En cualquier ciudad, en cualquier país, acude a alguna institución de salud mental o centro de rehabilitación al que puedas llegar por tus propios medios; Al llegar a la recepción pide visitar a quien se hace llamar "El portador de la Cordura". La recepcionista te mirará extrañada, debes repetir la misma pregunta nuevamente, luego de esto, llamará a un "médico" y serás llevado a la habitación más alejada del recinto. Ten cuidado ya que pasado este punto no hay vuelta atrás y si deseas irte, entonces, es el momento de decirle al médico que lo sientes olvidaste tomar tu medicación de hoy y márchate. Corre lo más lejos que puedas, aléjate de los límites de la ciudad y del país, porque los cobardes no se salvan si son atrapados. Pero si decides continuar te pondrán una camisa de fuerza y te encerrarán en una habitación acolchada.
Después de algunos días que te parecerán meses, comenzarás a oír voces, cientos de ellas, todas hablando de cómo sus vidas fueron arruinadas. Sus historias podrían volverte loco y si eso pasa tendrías que quedarte ahí eternamente, pues en tu habitación acolchada no hay muerte solo tortura... Si las voces dejan de hablar, entonces cierra tus ojos lo más fuerte que puedas y grita a todo pulmón: "No compartiré tus historias". Si no escuchas nada, reza para que el dolor que sientas no sea tan intenso, por más improbable que sea. Ahora bien, en caso de que continúen hablando, debes identificar a la que te habla sobre el mismo hospital en el que te encuentras, escucha con atención su historia y abre los ojos. Ya no estarás en la celda, te encontrarás envuelto en una camisa de fuerza mientras observas algo que parece un vacío infinito que se separa de ti por una caja de cristal.
Un hombre aparecerá frente a ti y te preguntará si quieres hacerle alguna pregunta, el contestará a una y solo a una: "¿Qué los llevo a la locura?". Si se lo cuestionas, te explicará con espeluznantes detalles sus vidas y sus muertes. Durante su relato un gran punto negro parecerá moverse por el vacío frente a ti, no debes fijar la vista en el ya que romperá la caja de cristal dejándote caer al vacío para siempre.
Una vez que el hombre termine su relato, te quitará la camisa de fuerza y se despedirá. Te encontrarás de pie fuera de la institución, sosteniendo la camisa de fuerza que llevabas puesta.
La Camisa de Fuerza es el objeto 72 de 538. Solo te queda rezar para no volver a utilizarla nunca más.
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