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domingo, 1 de septiembre de 2019

¿Hay alguien ahí?

Los chicos del barrio acostumbraban jugar fútbol frente a una casa abandonada, por eso de las ventanas, jardines dañados o el ruido que a muchos de los vecinos les molestaba. Regularmente los llamaban a dormir antes de las 9, pero aquella noche de sábado los dejaron disfrutar un poco más, pues tenían los vecinos una agradable reunión.

La pelota iba y venía de un patio a otro, de donde la recuperaban sin mayor problema, hasta que entró por la ventana del segundo piso de la sucia casa.

Se disponían a trepar un árbol para ir a buscarla, cuando fue arrojada desde adentro.

—¿Hay alguien ahí? —preguntó Daniel con algo de precaución, a lo que una voz tímida e infantil respondió:

—¡Sí! Y quiero jugar con ustedes.

Después de una rápida plática de niños, decidieron subir a jugar a las escondidas con su nuevo amigo, del cual solo podían ver la sombra asomándose por la ventana.

Contó una de las chicas hasta 100 y todos se ocultaron, pero les fue imposible hallar al niño desconocido antes de que los llamaran a sus hogares. Pasaron varios días sin saber de él, hasta que nuevamente pudieron quedarse tarde y su sombra apareció en la ventana invitándoles a continuar el juego y encontrarlo.

Los chicos se negaron de inmediato, les parecía tedioso tener que buscarlo porque era demasiado bueno para esconderse, así que mejor insistieron en que bajara a jugar fútbol.

El chico se rehusaba en cada ocasión con un tono muy triste.

—¿Por qué no quieres jugar con nosotros?— dijo Daniel.

—Porque no puedo… —respondió el chiquillo con un nudo en la garganta—. ¡Es que los fantasmas no tenemos pies! —agregó, y bajó flotando desde el segundo piso, ante las miradas incrédulas de los chicos, que echaron carrera a sus casas.





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miércoles, 17 de julio de 2019

Ben Drowned

[09/07/2010] Post #01

Ok, necesito vuestra ayuda con esto. Esto no es un copia y pega, es una lectura larga, pero siento como si mi seguridad y mi bienestar estuviesen dependiendo de esto. Tiene que ver con un videojuego, más concretamente, el Majora’s Mask y es la mierda más aterradora que me ha sucedido en toda mi vida.

Habiendo dicho esto, hace poco me mudé a un piso como estudiante de segundo año de la universidad y un amigo mío me regaló su antigua Nintendo 64 para jugar, eso me animó bastante... por así decirlo; finalmente podría jugar a todos aquellos juegos de mi juventud que llevo sin tocar desde hace una década. Su Nintendo 64 venía con un controlador amarillo y una copia del Super Smash Bros. A pesar de que dicen que a caballo regalado no se le miran los dientes, no tardé mucho en aburrirme de jugar contra la máquina todo el rato.

Un fin de semana decidí dar una vuelta con mi coche por varios vecindarios que se encontraban a unos 20 minutos de mi campus, echando un ojo a las ventas de garajes, esperando hacerme con unos buenos juegos y a grandes precios, gracias a unos padres ignorantes. Conseguí una copia de Pokémon Stadium, GoldenEye, F-Zero y otros dos controladores a 2 dólares cada uno. Satisfecho, estaba preparado para abandonar el vecindario pero de repente una última casa llamó mi atención, aún no tengo ni idea de por que me atrajo; no vi coches en ella y solo había una mesa llena de basura pero algo me dijo que tenía que ir. Suelo hacer caso a estas sensaciones, así que salí del coche y un anciano me dio la bienvenida. Su apariencia era inquietante, extraña y si me preguntas por que me inquietaba no sabría realmente señalar nada, pero había algo en él que me hacía permanecer alerta. No lo puedo explicar. Solo os digo que si no llega a ser por la tarde y oyendo a otras personas de fondo, jamás podría haberme acercado a ese hombre.

Me sonrío con la mandíbula torcida cuando le pregunté lo que estaba buscando e inmediatamente me di cuenta de que debía estar ciego de un ojo, el derecho, el cual mantenía una mirada perdida a la distancia. Intenté forzosamente mantener la mirada en su ojo izquierdo, tratando de no ser ofensivo y le pregunté si tenía algún videojuego antiguo.

Cuando ya estaba pensando como podría pedir disculpas de buena manera si me dijera que no tenía ni idea de que era un videojuego, sorprendentemente me dijo que tenía algunos en una caja vieja. Entonces me aseguró que volvería en un instante y se fue hacia el garaje. En cuanto vi como se fue cojeando, no pude evitar darme cuenta de lo que estaba vendiendo. Sobre la mesa había unas, cuanto menos, pinturas bastante... peculiares. Varias obras de arte que parecían manchas de tinta que un psiquiatra te mostraría. Curioso, las miré todas (estaba claro el por qué nadie visitaba este garaje, no eran ni mucho menos una vista muy agradable). Cuando llegué a la última por alguna razón me recordó a Majora's Mask (el mismo cuerpo con forma de corazón y pequeñas estacas hacia fuera). Realmente en mis adentros, pensé que, al haber albergado la esperanza de poder encontrar este juego, alguna cosa freudiana estaba proyectándose a si misma en esas manchas de tinta, pero después de los eventos ocurridos no sabría decirlo. Debí haberle preguntado al hombre sobre ellas. Desearía haberlo hecho...

Después de mirar el dibujo que se parecía a la máscara, volteé hacia arriba y vi como el hombre había vuelto de nuevo como a un brazo de distancia, justo delante de mi, sonriendo. Admito que salté de forma refleja y sonreí nerviosamente cuando él me acercó un cartucho de Nintendo 64. Era un cartucho estándar color gris, excepto que alguien había escrito Majora en él con un marcador permanente negro. Tenía mariposas en mi estómago tan pronto como me di cuenta de la coincidencia y le pregunté cuanto quería por él.

El anciano sonrió y me dijo que podía llevármelo gratis, que había pertenecido a un chico de mi edad que ya no vivía en este sitio. Había algo extraño en como se expresó el anciano, pero realmente no le presté demasiada atención, estaba demasiado contento no solo por haber conseguido el juego sino que además había sido gratis.

Estaba un poco escéptico pensando que este cartucho no tenía ninguna garantía de funcionar, pero el optimismo me inundó cuando pensé que podría ser alguna versión beta o pirateada del mismo y era más que suficiente para poder irme. Agradecí nuevamente al hombre y este me sonrió, despidiéndose de mí con buenos modales, para terminar diciendo "Adiós pues" o al menos eso me pareció. Todo el camino a casa estuve dudando y pensé que el hombre había dicho algo más. Mis pensamientos fueron confirmados cuando arranqué el juego que, para mi sorpresa, funcionaba correctamente y solo había un fichero, llamado simplemente BEN. "Adiós Ben", había dicho "Adiós Ben". Me sentí mal por el hombre, obviamente tenía un nieto y estaba volviéndose senil y por algo le había recordado, de una forma u otra, a su nieto Ben.

Con curiosidad, eché un vistazo al fichero durante largo rato. Puedo decir que Ben había llegado muy lejos. Tenía casi todas las mascaras y 3/4 de los bosses derrotados; vi que utilizó una estatua de búho para guardar el juego, estaba en el día 3 en el Templo de la Torre de Piedra con poco menos de una hora para que la luna se estrellara. Recuerdo haber pensado que era una pena que hubiese llegado tan lejos en el juego, pero nunca lo hubiera acabado. Creé un nuevo archivo llamado Link como era tradición y empecé el juego, preparado para revivir mi infancia.

Para un cartucho con tan mala pinta, estaba impresionado de lo fluido que funcionaba. Literalmente parecía una copia legal del mismo, salvo por algunos problemillas aquí y allá, como algunas texturas donde no deberían estar, algunos flash aleatorios en intervalos cortos, fuera de eso no estaba nada mal. Aun así, la única cosa que era un poco enervante, era que algunas veces los personajes no jugables (o NPCs) me llamaban "Link" y otras veces me llamaban "BEN". Supuse que era un bug, algún fallo de programación derivado de que nuestras partidas se hubiesen mezclado, o algo así. Aquel bug estuvo molestándome un buen rato hasta que, cuando me pasé el Templo del Bosque Catarata, fui a las partidas salvadas y borré el archivo BEN (intentaba preservar este archivo por respeto al dueño original del juego, no es que necesitara dos partidas), esperando que esto resolviera el problema. Lo hizo y a la vez no, ahora los NPCs no me llamaban, donde debía estar mi nombre había un espacio en blanco (el archivo seguía llamándose Link aun así). Frustrado y con deberes por hacer, dejé el juego por un día.

Volví a jugar al juego una noche después, consiguiendo las Lupa de la verdad y completando el Templo del Pico Nevado. En ese momento, algunos de vosotros, jugadores más hardcore de Majora's Mask, conoceréis el glitch de "El cuarto día". Para aquellos que no pueden googlear, hay que esperar a que el reloj este cerca de llegar a 00:00:00 en el día final y hablar con el astrónomo para mirar el telescopio. Si lo hacías en el momento correcto, la cuenta atrás desaparecería y podrías contar con otro día para terminar lo que estuvieras haciendo; decidido a hacer este glitch para terminar el Templo del Pico Nevado, parece que me salió bien en el primer intento, pues el cronómetro de arriba desapareció.

Sin embargo, cuando pulsé B para dejar el telescopio, en vez de recibir las gracias del astrónomo me encontré en la zona donde debía luchar contra el Jefe Majora al final del juego en la arena, mirando fijamente al Skull Kid que flotaba en el aire. No había ningún sonido, solamente estaba él flotando en el aire por encima de mí y la música de fondo normal de la zona seguía siendo inquietante. Inmediatamente mis manos empezaron a sudar, definitivamente esto no era normal, el Skull Kid NUNCA aparecía ahí. Intenté recorrer la zona y no importaba a donde fuera, el Skull Kid seguía moviendo su cabeza, mirándome fijamente sin decir nada. Nada pasaba y estuve así más o menos un minuto. Pensé que el juego estaba buggeado o algo así pero estaba empezando a dudarlo.

Estaba apunto de presionar el botón de Reset cuando un texto apareció en mi pantalla: Puede que no estés seguro de por qué, pero aparentemente tienes una reserva.... Instantáneamente reconocí ese texto, aparece cuando consigues la Llave de la Habitación, por parte de Anju en la Posada del Puchero, pero ¿por qué había aparecido aquí?. Descarté la idea de que era casi como si el juego intentara comunicarse conmigo y empecé a recorrer la habitación de nuevo, comprobando que durante algunos momentos el juego tenía alguna especie de momento en el que me daba la opción de interactuar con alguien, entonces me di cuenta de lo estúpido que parecía, pensar que alguien re-programaría un juego así. Seguro de mí mismo, quince segundos después otro mensaje apareció en la pantalla y era como el anterior, apareció una frase ya existente ¿Ir a la guarida del jefe del templo? Sí/No. Pausé el juego por un momento, pensando en que debería elegir y cómo reaccionaría el juego, cuando me di cuenta de que no podía seleccionar no. Respiré fuerte, presioné , la pantalla se volvió blanca y apareció otro texto que decía El amanecer de un nuevo día y el subtexto ||||||| en él. El lugar a donde fui transportado me llenó del más intenso terror casi paralizante que nunca había experimentado.

La única manera en la que puedo describir como me sentía en ese momento era tener un sentimiento de tristeza en una escala muy profunda. Lo que sentí fue algo inexplicable, era como si una presencia retorcida y poderosa estuviera encima de mí.

Aparecí en una extraña versión crepuscular de Ciudad Reloj, caminé hacia afuera, como normalmente harías cuando empiezas en el primer día, y me di cuenta de que todos los habitantes habían desaparecido. Generalmente, incluso con el glitch del "Cuarto Día" sigues viendo a los guardias y al perro que corre fuera de la torre pero esta vez todos habían desaparecido; habían sido reemplazados y yo tenía el presentimiento de que algo estaba fuera de lugar allí, en el mismo lugar que yo y me vigilaba. Tenía cuatro corazones y el Arco del Héroe pero en este punto ya no me importaba mi avatar, de alguna manera sentía que yo mismo estaba en peligro. Puede que lo más extraño fuera la música, era la canción de curación, retocada del mismo juego, pero tocada al revés. Aquella música no paraba de hacerse más fuerte, haciéndote esperar que algo apareciera de repente delante tuyo, pero no pasaba nada y el bucle constante empezó a dejar huella en mi estado mental.

En todas partes escuchaba de manera tenue la risa del Vendedor de la Máscara Feliz en el fondo, pero era lo suficientemente débil como para que no estuviera seguro de si estaba oyendo cosas y mi determinación me obligó a buscarlo. Busqué y busqué por las cuatro zonas de la Torre del Reloj pero no encontré nada... ni a nadie. Algunas texturas se habían perdido y al Oeste de Ciudad Reloj me hacía caminar en el aire; toda la zona parecía rota, buggeada y sin esperanza de poder ser salvada. Cuando la canción de curación se repitió en la que debió ser su cincuentava vez, recuerdo haber permanecido en mitad de al Sur de Ciudad Reloj, dándome cuenta de que nunca me había sentido tan solo en un videojuego.

sábado, 29 de junio de 2019

La pata de mono - W. W. Jacobs

Título original: The Monkey's Paw.
Fecha de publicación: 1902.
Autor: W. W. Jacobs.

La noche era fría y húmeda, pero en la pequeña sala de Laburnum Villa los postigos estaban cerrados y el fuego ardía vivamente. Padre e hijo jugaban al ajedrez. El primero tenía ideas personales sobre el juego y ponía al rey en tan desesperados e inútiles peligros que provocaba el comentario de la vieja señora que tejía plácidamente junto a la chimenea.

-Oigan el viento -dijo el señor White; había cometido un error fatal y trataba de que su hijo no lo advirtiera.

-Lo oigo -dijo éste moviendo implacablemente la reina-. Jaque.

-No creo que venga esta noche -dijo el padre con la mano sobre el tablero.

-Mate -contestó el hijo.

-Esto es lo malo de vivir tan lejos -vociferó el señor White con imprevista y repentina violencia-. De todos los suburbios, este es el peor. El camino es un pantano. No se qué piensa la gente. Como hay sólo dos casas alquiladas, no les importa.

-No te aflijas, querido -dijo suavemente su mujer-, ganarás la próxima vez.

El señor White alzó la vista y sorprendió una mirada de complicidad entre madre e hijo. Las palabras murieron en sus labios y disimuló un gesto de fastidio.

-Ahí viene -dijo Herbert White al oír el golpe del portón y unos pasos que se acercaban. Su padre se levantó con apresurada hospitalidad y abrió la puerta; le oyeron condolerse con el recién venido.

Luego, entraron. El forastero era un hombre fornido, con los ojos salientes y la cara rojiza.

-El sargento mayor Morris -dijo el señor White, presentándolo. El sargento les dio la mano, aceptó la silla que le ofrecieron y observó con satisfacción que el dueño de casa traía whisky y unos vasos y ponía una pequeña pava de cobre sobre el fuego.

Al tercer vaso, le brillaron los ojos y empezó a hablar. La familia miraba con interés a ese forastero que hablaba de guerras, de epidemias y de pueblos extraños.

-Hace veintiún años -dijo el señor White sonriendo a su mujer y a su hijo-. Cuando se fue era apenas un muchacho. Mírenlo ahora.

-No parece haberle sentado tan mal -dijo la señora White amablemente.

-Me gustaría ir a la India -dijo el señor White-. Sólo para dar un vistazo.

-Mejor quedarse aquí -replicó el sargento moviendo la cabeza. Dejó el vaso y, suspirando levemente, volvió a sacudir la cabeza. -Me gustaría ver los viejos templos y faquires y malabaristas -dijo el señor White-. ¿Qué fue, Morris, lo que usted empezó a contarme los otros días, de una pata de mono o algo por el estilo?

-Nada -contestó el soldado apresuradamente-. Nada que valga la pena oír.

-¿Una pata de mono? -preguntó la señora White.

-Bueno, es lo que se llama magia, tal vez -dijo con desgana el militar.

Sus tres interlocutores lo miraron con avidez. Distraídamente, el forastero llevó la copa vacía a los labios: volvió a dejarla. El dueño de casa la llenó.

-A primera vista, es una patita momificada que no tiene nada de particular -dijo el sargento mostrando algo que sacó del bolsillo. La señora retrocedió, con una mueca. El hijo tomó la pata de mono y la examinó atentamente.

-¿Y qué tiene de extraordinario? -preguntó el señor White quitándosela a su hijo, para mirarla.

-Un viejo faquir le dio poderes mágicos -dijo el sargento mayor-. Un hombre muy santo... Quería demostrar que el destino gobierna la vida de los hombres y que nadie puede oponérsele impunemente. Le dio este poder: Tres hombres pueden pedirle tres deseos.

Habló tan seriamente que los otros sintieron que sus risas desentonaban.

-Y usted, ¿por qué no pide las tres cosas? -preguntó Herbert White.

El sargento lo miró con tolerancia.

-Las he pedido -dijo, y su rostro curtido palideció.

-¿Realmente se cumplieron los tres deseos? -preguntó la señora White.

-Se cumplieron -dijo el sargento.

-¿Y nadie más pidió? -insistió la señora.

-Sí, un hombre. No sé cuáles fueron las dos primeras cosas que pidió; la tercera fue la muerte. Por eso entré en posesión de la pata de mono.

Habló con tanta gravedad que produjo silencio.

-Morris, si obtuvo sus tres deseos, ya no le sirve el talismán -dijo, finalmente, el señor White-. ¿Para qué lo guarda?

El sargento sacudió la cabeza:

-Probablemente he tenido, alguna vez, la idea de venderlo; pero creo que no lo haré. Ya ha causado bastantes desgracias. Además, la gente no quiere comprarlo. Algunos sospechan que es un cuento de hadas; otros quieren probarlo primero y pagarme después.

-Y si a usted le concedieran tres deseos más -dijo el señor White-, ¿los pediría?

-No sé -contestó el otro-. No sé. Tomó la pata de mono, la agitó entre el pulgar y el índice y la tiró al fuego. White la recogió.

-Mejor que se queme -dijo con solemnidad el sargento.

-Si usted no la quiere, Morris, démela.

domingo, 9 de junio de 2019

Mi padre era médico forense

Recuerdo que un amigo mío me decía que los truenos eran nubes colisionando. Él estaba orgulloso cuando me contó esto; también tenía veintiséis años. Es increíble lo que nos podemos creer si lo escuchamos desde una edad muy joven.

Cuando tenía trece, mi papá me dijo que tenía la edad suficiente para ayudarlo. Mi papá trabajaba como forense. Recuerdo las noches en vela durante las semanas previas a mi colaboración. Las pesadillas eran horripilantes, y nunca se detuvieron. Antes, no sabía qué era lo que mi papá hacía exactamente, pero sabía que involucraba cadáveres. Lloré, pero me dijo que ahora era un hombre y que esto era lo que un hombre hacía. Le creí.

Trabajé con él por tres años hasta que cumplí dieciséis y me fui de casa. Decir que me marcó sería un eufemismo, pero hice lo mejor que pude para seguir adelante con mi vida. Y estoy orgulloso de decir que funcionó, no tengo ninguna secuela irreparable por toda esa muerte.

No he visto a mi padre desde entonces, hasta ahora, y estoy en mis treintas. Agaché mi cabeza para observar su cuerpo.

-Sí, es él -le dije al hombre con la bata de laboratorio. Me agradeció y movió la sábana sobre el rostro de mi padre-. Ese es mi papá, sin duda. Él también era un médico forense ¿sabes? -El hombre me ignoró y rellenó su papeleo-. Este lugar es tan callado. ¿Cómo lo mantienen así?

Me vió por encima de su portapapeles, sonriendo.

-Pues… los residentes de aquí no hablan mucho.

-¿Pero y los que siguen vivos? ¿En dónde los dejan?

Me lanzó una mirada extraña.

-Si están vivos, difícilmente pertenecen aquí ¿no te parece? -dijo, alejándose.

Entonces la idea me embistió: no creo que mi papá haya trabajado como forense después de todo








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miércoles, 5 de junio de 2019

La Mujer Maniquí

En junio de 1972, una mujer apareció en el hospital Cedro Senai sin nada más que un vestido blanco cubierto de sangre. Esto no debería ser demasiado sorprendente, la gente a menudo tiene accidentes cerca y viene al hospital más cercano para la asistencia médica. Pero había dos cosas que generaron en la gente un impulso de vomitar o escapar de terror. Lo primero, es que ella no era exactamente un humano. Era algo parecido a un maniquí, pero tenía la destreza y la fluidez de un ser humano normal. Su cara, era tan impecable como los maniquíes, sin cejas ni maquillaje. Lo segundo es que ella tenía algo en su boca, el cual apretaba con sus dientes haciendo brotar pequeños hilos de sangre al mismo tiempo que se podía escuchar el ruido de maullidos desesperados y huesos rompiéndose. Antes de ser ingresada al hospital, la mujer tragó toda la sangre que tenía en su boca, escupió un bolo peludo y sanguinolento al piso y se desmayó.

A partir de ese momento, "ella" fue hospitalizada en un cuarto apartada, en psiquiatría. Los médicos que estaban presentes optaron por sedarla a la espera de que las autoridades llegarán, puesto que no estaban seguros de a quien pertenecía la sangre de su vestido. Antes de ser preparada para la sedación, la mujer se mostraba completamente tranquila, inexpresiva e inmóvil, no se quejó en ningún momento. Todas las personas que intentaron comunicarse con ella obtuvieron la misma respuesta: nada, ella solo los miraba fijamente. La mayoría de los empleados e internos se sentían demasiado incómodos para mirarla directamente por más que unos pocos segundos.

Fue cuando el personal intentó darle el calmante cuando ella finalmente reaccionó... de manera muy violenta. Dos enfermeros que trataron de someterla con cuidado, se dieron cuenta que lo mejor era usar la fuerza. Tuvieron que, cada uno, sostenerla con fuerza por ambos lados de la camilla, a la espera de unas correas para sujetarla.

Ella giró sus ojos impasibles hacia el médico y las enfermeras que estaban presentes e hizo algo insólito, rió. En cuanto lo hizo una de las enfermeras se desmayo, debido a que en la boca de la mujer no habían dientes humanos, sino unas puntas largas y agudas. El personal presente no podía entender que era esa mujer.

 - ¿Qué mierda es usted?

Aquello fue lo último que dijo el médico que, jeringa en mano, se acercó demasiado a la camilla de la mujer. Los dos enfermeros que aún la sostenían, sintieron una fugaz ola de calor en el ambiente, antes de ser empujados y quedar noqueados al chocar con una pared. El estruendo de sus cuerpos al impactar la dura estructura del hospital fue procedido por un silencio atemorizado. La mujer se levantó sobre la camilla como un niño que juguetea antes de dormir y se abalanzó sobre el médico, mordiendo su cuello. Jirones de carne cruda arrancaba la mujer antes de dar otro mordisco al irreconocible cuello que burbujeaba sangre a través de la traquea en un inútil intento del médico de seguir respirando.

El ruido de pesadas botas anticipo la llegada de los guardias seguridad. Las únicas enfermeras que quedaban en ese cuarto estaba abrazadas en un rincón, en completo estado de shock. Buscaron a la mujer maniquí por todo el hospital pero ni siquiera el rastro de sangre que dejo los ayudo a encontrarla, simplemente nadie la vio salir del ala de psiquiatría.

Una de las enfermeras que sobrevivió al incidente dio los últimos detalles que se tienen del caso; esa cosa que parecía una mujer nunca mudó la expresión de su rostro; hacía pausas para "tragar"; cuando escuchó a los guardias llegar, le susurró algo al oído del médico muerto, se puso de pie rígidamente y salió del cuarto caminando. Nunca se supo nada más de la mujer maniquí.






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viernes, 31 de mayo de 2019

¡Shh!...Yo también escuché eso

Era una tarde lluviosa, en donde la única opción de entretenerse era quedarse en casa jugando algún juego de mesa, llenando algún crucigrama, tomando alguna taza de té caliente para el frío o simplemente jugar con muñecas, que era lo que hacía la pequeña Elizabeth. Lo que más le gustaba a nuestra pequeña era darle vida a sus muñecas con entretenidas historias de piratas y de tesoros escondidos y esto sucedía en su habitación, para ella era el lugar perfecto para que sus muñecas se convirtieran en temibles piratas. Y este gusto por inventar historias de piratas se debe a que su madre cada noche para que ella se quede dormida le lee algún cuento sobre aventuras en los mares o simplemente los inventa para que la pequeña pueda dormir.

Esa tarde de lluvia fue extraña se sentía en el ambiente o eso era lo que la mamá sentía, algo extraño, pero ¿Qué era? Elizabeth como niña no sentía la mismo, ya que, para ella solo era una lluvia que la obligaba a mantenerse dentro de la casa a la espera que terminara. Mientras ella jugaba su madre se encontraba en la planta baja de la casa preparando lo que sería la cena que sería especial debido a que los días de lluvia la mamá cocinaba lo que Elizabeth más le gustaba comer que eran panqueques con manjar o con mermelada y un buen tazón de leche.

La chica estaba inmersa en su mundo de piratas, barcos hundidos y tesoros escondidos cuando escucha la dulce y melodiosa voz de su madre que le dice: “¡Baja, la cena está lista!”,” ya bajo” responde la pequeña, comenzó a ordenar sus juguetes ansiosa debido a que abajo la esperaban unos ricos panqueques y lo que sería una tarde perfecta, cuando la niña se disponía a bajar por las escaleras un brazo la rodeó, la tomo y le tapó la boca. Era su madre que le dijo ¡shhh! Yo también escuché eso.






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domingo, 26 de mayo de 2019

Como un cirujano

—Sr. Weston, el doctor está listo para recibirlo. —La enfermera apagó el intercomunicador. 

Aunque Sam estaba muy nervioso, se empezó a reír porque la enfermera le dijo «señor». 

Ese era el nombre de su padre. Era 31 de octubre de 1973, y Sam Weston, de nueve años de edad, estaba en el hospital apunto de someterse a cirugía. Le sacarían las amígdalas. 

Siguió a sus padres al consultorio del doctor en la parte trasera del hospital. 

—Bien, hijo —dijo el doctor—. Ups, lo siento. Me habían dicho que un niño de nueve años llamado Sam venía por una cirugía. Tú eres tan grande como yo. 

Sam rió. 

—¡Solo tengo nueve! —Pensaba que era hilarante que todos en el hospital creyesen que era un adulto. 

El doctor revisó el historial. 

—¡Ah! ¿Una amigdalotomía? ¿Es eso a lo que tus padres me dijeron que le temías? Déjeme aclararle algo, Sr. Weston, una amigdalotomía no es algo de lo que asustarse. Solo dolerá por un segundo. ¿Alguna vez has caído de rodillas? 

Sam asintió. 

—Pues, es tan doloroso como eso. A mí me sacaron las amígdalas cuando tenía tu edad. No hay nada que temer. 

Sam se sentía un poco mejor. 

—Oh, parece que hay un pequeño problema. No tenemos las herramientas necesarias para tu caso. Las cambiamos por herramientas nuevas y mejores, que aún no han llegado. Lo que tendremos que hacer será admitir a Sam por una noche y pedir prestado parte del equipo del hospital en Memphis. Cuando llegue, haremos la cirugía. Probablemente estará dormido cuando la hagamos, así que no sentirá dolor. 

Sam se quedó sentado en silencio mientras sus padres arreglaban todo. Llevaron a Sam a su habitación y ellos partieron a la sala de espera, en donde estarían hasta que la cirugía tuviera lugar. 

Una enfermera ayudó a Sam a acomodarse en la cama y le dio algo de jugo. Sam volteó hacia su derecha y vio a otro niño.

—Hola, soy Sam. Pero puedes llamarme Sammy. 

El niño ni siquiera le dirigió la mirada. 

—Tommy está nervioso. Tiene una cirugía importante mañana —le murmuró la enfermera, al notar su interés—. Le van a amputar su pie —dijo en voz aún más baja. 

—Mi nombre no es Tommy. 

La enfermera lucía triste.

Pasaron unos minutos, Sam estaba pintando en su libro de dibujos. La enfermera se había ido para dejarlo descansar. 

Tommy volteó hacia Sam. Señaló una historieta que Sam tenía al pie de su cama.

—El Hombre Araña es mi favorito.

—¡El mío también! 

Sam trató de lazar una red de telaraña al rostro de Tommy. 

—¿Por qué estás aquí? 

—Amígdalas. 

—Tienes suerte. 

Dicho eso, Tommy se dio la vuelta. 

Pasaron unos minutos más en silencio. Luego Tommy alzó la voz: 

—¿Te gusta dormir? 

A diferencia de la mayoría de los niños, a Sam le encantaba dormir. Pensaba que mientras más rápido se durmiese, más podría jugar al día siguiente. 

—Sí, mi mamá siempre trata de despertarme para que no llegue tarde a la escuela, pero nunca puedo escucharla. Dice que podría dormir incluso durante un terremoto. 

Tommy apagó la luz y regresó a su cama. Sam entendió el gesto.

sábado, 25 de mayo de 2019

Candle Cove

Candle Cove es sin lugar a dudas uno de los creepypastas de culto en nuestra época, existen muchas versiones de esta historia, pero aquí les dejo la primera que leí en los foros.


Se trata de un programa de televisión de los años 70’s enfocado al público infantil que, según los nostálgicos, trataba de piratas y marionetas. En un foro, varias personas recordaban poco a poco la temática del programa. A continuación, pongo la caja de comentarios, traducida al español:


NetNostalgia Forum
Categoría: Televisión (Local)

Skyshale033
Subject: Candle Cove, show infantil local?

¿Alguien recuerda este programa infantil? Se llamaba Candle Cove, y tenía 6 o 7 años cuando salía. No he podido encontrar ninguna referencia sobre este programa, pero creo que salía en los canales nacionales por ahí de 1971 o 1972. Vivía en Iroton en ese entonces. No me acuerdo del canal, pero me acuerdo que salía por ahí de las 4 de la tarde.


mike_painter65
Subject: Re: Candle Cove, show infantil local?

Me parece muy familiar… crecí en las afueras de Ashland y tenía 9 años en el 72. Candle Cove… ¿era de piratas? Me acuerdo de una marioneta pirata en la entrada de una cueva, hablando con una niñita.


Skyshale033
Subject: Re: Candle Cove, show infantil local?

¡SI! ¡De pelos, no estoy loca! Me acuerdo del pirata Percy. Me daba como que miedo. Lucía como que estaba construido de partes de otros muñecos, como de muy bajo presupuesto. Su cabeza era de una muñeca bebe de porcelana, que se veía muy antigua y no combinaba con el cuerpo.

¡No me acuerdo del canal! No creo que fuera en WTSF.


Jaren_2005

Subject: Re: Candle Cove, show infantil local?

Siento revivir este viejo tema, pero se exactamente de qué programa hablas, Skyshale. Creo que Candel Cove salió solo por un par de meses en el 71, no en el 72. Tenía 12, y lo vi algunas veces con mi hermano. Era en el canal 58. Mi mama me dejaba ponerlo después de las noticias. Deja me ver lo que me acuerdo:

El lugar era en Candle Cove, y era de una niñita que se imaginaba a si misma siendo amiga de piratas. El barco pirata se llamaba Laughingstock, y el pirata Percy no era un muy buen pirata, porque se asustaba fácilmente. Y había música constantemente. No me acuerdo del nombre de la niña. Janice o Jade o algo así. Creo que era Janice.


Skyshale033
Subject: Re: Candle Cove, show infantil local?

Gracias Jaren!!! Me llegaron recuerdos cuando mencionaste Laughinstock y el canal 58. Me acuerdo de la proa del barco, tenía una cara sonriente, con la quijada de abajo sumergida. Me acuerdo en especial de cómo era raro cuando cambiaban el modelo de plástico o madera, a la versión de marioneta para que la cara hablara.


mike_painter65
Subject: Candle Cove, show infantil local?

ja ja ya me acorde también. ¿te acuerdas de esto skyshale: “tienes que… ir… ADENTRO.”?


Skyshale033
Subject: Re Candle Cove, show infantil local?

Arrgh mike, me dieron escalofríos al leer eso. Si me acuerdo. Era lo que el barco le decía siempre a Percy cuando tenía que ir a algún lugar tétrico, como a una cueva o un cuarto obscuro donde estuviera un tesoro. Y luego la cámara hacia acercamientos a la cara de Laughinstock pausadamente. TIENES QUE… IR… ADENTRO. Con sus ojos bizcos y su quijada que como que se caía. Ay. Se veía tan real y horrible.

¿Alguien se acuerda del villano? Tenía una cara que era solamente un bigote hecho con un manubrio sobre un montón de dientes delgados


kevin_hart
Subject: Re: Candle Cove, show infantil local?

Yo honestamente, creía que el villano era el pirata Percy. Tenía como 5 años cuando salía este programa. Combustible de pesadillas.


Jaren_2005
Subject: Re Candle Cove, show infantil local?

Ese no era el villano, la marioneta del bigote. Ese era su ayudante, Horacio Horrible. También tenía un monóculo, pero estaba sobre el bigote. Me acuerdo que creía que solo tenía un ojo.
Pero si, el villano era otra marioneta. El roba-pieles. ¡No puedo creer las cosas que nos dejaban ver antes!


kevin_hart
Subject: Re: Candle Cove, show infantil local?

¡Jesucristo!, el roba-pieles. ¿Qué clase de show infantil veíamos? Realmente no podía ver la pantalla cada vez que el roba-pieles aparecía. Simplemente descendía de la nada con sus hilos, era un esqueleto sucio que vestía ese sombrero alto café y una capa. Y sus ojos de vidrio eran demasiado grandes para su cráneo. ¡¡¡Dios santísimo!!!


El Experimento Ruso del Sueño

El siguiente es un relato crudo y desgarrador, traído directamente desde los archivos de Inteligencia rusos:

Investigadores Rusos a finales de los 40´s mantuvieron a 5 personas despiertas por 15 días utilizando un gas estimulante. Los tuvieron encerrados en un ambiente sellado con la finalidad de monitorear cuidadosamente su nivel de oxígeno para que el gas no los matara, ya que este solía ser tóxico en altas concentraciones. Esto ocurrió antes de que existiera el circuito cerrado, por lo que tuvieron que usar micrófonos y vidrios con grosor de 5 pulgadas para vigilarlos. El cuarto estaba lleno de libros, cobijas para dormir -pero ninguna cama-, agua corriente, baño y la suficiente cantidad de comida para que los 5 sobrevivieran por un mes.
Los sujetos de prueba eran prisioneros políticos y de guerra declarados enemigos del estado durante la Segunda Guerra Mundial.

Todo estuvo bien por los primeros 5 días. Los sujetos rara vez se quejaban después de que (falsamente) se les había prometido su libertad si aceptaban tomar parte de la prueba y no dormir por 30 días. Sus conversaciones y actividades fueron monitoreadas y los científicos notaron que conforme pasaba el tiempo, ellos hablaban cada vez más sobre experiencias traumáticas de su pasado.

Después de 5 días más se empezaron a quejar de las circunstancias y eventos que los llevaron a donde estaban y empezaron a demostrar paranoia severa. Dejaron de hablar entre ellos, y comenzaron a murmurar de manera alterna en los micrófonos. De manera extraña, todos parecían creer que podían ganar la confianza de sus captores si traicionaban a sus camaradas. En un principio se creyó que esto era un efecto del gas.


martes, 27 de febrero de 2018

Smile.dog

La primera vez que conocí a Mary E. personalmente fue en el verano de 2007. Su esposo, Terence, con quien ella ha estado casada desde hace quince años, hizo un arreglo conmigo para poder entrevistarla. Inicialmente, Mary estuvo de acuerdo, ya que yo no era ningún periodista, sino un escritor novato que quería obtener información para completar unas tareas de la universidad. Además, yo planeaba escribir algunas obras de ficción si la entrevista terminaba bien. Acordamos que nos veriamos durante un fin de semana en el cual yo esté en Chicago. Sin embargo, Mary se rehusó en el último momento y se encerró en la recámara de su esposo y ella. Durante media hora Terence y yo nos quedamos al frente de la puerta de ese cuarto. Yo escuchaba y tomaba notas mientras que Terence trataba de calmar a su esposa, en vano.

Las cosas que decía Mary tenían poco sentido, pero seguían el patrón que yo estaba esperando: a pesar de que no podía verla, era claro que ella estaba llorando; y sus objeciones de hablar conmigo se centraban en una diatriba incoherente sobre sus sueños, o más bien, sus pesadillas. Terence pidió disculpas cuando finalmente nos rendimos. Aunque yo estaba decepcionado, recordé que yo solo era un joven curioso que buscaba información, no un reportero en busca de una historia. Pensé que de todas formas encontraría otro caso similar si me concentraba en ello.

Mary E. era la encargada de un Bulletin Board System en 1992, el año en el cual ella se encontró con la imagen "smile.jpg"; su vida cambió para siempre. Para entonces, ella estaba casada con Terence por solo cinco meses. Mary era una de las 400 personas quienes vieron la imagen cuando fue publicada como un hipervínculo en el Bulletin Board System, pero ella ha sido la única persona que ha hablado abiertamente sobre la experiencia. Las otras víctimas han permanecido anónimos, o quizás hayan muerto.

En el año 2005, cuando yo estaba en el décimo grado, mi curiosidad por la imagen surgió gracias a mi floreciente interés en fenómenos que ocurrían en la Web. Mary era la víctima más mencionada de lo que a veces se refería como "Smile.dog", la criatura que supuestamente aparecía en la imagen smile.jpg. Lo que obtuvo mi interés (además de los obvios elementos horrorosos de la leyenda cibernética y mi proclividad hacia semejantes cosas) era la escasez de información, llegando al punto de que la gente pensaba que era solo un rumor o una broma.

Lo que encuentro curioso es que a pesar de que el fenómeno se centra en una imagen, esa imagen no se encuentra en ninguna parte del Internet. Claro, habían muchas imitaciones, las cuales aparecían con frecuencia en sitios como el tablón de imágenes 4chan, particularmente en /x/, donde se discute sobre temas paranormales. Se dice que estas imágenes son falsas ya que no tienen el mismo efecto de la auténtica, específicamente el comienzo súbito de una epilepsia y una grave ansiedad.

Esta supuesta reacción en la víctima es una de las razones por las que el misterioso smile.jpg se considera tan despreciable, ya que es evidentemente absurdo. Aunque, dependiendo a quién le preguntes, el hecho de que la gente no quiera admitir la existencia de smile.jpg puede ser debido al miedo, en vez de la incredulidad.

No hay ningún artículo en Wikipedia sobre smile.jpg ni de Smile.dog, a pesar de que el sitio web sí tiene artículos sobre cosas posiblemente más escandalosas (hello.jpg y 2 Girls 1 Cup, como ejemplos). Cualquier página creada que se trate de smile.jpg es rápidamente suprimida por uno de los muchos administradores de la enciclopedia.

Los encuentros la malévola imagen son mitos legendarios en la Web. La historia de Mary E. no es la única; hay varios rumores aún sin verificar que sugieren que smile.jpg apareció durante la iniciación de Usenet. Incluso, hay una historia consistente que dice que en 2002 un hacker llenó los foros de Something Aweful, un sitio web de humor y sátira, con una plaga de imágenes de Smile.dog, causando una epilepsia a la mitad de los usuarios de los foros.

También corre otro rumor que dice que durante los años 90 la imagen fue circulada en Usenet y como un adjunto en una cadena de correos electrónicos que tenían la frase "¡¡SONRÍE!! ¡DIOS TE AMA!" como el asunto de dichos correos.

Aquellos que alegan haber visto a smile.jpg frecuentemente bromean de manera poco convincente de que estaban demasiado ocupados para guardar una copia de la imagen en sus computadoras. Sin embargo, todas las supuestas víctimas ofreces la misma descripción de la foto: una criatura, la cual luce un aspecto similar a la de un perro (específicamente a la de un Husky Siberiano), se encuentra en una habitación oscura, iluminada solo por la luz de la cámara. El único detalle del fondo que se puede ver con claridad es una mano humana, la cual se extiende desde la umbra de la extrema izquierda. La mano está vacía, pero usualmente es descrita como "haciendo un gesto". Obviamente, la atracción mayor es el perro (o la criatura con aspecto de perro, ya que algunas de las víctimas están más seguras de lo que vieron que las demás). La boca del mismo muestra una sonrisa amplia, revelando dos hileras de dientes muy blancos, muy derechos, muy agudos, muy humanos.

Pero claro, esa no es la descripción que dan las víctimas inmediatamente después de ver la imagen, sino una recolección que tienen en la mente, aunque en realidad lo que están experimentando es un ataque epiléptico. Ha sido reportado que estos ataques epilépticos continúan indefinidamente, normalmente ocurriendo mientras la víctima duerme. Esto puede ser tratado con ciertos medicamentos, pero algunos tipos de medicamentos son más efectivos que otros.

Resultaba evidente que Mary E. no estaba usando un medicamento efectivo. Fue por eso que, después de mi visita a su apartamento en 2007, comencé a enviar mensajes a varios grupos de noticias, sitios en la Web y direcciones de correo, todos los cuales trataban con temas de folclore y leyendas urbanas. Lo hacía con el propósito de encontrar a una víctima de smile.jpg quien estuviera un poco más dispuesto a contar sobre sus experiencias. Nunca obtuve respuestas, y terminé olvidándome de ello por completo, ya que había comenzado mi primer año en la universidad y por lo tanto tenía las manos llenas. Sin embargo, mientras yo estaba mirando mi buzón de entrada de correo electrónico, noté que había recibido un mensaje de Mary E. Eso fue durante las primeros días de marzo, en el año 2008.


Para: jml@****.com

De: marye@****.net
Asunto: La entrevista del verano pasado

Saludos, Sr. L.,

Me siento verdaderamente avergonzada sobre mi comportamiento cuando usted intentó entrevistarme. Espero que entienda que de ninguna manera fue su culpa, sino la mía. Me di cuenta luego de que pude manejar la situación más civilmente; y espero que pueda perdonar mi rudeza. Para entonces, tenía miedo.

Verá, he tenido pesadillas sobre Smile.dog todas las noches, durante quince años. Sé que eso debe parecer absurdo, pero es la verdad. Hay algo inefable sobre mis sueños, o más bien mis pesadillas, que las hace más horrorosas que cualquier otro sueño que he tenido. Yo no me muevo. Yo no hablo. Yo solo miro hacia adelante, y lo único que veo es esa vil escena de la foto. Veo esa mano. Y veo a ese "perro". Él me dice algo.

No es un perro, claro, pero en realidad no estoy de lo que es. Me dice que me dejará en paz solo si hago lo que él dice. Él me dice: "Riégalo." Eso es la palabra que usa para comunicar sus deseos. Supe exactamente lo que quiso decir: quiere que yo le enseñe la imagen a alguien.

Al principio no supe cómo él esperaba que lo "regara" sin tener la imagen a mi disposición, pero, a la semana siguiente, recibí un correo con un sobre manila adentro, no decía de qué dirección vino. Adentro del sobre encontré un disquete de 3 pulgadas y media. No era necesario verificar el contenido, yo ya sabía qué había en el disquete.

Consideré mis opciones con cuidado. Se lo podría dar a un desconocido, a un compañero del trabajo, a Terence... Encontraba el simple hecho de pensar en ello repugnante. Además, ¿qué iba a ocurrir después? Si el tal Smile.dog se mantenía fiel a su palabra, yo volvería a dormir en paz. Pero, ¿qué ocurriría se fuera una mentida? ¿Qué se supone que haga entonces? Puede que la situación se empeore si termino cumpliendo las órdenes de esa criatura...

Así que decidí no hacer nada. Durante quince años no hice nada, aunque sí mantuve el disquete oculto. Durante todos esos años, Smile.dog invadía mis sueños para demandar que haga lo que me pidió. Lo ignoré. Ignoré su petición durante estos quince años; ha sido una tortura. La otras víctimas que yo conocía en el Bulletin Board System ya no publicaban nada. Incluso había escuchado que algunos de ellos cometieron suicidio. Los demás se mantenían en silencio, totalmente desaparecidos de la Web. Me preocupo mucho por ellos.

Sinceramente pido sus disculpas, Sr. L., pero cuando usted contactó a mi esposo el verano pasado para la entrevista, yo ya no pude más. Decidí que le iba a entregar a usted el disquete. Ni siquiera me importaba si Smile.dog estaba mintiendo o no, solo quería que todo se terminada. Usted era un desconocida para mí, alguien con quien yo no tenía conexión alguna. Pensé que no me iba a sentir triste si le daba el disquete como parte de su investigación y dejarlo a su suerte.

Sin embargo, antes de que usted llegara a mi hogar, me di cuenta de lo que yo estaba intentando hacer: estaba atentando contra su vida. No pude soportar que yo haya pensado en semejante cosa y todavía no puedo hacerlo. Me siento avergonzada, Sr. L. Espero que este mensaje lo disuada de seguir investigando este caso. Puede que termine encontrándose con alguien más débil que yo; alguien que seguiría las órdenes de Smile.dog sin pensarlo dos veces.

Por favor, detenga su investigación antes de que sea muy tarde.

Sinceramente,
Mary E.

Ese mismo mes, fui contactado por Terence. Él me dio la noticia de que su esposa se había suicidado. Mientras se deshacía de las cosas que ella dejó atrás, como sus cuentas de correo electrónico, encontró el mensaje que ella me había mandado. El hombre estaba destrozado por lo sucedido, él lloraba mientras me decía que siga los consejos que ella me dio. Dijo también que encontró el disquete, y que lo quemó hasta que no quedó nada más que un montón de cenizas apestosas. Pero hubo algo que lo incomodó significativamente: el disquete, mientras se derretía, pareció sisear, como si fuera algún tipo de animal.

Debo admitir que no estuve muy seguro de cómo reaccionar a todo esto. Al principio pensé que quizás esto fue una broma de parte de la pareja, un intento para hacerme enfadar. Sin embargo, logré confirmar la muerte de Mary E. leyendo algunos obituarios de periódicos cibernéticos de Chicago, aunque claro, nunca se mencionó que la muerte fue causado por suicidio en dichos obituarios. Decidí que, por lo menos por un tiempo, cesaría mi investigación del tema, no solo por lo de Mary E., sino porque iban a comenzar mis exámenes finales de la universidad antes de la culminación de mayo.

Mas el mundo tiene muchas formas curiosas de ponernos a prueba. Casi un año después de la desastrosa entrevista con Mary E., recibí otro mensaje:

Para: jml@****.com
De: elzahir82@****.com
Asunto: sonrie

Hola

Encontre tu e-mail en internet tu profile decia ke tu estabas interesado en smiledog. Yo lo vi y no es tan malo como la gente dice te envie una copia. Riegalo.

:)

Esa última palabra me dejó paralizado.

El correo electrónico venía con un archivo adjunto, el cual se llamaba, obviamente, smile.jpg. Consideré descargarlo, lo consideré por mucho tiempo. Lo más probable era que la imagen era una falsa. Y aunque fuera la auténtica, nunca estuve totalmente convencido del poder que supuestamente tenía smile.jpg. Lo que ocurrió con Mary E. me dejó algo asustado, lo admito, pero es probable que ella solo estaba mentalmente insana. Además, ¿cómo va a ser posible que una simple imagen cause una maldición? ¿Qué clase de criatura puede entrar a la mente de alguien usando solo el poder del ojo?

Pero, si es así de evidentemente absurdo, ¿cómo es entonces que la leyenda exista desde un principio?

Si descargo la imagen, si la miro, si lo que decía Mary resultara cierto, si mis sueños terminaran siendo invadidos por Smile.dog, demandando que yo cumpla su voluntad, ¿qué sería de mí? ¿Acabaría viviendo la vida de Mary, resistiendo la tentación hasta la muerte? ¿Me sometería a la voluntad de Smile.dog y "regarlo", con la esperanza de que me deje en paz? Si termino sometiéndome, ¿cómo lo "regaría"? ¿A quién le pasaría la maldición?

Si escribo un artículo sobre smile.jpg, como lo que iba a hacer originalmente, podría poner la imagen en él como evidencia. Cualquiera que lea ese artículo, cualquiera que estuviese interesado en el tema, sería afectado. Pero, asumiendo que la imagen es la auténtica, ¿de verdad pondría todas esas vidas en juego, solo para salvarme a mí?

¿Sería capaz de semejante cosa?

Pues sí, lo soy.




Calificación:


martes, 20 de febrero de 2018

¿Cuál es tu tercer deseo?

Cuenta la leyenda que se podía ver a un anciano muy triste vagando por las calles de una pequeña ciudad en el norte de los Estados Unidos. Hacía mucho que el anciano andaba sin un rumbo, siempre con esa incertidumbre que por momentos tenemos, de no saber lo que vamos a hacer.

Cierta noche, el anciano caminaba por una calle oscura que finalizaba en una encrucijada. Sin rumbo, perdido en el medio de la negrura de la noche que lo rodeaba, comenzó a escuchar una voz, al inició distante e indistinguible, pero que pronto aumentó y daba la impresión de que se estaba acercando. En la penumbra, el anciano logró ver la forma de una mujer, que cantaba sus palabras, y asustadiza se aproximaba en dirección al anciano diciendo, “¿Cuál es tu tercer deseo?”

El viejo, bastante aturdido, hacia un esfuerzo por ver a la mujer. Continuó su camino, pensando que no se dirigía a él. Pero la mujer se volvió, bailando y tarareando las palabras en torno al anciano: “Ahora tu tercer deseo. ¿Cuál es? ”

El hombre, ya enojado, se detuvo. Trató de enfocar su mirada sobre la agitada mujer y preguntó:

“Maldita sea, ¿Qué quieres mujer?”

Ella nuevamente le dijo cantando:

-“Tu tercer deseo.”

-“¿Tercer deseo?” – El viejo estaba confundido – “¿Cómo puedo tener un tercer deseo si no he tenido un primero ni un segundo?”

“Ya has tenido tus dos deseos” – tarareo la mujer- “pero tu segundo deseo fue que yo volviera todo a como era antes de que pidieras tu primer deseo. Es por eso que no recuerdas nada; porque todo es como era antes de cualquier deseo.”

Ella continuó, apresurando al pobre hombre. “Entonces, tienes un deseo restante. ¿Qué vas a pedir?”

“Está bien” – exclamó el anciano – “Yo no creo en esto, pero no hay nada de malo en desear. Yo deseo saber quién soy.”

“Que divertido,” – dijo la mujer mientras cumplía el deseo y desaparecía – . “ese fue tu primer deseo.”

Hoy en día se sabe que aquel anciano cambiaría todo lo que tiene por no saberlo.



Calificación: 

lunes, 19 de febrero de 2018

Los hombres Huecos

I

Somos los hombres huecos
Somos los hombres rellenos
Inclinados unos con otros
La cabeza llena de paja. ¡Pobres!
Nuestras voces secas, cuando
Susurramos juntos
Son suaves y sin sentido
Como el viento sobre el pasto seco
O pies de ratas sobre vidrio roto
En nuestra bodega seca
Figura sin forma, sombra sin color,
Fuerza paralizada, gesto sin movimiento;
Aquellos que han cruzado
con mirada decidida, al otro reino, al de la muerte
Recuérdennos, -si es que lo hacen- no como perdidas
Violentas almas, sino sólo
Como los hombres huecos
Los hombres rellenos.



II

Ojos que no me atrevo a encontrar en sueños
En el reino de los sueños de la muerte
Ellos no aparecen
Allí los ojos son
Luz solar sobre una columna rota
Allí, está un árbol balanceándose
Y las voces son
En el canto del viento
Más distantes y más solemnes
Que una estrella desvaneciéndose.
Déjame estar lejos
En el reino de los sueños de la muerte
Déjame también ponerme,
Tales disfraces deliberados
Saco de rata, piel de cuervo,
Cruces del campo santo
Que se comportan como el viento se comporta
No mas cerca -
Ni siquiera en ese encuentro final
En el reino de las penumbras


III

Esta es la tierra muerta
Esta es tierra de cactus
Aquí las imágenes de piedra
Se levantan, aquí reciben
la súplica de la mano de un hombre muerto
Bajo el parpadeo de una estrella que se desvanece.
Es así
En el otro reino de la muerte
Despertando sólo
A la hora en que estamos
Temblando con ternura
Labios que podrían besar
Componen rezos para piedras rotas.


V

Aquí vamos alrededor del espinoso peral
Espinoso peral espinoso peral
Aquí vamos alrededor del espinoso peral
A las cinco en punto de la mañana .
Entre la idea
Y la realidad
Entre el movimiento
Y el acto
La sombra cae
Porque tuyo es el reino
Entre la concepción
Y la creación
Entre la emoción
Y la respuesta
La sombra cae
La vida es muy larga
Entre el deseo
Y el espasmo
Entre la potencia
Y la existencia
Entre la esencia
Y el descenso
La sombra cae
Pues ligero es el reino
Pues ligero es
La vida es
Pues ligera es la
Así es como el mundo acaba
Así es como el mundo acaba
Así es como el mundo acaba
No con una explosión sino con un lamento.


T.S. Elliot