jueves, 1 de agosto de 2019

#032 El Holder de la Velocidad

En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier institución mental o centro de rehabilitación donde pueda llegar por ti mismo. Dirígete a la recepción y pide visitar a aquel que se hace llamar "el portador de la velocidad". El empleado debería quedarse inmóvil. Mira a tu alrededor; si todo lo demás quedó inmóvil, estás en el camino correcto. Si no lo está, nadie sabrá sobre tu fallecimiento. Esto lo empeorará aún más.

Notarás que moverte y respirar se volverán gradualmente más difícil; esto es de esperar, ya que el aire también está inmóvil. Debes explorar cuidadosamente los pasillos que te rodean, pensando en tu primer gran fracaso, pero ten en cuenta que, si tardas demasiado, te sofocarás.

Tu objetivo es encontrar un niño que todavía se mueva entre todas las formas escultóricas circundantes. El niño se acercará a ti con una pelota y te la entregará. Presta atención a cómo se sostiene la pelota. El niño entonces declarará: "Tú la traes". Para luego salir corriendo de la habitación, riendo.

Lo que tendrás que hacer es devolverle la pelota. Ten cuidado de no dejarte engañar por la voz que resuena en los pasillos, porque el tiempo perdido significa que estás más cerca de la muerte por asfixia. A medida que pasa el tiempo, el aire será más difícil de atravesar, lo que requerirá una mayor resistencia; el calor abandonará lentamente tu cuerpo; gotas de agua perforarán tu piel. Lo más probable es que quedes cegado, sordo y mutilado durante esta persecución. La visión se te verá afectada a medida que todo se oscurecerá lentamente, ya que incluso la luz misma se está deteniendo.

Es seguro que encontrarás al niño en uno de los pasillos, debajo de un haz de luz; podría provenir de una ventana, una lámpara o cualquier fuente de luz similar. Debes devolverle la pelota de la misma manera en que te la dio e intentar escapar, dando continuidad al juego.

Si tienes éxito, el aire ya no será pesado. Notarás que cada lugar por el que pasaste se dañará hasta cierto punto. Dependiendo de dónde terminó la prueba, es posible que tengas que dar muchas explicaciones a la administración de la instalación y de alguna manera evitar el encarcelamiento.

Si fallas, el niño una vez más te entregará la pelota tan pronto como seas alcanzado. Luego volverá a declarar "Tú la traes" y correrá por los pasillos. Probablemente mueras, atravesado por la humedad del aire y te sofoques, antes de poder alcanzar al niño por segunda vez.

Tu agilidad recién descubierta es el objeto 32 de 538. Mencionar al niño ante los demás te hará ganar, al principio, desprecio y ridículo. Mencionarlo por segunda vez es invitar a tu fallecimiento a manos de todos los que estén cerca. Si tienes suerte.


miércoles, 31 de julio de 2019

#031 El Holder del Silencio

No hables. No suspires. Apaga cualquier dispositivo de sonido; aplástalo si es necesario. Envía lejos a tus amigos y familiares. Nunca los vuelvas a ver. Y sofoca a ese maldito perro.

Dispara a los vecinos. Quieren romperlo.

El silencio ¿lo oyes?. Puro y dorado, todo para ti. No habrá clamor, jadeo ni lucha, mientras mantengas el silencio.

Camina al instituto. No hagas ruido y no permitas que otros arruinen tu silencio; sus puños, pistolas y balas no deben detenerte.

No deben romper el silencio.

Cuando llegues al instituto, entrégale al empleado de la recepción un papel en blanco, ellos lo entenderán.

Serás llevado profundamente al instituto. Mientras tanto, disfruta de tu silencio: aplastándote, enloqueciéndote. Quiere destruirte para que puedas ser parte de él.

¿Escuchas eso? ¿La sangre corriendo por tus venas? Eso debe ser silencioso. Arráncate ese ruidoso corazón, pues ofende con sus latidos al letal silencio y debe ser dejado de lado.

Continúa caminando, debes caminar, y estar rodeado de silencio.

Levanta muros en tu mente para defender el silencio; crea castigos para quienes lo rompan.

Cuando llegues a tu celda, tendrás la necesidad de hablar una última vez, pero no querrás hacerlo. Simplemente querrás mantener el silencio, que te rodeé, que esté cerca de ti. Lo harás por un rato.

Porque ese silencio es el objeto 31 de 538. No debe romperse.

Arte por Brian Luong.

martes, 30 de julio de 2019

#030 El Holder de la Llama

En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier institución mental o centro de rehabilitación donde puedas llegar por ti mismo. Dirígete a la recepción y pide visitar a aquel que se hace llamar "el portador de la llama". El empleado te mirará impasible durante muchos segundos antes de señalar, silenciosamente, una puerta detrás de ti. La puerta no estaba allí antes, y nadie más a tu alrededor parecerá haberla notado. Acércate a la puerta y cierra los ojos antes de tomar el picaporte. Debes tocar una vez. Si el metal de repente se enfría en tu mano, corre. Corre lejos y sigue corriendo. Tu única esperanza será escapar, ya que la alternativa es un horror que solo las almas del infierno pueden comprender.

Si la aldaba se calienta, sostenla con fuerza, incluso cuando comience a abrasar tu mano. Finalmente, el dolor se detendrá. Una vez que esto haya sucedido, abre los ojos. Estarás en un pequeño jardín, iluminado por la luz de la luna llena, y rodeado de paredes de piedra cubiertas de hiedra. A tu izquierda habrá un estanque. No mires directamente al agua, a no ser que quieras que la multitud de terrores que acechan en ella te capturen y ahoguen una y otra vez por el resto de la eternidad. A tu derecha habrá una pira funeraria, aún no encendida, muy oscura debido a un líquido inflamable.

Da exactamente cinco pasos hacia la pira. No preguntes por qué. Encontrarás el cadáver de un niño castrado, con los brazos cruzados sobre un vial de mercurio. No diga nada más que la siguiente pregunta:

¿Qué causó su inmolación?

El cadáver no se moverá, pero la pira se encenderá por su propia voluntad. Al igual que los arbustos, la hierba, los árboles y las flores a tu alrededor. Las llamas cambiarán de color, de los colores normales del fuego, al rojo de la sangre recién derramada, al verde de la infección y la enfermedad. Las plantas gritarán de agonía a medida que se consumen las paredes que rodean el jardín. El estanque se secará, el agua misma arderá con un calor abrasador, mientras las almas de los condenados se elevarán en el vapor, aullando sobre ti su letanía de maldiciones.

Cuando la primera maldición llegue a tus oídos, debes reunir tu coraje y comenzar a reír. Fuerte, rencorosa, arrogante y no suavemente. Si las maldiciones se vuelven más vehementes, estarás a salvo. Si se detienen, tírate a la pira para escapar de un destino mucho peor.

En medio de la tempestad, el cadáver del niño se sentará tranquilamente en posición vertical, consumido por completo en llamas, y te ofrecerá el vial. Debes seguir riendo y cruzar los brazos. No debes aceptar este regalo ahora.

El cadáver abrirá su boca, y si tienes suerte, lo que verás en sus profundidades no te hará reír de locura por el resto de tu vida mortal.

El vial caerá, se romperá y derramará su contenido sobre los restos ennegrecidos de la hierba a medida que las llamas se apagan. Todo estará en silencio. A tus pies habrá una nueva flor, su tallo duro y espinoso, sus pétalos pintados con los colores del fuego del infierno y la condenación. Tómalo y te encontrarás lejos del jardín y de nuevo frente a la puerta del principio.

Esa flor es el objeto 30 de 538. Se quemará lenta y profundamente en tu alma y encenderá los fuegos de la locura.


lunes, 29 de julio de 2019

#029 El Holder de la Escarcha

En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier institución mental, o casa desolada a la mitad de una carretera abandonada, donde puedas llegar por ti mismo. Dirígete a la recepción y pide visitar a aquel que se hace llamar "el portador de la escarcha". Si el empleado se estremece de forma poco natural, te conducirá por un pasillo a su espalda y, una vez que le hayas dado la espalda, murmurará: "El pobre tonto". El pasillo se enfriará a medida que avanzas, pero no intentes calentarte. No intentes frotar tus manos para producir calor o desearás no haberlo hecho.

Si, en cualquier momento, el frío cesa y el pasillo se calienta, debes dejar de caminar rápidamente y gritar: "¡Para! ¡Esta no es la respuesta!". Si el calor persiste, corre. Corre tan rápido como puedas hacia la salida. Si no lo logras, los fuegos del infierno te consumirán. Si lo logras, no dejes de correr. Huye de la institución, la ciudad, el país, porque los sabuesos del portador tienen tu olor y no descansan.

Si vuelve el frío, continúa por el pasillo hasta que llegues a una puerta hecha de hielo sólido, toca tres veces. Si una voz suave y femenina te invita a entrar, abre la puerta. Si es una voz masculina y brusca, reza por una rápida desaparición.

Dentro de la puerta, encontrarás una habitación hecha de hielo, con estalagmitas y estalactitas congeladas que le dan la apariencia de unas enormes fauces. En el centro de la habitación habrá una mujer con velo y piel blanca como el marfil. No la mires directamente y dí solo una cosa:

¿Qué causó su hibernación?

Ella te contará su historia, una historia de destrucción y devastación, guerra y hambre, vida y muerte, y de un profundo sueño. La historia te enfriará hasta la base de tu existencia, pero nunca mires directamente a la mujer a los ojos. Si lo haces, tu alma quedará congelada por toda la eternidad.

Cuando termine, se quitará el velo, pero no debes mirarla. Su belleza destrozaría tu mente. Si mantienes tus ojos lejos de ella, ella cubrirá sus manos con las tuyas y te susurrará al oído:

La edad de hielo ha terminado.
¿Qué harás?

El mundo explotará en blanco, y cuando baje, estarás fuera de la institución. En tus manos habrá un gran copo de nieve de cristal.

Ese copo de nieve es el objeto 29 de 538. La edad de hielo ha terminado; están empezando a descongelarse.


domingo, 28 de julio de 2019

#079 El Holder de la Carne

En cualquier ciudad, en cualquier país  ve a alguna institución mental o casa desolada en mitad del camino donde puedas llegar por ti mismo. Cuando llegues al mesón debes buscar con cuidado a algún trabajador que esté comiendo carne, busca a quién parezca estar satisfecho o a punto de estarlo, ya que si le preguntas a alguien que aún no haya comido podría resultar en que te devoren para el almuerzo. Pídele a ese trabajador que te lleve con "El Portador de la Carne", con una apagada voz y la boca llena de comida el señalará el medio de la habitación, donde verás una vaca muerta que antes no estaba ahí, el animal tendrá un corte profundo desde la garganta hasta la entrepierna, el hombre te hará un gesto para que entres ahí.

Mientras te arrastras en la vaca muerta tendrás que deslizarte por un apretado y carnoso tubo mientras los movimientos musculares detrás de la capa viscosa forzan el camino. Debes intentar mantener la misma posición ya que mucho movimiento puede causar que te expulsen del tubo violentamente hacia unas grandes y dientudas fauces que masticarán tu cuerpo hasta que no quede más que el pellejo. Si pasas por la salida correcta, caerás hacia el piso de lo que parece ser una catedral completamente decorada con huesos, carne y órganos.  Hay ojos de todas las formas y tamaños mirándote fijamente desde todas partes, hacia el fondo el piso se arquea en una subida y una bajada formando una gran caja torácica que contiene unos grandes pulmones y un corazón. Insertada en la pared negra del fondo se encuentra incrustad un gigantesco frasco de vidrio que contiene un pulsante cerebro rodeado de fluidos. Sus largos nervios cuelgan como telarañas alrededor de todo el lugar, cubriendo las paredes y hacia arriba.

Sin previo aviso dos largos, anchos y musculosos brazos sin piel, con garras en la punta de los dedos comenzarán a emerger de las paredes. Ambos brazos te tomarán fuertemente intentes huir o no, es imposible escapar de su alcance. Si no haces la pregunta correcta o no logras hacerla serás desgarrado parte por parte y forzado a permanecer vivo para sentir cada momento de ese dolor y ser re-ensamblado como parte de la catedral viviente sin poder morir ni estar completamente vivo siendo uno con la edificación incapaz de hablar o gritar aunque quieras hacerlo. Si no quieres sufrir este horrible destino debes preguntarle: "¿Por qué desprecian la vida?

En un segundo el cerebro abrirá tu cráneo indoloramente, tomará un pellizco de su propia masa gris y la insertará en la tuya; cuando esto ocurra te darás cuenta con el mayor de los detalles de cada pequeña pieza que forma la vida. Todos los conocimientos y logros del hombre serán completamente inútiles en comparación a esto, muchos han enloquecido con esto y si no puedes manejarlo enloquecerás también compartiendo su destino, destrozando tu propio cerebro y dispersando todos tus pensamientos en el cosmos donde jamás volverán a ensamblarse, pero si logras mantenerte tranquilo y concentrado con esta información que es posiblemente el secreto mejor guardado de todos los universos conocidos y desconocidos... Y jamas debe ser compartido con nadie que no sea un verdadero dios a menos que quieras invocar la prematura muerte del hombre.

Si lograste conservar tu determinación el cerebro te dejará ir, no pierdas el tiempo ya que el siempre se verá tentado a agregar más carne a la suya, debes escapar del mismo modo en el que entraste, mientras te deslizas encontrarás un callejón sin salida. Te encontrarás a ti mismo debajo de las sábanas de tu propia cama hacia atrás con los pies en las almohadas.



Ese trozo de conocimiento es el objeto 79 de 538, la vida es lo que tu haces con ella así que hazlo bien.