sábado, 18 de julio de 2020

#388 El Holder de la Dicha

En tu propia casa, en tu propia ciudad; asegura todas las puertas, ventanas o cualquier punto de entrada o salida del lugar, elimina todos los espejos y objetos en los que puedas ver tu reflejo. Comienza a rodear el inmueble siguiendo la pared exterior, si te topas con un lugar de intenso calor vete, no te molestes en entrar a buscar tus pertenencias, ya están perdidas; si en cambio encuentras un lugar frío no dudes en volver a entrar. 

Pregunta en voz alta: "Deseo ver al Portador de la Dicha", es importante que hables claro y con confianza. Si no escuchas una respuesta audible devuelve todo como estaba antes de comenzar, has fallado. El Portador de la dicha no es una gran amenaza para nadie, de todos modos no te recomendaría volver a intentarlo. Si por el contrario te responden "Soy a quién buscas" debes contestar a todo pulmón: "¡Entonces muéstrame el camino!"

Inmediatamente sentirás una sensación extraña.

"...Me golpeó el frío lavado de la anestesia, me barrió una ola que comenzó en la punta de la nariz, corriendo por mi cara hasta llegar a mi cabeza, bajando por mi cuello hasta mi pecho chocando con una cálida explosión dorada en mi estómago y entrepierna, una sensación bendecida más allá del pick del orgasmo y el alivio de las náuseas; mientras cada músculo de mi cuerpo se relajaba y mi cabeza colgaba suavemente en mi hombro, cada sensación se relajaba sin la carga del peso aplastante del dolor que ni siquiera sabía que tuve: la prisa, la ola, la muerte, el cielo, la finalización. Durante horas y horas el gólpe. Sensual ultimátum"

Te despertarás para encontrar todo como estaba el día anterior, los espejos todavía cuelgan y la casa está intacta. Revisa todos los espejos ya que uno estará roto con todos los fragmentos dispersos en el área. Encuentra el fragmento que no muestra tu reflejo.




Este es el objeto N°388 de 538. A partir de este día, los colores parecerán menos vívidos, la comida tendrá un sabor suave e incluso la música más bella parecerá un zumbido sordo. Que nada vuelva a sentir lo mismo.

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