domingo, 3 de enero de 2021

#111 El Holder de lo interminable

¿Entonces aún no has detenido tu tonta búsqueda? Lástima, pero era de esperarse, es la naturaleza de los de tu clase la que los obliga a continuar a cualquier costo, buscar el conocimiento sin dejar de ser tan terriblemente ignorantes en el resto de sus ramificaciones. Se que no puedo detenerte e incluso si pudiera llegarían más a ocupar tu lugar. Así que en lugar de eso te contaré algo que sin duda descubrirás más adelante aunque de una forma mucho peor.

Dirígete a cualquier librería de tu ciudad o pueblo, cuando cruces la puerta el empleado que se encuentra junto al escritorio te mirará con poco interés. Debes pedirle que te lleve con "El Portador de lo Inevitable". El trabajador se sentirá completamente impotente ante ti en ese momento, obligado a vagar por espacios que ni tu ni él deberían legítimamente conocer, pero sabrás de ellos. La puerta está oculta por la alfombra en el piso, el pasillo es triste y húmedo debajo de ella y más. Él te revelará todo esto y lo descubrirá por si mismo.

Luego de deambular confundido, finalmente te llevará con otra persona. Será una mujer mayor o al menos la percibirás como una; su piel estará llena de arrugas y verás sus dientes de un color blanco marfil muy parecido a sus cabellos. Pero a pesar de su belleza antinatural podrás darte cuenta de lo antigua que es ya que sus ojos delatarán su temible senescencia. Ella estará leyendo un libro cuya portada verás desteñida, sus ataduras permanecen en el mismo lugar pero hecha girones. Escucharás como lee su contenido de vez en cuando y sus palabras parecerán sonidos cacofónicos similares a las divagaciones de los locos o los gritos de alguna tribu afortunadamente olvidada. No lo son.

Debes decirle que la has estado esperando durante toda tu vida, esto te parecerá absurdo, pero no lo es. Lo notarás tan pronto como pronuncies esas palabras, en ese momento ella te entregará una carta incluso más amarillenta, maltratada y antigua que las mismas páginas del libro que lee. Debes pedirle al secretario que te lleve de vuelta inmediatamente después de las salas o también te convertirás en lo que ella es. 

Si lees la carta notarás algo, a pesar de su aparente pequeño tamaño, el espacio dentro es infinito. Es verdad que hay palabras escritas en ella, pero esos pequeños puntos negros de tinta no son más que pequeños granos de arena en un ilimitado océano blanco. 


Ese es el objeto N°111 de 538. No termina, pero en poco tiempo desearás que así fuera.


Colores

—¡Esas eran verdes! —gritó el hombre, mirando las plantas en el jardín. — ¡lo juro, ayer eran verdes!

Su esposa intentaba leer un libro al otro lado del sillón.

Miró a su alrededor. Sus ojos fueron incapaces de enfocar un momento y se los talló.

—¡Los muros! ¡Antes eran azules!, ¡los pintamos de color azul hace dos meses! ¿por qué no son azules? —parecía incapaz de controlarse, su esposa detuvo la lectura y lo miró un momento, esperando aún que estuviera jugando.

—Amor, has tenido un día muy largo, deberías relajarte.

—¡No me digas qué hacer, no me digas qué me pasa!

Tal vez su esposo estuviera borracho. La mujer intentó seguir con el libro, pero a cada tanto, los gritos de su esposo la volvían a interrumpir.

—¡Esto era naranja! —lo escuchó gritar al otro lado del cuarto.

—¡Esto era marrón! —gritó después.

—Eso era morado! —insistió entonces.

Luego, guardó silencio. La mujer sonrió y devolvió la vista al libro.

Algo estalló en la cocina. La mujer saltó del sillón y salió disparada para ver qué pasaba. Cuando llegó, se ahogó en un largo y profundo grito.

La ventana al exterior estaba deshecha. Olía a pólvora. Pudo reconocer la escopeta, tirada en el suelo, junto a su marido, que sostenía sus tripas en las manos.

—Estas… eran… rojas…





sábado, 2 de enero de 2021

#105 El Holder de la Voz

En cualquier ciudad, en cualquier país; ve a cualquier centro de salud mental o centro de rehabilitación al que puedas llegar por tus propios medios. Cuando llegues al mesón pide ver a quien se hace llamar a si mismo "El Portador de la Voz". El trabajador tratará de ocultar una breve mirada de pánico y se recompondrá al instante, te arrojará una pequeña bolsa de plástico negra sin marcar y se irá del lugar. No tienes que seguirlo, pero algo dentro de ti te alentará a seguir sus pasos.

Pasará por un pasillo poco iluminado con grandes ventanales como paredes, independientemente de la hora del día, el exterior parecerá oscuro. Si miras por la ventana solo verás una extensión interminable de bosques, si en algún momento crees ver movimiento afuera no te alejes y continúa caminando hasta el final del corredor.

No encontrarás una puerta, solo una pared cubierta con papel tapiz que está comenzando a desprenderse. El trabajador tomará un poco del papel tapiz y luego huirá a esconderse en las sombras. Debes terminar el trabajo. Cuando inevitablemente concluyas la labor de arrancar todo el papel de la pared, se revelará una pequeña habitación polvorienta en el ático. En el centro habrá dos objetos: un muñeco y una grabadora.
Ambos afectos son antiguos y se encuentran cubiertos de polvo.

Si examinas la muñeca verás una pequeña manivela de metal en ella, si le das cuerda la muñeca emitirá un sonido parecido uñas rasgando madera. 
Presiona el botón "play" en la grabadora, ésta funcionará aun si no tiene pilas. Escucharás el sonido amortiguado de una angustiada voz femenina. No podrás distinguir las palabras y ella continuará hasta que presiones el boton "detener".

La decisión final que debes enfrentar se trata de si reproducir o no los dos sonidos al mismo tiempo. La bolsa que te entregaron contiene dos púas de ferrocarril oxidadas y sabes que debes hacer con ellas.

En el momento que intentes iniciar ambos sonidos simultáneamente, el suelo comenzará a temblar haciendo crujir las paredes a tu alrededor, las cuales se derrumbarán. Si sobrevives a la caída del edificio, te verás perseguido por un sonido tan agudo y chirriante que te producirá el sangrado de los oídos y eventualmente la muerte si no puedes escapar. Pero es probable que mucho antes de eso quieras empalarte los oídos con las púas que tienes en tus manos.

Tu única esperanza es encontrar fuerza entre los sonidos malignos que perforan el aire, clavar la grabadora y la muñeca con las piezas de ferrocarril en el piso en el que estás parado.

Si tienes éxito encontrarás una cinta dentro de la grabadora rota. Esta cinta no se puede reproducir y emite un zumbido si lo escuchas con atención.



Esa cinta es el Objeto N°105 de 538. Cuando llegue el momento, todo lo que llegue será revelado.


El Roble Encadenado

Era una fría noche de otoño del año 1821 y el conde Shrewsbury regresaba a casa en su carroza, cuando de pronto un anciano de aspecto zarrapastroso y barba gris se le cruzó en el camino haciendo ademán de que detuviese la carroza. ¿Quién sería aquel vagabundo que tenía la osadía de importunarle? se preguntó el conde mientras miraba con desdén al viejo, que le extendía la mano mientras guiado por una mezcla de vergüenza y pesar hundía la mirada en el suelo.

Al parecer el anciano quería una moneda y esto molestó bastante al conde quien detestaba a los mendigos, así que se quejó e hizo un gesto de asco y negación; Pero en lugar de callar el viejo se indignó y señalando un roble cercano dijo con voz ronca y un tono solemne: "Por cada rama que caiga de ese viejo roble que aquí yace, un amado miembro de tu familia morirá..."
Como era de esperarse el conde solo se enfadó más ante la maldición del mendigo, pero obedeció a su sentimiento de superioridad y se retiró sin decir una palabra.

Mientras volvía a la casa la llovizna que antes caía se transformó en una furiosa tormenta, en medio de la cual el viento rugía, las gotas caían como clavos de cristal y los relámpagos hacían palidecer el firmamento, seguidos por el sobrecogedor sonido de los truenos. Intentando guardar la calma, el conde se dijo a si mismo que todas las posibles sospechas de que ese clima fuese un indicio de que la maldición se cumpliría, no eran más que patrañas propias de mentes supersticiosas, lo que no era el caso de un hombre culto e inteligente como él, por lo que debía proseguir su camino con altiva indiferencia.

No obstante, poco después, la calma del conde se derrumbó por unos instantes pues un rayo acababa de caer muy cerca, al parecer sobre un árbol... El hombre intentó convencerse de que el árbol afectado no era el roble, pero al llegar a casa lloró como un niño al enterarse de que un querido familiar había muerto la noche anterior de causas desconocidas.

Inquieto ante la reciente desgracia, el conde se sorprendió cuando al revisar el sendero al día siguiente constató que efectivamente el rayo había caído sobre las ramas del roble, desprendiendo una...¿Era a causa de la maldición?... Quizá.

Por eso ordenó a sus criados que le encadenasen a las ramas del roble a fin de impedir que volviesen a caer y matar a más miembros de su familia.



Calificación: 

viernes, 1 de enero de 2021

#071 El Holder del Cielo

En cualquier ciudad, en cualquier país ve a alguna institución de salud mental o centro de rehabilitación al que puedas llegar por tus propios medios. Cuando llegues frente al escritorio pide visitar a quien se hace llamar "El Portador del Cielo". La recepcionista ignorará completamente tu existencia y el piso colapsará bajo tus pies. Te despertarás en un silencioso torrente de lluvia, el silencio del lugar te parecerá intolerable y no habrá atmósfera, solo caminarás en aire solido en una tempestad.

En el silencio aparecerá una inmensa masa de personas vestidas de oscuridad acercándose a ti, no debes temer. Quítate la polera y envuélvela sobre tu mano dominante mientras caminas hacia ellos. No hables ni produzcas sonido, cuando estés lo suficientemente cerca solo levanta el brazo y esquiva a cualquiera que se interponga en tu camino; Si tu piel entra en contacto con cualquiera de ellos el silencio se romperá, te harás visible ante la multitud y ese será tu final.

Mientras pasas verás a un hombre vestido de escarlata, será el único que permanecerá quieto y podrá verte. Un circulo vacío se formará rodeándote junto al extraño mientras el resto continúa caminando. Ponte de pie y espera hasta que el hombre levante la mano, cuando esto ocurra debes romper inmediatamente el silencio y preguntarle: "¿Cuántos perecerán cuando se reúnan?".

Todos los hombres se detendrán y te mirarán rítmicamente, todos ellos observarán cada uno de tus movimientos. Una vez que todos estén frente a ti debes preguntar: "¿Y cuántos estarán allí para luchar?".

Ellos reirán, todos ellos menos el que lleva la capa roja se reirán. Sus carcajadas resonarán en todo el espacio en el que te encuentres, pero no debes ceder. Continúa preguntando: "¿Y cuántos estarán allí para defenderse?". Su risa crecerá y comenzarán a desvanecerse, una vez que todos se hayan ido menos uno haz una última pregunta al hombre escarlata: "¿Dónde estaremos a salvo de ellos?".

El hombre se inclinará ante ti y se desvanecerá dejando solo su manto escarlata.


Esta capa es el Objeto N°71 de 538. Cuando lo uses te devolverá a ese espacio, el único lugar seguro cuando todos se reúnan.