martes, 10 de noviembre de 2020

#092 El Holder de Salmacis

En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier institución mental o centro de rehabilitación donde puedas llegar por ti mismo. Dirígete a la recepción y pide visitar a aquel que se hace llamar "el portador de Salmacis". Si te miran de arriba hacia abajo, como si te juzgarán, has venido al lugar correcto. Pulsarán un botón oculto. Quédate quieto. El encargado vendrá y te acompañará a un pasillo adyacente. Atravesarán una puerta abierta y te tomará por los hombros, te preguntará si te has encontrado con el Portador de la Pasión. Contesta honestamente, si tu respuesta es no, te empujará devuelta al pasillo. Corre rápido y lejos. No te detengas hasta que el sol se ponga dos veces, porque todas las plantas de la ciudad querrán aplastar tu cuerpo hasta convertirlo en polvo sangriento.

Si tu respuesta fue afirmativa, te llevará más profundo en el complejo. Escucharás una variedad de gritos, tanto masculinos como femeninos. Si miras por las rendijas de las puertas del vestíbulo, verás que en cada habitación habrá un hombre y una mujer, cosidos juntos de forma grotesca. Te estoy ahorrando la sorpresa, no mires por esas puertas. Si lo haces, te arrastrarán al mismo destino y te coserán a otra persona sin anestesia. La otra persona luchará por siempre para alejarse de ti, tirando de las suturas hasta que tu piel amenace con rasgarse.

Como no mires dentro, el encargado te llevará al final del pasillo. Te acompañará a través de otra puerta y te tomará de la mano. Le preguntará si te has reunido con el Portador de la Inocencia. Nuevamente debes contestar con honestidad. Si tu respuesta es no, te mirará enojado y estrellará tu cabeza contra la puerta, cubriéndola con tus sesos. Este salón no te permitirá morir, en cambio, permanecerás allí por toda la eternidad sin la capacidad de moverte o meditar en nada más que tu propio dolor.

Si tu respuesta fue sí, te llevará con más rapidez por el nuevo pasillo. Parecerá que el corredor se dobla y tuerce, como el cuerpo de una serpiente enroscada alrededor de un cilindro. Que no te engañe. Este pasillo es igual de recto que el anterior. No pierdas la concentración o caerás por toda la eternidad. Cuando llegues al final, el encargado te hará una última pregunta.

¿Te has reunido con el Portador del Trisquel?

¡No respondas! Este es un truco que te costará la vida, a menos que descubras su secreto. No hay ningún Portador del Trisquel. En su lugar, debes sostener el Objeto 5 o 13: el Ojo de la Luz o el Reloj de Arena Roto de la Oscuridad. Si dices algo o sostienes cualquier otro Objeto, incluso los que se encuentran en las profundidades del infierno sentirían pena por ti.

Él te llevará a una última puerta y te encerrará dentro. Esta habitación estará oscura y vacía, salvo por la puerta, una silla y un reloj analógico. Siéntate en la silla y date tres palmadas en la parte interna de los muslos. Gira la silla hacia el reloj, luego párate y mueve las manecillas del reloj hacia atrás, 4 minutos y 13 segundos. La puerta se deslizará y revelará un pasillo diferente del que llegaste. Este corredor olvidado parecerá deteriorado, salvo por las estatuillas de marfil de hombres y mujeres que lo flanquearán a lo largo de las paredes. Aunque bellamente talladas, estas estatuillas tendrán el rostro destrozado por el dolor del parto. Sí, incluso las estatuas masculinas tendrán el vientre dilatado por un feto que sus cuerpos jamás podrán dar a luz del todo. No toques las estatuas.

Debes correr hasta el final del pasillo. Hazlo rápido, pues el tiempo que tienes para hacerlo es poco. Al final, encontrarás una motosierra a diésel. Tómala y ponla en marcha. Debes cortar todas las estatuillas sin dejar que ni un solo fragmento toque tu piel. Si fallas en esto, los peñascos de marfil crecerán hasta alcanzar la altura humana, se abalanzarán sobre ti y te harán toda clase de actos inmundos, hasta convertirte en una estatuilla como ellos. Siempre gestando, siempre contaminado, nunca serás libre. Reza para que este no sea tu destino. Una vez que termines, regresa a la habitación donde estaba el reloj.

Siéntate en la silla y mira hacia el reloj, no dejes que la motosierra se apague. Los engranajes del reloj caerán, formando una boca llena de dientes de metal dorado. Esta boca se fruncirá hacia ti. Inclínate y bésala. Asegúrate de que tus ojos estén cerrados y que tu beso sea apasionado. Acepta su lengua de porcelana en tu boca como lo harías con un amante. Si no lo haces, esos mismos engranajes te pulverizarán lentamente. No dejes de besar aun si unos brazos te toman de los hombros o si sientes unas piernas de porcelana alrededor de tu cintura. Este es el Portador de Salmacis.

Aparecerá como una muñeca perfecta, un maniquí de correcta anatomía hasta el último centímetro. Todo excepto por un soporte en la parte de abajo. No mires el soporte. Solo préstale atención a sus ojos. 

Sólo el Buscador de Portadores debería haber llegado tan lejos ¿Eres el Buscador?

Dile la verdad, ya que tu castigo será mucho peor si le mientes. Si eres el Buscador, ella empezará a hablar, te contará de su hermana gemela, la Novia y Portador del Buscador. Te contará de sus muchas cirugías, con vívidos detalles de su lenta transformación a una muñeca viviente. De como se le realizó sin anestesia cada corte, cada costura. No la escuches o tu cuerpo será sometido a las mismas cirugías mientras ella las va narrando. En su lugar, debes agacharte y darte golpecitos en la parte interna de los muslos, una vez por segundo, 253 veces. Cuando termines de hacerlo, ella estará en silencio otra vez. Pregúntale entonces: 

¿Cómo puedo llevar nuestra última esperanza?

Ella te sonreirá y estirará, agarrando unas manijas invisibles en el techo. Ella se levantará en el aire, pero sus piernas y cintura no la acompañarán. Ahora debes completar el cuerpo. Coloca en su pelvis el Objeto 18, el Útero de las Pasiones. Coloca sobre el soporte el Objeto 19, el Falo de la Inocencia. Luego descenderá y se volverá a unir. Rápidamente, abrázala y llévala hacia ti, ya que un círculo de hojas afiladas comenzarán a ser disparadas desde el suelo, llevando consigo hilos rojos de tu propia sangre sino consigues hacerlo a tiempo.

No la sueltes. Ignora el dolor punzante en las piernas y el abdomen. Apriétala fuerte. Ignora el chorro de sangre de tu pecho. Si la dejaras ir ahora, este dolor sería tuyo eternamente. Luego deberás dar un paso atrás y dejarla caer al suelo. Le faltarán la pelvis y sus senos, yacerá muerta. El dolor punzante en la zona lumbar y el pecho desaparecerán ¡pero no mires hacia abajo! Si lo hace ahora, una locura más allá del entendimiento te llevarán. Un anillo de seda roja girará alrededor tuyo, apretándote como una cuerda. No entres en pánico. No luches. Cuando parezca que te rebanará, la seda se deslizará a tu alrededor. Te encontrarás de pie ante tres puertas. Dos serán puertas de baños. Uno tendrá una marca extraña.

Entra en la puerta central con la marca. Te encontrarás en un baño, similar a uno de hombres, pero de olor agradable, y con un dispensador de productos de higiene femenina. Entra en uno de los puestos y mira hacia abajo. La pelvis que construiste en el Portador de Salmacis, así como sus pechos, ahora serán tuyos. Familiarízate con su nuevo cuerpo. Cuando hayas terminado, sal del baño y se encontrarás en la recepción de la institución mental.

Su pelvis es el objeto 92 de 538. Con ella, podrás dar a luz al niño de las Pasiones e Inocencia. Si se corrompe con luz u obscuridad depende de ti.



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