miércoles, 18 de diciembre de 2019

Al apagarse las luces

Soy Jairo, tengo 25 años pero mi historia comienza cuando tenia 15. Yo era un niño inquieto, mis travesuras no eran tan problemáticas, todos me consideraban alguien valiente, no me asustaba nada... bueno, casi nada. Solo había una cosa que me asustaba más que nada: la oscuridad, era la cosa más horrible que podía pensar, siempre quería dormir con las luces prendidas pero mi madre no me entendía y apagaba las luces. El problema era que al apagarse las luces al dormir, estoy en una habitación donde hay un camino y una entrada a un lugar que no se adonde va y no quiero saber hacia donde va.

Cada vez tengo el mismo sueño pero una noche escuche algo que no estaba en mis sueños me decía:

—Al apagarse las luces estarás aquí en tu hogar, no intentes escapar por que tu vas a fallar.

Eso me asusto demasiado, jamás había escuchado algo así, la volví a escuchar varios noches seguidas, comenzó a atormentarme en mis sueños. Milagrosamente había ocasiones en que no escuchaba la voz durante semanas, pero los días tranquilos terminan antes de que descanse lo suficiente, volvía a tener el mismo sueño, el mismo lugar, vuelvo a escuchar esa voz, la maldita voz me volvía a hablar:

—Estás de vuelta después de algunos días, retornaste a tu hogar... ahora prepárate, vas a quedarte, no intentes escapar o sufrirás las consecuencias.

Un milagro sucedió aquella vez que, aparentemente, hice ruidos tan fuertes durante mi pesadilla que desperté a mi madre, que fue a despertarme. Le di un fuerte abrazo, ella habrá pensado que esa pesadilla era fuerte y me devolvió el abrazo, se le agradecí mucho pero escuché algo... era esa voz que me decía:

—Ese milagro no volverá a pasar mañana a la media noche tu me vas a encontrar y ese sera tu final.

Tuve mucho miedo le conté a mi madre de todo lo que estuvo pasando y solo me dijo que no debía creer en eso, yo le creí a mi madre por que no quería seguir con esa conversación así que me volví a dormir. Mi madre se fue y solo seguí durmiendo, volví al mismo lugar con la misma voz hablando y me dijo algo que me dejó con los pelos de punta: 

—Mañana a media noche me conocerás, ni se te ocurra decirle a tu madre o te dejaré ver lo que le haré.

Al día siguiente, sopesaba lo que había soñado. Mi madre me miro con una cara deprimida y me dijo que si me pasaba algo, solo le respondí que todo estaba bien, que no tuve una buena noche, no quería que algo le pasara a ella.

Cayo la noche y no quería dormir, estaba asustado pero sin querer me dormí y volví al mismo lugar de antes, pero esta vez me arme de valor e inmediatamente me desperté, estaba en mi cuarto tranquilo y relajado, solo era un sueño. De repente escucho a alguien que estaba en mi cama y ese monstruo cumplió su promesa que lo conocería esa media noche y no olvidare esa figura que el llamaba cuerpo y como me hablo:

—Ya estoy aquí así que prepárate, tu destino está escrito para mi, no intentes nada o tu madre será la siguiente.

Estaba asustado ni la oscuridad me dio este tremendo susto, solo por impulso grite con todas mis fuerzas. Sin embargo nadie me escucho, él habló:

—Te dije que no intentes nada pero que más da. Nadie te escuchara, eres mio y de nadie más, tu destino esta escrito tu madre vivirá pero tu eres historia.

Pensé en lo que dijo tal vez tenia razón pero yo no me daría por vencido así que intente mi ultimo recurso, encender la luz, salte de la cama y fui hacia la lampara pero el monstruo me dijo desesperado:

—!Espera espera¡ no hagas eso, te dejare en paz, por favor, no enciendas eso, mi vida perecerá.

Yo lo pensé unos momentos pero si lo dejaba ahí, me atormentaría así que hice lo que tenía que hacer, prendí la luz y solo escuche sus gritos de dolor, significaba que el monstruo había muerto y no volvería a atormentarme al dormir.

Pasaron 10 años, aún recuerdo a ese maldito monstruo, aún lo recuerdo. Me dormí una noche, volví a tener el mismo sueño que no había tenido en mucho tiempo, estaba asustado, solo veía una cosa, a él, el monstruo, que me preguntó:

—Dime ¿aun le temes a la oscuridad?

Le respondí que si, porque era verdad pero él solo se rió mucho. Después me dijo esto y fue lo ultimo que dijo:

—Sabes que el miedo te hace una persona, a mi me han dicho eso.

Yo supuse que el representaba mi miedo y era tanto el miedo que tenia, que manifiesto ese monstruo que en realidad yo lo cree sin saberlo. Cuando comprendí esto, no lo volví a ver nunca más, pero con lo que me dijo, solo tenía algo que hacer antes de dormir, apagar las luces y me fui a dormir con las luces apagadas.



Calificación: 

martes, 17 de diciembre de 2019

#412 El Holder del Significado

En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a alguna institución mental o casa en medio de un camino a la que puedas llegar por tus propios medios. Una vez adentro pide que te lleven con quien se hace llamar "El Portador del Significado". El trabajador comenzará a gritar, luego sacará un cuchillo del segundo cajón de su escritorio y se lo insertará en el estómago, debes esperar a que se desmaye, retira el cuchillo de su cuerpo y dirígete al pasillo más cercano. Cualquier persona que haya estado en ese momento en el lobby, no notará nada de lo que ha ocurrido. 

Pasarás afuera de muchas habitaciones, y dentro de ellas oirás los gritos más horribles que jamás hayas escuchado antes. No intentes rescatar a nadie, no pueden ser salvados de su tortura. Al final del pasillo encontrarás una puerta que no tiene cerradura ni manilla, apuñalala tan fuerte como puedas con el cuchillo y no te detengas hasta que se abra. Si el cuchillo se rompe, usa la mitad restante para cortarte el cuello para morir rápidamente. No puedes retractarte en este punto, solo hay sufrimiento infinito detrás de ti.

Si la puerta se abre, verás delante de ti una gran sala, repleta con los cuerpos de cien hombres. Estos pobres diablos murieron de las maneras que te volvería loco imaginar, no prestes atención a sus heridas o te unirás a ellos.

Mientras caminas serás testigo de todos los crímenes que hayas cometido, no te arrepientas, ya que si lo haces tus pulmones se convertirán en espinas que perforarán tu corazón en cada respiración. 

Cuando llegues al otro lado de la habitación, de la nada aparecerá una niña que te obsequiará un pequeño pastelito antes de estallar en llamas dejando solo cenizas.



Este pastel es el objeto 412 de 538, ¿Te atreves a comerlo? 

lunes, 16 de diciembre de 2019

Oda al Gato

Los animales fueron
imperfectos,
largos de cola, tristes
de cabeza.
Poco a poco se fueron
componiendo,
haciéndose paisaje,
adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.

El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.

No hay unidad
como él,
no tienen
la luna ni la flor
tal contextura:
es una sola cosa
como el sol o el topacio,
y la elástica línea en su contorno
firme y sutil es como
la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos
dejaron una sola
ranura
para echar las monedas de la noche.

Oh pequeño
emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón, nupcial
sultán del cielo
de las tejas eróticas,
el viento del amor
en la intemperie
reclamas
cuando pasas
y posas
cuatro pies delicados
en el suelo,
oliendo,
desconfiando
de todo lo terrestre,
porque todo
es inmundo
para el inmaculado pie del gato.

Oh fiera independiente
de la casa, arrogante
vestigio de la noche,
perezoso, gimnástico
y ajeno,
profundísimo gato,
policía secreta
de las habitaciones,
insignia
de un
desaparecido terciopelo,
seguramente no hay
enigma
en tu manera,
tal vez no eres misterio,
todo el mundo te sabe y perteneces
al habitante menos misterioso,
tal vez todos lo creen,
todos se creen dueños,
propietarios, tíos
de gatos, compañeros,
colegas,
discípulos o amigos
de su gato.

Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago,
el mar y la ciudad incalculable,
la botánica,
el gineceo con sus extravíos,
el por y el menos de la matemática,
los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo,
la bondad ignorada del bombero,
el atavismo azul del sacerdote,
pero no puedo descifrar un gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia,
sus ojos tienen números de oro.

Pablo Neruda



El Espejo del Cambio de Alma

Talía acababa de mudarse con sus padres a Chicago, a un piso que su madre encontró extremadamente barato, la verdad no se preocupó por el precio ya que seguramente se trataba de un lugar viejo y desaliñado.

Pero cuando llegaron se llevaron la sorpresa de que no era ni muy desaliñado ni muy viejo es más,un triplex muy bonito que incluso parecía de lujo. Amanda, la madre de la niña, le preguntó a un vecino si su piso le había costado tan caro.

—Ahora que me lo dice, nunca me lo había preguntado nadie. Me costó quinientos mil dólares.

Le pareció muy extraño el valor de la casa del vecino que era también un triplex, pero no muy bien cuidado, ya que nuestro piso había costado la mitad de lo que le costó al vecino, y era mucho más bonito.

Al entrar a la nueva casa lo primero que vieron fue un precioso espejo que parecía tener como 300 años. Parecía una herencia de la abuelita. La niña se quedó el espejo y se lo subió a su cuarto.

La madre, cuando abrió un cajón del escritorio de su nueva habitación, lo primero que se encontró fueron dos papeles en los que ponían unas cartas muy extrañas. Leyó la primera:

"Querida Sara:

Mi hija está muy rara: no come, no bebe, no juega, no estudia, todo desde que se miró en ese maldito espejo. Es una herencia que tiene 6 generaciones y nunca me había dado problemas hasta que nos mudamos a esta casa. Desde que se miró intenta romperlo, y si no lo escondo rápido, te aseguro que lo acabará consiguiendo
Yolanda"

Su hija vino de repente, cuando terminó de leer la carta. Traia un cuchillo y la pegó una rápida puñallada en el cuello...

Cinco minutos después llegó su padre del trabajo, y la niña fue a saludarle. Fue entonces cuando intentó clavarle el cuchillo que tenía. Entonces, cuando llegó al cuarto de la madre y la vio muerta, leyó la segunda carta muy confusa:

"He descubierto que esa niña que estoy viendo me quiere matar. No es mi hija, es un demonio. Seguramente se le transmitió cuando se miró a ese espejo maldito desde que vinimos aquí..."

Poco después de la carta había unas manchas de sangre, las del padre, pues el demonio le había clavado un cuchillo en el cuello. De la niña no se volvió a saber nada, pues el demonio destruyó el espejo. Se sabe que se suicidó, pero se desconoce dónde.




Calificación: 



domingo, 15 de diciembre de 2019

#157 El Holder de la Misericordia

En cualquier ciudad, en cualquier país dirígete a cualquier institución mental o casa desolada en medio de algún camino, a la que puedas llegar por tus propios medios. Cuando llegues a recepción pide ver a quien se hace llamar "El Portador de la Misericordia". El trabajador cerrará los ojos mientras murmura algo inentendible, que a penas lograrás oir, golpeando el mostrador mientras lo hace. Luego hará una seña hacia el mostrador mientras abre los ojos, extiende la mano frente a el con la palma abierta, y el hombre presionará en ella un pequeño engranaje de latón de el tamaño de una moneda. Mantén la vista al frente, no mires hacia ningún lado ni gires la cabeza, ahora debes empujar la puerta delantera con la mano que sostiene el artefacto.
Si no sigues las instrucciones al pie de la letra de repente te encontrarás afuera, a cierta distancia del edificio y desde este momento, cualquier intento de conseguir este objeto resultará en tu muerte.

Si por el contrario tienes éxito, al abrir la puerta principal verás una niña parada frente a ti, con su ojo derecho vendado y un yeso en el brazo derecho, ella te preguntará con una dulce voz si puedes ayudarla. Ignórala y quédate quieto mirándola fijamente al ojo descubierto. Te preguntará otra vez y más fuerte si puedes ayudarla; Si tu silencio continúa, ella se molestará y te suplicará que la ayudes nuevamente.

Escucharás un crackido resonante y verás su brazo izquierdo romperse en dos partes por una fuerza invisible. La niña llorará con agonía mientras toma su extremidad inútil y sangrante, mientras te pide ayuda desesperadamente tu ayuda. Quédate tranquilo y no muestres empatía con ella o lo lamentarás mucho.

Si logras permanecer indiferente , sus piernas se abrirán derramando fragmentos de hueso y cuerdas de músculo sobre el pavimento mientras renueva sus horribles gritos y parece desangrarse. Se tambaleará lentamente hacia adelante, aunque pareciera que no debería poder sostenerse en pie o gritar de esa manera. No te muevas ni hables. No muestres emoción alguna ya que si logras mantenerte tranquilo, aun viendo la horrible escena del cuerpo roto de la chica, ella te alcanzará estirando su brazo derecho, tembloroso y salpicado de sangre, mientras las lagrimas caen de sus mejillas.

Toma su mano y tuércela tan fuerte como puedas, oirás un sonido repugnante y la niña jadeará de terror y dolor, incapaz de aceptar tu traición. Mírala directamente al ojo izquierdo mientras le dices: "Aún no has comenzado a sentir". La oscuridad consumirá tu visión y ya no sentirás el contacto de la niña. El débil sonido de sus sollozos se desvanecerá detrás de ti y verás un pasillo completamente blanco, brillante e iluminado. Al fondo habrá una puerta cuya única característica será una placa de acero atornillada en ella. Camina rápidamente hacia ella pero no corras, no te conviene llamar la atención.

Llegarás rápidamente a la puerta, en ese momento se apagarán todas las luces excepto la que está arriba tuyo, verás una lluvia de chispas mientras se rompen. Lee las palabras en la placa y recuerdalas ya que serán imprescindibles para escapar. Cuando las recuerdes correctamente, toca la puerta y ábrela suavemente. Antes de llegar a ver a un hombre con una larga bata blanca con el rostro oscurecido por la sombra, acércate rápidamente a el y verás como levanta sus manos cuando estes lo suficientemente cerca.

Abre tu mano, mostrando que tienes el engranaje, el hombre asentirá mientras baja los brazos. Dile esto y sólo esto: "¿Cuándo se convirtieron en los primeros? . El hombre se reirá y te contará una historia de atrocidades tremendas, narrándote la historia de los primeros objetos y la destrucción que causaron en el lejano mundo que los contenía. El conocimiento por sí mismo es un anatema para nuestra realidad y fácilmente podría destrozar tu mente si no lo comprendes.

Al final del cuento, el hombre extenderá su brazo izquierdo, su carne plagada de símbolos arcanos, palabras desconocidas y otros tallados. Alrededor de su muñeca verás un reloj extremadamente viejo y descompuesto, quítaselo y susurra las palabras escritas en la puerta. Si tu memoria es perfecta te encontrarás en la recepción del lugar que utilizaste para este viaje. Si no es así, tendrás el privilegio de presenciar en primera persona el poder de los objetos, durante el tiempo que tu alma exista.

Si has sobrevivido puedes salir del inmueble sin efectos nocivos duraderos. El reloj es de tu posesión y debes guardarlo, úsalo y llegarás a tiempo, tu tren jamás llegará tarde, tu vuelo jamás se retrasará y ninguna circunstancia terrenal te impedirá llegar a tus citas. Al presionar el engranaje de latón ubicado al centro del reloj, nunca envejecerás y tu cuerpo no reflejará su edad.

Pero ten cuidado, mientras el reloj adorne tu muñeca, tu percepción del tiempo disminuirá, los segundos se volverán minutos y las horas en días. Si alguna vez te quitas el artefacto tu verdadera edad volverá diez veces. Úsalo con cuidado y nunca, bajo ninguna circunstancia permitas que los objetos se reúnan.



El Reloj es el objeto 157 de 538, sería prudente temerle al tiempo que queda.




sábado, 14 de diciembre de 2019

A dormir

Era de noche, estaba a punto de ir a dormir. Mi mamá me dijo:

—Yeshua ve y lávate los dientes para que te vayas a dormir.

Ella subió las escaleras apagando la luz de su cuarto, me encontraba solo sentado en la sala mirando la televisión, mi hermano ya se encontraba dormido. De pronto se escuchó un lamento a lo lejos, me dio un poco de miedo así que entré corriendo al baño, me lavé los dientes rápidamente, y me enjuagué la boca, pero en cuanto me sequé la cara frente al espejo del baño; vi una mano pequeña que cerraba la puerta dejándome encerrado. Empecé a gritar con fuerza ¡MAMÁ¡, ella no me escuchó, sentí el chillido de la cama de mi hermano, pensé y solté un suspiro con la idea de que era él. Luego de unos minutos escuché unos pasos que se acercaban más y más al baño, vi un reflejo en la puerta pero no era el de mi hermano, se figuraba como al de una niña pequeña, esa niña acercó su mano a la puerta, dio un toque con el puño y dijo con una voz tenebrosa.

—¡Abriré la puerta para que salgas!

Al mirar fijamente el reflejo de ella en la puerta, vi que su mano empezaba a abrirla, antes de que lo hiciera, escuché una risa macabra; entonces reaccioné y jalé con fuerza la puerta cerrándola. Y le grité —déjame solo por favor vete seas quien seas.

—¡No querías que te abriera, pero bueno en cualquier momento tendrás que salir!— dijo. Escuché sus pasos alejándose al cuarto de mi hermano. Empecé a llorar poniéndome en un rincón al lado de la regadera, se mantuvo un momento en silencio, no se oía ni un grillo.

Después de media hora ya eran las 2:30 de la madrugada, me encontraba con mucho sueño, de nuevo se escucharon pasos pero estos no venían del cuarto de mi hermano, estos bajaban de las escaleras me pregunté:

—¿Será mi Mamá?

Cuando se acercó al baño; tocó y dijo:

—Hijo ¿qué haces en el baño a estas horas de la madrugada?

Mmm… empecé a temblar pensando en aquella niña, así que abrí la puerta, salí corriendo y abracé a mi mamá, le conté todo eso y fuimos a ver el cuarto de mi hermano, mi mamá encendió la luz y cuando encendió completamente; mi hermano estaba de espaldas de la cama volteado a la pared , tapado con las cobijas hasta su cabeza, mi mamá me dijo:

—Mira Yeshua, aquí no hay nadie sólo tu hermano dormido.

—Sólo voltéalo a ver si es él ¡Por favor mamá!— le supliqué.

Ella y yo nos acercamos lentamente hacia él, y cuando mi mamá estaba a punto de voltearlo, se escuchó un respiro profundo y una pequeña risa que venía de mi hermano, pero no era mi hermano, él no se ríe así.

Mi mamá lo volteó descobijándolo y cuando las cobijas se quitaban de su cara, vimos un rostro de una niña con una sonrisa macabra y unas cuantas cortadas en su rostro, sus ojos eran blancos.

Mi mamá se quedó totalmente pálida y se cayó de un desmayo, yo también me quede pálido y estuve a punto de desmayarme, pero en ese momento reaccione y di un pequeño brinco hacia atrás, corriendo hacia la cocina tome el cuchillo de la barda y se lo encajé a aquella cosa horrible detrás de mí, salieron chorros de sangre de su pecho, le encajé el cuchillo una y otra vez hasta dejarlo inmóvil, cayó al suelo lentamente, después de eso mi mente quedo en blanco atemorizada por este suceso que había pasado, me fui a dormir sin haber tomado en cuenta nada de eso. A la mañana siguiente desperté, miré mis manos; estaban todas ensangrentadas al igual que mi cara y ropa.

Así que baje corriendo y fuir rápidamente a la sala pero ya no estaba aquella cosa que había matado en la madrugada, sólo estaba la sangre y había manchas de sangre que se dirigían al cuarto de mi hermano, como si alguien se hubiera arrastrado, cuando entré al cuarto vi que mi mamá estaba ensangrentada y mi hermano estaba muerto en el suelo con apuñaladas en el pecho al igual que mi mamá, me quedé callado,muy pálido y con los pelos de punta, salí muy lentamente de el cuarto, pasé por la puerta del baño.

La cerré completamente, vi que en todos lados habían marcas de manos pequeñas de sangre, tomé el cuchillo empapado de sangre y me Salí lentamente de la casa.

Ya han pasado 2 años desde aquel suceso, escuché que encontraron a mi hermano y mi mamá muertos,tengo miedo a volver porque me van a regañar. Hasta ahora no he comprendido quién los mató y a donde se fue esa cosa fea que apuñale. Me llamo Yeshua, tengo 9 años y estoy vagando por la ciudad, aún tengo miedo de ir a dormir…



Calificación: 

#040 El Holder de lo Abandonado

En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier orfanato donde puedas llegar por ti mismo. Dirígete a la recepción y pide visitar a aquel que se hace llamar "el portador de lo abandonado". La empleada te mirará con ojos solitarios y te indicará con un gesto descuidado que lo sigas. Te guiará a través de un laberinto de corredores. No mires atrás, solo sigue sus talones o te perderás para siempre en este laberinto. Ella te mostrará una puerta, a punto de derrumbarse por su edad. La recepcionista desaparecerá repentinamente, abandonándote a tu destino. Empuja hacia adelante la puerta o perderás para siempre esta oportunidad.

Después de abrir la puerta, te enfrentarás a un laberinto de arbustos marchitos. Sigue tu instinto mientras navegas, deberás arriesgarte a deambular por una eternidad. Escucha cuidadosamente. Cada paso que hagas sonará con fuerza a través del aire en calma. Si el sonido se detiene, quédate quieto y no te atrevas a moverte. Si escuchas un zumbido, grita:

¡Retrocede, no necesito tu ayuda!

Si el zumbido persiste, corre. Corre por tu vida. Tu cuerpo, tu mente, tu alma estarán en grave peligro. No te detengas, no importa lo que escuches o veas. Si te atrapan, serás roído eternamente por los afilados colmillos de cada problema que haya afectado a la humanidad. Si escapas, puedes considerarte bendecido, haz tenido suerte.

Eventualmente llegarás al final del laberinto. Antes de pararte delante de una majestuosa puerta dorada; toca una vez, ésta se abrirá para ti. Entra lentamente al patio. Dentro encontrarás un hombre hermoso de unos cuarenta años deambulando sin rumbo fijo. Pregúntale esto y nada más:

¿Dónde fueron abandonados?

Si este hombre te ataca, entonces considera afortunado; nunca verás el final de esto. Si no lo hace, te ha considerado digno. Él te mostrará cada grieta oculta, cada guarida del sótano, cada cadáver, cada loco, cada lugar malvado que estas cosas han contaminado. Probablemente te volverás loco. Si no lo haces, entonces podrías considerarte verdaderamente destinado a ver esta tarea hasta el final. El hombre te habrá dejado al final de esta presentación de diapositivas. En su lugar, encontrarás un mapa y un reloj roto. El reloj te mostrará cuánto tiempo queda. Puedes tomarlo, pero no debes conservarlo, deberás dejarlo en la habitación antes de irte y no recordarás los números que viste en el reloj.

El mapa es el Objeto 40 de 538. Puedes usarlo, pero el conocimiento ya se te ha escapado y no eres el único al que le ha sucedido.