sábado, 14 de diciembre de 2019

#040 El Holder de lo Abandonado

En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier orfanato donde puedas llegar por ti mismo. Dirígete a la recepción y pide visitar a aquel que se hace llamar "el portador de lo abandonado". La empleada te mirará con ojos solitarios y te indicará con un gesto descuidado que lo sigas. Te guiará a través de un laberinto de corredores. No mires atrás, solo sigue sus talones o te perderás para siempre en este laberinto. Ella te mostrará una puerta, a punto de derrumbarse por su edad. La recepcionista desaparecerá repentinamente, abandonándote a tu destino. Empuja hacia adelante la puerta o perderás para siempre esta oportunidad.

Después de abrir la puerta, te enfrentarás a un laberinto de arbustos marchitos. Sigue tu instinto mientras navegas, deberás arriesgarte a deambular por una eternidad. Escucha cuidadosamente. Cada paso que hagas sonará con fuerza a través del aire en calma. Si el sonido se detiene, quédate quieto y no te atrevas a moverte. Si escuchas un zumbido, grita:

¡Retrocede, no necesito tu ayuda!

Si el zumbido persiste, corre. Corre por tu vida. Tu cuerpo, tu mente, tu alma estarán en grave peligro. No te detengas, no importa lo que escuches o veas. Si te atrapan, serás roído eternamente por los afilados colmillos de cada problema que haya afectado a la humanidad. Si escapas, puedes considerarte bendecido, haz tenido suerte.

Eventualmente llegarás al final del laberinto. Antes de pararte delante de una majestuosa puerta dorada; toca una vez, ésta se abrirá para ti. Entra lentamente al patio. Dentro encontrarás un hombre hermoso de unos cuarenta años deambulando sin rumbo fijo. Pregúntale esto y nada más:

¿Dónde fueron abandonados?

Si este hombre te ataca, entonces considera afortunado; nunca verás el final de esto. Si no lo hace, te ha considerado digno. Él te mostrará cada grieta oculta, cada guarida del sótano, cada cadáver, cada loco, cada lugar malvado que estas cosas han contaminado. Probablemente te volverás loco. Si no lo haces, entonces podrías considerarte verdaderamente destinado a ver esta tarea hasta el final. El hombre te habrá dejado al final de esta presentación de diapositivas. En su lugar, encontrarás un mapa y un reloj roto. El reloj te mostrará cuánto tiempo queda. Puedes tomarlo, pero no debes conservarlo, deberás dejarlo en la habitación antes de irte y no recordarás los números que viste en el reloj.

El mapa es el Objeto 40 de 538. Puedes usarlo, pero el conocimiento ya se te ha escapado y no eres el único al que le ha sucedido.






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