lunes, 20 de julio de 2020

#408 El Holder del Mañana

En cualquier ciudad, en cualquier país; ve a cualquier institución de salud mental o centro de acogida al que puedas llegar por tus propios medios, cuando llegues a la recepción pídele al trabajador que te deje visitar al "Portador del Mañana". El trabajador debería darte una mirada de absoluta confusión y él torpemente buscará en un cajón una pequeña llave dorada oxidada mientras te señalará un gabinete igual de oxidado en la esquina de la habitación. La llave debe encajar perfectamente pero aún aspi el cajón mostrará cierta resistencia. En la parte de atrás debe haber una flauta en perfecto estado y aparentemente tan antigua como el tiempo mismo, tómala.

Después de haber tomado la flauta sal del edificio, para tu sorpresa no encontrarás ningún establecimiento delante de ti como lo habían antes de entrar al edificio, en cambio, deberías encontrarte entre los acantilados más altos y estériles, contemplando el azul profundo del cielo que sombrea el desierto interminable ante tí. Un vendaval comenzará a levantarse arrancando todas las raíces del suelo a tu lado, afirmarte o el poderoso viento te barrerá y te arrojará a la perdición cayendo al acantilado infinitamente largo donde te enfrentarás a horrores en los que ningún hombre debería posar sus ojos mortales.

Te darás cuenta que a medida que pasa el tiempo el vendaval solo se fortalece, tal vez en media hora disminuya o tal vez en cinco horas. No es posible saber qué afecta la longitud de los vientos, pero un hecho es cierto: la flauta solo hará eco de sus notas en el extranjero paisaje si la tocas cuando el vendaval está en su clímax. Si lo haces correctamente las notas resonarán en todo el cañon siendo llevadas a todas las criaturas, los vientos te levantarán de tus pies sin importar cuanto intentes aferrarte a la tierra y serás elevado por el cielo, a la deriva sobre una capa de aire cálido. La escena azul profundo que hay ante ti, trascenderá a una noche estrellada y negra, aunque relajante y completa en su oscuridad. En algún lugar más allá de las estrellas se formará una figura, en su blanca presencia iluminando la noche descenderás hacia un refugio.

"Es algo ¿No?" El hombre blanco brillante hablará en tu oído. No te dejes engañar por su naturaleza amigable porque eso es lo que él quiere hacerte creer, en el interior solo desea engañarte para poder golpearte cuando menos lo esperas, consumiendo tu alma y dejando tu cuerpo como cáscara para vagar por el resto de la eternidad en la nada de su reino. Lo que debes hacer es girar hacia su rostro radiante y preguntarle: "¿Y qué hay de mañana?" Su esencia se convertirá lentamente en un horrible cadáver negro, ausente de toda vida y luz como un títere sin vida con cuerdas, será arrastrado hacia los cielos hacia la imagen estrellada sobre ti y dibujará con ellas todas las posibilidades de su regreso y también catástrofes que azotarán al mundo mortal mañana. Ten cuidado porque las imágenes te darán pistas vagas de lo que el mundo puede aportar, no interpretes estos mensajes ya que el simple conocimiento de lo que no existe aún te volverá loco. Los vientos que te llevan dejarán de existir, dejándote sumergir en el abismo debajo de ti, antes de encontrar tu lado oscuro toca la flauta con todo el poder que puedas obtener de tus moribundos pulmones. A medida que te acerques al suelo, las notas harán eco y rebotarán formando una gran oscuridad debajo de ti, mientras caes en ella cierra los ojos y no respires, porque ahora existes en el Vacío oscuro.

A medida que vuelas a través de la nada que te rodea envolviendo tu visión, la flauta comenzará a brillar y comenzará a iluminar la oscuridad del camino por delante, mientras la luz llega al final del túnel oscuro la flauta será completamente borrada por la oscuridad, fragmentándose y perdiéndoce para siempre en el vacío. En el momento que esos fragmentos se pierden en la oscuridad consumidora, una pequeña pieza regresará contaminada con la oscuridad que fue traída sobre ella. Simplemente mirarlo te hipnotizará, ya que tan profundo como miras la nada que contiene, parece haber algo más allá de ti.



El Fragmento infinitamente oscuro del Vacío es el Objeto N°408 de 538. Aunque puedes tratar de mirarlo, los secretos del Mañana nunca se te revelarán.

SCP-049 Médico de la Peste

Ítem #: SCP-049

Clase de Objeto: Euclid

Procedimientos Especiales de Contención: SCP-049 está contenido dentro de una Celda Estándar de Contención Segura para Humanoides en el Sector-02 de Investigación del Sitio-19. SCP-049 deberá ser sedado antes de intentar movilizarlo. Durante su transporte, SCP-049 deberá quedar asegurado en un Arnés de Restricción para Humanoides de Clase III (incluyendo un collar cerrado y ataduras extendidas) y bajo la vigilancia de al menos dos guardias armados.

Si bien SCP-049 tiende a cooperar con la mayoría del personal de la Fundación, se responderá con violencia a arrebatos o cambios conductuales súbitos. Bajo ninguna circunstancia deberá entrar en contacto con SCP-049 ningún miembro del personal durante estos arrebatos. En caso de que SCP-049 se vuelva agresivo, se ha visto que la aplicación de lavanda (L. multifida) actúa como calmante. Una vez calmado, SCP-049 suele obedecer de nuevo y volverá a su contención con la mínima resistencia.

Para facilitar la contención de SCP-049, el ente recibirá el cadáver de un animal recientemente fallecido (típicamente, un bovino u otro gran mamífero) una vez cada dos semanas para su estudio. Los cadáveres que se conviertan en casos de SCP-049-2 serán eliminados de su celda de contención e incinerados. Ya no se permite el contacto con seres humanos a SCP-049, y toda petición al respecto le será denegada.

Actualización Transitoria en Procedimiento de Contención: (Véase Apéndice 049.3) De acuerdo con la Orden 049.S19.17.1 del Comité de Contención, ya no se permite a SCP-049 interactuar directamente con miembros del personal de la Fundación, ni se le proporcionarán cadáveres adicionales que emplear en sus intervenciones quirúrgicas. Esta orden persistirá de forma indefinida hasta el momento en que se alcance un consenso en lo tocante a la contención actual de SCP-049.

Descripción: SCP-049 es un ente humanoide de unos 1.9 metros de estatura, que tiene la apariencia de un doctor de la plaga medieval. Si bien SCP-049 parece llevar los ropajes gruesos y la máscara de cerámica propias de esa profesión, sus prendas parecen haber crecido a partir del cuerpo de SCP-049 a lo largo del tiempo, y es casi indiscernible de la forma que pueda haber bajo ellas. Los rayos X indican que, a pesar de esto, SCP-049 tiene una estructura esquelética humanoide bajo su capa exterior.

SCP-049 es capaz de hablar en varios idiomas, si bien prefiere el inglés o el francés medieval. Aunque SCP-049 es cordial y coopera con el personal de la Fundación por regla general, puede irritarse notablemente o volverse agresivo en ocasiones en las que siente que se halla en presencia de lo que llama la "Pestilencia". Si bien la naturaleza precisa de esta Pestilencia es desconocida por el momento para los investigadores de la Fundación, parece ser una fuente de notable preocupación para SCP-049.

SCP-049 será hostil hacia aquellos individuos a los que vea como afectados por la Pestilencia, llegando a ser necesaria su restricción física al encontrarlos. Sin supervisión, SCP-049 tratará de matar a cualesquiera de estos individuos; SCP-049 es capaz de provocar el final de todas las funciones biológicas de un organismo mediante el contacto cutáneo directo. Se desconoce el mecanismo por el que esto ocurre, y las autopsias de las víctimas de SCP-049 nunca han aportado conclusiones útiles. SCP-049 ha expresado frustración o remordimientos tras estas muertes, indicando que habían hecho poco para matar a "La Pestilencia", aunque tratará de realizar una intervención quirúrgica tosca en el cadáver mediante las herramientas contenidas en una bolsa negra de doctor que siempre lleva consigo. Si bien estas intervenciones no son siempre "exitosas", suelen resultar en la creación de casos de SCP-049-2.

Los casos de SCP-049-2 son cadáveres reanimados en los que SCP-049 ha operado. Estos casos no parecen retener recuerdos ni funciones cognitivas, demostrando tan sólo aptitudes motrices básicas y mecanismos de respuesta. Si bien estos casos están generalmente inactivos, se mueven muy poco y lo hacen sólo para caminar, pueden volverse extremadamente agresivos si se les provoca o si SCP-049 se lo indica. Los casos de SCP-049-2 manifiestan funciones biológicas activas, pero son enormemente diferentes a las propias de la fisiología humana conocida. A pesar de estas alteraciones, SCP-049 insiste en que los sujetos han sido "curados".


Apéndice 049.1: Descubrimiento

SCP-049 fue descubierto durante la investigación de una serie de desapariciones desconocidas en la ciudad de Montauban, en el sur de Francia. Durante un asalto en una residencia local, unos investigadores descubrieron varios casos de SCP-049-2, además de a SCP-049. Mientras el personal de las fuerzas de seguridad se enfrentaron a los casos hostiles de SCP-049-2, se observó que SCP-049 observaba la confrontación y tomaba notas en su diario. Una vez todos los casos de SCP-049-2 fueron eliminados, SCP-049 fue contenido de la Fundación por voluntad propia.

SCP-049 al ser descubierto.

Sigue la entrevista dirigida por el Dr. Raymond Hamm durante la investigación inicial.


Entrevistador: Dr. Raymond Hamm, Sitio-85

Entrevistado: SCP-049

[INICIO DE REGISTRO]

SCP-049: (En francés) Bien pues, ¿cómo deberíamos empezar? ¿Una presentación?

Dr. Hamm: (En un aparte) ¿Eso es francés? ¿Podemos traer a un traductor-

SCP-049: (En inglés) ¡El inglés del Rey! No hace falta traducir, señor, ya lo hablo lo bastante bien.

Dr. Hamm: Bueno. Soy el Dr. Raymond Hamm, y-

SCP-049: ¡Ah! ¡Un doctor! Un individuo afín, no lo dudo. ¿Y en qué se especializa, señor?

Dr. Hamm: Criptobiología, ¿por qué-

SCP-049: (Risas) Un hombre de la medicina, como un servidor. ¡Maravilloso! ¡Y yo que temía haber sido secuestrado por matones callejeros! (Contempla la habitación) Y este lugar. ¿Es su laboratorio? Me lo preguntaba, tan limpio como está y teniendo tan escaso rastro de la Pestilencia.

Dr. Hamm: ¿La Pestilencia? ¿A qué se refiere?

SCP-049: ¡El Azote! La Gran Mortandad. Vamos, ya sabe, la, eh… (se toca la sien con furia) … cómo la llaman, la… la… ah, no importa. La Pestilencia, sí. Abunda más allá de estos muros, ¿sabe? Tantos han sucumbido ante ella, y tantos más les seguirán, hasta que llegue el momento en que pueda hacerse una cura perfecta. (Se recuesta en su silla) Por fortuna, estoy muy cerca. Es mi deber librar al mundo de ella, sabe. ¡La Cura Que Acabará Con Todas Las Curas!

Dr. Hamm: Cuando dice "La Gran Mortandad", ¿habla de la peste bubónica?

SCP-049: (Pausa) No sé qué es eso.

Dr. Hamm: Ya veo. Bien, bueno, los entes que encontraron nuestros agentes en esa casa ya estaban muertos cuando los encontró usted, ¿sí? ¿Y los reanimó?

SCP-049: Hrmm, en cierto modo. ¡Ve las cosas de forma tan simple, doctor! Expanda sus horizontes. La vida y la muerte, la enfermedad y la salud, son términos de principiante para galenos principiantes. Sólo hay una dolencia en el mundo de los hombres, y es la Pestilencia. ¡Y nada más! No se equivoque, estaban muy enfermos, todos lo estaban.

Dr. Hamm: ¿Cree que curó a esa gente?

SCP-049: Desde luego. Mi cura es muy eficaz.

Dr. Hamm: Esas cosas que recuperamos no eran humanas.

SCP-049: (Pausa y mira con rabia al Dr. Hamm) Sí, bueno, no es una cura perfeccionada. Pero con tiempo llegaremos a eso. ¡Y con más experimentos! Me he pasado toda una vida desarrollando mis métodos, Dr. Hamm, y otra vida más seguiré si debo hacerlo. Está bien, ya hemos desperdiciado mucho tiempo. ¡Hay mucho que hacer! Necesitaré un laboratorio propio, uno donde pueda realizar mi investigación sin trabas. Y asistentes, claro, aunque podré aportarlos por mi cuenta, en su momento. (Risas)

Dr. Hamm: No creo que nuestra organización esté dispuesta a-

SCP-049: Tonterías. Todos somos hombres de ciencia. Coja su abrigo y lléveme a mis aposentos, doctor. (Gesticula con palo puntiagudo) ¡Aquí empieza nuestra labor!

[FIN DEL REGISTRO]


Nota del Entrevistador: Si bien SCP-049 es capaz de comunicarse de un modo muy humano, hay una sensación de inquietud que le viene a uno en su presencia. No se equivoquen, hay algo siniestro en este ente.

Adicionalmente, hemos confiscado ese palo con punta que iba sacudiendo SCP-049. En parte por los protocolos estándar de incautación sobre las posesiones de anomalías, y en parte porque 049 resultaba peligroso con cómo lo movía de un lado a otro. Al ente no le gustó nada la principio, pero se conformó bastante cuando hicimos concesiones en cuanto a proporcionarle "sujetos de prueba" (que, en el fondo, le damos más para beneficiar a nuestra investigación).


Mi gran juego

Continúo sin entender... ¿Por qué ocurrió? ¿Por qué a mi?... Seguro no sabes de lo que hablo. En realidad es obvio que no lo sabes, por eso te lo contaré. Te relataré como se arruino mi vida en segundos, se destruyo todo lo que amaba y en especial... Como lo conocí a él.

En ese entonces yo tenía doce años, mi hogar no era muy armonioso porque mis padres siempre estaban muy ocupados, realmente no tenían mucho tiempo para darme atención por lo que a penas hablábamos; incluso en el colegio no tenía muchos amigos, por no decir ninguno. Lo único que me hacía llevar el día hasta el final era mi vecina. Una linda niña de mi edad con el cabello rubio y los ojos azules.

Podía pasar horas observándola con mi telescopio, realmente eso me hacía feliz. Las paredes de mi habitación, las gavetas y la mesa estaban llenas de fotos de ella, era una colección que podía atesorar gracias a que mis padres nunca me hablaban. No les interesaba lo que hacía en mi cuarto.

En ese entonces el único problema para mi era que no tenía el valor suficiente para hablarle, ella ni me conocía a pesar de ser mi alegría, lo único que sabía de mi era que yo era su vecino.
Fue precisamente en esos tiempos que aquel bastardo apareció.

Eran las diez de la noche y yo me encontraba en mi cuarto como siempre, moviendo mi telescopio de un lado a otro para ver a mi vecina en su casa, pero no la encontraba a ella ni a sus padres. La casa parecía estar completamente vacía. A mi me pareció muy extraño, monitoreaba esa casa cuanto podía y hasta ese momento no había visto salir a nadie de esa casa, los autos seguían en la entrada y supe en ese instante que algo andaba mal, muy mal.

Justo en medio de aquel pensamiento alguien llamó a la puerta de mi casa, miré la hora: once y quince de la noche, era extraño recibir un visitante a esas horas. Mis padres son de sueño pesado así que no me sorprende que no se despertaran. Primero pensé que podía ser un ladrón pero las probabilidades eran muy bajas; incluso cuando me dirigía a la entrada fantasee con que podría ser mi vecina y terminé por abrir la puerta. Ese fue el peor error que pude haber cometido.

Para mi sorpresa no había nadie, suspiré y miré alrededor por unos segundos antes de volver a cerrar la puerta, entonces escuche aquella voz... Nunca la olvidaré, ni olvidaré sus fuertes y claras palabras:

¡EL PAYASO DEMENTE ESTÁ DETRÁS DE TI!

Sentí un fuerte golpe detrás de la cabeza y todo se volvió negro. Cuando abrí los ojos nuevamente intenté moverme pero no pude, me encontraba atado a una silla y había un hombre frente a mi. Luego de unos cuantos segundos logre recuperar la conciencia totalmente y pude verlo con claridad.

Llevaba un saco azul con varios círculos de colores (rojo, verde, morado y amarillo), llevaba también guantes disparejos, el izquierdo negro y el derecho blanco. Alzando la mirada a su rostro me encontré la clásica máscara de la comedia teatral, pero lo que en verdad me aterró fue lo que estaba detrás de esa carreta, sus ojos... su mirada.

La emoción rebosaba desde las cuencas de su máscara al momento de asimilar a su nuevo juguete, en ese momento entendí lo que vendría y lo que había pasado con mis vecinos... en ese instante noté que quedé atrapado en aquel juego.




Calificación:

domingo, 19 de julio de 2020

#392 El Holder de la Niebla

En cualquier ciudad, en cualquier país; ve al estanque o lago más cercano que encuentres en una noche nublada. Cuando estés ahí apunta tu dedo tres veces hacia el cielo y pídele a las nubes descender desde su percha, si atienden tu llamada y una niebla comienza a rodar desde el agua, entonces debes permanecer inmóvil, pero si no es así, salta lo más rápido que puedas dentro del agua y quédate debajo hasta que ya no puedas contener la respiración. Si no te matan cuando salgas, vuelve a intentarlo la próxima vez que haya luna llena.

Si tuviste suerte y la niebla comienza a salir del agua considérate afortunado, camina lentamente hacia adelante y no te preocupes por el agua, porque nunca tocará tus pies. A medida que avanzas en la neblina escucharás gritos horribles, los rugidos de los animales no vistos por el hombre rasgarán el aire, pero no temas, mientras camines en la niebla nadie te tocará. Si la neblina comienza a diluirse gira rápidamente y camina en una dirección diferente ya que las brumas te provocarán una muerte rápida.

Después de lo que parecen horas de deambular, los rayos de luz comenzarán a perforar el mundo nublado, sigue caminando hasta que llegues a un vasto desierto árido. Habrá un hombre moreno con un turbante en la cabeza sentado junto a un gran cactus, Él es el Portador de la niebla. No te acerques a el, debes permanecer al sol caliente sin agua hasta que veas pasar una maleza, cuando esto suceda acércate al hombre, solo hay una pregunta que puedes hacerle: "¿Qué sucede cuando ya no pueden ver más?"

El hombre gruñirá y alcanzará el interior de su turbante para sacar una cantimplora de agua, si bebes de la cantimplora, prepárate para morir lentamente de deshidratación, en cambio si te la pasa, debes rociar un poco de su contenido en el suelo y la niebla volverá, camina hacia ella y no te detengas hasta que estés en el estanque donde comenzaste.




Esa cantimplora es el objeto N°392 de 538. Cuando no puedes ver, el único camino que queda es hacia adelante.




Mala niñera

Todo ocurrió muy rápido, exponencialmente rápido.

Primero aparecieron en las noticias, al minuto siguiente estaban caminando por los pasillos y habitaciones del hospital en el que trabajaba. Podía ver las calles inundadas por los muertos vivientes, sus destrozados rostros demandaban almas, sus gemidos eran la melodía del fin del mundo.

Tenía que salir de aquí antes de ser la siguiente, si pudiera llegar hasta la ambulancia al menos tendría una posibilidad de escapar de esta ciudad. Llegué tan rápido como pude a la unidad prenatal y rescaté a todos los bebés que pude, no tenían ninguna posibilidad de sobrevivir aquí solos. Los coloqué en una larga camilla, abrí las puertas y corrí lo más rápido que mis piernas me permitieron al ascensor. 

Podía escuchar como ellos se alimentaban y luego los vi en las habitaciones, no se cuantas veces apreté el botón del elevador suplicando que llegara rápido. Una de esas cosas se percató de mi presencia y se abalanzó sobre mi. Sin pensarlo mucho tomé uno de los bebes de la camilla y se lo lancé. El zombie se detuvo para devorarlo mientras la criatura chillaba. Las puertas del ascensor se abrieron a mis espaldas.

Sería una carrera salvaje y difícil hasta la ambulancia, pero gracias a dios aún me quedan cuatro bebes.



Calificación: