viernes, 5 de julio de 2019

#010 El Holder de la Ambición

En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier institución psiquiátrica o casa desolada donde puedas llegar por ti mismo. Dirígete a la recepción y pida visitar a aquel que se hace llamar "el portador de la ambición". El sonido que se le escapará de la boca al trabajador será tan leve y mostrará tan poca reacción que, al principio, es posible que ni siquiera estés seguro de lo que escuchaste. Todas las dudas se resolverán cuando te guíen hacia una escalera iluminada por muchas ventanas.

En la parte superior de estas escaleras, el empleado te dejará para que continues tu viaje solo. Te encontrarás de pie al comienzo de un pasillo inquietantemente tranquilo. Camina hasta el final.

Con toda probabilidad, encontrarás una sombra que se mueve a lo largo de la pared. No la sigas, porque es lo único que te llevará a un lugar al que no deseas ir: un lugar lleno de tus miedos y fracasos silenciosos, desde los cuales no puedes regresar. No importa la forma que tome la sombra, y no importa cómo alivie y desafíe tus sueños con el mayor de tus deseos y esperanzas, no permitas que tiente tu mirada, ni mucho menos tus pies.

Si llegas al final del pasillo sin perder de vista tu objetivo, encontrarás una puerta abierta sin cerraduras, cerrojos ni trampilla. Una luz suave bañara el suelo delante de la abertura. Esta es tu única oportunidad de irte sin enfrentar al portador de la ambición o recolectar su objeto: si ese es el curso de acción que deseas tomar, entonces camina directamente por el mismo camino, sin intentar echar un vistazo alrededor o hacia otras puertas Para que no descubras qué oculta esa seductora sombra.

Más allá de la puerta se encontrará una habitación, bañada por una luz artificial proyectada por altas ventanas que cubren la extensión de cada pared. En el centro de la habitación hay un hombre alto y sano, desnudo y mirando hacia la luz. Su cuerpo está cubierto de innumerables tatuajes y cicatrices; solo su rostro es reconocible como carne humana inalterada. Puede que te sientas tentado a mirar donde mira, en busca del objeto de su enfoque; siéntete libre, pero no verás nada, y no aprenderás nada. El hombre no reaccionará a nada más que a la pregunta:

¿Qué los une?

Cuando termines de pronunciar tu pregunta, se girará para mirarte a los ojos. Conoce su mirada, pero debes saber que si no estás preparado (si existe la más mínima duda sobre tus intenciones), te perderás en sus ojos sin alma por una eternidad. Si, por otro lado, su mirada es honesta, entonces él comenzará a hablar en voz baja. Su tono será cómico y narrará su historia como si no significara nada en absoluto, pero no debes perderte una palabra, porque esta historia es tu preparación. Escucha atentamente su historia y recuerda cada detalle.

Cuando el hombre termine de hablar, se llevará las manos al pecho y se quitará las suturas de una de sus cicatrices más notables. Comenzará a sangrar profusa y fatalmente. Cuando haya salido el último de sus puntos, te los ofrecerá, pronunciando sus últimas palabras a través de su propia sangre gorgoteante:

Elegir buscar... lleva a un destino inevitable...


El grupo de suturas es el objeto 10 de 538. El uso de ellas depende de lo que escuche.



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