En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier institución psiquiátrica o casa desolada donde puedas llegar por ti mismo. Dirígete a la recepción y exige sin vergüenza que te lleven con aquel que se hace llamar "el portador del presente". El empleado te mirará vagamente; Tienes que preguntarle de nuevo. Una vez que entienda que no te marcharás, te llevará a través de una puerta hacia un pasillo que parece ser una extensión del infierno en sí.
En este pasillo no encontrarás más que oscuridad y la sensación de horror inimaginable. Si escuchas un grito proveniente de tu izquierda, comienza a correr hacia la puerta por la que acabas de salir o serás devorado por demonios que gritan balbuceos incomprensibles de bocas llenas de veneno ardiente.
Si escuchas un grito proveniente de tu derecha, comienza a correr hacia la puerta a la que conduce tu camino. Ignora al recepcionista y sigue corriendo hasta llegar a la puerta. Si escuchas otro grito proveniente de cualquier lugar a tu alrededor, cierra los ojos y ora a los dioses para que tu muerte sea rápida.
Si no oyes un grito, solo sigue al empleado hasta que abra la puerta en el otro extremo del pasillo. Ahora te pedirá que entres, y se irá.
En esta habitación solo encontrarás dos cosas: una chica desnuda cuya mano izquierda es un muñón necrótico, que parece haber sido provocado por una fauce de otro mundo, y un llavero oxidado que está sosteniendo con la mano derecha. Debes mirar el llavero y es posible que no apartes los ojos de él. No puedes decir nada, excepto hacerle esta pregunta:
¿Por qué pertenecen juntos?
Ahora mueve la vista hacia el rostro de la niña. Ella te mirará y contará la historia más espantosa del presente, cómo ha llegado a ser éste posible, cómo es ahora y, finalmente, cómo será. La niña se moverá lentamente hacia ti, no te muevas, y se quedará quieta hasta que esté a un paso de ti. Ella pondrá el trozo pútrido que una vez fue su mano izquierda en tu hombro. Entonces ella te susurrará al oído:
Ha llegado el momento, y ahora debes morir.
No reaccione a esta afirmación. Solo sigue mirándola a los ojos y, finalmente, sentirás algo empujado en tu mano.
El llavero es el objeto 17 de 538. Sólo se pueden poner las llaves que están destinadas a él, y todas las demás llaves serán repelidas.
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