miércoles, 16 de octubre de 2019

Tremere

El régimen interno y la jerarquía van de la mano en el clan Tremere, o eso creen los extraños. Otros vampiros pintan a los Tremere como una cadena de mando unificada que marca el paso con duras reglas, castigos, y dogmas autoritarios. Dada su unidad aparente, los Tremere ciertamente se parecen a una pirámide monolítica. Los Tremere están organizados y tienen una jerarquía, pero no es ni tan rígida ni tan dictatorial como muchos creen. Formada en su origen a partir del ímpetu social de numerosos cultos de Hermes, en los cuales los magos atines se reunían para compartir y proteger sus talentos respectivos, la “pirámide” Tremere es una estructura social, y quizás algo más. La antigua tradición de maestro y aprendiz aún tiene mucho peso, y los antiguos afianzan la lealtad mediante el poder psicológico de los ritos comunales y el vínculo de sangre, especialmente justo después del Abrazo cuando el recluta se agarra a cualquier estructura para lidiar con su nueva condición.

No obstante, pese a la paranoia de otros clanes y las afirmaciones interesadas de antiguos inseguros, los Tremere no tienen grandes y terribles rituales para imponer la sumisión interminable. Los Brujos no mantienen escuadras secretas de asesinos cuyo único propósito es cazar a Tremere renegados. Ninguno excepto los patrones más neuróticos ha establecido códigos de conducta y juramentos de lealtad para someter a toda su progenie a una estricta conformidad en lo que se refiere a los “asuntos Tremere”. En su mayoría al menos... En resumen, la pirámide es una herramienta de supervivencia. Los jóvenes neonatos adquieren un sentido de organización de forma que sepan quién tiene éxito, qué es lo que se espera de ellos y cómo sobrevivir. Los antiguos atormentan a los subordinados con la promesa de recompensas (autoridad adicional, instrucción esotérica, apoyo político) a cambio de servicio fiel, y castigan a los neonatos que no están a la altura de sus expectativas.

Esquemas similares de “palo y zanahoria” motivan a los Vástagos ambiciosos de otros clanes, pero en los Tremere, los antiguos tienen el monopolio de sus secretos, y presentan al menos una apariencia de cooperación. Un neonato Brujah puede aprender los misterios de las Disciplinas o las herejías Nodistas de cualquiera. Un neonato Tremere no puede dirigirse a otros fuera de su clan para mejorar su destreza Taumatúrgica. De este modo, la pirámide promueve la colaboración, extirpa sutilmente a aquellos que rehúsan trabajar bajo las restricciones del clan y proporciona ciaras líneas de autoridad para aquellos que la siguen fanáticamente. Al mismo tiempo es una maraña de puñaladas por la espalda, de individuos traicioneros y sedientos de poder que romperían cualquier regla o traicionarían a cualquier colega por la oportunidad de ascender en la inflexible y añeja estructura.


La Pasajera

Quién sabe si sea cierto que los espectros, con tal de reinstalarse en el mundo de los vivos, tienden a usar transportes impropios de ellos; lo que sé es lo que sucedió a un padre y su hijo que, hace un par de años, fueron a presentar sus respetos a los deudos de un personaje recién enterrado, a quien ellos habían conocido. Al salir del cementerio, abordaron su auto (un compacto) y, al hacer un alto para que el de la entrada los dejara pasar, vieron por un instante a una mujer de edad, vestida con recato y llevando amplios lentes oscuros que le suprimían los ojos, de pie junto al vehículo, sonriendo.

En cuanto salieron a la calle, el hijo (conductor) dio un respingo al oír a su padre gritarle que acelerara, porque “se había metido”. El hijo miró instintivamente por el retrovisor y, en efecto, halló a la vieja sentada en el centro del asiento trasero, absolutamente inmóvil pese a los tumbos que daba el auto. El padre estaba fuera de sí; pegaba de gritos, manoteaba, exclamaba oraciones e intentaba no mirar hacia atrás. Pero al final se sobrepuso al miedo, giró el cuerpo y, en vano, intentó quitarle los anteojos a la pasajera.

Su testimonio es que parecía que tocaba una escultura de hielo, a la que, quizá, sólo podrían quitarse partes si se usaban martillo y cincel. Dado el fracaso, el señor ordenó al hijo que se detuviera junto a una patrulla que casualmente estaba orillada. Ambos salieron atropelladamente y, también atropelladamente, rogaron a los uniformados que revisaran el vehículo, porque “alguien se había subido”.

Los hombres ojearon con desgano el pequeño auto, encogieron los hombros y anunciaron que no había “anomalías”.

Mientras padre e hijo se tranquilizaban, los patrullaron se fueron entre risas. Había una parroquia a dos cuadras; el hijo corrió a ella, tomó agua bendita en un envase y volvió precipitadamente. El padre ya estaba sosegado, y se calmó aún más cuando salpicaron de agua bendita no sólo el asiento trasero, sino todo el interior del auto, cajuela y motor incluidos. Siguieron su camino en paz. 

Hasta la fecha no han vuelto a acercarse a cementerio alguno.



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martes, 15 de octubre de 2019

Usuario 0

Anoche estaba navegando cerca de las 4 de la mañana, yo era, de seguro, el único usuario, sin mencionar que era de los pocos aún activo en el foro.

Accedí al chat, lógicamente estaba vacío. Pasé minutos esperando a ver si algo pasaba, pero no ocurrió nada. Ya dispuesto a irme a dormir, un chillido aterrador hizo parpadear la pantalla de mi ordenador. Acerqué el rostro a la pantalla, un screamer de una mujer muerta con la boca estirada hasta el entrecejo se proyectaba en mi pantalla. Caí paralizado de espaldas contra el suelo.

Me recuperé y puse en pie la silla, sentándome. La imagen ya no estaba, desvié mi atención a un usuario que me saludaba, parecía un chico simpático llamado "Demon head", charlamos largo rato.

La conversación fue tomando un rumbo más oscuro y me perturbé; pero me negaba a ir a dormir. El chico me pidió unas fotos, dudé un rato e hice notar mi ausencia, por lo que empezó a hacer preguntas como: "¿Estás?", "¿Te pasó algo?". Tenía las manos sobre el rostro, no quería huir de él, pero no estaba dispuesto a comprometerme con un sujeto que había conocido hace apenas una hora.

De pronto él me envió un mensaje: "¿Te muestro una imagen de mí?"

Suspiré, algo aliviado y respondí secamente: "Ok, anda." Realmente nunca quise ver esa toma. Demon head, el simpático extraño, vestía una túnica negra y llevaba una máscara de gacela esquelética, bajo el manto de sombras escondía sus brazos. Parecía un sujeto peligroso, no menos satánico.

Tontamente escribí: "Lindo cosplay". Pasó un largo rato sin que él respondiera. "¿Se habrá ido?", me pregunté. Me vi afectado por el sueño y me dispuse a apagar la computadora, intentando evitar a toda costa al usuario. De repente subió una nueva imagen y la abrí por curiosidad, grité. No sé si me emocioné o aterré, el sujeto de prendas sectarias estaba mirando a la cámara, apoyado en la puerta de mi casa, ¿cómo diablos llegó ahí?

"¿Oye? Es photoshop, ¿cierto?", pregunté iluso.

Subió otra imagen, esta vez no me moví. No sabía cómo reaccionar; él estaba dentro de mi casa, saludando con su guante de cuero negro a la cámara. Pasaron segundos y mandó otra foto: estaba agarrando la cabeza de mi madre, ella tenía la boca estirada hasta el entrecejo como la mujer del screamer, eso significa que ella era mi madre.

Finalmente, cuando el show estaba por terminar, subió un video: él se encontraba detrás mío, bajándose la capucha y retirando elegantemente su máscara a un lado, tenía el rostro desfigurado y horrible, relamiéndose con su larga y podrida lengua.

El vídeo duró 6 segundos, pero yo no tardé en sentir una fuerte respiración en mi nuca, él estaba detrás mío. Salté del asiento con la portátil en manos y corrí a mi clóset, entré y trabé la puerta con un bate de baseball, lo primero que agarré.

Puedo sentir su presencia pasearse por la habitación, sus manos están arañando las dos puertas del clóset. Me queda poca batería, no tengo opción, voy a salir a darle cara al destino.



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lunes, 14 de octubre de 2019

Tramando Algo

Era una de esas noches tempestuosas que ocurren pocas veces al año.

Relampagueaba, tronaba, y un viento fuerte que cambiaba constantemente de dirección sacudía los árboles del ornamento público, y pasaba entre las casas rigiendo horriblemente e intentaba arrancar techos; todo esto bajo una cortina asfixiante de lluvia torrencial.

Lucas atravesó la ciudad sumida bajo la tormenta en su coche, con el limpiaparabrisas luchando pesadamente contra el agua. Algunas calles ya empezaban a inundarse, pero con todo, llegó al fin al colegio que era su destino. Él trabajaba de conserje allí. El director del lugar, muy preocupado por la tormenta, lo había llamado para que fuera a cerciorarse de que todo estaba bien.

Aunque atravesó el patio corriendo, igual se mojó bastante, entonces, antes de encender la luz del corredor se secó las manos con la parte interior del abrigo, y mientras hacía eso en la oscuridad, escuchó un murmullo de voces muy distintas entre sí, de timbres extraños y palabras incomprensibles; pero escuchó ese murmullo entre el estruendo de dos truenos, y eso lo hizo dudar. ¿Qué había escuchado?

Al encender la luz: silencio; el ruido se cortó en ese instante. 

Avanzó hacia el lugar donde salieron las voces. Se detuvo frente a la puerta de un salón. Allí guardaban los juguetes, y la mayoría eran muñecos. Dudó por un momento, pues no decidía, ¿entrar de golpe o hacerlo con cautela?

Finalmente dio un empujón a la puerta, encendió la luz y con el primer vistazo se aterró. Los muñecos estaban quietos, no se movían, pero todos tenían la cara vuelta hacia él. La impresión fue fea. Apagó la luz y cerró de un portazo. Desanduvo el corredor a grandes pasos.

Cuando apagó la luz de este para marcharse, de nuevo escuchó las voces aterradoras murmurando, y ahora se mezclaban algunas risitas espantosas.



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domingo, 13 de octubre de 2019

La Chica del Lago

En Estados Unidos uno de los eventos más importantes para los jóvenes es la noche de graduación, no en sí por la fiesta escolar, sino por lo que continúa de ella, pues las parejas acostumbran reunirse después del baile en un lugar, más cómodo. Es la ocasión que muchos chicos esperan para seducir a su pareja.

Fue así aquella noche, que varias parejas empezaron a salir a escondidas del recinto escolar, para dirigirse a un lago cercano, por supuesto cada quien tenía muy bien pensado y apartado su lugar, para estar cómodos sin tanta gente alrededor. El lago se prestaba para sus intensiones, pues era una zona apartada y oscura.

Cierta pareja había encontrado un lugar muy cerca del lago, donde la luna se reflejaba en el agua mostrando un ambiente más romántico, compartían momentos muy íntimos, cuando escucharon ruidos cercanos. La chica de inmediato quiso marcharse, pero eso no estaba en los planes de su pareja que insistió el quedarse, al cabo de un rato discutiendo el asunto ella comenzó a gritarle al joven, que no tuvo tiempo de responder, pues la chica fue atrapada por algo que salió rápidamente del lago sin dejarse ver entre la oscuridad. Su asustado acompañante se echó correr y correr sin importarle dejarla atrás.

Ya que los compañeros dieron testimonio de que la última vez que los vieron se encontraban cerca del lago, concluyeron que se habían ahogado, aunque no pudieron jamás encontrar sus cuerpos.

Pero al siguiente año, en el baile de graduación de esa misma escuela, una jovencita con un bonito vestido blanco, pide aventón a los automovilistas a quienes les dice:

- ¿Me lleva a casa, por favor?, vivo cerca, a dos calles, esperaba a mi novio, pero este no regresó.

Si el conductor accede, se monta en la parte trasera del vehículo, y cuando el conductor voltea para preguntarle hacia dónde, ¡no hay nadie!, la muchacha ha desaparecido, dejando un rastro de humedad en el asiento del auto.

Y desde entonces cada año, la chica del lago aparece en la carretera esperando por su novio, o cualquier otra persona que quiera llevarla a casa.



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