lunes, 23 de diciembre de 2019

#169 El Holder de la Mortalidad

En una próspera ciudad que ha sobrevivido más de tres siglos en su ubicación actual, alquila una habitación lo más cercana al centro que puedas. Si definitivamente debes tener el objeto de este Portador, ya habrás pedido al gerente del hotel que te lleve con quien se hace llamar "El Portador de la Mortalidad" y si de echo ya lo hiciste, sinceramente te deseo la mejor de las suertes, porque si fallas en obtener este objeto las consecuencias podrían incluso arrastrar a la locura a otros portadores.

Permanece en esa habitación tres días sin entablar contacto verbal con cualquier otro residente del lugar y ni siquiera pienses en irte, no importa cuantos solitarios cadaveres lleguen a roer tu sensible piel. Si en algún momento un llanto de piedad se escapa de tus labios mientras estás en tu prisión voluntaria, puedes hacer lo que desees para evitar tu inminente secuestro y posterior tortura. En este punto tu "Cubierta de piel" ya debe haber desaparecido casi por completo, y los secuaces hambrientos pronto serán liberados de tu propio subconsciente y mientras deambulen por este mundo estarán buscando alimentarse de tu marcada y deseable carne.

Si por algún milagro del ingenio humano logras permanecer en este cuarto por los tres días sin perder el juicio, felicidades, sal de ahí, ahora tienes trabajo que hacer.

El mundo ha sufrido muchos cambios desde que entraste a ese cuarto, verás lo que quiero decir cuando te alejes. Presta atención al comportamiento de la gente que te rodea, por ejemplo, puedes notar que al parecer todos están comiéndose entre ellos. Sin embargo, no pasaría mucho tiempo observando a mis compañeros.

Mantente caminando, tu destino es el centro absoluto de la antigua ciudad, esperemos que el sol brille durante tu viaje, de lo contrario debes cuidar tus pasos, el Portador que estás a punto de conocer tiene muchísimos dedos y el odia que lo pisen.
El centro de la ciudad se distinguirá por dos cosas, primero, el nido de un pájaro en un árbol blanco y delgado ; y segundo, una masa horrible y de aspecto carnoso que se retuerce en el suelo.
No te dejes intimidar por su estatura u olor, ya que la más mínima duda o miedo en tu mente es todo lo que él necesita para descubrir tu presencia y tus motivaciones.

Los pasos restantes deberían ser fáciles si haz llegado tan lejos sin ninguna pizca de miedo en tu ser. Solo acércate a la masa silenciosamente e introduce algo afilado en su suave vientre.

Si no lo has herido tu existencia se convertirá en alguno de los elementos disuasorios para los futuros buscadores, sin embargo, si lo hiciste de la manera correcta, debe salir un líquido amarillento pálido de la herida y estarás libre de peligro en tanto la masa se desinfle encogiendo una forma casi humana.

Ahora es totalmente inofensivo (De todos modos no te recomendaría pisarlo) y debería ser seguro preguntarle: "¿Morirán alguna vez?". Debes escuchar atentamente su respuesta ya que sus labios están cubiertos de capas de arrugada piel. Su respuesta será muy breve, al terminar siéntete libre de buscar entre la masa del Portador, su objeto. Mi último consejo es que cierres la boca y cualquier otro orificio mientras realizas esta tarea. No lo querrás dentro de ti.



El Parásito es el objeto 169 de 538. Mantén lo fuera de tu estómago.





domingo, 22 de diciembre de 2019

Grabaciones Nocturnas

Eran una familia muy feliz, una pareja y dos hijos de 4 y 9 años. Su principal entretenimiento era asistir al circo y muy seguido iban a visitar los distintos shows que llegaban a la ciudad.
Una noche se enteraron de la llegada de un nuevo circo, por lo que el padre decidió llevar a su hijo menor. La noche transcurrió normal, risas y diversión hasta que el cansancio los invadió, a penas llegaron a casa cayeron dormidos sin siquiera cenar.

Al día siguiente los padres fueron a despertar a sus hijos para ir a la escuela, pero al llegar a su habitación , notaron que el más pequeño no estaba. Pensaron que se había ocultado para jugarles una broma, pero después de buscarlo un rato la desesperación comenzó a invadirlos.

Como muchas familias, tenían cámaras de seguridad en su casa, así que comenzaron a revisar las grabaciones nocturnas... entonces encontraron algo espeluznante.
Un payaso había entrado a la casa y secuestrado al menor.

—¡Es el payaso de anoche!— identificó su padre.

El hecho fue denunciado a la policía de inmediato y el menor de los hijos regresó eventualmente, pero nunca se obtuvo una clara respuesta de lo ocurrido esa macabra noche, los hechos quedaron en el olvido lentamente y el niño llegó a los 16 años de edad. El tema se descartó de las conversaciones familiares.

Una noche al rededor de las 2:45 am. un ruido que venía de la sala principal perturbó la casa. Alguién había ingresado y el joven decidió ir a revisar sin despertar a sus padres. Al bajar el chico se encontró de frente con el mismo payaso de su infancia, su cuerpo se heló completamente. Con una risa enfermiza, el payaso se acercó a el mientras desenfundaba un afilado cuchillo de carnicero.

El pintoresco intruso lanzó una puñalada directo al abdomen del joven, haciendo que cayera al suelo bruscamente. La sangre comenzó a correr por la herida y los gritos del adolescente eran horribles. Al escuchar esto los padres bajaron rápidamente a la sala. Al llegar se encontró con horror la imagen de su hijo con el estomago abierto a los pies del descontrolado payaso, quien al notar su presencia la apuñaló reiteradas veces. El padre, quien bajó luego, corrió el mismo destino y en silencio se apagaron las voces de la casa.

Los vecinos reportaron sonidos raros en la casa y contactaron a la policía, los reportes dicen que solo encontraron los cuerpos de la familia brutalmente asesinada, no se encontraron indicios de asesino alguno o el payaso. El caso jamás fue resuelto.




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sábado, 21 de diciembre de 2019

Dulce Navidad

La navidad, la dulce y horrenda navidad, como la detesto. Los padres siempre nos han intentado convencer de que existe un gordo inmundo que te trae regalos y te quiere mucho, pero para mi sólo es un invento para llenar los bolsos de esta inmunda sociedad y tener que soportar la falsa hipocresía de convivir con quien odias.

Desde que tengo uso de razón (3 años) mis padres me han convencido de que tenga que portarme bien para recibir regalos, pero yo nunca he hecho eso, me parece detestable que me obliguen a estar sujetas a códigos morales para que me regalen algo. Así que si, todas las navidades Santa solo me ha traído carbón, pero esta navidad no se saldrá con la suya.

Ahora que tengo 7 años estoy pensando seriamente en como arruinar la navidad este año. Todos los años siempre ha sido lo mismo, mis padres persuadiendome de alguna forma para evitar que me acerque a ese gordo inmundo y el siempre se sale con la suya, pues ya no será así ahora. Es 24 de diciembre y estamos todos felices celebrando, yo aunque lo odie y sé que no recibiré nada, sonrío hipócritamente ocultando mi verdad.

Como siempre los estúpidos de mis tíos y sus parásitos mayores (mis primos) ayudan a convencerme más de que la Navidad es una completa mierda. Resulta que pusieron un pesebre donde estaba el niño Jesús y los otros personajes, yo por supuesto, lo rompí todo. Mi madre me dio una cachetada, me mando a mi cuarto y me dijo que me quedaré sin cenar y sin postre, maldita puta... como sea, no puedo dormir porque siempre tengo insomnio (algo anormal para mi edad) pero gracias a eso estuve pensando fríamente como haré para deshacerme de ese gordo hipócrita.

Pensaba y pensaba hasta que de repente mi pequeño y diminuto cerebro se iluminó:


Cuando entre por la chimenea, donde hay carbón, pondré muchos alambres, cosa de que si el gordo barbudo ese entra por ahí no pueda salir fácilmente. Después gracias a mi agilidad usaré una larga cuerda para atarlo a una silla y que no pueda moverse, de paso uso cloroformo para que se duerma (y una cinta aislante pongo a su boca por si las moscas). Así el encadenado e inmóvil me da la oportunidad de hacer muchas cosas. En primer lugar me hago con el festín de muchos regalos que ese tipo me debía, en segundo lugar juego con la falsa inocencia de ese baboso, le saco el pantalón y le estiro el miembro de una forma dolorosa, hasta que llego a un punto el cual, simplemente decido usar un cuchillo de carnicero y cortárselo.

Veo que el hombre despierta, rayos y encima chilla demasiado el muy cabrón. Decido llevarlo rápidamente al sótano y cerrar la puerta para que nadie se entere. De paso voy cortando varios trozos de su cuerpo de a poco, finalmente cortando su cabeza. Algo de gracioso tenía ese tipo, la cara de horror que expresó por el shock fue algo excitante para mi, se lo merecía realmente. Tener que soportar años de recibir ese asqueroso carbón (lo único que podía hacer con eso era tragármelo), en fin terminado todo esto decidí limpiar toda mi casa y deshacer la escena del crímen.


Con excepción de que dejé ese horroroso rostro por el barrio para que la gente la viera, le puse un adorno adentro de la boca, un lindo carbón. Y como era muy narizón, también aproveché para poner mis lindos mocos ahí (si, tenía reservado mucho).

Con esto puedo concluir que la navidad no fue tan mala como lo esperaba, al final tuve lo que merecía, vengarme de ese viejo gordo hipócrita.


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viernes, 20 de diciembre de 2019

El hotel maldito

Corría el año de 1820, cuando se construyó un cementerio en un pueblo pequeño, ubicado al norte de México. En 1822 sin embargo, se optó por instalar un hotel sobre el terreno del camposanto. Los lugareños, molestos por esta falta de respeto, tomaron las armas para destruir el hotel e impedir que continuara interrumpiendo el descanso de sus difuntos. Más todo fue en vano. La rebelión se alargó por dos meses y de las ochocientas personas que peleaban, doscientos inocentes perdieron la vida.

Fue entonces cuando el gobernador del pueblo llegó a vivir con su familia dentro del lujoso sitio. Poco después empezó a sufrir extrañas pesadillas, en los que veía como la gente lloraba, agonizaba y era lastimada. En varias veces se vio a si mismo siendo torturado con un alambre de púas. Lo más raro era que al despertar, estaba lleno de heridas poco profundas pero perfectamente visibles.

Ningún médico le sabía dar explicación a dichos ataques paranormales, lo único que podían hacer era curarle las heridas. Pero los sueños siguieron y el alcalde estaba cada vez más asustado. Tanto fue el terror que se apoderó de él, que un día no lo soportó más. Asesinó a su mujer y a sus dos hijas, y acto seguido se quitó la vida.

Fueron sus guardaespaldas quienes encontraron su cuerpo inerte en su habitación, colgando desde una viga del techo con una soga áspera. Tenía la camisa desgarrada y los cortes en su piel estaban en carne viva, aun más grotescos que antes. En las habitaciones restantes hallaron a su esposa, degollada como a un animal, y a sus hijas apuñaladas.

Pero lo más escalofriante fue la nota que el gobernador dejó en su oficina, un mensaje en el que había escrito lo siguiente:

¡No quería hacerlo! Ellos me han obligado.

Al día siguiente se desató un incendio en el hotel que prácticamente lo redujo a escombros. De las veinte personas que conformaban el personal, solo dos sobrevivieron del siniestro, con terribles secuelas mentales. Afirmaban que habían visto cuerpos de desconocidos sin rostro, y siluetas oscuras que bailaban entre las llamas del fuego. Tan un solo par de días después de haber declarado ante la policía, ambas murieron y los doctores descubrieron con sorpresa, que les habían aparecido enormes heridas en la espalda.

Desde entonces, son pocos los que se atreven a acercarse al hotel en ruinas cuando se hace de noche. La gente del pueblo cuenta que, en el interior de la única habitación que quedó en pie, a veces se ve el cuerpo de un hombre colgando, así como dos niñas que ríen y juegan, y una mujer arrodillada en el suelo, que no para de llorar.

Los lugareños también han olido los sollozos de las niñas y su madre, gritos tenebrosos y cadenas que se arrastran por el suelo. Se cuenta que cada persona que ha tratado de ir a investigar, es hallada muerta a los dos días, con heridas en la piel y los pulmones perforados.



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jueves, 19 de diciembre de 2019

#044 El Holder de la Guerra

En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier institución mental o centro de rehabilitación donde pueda llegar por ti mismo. Mira hacia el techo con indiferencia mientras caminas hacia la recepción y con una voz distante e indiferente pide visitar a aquel que se hace llamar "el portador de la guerra". Recibirás un ligero golpe en el hombro; ahora es seguro mirar hacia abajo. El asistente te sonreirá cortésmente y comenzará a caminar, dando un discurso que suena casi mecánico mientras describe la historia de la institución. No reacciones a su discurso: será increíblemente sangriento y estará lleno de descripciones bastante gráficas, pero reaccionar en este punto significaría un viaje de ida al infierno.

Después de un tiempo de caminata, llegarán a una puerta hecha de caoba y labrada en oro. Detente frente a ella. Mantén una expresión aburrida en tu rostro, no reacciones cuando el trabajador te agarre de la ropa, o cambiará su agarre y te quedarás sin cabeza.

El empleado te empujará para que pases, escucharás como, de golpe, se cierra la puerta detrás de ti. Estás en lo que podría haber sido tierra de cultivo fértil, pero ahora es un campo de batalla devastado. Hay soldados vestidos de dos colores, un blanco horriblemente brillante, pero de alguna manera manchado, blanco y un negro asqueroso y repugnante, luchan de la manera más horrible posible, luchando con rifles, cañones, espadas, arcos, todas las armas de guerra que han existido desde el amanecer del tiempo.

No te alejes de este campo de batalla, o los soldados te notarán, dejarán de pelear entre ellos y se volverán contra ti con un odio voraz, eres lo que más odian y envidian, y en sus mentes enloquecidas por la batalla, eres la causa de todo su derramamiento de sangre.

Además, no intentes volver por la puerta. Ha caído en el barro, empujado por un soldado de infantería que grita empuñando un rifle con bayoneta. Si dejas que te venza, te hará pedazos en segundos, pero de alguna manera no logrará matarte. El dolor de la experiencia indudablemente volverá loco lo que queda de tu mente.

En cambio, deja caer tu expresión aburrida y pon una expresión sombría y determinada en tu cara. Camina con pasos medidos, estilo militar, en línea recta hasta que veas una estructura de tres pisos de concreto arruinado que alguna vez pudo haber sido un búnker de comando. No te des la vuelta mientras lo haces, ni te detengas o cambies el rumbo; o los tanques te derribarán.

Una vez que hayas ingresado al búnker, no le prestes atención a nadie que intente hablar contigo, sin importar cuán desesperados parezcan. Cada uno piensa que eres su enemigo, y en el momento en que respondas, serás recompensado con un cuchillo en la cara. En su lugar, sube directamente la escalera frente a ti, hasta el segundo nivel del búnker. A medida que subes las escaleras, se escuchará un choque detrás de ti, esa es la puerta del fuego que se sella ante el ataque de llamas que derriten el metal de las paredes del primer piso.

En el segundo nivel, solo hay un hombre, sentado en un escritorio, gritando en un teléfono. Las escaleras al tercer nivel son una masa de hormigón retorcido. El hombre en el escritorio usa las estrellas de un general, pero no parece darse cuenta de nada que no sea el teléfono, así como que todos los que están en el nivel, están muertos.

Camina hacia él, saluda, y con tu mejor voz militar, grita ¡SIR!. Él se moverá rápidamente para mirarte. Si cree que no eres digno de su ejército, te desmantelará lentamente con sus manos y te unirás a él en la muerte. Si piensa que eres digno, él asentirá y te mirará fijamente. No le gustan los holgazanes, así que hazle la pregunta rápidamente. Lo único que responderá es: 

¿A dónde voy, señor?

Él te lo dirá. Te lo dirá con tanto detalle, con unos detalles tan horribles, que estarás tentado a estrangularlo. No lo hagas: es un luchador mucho más experimentado de lo que podrías llegar ser, y si rompes el saludo, te encontrarás con una muerte extremadamente cruel. Cuando termine, te agradecerá y te entregará su pistola. Será su forma de devolver el saludo. Tome el arma con su funda.

Una explosión de repente diezmará la pared del fondo y atomizará al general. A través del agujero verás, en el horizonte, la forma larga y delgada de un misil que se eleva.

Cierra los ojos con fuerza y no los abras por nada. Los sonidos de una horrible batalla se desvanecerán hasta que, fuera del silencio, suene un solo disparo. Abre tus ojos.

Estás de pie en medio de un campo de trigo ondeando. De alguna manera, sabes que aquí es donde tendrá lugar la horrible batalla que atravesaste. Y también sabes, de alguna manera, que estarás en el lugar del general.

La pistola que te entregó es el Objeto 44 de 538. Aprende a usarla, le queda una ronda completa de balas. Si disparas el último tiro en el momento adecuado, evitarás el destino del general. Si no, te unirás a él.