sábado, 7 de diciembre de 2019

Luz de Lámpara

Desperté de golpe, a mitad de la noche. A pesar de mi cansancio, no podía volver dormir. Era la cuarta noche esta semana que despertaba inquieto. Mi imaginación había estado muy activa y viendo las sombras, encontraba formas terroríficas en los muebles de mi cuarto. Pero mi miedo se iba al concentrarme en las formas, al darme cuenta que ese fantasma no era mas que una toalla sobre mi ventilador.

Me acostaba viendo la pared, para evitar ver las sombras y al final el cansancio me volvía a vencer. Al despertar me sentía tonto, veía que en verdad no era más que objetos cotidianos que mi mente disfrazaba con las sombras de la noche y les daba formas que solo veía en mis pesadillas.

La última noche desperté cuando todo parecía mas callado. Era el silencio lo que me ponía nervioso, las últimas noches despertaba escuchando algún televisor, el ruido de los autos pasando por la calle. Esta vez no había nada, solo silencio. Un silencio tan intenso que escuchaba mi corazón latir desesperada mente debido al terror que sentía. Quise volver a dormir viendo la pared. Por alguna razón algo se sentía diferente, como cuando te observan. Como cuando se te acercan por la espalda.

Volteaba constantemente para analizar el cuarto. Las mismas sombras de siempre, el mismo montón de ropa fingiendo ser algo más, mi imaginación jugándome otra de sus bromas. Estaba comenzando a asustarme sin haber visto nada. Me asustaba estar rodeado de tanta obscuridad y no distinguir nada en las sombras. Detestaba que bastara tan poco para atemorizarme tanto como lo estaba. Decidí que lo mejor sería encender la lámpara junto a mi cama, eso me calmaría.

No alumbraba demasiado, pero habría la suficiente luz para distinguir las cosas. Cuando estaba apunto de apretar el botón cerré los ojos, tenía miedo de ver algo que no debía estar allí. Para mi sorpresa cuando abrí los ojos no había luz, vi que la lámpara estaba desconectada. Me calmé, casi me reí. Temiendo a la obscuridad como un niño. Me levanté de la cama para conectarla a la corriente.

No alumbraba demasiado, pero hubo la suficiente luz para descubrir que lo que estaba en mi armario no era un abrigo…



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