En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a la pista de carreras más cercana y acércate a alguno de los jinetes, dile que te gustaría ver al caballo sin nombre. Él jinete te mirará con astucia y te llevará a los establos.
A medida que entres, la luz de la puerta irá pereciendo y solo escucharás resonar el sonido de los caballos pisoteando con sus pesuñas. Para este entonces el jinete ya habrá desaparecido y tendrás que continuar solo, atraviesa el establo y deberías ver una escalera que lleva a un desván. Sube por ella.
Mientras subes las escaleras debes procurar contar tus pasos ya que en el peldaño decimotercero, debes correr lo más rápido que puedas. Si no lo haces la escalera se convertirá en polvo y tú junto con ella. En este punto los peldaños inferiores de la escalera ya deben haber sido inundados por la oscuridad, y ésta comenzará a levantarse un nivel a la vez, apresurate a llegar al final de la escalera, ya que si la oscuridad te toca, te arrastrará al sufrimiento por toda la eternidad.
Si logras llegar antes de que esto ocurra, te darás cuenta de que estás en un loft en un entretecho. El jinete que te llevó al establo estará sosteniendo un cronómetro detenido en la cantidad de segundos que te tomó subir la escalera. El te sonreirá con los dientes ennegrecidos, solo puedes hacer una pregunta: "¿Cuánto tiempo durará esto?.
El bufará mientras te contesta: "Demasiado tiempo". Luego te lanzará el cronometro y saltará hacia afuera por la ventana. Una cuerda estará colgando desde el desván al suelo, deslisate hacia abajo y continúa tu camino.
El cronómetro que muestra tu tiempo de finalización es el objeto 242 de 538. Tu tiempo es el único que importa.
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