y un pequeño signo de interrogación en el pomo.
Esta es tu última oportunidad de dar la vuelta, si tienes la menor de las dudas, te recomiendo que lo hagas; si tu voluntad es fuerte, continúa abre suavemente la puerta y sal del pasillo.

Saldrás a una sala adornada con pinturas de famosos dictadores históricos, asesinos, carniceros violadores y ladrones. No te detengas en ellos, ya que sus almas, contenidas en los cuadros acumulan el odio retorcido que solo ha aumentado desde su muerte, esperan alcanzarte y desgarrar extremidad tras extremidad, deleitándose con tu lenta y dolorosa muerte.

Cuando llegues finalmente al final del pasillo, verás una pequeña caja de madera con una vieja y descolorida insignia, sentirás un escalofrío agudo subir por tu columna al contemplar el artículo y escucharás decir a una voz detrás de ti: "¿Hermoso, no es así?... Debes contestar : "Como la luna llena"...
Sin no está satisfecho con tu respuesta solo puedes rezar para que no te convierta en una de esas pinturas y en su lugar solo te de una muerte sin dolor.
Pero si el está satisfecho te dirá: "¿Lo preguntas?", debes contestar exactamente: "¿Cómo los destruímos? El reirá y dirá que no sabe, pero luego agregará: "Seguro que piensas en algo".

Luego despertarás en el baño más cercano, con un dolor increíble en el ojo, a medida que el dolor va desapareciendo verás que tu pupila ha tomado ahora la forma de la marca que tenía la caja que viste en la habitación.



Esa marca es el objeto 74 de 538. Te permitirá contemplar la verdad última. Si la experiencia vale o no la pena es otro asunto.

lunes, 2 de marzo de 2020

Cómo nuestra familia recibe dinero

Bajo al sótano, compruebo mi entorno. Todo está oscuro, siempre está oscuro. No hay ventanas ni en el sótano ni en la casa.

Mi hijo está atado a la mesa, está nervioso podría decir. Él siempre está nervioso, endeble, al menos no está llorando como la primera vez. Después de muchas rondas de esto, al menos se ha endurecido un poco.

Primero lo primero, anestesia, no soy un monstruo. Le puse la máscara en unos minutos ya no estará consciente, hora de empezar.

El primer corte es siempre el más duro, me preocupa con que lo voy a arruinar. No puedo dañar nada, o no se venderá, hay mucha presión sobre mí.

Empiezo con el corazón, es lo más valioso. El cerebro también lo es, pero los trasplantes de cerebro no existen.

Después de que todo esté vacío, lo pongo en la cama. Limpio mis herramientas. No tienen sangre, pero las bacterias siguen siendo una preocupación.

Cuando termino, puedo escuchar que está empezando a despertarse. No nos lleva mucho tiempo regenerarnos, así que no me sorprende demasiado. Me pongo de pie, y miro la pila en la mesa a mi lado.

—Oh, bien. Has vuelto. ¿Puedes ayudarme a guardar esto?

—¿Enserio mamá? —Puso los ojos en blanco. Los adolescentes son tan perezosos.

—Desde que vinieron de ti, sí.

A regañadientes me ayudó a embolsar las cosas. Los órganos se venderán bien en el mercado negro. Siempre lo hacen. Siempre ganamos suficiente dinero con ellos para vivir cómodamente y obtener la sangre que necesitamos para sobrevivir.

Sí, es un poco asqueroso, pero la alternativa es peor. Después de todo, ni siquiera podemos salir al exterior durante la mitad del día, así que esto es lo que tenemos que hacer.

Finalmente, hemos terminado.

—Trae a tu hermana. Ahora es su turno.



domingo, 1 de marzo de 2020

#365 El Holder del Año

En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución mental o centro de rehabilitación al que puedas llegar por tus propios medios. Cuando llegues a la recepción pregunta si puedes ver a quién se hace llamar "El Portador del Año", el trabajador te observará en silencio mientras arquea una ceja, si el blanquea los ojos y vuelve a su trabajo debes salir tan sigilosamente como puedas del edificio. Si lo molestas el hombre llamará a seguridad y te pedirán que abandones el edificio por la fuerza. Pero si luego de poner los ojos en blanco se pone de pie mientras te pregunta: ¿Cuántos de esos psicópatas vendrán aquí? quiero decir... no tiene que ser este lugar. Estás en el lugar correcto. Ellos te mostrarán el complejo, no te preocupes por el tiempo que pases adentro o por recordar el camino de retorno, siéntete libre de observar los alrededores, ya que estas en un lugar seguro y no existen monstruos esperando por ti detrás de las puertas que visitas.

El recepcionista te mostrará entonces una puerta que desafía todas las descripciones terrenales, el solamente te vigilará esperando que abras la puerta, ábrela y lo sentirás sondeando tu mente y buscando en cada rincón de tus pensamientos. La puerta se abrirá y debes dar rápidamente un paso hacia la luz cegadora que emana. Pasarás a través de una barrera que te llevará a un hermoso pueblo, cada paso que des en ese lugar equivaldrá a un mes en la ciudad. Debes dirigirte a el único edificio que posee una puerta azul. Mientras caminas te darás cuenta de que los niños que hay a tu alrededor crecen a un ritmo acelerado, ellos no son capaces de notarte, pero si ves que se comienzan a agredir entre sí debes irte lo antes posible. No prestes atención a cuantos pasos das, pero es necesario que llegues a la puerta antes de que todos los habitantes del pueblo hayan sido asesinados.

Dentro del edificio estarán todas las personas que murieron antes de que entraras, ellos se acercarán a ti llevando cada uno un objeto distinto, debes saber desde ya que si alguien porta un calendario grande, tu búsqueda estaba destinada a fallar. No podrás moverte ya que quien lleva el calendario lo abrirá y de su interior las letras saldrán como cadenas de las páginas mientras trituran tu cuerpo como si se tratara de un oxidado rallador de queso.
Si ninguno de los presentes tiene un calendario, ignóralos, el Portador no se encuentra entre ellos, pero si está observando tus acciones. Camina a través de estas personas, no actuarán cuando pases. Este edificio es el ayuntamiento de la ciudad, si miras a la parte posterior de la sala, verás una pizarra de anuncios que tiene un calendario cubierto de numerosas escrituras que indican fechas importantes y eventos en la ciudad, si avanzas hasta la fecha de tu cumpleaños verás que ese día tiene escrito "Sacrificio Infantil". Inmediatamente luego de ver esto debes arrancar el calendario de la pared, revelando un portal oculto detrás de el. Entra al portal tan rápido como puedas, ya que el Portador está buscando la manera de cerrar tu paso, apreta fuertemente el calendario en tus manos mientras caes ya que podrás caer un minuto o un milenio, como sea, lo único que guiará tu camino a través de tu caída al olvido es ese calendario.

Si fuiste lo suficientemente rápido para entrar al portal te encontrarás en el piso, debajo del escritorio del recepcionista a quién le hablaste al ingresar, el te fulminará con la mirada mientras agrega: "Te tomó lo suficiente".
Levántate rápidamente de debajo del escritorio y espera que nadie vea cuando te vallas. El chisme se propaga rápido. Dirígete al lugar que llamas hogar, verás en el mostrador de la cocina, al lado de la cafetera una pequeña agenda planificadora con algo escrito en un extraño idioma en su interior.




Esa agenda es el objeto 365 de 538, el último día marcado en ella es tu cumpleaños y aún no tiene "planes" escritos.

sábado, 29 de febrero de 2020

Tails Doll

Todo sucedió en Los Ángeles, California. Allí, cierta noche la madre de un niño subió a buscar a su hijo para la cena. Como de costumbre, el niño estaba jugando con la Sega Saturn en su habitación. La puerta estaba cerrada y el niño no contestaba, por lo que la madre abrió la puerta y entonces… Ahí, tirado sobre el suelo y con espuma saliendo de sus labios cianóticos, su querido hijo yacía con las pupilas dilatadas y la mirada puesta en ningún lugar. Estaba muerto y el tema de "Can you feel the Sunshine?" se repetía una y otra vez como música de fondo, irónicamente alegre para aquella trágica escena.

Cuando la policía vino, la madre firmó una declaración, donde, entre otras cosas, aseguraba que su hijo pasaba demasiado tiempo jugando con el Sega Saturn. Además, mencionó que su hijo se había obsesionado con la idea de desbloquear un personaje secreto.

Tras realizarle un autopsia se descubrió que el niño había muerto asfixiado durante un ataque epiléptico, cosa que hasta cierto punto llamaba la atención, pues no habían antecedentes mórbidos de epilepsia en la familia.

Durante el funeral, la madre del niño fallecido siguió la costumbre estadounidense de regalar las pertenencias del difunto a sus amigos de vecindario y escuela, dando el Sega Saturn a un chico que había sido el mejor amigo de su hijo. Ya en su casa, el mejor amigo del difunto encendió el Sega Saturn y vio que este tenía metido el juego de Sonic R. El juego le agradaba, así que no lo quitó y apenas lo inició, pudo ver que lo último que su amigo hizo antes de morir, había sido desbloquear a Tails Doll.

Esto último se conoció gracias al usuario IRon7HuMB, quien en un foro de internet publicó la susodicha historia asegurando que él era el mejor amigo del chico muerto. La gente le creyó y entonces la noticia comenzó a regarse de manera asombrosa, suscitando a su alrededor el montón de historias (muchas supuestamente reales) que hicieron nacer la leyenda de Tails Doll. Pero, entre este montón de historias, hay una que ha trascendido por encima de las demás y que se ha viralizado, siendo copiada literalmente en muchísimas páginas. Aquella historia pretende explicar el origen del espectral Tails Doll y es supuestamente verdadera aunque en general la gente piensa que es un fake. Dice así en la difundidísima versión basada en el relato escrito por el usuario Nursekiller:


‹‹En Estados Unidos durante la década de los ochenta tuvieron lugar una serie de asesinatos que la policía nunca logró explicar. La matanza más brutal de todas sucedió en una casa donde murieron cinco personas de una forma inhumana y otras dos resultaron gravemente heridas. En la pared se podían leer dos letras escritas con sangre: "TD". La Policía interrogó a los supervivientes para intentar averiguar qué había sucedido. Uno de los heridos antes de morir aseguró que había sido atacado por un oso con ojos de fuego que estaba cubierto de sangre y que no paraba de saltar. El único superviviente sufrió alucinaciones y pesadillas durante el resto de su vida.

Los medios de comunicación dedicaron un amplio espacio dentro de sus telediarios a este asesino sanguinario, el cual incrementaba su popularidad matando y firmando las paredes con las letras "TD", escritas con la sangre de sus víctimas.

La gente de la ciudad dormía todas las noches atemorizada. Los asesinatos sucedían y nadie lograba atrapar al autor de las matanzas.

Una noche más, una pareja de oficiales lograron divisar una figura extraña en las sombras escribiendo las letras "TD" en la pared de un oscuro callejón durante un turno rutinario. No dudaron en abalanzarse sobre el sospechoso, pero este se dio cuenta y escapó corriendo. Los policías pidieron refuerzos y lograron seguirle hasta un cementerio cercano gracias a la estela de sangre que el asesino dejaba a su paso.

Al entrar en el cementerio, los policías no tomaron las debidas precauciones. Les dominaba el ansia de atrapar cuanto antes al criminal, que tantos conocidos se había llevado por delante, y ese fue su error. De repente, uno de ellos cayó al suelo, sangrando a borbotones por la garganta, le había caído un machetazo en el cuello. Su compañero intentó auxiliarlo, pero el oficial ya había muerto. Sin embargo, el policia logró sacar una foto con una de las primeras cámara policiales a la zona oscura del camposanto, donde estaban las tumbas de los muertos, donde se debía encontrar el criminal. Cuando reveló el carrete la sorpresa fue enorme: al lado de una de las tumbas se podía apreciar la silueta de un oso de peluche con una luz roja en la cabeza portando un hacha en su mano izquierda. La foto se hizo pública y los rumores se extendieron. Muchos de los habitantes de la ciudad llegaron a creer que se trataba de un demonio, y tanto es así que la Iglesia decidió tomar parte en el asunto y propuso una serie de ritos y oraciones para intentar combatir con la fe al causante de las desgracias.

Se llevaron a cabo múltiples misas, rezos y procesiones sin que el asesino cesase, hasta que un día, TD apareció de la nada y se situó delante de la atemorizada multitud. Lloraba sangre e increpaba a gritos a todos los que oraban. El sacerdote se acercó sin titubear al muñeco de trapo y lo roció con agua bendita, y en ese instante, TD comenzó a expulsar sangre por todas sus extremidades hasta que se arrodilló y explotó delante de la gente.

El demonio fue vencido y la gente pudo volver a dormir tranquila para siempre, o al menos eso creían hasta que en 1998 ocurrió un asesinato similar a los anteriores, en el que aparecía escrito en el propio cadáver:

Muchas gracias por vuestro miedo; y a SEGA por resucitarme. A partir de ahora no tendré cuerpo ya que soy el Tails Doll.››



Sobre la historia anterior muchos investigaron y no encontraron nada, tal y como sucedió con quien escribió cierta entrada en clubpenguin568.obolog.com y dijo que habló con mucha gente y nadie recordaba a ningún asesino "TD" en los años 80. Así mismo, afirmó que él, y unos colegas suyos habían buscado archivos sobre "TD" en hemerotecas en inglés, no encontrando absolutamente nada…

Con todo, queda al lector el beneficio de la duda y la posibilidad de descargar el Sonic R para PC a ver qué mismo pasa con el temido Tails Doll.