martes, 18 de abril de 2017

Por favor, No abras la puerta...

Han pasado tres años desde aquella noche. Yo no debí haber estado ahí; ellos lo sabían. Ese día salí muy temprano para ir a casa de un amigo. Sus padres no estaban y tenía un nuevo videojuego de terror; pasaríamos toda la noche jugando. Ellos lo sabían, yo no debí haber estado ahí esa noche. Mi amigo tenía que estar solo. Ellos lo habían observado durante días como hacen siempre y sabían que esa noche estaría solo. Desde el momento en que lo eligieron, no hubo marcha atrás. Pero tal vez quieras saber quiénes son ellos. Bueno, la verdad… aún no estoy seguro. Sigo sin asimilar lo que pasó aquella noche; pero te contaré lo que hasta ahora sé, para que tengas cuidado. 

Ellos se encuentran en todas partes; en ningún lugar estás a salvo de ser su víctima. Eligen a una persona, no sé bien cómo o en qué características se basan, pero una vez que te eligen no cambiarán de opinión. Te vigilan, te estudian y estudian a todas las personas que conoces. Día tras día te observan cuidadosamente sin que tú te percates de su presencia. Y esperan la noche en que su víctima esté sola. Es en ese momento cuando todo empieza. 

Aquel día llegué alrededor de las 8:00 de la tarde a su casa. Sus padres habían salido desde temprano y él había preparado todo lo necesario para pasar jugando toda la noche. Al día siguiente no iba a haber clases, así que yo regresaría a mi casa por la mañana. Pasamos un buen rato jugando; el tiempo pasó tan rápido que para cuando nos dimos cuenta ya era la una de la madrugada. Nos habíamos llevado algunos sustos con el juego, así que comenzamos a hacer bromas con la situación; ahí fue cuando todo se puso raro. Empezamos a escuchar ruidos extraños fuera de la casa, que al principio pensábamos que no era nada importante. Hicimos chistes sobre lo que jugábamos. “Deben de ser los zombis”, nosotros sólo reíamos. Pero nos comenzamos a poner tensos cuando el sonido se hizo más claro: eran pisadas, se escuchaban pisadas por todo el pasillo de afuera. 

—¿Crees que tus padres habrán regresado? —le pregunté, a lo que él respondió que sus padres no volverían hasta el día siguiente, por la tarde. Además, la cantidad de pasos que se escuchaban indicaba que eran varias personas, no sólo sus padres. De pronto, luego de oír todas aquellas pisadas acercándose cada vez más a la puerta, hubo un profundo silencio. —¿Hay alguien afuera?… ¿Quién está ahí? —comenzamos a preguntar con evidente nerviosismo. Estábamos seguros de que había alguien afuera, pero esos sonidos… ¿quién podría ser? 

En la habitación en la que estábamos había una computadora que mi amigo había encendido desde que comenzamos a jugar. Se escuchó un sonido que provenía de ella: un sonido familiar, pero que por el miedo que teníamos en ese momento nos sobresaltó a ambos. Sólo era un correo electrónico que le había llegado, pues también había dejado la ventana de su correo abierta. Ver esto nos dio algo de sosiego, y hasta reímos un poco. Sin embargo, la tensión volvió a nosotros al notar que la dirección de quien lo enviaba era irreconocible, una combinación aleatoria de números y letras. Dudamos en abrirlo, pero mi amigo decidió hacerlo. Quedamos completamente paralizados tras leer lo que decía el correo: ”Pase lo que pase, no abras la puerta”. 



Con tan sólo leer esas palabras, una sensación de pánico me invadió, pero el mensaje decía más: ”Ellos están afuera. Por favor, hagas lo que hagas, escuches lo que escuches, no abras la puerta. Intentarán convencerte de que lo hagas, tienen muchos métodos. Pueden fingir ser alguien que conoces: un familiar, un amigo, y sus voces sonarán igual. Tal vez te pidan ayuda, te dirán que están lastimados, te suplicarán que abras la puerta. Pero oigas lo que oigas esta noche, no abras. Trata de ignorarlos, trata de dormir, mañana todo estará bien. Ellos jugarán con tu mente; no se lo permitas. Por favor, créeme. ¡No abras la puerta!”.





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jueves, 13 de abril de 2017

¿No te alegras de no haber encendido la luz?

Esto ocurrió en Estados Unidos, en una de esas casas residenciales donde viven los universitarios.

La habitación era compartida por dos chicas a quienes nombraremos: Kelly quien era muy estudiosa y Penny a quien le gustaban muchísimo las fiestas. 

Era sábado en la noche y el lunes siguiente ambas tenían un examen muy difícil, Kelly había estudiado mucho toda la semana y planeaba quedarse estudiando también el sábado por la noche para así descansar bien el domingo; Penny por su parte tenia una fiesta esa noche.

Penny invito a su compañera, le hizo ver que ya estaba lo suficientemente preparada y que le hacía falta divertirse, podría repasar el domingo y de todos modos le iría bien en el examen. Pero su compañera estaba decidida a quedarse estudiando, por lo que la dejo y se fue de fiesta. 

Luego de unas horas de baile, conversaciones y alcohol Penny vuelve a su cuarto a las 3:30 am. con cuidado de no hacer ruido, para no molestar a su compañera, deja la luz apagada para no despertarla aunque escucha sonidos extraños que provienen de su cama, pero como ella no la saluda decide dejarla dormir.

A la mañana siguiente despierta en  una pesadilla que jamás olvidara, su amiga tiene el estómago abierto, como si le hubieran practicado una autopsia estando viva, la garganta rebanada, y cortadas en todo el cuerpo, el suspiro de horror y llanto se petrifican cuando, además de la visión infernal, encuentra escrito lo siguiente en la pared con la sangre de su amiga: "aren't you glad you didn't turn on the light" o...“¿no te alegras de no haber encendido la luz?”.





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martes, 11 de abril de 2017

Una historia de terror para mi hijo

—Hijo, necesitamos tener una conversación muy seria sobre la seguridad en internet —le dije mientras me sentaba a su lado. Su laptop estaba abierta, jugaba Minecraft en un server público. Sus ojos estaban estancados en la pantalla. Había una ventana de chat abierta con diversos comentarios—. Hijo, ¿puedes dejar de jugar un minuto? —Salió de su mundo de juego, cerró su portátil y me miró.

—Papá, ¿será otra de tus historias de miedo y mal gusto?

—¿Qué cosa? —Fingí por un segundo, y entonces le sonreí—. Pensé que te gustaban mis historias.

Este niño había crecido escuchando mis historias sobre niños que se enfrentaban a brujas, fantasmas, hombres lobo y trolls. De la misma forma que muchas generaciones de padres, usaba estas historias de terror para reforzar su moral y enseñarle lecciones sobre seguridad. Los padres solteros como yo deben emplear todas las herramientas a su disposición.

Frunció el ceño.

—Eran divertidas cuando tenía seis años, pero ahora me estoy haciendo grande, ya no me asustan. Y son tontas. Si me vas a contar una historia sobre internet, ¿podrías hacerla más aterrante? —Me quedé espantado con su incredulidad. Él cruzo los brazos en señal de rechazo—. Papá, ya tengo diez años, puedo lidiar con eso.

—Está bien, lo intentaré. Érase una vez un niño llamado Colby… —Su expresión me indicó que no se había aterrado con el tema de introducción. Suspiró y siguió escuchando una historia más de su padre. Yo continúe—: Colby navegaba por varios sitios web para niños. Después de un tiempo, pasó a conversar con otros compañeros que encontraba en sus juegos en línea. Fue ahí que hizo amistad con un niño de diez años llamado Helper23. Tenían en común los mismos juegos y programas de televisión, se reían de las travesuras que hacían, exploraban nuevos juegos juntos.

»Después de varios meses de amistad, Colby le obsequió a Helper23 seis diamantes en el juego que estaban jugando. Fue un regalo muy generoso. El cumpleaños de Colby estaba cerca y Helper23 quería enviarle un regalo en la vida real; Colby creyó que no tenía nada de malo si daba su dirección a Helper23, ya que había prometido no darle su dirección nunca a los extraños. Helper23 le prometió que no se lo diría a nadie, y que así podría enviarle el paquete.

Pausé la historia y le pregunté a mi hijo:

—¿Crees que fue una buena idea?

—¡No! —respondió mientras agitaba la cabeza vigorosamente.

—Bueno, tampoco Colby. Se sintió culpable por haber dado su dirección, y su culpa comenzó a crecer, y crecer. Para el momento en que se ponía el pijama a la noche siguiente, su culpa y su miedo eran más grandes que cualquier otra cosa en su vida. Decidió que le contaría la verdad a sus padres. El castigo sería severo, pero tendría la conciencia tranquila. Se metió en su cama en tanto esperaba que sus padres fueran a cubrirlo.

Mi hijo sabía que la parte aterradora estaba por llegar. A pesar de su conversación donde aseguró que no tenía miedo de esas cosas, se inclinó hacia el frente con sus ojos bien abiertos. Y bajé la voz deliberadamente.

—Colby pudo escuchar todos los ruidos en la casa. Una lavadora balanceándose en el área de servicio. Las ramas golpeando contra las paredes en la parte exterior de su habitación. Su pequeño hermano bebé balbuceando en la cuna. Y había algunos otros sonidos que no lograba identificar… hasta que, finalmente, los pasos de su padre hacían eco en las escaleras. «Oye, papá —dijo con cierto nerviosismo—. Tengo algo que decirte».

»Su padre asomó la cabeza por la puerta en un ángulo extraño. En la oscuridad, su boca parecía no moverse y sus ojos tenían un aspecto raro. “¿Sí, hijo?”, su voz también había cambiado. “¿Estás bien, papá?”, preguntó el niño. “Ajá”, susurró el padre con la voz extrañamente cambiada. Colby no tuvo mejor idea que cubrirse, quería desaparecer bajo su cobertor. “Umm… ¿Mamá está en casa?”.

»”Aquí estoy”, apareció diciendo la madre con la cabeza un poco más abajo que la de su padre. Su voz también era diferente. “¿Nos vas a contar que le diste la dirección a Helper23? No deberías haber hecho eso. Te advertimos que nunca dieras nuestra información personal en internet”.

»Ella continuó: “Él no era un niño de verdad. Solamente fingía ser uno. ¿Sabes lo que hizo? Vino hasta nuestra casa, derribó la puerta y nos asesinó. Solo para poder pasar un tiempo contigo”. Un hombre gordo con una chaqueta empapada de sangre apareció en la habitación sosteniendo dos cabezas cercenadas. Colby gritó y se quedó sin aliento mientras el hombre arrojaba las dos cabezas en el suelo y sacaba un cuchillo.

Mi hijo también gritó. Cruzo las manos a la defensiva sobre su rostro. Pero apenas estábamos comenzando con la historia.

—Después de varias horas, el niño agonizaba y sus gritos se habían convertido en gemidos. El asesino pudo escuchar los balbuceos del bebé en el otro cuarto y retiró el cuchillo del cuerpo de Colby. El bebé tendría un trato especial, nunca antes había asesinado a un bebé y estaba emocionado con la oportunidad. Helper23 dejó a Colby para que muriera y siguió los llantos por la casa hasta el cuarto del pequeño.

»En la habitación caminó hasta la cuna, tomó al bebé y lo sostuvo por los brazos. Llevó al niño hasta una mesa para tener una mejor apreciación de lo que iba a hacer. Pero mientras sostenía al bebé, el llanto se detuvo. El niño lo miró y le sonrió. Helper23 nunca había tenido un bebé. Arrulló lentamente al niño como un profesional en su regazo. Se limpió la mano llena de sangre en el cobertor para poder apretar las mejillas del pequeño. “Hola, pequeño individuo”. La furia y el sadismo se habían convertido en algo más agradable y tranquilo.

»Helper23 salió de aquella habitación, llevó al bebé a su casa, le dio el nombre de William y lo crió como si fuera su hijo.

Después de terminar la historia, mi hijo estaba visiblemente aterrado. Me dijo tartamudeando:

—Pero papá, ¡MI NOMBRE ES WILLIAM! —Le guiñé un ojo y le pasé una mano por el cabello.

—Por supuesto, hijo. —William corrió a su cuarto llorando de miedo. Pero en el fondo… creo que le gustó la historia.



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Hitori Kakurenbo

Hitori Kakurenbo es un ritual de origen Japonés que consiste en establecer una conexión con una presencia paranormal, para jugar el conocido "juego de las escondidas". Para esto debes invocar una presencia y prestarle un avatar para que pueda desplazarse e interactuar contigo, pero ten cuidado, debes ser más hábil y más inteligente que el ser conectado a tu esencia, ya que si pierdes probablemente no podrás dormir en un tiempo.

"El juego de las escondidas" Parece bastante simple, solo necesitas:
  • Arroz
  • Un muñeco (de preferencia de género, debes descoserlo y repararlo)
  • Un corta uñas
  • Hilo Rojo
  • Sal
  • Sangre (Opcional)
  • Cuchillo u objeto afilado.
El procedimiento es este, debes descoser el muñeco o peluche con cuidado de no romperlo completamente, una vez que hallas hecho esto, rellénalo de Arroz hasta que vuelva a retomar su forma original. Ahora deberás cortarte las uñas y ponerlas dentro del muñeco entre medio del arroz, también puedes escribir el nombre que le darás al muñeco en una hoja de papel con un poco de sangre y ponerlo dentro. (Recuerda que debe tener un nombre diferente de el tuyo y de cualquier persona que conozcas)

Si eres hábil y haces tu propio muñeco el procedimiento es exactamente el mismo.

*La sangre es opcional, pero creará una conexión aun mas fuerte entre ustedes.

Una vez terminados los preparativos es hora de coser tu muñeco utilizando el hilo rojo, cuando termines de repararlo, amárralo fuertemente con el mismo hilo rojo y sumérgelo en un recipiente que contenga una mezcla de agua y sal (puede ser la tina, el lavamanos o una fuente grande).



A las 3:00 AM comienza el verdadero juego. Párate frente a el muñeco y di en voz alta su nombre tres veces, luego dile: "Es mi turno". En ese momento debes correr a apagar todas las luces de la casa, pero deja la tele encendida o una luz tenue para que puedas ver en la penumbra, vuelve corriendo al baño, dile: "te encontré (seguido del nombre del muñeco)" y apuñálalo (debes dejarlo atravesado con el cuchillo) Introdúcelo en el agua nuevamente y mientras respondes: "ahora es tu turno"... 

¡Corre y escóndete! hazlo lo mejor que puedas, pero recuerda que ese muñeco tiene un lazo contigo y te encontrara rápidamente para devolverte el "favor".

Para finalizar el juego debes poner sal en tu boca y repetir tres veces "Yo gano". (Aunque en realidad esto no asegura que el juego termine)

Te recomiendo que si encuentras el muñeco al finalizar el juego lo quemes o lo tires al río, aunque en ningún caso te aconsejo intentar este juego.




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#002 El Holder del Comienzo

En cualquier ciudad, en cualquier país; puedes ir a cualquier institución de salud mental o centro de rehabilitación donde puedas llegar por tus propios medios. Dirígete al escritorio principal y pide visitar a aquel que se hace llamar "El Portador del Comienzo". Una sonrisa vendrá de la persona, casi diciendo: "Vaya estúpido". 

Serás llevado pasillo abajo por un corredor, aparentemente saliendo a un lugar que no deberías. Físicamente, ese sitio no debería existir en ninguna parte de la institución, pero ahí esta. El corredor estará en un silencio eterno, incluso si intentaras hacer ruido no lo lograrías. Los gritos morirán antes de salir de tu boca, y tus pasos serían amortiguados. El guía solo te llevara a un punto en frente de una puerta. 

Si entras, veras un cómodo cuarto lleno de un placentero olor a un perfume que no serás capaz de identificas. En el centro del cuarto, veras a una hermosa mujer manteniendo sus brazos en una posición que te hará parecer como si cargara algo; Viendo un poco mas allá, te darás cuenta que, de hecho, no esta cargando nada en absoluto. Este cuarto se mantendrá en silencio al igual que el corredor que dejaste antes, no importa cuanto lo intentes no podrás emitir ningún sonido. La única excepción es que hagas una pregunta: "¿Por qué están separados?"

La mujer entonces te explicara, con insoportable detalle, cada horrible evento acontecido en la historia, cada lucha, cada guerra y cada violación. Ningún hecho en la historia del universo escapará de tus oídos. Cuando ella acabe, todo caerá en el mismo silencio. Eres libre de hacer lo que quieras con esta información. 


Esa mujer es el Objeto N°2 de 538. Esta en ti si son reunidos o no.