En cualquier ciudad, en cualquier país; ve a cualquier monasterio o templo al que puedas llegar por tus propios medios. Cuando estés dentro deberías encontrar a un monje inclinado rezando, no cometas la tontería de interrumpirlo. En el momento que el hombre se ponga de pie pídele que te lleve con el "Portador de la Esencia". El parpadeará varias veces y asentirá lentamente con la cabeza.
El monje te llevará hacia una trampilla cerca del altar en el centro de la habitación, la abrirá lentamente y volverá a la posición en la que lo encontraste inicialmente. Puedes comenzar a bajar por la escalera cuando él comience nuevamente con sus oraciones. Cuando tu cabeza esté bajo el nivel del suelo la trampilla se cerrará sola, dejándote en completa oscuridad; debes descender con cuidado ya que caer aquí significaría mucho más que un viaje interrumpido.
A medida que desciendas sentirás que el aire a tu alrededor se vuelve cada vez más húmedo, espectros aterradores de todas las formas imaginables se retorcerán en la oscuridad e intentarán soltar tu agarre de la escalera mientras sus voces chillonas envolverán tus sentidos.
Mientras más examines estas imágenes, más solidas se volverán y comenzarás a reconocerlos, son tus recuerdos. Ellos son tu voz, tu pasado, presente y futuro; A medida que te acerques al fondo te darás cuenta de que ellos son tu, las manos que intentan quitar tu agarre de la escalera. Las caras gruñonas son tuyas. Detente ahora y no apartes la mirada de ellos, los fantasmas se solidificarán fusionándose en uno solo al otro lado de la escalera.
Mira fijamente la cara de tu Doppelganger y pregúntale: "¿Qué hay en el centro de su ser?" Dejará de intentar lanzarte por un momento. Tan pronto como esto ocurra, deja que tu cuerpo caiga. La humedad debe volverse cada vez mayor, culminando en una piscina en el final de las escaleras. Utiliza el impulso generado por tu caída para sumergirte tan profundo como tus pulmones te lo permitan.
Permanecer en la superficie es invitar al guardián a que se una a tí, uniendo tus dos mitades y cancelando tu existencia.
Si puedes sumergirte lo suficiente tus dedos tocarán una superficie de vidrio que reposa en el fondo en la arena. Aférrate a este frasco con todas tus fuerzas ya que te mantendrá sumergido en el agua. No lo sueltes, abras la boca o subas a la superficie en busca de aire. Incluso si pierdes el conocimiento, perder el control significará perder tu vida.
Cuando despiertes estarás de regreso en el templo, goteando sangre de color rojo intenso. El frasco que tienes en tus manos sorprendentemente está limpio.
Ese frasco vacío es el objeto N°461 de 538. No lo abras y reza para que nunca se rompa porque dentro está la esencia misma de tu propia alma. Mientras lo sostengas tu alma estará protegida de las manipulaciones de tus enemigos. Pero no cuentes con eso.
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