miércoles, 13 de noviembre de 2019

#037 El Holder de la Confusión

En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier institución mental o centro de acogida donde puedas llegar por ti mismo. Dirígete a la recepción y pide visitar a aquel que se hace llamar "el portador de la confusión". Inicialmente, la empleada te ignorará, pero si esperas un minuto, se levantará y te indicará que la sigas. Te adentrarás por una serie de pasillos tenuemente iluminados, llegando a un corredor sin salida ni puertas. La empleada te acompañará hasta el final del pasillo y regresará sin decir una palabra.

Debes caminar hasta el final del pasillo. Una vez hayas llegado, coloca tus manos sobre la pared para revelar que es una ilusión por la que puede caminar. Si tienes miedo, o no estás seguro de lo que hay detrás del muro cuando cruces, o tienes alguna duda, simplemente saldrás del plano de la existencia para siempre, nunca más se volverá a saber de ti.

Pero si crees en ti mismo y crees que las respuestas se encuentran más allá de la pared, cuando cruces aparecerás en una habitación blanca y brillante con muchos caminos. Algunos conducen a la distancia, otros parecen no conducir a ninguna parte, mientras que otros parecen desafiar la comprensión y conducir a un sufrimiento que solo las almas más condenables pueden comprender.

El camino que buscas es el que tienes por delante. Parece continuar por la eternidad. Tómalo con calma, no debe decir nada, no importa cuánto tiempo parezca tomar el viaje, y si el lugar comienza a oscurecerse a la mitad del viaje, tu única opción es sentarte y llorar en silencio, porque ya no eres más que alimento para un grotesco demonio.

Sin embargo, si la habitación sigue siendo de un blanco casi insondable, tu viaje por el camino será tranquilo, y seguramente llegarás a una puerta. En este punto, no necesita hacer nada, ya que la puerta se abre para revelar una habitación que parece imposible. No es grande, pero tampoco pequeña. No está iluminada, pero no está oscura. Parece ser todo y nada. Iguales y opuestos, nada tiene sentido en esa estancia. La mayoría de los que ingresan son conducidos a una locura enloquecedora y comienzan a rasgar su propia carne, o se destripan con sus propias uñas, todo mientras se ríen maníacamente. Nunca muriendo, este será su destino para la eternidad.

En caso de que no seas conducido a la locura, notarás una figura indescriptible en el centro de la locura. Parece ser humano, pero al mismo tiempo, algo mucho más infernal. No podrás comprender esta entidad visualmente, pero no debes rechazar su vista, ni puedes decirle nada. Comenzará a hablarte sobre muchos eventos. Algunos de los cuales sabes son ciertos. Otros que conoces son mentiras. Algunos de los cuales no estás seguro. La entidad se agitará cada vez más por ignorar sus tonterías. Debes abstenerte de decir algo, hasta que la entidad se quede en silencio brevemente y luego pregunte:

¿Qué harías si todos se unieran?

A esto, debes responder firmemente:

Todo lo que harías. Incluyendo lo que no harías.

La entidad te mirará fijamente por un momento. Si no te cree, simplemente se irá y te dejará allí, para siempre en la oscuridad. Sin embargo, si te cree, extenderá su mano y te dará un pequeño objeto brillante aparentemente inmaterial. Esta es la "Resolución de la Bestia".

Ese es el Objeto 37 de 538. No importa cuán indeciso seas, no importa cuán inseguro se vuelva el mundo, solo tú debes saber qué hacer si todos se unen.


lunes, 11 de noviembre de 2019

Aluxes

Nombre: Alux, Aluxo'ob
Origen: Mitología Maya
Fecha: Siglo XVI
Temperamento: Travieso
Tamaño: Pequeño
Raza: Elfo
Ubicación: Sureste de México, Belice y Guatemala.





Antecedentes:

Son el equivalente maya a lo que conocemos comúnmente como duendes. Son pequeños seres que no sobrepasarían los 40 cms de estatura, con una apariencia semejante a la de una pequeña persona y la vestimenta típica maya. 

Según los relatos, los aluxes son invisibles para la mayoría de la gente, pero suelen asumir forma visible para comunicarse, asustar humanos o congregarse entre ellos. 

Suelen ser asociados con lugares abundantes en naturaleza como selvas, grutas y campos, pero también pueden llegar a moverse a zonas urbanizadas para buscar ofrendas.

Algunos mayas contemporáneos aún creen que los aluxes son convocados en cuanto un campesino construye en su propiedad una especie de altar en una casita conocida como kahtal alux o "la casa del alux", normalmente en su milpa. Durante siete años, los aluxes ayudarán a crecer el maíz, llamar la lluvia y vigilar los campos de noche, silbando para espantar a los animales de rapiña o delatar a los ladrones. Al final de los siete años, el granjero debe cerrar las ventanas y las puertas de la casita, sellando al alux dentro. Si esto no es así, se puede perder el control sobre el alux y éste empezará a comportarse de forma agresiva en contra de las personas.

Algunos mayas contemporáneos aún consideran que los altares les son útiles en sus labores de campo (aunque sus orígenes y el propósito verdaderos de estos les sean desconocidos).

Existen también antiguos relatos que indican que los Alux'ob se detienen en los caminos para pedir ofrendas, si se les niegan el Alux causará mala suerte, enfermedades y estragos; pero si se le recompensa, el Alux protegerá a la persona de cualquier peligro del camino y le traerá buena suerte.



#036 El Holder de la Fe

En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier institución mental o religiosa donde puedas llegar por ti mismo. Dirígete a la recepción, cierre los ojos y solicita visitar a aquel que se hace llamar "el portador de la fe". El empleado te mirará con una confusión abstracta, sacudirá la cabeza y volverá a su trabajo. Si esperas durante 3 minutos, él suspirará y te guiará al armario del conserje. Te pedirá que entres y te encerrará allí. La puerta no se abrirá y estarás completamente a oscuras. Poco a poco la oscuridad comenzará a describir, en la más blanca de las palabras blancas, en un idioma que nunca has leído y voces que nunca has escuchado, hablando de las más terribles blasfemias que tu cuerpo puede soportar.

Si el soliloquio alguna vez se detiene, arrodíllate y junta las manos, gritando cada oración que conoces. Si la escritura no continúa, maldice al dios que lo ha creado.

Si la escritura continúa, párate rápidamente y corre hacia la oscuridad, ya no habrá puerta ni paredes. Allí, distinguirás que estás en un túnel que se abre en una gran cúpula, verás a una joven vestida de blanco, mirándote con el pelo caído sobre la cara. No mires tus manos, o comenzarás a desgarrar la carne de tu rostro con ellas y no podrás detenerlas. La joven solo responderá a una pregunta: 

¿Por qué temen?

Ella te admirará y su boca dejará escapar cada error que haya ocurrido en nombre de un dios, y algunos que debes creer sucedieron más allá de tu realidad. Luego caerá al suelo gritando en horrible agonía mientras es consumida por una llama blanca.

Sus cenizas son el Objeto 036 de 538. Algún día se mezclará con la tuya



domingo, 10 de noviembre de 2019

El Niño del Bote

Se cuenta que en un domicilio que se ubica en Calle Galeana 1976, cerca de lo que es hoy el puente sobre la avenida ayuntamiento. Vivía un matrimonio con su pequeño hijo.

Hubo un tiempo en que el pequeño se mostraba sumamente nervioso y preguntaba a sus padres—¿Quién juega y llora en la azotea todas las noches?— los padres no le tomaban ni la mas mínima importancia, y contestaban: 

—ha de ser un gato ¡duérmete!—, el pobre niño despertaba a media noche, asustado, porque sobre el techo de su cama se escuchaban gemidos, y el sonido de una lata rodando continuamente de un lugar a otro. Llamaba a sus padres, pero estos desde su habitación le ordenaban volver a dormir. Incluso intentaba dormir con ellos, pero también se lo impedían.

Una de tantas ocasiones, el matrimonio fue despertado a mitad de la noche por un grito de terror proveniente de la habitación del niño, y después de eso no pudieron encontrarlo por ningún lado. 

Dieron aviso a las autoridades y al siguiente día, al volver a casa después de un largo día buscando a su hijo hasta que notaron un bote atado con un lazo colgar desde la azotea. Con algo de enojo el hombre logra subir al cobertizo y ve otro bote tirado sobre el techo de la recamara de su hijo, al acercarse encuentra a su hijo en un rincón sentado en cuclillas, abrazando sus piernas con el cuerpo totalmente arañado y su rostro mostrando un gesto de infinito terror…¡Sin vida!.

El matrimonio terminó por mudarse, pero en su nuevo hogar al llegar la media noche los despertó el sonido de un bote rodando en la azotea de la casa nueva y parado frente a su cama, vieron a su hijo quien les decía:

 —Me asusta el ruido de allá arriba.

Después de eso no lo volvieron a ver, pero cada año en el aniversario de su muerte, se escucha el ruido del bote y el llanto del niño.




Calificación:       

sábado, 9 de noviembre de 2019

Caras nuevas

Hola, soy Seth. Estoy escribiendo esta nota, metiéndola en una botella y tirándola al arroyo cerca de mi casa. Escribir me ayuda a mantener mi cordura. Espero que quien sea que lea esto venga a ayudarme.

Empezó hace 1 mes. Yo estaba en mi oficina, en el sótano, viendo repeticiones del viejo programa Misterios de la ciencia 3000. El teléfono sonó a mi lado, pero no le presté atención. Nunca me llamaban, sólo en ocasiones muy raras, normalmente llamaban a mi hermano, y la mitad del tiempo mi sobrino trataba de quitárselo para hablar él mismo.

Mamá gritó desde el piso superior diciéndome que la llamada era para mí. Sí, yo vivo en la casa de mis padres. En fin, contesté el teléfono.

—¿Hola? —dije, poniéndole más atención a las aventuras de robots en la pantalla.

—Ha iniciado—dijo la voz que era un poco más que un gemido, que una suplica. Ni siquiera la conocí.

—¿Disculpe? —dije, preguntándome quién podría estar llamando.

—Ya llegaron, no tengo mucho tiempo Len, me dijiste que te llamara si lo que hicimos causaba problemas.

Ahora un poco preocupado, dije:

—Creo que se ha equivocado de número, yo soy Seth, no Len.

—¡NO SALGAS DE CASA! —gritó la persona.

Completamente asustado, colgué el teléfono. Debió de ser alguna llamada de broma, pero yo no me reía. Algo sacudido, olvidé el asunto.

Mucho después, dejé de ver los vídeos, apagué las luces y subí las escaleras. Estaba totalmente a oscuras, pero conocía el camino. Esta vez la oscuridad parecía un poco más opresiva, pensé. Me sacudí esa idea, y seguí subiendo. Al pasar por la sala, miré por la ventana.

Había gente afuera, en una caminata, o algo así. Miré el reloj y decía 3:00 am.

—Que raro —murmuré.

Llegué a mi cuarto y me quedé dormido. Fui un tonto esa primera noche. Si hubiera conocido lo que vi, me hubiera ahorrado el terror y me hubiera salido de casa.

A la mañana siguiente, mi padre estaba viendo las noticias, lo cual era raro porque mi padre siempre miraba el canal de deportes antes de irse a trabajar. Apenas le puse atención en lo que me ponía la corbata y me dirigía al baño.

Al llevar a cabo mi rutina diaria, un extraño sentimiento se apoderó de mí. Normalmente tenia que pelear por el baño, pero esta vez no había ningún ruido. Me asomé fuera del cuarto y vi que la puerta principal estaba abierta. No había ruido. Me asome afuera y vi a las personas que había visto la noche anterior seguían afuera.

Abrí la puerta.

Inmediatamente sus cabezas se voltearon hacia mí. Me metí de nuevo a casa tan rápido como pude, mientras sentía que algo me agarraba del tobillo. Sus rostros tenían miradas inexpresivas, sus bocas un poco abiertas y derramaban sangre.

Vi a uno de ellos casi en la entrada de mi casa retirando su brazo que trato de agarrarme. Con un horror que casi hizo que me desmayara, reconocí a mi hermano. Golpeando la puerta, la cerré y regresé a la sala.

La televisión reportaba de una enfermedad que se estaba esparciendo desde Canadá hacia el sur, por todos Estados Unidos. La apagué e inútilmente llamé adentro de la casa para saber si había alguien. No hubo respuesta.

Y así comenzó mi solitaria existencia. Las noticias siguieron por algunos días, antes de que los atraparan. Seguí cometiendo los errores más estúpidos, regresando a casa todas las noches. La electricidad seguía funcionando, supongo que alguien dejó el interruptor encendido en la fábrica. O quizás sólo el norte de Nueva Inglaterra ha sido invadida. No lo sé.

El Internet no sirve, lo cual es algo molesto.

Cuando las noticias todavía se transmitían, los llamaban zombis, regresando a ese viejo estado de espera. Supongo que es algo adecuado. Quiero decir, ellos lo hacen mucho y definitivamente están muertos.

Ellos caminan hasta que sus piernas se pudren, luego se arrastran hasta que literalmente se caen a pedazos. Sin embargo, cuando tienen piernas son muy rápidos. Supongo que así fue cómo atraparon a mi familia. Y a la patrulla que llegó a la casa para ver si había algún sobreviviente.

Eso no era algo divertido de ver cada mañana. Voltearon mi auto mientras lo perseguían, así que estoy atrapado. Nuevamente policías al rescate. Realmente ellos no necesitan comida, así que no terminaron de comerse al pobre tipo. Pero lo desmembraron, es por eso que él no pudo levantarse y unirse a ellos.

Sin embargo, podía oírlo rechinar sus dientes inútilmente. Pero estoy en problemas. Veras, ya no tengo comida en casa. Apenas puedo esperar a que todos vuelvan a morir. He hecho un par de expediciones al centro comercial. Por suerte tengo esa colección de espadas.

Cuando corro, todos son muy lentos y no pueden alcanzarme, pero hay tantos que a veces me llena de pánico. Casi me atrapan la última vez. Tiré la puerta principal para entrar, así que ahora el frió se mete todas las noches, y puedo ver a uno de ellos justo afuera de mi casa, a menos de 5 pies de donde escribo esto.

Uno está a salvo dentro de algún lugar. No me preguntes porque se aborrecen de entrar. Sea lo que sea, la razón me ha mantenido vivo. Desafortunadamente, parecen que ellos saben que hay alguien vivo dentro de la casa. No me preguntes cómo, este tipo afuera de mi casa ni siquiera tiene ojos. Quizás pueda escuchar mi corazón, o pueden oler mi sudor. O sangre.

Me pasé algunos días nombrándolos. Reconocí algunas de las caras, así que les puse sus viejos nombres. La misma multitud ha estado aquí por algunas semanas, lentamente decreciendo en números al pudrirse. Pero nunca se han ido. Afuera hay 79 que solían ser hombres y 63 que solían ser mujeres. Una vez para ver que pasaba, le disparé a uno en la cabeza con nuestra escopeta.

Ya saben, para comprobar el viejo dicho de perder la cabeza a un zombi para matarlo definitivamente era cierto. Así que al final obtuve 79 que solían ser hombres y 62 que solían ser mujeres y que decidieron permanecer en pie después de haber perdido el 80% de su cabeza. Y me queda una bala menos.

Ellos esperan, y yo me estoy volviendo loco. Hablo conmigo constantemente y me comí un peluche la noche anterior. El algodón pasó con dificultad, pero se sintió bien tener algo en el estomago otra vez. No hay árboles que den frutos por aquí, y de cualquier forma es noviembre. Y el agua escasea. El agua dejó de fluir hace 8 días, afortunadamente tengo la bañera y en todas las botellas que pude encontrar antes de que ya no hubiera agua.

Ahora la lámpara está brillando mucho, y estoy escuchando un zumbido. Me pregunto si se va a ir la luz.

Bueno, eso no fue divertido. Pérdida total de energía por 4 días. ¿Alguna vez has intentado dormir en la oscuridad sabiendo que hay algo haya afuera que quiere matarte y hacerte uno de ellos a la primera oportunidad que tengan?

Probablemente hasta donde yo sé, estas cosas están por todas partes. ¿Les mencioné a Herschel, el tipo que está afuera de mi casa? Se le cayó una de las piernas, así que está sentado oliéndola. Gracias a Dios que perdieron todas las funciones cerebrales avanzadas. Estoy seguro de que las almas no están atrapadas en esas cosas, y que esto es enfermedad o lo que sea, tratando de esparcirse por sí misma en la población tanto como pueda.

No sé si lo has notado, lector, pero a los animales no parecen afectarles. Es un pequeño alivio. Por supuesto, mueren si comen la carne, pero no se levantan de nuevo después de morir. Es raro, ¿no lo creen? Me está dando mucha hambre y me estoy desesperando.

Quizás, solo quizás, si recargo la vieja 22 y mato a una ardilla de afuera. ¿Pero como la metería a la casa?

Por otra parte, soy un poco más optimista que tú, quien quiera que seas. La energía no pudo haber regresado de no haber gente allá afuera, tratando de restaurar el orden. Me siento con suerte, es hora de tomar una espada e ir a tirar esto al rió.

Quizás todo esto ya casi termina. Tal vez...

Por otra parte, si es que ya casi acabo.

¿Por qué hay caras nuevas allá afuera?


viernes, 8 de noviembre de 2019

Mothman

Localización: Mundial
Nombre: Mothman, Hombre Buho
Origen: Desconosido
Aspecto: Humanoide
Clasificación: Críptido Alado
Temperamento: Desconocido
Tamaño: 2 a 3 m
Primer Reporte: año 1966 
Población: Desconocida
Lugares de Avistamiento: Point Plaisent (Virginia Occidental); Chihuahua, Mexico; Georgia; Ucrania; Santiago, Chile; 







Información:

Mothman o el Hombre Polilla (también llamado a veces Hombre-Buho) es un críptido caracterizado por poseer una forma antropomorfa y alada, además de una estatura algo mayor de dos metros, según relatan quienes han logrado avistarlo.

Según los relatos recopilados por testigos, este ser de enorme estatura posee unos grandes ojos rojos que parecen estar en una cabeza muy poco definida, que se une inmediatamente al torso y se cubre con una vestimenta o pelaje negro, grandes alas que caen desde sus hombros como una capa, haciéndolo parecer una enorme polilla o Buho. 

Sus apariciones suelen estar ligadas a grandes catástrofes y esta criatura es conocida por ser un "heraldo de desgracias y muerte" (al igual que las Banshee)

La noche del 14/11/1966 fue el primer avistamiento de Mothman en Point Pleasant, Virginia. Por un par de transeuntes que mientras observaban un antiguo deposito de explosivos utilizados en la segunda guerra mundial, pudieron observar a la criatura de 2 metros de altura aproximadamente. Los testigos afirman que la criatura emitió un agudo grito. Jamás se encontraron evidencias de este suceso en búsquedas posteriores. 

Posteriormente sería avistado en 1976 y 1978 por aproximadamente 6 personas, que afirman haberlo divisado en la region de Cornualles en inglaterra donde posteriormente se registro un aumento de actividad Ovni en la zona.

En marzo de 2009, en la ciudad de Chihuahua  fue visto por varias personas de la localidad. Su aparición causó revuelo cuando casi un mes después en México estalló una epidemia de gripe A que causó la muerte de varias personas.

Se habla también que poco antes del desastre nuclear de Pripyat Mothman fue visto en Georgia y alrededores de Ucrania, se comenta que se antepone a los momentos fatídicos.

Desde septiembre de 2013, Mothman ha sido avistado por varias personas en forma separada en la ciudad de Santiago de Chile.​ Él, junto a sus amigos, observó el 29 de septiembre de 2013, a eso de las 20:30 horas, a una enigmática criatura de dos metros y de largas alas, sobrevolando el Parque Bustamante, en la céntrica comuna de Providencia.

Las últimas apariciones documentadas de el Hombre Polilla datan del 2 de mayo de 2017 en Chicagopdonde tres testigos en distintos lugares e independientemente reportaron a un misterioso ser en un lapsus de 4 horas, todos los testigos afirmaron que el enorme ser era semejante a un inmenso Buho, además se reportaron avistamientos OVNI en dicho lugar.

Durante el año 2018 se han reportado avistamientos en chicago sumando más de 55 encuentros en esta zona.





jueves, 7 de noviembre de 2019

Hechos tocantes al difunto Arthur Jermyn y su familia - H. P. Lovecraft

Título Original: Facts Concerning the Late Arthur Jermyn and his Family.
Autor: H. P. Lovecraft.
Nacionalidad: Estados Unidos.
Año de publicación: 1921.

I


La vida es algo espantoso; y desde el trasfondo de lo que conocemos de ella asoman indicios demoníacos que la vuelven a veces infinitamente más espantosa. La ciencia, ya opresiva en sus tremendas revelaciones, será quizá la que aniquile definitivamente nuestra especie humana —si es que somos una especie aparte—; porque su reserva de insospechados horrores jamás podrá ser abarcada por los cerebros mortales, en caso de desatarse en el mundo. Si supiéramos qué somos, haríamos lo que hizo sir Arthur Jermyn, que empapó sus ropas de petróleo y se prendió fuego una noche. Nadie guardó sus restos carbonizados en una urna, ni le dedicó un monumento funerario, ya que aparecieron ciertos documentos, y cierto objeto dentro de una caja, que han hecho que los hombres prefieran olvidar. Algunos de los que le conocían niegan incluso que haya existido jamás.

Arthur Jermyn salió al páramo y se prendió fuego después de ver el objeto de la caja, llegado de África. Fue este objeto, y no su raro aspecto personal, lo que le impulsó a quitarse la vida. Son muchos los que no habrían soportado la existencia, de haber tenido los extraños rasgos de Arthur Jermyn; pero él era poeta y hombre de ciencia, y nunca le importó su aspecto físico. Llevaba el saber en la sangre; su bisabuelo, Sir Robert Jermyn, baronet, había sido un antropólogo de renombre; y su tatarabuelo, sir Wade Jermyn, uno de los primeros exploradores de la región del Congo, y autor de diversos estudios eruditos sobre sus tribus animales, y supuestas ruinas. Efectivamente, sir Wade estuvo dotado de un celo intelectual casi rayano en la manía; su extravagante teoría sobre una civilización congoleña blanca le granjeó sarcásticos ataques, cuando apareció su libro, Reflexiones sobre las diversas partes de África. En 1765, este intrépido explorador fue internado en un manicomio de Huntingdon.

Todos los Jermyn poseían un rasgo de locura, y la gente se alegraba de que no fueran muchos. La estirpe carecía de ramas, y Arthur fue el último vástago. De no haber sido así, no se sabe qué habría podido ocurrir cuando llegó el objeto aquel. Los Jermyn jamás tuvieron un aspecto completamente normal; había algo raro en ellos, aunque el caso de Arthur fue el peor, y los viejos retratos de familia de la Casa Jermyn anteriores a sir Wade mostraban rostros bastante bellos. Desde luego, la locura empezó con sir Wade, cuyas extravagantes historias sobre África hacían a la vez las delicias y el terror de sus nuevos amigos. Quedó reflejada en su colección de trofeos y ejemplares, muy distintos de los que un hombre normal coleccionaría y conservaría, y se manifestó de manera sorprendente en la reclusión oriental en que tuvo a su esposa. Era, decía él, hija de un comerciante portugués al que había conocido en África, y no compartía las costumbres inglesas. Se la había traído, junto con un hijo pequeño nacido en África, al volver del segundo y más largo de sus viajes; luego, ella le acompañó en el tercero y último, del que no regresó. Nadie la había visto de cerca, ni siquiera los criados, debido a su carácter extraño y violento. Durante la breve estancia de esta mujer en la mansión de los Jermyn, ocupó un ala remota, y fue atendida tan sólo por su marido. Sir Wade fue, efectivamente, muy singular en sus atenciones para con la familia; pues cuando regresó de Africa, no consintió que nadie atendiese a su hijo, salvo una repugnante negra de Guinea. A su regreso, después de la muerte de lady Jermyn, asumió él enteramente los cuidados del niño.

Pero fueron las palabras de sir Wade, sobre todo cuando se encontraba bebido, las que hicieron suponer a sus amigos que estaba loco. En una época de la razón como e! siglo XVIII, era una temeridad que un hombre de ciencia hablara de visiones insensatas y paisajes extraños bajo la luna del Congo; de gigantescas murallas y pilares de una ciudad olvidada, en ruinas e invadida por la vegetación, y de húmedas y secretas escalinatas que descendían interminablemente a la oscuridad de criptas abismales y catacumbas inconcebibles. especialmente, era una temeridad hablar de forma delirante de los seres que poblaban tales lugares: criaturas mitad de la jungla, mitad de esa ciudad antigua e impía... seres que el propio Plinio habría descrito con escepticismo, y que pudieron surgir después de que los grandes monos invadiesen la moribunda ciudad de las murallas y los pilares, de las criptas y las misteriosas esculturas. Sin embargo, después de su último viaje, sir Wade hablaba de esas cosas con estremecido y misterioso entusiasmo, casi siempre después de su tercer vaso en el Knight’s Head, alardeando de lo que había descubierto en la selva y de que había vivido entre ciertas ruinas terribles que él sólo conocía. Y al final hablaba en tales términos de los seres que allí vivían, que le internaron en el manicomio. No manifestó gran pesar, cuando le encerraron en la celda enrejada de Huntingdon, ya que su mente funcionaba de forma extraña. A partir de! momento en que su hijo empezó a salir de la infancia, le fue gustando cada vez menos el hogar, hasta que últimamente parecía amedrentarle. El Knight’s Head llegó a convertirse en su domicilio habitual; y cuando le encerraron, manifestó una vaga gratitud, como si para él representase una protección. Tres años después, murió.

Philip, el hijo de Wade Jermyn, fue una persona extraordinariamente rara. A pesar del gran parecido físico que tenía con su padre, su aspecto y comportamiento eran en muchos detalles tan toscos que todos acabaron por rehuirle. Aunque no heredó la locura como algunos temían, era bastante torpe y propenso a periódicos accesos de violencia. De estatura pequeña, poseía, sin embargo, una fuerza y una agilidad increíbles. A los doce años de recibir su título se casó con la hija de su guardabosque, persona que, según se decía, era de origen gitano; pero antes de nacer su hijo, se alistó en la marina de guerra como simple marinero, lo que colmó la repugnancia general que sus costumbres y su unión habían despertado. Al terminar la guerra de América, se corrió el rumor de que iba de marinero en un barco mercante que se dedicaba al comercio en Africa, habiendo ganado buena reputación con sus proezas de fuerza y soltura para trepar, pero finalmente desapareció una noche, cuando su barco se encontraba fondeado frente a la costa del Congo.

Con el hijo de sir Philip Jermyn, la ya reconocida peculiaridad familiar adoptó un sesgo extraño y fatal. Alto y bastante agraciado, con una especie de misteriosa gracia oriental pese a sus proporciones físicas un tanto singulares, Robert Jermyn inició una vida de erudito e investigador. Fue el primero en estudiar científicamente la inmensa colección de reliquias que su abuelo demente había traído de Africa, haciendo célebre el apellido en el campo de la etnología y la exploración. En 1815, sir Robert se casó con la hija del séptimo vizconde de Brightholme, con cuyo matrimonio recibió la bendición de tres hijos, el mayor y el menor de los cuales jamás fueron vistos públicamente a causa de sus deformidades físicas y psíquicas. Abrumado por estas desventuras, el científico se refugió en su trabajo, e hizo dos largas expediciones al interior de Africa. En 1849, su segundo hijo, Nevil, persona especialmente repugnante que parecía combinar el mal genio de Philip Jermyn y la hauteur de los Brightholme, se fugó con una vulgar bailarina, aunque fue perdonado a su regreso, un año después. Volvió a la mansión Jermyn, viudo, con un niño, Alfred, que sería con el tiempo padre de Arthur Jermyn.

Decían sus amigos que fue esta serie de desgracias lo que trastornó el juicio de Sir Robert Jermyn; aunque probablemente la culpa estaba tan sólo en ciertas tradiciones africanas. El maduro científico había estado recopilando leyendas de las tribus onga, próximas al territorio explorado por su abuelo y por él mismo, con la esperanza de explicar de alguna forma las extravagantes historias de sir Wade sobre una ciudad perdida, habitada por extrañas criaturas. Cierta coherencia en los singulares escritos de su antepasado sugería que la imaginación del loco pudo haber sido estimulada por los mitos nativos. El 19 de octubre de 1852, el explorador Samuel Seaton visitó la mansión de los Jermyn llevando consigo un manuscrito y notas recogidas entre los onga, convencido de que podían ser de utilidad al etnólogo ciertas leyendas acerca de una ciudad gris de monos blancos gobernada por un dios blanco. Durante su conversación, debió de proporcionarle sin duda muchos detalles adicionales, cuya naturaleza jamás llegará a conocerse, dada la espantosa serie de tragedias que sobrevinieron de repente. Cuando sir Robert Jermyn salió de su biblioteca, dejó tras de sí el cuerpo estrangulado del explorador; y antes de que consiguieran detenerle, había puesto fin a la vida de sus tres hijos: los dos que no habían sido vistos jamás, y el que se había fugado. Nevil Jermyn murió defendiendo a su hijo de dos años, cosa que consiguió, y cuyo asesinato entraba también, al parecer, en las locas maquinaciones del anciano. El propio sir Robert, tras repetidos intentos de suicidarse, y una obstinada negativa a pronunciar un solo sonido articulado, murió de un ataque de apoplejía al segundo año de su reclusión.

Sir Alfred Jermyn fue baronet antes de cumplir los Cuatro años, pero sus gustos jamás estuvieron a la altura de su título. A los veinte, se había unido a una banda de músicos, y a los treinta y seis había abandonado a su mujer y a su hijo para enrolarse en un circo ambulante americano. Su final fue repugnante de veras. Entre los animales del espectáculo con el que viajaba, había un enorme gorila macho de color algo más claro de lo normal; era un animal sorprendentemente tratable y de gran popularidad entre los artistas de la compañía. Alfred Jermyn se sentía fascinado por este gorila, y en muchas ocasiones los dos se quedaban mirándose a los ojos largamente, a través de los barrotes. Finalmente, Jermyn consiguió que le permitiesen adiestrar al animal asombrando a los espectadores y a sus compañeros con sus éxitos. Una mañana, en Chicago, cuando el gorila y Alfred Jermyn ensayaban un combate de boxeo muy ingenioso, el primero propinó al segundo un golpe más fuerte de lo habitual, lastimándole el cuerpo y la dignidad del domador aficionado. Los componentes de «El Mayor Espectáculo del Mundo» prefieren no hablar de lo que siguió. No se esperaban el grito escalofriante e inhumano que profirió sir Alfred, ni verle agarrar a su torpe antagonista con ambas manos, arrojarle con fuerza contra el suelo de la jaula, y morderlo furiosamente en su peluda garganta. Había cogido al gorila desprevenido; pero éste no tardó en reaccionar; y antes de que el domador oficial pudiese hacer nada, el cuerpo que había pertenecido a un baronet había quedado irreconocible.