En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier institución mental, o casa desolada a la mitad de una carretera abandonada, donde puedas llegar por ti mismo. Dirígete a la recepción y pide visitar a aquel que se hace llamar "el portador de la claridad". El empleado comenzará a charlar sobre su vida contigo, haciendo bromas internas y referencias que solo él entenderá. Mientras tanto, te encaminará hacia el área recreativa del edificio. Abrirá una escotilla debajo de una mesa y, de repente, guardará silencio con una expresión sombría en su rostro. Mira hacia abajo en el agujero, y verás una gran cantidad de luces que se encienden y apagan. Te sentirás dubitativo y confundido, pero debes entrar.
Pareciera que esta habitación no tiene principio ni fin, las luces parpadearán de forma esporádica y encontrarás que pequeños objetos voladores revolotean frente a ti, en tus ojos, nariz y boca. El aire se llenará con un horrible zumbido que lo consumirá todo y no te permitirá escuchar ni siquiera tus propios gritos. Solo debes caminar, si por alguna razón los objetos dejan de moverse o las luces mantienen su brillo, debes gritar:
¡No sabrán que estoy aquí, ya que he cubierto mis huellas!
Si la calma se mantiene, es demasiado tarde para ti, ya ha comenzado. Si el horrible desconcierto regresa, sigue adelante. En tus andanzas, te encontrarás con una puerta. Es tu última oportunidad para volver; cuando estés listo, entra. La habitación te parecerá eterna, solo el piso mantendrá tu mente intacta.
¡No sabrán que estoy aquí, ya que he cubierto mis huellas!
Si la calma se mantiene, es demasiado tarde para ti, ya ha comenzado. Si el horrible desconcierto regresa, sigue adelante. En tus andanzas, te encontrarás con una puerta. Es tu última oportunidad para volver; cuando estés listo, entra. La habitación te parecerá eterna, solo el piso mantendrá tu mente intacta.
Habrá un hombre cuya forma completa estará atravesada con largos clavos y estacas, cada centímetro de su cuerpo tendrá un agudo solevantamiento de metal o madera. Mantendrá su boca abierta por unos alfileres que le forzarán una sonrisa en los labios; sus erráticos ojos te buscarán sin éxito, una estaca enterrada en su nuca le impedirá alzar la cabeza. Su lengua se retorcerá a tu llegada. Él responderá a una sola pregunta:
¿Por qué toman forma?
A pesar de la estaca, sus ojos se fijarán en ti y su lengua se mantendrá inmóvil. En un horrible discurso de gárgaras, te recitará la creación de cada objeto y el propósito de cada uno. La descripción te inducirá a vomitar en cada oración, y la historia se vuelve más descabellada.
¿Por qué toman forma?
A pesar de la estaca, sus ojos se fijarán en ti y su lengua se mantendrá inmóvil. En un horrible discurso de gárgaras, te recitará la creación de cada objeto y el propósito de cada uno. La descripción te inducirá a vomitar en cada oración, y la historia se vuelve más descabellada.
Encontrarás un cuchillo de filete oxidado y desgastado en tu mano. Debes eliminar su retorcida lengua, con sus patéticos y asfixiados gritos haciendo eco a través de tu alma. Por unos momentos, te parecerá patético y tendrás el impulso de querer ayudarlo, pero no lo haga, o lo reemplazarás.
Su lengua es el objeto 28 de 538. Ellos volverán a reunirse; sólo tú sabrás por qué.
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