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sábado, 13 de febrero de 2021

Semyazza y los Grigori

En el libro de Enoc (libro que forma parte de la biblia y de la iglesia ortodoxa etíope pero rechazado por las otras iglesias cristianas) se narra acerca de los “Hijos de Elohim” (Elohim=Señor) que se enamoraron de las mujeres humanas y que por tal acto fueron castigados por Yahweh.

Los ángeles Grigori, que, traducido del griego, sería observadores o vigilantes, fueron un grupo de ángeles que siguieron a su líder Samyazza, en busca del afecto de las mujeres humanas según la mitología judeocristiana. Al parecer Samyazza sintió lujuria al ver a las mujeres y les dijo:

“Temo que no queráis cumplir con esta acción y sea yo el único responsable de un gran pecado"

Pero ellos le respondieron:

"Hagamos todos un juramento y comprometámonos todos bajo un anatema a no retroceder en este proyecto hasta ejecutarlo realmente"

Entonces todos juraron unidos y se comprometieron al respecto los unos con los otros bajo anatema, bajaron hacia Hermón. (Libro de Enoc, 6, 3-5).

Este monte Hermon fue nombrado en muchos parajes de la biblia con diferentes nombres como Senir, Sirión, Monte Baál Hermon o el monte Sion, de ahí sea por amor o lujuria probaron unirse con las mujeres y bestias del campo, de estas uniones salieron los Nephilim, que fueron mitad humanos mitad ángeles los cuales dominaron en los días de Enoc.

Según la biblia, la ira del señor se encendió por todos estos actos pues los Grigori también enseñaron al hombre diferentes clases de artes creativas, entre ellas el arte de la guerra, Azazel fue quien les otorgó este secreto del cielo. Pero según estos libros, lo que realmente enfureció al Señor fue que su espíritu permaneciera con los hombres pues se escribe también en el Génesis 6, 1-4: "No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; pero vivirá ciento veinte años"; los lectores de la biblia entienden que el Señor no estaba de acuerdo que su espíritu permaneciera con el hombre pues así serían más longevos de lo que él deseaba o tal vez serían eternos.

Sea cual fuere el caso, el Señor mandó al ángel Gabriel a castigar a estos ángeles caídos empezando por sus hijos los Nephilim pues no estaba de acuerdo con su increíble longevidad y menciona que los hombres pertenecen a la tierra y los ángeles al cielo y mando desapareceros.

Para Semyazza y los Gregori, por contaminarse con humanos los consideró impuros y declaró que verían a sus hijos perecer para luego ser encadenados durante setenta generaciones en los valles de la tierra hasta el día de su juicio, donde serían enviados al abismo de fuego y encerrados en la prisión eterna. Así terminó este arranque de lujuria, después de la destrucción aparente de los Nephilim, el Señor mandó el diluvio universal, para purgar la tierra y a los humanos corrompidos, al parecer no le resultó bien porque aún se conoció el arte de la guerra y en parajes muchos años después aún fueron visto Nephilim en la biblia véase el ejemplo de Goliat el que peleó contra David.


sábado, 12 de diciembre de 2020

El libro de Azrael

El libro de Azrael es un grimorio o libro prohibido que circuló entre los magos y alquimistas medievales. Se trata de otro libro apócrifo que fatiga la paciencia de los bibliotecarios, quienes jamás han podido hallarlo. No obstante, la leyenda afirma que todos, sin distinción, conoceremos sus páginas. Este libro maldito fue escrito supuestamente por Azrael, el ángel de la muerte en la mitología hebrea.

En ese contexto, la misión de Azrael es conducir a las almas de los muertos hacia el salón divino donde serán rigurosamente juzgadas; tarea que comparten numerosas criaturas mitológicas, por ejemplo, Caronte o los Psicopompos.

La historia de Azrael es elusiva, al igual que su libro. Los musulmanes lo conocen como Abu Yaria; los persas como Mordad, aunque su verdadero nombre proviene del árabe Izrail, que significa "El que ayuda a Dios".

Este título ominoso tiene una razón concreta. Azrael fue el encargado de elegir y llevar el puñado de tierra con el que Dios forjaría a Adán. Por eso se lo conoce como "el ángel de la muerte", justamente por ser el vehículo por el cual lo eterno fue confinado, siquiera momentáneamente, en lo finito.

El libro de Azrael es una especie de pergamino o rollo que contiene los nombres de todos los seres humanos que fueron y todos los que serán. Las almas malditas están marcadas en negro, y las benditas, en luz.

Cuando el día señalado para la muerte de alguien se avecina, un fragmento de El libro de Azrael cae, como una hoja marchita, sobre la falda de Dios. Ése es el momento en el que Azrael nos visita, nos enseña nuestro nombre en el libro, y nos escolta hacia nuestro destino.

Semejante tarea posee un grado de responsabilidad insospechada, ya que, con excepción de Dios, Azrael será la última criatura del universo en morir.

Al igual que Caronte en los mitos griegos, Azrael debe esperar el deceso del último humano, del último ángel, para alcanzar su propia destrucción. Pero la función de Azrael excede a la de un mero acompañante de los muertos. Su nombre, recordemos, "El que ayuda a Dios", le añade otras ocupaciones.

Se dice que Azrael fue el primer ángel en estudiar a fondo la naturaleza de las almas humanas. El resto de los ángeles no entendían la disposición que Dios había diseñado para ellas; y aún más, hasta su llegada, los ángeles solo sabían que las almas de los bondadosos llegaban al cielo, pero desconocían su destino posterior.

Este profundo examen del alma humana le permitió a Azrael ocupar un rol protagónico en la administración y el cumplimiento de los designios divinos. Aprendió a rastrear a las almas extraviadas, algo que ningún otro ángel era capaz de hacer.

¿En dónde se encontraban estas almas perdidas?

Los mitos no dicen mucho al respecto. Solo sabemos que el alma, cuando el peso de su naturaleza humana todavía es demasiado denso como facilitar la ascensión, tiende a descender hacia una región inferior, un sitio abandonado, vacío, un reino de miseria y aislamiento.

Este reino fue el lugar de destino para los Ángeles Caídos, es decir, el infierno, antiguamente conocido como Sheol entre los hebreos.

Allí también perecieron, en número asombroso, Azazel y sus ángeles caídos, junto a los Nephilim, los hijos híbridos de los ángeles y las mujeres humanas que asediaron al mundo durante las Guerras Celestiales.

Las constantes correrías de Azrael despertaron recelos y sospechas infundadas en los ángeles. Nadie entendía por qué Azrael elegía estar lejos del cielo, rastreando almas y desencadenándolas de las regiones inferiores.

En cierto momento se creyó que Azrael rechazaba su sitio en el coro celeste, y que sus constantes salidas escondían propósitos nefastos.

Lo cierto es que Azrael fue puesto a prueba, y por amor a la humanidad abandonó para siempre las comodidades del cielo para continuar su misión. Nunca dejó de adorar a Dios, pero el resto de los ángeles vindican lo contrario. Saben que Azrael está vivo, pero su nombre ya no se pronuncia entre ellos.

Se dice que Azrael y sus ayudantes tienen cuatro misiones concretas:
  1. Dispersar a los demonios para que las almas alcancen su destino.
  2. Cazar las almas que pertenecen al infierno y destruirlas, si es que han logrado escapar
  3. Dirigir a los humanos durante la muerte.
  4. Rastrear a las almas que, pasado un tiempo en el infierno, han obtenido el perdón.
Ahora bien, para que Azrael pueda entrar libremente en el infierno debió negociar una tregua con Satán y sus devotos.

Nadie sabe realmente cuántas almas ha salvado, o cómo las rescata del Infierno, ni siquiera se conoce el sitio a dónde son depositadas, si al cielo, a la reencarnación, o al olvido.

Llegará el día, terrible y cifrado en un pergamino antiquísimo, en el que todos nosotros descubriremos el rostro de Azrael y las regiones ignotas que nos tiene reservadas.



miércoles, 1 de enero de 2020

Ravnos

Si algún clan fuese reconocido por su perverso sentido del humor, sería el Ravnos. Son embaucadores de primer orden, tejiendo ilusiones y mentiras en elaborados planes para separar a los tontos de cualquier cosa que deseen los Ravnos... ya sea riqueza, sangre o incluso la libertad de sus víctimas. Como Mefistófeles, o el Viejo Bribón, los Vástagos usan sus trucos con cualquiera con el que se topen, sea humano o vampiro, y ay de quien no pueda pagar los costes ocultos. Aunque muchos Ravnos se ven como grandes embaucadores, los generalmente benévolos trucos de Cuervo y Coyote no son del todo su estilo. En su lugar, recurren a una tradición de ilusión y engaño heredada de los rakshasas y ghuls del Lejano y Medio Oriente. Tratar o negociar con un Ravnos es muy peligroso. Y estos demonios llevan mucho tiempo dedicados a los trapicheos. Los Ravnos son nómadas de corazón y no se preocupan mucho por conseguir refugios pemanentes o posiciones de poder en una ciudad. Incluso los que han escogido una ciudad determinada tienden a establecerse y abandonar los refugios según su humor. Tomando el cubil que les apetezca, haciendo lo que les dé la gana y marchándose en cuanto se aburran.

Sus hábitos irritan a los príncipes de todo el mundo, resentidos por la falta de respeto de los Ravnos a la Tradición de la Hospitalidad. Pero pocos castigan a los infractores, pues saben que al hacerlo atraerían la hostilidad de todo el clan. Aunque tienen profundos lazos con los gitanos, pocos Ravnos disfrutan de la hospitalidad de sus parientes mortales. Quizá los gitanos conozcan demasiado bien la naturaleza de estos vampiros, y sean reacios a ofrecer su amistad a los no-muertos. Quizá los propios Ravnos alejan a sus familias mortales mediante sus peligrosos trucos. Sea cual sea el motivo, un Ravnos no suele tener aliados a los que recurrir con regularidad. Su encanto puede conseguirle compañeros temporales, y la lealtad de clan puede atraer la ayuda de algunos otros Ravnos en caso de necesidad, pero en última instancia sigue un camino solitario. Naturalmente, los príncipes de muchas ciudades son contrarios a dejar libertad de acción a estos embaucadores en sus ciudades. Los Ravnos tienen un rígido, aunque excéntrico, código de honor, pero es raro que su concepto del mismo coincida con el de otros Vástagos. Un Ravnos puede romper su palabra cuando quiera, e menos que se haya escupido en la palma de la mano y estrechado la de la otra parte en un trato.

Defenderá a ultranza su “buen nombre”... dependiendo de lo que considere una calumnia. Y por lo general acudirá en defensa de un compañero de clan, y viceversa. Los Ravnos pueden aprovecharse unos de otros, pero lo consideran su privilegio, negado a los ajenos al clan. Quizá lo más preocupante de los Ravnos sea que, como clan, se las arreglaron para sobrevivir durante siglos en Asia, donde muchos Vástagos son perseguidos y devorados por los despiadados Catayanos. Ningún otro vampiro sabe cómo lo consiguieron... pero está apareciendo una posible explicación. Hay rumores de ancianos que despiertan, sacudiéndose la tierra de milenios y llevando el caos a las cortes Cainitas. Estos ancianos Ravnos (si los rumores son correctos) han demostrado aterradores poderes místicos, incluyendo un talento para proyectar ilusiones tan poderosas que pueden afectar al mundo físico. Sólo el tiempo puede decir el efecto que tendrá en la Yihad el despertar de estos “reyes demonio”.


miércoles, 30 de octubre de 2019

Lasombra

La Biblia afirma que el primer asesino rechazó la responsabilidad sobre su víctima con una pregunta retórica, “¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?”. Los Lasombra aceptan esa responsabilidad que negó su progenitor. En efecto, ellos son los guardianes de sus hermanos y hermanas. Los Lasombra no son mayordomos, por cuanto no ostentan el poder para beneficio de otros. Tampoco son reyes, pues no necesitan formalidad, título o posición, y en realidad no aceptan límites a su poder en la forma de cualquier tipo de sanción humana o divina.

Los Lasombra son simplemente maestros con derecho sobre todas las cosas en el cielo y en la tierra, lo acepten sus súbditos o no. Esta concepción de sí mismos supone una presión tremenda para los neonatos, sean Sabbat o antitribu. Cargan con una gloria heredada, un estándar de ser sobresalientes en sus actos, porque es lo que sus Sires esperan de ellos.

Pocos chiquillos pueden llegar realmente a conseguirlo. Los antiguos cuentan que en el pasado podían tomarse tiempo para elegir a su progenie e instruirlos individual y convenientemente. Ahora todo se hace con prisas, y en ocasiones se concede el abrazo a una partida de inferior calidad. Un chiquillo Lasombra que sobresalga puede esperar la combinación de ser a la vez valorado y visto con suspicacias, mientras que los chiquillos que demuestran no ser los mejores en sus labores pueden esperar una lucha constante por sobrevivir. Los Lasombra con gusto por las comparaciones irónicas se refieren a veces a los miembros más jóvenes del clan como los nietos Kennedy del Sabbat. No es una mala comparación, ya que los recién llegados intentan encontrar el modo de destacar, sepultados por la sombra del legado de Gratiano y otros fundadores.


miércoles, 23 de octubre de 2019

Seguidores de Set

Los otros vampiros piensan que comprenden a los Seguidores de Set o Setitas. Son los proxenetas y los traficantes, la escoria que satisface los más aspectos depravados más bajos de la naturaleza humana y vampírica. Y existe esa cosa del culto a las serpientes. Los sires advierten a sus chiquillos a que se mantengan alejados de los Setitas y sus tentaciones viles. Y no obstante… los vampiros siguen acudiendo a los Seguidores de Set a pesar de todas estas advertencias. Si otros vampiros comprenden tan bien a los Setitas, ¿cómo es posible que ellos atrapen y “corrompan” a alguien? “Veamos, vendes cada vicio conocido por el hombre, adoras al Dios del Mal egipcio, y dices que deseas ser mi amigo especial. Sí, claro. A otro con ese cuento”. Sin embargo, los Setitas no son el Clan de la Corrupción. Son el Clan de la Serpiente. Reclaman para ellos mismos un símbolo antiguo casi universal de la sabiduría y el poder: a veces benévolo, a menudo peligroso.

Como la serpiente en Edén, los Seguidores de Set incitan a otros Vástagos y al ganado a un terrible conocimiento prohibido. “Conocimiento prohibido”. La frase suena extraña en el amanecer del siglo XXI. La ciencia penetra hasta los más lejanos abismos del tiempo y el espacio, desentraña el átomo y reescribe el código de la vida. ¿Qué conocimiento puede parecer “prohibido” para cualquiera excepto para unos pocos chiflados religiosos reaccionarios? El conocimiento del mundo es lo suficientemente seguro. Los frutos de tal conocimiento no pueden hacer nada peor que matarte, no hay mucho que temer en absoluto. Aprender que deseos y depravaciones terribles acechan tras cada rostro humano, especialmente el propio, esto es el conocimiento ante el cual la mente huye.

Sí, algunos Seguidores de Set vuelven a la gente adicta a las drogas, dirigen prostíbulos y chantajean a sus clientes. Todo el mundo tiene que vivir de algo. Sin embargo, el crimen y el vicio sirven meramente como un cebo tentador, atrayendo a estos clientes de las Serpientes a su mercancía verdadera, el conocimiento del bien y el mal. Especialmente el mal. Entra en la guarida de la serpiente. Adéntrate más allá de los adolescentes de ojos vidriosos con brazos llenos de marcas de agujas, de las mujeres y hombres tan ansiosos por venderte sus favores, de los hombres de negocios y políticos desesperados por una ventaja ante la competencia. Entra en el templo del Dios Oscuro, donde la luz de las antorchas resplandece en el oro y el ónice pulido. No temas. Aquí nada puede dañarte… excepto lo que traigas contigo.


miércoles, 16 de octubre de 2019

Tremere

El régimen interno y la jerarquía van de la mano en el clan Tremere, o eso creen los extraños. Otros vampiros pintan a los Tremere como una cadena de mando unificada que marca el paso con duras reglas, castigos, y dogmas autoritarios. Dada su unidad aparente, los Tremere ciertamente se parecen a una pirámide monolítica. Los Tremere están organizados y tienen una jerarquía, pero no es ni tan rígida ni tan dictatorial como muchos creen. Formada en su origen a partir del ímpetu social de numerosos cultos de Hermes, en los cuales los magos atines se reunían para compartir y proteger sus talentos respectivos, la “pirámide” Tremere es una estructura social, y quizás algo más. La antigua tradición de maestro y aprendiz aún tiene mucho peso, y los antiguos afianzan la lealtad mediante el poder psicológico de los ritos comunales y el vínculo de sangre, especialmente justo después del Abrazo cuando el recluta se agarra a cualquier estructura para lidiar con su nueva condición.

No obstante, pese a la paranoia de otros clanes y las afirmaciones interesadas de antiguos inseguros, los Tremere no tienen grandes y terribles rituales para imponer la sumisión interminable. Los Brujos no mantienen escuadras secretas de asesinos cuyo único propósito es cazar a Tremere renegados. Ninguno excepto los patrones más neuróticos ha establecido códigos de conducta y juramentos de lealtad para someter a toda su progenie a una estricta conformidad en lo que se refiere a los “asuntos Tremere”. En su mayoría al menos... En resumen, la pirámide es una herramienta de supervivencia. Los jóvenes neonatos adquieren un sentido de organización de forma que sepan quién tiene éxito, qué es lo que se espera de ellos y cómo sobrevivir. Los antiguos atormentan a los subordinados con la promesa de recompensas (autoridad adicional, instrucción esotérica, apoyo político) a cambio de servicio fiel, y castigan a los neonatos que no están a la altura de sus expectativas.

Esquemas similares de “palo y zanahoria” motivan a los Vástagos ambiciosos de otros clanes, pero en los Tremere, los antiguos tienen el monopolio de sus secretos, y presentan al menos una apariencia de cooperación. Un neonato Brujah puede aprender los misterios de las Disciplinas o las herejías Nodistas de cualquiera. Un neonato Tremere no puede dirigirse a otros fuera de su clan para mejorar su destreza Taumatúrgica. De este modo, la pirámide promueve la colaboración, extirpa sutilmente a aquellos que rehúsan trabajar bajo las restricciones del clan y proporciona ciaras líneas de autoridad para aquellos que la siguen fanáticamente. Al mismo tiempo es una maraña de puñaladas por la espalda, de individuos traicioneros y sedientos de poder que romperían cualquier regla o traicionarían a cualquier colega por la oportunidad de ascender en la inflexible y añeja estructura.


miércoles, 9 de octubre de 2019

Nosferatu - La Mascarada

Prueba un pequeño experimento: ve a un bosque, lejos de cualquier rastro de la humanidad y mira bajo una roca. Una vez que estés lo bastante lejos del sonido del tráfico y de la visión de las líneas telefónicas, echa un vistazo bajo un tronco, o, incluso mejor, golea a un animal muerto con un palo. Las pocas cosas que encontrarás ocultas tenderán a ir en una de estas dos direcciones: arriba o abajo. Las criaturas desagradables ascenderán hacia la luz, pero las verdaderamente horribles girarán a su alrededor y excavarán profundamente. Revelar la verdad que esconde la sociedad Nosferatu es casi como levantar esa roca. El resto de los vampiros tienen una interpretación muy distorsionada del clan. Han visto que se escurren hasta la superficie, retorciéndose en sus convocatorias, ritae y celebraciones. Han presenciado que emergen de las cloacas para acechar en las sombras de las discotecas más cercanas o en la cámara de audiencia del príncipe.

Sin embargo, los Nosferatu saben que hay muchas abominaciones monstruosas que nunca ascienden a la superficie. Para rastrearlas, tendríamos que distanciarnos de lo que has estado observando hasta ahora... y cavar profundamente. Deja que los otros vampiros jueguen a ser casi humanos. Los Bichos del Sabbat, las Ratas de las Cloacas de la Camarilla, esos tipos hediondos de la esquina; no importa cómo los llames, los Nosferatu se han distanciado de la raza humana tanto como les ha sido posible. Otros vampiros pueden caminar entre los mortales libremente, pretendiendo aferrarse a la sociedad humana, pero los Nosferatu existen más apartados de ellos que cualquier otro clan. Aunque deben disfrazarse ocasionalmente como humanos para sobrevivir, no necesitan emular la cultura humana. En cambio, han cultivado su propia cultura, una totalmente extraña. Se propagan como un hongo a través de las ciudades del mundo y como cualquier otro moho, proliferan mejor donde no pueden verse.

Los Nosferatu existen en dos mundos: el mundo de arriba y el de abajo. En la superficie, otros vampiros intentan involucrarlos en las tradiciones políticas de la Camarilla o en la inmisericorde competición del Sabbat. Bajo tierra, otros Nosferatu consideran su casta como la más fraternal de todos los clanes. Deben trabajar juntos para sobrevivir y por ello, muchos imprimen sus "obligaciones" hacia su clan sobre su propia casta (o, más precisamente, una de las proles de Nosferatu que afirman actuar en beneficio del clan). Existe un precio por el poder de la Sangre de Nosferatu y su "don" de la inmortalidad. Estar atrapado dentro de la apariencia de un monstruo para toda la eternidad es sólo el comienzo. La fealdad de un Nosferatu no es sólo ante la vista; hasta el momento, probablemente no has visto más que el lado atractivo del clan. Puedes contemplar la superficie de su sociedad, si quieres, especulando sobre qué puede ser esas retumbantes y burbujeantes emanaciones que has oído. No obstante, si deseas sumergirte verdaderamente en el papel de uno de estos monstruos, debes apartar a un lado las apariencias y descubrir lo que bulle en el interior de la bestia. Abramos ampliamente al clan (con precisión quirúrgica, si te parece) y contempla lo que puede encontrarse en el interior del Clan Nosferatu.


miércoles, 2 de octubre de 2019

Capadocios

Solo Cappadocius recuerda el tiempo en que se alzaba la ciudad de Enoch, habiéndolo presenciado todo tan claramente como si lo hubiese escrito él. Cappadocius no Abrazó a ningún chiquillo durante las noches del reino de Enoch, ni tampoco en la época de la Segunda Ciudad. Cappadocius no era un solitario como Caín, pues el Abrazo no era una maldición para nuestro fundador. Más bien, le dio la oportunidad de estudiar la cuestión que embruja a los hombres hasta el día de hoy: el misterio de la muerte. Fascinado por las complejidades de la no-vida, Cappadocius consagró sus horas de vigilia a desvelar sus secretos. Aprendió y estudió y experimentó a lo largo de los años, mientras los demás chiquillos de Caín luchaban y quemaban y destruían. Se guardó sus descubrimientos para sí, compartiéndolos a veces con Ventrue y Saulot, pues no quería cargar a otros con el peso de resolver el enigma del corto ciclo de la vida. Muchos Capadocios creen también que el fundador del clan no quería compartir su sabiduría y la mantuvo en secreto.

Cuando el Diluvio cayó sobre la Tierra, el fundador no estaba más cerca de contestar el eterno enigma. Cuando llegó la traición parricida que precipitó la caída de la Segunda Ciudad, Cappadocius se dio cuenta de que la respuesta se le mostraba esquiva porque no comprendía la pregunta. Por lo tanto, Cappadocius decidió crear chiquillos. Huyendo de la ruina de la Segunda Ciudad a su tierra natal, hoy en manos de los turcos seleucidas, Cappadocius Abrazó al primero de su progenie, un simple viajero llamado Caias Koine. Fue entonces cuando Cappadocius tuvo por primera vez sus visiones precognitivas. En ella, nuestro fundador se vio rodeado por un grupo de sus chiquillos, que se lamentaban por la pérdida de algo desconocido.

Compartiendo su sueño con su chiquillo Caias Koine, ambos abordaron aquel nuevo misterio con una pasión que rivalizaba con la de su búsqueda de una respuesta al enigma de la muerte. Cappadocius y Caias crearon a más progenie para que les ayudasen en sus estudios, incluyendo a Japheth y Lazarus, que les consolaron a lo largo de los milenios y les ayudaron a buscar las respuestas que les eludían. Viajaron por todo el mundo, contemplando la ascensión y caída de los reinos, alimentándose cuando lo necesitaban y descubriendo nuevas pistas a cada paso. Cappadocius habló con Zoroastro y Buda, recibiendo más conocimientos de estos profetas en su búsqueda del misterio eterno. Recorrió las tierras de Babilonia con el gran Nebuchadnezzar y vio los Jardines Colgantes. Conversó con Alejandro el Bárbaro e inquirió a Tolomeo. Tuvo largas charlas con Antíoco de Seleucida y con la horda de pensadores griegos. Ninguno le dio las respuestas que necesitaba...


miércoles, 25 de septiembre de 2019

Malkavian

Sigo soñando durante el día. Creía que eso dejaba de suceder... no es que ninguno de los otros haya dicho nada de los sueños, así que tampoco es que tenga nada en lo que sustentar esta asunción, aparte de un poco de sentido común. Por lo menos, creo que es de sentido común. Hace veinte años que estoy muerto. Tendría que haber dejado de soñar. Aunque claro, tampoco es que se pueda decir que "duerma"... que durmamos durante el día. Dormir te restaura. Se supone que al despertar tienes más energía, pero eso no ocurre a menos que...

Ésa es la parte que más me molesta. Cuando se pone el sol, suelo sentirlo. En parte es el regreso de mi fuerza, tanga lo que tenga; sobre todo es debido al hambre. Levantarse con hambre... eso no ha cambiado con el tiempo. Pero incluso cuando me ruge lo que me quede de estómago, me parece que es mejor que despertarse alrededor de la medianoche y no sentir ningún apetito.

Los otros no dejan de decir, al menos cuando piensan que no puedo oírlos, que todos los de mi... familia están locos. Chiflados. Nunca me he tenido por loco, ni cuando estaba vivo, ni cuando me convertí en... esto. Pero es muy difícil estar seguro. ¿Qué ocurre cuando sueño? ¿Estaré despierto en realidad, haciendo cosas que luego no recuerdo? ¿Tendrán razón? ¿Estaré loco?


miércoles, 18 de septiembre de 2019

Tzimisce

Como todos los clanes, los Tzimisce remontan sus orígenes a Enoch, la ciudad que Caín, el Primer Vampiro, construyó. Para aliviar su soledad Abrazó a tres chiquillos, que a su vez se convirtieron en los progenitores de la Tercera Generación de los Vástagos, mejor conocida como los Antediluvianos. Contrariamente a los rumores extendidos por otros clanes, y entre los jóvenes Tzimisce, el Antediluviano del clan de los Demonios no nació en las agrestes tierras de los Cárpatos, sino en Mesopotamia. Como ocurre con los Antediluvianos, el nombre del Progenitor se desconoce y la palabra Tzimisce es sencillamente un nombre conveniente surgido de las nieblas medievales, que significa “La Bestia” o “El Monstruo”, provocado por el temor y la desconfianza de otros vampiros hacia sus extraños congéneres. Monstruos, Demonios, Engendros son apodos frecuentes para los vampiros del Clan, de los cuales muchos miembros se regocijan. Sin embargo, en los primeros tiempos, eran conocidos mediante otros epítetos menos despectivos, como “Escultores” y “Dragones”.

De hecho aún en nuestros días, algunos antiguos orgullosos de su linaje prefieren utilizar el nombre de “Dracul”, que puede interpretarse indistintamente como Dragón o Demonio. Para los Tzimisce, el Dragón en sus diversas formas constituye un símbolo del cambio que tanto aprecian, no tanto por su apariencia sino por su potencial. De todos los Vástagos son sin duda el linaje que mayor influencia ha ejercido sobre la definición de la figura del vampiro: strigoi, moroii, varcolaci, pricolici, oper, vidme, diavoloace y muchos nombres más han sido adoptados por el folclore mortal para describir las depredaciones de los terribles descendientes de Tzimisce. En las leyendas del clan el progenitor Tzimisce recibe a menudo el nombre de El Mayor o el Mas Viejo, para indicar su ascendencia sobre sus descendientes. Sin embargo, algunos eruditos consideran que tal vez podría referirse a que Tzimisce fue Abrazado a una edad muy avanzada, siendo en los cómputos mortales el mayor de los Antediluvianos. Según la mayoría de las fuentes de los historiadores Tzimisce, el progenitor fue Abrazado por Enosh o Ynosh el Sabio, que por aquella época buscaba un medio de liberarse de las caóticas impurezas que creía asociadas a la Bestia de los vampiros y a su frenesí. Si conseguía purificarse, el dominio de la Bestia sobre su alma se debilitaría e incluso podría llegar a desaparecer. Mediante su fuerza de voluntad y un gran esfuerzo Ynosh extrajo las cualidades más caóticas y primordiales de su cuerpo y las escupió en un recipiente mortal, Tzimisce, que por entonces era un mago, vidente y oráculo de cierta reputación. Se desconoce si Tzimisce fue Abrazado por la fuerza o si se sometió al Abrazo voluntariamente. En cualquier caso parece que Ynosh creía que su chiquillo no sobreviviría y que su esencia maldita lo consumiría por completo.

Sin embargo, para su sorpresa, Tzimisce no sólo consiguió sobrevivir sin convertirse en un terrible monstruo, al menos no visiblemente, y el nuevo vampiro no mostraba mayor degeneración ni ferocidad que sus hermanos. Se dice que en un acto de compasión Ynosh permitió vivir a su nuevo chiquillo, pero no es descartable la posibilidad de que tal vez el hijo de Caín hubiera previsto el resultado de su “experimento”. Es posible que los poderes mágicos de Tzimisce le hubieran ayudado a sobrellevar la transformación que previsiblemente iba a causar su destrucción. La mezcla del Don de Caín con el suyo propio le proporcionó una nueva visión y el deseo de Trascender su estado. Pero el experimento de Ynosh también tuvo otra consecuencia inesperada: proporcionó a Tzimisce una naturaleza fluida y el poder de controlar la carne como si fuera arcilla viviente - con un enorme potencial que le daría el sobrenombre de Escultor. El Más Viejo fue uno de los primeros Antediluvianos, aunque a menudo permaneció apartado de sus hermanos, que lo consideraban “extraño”. Algunos incluso murmuraron contra él y sus poderes de hechicero y afirmaron que había pactado con demonios. Pero Tzimisce se despreocupó, concentrado en sus propios estudios y conocimientos y vio lo que el Destino tenía deparado para los vampiros. Los mortales prosperaban y aumentaban en número, mientras que los vampiros se estancaban o degeneraban. Finalmente los mortales gobernarían, obligando a los Cainitas a ocultarse en las sombras.

Era inevitable. Asimismo, con el paso del tiempo, Tzimisce percibió que su sed de sangre aumentaba y la esencia de bestias y mortales ya no saciaba sus apetitos como antes, demandando más y más, y el ansia parecía aumentar década tras década. Finalmente la sangre de los mortales ya no podría sustentarla, y tendría que recurrir a la vitae de los vampiros y si transcurrieran suficientes eones podría incluso llegar a perecer. Con estos pensamientos en mente, el Más Viejo pasó los años meditando en reclusión, cambiando y adaptando formas mortales y legendarias, buscando una forma de liberarse de su sed maldita. Estudió la antigua hechicería, esperando encontrar respuestas pero no conseguía dominar las necesidades de la Bestia, porque aunque podía cambiar de forma no podía cambiar su esencia: la adaptación de los mortales le estaba vedada en su nuevo estado. La búsqueda de Tzimisce lo llevó a distanciarse cada vez más de sus hermanos y hermanas, que sentían cierto temor hacia él, viendo como ignoraba por completo a los mortales que eran simple ganado para su sustento y como podía utilizar la carne, el hueso y las entrañas como el hilo de un telar. En algunas leyendas se cuenta que sus hermanos se aterrorizaron cuando se enfrentó a Nosferatu el vanidoso y retorció su belleza es una tosca parodia que transmitiría a sus descendientes. Otras leyendas dicen que fue Tzimisce quien dio a Arikel su belleza ultraterrenal, pero comúnmente está aceptado que fue Caín quien maldijo a todos los clanes, aunque los Tzimisce consideran al Primer Vampiro inferior al Más Viejo.


miércoles, 11 de septiembre de 2019

Ventrue

La sangre, por sí sola, no hace a un Ventrue. Aunque todos ellos puedan descender del mismo Antediluviano de la tercera generación, esto no convierte automáticamente a un Cainita en un Sangre Azul. Sólo hay que observar como muestra el caso de los despreciados antitribu. 

Ser un auténtico Ventrue implica una forma de pensar, un modo de ver el mundo e incluso un estilo de no-vida. Para ser totalmente del clan, uno debe actuar en su papel. Como miembros de un clan complicado, con apegos a importantes e intrincadas tradiciones, los Ventrue tienen ciertas costumbres y actitudes que les definen. Estos ideales construyen una visión del mundo que muchos de los pertenecientes al clan comparten, e incluso aquellos que van contra los tópicos los reconocen al denigrarlos. Aunque no todos los condenados comparten las creencias, casi todos los miembros del clan las conocen y posiblemente guardan alguna de ellas muy dentro de su corazón.

Incluso cuando alguno está en desacuerdo con alguna posición filosófica en particular, hace la vista gorda, porque estos puntos de vista definen a los Ventrue y dictan su lugar y propósito en la sociedad cainita; la auténtica sociedad, la que ellos guían por fuerza. Como los auténticos líderes entre la tercera y sucesivas generaciones, muchos Ventrue creen que tienen un inmenso motivo, precedente y justificación para dirigir a los demás clanes (si no para gobernarlos abiertamente, en algunos casos). Su razonamiento viene probablemente de la misma fuente que los reyes europeos usaban en su tiempo para establecer y reclamar su poder: el derecho divino. Para abreviar, este razonamiento sería: a través de su enviado, Caín, Dios nos eligió para dirigir a los Cainitas, así que debemos hacerlo. Si Caín no nos hubiese elegido, no estaríamos a cargo de la situación. Las habilidades naturales del clan para dirigir, gobernar o sencillamente controlar a los otros solo sirven para dar credibilidad a su cedo. Caín les creó para dirigir a sus chiquillos, así que esto es lo que deben (no lo que pueden, sino lo que deben) hacer.


miércoles, 4 de septiembre de 2019

Toreador



Me dijeron que vendrías. Me han pedido que te explique algunas cosas. Más particularmente, lo que significa ser lo que somos. Lo que significa ser un Toreador. Mira esta imagen. ¿Hermosa? No, no es una fotografía. Mira más cerca. Lo pinté, estilo puntillista, usando melenas individuales como pinceles. Hay más detalles que en una fotografía promedio, más que en una portada de revista o una pantalla de televisión. Me tomó dos meses. Puedes tenerla si quieres. En términos de técnica, es una obra maestra. Pocos humanos tienen la paciencia para un trabajo tan arduo. Lo he mostrado, y trabajos similares, a humanos que poseen galerías. La mayoría lo descarta como una especie de fraude o truco. Ninguno ha estado particularmente interesado. Puedo venderlos, pero no necesito dinero. Puedo hacer más haciendo retratos de ricos egoístas. Ciertamente toma menos tiempo y esfuerzo.

Artísticamente, es una mierda. He estado haciendo pinturas desde antes de Monet. He intentado y dominado mecánicamente las técnicas del cubismo, el expresionismo abstracto, el surrealismo, el impresionismo, lo que se te ocurra. En cada caso, los desafíos técnicos llamaron mucho mi atención durante años, hasta que me quedé demasiado atrapado con ellos. Entonces, como jarras de vidrio, su significado e importancia se deslizaron en el piso de la eternidad. Aquí está mi mejor pintura. Lo hice cuando, como tú, era un neonato. Es un poco torpe, pero tiene corazón, emoción, intensidad. Conmemora mi primera alimentación descontrolada, la primera vez que perdí el control de la Bestia. ¿Ves al espectador, manchado en los sombreados?. Los ojos y la boca muy abiertos. ¿El horror? Eso solía ser yo. Desde entonces, ha habido muchas muertes, muchas pinturas para recordarlas. La matanza se volvió mucho más brutal a medida que mi "lado oscuro" se hizo más insistente. Las pinturas fueron ejecutadas con mucha más gracia y bulancia.

Y, sin embargo, hay algo vital en este esfuerzo que falta en todo mi trabajo desde entonces. Ese es el último horror en nuestra existencia, ya ves. No es que matamos, o disfrutamos matando, o cualquier otra cháchara. El verdadero horror está más allá del horror inmediato, más allá de la sangre y el frenesí. El verdadero horror es el aburrimiento. Del otro lado del terror hay una aceptación cansada. Ya ves, después de las primeras décadas inmutables, has visto todo. No literalmente, por supuesto. Ves algo que es posiblemente más horrible, o más bello, o más inhumano, o más seráfico. Pero en ese punto, un Cainita ha dado tantas sacudidas y retrocesos que las reacciones están firmemente establecidas. La primera vez que vi a un niño asesinado, fue horrible, me dio náuseas. Traté de detenerlo. Cuando Auschwitz apareció. Para cuando mataron a mil o un millón de niños, no fue un millón de veces más horrible. Fue el mismo horror por millonésima vez, y la repetición de cualquier sufrimiento por un millón de veces comienza a debilitar la sensibilidad. El asesinato se volvió banal.

¿No te preguntas por qué tan pocos de los mejores artistas, pintores y compositores de la historia han sido preservados por los Toreador? Después de todo, somos los grandes archivistas de la expresión humana, ¿verdad? Te contaré un secreto: durante todos nuestros siglos de práctica, no somos mejores que los mortales para reconocer al genio viviente. El tiempo es realmente la prueba de esto. Durante el apogeo de Picasso, se me concedió el derecho de tomar un chiquillo, y en su lugar de eso no tome a nadie. El trabajo de Picasso me pareció caricaturesco y absurdo. Tal vez había pasado demasiado tiempo sin ver la luz del sol. Pero más que eso, había visto tantas modas, escuelas y manifiestos ir y venir. El vaciamiento sensorial del cambio constante puede ahogar incluso algo verdaderamente revolucionario. ¿Cuántas bandas de rock-and-roll son maravillas de un solo golpe? Incluso un grupo terriblemente popular como los Beatles bien podría ser barrido bajo la alfombra de la historia en un centenar de años. ¿Incluso en cincuenta años quién conocerá a George Gershwin? Él se desvanecerá, olvidado. ¿Quién fue el mejor músico de clavicordio de los 1800? Nadie sabe. A nadie le importa. Cien años es mientras puedas existir antes de que tus sentimientos, tu conciencia, se vean abrumados.

No tengo nada nuevo que informar sobre los últimos siglos. Sin una nueva historia que contar, me veo obligado a repetir la misma historia obsoleta pintando la misma impresión pálida, una y otra vez. Mi estilo cambia o mejora, pero la sustancia se erosiona gradualmente bajo una inexorable familiaridad. Algunas noches me hace llorar. Algunas noches me pone enfermo. En la mayoría de las noches, sin embargo, simplemente no puedo sentir nada. Y esa es mi mayor culpa, y la de todo Toreador.



miércoles, 7 de agosto de 2019

Assamita


De los desiertos de Oriente llegan los Assamitas, y llevan con ellos una nube de terror, pues ellos son conocidos en la sociedad vampírica como un clan de asesinos al servicio de cualquiera que pueda pagar su precio. Este precio es la vitae de otros Vástagos; para los Assamitas la diablerie es el mayor sacramento. Los Assamitas tienden a evitar los asuntos de la Camarilla y el Sabbat, trabajando para cualquiera de los dos bandos (o para ambos). Circulan libremente por las ciudades bajo el control de las sectas. Los demás Vástagos los encuentran útiles para asesinar a sus rivales, llevar a cabo cazas de sangre, eliminar a chiquillos indeseables e infiltrarse en las bases de poder de sus rivales. No obstante, es raro que los Assamitas formen verdaderas alianzas con otros vampiros, pues consideran inferiores a los demás Hijos de Caín. Al contrario que los demás clanes, los Assamitas dicen descender no de un vampiro de la Tercera Generación, sino de uno de la Segunda, lo que convierte a todos los demás Vástagos en copias defectuosas. En las noches anteriores a la formación de la Camarilla y el Sabbat, los Assamitas practicaban la diablerie a gran escala, siempre buscando acercarse a “Él”, como llamaban a su mítico fundador.

Tras la Revuelta Anarquista, cuando el Sabbat y la Camarilla se alzaron de las cenizas, muchos poderosos antiguos se sintieron incómodos con los asesinos caníbales que acechaban a los suyos. Recurriendo a los Tremere para que maldijesen la sangre de los Assamitas, la Camarilla puso un yugo sobre el clan que impedía a sus miembros consumir la sangre de otros Vástagos. Incapaces de oponerse al frente unido que representaba la Camarilla, los Assamitas se sometieron a tal indignidad. Los pocos que no aceptaron la maldición se ocultaron y acabaron uniéndose al Sabbat. Quienes tratan habitualmente con los Assamitas han percibido una gran inquietud en el clan. La mayor señal es su reciente liberación del hechizo Tremere. Libre de los grilletes místicos que le impedían dedicarse a la diablerie, el clan ha iniciado otra campaña de asesinatos y canibalismo. Ahora los Assamitas matan sin provocación... y de hecho sin contrato.

El clan en general ha asumido una postura más agresiva. Mientras que antes los Assamitas no aceptaban nuevos contratos sobre una víctima que hubiera evitado sus intentos, el clan puede perseguirla ahora, lo que hace con inusitado fervor. De la misma forma, han dejado de honrar la ancestral costumbre de pagar un diezmo a sus sires. En estas noches de inminente Gehena no hay lugar para los Assamitas perezosos que se duermen sobre los laureles. Pero no se sabe qué es exactamente lo que quieren los Assamitas. Ciertamente, han flexionado sus músculos en los campos físico y político, y agentes encubiertos del clan han salido a la luz en ciudades donde los gobernantes vampíricos se han vuelto fatuos y perezosos. Su presa sobre las ciudades de la India y Oriente Medio es mucho más fuerte de lo que cualquier otro Vástago hubiese supuesto. Los vampiros que antes veían a los Assamitas como funcionarios útiles y honorables (es decir, relativamente impotentes) están ahora aterrorizados por el clan.



miércoles, 24 de julio de 2019

Remiel

Nombre: Remiel
Raza: Ángel
Jerarquía (Hebrea): Arcangel



Remiel proviene del Hebreo ( רעמיאל Ra'mi'el ) y significa "El Trueno de Dios". Es uno de los 7 arcángeles del listado del libro de Enoc, en el cual se le describe como "el encargado de los resucitados" ya que es el quien responde hasta cuando deberán esperar los justos por su recompensa o "Hasta que el número de justos esté completo".


Otros Nombres:
  • Latin: Jeremiel - Yeremiel
  • Etíope:  Iyârumial
  • Sírio: Ramielen

domingo, 7 de julio de 2019

Brujah

Este clan se conforma en su mayoría por "Rebeldes sin causa". Son individualistas, locuaces y turbulentos, sienten mucha afinidad a la idea del cambio social y también albergan en sus filas a algunos de los vampiros más violentos de la camarilla.

Para el resto de los vástagos son considerados poco más que gentuza protestona, pero a decir verdad, hay una pasión genuina en sus polémicas. Los Brujah adoptan causas a las que apoyan con gritos y sentido corrosivo. Algunos siguen a miembros carismáticos del clan, mientras que otros prefieren posiciones de ostentoso y desafiante individualismo. El clan presume de una historia rica en guerreros, poetas y ha adaptado este concepto a la noche moderna; los Brujah siempre estarán encantados de tener una oportunidad de expresar su opinión y después entregarse a un arranque de violencia para ilustrar sus puntos de vista.

El apoyo de este clan al cambio lo mantiene unido, aunque tenuemente en sus cruzadas cotidianas. Si los Brujah tienen un enemigo en común, unen fuerzas aunque sus ideales sean completamente distintos, una vez derrotado el enemigo vuelven resolver sus asuntos internos de forma habitual. Es muy habitual entre sus ideales el concepto de fundar una "Utopía" vampírica, o la recreación de una, la cual creen existió en el pasado, el problema es que cada miembro del clan tiene un concepto distinto de "Utopía".

Los Brujah confían en el comportamiento caótico y la insurrección para sacar adelante sus ideas, y se les permite una cierta libertad de acción que no está permitida en otros clanes, de echo casi se espera que se comporten de una manera incoherente y belicosa ya que este estereotipo actúa en beneficio de muchos elocuentes miembros del clan, que no necesitan recurrir a la violencia para respaldar sus argumentos.

Son respetados por su marcialidad  y su disposición a unirse bajo una bandera, ellos son la fuerza física de la Camarilla, sin embargo últimamente los neonatos de la chusma  ven su papel en la secta como una institución en si mismo lo que causa incomodidad en el clan.

Los demás Vástagos creen que serán los primeros en dejar la camarilla. ellos también.





Belial

"El de las Ganancias Corruptas", también llamado Belhor, Baalial, Beliar, Beliall, Beliel, es un demonio proveniente de la mitología hebrea, que aparece en el Antiguo Testamento. Se considera sus hijos a los hombres impíos.

Era también identificado como el ángel de la confusión, lujuria y deseo, creado después de Lucifer. Paradójicamente, hay quienes lo consideran como el padre de Lucifer y el ángel que lo impulsó a la rebelión contra Yahvé, siendo el primero de los ángeles caídos en ser expulsado.

Desde la Edad Media ha sido considerado un poderoso príncipe de los infiernos, con ocho legiones de demonios a su cargo. Se dice que su aspecto es desagradable y que induce a todo tipo de pecado, especialmente relacionados con el sexo y la lujuria. Se le da el nombre también del "señor de la arrogancia" o "señor de orgullo" (Baal ial).

Se usa también para designar la cualidad o condición de ser inútil, despreciable y no servir para nada. El término bíblico hebreo: beli yá àl se aplica a ideas, palabras y consejos, así como a circunstancias calamitosas y, con más frecuencia, a hombres que no sirven para nada, a hombres de la peor calaña.



Gangrel

De todos los vampiros, los Gangrel son quizá los que están más cerca de su naturaleza interior. Estos nómadas solitarios se burlan de las constricciones de la sociedad, prefiriendo la comodidad de la vida salvaje. No se sabe cómo eluden la ira de los hombres lobo; puede que tenga algo que ver con el hecho de que los propios Gangrel sean cambiaformas. Cuando un mortal habla de un vampiro que se convierte en lobo o murciélago, probablemente habla de un Gangrel. Como los Brujah son feroces guerreros, pero a diferencia de ese clan, la ferocidad Gangrel no surge de la rabia anarquista, sino del instinto animal. Están entre los Vástagos más depredadores, y adoran entregarse a la emoción de la caza. Comprenden profundamente a la Bestia en sus almas, y prefieren pasar las noches en comunión con los animales a los que imitan. De hecho, están tan sintonizados con sus Bestias que tras ceder al frenesí es frecuente que aparezcan rasgos animales en sus cuerpos. El clan como tal tiene poco contacto (o interés) con el resto de la Estirpe,



Esto puede deberse a un deseo de evitar las redes de la Yihad, pero es más probable que sea simple desinterés. Ciertamente, los Gangrel tienen reputación de ser discretos, taciturnos y distantes. Aunque no hay más verdad en esto que en cualquier otro estereotipo, el clan carece de la ostentación propia de los Toreador o Ventrue. Están estrechamente relacionados con los Rom, o gitanos, adoptando gran parte de su cultura y costumbres. Ciertos rumores insinúan que los Rom descienden de hecho del Antediluviano que fundó el clan Gangrel. Por tanto, dicen estas habladurías, cualquier Vástago que dañe o Abrace a un gitano sufrirá la ira del Anciano. Parece obvio que los Ravnos hacen caso omiso de esta mítica prohibición, y ambos clanes se odian desde tiempos inmemoriales.