lunes, 27 de julio de 2020

#066 El Holder de la Codicia

En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier institución mental o centro de rehabilitación donde puedas llegar por ti mismo. Dirígete a la recepción y pide visitar a aquel que se hace llamar "el portador de la codicia". Si te llega una mirada de hambre voraz, huye de la institución, si no lo haces, serás comido vivo de la manera más dolorosa posible. Sin embargo, si una mirada de cansancio se apodera de ellos, te llevarán a una celda, por un corredor que antes no estaba allí. Las paredes estarán hechas de oro y plata fina, pero no toques nada, para que no te devoren el alma.

Mientras caminas, si en cualquier momento escuchas el sonido de las monedas tintineando, detente y grita rápidamente: "¡Todo lo que brilla no es oro!" Si continúa, estás condenado por toda la eternidad, y no tiene sentido correr. Sin embargo, si se detiene el ruido, continua.

Eventualmente, llegarás a una puerta dorada. El empleado la abrirá para ambos y cerrará los ojos al entrar. Cuando pases el umbral, la puerta se cerrará detrás de ti. Dentro habrá un palacio exquisito, hecho de marfil, oro y de maravillas que ningún mortal sería capaz de construir o concebir. No te quedes demasiado tiempo, si lo haces, el mundo se abrirá debajo de ti y estarás eternamente atrapado en un mundo de inmundicia y miseria.

Si continúas, el palacio a tu alrededor goteará lenta y progresivamente cada vez más sangre, hasta que un torrente de sangre comience a llover sobre ti. Continúa, y nunca mires hacia atrás, y no te detengas. Con el tiempo, la sangre se detendrá y estarás en una habitación llena de lingotes de oro y tesoros. Sentado en un trono de platino habrá un cadáver, que responderá a una sola pregunta:

¿Por qué desean?

Se pondrá de pie y comenzará a contar cada deseo, cada anhelo, cada robo. Si logras mantener la cordura, el cadáver se moverá hacia el tesoro cuando termine su historia. Sin embargo, no tomes nada del oro o del tesoro. En cambio, busca una pequeña moneda de cobre, inscrita en un idioma desconocido. En cuanto lo toques, volverás a la institución, como si nada hubiera pasado, con la moneda en la mano.

Esa moneda es el Objeto 66 de 538. No vale nada y todo.


domingo, 26 de julio de 2020

SONIC.EXE

Soy un gran fan de Sonic el erizo al igual que de todos los demás, me gustan los juegos más nuevos, pero no me importa jugar los clásicos. No creo haber jugado juegos con errores o hackeados antes, aunque yo no creo que quiera jugar a cualquiera después de la experiencia que tuve…

Todo comenzó en una tarde de verano, estaba jugando Sonic Unleashed hasta que noté, por mi visión periférica, que el cartero había llegado, había puesto algo en mi buzón como de costumbre y se había ido. Detuve mi juego para ir a ver lo que tenía en el correo… La única cosa en el buzón era una caja de CD para ordenador y una nota. Revisé su contenido.

Miré a la primera nota y me di cuenta de que era de mi querido amigo Kyle, de quien no había tenido noticias desde hacía 2 semanas. Lo sé porque reconocí su letra, a pesar de todo, lo que me extrañaba era cómo se veía, parecía mal escrito, áspero y algo difícil de leer, como si Kyle estuviese teniendo dificultades para escribirlo y lo hiciera a toda prisa.

Esto es lo que escribió…

“Tom,

No puedo soportarlo más, tuve que deshacerme de esta cosa de alguna manera antes de que fuera demasiado tarde, y yo estaba esperando que lo hicieras por mí. No puedo hacerlo, él me persigue, y si no destruyes este CD, él va a venir en pos de ti también, es demasiado rápido para mí…

Por favor, Tom, destruye este disco olvidado de Dios antes que venga después por ti también, ya es demasiado tarde para mí.

Destruye el disco, solo hazlo, pero que sea rápido, de lo contrario van a ocurrir catástrofes. Ni siquiera juegues el juego, que es lo él que quiere, simplemente destrúyelo.

Por favor…

Kyle”.

Bueno, eso fue ciertamente raro. A pesar de que Kyle era mi mejor amigo y no lo había visto en 2 semanas, no hice lo que me pidió. No pensé que un simple disco de juego le pudiera hacer daño, después de todo era solamente un juego, ¿verdad? Vaya que me equivoqué en eso…

De cualquier manera, miré el disco y se parecía a cualquier disco CD-R común y corriente de ordenador, excepto que tenía escrito en marcador negro las palabras SONIC.EXE, y era muy a diferente a la escritura de Kyle, lo que significaba que debió de haberlo conseguido de otra persona, como una casa de empeño o por eBay. Cuando vi SONIC en la escritura del CD, me emocioné y realmente me entraron ganas de jugarlo, ya que soy un fan de Sonic.

Subí a mi habitación y encendí mi ordenador, puse el disco en e instalé el juego. Cuando la pantalla del título apareció me di cuenta de que era uno de los primeros juegos de Sonic, estaba así como “¡Genial!” porque, como dije antes, me gustaban también los clásicos. La primera cosa que observé diferente fue cuando apreté empezar, fue una fracción de segundo en la que vi cómo la imagen del título se convirtió en algo muy diferente, algo que ahora considero horrible, antes de cortar en negro.

Me acuerdo perfectamente de la imagen que apareció en aquella fracción de segundo, el cielo se había oscurecido, el emblema del título estaba oxidado y arruinado, el 1991 de SEGA fue reemplazado por un 666, y el agua se había vuelto roja, como la sangre, excepto que parecía hiper-realista.

Pero la cosa más espeluznante fue Sonic, sus ojos eran de tono oscuro y sangriento con dos puntos brillantes rojos mirándome, y su sonrisa se había extendido mucho más de lo que debía, hasta el borde de la cara. Me molesté bastante cuando vi esa imagen, aunque me di cuenta de que era sólo un problema técnico y lo ignoré. Después de cortar en negro la imagen se mantuvo así durante unos 10 segundos más o menos. Y luego otra cosa extraña sucedió, apareció la selección de guardar archivos de Sonic the Hedgehog 3, y yo estaba como “¿WTF? ¿Qué está haciendo eso en el primer juego de Sonic?”, de todos modos, el fondo era el oscuro cielo nublado del nivel Stardust Speedway Bad de Sonic CD, y sólo había tres archivos para seleccionar. La música era esa espeluznante de Caverns of Winter de Earthbound, sólo que había sido ampliada y parecía haber sido invertida. Y la imagen de los archivos de guardado, donde debía verse una vista previa del nivel, solo había una estática roja para los tres archivos.

Lo que más me asustó fue la selección de personajes, esta mostraba solo a Tails, Knuckles y, para mi sorpresa, ¡el Dr. Robotnik! Ahora estaba seguro de que algo estaba pasando, quiero decir, ¿cómo se podía jugar como Robotnik en un juego clásico de Sonic, por el amor de Dios?

Fue entonces cuando me di cuenta de que esto no era un juego glitchy, sino que se trataba de un juego hackeado.

Sí, sin duda se veía hackeado, fue realmente espeluznante, pero como jugador inteligente, no tenía miedo (o por lo menos intenté no tenerlo), me dije que era sólo un juego hackeado y que no tenía nada malo. A pesar de todo, con una sensación terrible escogí el primer archivo y elegí a Tails y cuando lo seleccioné el juego se congeló durante unos 5 segundos. Oí una risa escalofriante pixelada que sonaba muy parecida a la del tipo Kefka de Final Fantasy antes de pasar a negro.

La pantalla permaneció en negro durante unos 10 segundos o más, luego mostró el título típico del nivel, excepto que las formas simples ahora eran de diferentes tonos de rojo y el texto sólo mostraba “HILL, ACT 1″. La pantalla se desvaneció y el título desapareció revelando a Tails en Green Hill Zone de Sonic 1, aunque la música era diferente, sonaba como una melodía pacífica invertida. Después de todo, empecé a jugar e hice que Tails empezara a correr como lo haría en cualquiera de los juegos clásicos de Sonic, lo extraño fue que mientras Tails corría por el nivel no había nada más que un terreno plano y unos cuantos árboles durante 5 minutos, eso fue cuando la música comenzó a bajar en tonos lentos y profundos muy lentamente a medida que seguía adelante.

De repente vi algo y me detuve para ver lo que era, era uno de los pequeños animales que yacía muertos en el suelo sangrando (fue entonces cuando la música comenzó a disminuir), Tails tenía una expresión de asombro y tristeza en su rostro que nunca había visto, así que tuve que hacerlo avanzar, pero mantuvo esa mirada de preocupación en su rostro. Mientras seguía avanzando vi a más animales muertos y cuando Tails pasaba junto a ellos parecía cada vez más preocupado a medida que la música seguía bajando de tono, me sorprendí al ver la forma en la que murieron todos, se veían como si alguien los hubiera asesinado de espantosas maneras, con sadismo: una ardilla fue ahorcada en un árbol con lo que parecían ser sus entrañas colgando, un conejo tenía sus cuatro extremidades arrancadas y un pato tenía los ojos arrancados y la garganta cortada. Me sentí mal del estómago cuando vi esta masacre y al parecer Tails también. Después de unos segundos más, no había más animales y la música parecía haberse detenido, pero Tails seguía avanzando.

Después de que pasara un minuto desde que la música se hubiera detenido, Tails estaba corriendo por una colina y luego se detuvo, no fue hasta que vi por qué: Sonic estaba allí, al otro lado de la pantalla con la espalda contra Tails con los ojos cerrados. Tails se veía feliz de ver a Sonic, pero luego su sonrisa se desvaneció, obviamente notando que Sonic no le respondía, sino que actuaba como si fuera totalmente inconsciente de la presencia de Tails. Tails caminó lentamente hacia Sonic, y me di cuenta de que ni siquiera estaba tocando las flechas del teclado para hacer que se moviera, por lo que este tuvo que haber sido una escena de corte.

De repente empecé a tener una sensación de creciente temor cuando Tails se acercó a Sonic para llamar su atención, sentí que Tails estaba en peligro y que algo malo iba a suceder. Escuché unos débiles sonidos estáticos que iban en aumento mientras Tails no estaba más que unos centímetros de Sonic, se detuvo y tendió la mano para tocarlo. Esa sensación de presentimiento en mi interior se hacía más fuerte y sentí la necesidad de decirle a Tails que se alejase de Sonic mientras la estática se hacía más fuerte.

De pronto, en una fracción de segundo, vi los ojos de Sonic abiertos y eran negros con esos puntos brillantes de color rojo, al igual que en la imagen del título. Cuando eso sucedió la pantalla se volvió negra y el sonido estático paró.

Se quedó en negro durante unos 7 segundos y luego un texto blanco apareció formando un mensaje, diciendo: “Hola. ¿Quieres jugar conmigo?”.

SCP-427 Medallón Lovecraftiano

Ítem #: SCP-427

Clasificación del Objeto: Seguro* (véase procedimientos de contención)

Procedimientos Especiales de Contención: SCP-427 no muestra ningún medio de auto-locomoción o mala intención en este momento, y sólo requiere contención mínima. Debido a los efectos adversos de SCP-427, sólo equipo médico de Clase 3 o mayor puede utilizarlo o manejarlo.

Todo el personal que use a SCP-427 debe registrar su tiempo total de uso para evitar mutaciones no deseadas.

*Instancias de SCP-427-1 (coloquialmente referidas como "Bestias de Carne") creadas por SCP-427 deben ser asesinadas inmediatamente pues es imposible comunicarse o experimentar con ellas de forma segura. Por esta razón, cada caso de SCP-427-1 debe ser clasificado como nivel Keter.

Descripción: SCP-427 es un medallón pequeño y esférico, tallado a partir de plata pulida. Las cinceladas ornamentales parecen no tener función alguna; se desconoce si la carcasa exterior de SCP-427 fue elaborada por conscientes o no. Su circunferencia en su punto más ancho mide aproximadamente 3 cm.

SCP-427 fue creado después de poner una píldora de SCP-500 en la cabina de entrada de SCP-914 utilizando la configuración Fino. No muestra ninguna actividad inusual cuando está cerrado. Cuando es abierto, un pequeño orbe brillante es visible en el centro. El orbe no emite radiación o energía más allá del espectro visible.

Cuando SCP-427 es abierto y expuesto a tejido biológico, rápidamente regenera el daño celular y de alguna manera es capaz de purgar compuestos o infecciones invasoras. Como un estándar de medida, el Resfrío Común toma de 3 a 10 días ser neutralizado por el sistema inmunológico humano. En la presencia de SCP-427 abierto, este tiempo se reduce a 2 - 4 minutos. Sus habilidades de curación son direccionales, por lo que todo lo que no esté en la línea de visión central del orbe no experimentará los efectos.

Sin embargo, la exposición a largo plazo producirá una amenaza de salud significativa. A medida que el medallón cura el daño, optimiza los sistemas naturales del cuerpo. La resistencia a las enfermedades se incrementa en un 500% en comparación con el DL50 aceptado o valores de tasa de muerte después de un total de 10 minutos de exposición, y un 1000% luego de 15 minutos. Después de este tiempo de exposición, el sistema muscular comienza a optimizarse, aumentando la fuerza y la tolerancia al dolor en un 200-300%. Todos los demás sistemas continúan mejorando. El Personal de Clase D expuesto al dispositivo por sobre una hora comienza a mutar a una forma de tejido sin forma. La tasa de conversión se acelera mientras continúe la exposición a SCP-427.

Las "Bestias de Carne" (llamadas así debido a su apariencia) creadas por SCP-427 son extremadamente agresivas, atacando a todo el personal a la vista con resultados letales. Son altamente resistentes a toda clase de armamento, pero pueden ser destruidas con suficiente traumatismo o calor que supere los 1100 grados Celsius (2000 grados Fahrenheit). Su inteligencia no se puede medir con precisión, pero la asociación de la mejora biológica del cerebro como una relación directa con la optimización de los otros sistemas de inteligencia sugiere que podría superar los niveles medidos en el ser humano cuando está completamente transformado.

SCP-427 está actualmente siendo usado como reemplazo de las píldoras de SCP-500, pues puede curar casi todo lo que SCP-500 es capaz de curar. Todas las "optimizaciones" impartidas por SCP-427 son acumulativas. La Supervisión ha considerado los efectos secundarios como un "riesgo aceptable" pero los usuarios deben registrar cuidadosamente su tiempo total de exposición, pues mutaciones suficientes son motivos para eliminación.


#065 El Holder de la Agonía

En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier institución mental o centro de rehabilitación donde puedas llegar por ti mismo. Dirígete a la recepción y pide visitar a aquel que se hace llamar "el portador de la agonía". Los ojos de la persona detrás del mostrador se abrirán de sorpresa, como si no entendieran por qué deberían de reconocer ese nombre. Balbucearán por un momento, pero su expresión facial pronto cambiará a un ceño fruncido, fruncido y pensativo. Se estremecerán, se alejarán y negarán. Debes volver a preguntar y continuar preguntando con voz tranquila y suave, incluso si lloran o gritan. Eventualmente, la vida dejará sus ojos y te llevarán, con un paso arrastrado, a una habitación sin número aparente justo al final del pasillo.

El empleado te abrirá la puerta. Cuando entres en la habitación oscura, te darán una fuerte patada en la parte baja de la espalda y te lanzarán hacia el centro de la habitación. Hagas lo que hagas, no te detengas ni te resistas mientras pasas por al lado del empleado. Por favor, solo confía en mí en eso.

La habitación olerá simultáneamente a toallitas sanitarias con alcohol y sangre. No podrás ver mucho hasta que se abra la misma puerta por la que entraste, y la luz gris desde afuera iluminará una figura larguirucha y cubierta que entrará en la habitación. Cuando la puerta se cierre, será más oscura que antes.

Inmediatamente, sentirás que la figura envuelta se presiona contra tu cuerpo. Sus extremidades óseas pincharán tus costillas y tu vientre mientras dice: "Te conozco". Su voz reverberará en todo tu cuerpo y sentirás todo tipo de molestias, como si te estuvieran observando, molestando, como si tu pie se hubiera quedado dormido, como si estuvieras mareado, con náuseas, impaciente. Quédate perfectamente quieto. No hagas ningún sonido, excepto para preguntar:

¿Por qué están sufriendo?

Responderá, con un silbido desgarrador:

Te retendré aquí todo el tiempo, y todas las noches te mutilaré, te violaré y te mataré.

No tendrás tiempo para prepararte o pensar, y especialmente no tendrás tiempo para moverte, antes de sentir una cuchilla malvada e irregular siendo empujada hacia tu abdomen y salir por el otro lado. Sentirás su superficie rugosa rechinar contra tus órganos. No te muevas. No hables. No grites.

La voz continuará.

Asesinaré todo lo que amas, y haré que vean tu rostro como su asesino. Arruinaré todo lo que encuentres hermoso. Torceré tu mente hasta que seas tan grotesco y pervertido como el resto de nosotros.

No se detendrá, incluso cuando sientas un  dolor ácido y ardiente atravesar tus intestinos. El dolor detendrá tu respiración y quizás tu corazón, pero debes permanecer perfectamente quieto. Más de aquellas cuchillas perforarán tu cuerpo, en lugares blandos, lugares imposibles, y la voz continuará silbando sus votos mortales, sus torturas barrocas se volverán tan creativamente inhumanas y meticulosamente desalmadas que estarás en peligro constante de perder la cabeza.

La quietud es tu única defensa. Si te mueves, las cuchillas, que crecerán en número de uno, cinco, treinta, cien y hasta mil, te rasgarán en todas las direcciones, obligando a cada trozo de carne y nervios a mantenerse conscientes, independiente de que estén separados una y otra vez para siempre. Quédate quieto, incluso cuando todo tu cuerpo sea sacudido por una agonía que no debería existir; desearás que te den un respiro de aquel infierno.

Debes prestar atención a la voz, trata de escuchar con cuidado, ya que eventualmente dirá una de dos cosas.

Si dice: "Esta gloria está reservada para aquellos que han demostrado su valía", entonces solo puedo ofrecerte mis condolencias. Tu sufrimiento eterno será tan terriblemente horrible que cualquiera en la Tierra que haya visto tu rostro o escuchado tu nombre tendrá pesadillas de tu agonía incluso después de haber pasado a la otra vida en el Cielo o el Infierno. Tu alma será una cáscara desperdiciada.

Si dice: "Tu agonía no ha tocado toda tu existencia para siempre", debes responder, rápida y confiadamente: "La agonía nos llenará a todos hasta que ellos dejan de lastimar". Por cada segundo que te tome dar tu respuesta, pasarás a través de un dolor increíble, sufrirás otra agonía única e infalible por el resto de tu vida. Si no puedes hablar, nunca conocerás otro momento más que no sea tortura, y cada día considerarás que el dolor del día anterior es el cosquilleo de una pluma.

Si respondes correctamente, todo se detendrá (el dolor, el silbido) y sentirás la figura, todavía presionada contra ti, desmoronándose en la nada. Levanta la capa y encontrarás una bolsa de cuero. Ábrela solo si quieres conocer cómo sería para el mundo una plaga que incluso el infierno no toleraría.

Este polvo torturado es el Objeto 65 de 538. No huyas, o nunca lo sabrás.


sábado, 25 de julio de 2020

No cortes tus uñas de noche

Todo comenzó a las 7:50 de la noche. A esa hora y en mi habitación, solo pensaba en que al día siguiente tenía algunas cosas que hacer en la universidad, tenía un evento importante y debía estar muy arreglada para ello.

Ya había acomodado mi cabello en una especie de rollo sostenido por pinzas para que cuando me levantara se mantuviera lacio y bien peinado, por lo que procedí a pintarme las uñas.

Realmente en mi mente estaba repasando todo aquello que debía exponer frente a un frío jurado de directores y profesores, sólo me estaba enfocando en eso, y eso era lo único que me importaba en ese momento; pero algo que era importante en una presentación era la buena y limpia imagen. Pinté las uñas de mis manos de un color rojo, tan brillante y profundo como la sangre, ése era el color que más me gustaba.

Después de eso, aún repasando en mi cabeza el contenido, miré las uñas de mis pies, las cuales estaban un poco largas para mi gusto. Odiaba tenerlas largas, no me sentía con complejo de águila, así que tomé el cortauñas y con cuidado corté cada una de las uñas de mis pies.

Fue hasta después de que las corté todas que me di cuenta de la situación…

Todo el contenido de mi exposición salió de mi cabeza dejando sólo la carrasposa voz de mi abuela resonando en ella: “Hija, no te cortes nunca las uñas de noche”.

Me quedé mirando el vacío por un momento, siempre había creído en mi abuela y en sus supersticiones, y siempre había tenido en cuenta cada una de ellas, salvo por esa noche que la olvidé. Recordé cómo inocentemente había preguntado por qué era malo eso, y que la respuesta no me había gustado para nada, me había causado miedo, y eso era lo que tenía en ese momento, miedo.

Suspiré mirando la pared. ¿Y ahora? Mi abuela nunca me había dicho qué hacer si las cortaba, pero sí me había dicho esto:

“Después de las 8:33 p.m., no vayas a cortar tus uñas, ni las de las manos ni las  de los pies, pues después de esa hora, ese instrumento de plata estará maldito. Maldito para todo aquel que lo presione sobre su carne y sus uñas; será más afilado y más brillante, y traerá consigo algo terrorífico, algo fuera de este mundo.

Recuerda esto: ‘después de las 8:33, corta tus uñas y vas a temer. Alguien tocará tu puerta, un regalo dejará; no lo abras hasta que amanezca, no seas curiosa. No mires hacia atrás si sientes que algo se acerca, pues el dueño de la caja piensa sorprenderte. No cortes tus uñas de noche, no, si esperas a la muerte’”.

Solté el cortaúñas rápidamente y miré las uñas reposar sobre el suelo. El corazón me latía con fuerza, mi abuela no mentía nunca. ¿Y si llegaban a tocar mi puerta? ¿Y si me encontraba con una caja? ¿Justamente en ese momento tenía que vivir sola? No dejé de mirar las uñas, tenía mucho miedo, el corazón no dejaba de latirme rápidamente y sentía que algo malo iba a suceder, pero, ¡espera! No cortes tus uñas después de las 8:33.

Corrí a mirar el reloj de la sala y me detuve en seco frente a él observándolo. Marcaba las ocho en punto. Cerré los ojos y solté una bocanada de aire al mismo tiempo que mantenía mi mano derecha sobre mi pecho. Lo había hecho antes de las 8:33, estaba segura, no me pasaría nada.

Repentinamente me rugió la panza, era momento de hacer algo de cenar y luego irme a la cama para estar descansada al día siguiente. Caminé hacia la cocina y encendí la televisión para mirar las noticias, fui hasta el refrigerador y saqué dos huevos para freír. Aparentemente, había habido un incidente en Colorado, algo relacionado con un tiroteo; la noticia parecía indignante, pero más indignante fue lo que dijeron antes de ir a comerciales.

“Ya que son las 8:50 de la noche, vamos a una pausa comercial”.

Después de las 8:33 corta tus uñas y vas a temer...

Me quedé paralizada, el corazón volvía a latirme con fuerza y volvía a tener miedo; pero esa vez el miedo fue aún más fuerte, de aquel miedo que te ataca con tal intensidad que te impide mover tus músculos e inmediatamente cierra tus cuerdas vocales, dejándote mudo y paralizado.

Habían pasado sólo unos minutos desde que miré el reloj de la sala, ¿tenía mal la hora? Suspiré y temblando un poco caminé hacia mi habitación. Lentamente llegué, con el corazón acelerado y las manos sudando.

Eran las 8:50 aún. No podía ser, miré el aparato sorprendida y con algo de desesperación busqué en mi gaveta varios de los relojes que tenía. Tomé uno y lo miré, las 8:50; tomé otro y lo miré, las 8:50; tomé otro, ¡las 8:50! Sin evitar la desesperación arrojé el reloj hacia la pared haciéndolo pedazos y tomé rápidamente mi celular para llamar a mi madre.

Pero después de marcar el número algo resonó en mi cabeza: alguien tocaba el timbre. Me paralicé por completo y el teléfono se resbaló de mis manos cayendo al suelo.

Alguien tocara tu puerta…

Algo me decía que no abriera la puerta, o que la abriera, tomara mis cosas y saliera de ahí lo más rápido que podía, pero algo también me decía que ya era muy tarde. Lentamente cerré los ojos, apenas podía respirar, sentía el corazón latiéndome en todo el cuerpo y las manos me sudaban.

Pero nunca había sido cobarde, y no podía serlo ahora; quizá era el momento de que mi abuela se equivocara y quizá estaba exagerando. Me levanté despacio y caminé, tratando de calmarme con cada paso que daba hacia la puerta. El timbre sonó tres veces y después cesó.

Lentamente coloqué mi mano sobre la perilla, pensando que nada iba a pasar, que seguro era una de mis amigas o mis vecinas fastidiosas, y que nada de lo malo que había pensado me sucedería. Suspiré, cerré los ojos y abrí la puerta.

Un regalo dejará…

Había una caja. El corazón en ese momento me latió tan fuerte que lo escuchaba resonar en mi cabeza, inmediatamente comencé a llorar con desesperación, las manos me sudaron más y más, el miedo me invadía tanto que sólo quería llorar, llorar y esconderme, taparme los ojos y pensar que nada de eso estaba sucediendo, despertarme de esa pesadilla.

La caja era negra, un negro perturbador e inquietante; quería patearla, pero temía empeorar las cosas. ¿Qué debía hacer? ¿Qué era esa caja? ¿Qué había dentro de ella? Eso era lo peor, lo que podría haber en su interior. Quería saberlo, ¿y si era una broma? Tenía amigas muy bromistas, pero el susto que tenía no me hacía creer que era una broma. Me incliné y tomé la caja. Estaba algo pesada, lo cual aumentaba mi curiosidad.

No la abras antes que amanezca, no seas curiosa…

No podía abrirla, quería, pero no podía. Dejé la caja sobre la mesa y fui hasta la cocina por un calmante, tomé agua y me lo tragué. Pensé por un momento que debía esperar a que amaneciera, quizá así no me pasaría nada. Sí, eso era, debía esperar. El hambre se me había quitado, sentía la casa más sola que nunca, sentía frío, sentía que cada pasillo era más oscuro de lo normal.

Entré al baño y me miré al espejo; tenía el rostro rojo, los ojos llorosos, los labios pálidos, y aunque no podía verlo mi corazón seguía acelerado.

Después de que me cepillé, salí y comencé a cerrar las cortinas, entonces el corazón me empezó a latir fuertemente de nuevo. Sentí como si alguien estuviera detrás de mí, parado, respirando; sentía su respiración tal y como si fuera una persona, cercana, fría. Respiraba como los sádicos que aparecían en películas.

Nunca había estado tan asustada en mi vida, las lágrimas se me salían y todo el cuerpo me temblaba.

No mires hacia atrás si sientes que algo se acerca, pues el dueño de la caja piensa sorprenderte…

El dueño de la caja, ¿quién era? Sentía que alguien estaba detrás de mí, ¿qué podía hacer? El corazón me seguía latiendo con fuerza, el susto iba mas allá de lo que podía imaginar. De repente lo pensé. Yo no podía morir, no esa noche, y menos así. Si no podía mirar a lo que estaba atrás, tenía que escapar.

Con todo el valor que pude reunir cerré mis ojos con fuerza y corrí hacia la derecha. Abrí los ojos y seguí corriendo rumbo a las escaleras, sentía cómo esa cosa me seguía, aún sentía el frío, aún las piernas me temblaban, aún sentía el miedo, y aunque corría aún lloraba con algo de desesperación.

Por más que corría, eso que me seguía no se detenía; llegué hasta las escaleras aún sin voltear y fue cuando mis piernas me fallaron y entonces caí. Rodé por las escaleras, sentí el miedo junto con el dolor. Las pinzas que sostenían mi cabello se estaban incrustando poco a poco en mi cabeza, haciéndome sentir un dolor inmenso que superaba incluso el miedo.

Al final de las escaleras no dejé que el dolor me paralizara, me levanté como pude y corrí hacia la salida. Estaba desesperada, y cuando vi la puerta más cercana a mí tropecé, cayendo al suelo. Giré mi cabeza y observé: había tropezado con la caja y ésta se había volteado, abriéndose.

¿Qué había dentro de ella?

Habían dedos, dedos de pies mutilados y ensangrentados, también había uñas. Pegué un grito de terror, alejándome con desesperación de ahí; sentí mi frente húmeda, estaba sangrando gracias a las pinzas que me habían lastimado. Pero más fuerte que ese dolor, fue el que sentí al observar que me faltaban todos los dedos de mis pies. Abrí los ojos de par en par y lo último que vi fue un rostro tan blanco como el papel, y unos ojos más rojos que mi pintura de uñas.

Luego de eso, me desmayé...

No cortes tus uñas de noche, no, si esperas a la muerte.

Mi abuela una vez me dijo: “No cortes tus uñas de noche”, y en mis años de vida siempre tuve presente eso, hasta que un día lo olvidé. La abuela nunca se equivoca. Ahora les digo a ustedes, no corten sus uñas de noche, siempre habrá un amanecer.



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