viernes, 12 de julio de 2019

Homicidal Liu

Todo comenzó una noche, la noche que Jeffrey Woods enloqueció completamente y asesinó a sus padres y a su querido hermano Liu Woods. Jeff dejó de ser el joven que era, para convertirse en un monstruo sin alma que solo se mueve por el deseo de matar, pero, ¿en serio había muerto su hermano Liu después de recibir múltiples cortes y puñaladas?

—No, sobreviví al ataque de mi hermano, quedé medio muerto, desangrándome mientras sentía cómo estallaba mi corazón por el esfuerzo, sin embargo, resistí deseoso de vivir, para cazar a Jeff. Luego todo se volvió negro y me desmayé.

Pasó mucho tiempo antes que despertara, estaba en un cuarto bastante iluminado, lleno de tubos y medicinas. Apenas sentía mi cuerpo, no podía hablar, no podía comer, me alimentaban a través de un tubo, respiraba por medio de un pulmón artificial, apenas podía distinguir quién era yo; pero uno de esos días escuché a un doctor hablando con una enfermera: "Este paciente puede que no sobreviva, necesita muchos trasplantes, su pulmón izquierdo colapsó, su corazón está muy delicado y sus riñones están fallando, el pronóstico es muy malo". Esas palabras me quitaron toda la esperanza de sobrevivir a lo que me había pasado.

Llegó el esperado día de los trasplantes que necesitaba, pero estaba sedado y aún no podía comunicarme, no pude expresar mi alegría en ese momento, así que la guardé para cuando me recuperara. La enfermera me saludó: “Hola, mi nombre es Susan y te deseo la mejor de las suertes, eres muy fuerte apenas sobreviviste a ese intento de asesinato. Yo personalmente me quise encargar de ti, porque admiro mucho tu fortaleza. Me gustaría que cuando salgas del hospital salgamos alguna vez”. Besó mi mejilla y se sonrojó, no podía negar que era una muchacha muy hermosa, pero no sabía si saldría vivo de esto.

Llegó la hora, la hora donde se decidiría si viviría o moriría. El doctor me dijo que como era un joven muy fuerte y había sobrellevado bien los tratamientos, lo más probable era que la intervención fuera un éxito. Me puso la mascarilla y me pidió que contara de diez a uno, me dormí ¿pero por qué aún sentía lo que me hacían? En ese momento, sentí cómo una hoja fría me perforaba un lado del corazón, el primer corte fue lo más doloroso, luego algo abrió mi piel, el dolor era más intenso a cada segundo que pasaba, cada corte era más doloroso que el anterior, para cuando estaban trabajando en mi corazón creí que no se podía sentir más dolor, pero eso fue solo el comienzo de mi tortura, horas de un dolor insoportable, cada corte, cada parte de mi que reemplazaban, cada sutura, todo el dolor que recorría mi cuerpo destruía la poca cordura que me quedaba, hasta quedar hecha añicos.

Pasaron días en esa cama sin poder moverme, sin poder hablar, solo escuchando la voz de aquella enfermera, quien estaba conmigo día y noche, hablándome, diciéndome que resistiera, que me quería con vida, que quería conocerme en verdad y que esperaba hablar conmigo y escuchar mi voz. Pasó una semana y ella venía más a menudo, venía y me cantaba, me leía, pero un día, antes de poder mover mi cuerpo, me susurró: “Ya quiero que despiertes”. Me besó al terminar esa frase y empecé a sentir mi cuerpo, logré abrir mis ojos y pude admirarla. Ella lloraba de alegría al verme despertar y lo primero que hice fue intentar hablarle: “Hola Susan, soy Liu Woods”. Ella quedó atónita. “De verdad, eres… ¿El hermano de Jeff Woods? Él estuvo aquí hace un tiempo, quedó muy mal, me enteré de que se volvió loco y atacó a su familia, ¿cómo es que sobreviviste, Liu? También supe que hace 3 días raptó a una joven y la quemó viva con lejía y gasolina, luego escapó de allí y no se le ha vuelto a ver, pero en la casa, o lo que queda de ella, no se encontraron más que 2 cadáveres. 
Algunos decían que se lo llevó, pero en el cuarto donde dormía su hermano, o sea, donde dormías, encontraron escrito con sangre en la pared “Ve a dormir” y en el baño escrito “Sonríe” en el espejo. Lamento mucho la muerte de tus padres, en serio, y, como no creo que quieras volver a ese lugar, ¿querrías quedarte a dormir en mi casa por un tiempo? Bueno, cuando salgas de recuperación, vivo sola desde que mis padres murieron en un accidente de auto, así que me sobra un cuarto”.

Acepté la oferta de Susan: “Cuando salga de aquí, quiero llevarte a cenar, a donde quieras, solo necesito que un día me acompañes a mi viejo hogar a buscar mi ropa, aunque no creo que siga allí”. Aceptó con un poco de miedo. Los siguientes días ella me visitaba todos los días, reíamos juntos, éramos muy cercanos, casi parecía que éramos pareja, así que le pregunté si quería ser mi novia. Ella dijo: “Sí, Liu, quiero ser tu novia, yo te lo iba a preguntar, pero no sabía cómo hacerlo”. Se me acercó y nos besamos. Estaba tan feliz, las cosas se estaban arreglando para mí, tenía una persona que sería mi nueva familia.

Al salir del hospital, Susan me recibió con los brazos abiertos y como era de día, pensamos en ir por mi ropa para llevarla a mi nuevo hogar, dijo “Sí, pero hay que llevar algo para protegernos por si tu hermano sigue rondando por ahí”. Le contesté “De acuerdo, un par de cuchillos de carnicero, una jeringa, un poco de calmantes, también un poco de equipo de emergencias por si necesitamos suturar, a ti o a mí, en caso de que un vidrio pueda causar una herida que necesite sutura, una botella de agua recién sacada de la nevera y una lata de gaseosa por si tenemos sed”.
Fuimos a su casa y recogimos todo lo necesario, además de una maleta para llevar mis cosas. Ya en mi antiguo hogar, sujetó con fuerza mi brazo, le dije “No temas, todo estará bien.” La besé para que se calmara, abrí la puerta de una patada, estaba cerrada, entramos y vimos que las paredes de mi casa estaban llenas de sangre, la sangre de mis padres, encontramos en la cocina un galón de gasolina, un frasco vacío de lejía y unos cerillos, seguimos recorriendo la casa, vimos el baño, que estaba con la puerta abierta, y vimos el espejo, con la palabra “Sonríe” escrita con sangre, el lavabo y el suelo llenos de sangre, toda mi casa estaba igual, llena de sangre. Al final, entramos al lado, estaba el cuarto de mis padres y encontramos las sábanas llenas de sangre, toda mi casa estaba igual, llena de sangre.

Finalmente, entramos al lugar más perturbador de mi casa, mi antiguo cuarto, la frase “Ve a dormir” estaba escrita con sangre en la pared, tal como se rumoreaba. Busqué en mi ropero mis pertenencias, mi portátil, mp3, celular y ropa, solo lo que no estaba manchado de sangre, cuando volteé para ver mi cuarto, recordé la perturbadora cara de Jeff viéndome con esos ojos llenos de locura sosteniendo un cuchillo ensangrentado en la mano diciéndome “Shh, solo ve a dormir”. Ese recuerdo fue lo que terminó de romper la poca cordura que me quedaba, le dije a Susan que me diera la mochila donde llevábamos las cosas, fui al baño, tomé el cuchillo y dije “Jeff… te veré en el maldito infierno cuando los dos hayamos muerto.”




Terminada la frase, le hablé a Susan, la besé, le dije “Adiós amor mío, pero, necesito encontrar a Jeff para vengarme de lo que me hizo, vengarme por la muerte de mis padres y que casi me mata a mí, te amo Susan, pero, no te podré ver después de que muera, lamento mucho esto”. Estuve a punto de matarla, pero, no lo hice, no me convertiría en mi hermano, le rogué a Susan que me perdonara, que venir a mi viejo hogar me había afectado, ella contesto “Esta bien, Liu, yo te amo, y sé que estar tan cerca de la muerte puede afectar, vámonos a casa”. Me besó, pedimos un taxi y nos fuimos a casa, y me metí a bañar.

Mientras me bañaba, no paraba de pensar en todos los momentos que pasé con mi familia, con mamá, con papá, mi infancia con Jeff, las travesuras que hicimos, todo lo que pasamos juntos, la alegría de tener a mi familia cerca, comencé a llorar, pero, el sonido del agua cayendo ahogaba mis sollozos, así que, no importaba.

La primera noche fue traumatizante para mí, tenía claras pesadillas donde podía ver a Jeff, como era antes del accidente, siendo asesinado brutalmente por el nuevo Jeff, luego éste me volteó a ver y me diciendo “Liu, ¿por qué no te fuiste a dormir como te lo pedí?” Desperté con un susto terrible, Susan fe corriendo a mi cuarto, me dijo, “¿Qué pasó Liu? ¿Estás bien?” le respondí “Sí… Solo fue una pesadilla, no te preocupes”.

Al día siguiente, al despertar, sentí un aroma que hacía mucho que no disfrutaba, era el olor a hot-cakes recién hechos, fui al comedor y ahí estaba Susan, preparando el desayuno, tal y como mamá lo hacía, me dio los buenos días, se sentó y empezamos a comer, ¿cuánto tiempo había pasado desde que no comía hot-cakes hechos con amor?, no lo sé, pero, el sabor… era tan agradable, me sentía amado una vez más, pero, la felicidad no duraría mucho.

Me estaba volviendo loco, cada día que pasaba, Susan me recordaba más a mamá, así que, tomé un cuchillo de la cocina y corrí hacia su cuarto, se estaba arreglando para salir conmigo a una cita, se veía tan hermosa, no me sentí capaz de matarla, no así, no sin que supiera cuánto la amaba, no sin que sintiera amor por última vez en su vida… Yo la amaba, pero, me estaba volviendo cada vez más loco, la idea de clavarle un cuchillo en el corazón no me dejaba vivir en paz y no podía estar así, no quería matarla, pero, no tenía otra opción, o eso creía.


Al salir del cine, caminábamos a casa, le decía “Te amo Susan, pero, hay algo dentro de mí que me… me está matando y no sé si pueda soportarlo más, así que, quiero que sepas que yo te amaré pase lo que pase”. Terminada la frase, un malviviente salió de un callejón y tomó el bolso de Susan hiriéndola, me enfurecí, quería matarlo por lastimar a Susan, lo perseguí con el cuchillo que había guardado en mi chaqueta, lo arrastré al callejón donde robó el bolso de mi amada, en frente de ella lo obligué a disculparse, quería tomar su vida, pero antes, le dije a Susan “Corre, no quiero que veas esto, te amo, y no debes ver esto”. Ella obedeció y se alejó lo más que pudo, cuando supe que era el momento, le dije al tipo “No te perdonaré por haber lastimado a Susan, ella es tan buena, tan pura, herirla es un crimen muy grave, por eso, tomaré tu vida, y solo así pagaras por tu ofensa”.
Levanté el cuchillo y lo apuñalé repetidas veces, podía ver sufrimiento en la mirada de ese hombre, pero, aún así seguí clavandole el cuchillo hasta que murió por múltiples puñaladas, limpié la sangre de mi chaqueta de cuero, la cual quedó bastante manchada. Aún así el día era cálido, por lo que pude quitarme la chaqueta y doblarla, dejando solo el exterior visible, logré ocultar el asesinato del ladrón. Salí del callejón y me encontré con Susan en la cafetería de la esquina tomando un expreso bien cargado.


Ella estaba bien, la gerente había limpiado su herida, al llegar se lo agradecí ocultando mi chaqueta. Llevé a Susan a casa con mucho cuidado, entramos a su cuarto y la recosté en su cama, le dije “Susan, no quería que esto te pasara, pero, me he dado cuenta de una cosa, no dejaré que nadie te haga daño, a partir de hoy, nunca volverás a tener miedo, nadie te volverá a lastimar, lo juro”. La besé y me fui a dar una ducha, me di cuenta de que no podía matarla, ella era todo lo que tenía en el mundo, era la única persona que amaba, aunque de todos modos había disfrutado matar aquel tipo del callejón, pero no podía matar a cualquier persona así que decidí solo atacar a personas que lastimaran a inocentes, personas que hicieran el mal a quienes que me importara y sobre todo, que mataría a cualquier persona que tratara de dañar a Susan.

Pasaron los días y como cada vez mataba a más personas me molestaba tener que usar un pantalón lleno de sangre, así que decidí comprar un pantalón de cuero, entonces, matar fue menos molesto...una chaqueta y un pantalón, ambos de cuero, los cuales fácilmente podía limpiar con gasolina blanca que había comprado hacía tiempo.

Matar se volvió un hábito cada vez más aburrido, matar con simples puñaladas era muy repetitivo, así que fui empleando modos cada vez más retorcidos, a algunos los quemaba vivos con gasolina, a otros los operaba sin anestesia, a otros los obligaba a comerse sus propias tripas, a otros los cortaba en pedazos y se los echaba a los perros callejeros, pero nunca maté a ningún inocente, solo mataba criminales y malvivientes, eso me hacía un héroe, ¿no? Acabar con los criminales haciéndolos sufrir de las formas más horribles, cada día usaba formas más horribles y retorcidas para matar, llegaba a casa, limpiaba mi ropa de la sangre de los criminales y pasaba tiempo de calidad con Susan, hasta que un día la invité a cenar, como yo tenía un empleo de cocinero en un restaurante y ganaba bastante dinero la llevé a un lugar muy bello, a la luz de las velas le dije “Susan, ya llevamos casi un año juntos, sé que eres el amor de mi vida, pues no sabría cómo podría vivir sin ti, quiero proponerte algo”. Me puse de rodillas y saqué una sortija de mi saco “¿Quieres casarte conmigo?” Se emocionó, y con lágrimas en los ojos me dijo “Sí, Liu, quiero casarme contigo”. Salimos del restaurante, no me había sentido tan feliz en toda mi vida, pero, un maldito llegó con un arma y le disparó.

Me llené de ira y odio... no podía dejar a Susan allí sola, desangrándose, muriendo, corrí y la lleve al hospital más cercano, los doctores me dijeron “Está muy delicada, quizá no despierte, hay que esperar lo peor”. Fui a buscar al maldito que le había disparado, nunca olvidaría su rostro, pasé horas recorriendo las calles hasta que lo encontré, lo golpeé hasta dejarlo casi inconsciente, “Me darás tu vida maldito bastardo, por tu culpa mi Susan está al borde de la muerte, y pagarás con tu vida”. Murió en el momento que terminé la frase.

Llegué al hospital, el médico me dijo que Susan ya había despertado, que fuera a hablar con ella, y eso hice. Ya en el cuarto de Susan, ella me vio y dijo “¿Liu? ¿Eres tú? Me alegro de que vinieras, espero poder resistir así como tu lograste resistir a lo que te pasó, te amo Liu, no quiero morir, pero si lo hago, no quiero que te suicides, te amo demasiado como para que mueras por mí, yo sé lo que hacías, yo se que matas criminales, y aunque no sea un método muy noble, la misión que tienes lo es, no dejes de hacer lo que haces Liu.”

Pasó una hora en la que estuvimos hablando, en la que le dije todo lo que le tenía que decir, no quería perderla, no quería perder a la única persona que me quedaba en este mundo. El doctor entró y dijo “Necesitamos operarla, señor Woods, se recuperará”. Se la llevaron a la sala de operaciones, fueron 3 horas que parecían eternas, quería sacarme los ojos de la desesperación pero la esperanza de que Susan sobreviviera era lo me mantenía en pie. Terminó la operación, el doctor que se encargó de todo me dijo “La operación fue todo un éxito, ella está estable, mañana despertará y en 2 semanas podrá salir del hospital”. Esas palabras me emocionaron tanto, me sentía tan tranquilo por saber que Susan estaría bien.

Estuve en su cuarto todo el día esperando a que despertara, despertó y me dijo “¿Quién eres y dónde están mis padres?” esas palabras me llenaron de tristeza, Susan me había olvidado, tenía que hacer que me recordara. Cuando se recuperó, la llevé al hospital donde nos conocimos, dijo “¿Eres tú, Liu? Como has cambiado”. Ella comenzó a recordar, la llevé a mi vieja casa, y recordó lo que pasamos allí, seguí llevándola a todos los lugares significativos para nosotros en el transcurso de la semana, hasta que llegamos al restaurante en el que le propuse matrimonio, ella lo recordó todo, me abrazó y me dijo “Liu, ahora lo recuerdo todo, gracias por estar conmigo hasta que me recuperara”. Y le respondí, “Tú hiciste lo mismo por mí, te debo muchas cosas, Susan.” La besé, pero cuando nos separamos, empezó a convulsionar, me asusté mucho y la lleve al hospital, no podía seguir así, pero, yo la amaba.

No la dejaría sola cuando me necesitaba, me quedé allí a esperar las noticias del médico y éste me dijo “Lo lamento señor, pero su novia ha muerto”. Esa frase me llenó de tristeza y odio, tomé al doctor y le troné el cuello ya no había razón para contenerme, comencé a matar a todos en el hospital hombres, mujeres, niños y enfermos, los maté a todos, no podía soportar que ellos vivieran y mi Susan no, ella no podía morir así no dejaría que eso pasara, pero era inevitable, mi ropa estaba llena de sangre de inocentes, mis manos estaban llenas de sangre y mi mirada había cambiado así que decidí hacer algo, fui por un bisturí y empecé a cortar un corazón en mi pecho, con la iniciales de Susan y su hora de muerte, nuestro aniversario y la fecha en la que nos conocimos, luego fui por una aguja y un hilo y cosí los extremos de mis labios formando una sonrisa, para que nadie viera como sufro por dentro.

Cuando terminé fui a casa, tomé mi ropa de cuero y las cosas con las que acostumbraba a matar y salí de allí para no volver jamás, ahora vivo matando a las personas que sean felices... sé que cuando muera, no podre verla... matar me consuela, si me ves corre y no muestres tu felicidad o morirás de la forma más despiadada y retorcida, no podrán distinguir tu cuerpo de cómo era antes de encontrarte conmigo, el sobreviviente de Jeff The Killer.




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jueves, 11 de julio de 2019

#022 El Holder del Caos

En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier hospital para visitar a aquel que se hace llamar "el portador del caos". El empleado comenzará a sacudir la cabeza y golpeará los puños sobre el escritorio. Pregúntale tres veces más y se levantará en silencio y te llevará a una habitación con una sola puerta, la misma por la que entraste. Debes cerrar los ojos, si no lo haces, quedarás ciego y lo único que podrás ver será una vista constante del caos total.

Si has cerrado los ojos a tiempo, después de una hora de estar en confusión, escucharás una voz suave que dice:

¿Los tienes?

No respondas a esta pregunta. En su lugar, ponte de pie y luego abre los ojos. Si ves un campo largo y extendido frente a ti, entonces tu esfuerzo ha tenido éxito en la primera mitad de la prueba. Si ves una ardiente llanura de muerte y mutilación, en tal caso será demasiado tarde para ti. Serás devorado por tus propios pensamientos de tus mayores temores.

Camina hacia la puesta de sol en el campo de hierba durante una hora hasta que llegues a un árbol sin hojas en sus ramas. A medida que te acerques, verás que el árbol está construido de huesos y está rodeado de un charco de sangre. Sumérgete en ella, y cuando salgas a la superficie nuevamente, sentirás que una mano huesuda presiona algo en tu mano. Es un frasco pequeño. Bebe del frasco y te encuentrarás de vuelta en el vestíbulo del hospital.

Ese frasco es el objeto 22 de 538. La hora está cerca y los demonios están llamando.


Luna de Sangre

Lo primero que recuerdo...

Esa roja y brillante luna… Me desperté sobre las cenizas de un pueblo incendiado… había cadáveres por todas partes con el olor de la sangre y la carne podrida. Me levanté para explorar la zona para encontrar alguna pista de lo que pasó. Pero me detuve en mi búsqueda al ver un pequeño bulto negro a los pies de los escombros de una casa.

Su melena y punta de la cola estaban cubiertos de sangre, su cuerpo también tenía heridas, se podía ver la sangre gotear de una de sus orejas en la cual tenía un agujero en forma de bala. Tan pronto como me vio, se puso en posición de ataque y comenzó a gruñir, pero antes de que él se abalanzara sobre mí, el sol lo hizo en el horizonte.

Aquel bulto negro se sacudió y empezó a correr, y sólo me miró con una cara triste de horror. Como es de esperar, me caí al suelo temblando de miedo.

Cuando algo desconocido que acaba de matar a todo un pueblo está justo enfrente de ti a punto de matarte, y justo ser salvado por el sol, es aterrador.

En ese momento, en el horizonte vi la luna. Pero no era gris, era roja como sangre oscura.

Me refugié en una de las únicas casas que no fueron destruidas completamente. Arriba me encontré con un cuaderno en blanco, algo de comida, un teléfono y una bolsa. Lamentablemente, el teléfono era inútil porque había olvidado todo - de alguna manera - pero lo puse en la bolsa junto con todo lo demás.

Por si acaso. Me senté en la cama y miré mi ropa, que estaba destruidas completamente, y quemada en algunas partes ¿Cómo no me di cuenta antes? Busqué en el armario y encontré una camisa lisa negra y un jeans gris roto.

Es mejor que nada...” murmuré, guardando la ropa en el bolso. Antes de salir de la casa, miré en la biblioteca para ver qué podía averiguar acerca de dónde estaba.

Creo que estoy en un lugar cerca de la selva.

Decidí tomar el libro que decía eso conmigo, y luego miré un libro sobre bestias. Me encontré con una imagen semejante a la criatura. Pero esta daba mucho más miedo.

Seguí hojeando, pero como no encontré nada acerca de aquella criatura, guardé ese otro libro en mi bolso. Saqué un libro más sobre el sistema solar, y hojeé las páginas hasta que encontré el ciclo de la luna.

Lo que había visto era llamado luna de sangre, y era muy raro.

Guardé el libro, saqué el cuaderno del bolso, puse la primera página y escribí una entrada:

"No puedo recordar quién soy o mi nombre, pero todas las personas que alguna vez supieron, están muertos. Estoy pensando que algo lo hizo."

No era marrón como en el libro, pero si negro, y muy agresivo ¡Trató de matarme!

Pero tan pronto como el sol comenzó a subir él escapó.

No he podido encontrar nada acerca de mí en este pueblo… quiero saber qué fue lo que pasó, ¿quién soy?.

Y sobre todo que fue ese bulto negro que vi, quiero volver a verlo pero según el libro esta bestia sólo se presenta cuando aparece la luna de sangre.





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miércoles, 10 de julio de 2019

Déjame alcanzarte


—Buenas tardes — me saludó con una enorme sonrisa, sentada en aquél sillón que conocía nuestros cuerpos tan bien.

—Regresé —dejé caer lo que traía en manos y me acosté con mi cabeza sobre sus piernas, la miré fijamente, ya se había tornado de un color carmesí. Ésta chica, no he hecho nada aún y ya está roja hasta las orejas... tan amable... ¿Siquiera lo merezco?


La volví a mirar y no pude evitar tocar su rostro. No tengo derecho a pedirlo, pero, por favor escucha éste egoísta deseo, te lo ruego, no seas amable con nadie más que conmigo, algo difícil para alguien tan dulce como tú, no mires a nadie más, no llores en el hombro de nadie más que el mío, que solo es para tus lágrimas, no pienses en nadie más, no escuches a nadie más, no permitas ser tocada por nadie más.

Te amo, por eso yo no seré amable con nadie mas que tú, algo fácil para alguien tan mezquino como yo, no miraré, no pensaré, no escucharé a nadie más, siempre que quiera correré a tu hombro para desahogarme, solo tu hombro y el de nadie más. Le daré la espalda incluso a mi orgullo para poder estar contigo... por eso... por favor, déjame alcanzarte, permite me tomarte de la mano, abrazarte, jugar con tu cabello, oler tu siempre delicioso perfume, tenerte en mis brazos, besarte y jamás dejarte ir.

Déjame saber donde estas para salir a buscarte, lo haré, lo haré hasta que mi cuerpo no logre responder al deseo de mi siempre inquieto corazón que solo sueña con jugar con aquellos labios que tanto amo. Pero por favor, no sigas mandando a éste fantasma del pasado, es demasiado cruel verte todos los días de ésta forma y recordar cuando aún te tenía en mi rezago. ¿Me estás castigando? creo que lo merezco, nuestra última discusión llegó muy lejos, dijiste cosas que me hirieron, pero yo debí haber visto tu dolor, no debí continuar aquella vez.

Perdón, perdón, perdón, perdóname, perdóname por todo, perdóname por aquellas veces en las que no respondía tus llamadas por trabajo, si me permitieras volver a vivir algo como aquello, juro que en cuanto supiera que eres tu quien me llama, saldría de mi trabajo dándole la espalda a todos. Perdóname por ser algunas veces demasiado infantil, pero tu rostro ligeramente molesto era tan hermoso.

Solo... perdóname, perdóname por todo, yo tomaré la responsabilidad por todas las cosas en el mundo que te hacen llorar y enojar, pido perdón por todo aquello, por eso, te lo ruego, déjame alcanzarte en aquel lugar en el que estás, y una vez te tenga en mis brazos te traeré de regreso, iremos a aquel parque que tanto deseabas, te llevaré a pasear a donde tu quieras...

-—Vuelve... —pero ella ya había desaparecido...




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#021 El Holder de la Rabia

En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier institución psiquiátrica o casa desolada donde puedas llegar por ti mismo. Dirígete a la recepción y pide visitar a aquel que se hace llamar "el portador de la rabia". El recepcionista reaccionará tímidamente y te señalará una puerta, luego se alejará. Entra por la puerta, observarás como el camino desciende en la oscuridad por una escalera de metal. Mientras desciendas, comenzarás a escuchar gritos que provendrán de una garganta de origen indeterminado.

Si los gritos se detienen en cualquier momento, grita hacia la oscuridad ¡Reanude su negocio! ¡No deseo entrometerme! Si los gritos no vuelven, no hay nada que puedas hacer, ya que estarás muerto antes de que sepas lo que sucede. Si los gritos continúan, puedes seguir adelante.

Eventualmente, verás la luz que entra por las grietas de una puerta. Pasa por esta puerta y estarás en lo que parece ser una mazmorra medieval. Cráneos humanos llenas de velas iluminarán la estancia repleta de esqueletos alineados en las paredes. Habrá una mesa de madera frente a un fuego dentro de una chimenea. En esta mesa estará la cabeza cortada de una niña de 4 años, mirando hacia adelante con ojos lechosos. Acércate a la mesa y mira la cabeza a los ojos. Con una voz clara y ordenada, preguntale:

¿Quién evitará que se junten?

La cabeza te mirará a los ojos y te relatará la historia de un hombre. Ella te contará toda su historia, desde su violento nacimiento hasta lo que está haciendo en ese mismo momento. Sus hechos serán relatados con detalles horrorosos. Es un asesino del que nunca se ha visto en el mundo, y está loco.

Si al final de la historia, la cabeza te dice: Él está escuchando nuestra conversación, te sacarán de la habitación y nadie volverá a escuchar de ti jamás. Experimentarás todas las cosas más horribles que jamás hayas concebido, y permanecerás vivo hasta que las hayas experimentado todas.

Si ella te dice que Él está en otra parte, ahora te está buscando. Él no se detendrá hasta que mueras o los objetos se junten. Ella te dirá que la recojas. Levanta la cabeza por el pelo y mira la mesa donde estaba. Clavada en la madera habrá una aguja, cubierta de sangre seca, semen, pus e innumerables sustancias no identificables.

Esa aguja es el objeto 21 de 538. La caza ha comenzado y el reloj no se detiene.