jueves, 16 de julio de 2020

Una copa de vino

Se levantó tambaleándose, tomó la vara que estaba a su lado y emprendió el camino. No tuvo que andar por ese campo mucho tiempo pues en el muelle ya lo esperaba un anciano con su transporte.

—Lindo bote.

El anciano se le quedó mirando unos minutos, y después habló.

—¿Despertaste aquí?

—Así es.

No tuvo que decir más para que el anciano aceptara llevarlo al otro lado de ese vertiginoso río. Aquel anciano sintió algo de lástima por su pasajero y preguntó:

—¿Se le ofrece algo, señor?

—Una copa de vino, si no es mucha molestia.

El anciano extendió sus alas y sacó una botella de su manto. Una llama azul comenzó a verse en su mano derecha y una copa apareció en su palma, que se fue llenando lentamente del oscuro líquido.

—Aquí tiene.

Después de decir eso, se dispuso a remar.

El botecillo zarpó hacia el otro lado, la vista era bastante agradable.

El anciano quiso empezar una conversación:

—¿Fue hace mucho?

—¿Disculpe?

—Que si fue hace mucho que murió.

—No, me atropellaron hace un par de días.

—Pues, bienvenido.

—Gracias.

Cuando la pequeña embarcación tocó tierra, el anciano expresó:

—Aquí acaba mi parte, usted tendrá que caminar hasta la puerta.

—Está bien.

Caminó unos momentos por el campo rodeado de hermosas flores, subió un pequeño monte, y ahí estaba, una enorme puerta con las siguientes palabras grabadas:

“Por mí se va a la ciudad del llanto; por mí se va al eterno dolor; por mí se va la raza condenada: la justicia animó a mi sublime arquitecto, quien me hizo la divina protestad, la suprema sabiduría y el primer amor. Antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo eterno y yo duro eternamente. ¡Oh, todos los que entráis, abandonad toda esperanza!”

El desdichado hombre quedó perturbado al punto de querer escapar corriendo, pero las puertas se abrieron en ese momento.

Dos enormes demonios salieron a recibirlo con unas cadenas y algunos extraños artilugios de acero; su castigo estaba a punto de comenzar.

El inocente hombre creyó que el Santo Padre lo perdonaría y lo dejaría habitar entre sus sagradas tierras, supongo que hasta sintió un poco de vergüenza por pensar tal cosa, pues hace mucho que Dios no perdona a sus hijos pecadores, y no creo que piense volver a hacerlo jamás.





miércoles, 15 de julio de 2020

Room #127

Anon676 [User] Posted on 07/06/2020 03:58 Am

REPLY: F0-bos [Sólo para consumidores] *SECUELAS (Abro hilo)


Probé la droga F0-bos en un bar en Ámsterdam, estaba con mis dos mejores amigos cumpliendo un sueño que terminó con ellos quién sabe dónde. Por mi parte, estoy "aprovechando" las secuelas del consumo al menos mientras estoy despierto.

Luego de tomarnos las píldoras nos ubicamos en la entrada del bar cerca de unos árboles y encendimos un cigarro y lentamente comenzamos a sentir que estábamos en nuestro mejor momento. No tardamos mucho en entender lo que nos pasaba, se sentía increíble pero bajamos la guardia y perdí dos amigos esa noche.

Cuando pude volver a conciliar el sueño, de esos que deberían reponerte llegué al pasillo de las puertas rojas, caminé lentamente examinando el lugar pero algo en mi cabeza parecía que la haría estallar; no tuve más remedio que entrar por la puerta que tenía el letrero "Room #127".

Era un lugar que me hacía sentir muy extraño, se parecía mucho a mi casa pero no existía una pizca de color en este mundo, salí por el balcón y observé el mundo solo para reafirmar que no había nada en el mundo que tuviera color. Cuando salí del trance comencé a sentirme observado, alguien me estaba persiguiendo, me alejé tan rápido como pude de esa casa y antes de voltear por última vez pude ver sus ojos rojos y brillantes.

Corrí lo más rápido que pude por lo que parecía ser una gris e interminable ciudad sin poder salir de esa horrible pesadilla.

El empleado del aeropuerto me sacó de ese infierno cuando me despertó, estaba a una ciudad del bar donde perdí a mis amigos y mi vuelo estaba a punto de partir. Ellos nos perseguían porque sabían en qué nos convertiríamos, ellos nos persiguen a todos. Cuídate roomer ;)




#350 El Holder de la Serenidad

En cualquier ciudad, en cualquier país; ve a cualquier institución de salud mental o centro de acogida al que puedas llegar por tus propios medios. Cuando llegues frente al escritorio menciona que necesitas hablar con quien se hace llamar "El Portador de la Serenidad". El trabajador suspirará y se frotará la frente con molestia para luego ponerse de pie e indicarte que lo sigas. 

Serás llevado a una puerta de vidrio que presuntamente conduce a algún tipo de patio trasero; una vez que abras la puerta te verás envuelto en una oscuridad impenetrable, siendo la única luz del lugar muy tenue y distante. Dirígete hacia esa luz, a medida que avanzas comenzarás a notar que se escuchan varios ruidos a tu alrededor que te parecerán nostálgicos; el sonido de los niños riéndose, campanas de bicicletas sonando, el sonido que producen los grillos. No alejes tu atención de la luz ni siquiera por un momento porque si lo haces, descubrirás que la superficie invisible por la que caminabas ya no existe y caerás por la eternidad en la oscuridad perpetua, rodeado de un silencio interminable.

Si logras llegar a la luz sin haberte rendido a la tentación y a la curiosidad, te encontrarás a eso de la medianoche de pie en medio un campo tan grande que aparentemente es interminable iluminado únicamente por una gran luna creciente. Verás flores amarillas meciéndose ligeramente con la cálida brisa de verano y frente a ti habrá una chica con el pelo rubio y largo con un vestido blanco dándote la espalda, en su mano se puede ver una flor vísiblemente muerta de un color púrpura de un color muy oscuro.

Acércate a la chica pero evita tocarla, en cambio pregúntale: "¿Cuál es su propósito final?" Una risita escapará de los labios de la niña y ella se volteará para enfrentarte revelando los restos podridos de una cara, dientes amarillos y manchados, una boca siempre congelada en una esquelética sonrisa y un ojo colgando de su cuenca. En su frente verás la empuñadura de una cuchilla incrustada en su cráneo.
El viento soplará ligeramente y un grito sonará a la distancia haciendo eco en todo el prado, en este punto debes sentir un millón de puñaladas en todos los rincones de tu cuerpo, pero no te estremezcas, el dolor no es más que una alucinación y rendirse a el te volverá loco.

Después de bastantes segundos agonizantes el dolor se detendrá, una ráfaga de viento intenso empujará a la chica hacia ti y cuando su mano toque la tuya estarás rodeado de una sensación de paz absoluta. Te encontrarás frente a la institución a la que ingresaste hace tanto tiempo. En tu mano estará la flor púrpura, ahora visiblemente viva.



La flor es el objeto N°350 de 538. Su sola presencia es calmante para el alma.


Spectare supra te

Es muy común escuchar historias de fantasmas en las escuelas, sin importar en cual escuela hayas estado, nunca falta alguna historia de fantasmas que rondan por los pasillos, salones o baños de las instalaciones durante la noche. En esta ocasión les traigo un creepypasta o quizás leyenda urbana que nos habla sobre un chico y una frase: "Spectare supra te".

Hace mucho tiempo en un colegio este chico se dirigía a la enfermería, pero antes de llegar al pasillo se desvió para pasar al baño. Como nunca se había sentido cómodo usando los orinales, entró a un cubículo; mientras estaba en lo suyo comenzó a sentir escalofríos que se volvían cada vez más insoportables y luego escuchó los susurros de alguien.

—¿Quién está ahí?— preguntó el joven.

Miró hacia los lados intentando no mojarse, pero no vio nada, solo seguía escuchando susurros que poco a poco comenzaron a ser entendibles, repetían muchas veces la frase: "Spectare supra te", "Spectare supra te", "Spectare supra te"...

A penas logró subirse el cierre del pantalón antes de salir corriendo del baño, decidió ir en busca de un profesor y contarle lo sucedido; encontró a uno y le contó la historia repitiendo la frase que escuchó: "Spectare supra te", en ese momento el profesor se puso pálido y fue a la oficina del director, pero antes de irse le ordenó al chico no contarle a nadie sobre lo sucedido. Al día siguiente realizaron una especie de exorcismo en la escuela.

Años después volvió al colegio y al entrar se percató de que el baño había sido remodelado y en su lugar ahora había cubículos de computación. Con curiosidad buscó al profesor para preguntarle sobre lo que había ocurrido ese día. El hombre le explicó que aproximadamente hace 30 años una niña había sido llevada a ese baño con engaños y posteriormente abusada sexualmente. Jamás dijo quiénes eran los culpables y días después esa niña se suicidó ahorcándose en ese mismo baño. 
El joven se sorprendió y preguntó con curiosidad:

—¿Qué tiene que ver la frase "Spectare supra te" que escuché ese día?

El profesor se queda en silencio por un momento y le responde:

—En latín, eso significa: "Mira arriba tuyo"...



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martes, 14 de julio de 2020

La mujer solitaria

Tú, que fumas, no me dejarás mentir: cuando piensas en la muerte que te espera al final de la ascua de cada cigarrillo que prendes, te reconforta saber que la traicionera Señorita Nicotina te acompañará hasta el último suspiro. Por eso, cuando mi corazón me gritaba que la mujer que me observaba desde el puente peatonal mientras caminaba por la avenida no tenía sangre corriendo por sus venas, solo atiné a prender el cigarro y esperar que se difuminara antes de pasar bajo ella.

La segunda vez que la topé caminaba por la misma ruta, buscando cubrirme del invierno de Querétaro y esperando no encontrarla, pero al acercarme al cruce la vi sentada melancólicamente en la sucia acera contraria.

Prendí un cigarro para sentirme acompañado mientras me aproximaba a ella y, al caminar sobre la vía empedrada, el ruido de los zapatos la hizo salir del trance en el que parecía encontrarse y mirarme. En ese momento comprendí que, viva o muerta, ella era un alma tan solitaria como la mía en la fría noche que azotaba la calle.

Le deseé que pasara una buena noche y me senté junto a ella. Platicamos de trivialidades toda la noche y, poco antes de amanecer, le pedí que me contara como había sido su muerte y qué la tenía amarrada a este mundo. Ella, con una lágrima, me narró como le había sido arrancada su vida al platicar con un alma en pena que había encontrado un par de ocasiones y que, al sentir lástima por su condición, la saludó y decidió sentarse a platicar con ella.

Me contó que poco antes de amanecer ella le confesó que lamentaba que su soledad y compasión le costarían la vida, pero que era su deber llevarse a la primera persona que escuchara su historia, ya que así habían muerto tanto ella como quién se llevo su alma y los anteriores, y que así se llevarían las almas los siguientes.

Ahora que lo sabes, quiero que entiendas cuanto lamento que tu curiosidad te cueste tan caro, pero te agradezco que me permitas descansar.



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