En cualquier ciudad, en cualquier país, dirígete a alguna pista de caballos o hipódromo al que puedas llegar por tus propios medios. Encuentra el mostrador de apuestas y busca al caballo llamado "El Portador de la Agilidad", si no encuentras un caballo con ese nombre o no encuentras el mesón de apuestas, te recomiendo salir de ahí de inmediato, no querrás estar ahí cuando se enteren de tu presencia. Si ese es el caso no intentes volver por este objeto antes de pasado un mes.
Sin embargo, si encuentras a quien buscas, debes apostar por el preferiblemente una buena suma, aunque no debes preocuparte por el dinero, un trabajador te llevará a un asiendo justo en frente de la pista, cuando te indiquen tu asiento puedes relajarte un rato ya que la prueba aun no ha comenzado.
Puede sentirse como minutos o días, de cualquier manera la carrera comenzará eventualmente. Ahora no hay vuelta atrás, debes aguantar la prueba o sufrir el horrible destino que tantos otros han encontrado antes que tu.
La carrera puede parecer tan corta como cualquier otra, pero se sentirá más larga que cualquier otra experiencia que hayas tenido antes. Comenzará aparentemente normal, pero notarás que los caballos chocan entre sí cada vez más intensamente hasta caerse; Todo esto incrementando en frecuencia y severidad, hasta que el aire se llene de los sonidos de huesos quebrados y carne desmenuzada. No voltees a ver a los demás espectadores, los caballos son orgullosos y no les gustará ser ignorados, de todos modos el publico no es tan humano como cuando llegaste.
Aun con las graves heridas los caballos continuarán corriendo con las piernas destrozadas, sus secciones centrales estarán tan destrozadas que sus entrañas se arrastrarán por la tierra detrás de estos mientras corren. Debes seguir observando la carrera atentamente, ya que el momento en el que deberás actuar ocurrirá en un instante. Observa al caballo al cual apostaste, él se estará destruyendo lentamente hasta parecer más un esqueleto que una criatura viviente, muy pronto pasará en frente de ti y sus cuencas vacías te mirarán lentamente sin detenerse. Párate y grita: "¿Cómo puedo evadirlos?".
El caballo dará otra vuelta a la pista y luego se detendrá cuando esté frente a tu ubicación. Comenzará a explicar la inutilidad de tratar de escapar del propio destino, te contará sobre aquellos que intentaron y fracasaron en re modelar sus destinos. Por horripilantes que sean sus historias debes reprimir tu incomodidad y continuar haciendo contacto con las "cuencas del caballo" que parecen mirarte in expresivamente, además, las bestias esqueléticas de la pista no tienen en alta estima a los débiles de corazón y los tratan con la mayor crueldad.
Cuando al fin termine de narrar su historia, se desintegrará en un destello de llamas, dejando una pezuña, tan pronto como cierres la mano la multitud estallará en frenesí trepando por los asientos y entre ellos mientras pide tu sangre.
Pronto notarás que la posesión de la pezuña parece aumentar tu velocidad y agilidad a niveles mucho mayores, no te vuelvas presumido, tu única chance de escapar de la pista es en la parte superior de las gradas, a través de la turba de atacantes inhumanos y no creas que eres el único que está agudizado en su velocidad y reflejos. Puedes correr y luchar si quieres, pero debes escapar.
Ten en cuenta que la mayoría de los "Objetos" a menudo les han fallado a los demás buscadores en el pasado, pero aquellos diseñados para luchar, funcionan siempre tan bien como cualquier otra arma.
Suponiendo que eres rápido, inteligente, fuerte o simplemente lo sufiecientemente afortunado como para escapar, el casco se oscurecerá lentamente, como si lo carbonizara una llama invisible. Tu velocidad y agilidad en las tareas mundanas seguirá siendo sobrehumana, pero no esperes esta ayuda en la recolección de los próximos objetos. Tu vanidad será tu ruina.
Esa pezuña es el objeto 431 de 538, toda la velocidad del mundo no te salvará cuando se unan.