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viernes, 19 de junio de 2020

Buenas noches

Cuando el niño se fue a dormir, empezó el terror; la luz no funcionaba, el techo temblaba y la puerta se cerraba. En ese instante, desde la oscuridad salió aquel "monstruo".

Lo primero que escuchaba eran sus pasos, rápidos pero silenciosos. Después se veía su espantosa forma, su piel blanca, su boca abierta, mostrando los dientes; además de chorrear un montón de sangre.

Sólo le tomaba unos segundos acercarse a su víctima, el niño empezó a llorar, él lo miraba aunque no era lo único que hacía.

El monstruo agarró su propio brazo derecho y lo empezó a mover hacia atrás, lentamente, hasta torcerlo, después movió su mano lentamente, agarró su propio ojo izquierdo y violentamente lo arrancó de su cuenca. Ya con un brazo torcido y el ojo quitado, formó una sonrisa y empezó a reír.

El niño se asustó tanto que se desmayó.

En unos minutos se despertó, prendió la luz y miró debajo de la cama, miró por todas partes. No estaba aquel monstruo en la habitación, la madre vino desesperada y escuchó como el niño el niño le contó todo, obviamente la madre no le creyó nada.

El niño se volvió a dormir.

En unos instantes, un leve sonido lo despertó; trató de mover su cuerpo, pero estaba todo paralizado.

Miró hacia la izquierda, no había nada, miró hacia la derecha, no había nada.

Cuando se fijó en la oscuridad, quedó “petrificado”. Era el monstruo, que lo miraba con una gran sonrisa.

El monstruo se acercó un poco a la cama y con una macabra voz susurró:

“Buenas noches”.



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lunes, 15 de junio de 2020

Placer con dolor

Las miradas se dirigían precipitadamente hacia el cielo, el cual oscilaba con bolas de fuego, sus mentes divagaban en constantes reflexiones de por qué tendrían razones para cambiar todo su pueblo, las mujeres corrían frenéticas al desnudo, mientras, cual cerdos rapaces le seguían los hombres buscando saciar su libidinosa sed, jóvenes y ancianos, niños y niñas, todos parecían contorsionarse y envolverse en masas desesperadas con angustiosa realidad por saciar las emociones más profundas y bajas que despertaban los instintos impúdicos e inmorales, emociones que se habían perdido hace ya bastante tiempo.

Del cielo descendían bolas de fuego candentes que caían sobre los incautos y desenfrenados, muchos solamente se quedaron pasmados mirando como idiotas el extenso firmamento, pocos pensaron en solamente escapar, pero aun muchos más desearon sucumbir en lecho de muerte cumpliendo con fantasías que rebasan el pensamiento humano y lo trasformaban en uno miserable y carente del dolor ajeno, no importase su dolor, no importase sus gustos o disgustos, muchos fueron obligados a envolverse en retorcidos montones de carne expresados en orgías.

En el aire un intenso humo recorría los poblados trayendo consigo olores de carne quemada y azufre, su éxtasis no llegaba a su fin y a un viendo como todo se consumía en fuego y agonía seguían impulsados a cumplir con sus instintos, algunos al verse aun insatisfechos mataban a sangre fría a quien era su acompañante y seguían en sus actos con quien cruzase en su camino.

Del cielo un resplandor mas intenso que el Sol descendió gradualmente hasta cubrir cada centímetro de la ciudad, todos habían cesado, sólo se encontraban inmóviles mirándose los unos a los otros.

Sus gritos desesperados al unísono se mezclaban y confundían formando cantos a la agonía, sus cuerpos como papel con roses de desprendían, el viento los esparcía por los valles y collados.

Son estos los condenados a mirar con desagrado como los vivos se dirigen a ocupar su mismo lado, susurran en los abismos, impulsando al hombre a efectuar actos acordes con sus actos discordantes tal como vio dante su agonía es infinita, sólo les queda observar, mirar y observar, con desdicha como el hombre sufre, padece, ama y se crece, envidiando el sentir y expresar humano.


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sábado, 13 de junio de 2020

Sus últimas palabras

—¡Qué susto! Creía que eran ladrones, ¿lleva mucho tiempo aquí?.

Una sexagenaria rolliza asomó la cabeza, mostrando un periódico enrollado en una mano y un manojo de llaves en la otra.

—¿Edna?... no, ¿verdad?

La mujer gorda, que llevaba un camisón verdusco y unas zapatillas con borlas, giró levemente la cabeza de lado a lado —¡Sherman, eso!. Gedicht —Apuntó ella Gedicht. 
—Claro que sí, señora Gedicht. Porque será señora, ¿no? ... ¡tampoco!... Bueno, eso tiene fácil arreglo, mañana mismo nos ponemos manos a la obra y ya verá como eso se consigue. Cosas más difíciles se han logrado llevar a cabo y ya ves, no se ha hundido el mundo.

La vecina del piso de arriba, frunció el ceño y regresó al pasillo. En su rostro se reflejó la marcada expresión de una mujer solterona, entrada en Años y con algunos kilitos de más, horrorizada por su comportamiento descarado. Pero a él, no le importaba. Qué frunza el ceño todo lo que quiera. Eso ocurría con las personas que como ella se pasaba la vida entre cuatro paredes, haciendo un completo caso a los chismes de los demás.

Se lió un cigarrillo y empezó a fumar con profusión, cuando volvió a su estudio y de ahí a la ventana. Aparecía abierta, con las cortinas recogidas y agitadas por la suave corriente. De la calle, se sentía el fuerte olor a especias y el pesado ritmo de un piano de cola que imprimían sus melodías, y ante aquello, tan sólo bajó el cristal y, al pulsar un interruptor de la pared, accionó el ventilador. Las aspas que caían del techo y que giraban a gran velocidad, suponían en cierto sentido, un alivio al sofocante calor del estío, pero en cambio el nuevo ruido hizo desear el anterior sonido de la música. Había empezado con una obra lenta de Albinoni, para pasar luego a Pachelbel, Bach y Bheethoven, y cuando por fin estuvo en la pieza de Wagner, se le crispó los nervios y, arrojando los papeles por encima del escritorio, expulsó un bufido y golpeó la mesa, con el puño.

Desde hacía un buen rato se estaba estrujando los sesos, con sus dedos enfrascados en la máquina de escribir, pero con un nuevo se incorporó de su asiento como por un puro resorte. En su cabeza sólo habría entonces un pensamiento y este marcaba el paso de sus pisadas sobre el suelo de parqué, la mirada extraña de su rostro y sus brazos, tensos, muy tensos, más sobre todo si se tenía en cuenta su tremenda delgadez. Era la segunda interrupción de esa mañana y sus ojos desorbitados componían, junto a la mandíbula desencajada, una expresión aterradora. Había sido demasiado para unas horas. Dos interrupciones. Entonces, le vino una imagen a la mente.

—¡Señora Gedicht! Queridísima señora. —Bramó —¡Le dije que no quería nada!. Nada.

Tomó la bola de la puerta y la giró bruscamente, pero entonces quedó en silencio. No había nadie a fuera. El rellano y el pasillo, que llevaba a las escaleras, aparecían a oscuras, con una pálida lucecita brillando de una bombilla. Y ante el sombrío eco que escupía la empinada caída de escalones, con la baranda rojiza, le sobrecogerá el ruido de alguna puerta lejana, que tronase de pronto, en medio de ese barullo mudo. El portazo y su mirada de soslayo le llevarían, sin embargo, a bajar la cabeza, tan repentino que apenas distinguió algo más en el suelo que la oscuridad del piso. Pero con el incesante gesto de su cuerpo, mustiándose, ahora, que quedaba tontamente en silencio, terminó rozando algo con el pie y moviéndolo escasos centímetros.

Se fijó entonces en una cesta, envuelta en una tela rojiza, y la estuvo delimitando con la vista un segundo. Quiso abrirla, esperaba encontrar una sabrosa tarta de manzana o pastel de frutas de alguna vecina que quisiera ganarse algún punto con el recién llegado. Sus manos la tuvieron a su alcance y sus dedos comenzaron a retirar el paño de la cesta cuando se quedó extrañamente quieto, impávido, dejando a su pesado cuerpo atravesar el escalón de la puerta blanquecina. Como San Juan Bautista en una bandeja, la cabeza de la señora Gedicht empapaba de sangre la canastilla que la guardaba, con sus ojos abiertos y su rostro ensangrentado. Se le hizo un nudo en la garganta. Un segundo. Porque vio venir hacia el un mazo. Este se elevaba y caía, se elevaba y caía golpeando la cabeza del hombre, machacándole sus sesos.

En su estudio, una hoja estaba engarzada a la máquina de escribir. En lo poco que había escrito, se leía "El asesino del mazo reaparece de nuevo...".



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miércoles, 10 de junio de 2020

Lo que no crees es real

Esto ocurrió el año pasado, jugué a la ouija con mi amiga Carla. No nos lo tomamos es asunto en serio y empezamos a insultar, bromeando a los espíritus que llamamos. Por mala suerte, invocamos a Satanás quien nos deletreó:

"Lo que no crees es real"

Era tarde y mi amiga se fue a casa. Como mi novio había muerto en un accidente de tráfico, yo estaba sola en casa, así que me fui a dormir. Sobre las 3:20 de la madrugada me desperté y me fui a beber un café.

Mientras bajaba las escaleras, oía las voces de una niña gritando muy en la lejanía. Cuando llegué a la cocina, tomé el vaso y noté que debajo de el había un papel doblado que tenía escrito:

"Te lo he dicho".

De repente sonó el teléfono. Era mi amiga Carla, preocupada por que su hija de dieciséis años no había regresado a casa. Entonces vi que bajo mis pies había huellas de sangre. Las seguí y me llevaron hasta el cadáver de la niña con el cuello degollado que yacía en mi cocina.

Asustadísima fui a casa de Carla. Subo corriendo a su habitación y me la encuentro también con el cuello degollado igual que su hija. Además en su frente alguien había grabado con un cuchillo:

"Yo tengo la razón".




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martes, 9 de junio de 2020

Odio el Ajedrez

Un día me encontraba mirando vídeos por Internet, cuando en un momento de aburrimiento decido hacer algo más interesante: se me ocurrió jugar una partida de ajedrez online, así que busqué y busqué a través de mi navegador hasta que encontré una página donde solo había un jugador presente; sin dudarlo, ingresé a la partida.

Lo primero que me llamó la atención fue la decoración del sitio, eran cabezas de gente en el fondo; no me agradó en lo absoluto, por lo que quise quitar la página, pero mi computador no respondía. Estaba asustado: no funcionaban los botones, solo el mouse.

Cuando empezó la partida, el otro jugador llamado "Dibbuk" movió un peón, hice lo mismo; luego de 30 minutos de batalla, él me terminó ganando y cuando la pantalla reveló la frase: "Player 2 Win", las luces de mi casa se apagaron.

Pegué un grito, una mano me tapó la boca y una voz me susurró: "Jaque Mate". Sentí una puntada en el corazón.

Me desperté en el hospital, desde donde estoy escribiendo esto. Acabo de enterarme de que "Dibbuk" es un demonio del folklore judío.




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domingo, 7 de junio de 2020

Bridget Cleary

En Irlanda se conserva una vieja canción infantil, todavía muy popular entre los niños de aquella tierra, que alude a un caso donde se inscriben temas tan perturbadores como la violencia de género, el asesinato, y la creencia en hadas:


Are you a witch, or are you a fairy

Or are you the wife of Michael Cleary?

¿Eres una bruja, un hada,

o la esposa de Michael Cleary?


Bridget Cleary nació en Clonmel, condado de Tipperary, Irlanda. Fue torturada y asesinada por su esposo en 1895, quién aseguró que las hadas habían robado su alma, dejando en su lugar a un Changeling.

Los Changelings, según los mitos celtas, son aquellos hijos de las hadas que sustituyen a los niños humanos. Naturalmente, las hadas proceden a sustraer al niño humano para criarlo en sus costumbres.

Normalmente los Changelings son bastante torpes. Tienen un apetito voraz, se meten en problemas constantemente, y nunca logran adaptarse del todo al mundo de los humanos. Pueden ser muy afectuosos con las personas que quieren pero su amor termina siendo destructivo, y en muchos casos violento.

En marzo de 1894, Michael Cleary, un hombre que hasta el momento era considerado un buen vecino y un excelente marido, comenzó a pensar que algo extraño le ocurría a Bridget, su esposa, de veintiséis años de edad.

De modales delicados, que por momentos rozaban el más exquisito refinamiento, Bridget Cleary comenzó a mostrarse más reservada. Algunos sostienen que creció varios centímetros de altura en una sola noche, síntoma que para muchos irlandeses del siglo XIX significaba una sola cosa: Bridget mantenía algún tipo de relación con la gente pequeña, es decir, las hadas.

Michael confrontó a su esposa y realizó toda clase de acusaciones, entre ellas, que ya no era la Bridget de siempre sino un Changeling.

Bridget negó estas ridículas afirmaciones. Sostuvo, aún en los momentos de mayor dolor físico, que creía en las hadas, pero que ella era simplemente una mujer mortal. Sin embargo, pronto quedaría demostrado que una creencia aparentemente inocente como la fe en las hadas podía justificar el más atroz de los crímenes.

Michael Cleary no actuó en soledad, como uno podría fácilmente suponer, debido a lo absurdo de sus acusaciones. Por el contrario, comenzó a torturar metódicamente a su esposa en complicidad con varias personas, entre ellas, tres primos de la muchacha: James, Patrick y Michael; una tía, Mary; dos amigos, John Dunne y William Ahearne; y el propio padre de Bridget, Patrick Boland.

La intención de este grupo nefasto era quebrar el alma del Changeling para permitir el regreso de la verdadera Bridget.

Después de varios días, la gente de Clonmel advirtió la desaparición de Bridget. Una vecina, Johanna Burke, se presentó en el domicilio de la muchacha para verificar si estaba enferma. Fue acompañada por otros dos vecinos que estimaban a Bridget, William Simpson y su esposa. Al principio se les negó la entrada, pero después de algunas insistencias finalmente lograron convencer a Michael Cleary que los dejara pasar.

La pequeña comitiva de vecinos pronto cambió la preocupación por el más siniestro estupor: Bridget se encontraba atada a la cama, con los brazos y las piernas abiertas, vestida apenas con un camisón y con el rostro transfigurado por el dolor.

Los torturadores, lejos de sentirse culpables por ese acto aborrecible, intentaban que Bridget bebiera una especie de tónico, un remedio casero en base a leche y hierbas, con propiedades supuestamente repelentes para las hadas.

Lo peor de la escena, declaró luego Johanna durante un juicio que mantendría en vilo a toda Irlanda, es que el grupo se refería a Bridget directamente como bruja.

¡Bebe, bruja!

E inmediatamente después de que Bridget tragara gota a gota el infame antídoto se le preguntaba:

¿Eres Bridget Boland, esposa de Michael Cleary, en el Nombre del Señor?

Prácticamente ahogada en vómito, producto de los litros y litros de tónico que los torturadores la forzaban a beber, Bridget asentía desesperadamente, ya sin fuerzas para llorar.

Michael Cleary y el resto de los torturadores no le creyeron.

John Dunne, un sujeto especialmente sádico, sugirió la posibilidad de colocar la cabeza de Bridget sobre el fuego, lo cual fue admitido en seguida por los demás. En vano gritó la muchacha mientras su cuero cabelludo literalmente era abrasado por las llamas.

El fuego, según las viejas leyendas de hadas, era considerado una prueba sustancial para verificar si alguien era o no hijo de estas criaturas. Al ser expuesto a las llamas el Changeling revelaba su verdadera naturaleza y retornaba inmediatamente a los brazos de su verdadera madre.

A pesar de los esfuerzos de los vecinos, en este punto, retenidos contra su voluntad por el grupo de torturadores, las maniobras continuaron hasta bien entrada la madrugada.

Por fin, ya devastada, Bridget fue llevada a la cama, donde quedó inconsciente.

Al día siguiente, Michael Cleary fue hasta la casa de William Simpson. Necesitaba un revólver, afirmó.

Luego explicó que Bridget había confesado que se reunía periódicamente con las hadas en Kylegranaugh Hill, sitio donde podría recuperar a su verdadera esposa. Para probarlo le enseñó las extrañas ropas que ella guardaba en el sótano, telas con propiedades asombrosas que cambiaban de color según la luz; también una escoba de bruja e incluso el estiércol típico de los corceles grises que las hadas emplean para moverse en la noche.

Simpson creyó firmemente en estas absurdas evidencias; no obstante, no poseía ningún revólver para prestarle.

Horas después, según el testimonio de algunos vecinos, Michael Cleary fue visto dirigiéndose a Kylegranaugh Hill armado con un cuchillo.

Esa noche, Johanna Burke regresó a casa de Bridget. La encontró sentada junto al fuego, rodeada por sus hermanos, quienes la obligaban a beber té y comer pan, quizá para seguir buscando pruebas de su supuesta procedencia sobrenatural: las hadas mueren en el acto si consumen cualquier comida hecha por mortales.

Michael Cleary, recién llegado de su expedición a Kylegranaugh Hill, comenzó a golpearla y a exigir que revele su verdadera identidad. Bridget, una y otra vez, juraba entre llantos que no era un Changeling pero que creía en las hadas.

Completamente loco, ausente de toda lógica, incluso del más ínfimo registro de afecto y compasión, Michael Cleary bañó a su esposa con aceite de lámpara y la quemó viva.

Michael Cleary y Patrick Burke llevaron los restos calcinados de Bridget al cementerio local, en medio de la noche, y los enterraron en un foso.

Si bien la violencia doméstica, y especialmente la violencia de género, no eran motivos válidos de denuncia, o al menos no los suficientes como para que las autoridades policiales tomaran cartas en el asunto; el asesinato sí lo era.

Michael Cleary, Boland, los Kennedy, Ahearne y Dunne, la tía, y hasta el herbolario local, Dennis Ganey, fueron arrestados y llevados a juicio.

En menos de dos semanas Michael Cleary fue sentenciado a veinte años de prisión, de los cuales sólo cumpliría quince. El resto de los torturadores recibieron penas mucho menos severas.

La prensa tituló el caso como la última bruja quemada de Irlanda, a pesar de que Bridget Cleary jamás haya tenido nada que ver con la brujería. Su nombre, aún después de padecer las mayores atrocidades, continuó en la muerte asociada a lo sobrenatural.

La única justicia que recibió Bridget Cleary provino del sitio menos esperado.

Los niños de Clonmel, al parecer mucho más sabios que los adultos, poco a poco fueron limpiando la reputación de la muchacha; de tal forma que su nombre quedara separado de una vez y para siempre del reino de las hadas:

Are you a witch, or are you a fairy

Or are you the wife of Michael Cleary?

¿Eres una bruja, un hada,

o la esposa de Michael Cleary?

No es infrecuente que las hadas adopten como hermanas, incluso como reinas, a todas las mujeres que murieron por creer en ellas.

Fácilmente podríamos caer en una atroz coincidencia etimológica: el nombre Bridget es el mismo que el de la diosa del fuego de la mitología celta. Significa literalmente «fuerza», la misma que hizo falta para que Michael Cleary despertara en medio de la noche con todos los dientes arrancados por dedos invisibles, que nunca olvidan.



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viernes, 5 de junio de 2020

El Artista

Yo solía ser una persona alegre con muchos amigos, ¿qué me paso? Ahora siendo ya un hombre de 25 años soy una persona corrompida por la misma vida, las personas siempre decían que mi arte era el mejor pero poco a poco se fueron alejando, dijeron que mi arte había cambiado, que yo era una persona espeluznante, pero no me importa, no he salido de mi casa en más de 5 años, sólo basta con pedir mi comida por delivary. Dibujo absolutamente todo el día, pero estoy cómodo así, entre mis pinturas, ellas no hablan ni se burlan, son la compañía ideal de mi día en un cuarto lleno de bocetos sin terminar.

Soy alguien que vive por el arte, todo esto comenzó cuando yo tenía 18 años. Me interesé por la pintura, siempre tuve un don natural. Poco después comencé a interesarme por los casos de asesinato y historias de terror y cuando me di cuenta, pintaba este tipo de cosas, es como si dos personas habitaran en mí.

Las personas dicen que el arte te consume, pero no creí que fuera así. Mi otro yo me controla, solo soy su marioneta, cuando me despierto del trance siempre mis manos están cubiertas de un líquido rojo espeso, trato de convencerme de que es pintura, pero sé que no es así, yo sé que mi otro yo busca sus modelos y las mata para luego pintarlas y yo no puedo controlar eso, ¿cómo poder controlarme a mí mismo?

Cuando miro al espejo él me sonríe malévolamente, la primera vez que me pasó fue cuando tenía 20 años. Me desperté en una casa que no conocía empapado en ese carmesí y espeso líquido con un olor pútrido, me fui asustado rápidamente a mi departamento. Cuando encendí el televisor en las noticias pasaban la noticia del asesinato, y pensé qué bueno fue que me había ido antes de que me pasara algo, pero me empecé a despertar cada vez más seguido en escenas de asesinato y las pinturas de las víctimas aparecían una a una en mi departamento, esa fue una de las razones por las que me encerré, no entiendo porque la policía no nos atrapa y porque no soy consciente de el momento en el que asesino a esas chicas.

Una vez hasta intenté encerrarme en un manicomio, pero cuando desperté todos estaban muertos, todos las paredes blancas estaban manchadas de rojo carmesí, pero el color favorito de él es el rojo, adora el rojo, se vuelve loco cuando lo ve, ¿quién es él? ¿Cuándo apareció? ¿Siempre existió? ¿Todos tenemos uno? No lo sé, solo quiero detener esto.

Hoy algo malo va a pasar, el me está hablando y dice que hoy es mi turno, está apretando mi cuello y desgarrado mi piel obteniendo lo que él más ama, ese color rojo tan bonito. Ahora sé que todos tenemos otro yo, otro que es malvado, o tal vez un espejismo de nosotros mismos, el mío es un artista sangriento y hoy ha elegido a su siguiente modelo, yo. Cada vez brotan más flores rojas de mi piel, es una escena hermosa, estoy creando la pintura perfecta, por fin lo logré, gracias a mi otro yo, ahora yo soy el arte. Por fin somos uno, un loco y demente artista.




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miércoles, 18 de marzo de 2020

El Extraño Encuentro

Todo comenzó un sábado. Ya eran más de las 9 de la noche, estaba con mi grupo de amigos en una fiesta y hasta ese momento no había pasado nada malo, pero de repente, de la nada se corta la electricidad, todos pensamos que era una broma, pero no fue así. La puerta del lugar en el que estábamos, se encontraba cerrada, de repente alguien llamó, todos los que estábamos adentro nos empezamos a asustar, uno de ellos abrió la puerta y lo único que vimos fue un perro negro, furioso y con los ojos rojos. Yo vi como a cada uno de nosotros nos recorrió un escalofrío, mis amigos estaban pálidos. De todos los presentes fui la única que me acerqué, cerré la puerta y la electricidad volvió... en ese transcurso a lo menos pasaron 4 minutos, algunos todavía no lo podían creer, otros no lo tomaron en cuenta y continuaron con la fiesta.

Pasado un rato todos se calmaron, nadie recordaba lo que había pasado. Al terminar la fiesta todos acordamos de ir al cerro, pero esa fue nuestra peor decisión. Al llegar a los pies del cerro, algunos empezaron a ver luces entre los árboles, otros a escuchar ruidos... pero ya estábamos allí y no era nuestra intención retractarnos. Empezamos a subir lentamente, andábamos con una sola linterna la cual la traía mi amigo Ale, todos estábamos un poco asustados, pero al mismo tiempo entusiasmados. Muy pocos sabían de la leyenda que tenía el cerro, así que entre los que la sabíamos la empezamos a relatar:

"Todos los que suban al cerro un domingo a la madrugada, no tendrán mucha suerte, puede que sobrevivan, pero la experiencia no la olvidarán jamás"-esas fueron las últimas palabras del abuelo de Tom. 

La historia en sí, se trata de un grupo de expedicionistas que todos los sábados regresan a buscar su alma que quedó en este mundo a causa de que cuando los mataron, sus cuerpos fueron tirados al vacío.

Para cuando habíamos terminado de contar la historia, todos estaban más que asustados y cuando menos lo imaginábamos empezamos a sentir pasos ligeros que cada vez se acercaban más. Todos quedamos petrificados, en el ambiente ni siquiera la respiración de nosotros se escuchaba, sólo se escuchaban pasos y más pasos...

De repente uno de nosotros sintió cerca de él una respiración alterada y profunda la cual empezaba a aumentar cada vez más, mientras se seguía por pasos.Todos estábamos consientes de lo que pasaba, pero nadie lo podía asumir...cuando pudimos voltear hacia atrás, no vimos nada, en el aire sólo se sentía la respiración agitada de cada uno de nosotros y el pasar del viento.

Seguimos subiendo, pero ahora nos guiaba el terror, el entusiasmo había quedado muy atrás... Llegamos a un mirador para descansar un rato y sentimos algo que se escabullía entre los arbustos, miramos para el lado sin encontrar nada, luego cuando nos volvimos hacia el frente, lo vimos ahí, era el mismo perro que se nos había aparecido en la fiesta, tal como antes, estaba furioso, con unos ojos rojos que penetraban en los nuestros, comenzamos a sentir que algo nuevamente se acercaba. El perro se había vuelto loco y ladraba desesperadamente y al intento de tirarse sobre nosotros salió corriendo, pero no ladrando, sino gimiendo, como si algo o alguien le hubiera hecho algo.

Uno de nuestros amigos sintió una mano en su hombro y nos dijo susurrando: ¡Ayuda! todos miramos hacia él y sólo pudimos ver la sombra de algo escalofriante, luego la luz de la luna cayó sobre el ser extraño y sólo ahí nos dimos cuenta de quién era...la figura representaba una persona humana que vestía un traje negro, pelo largo y oscuro y lo único que resaltaba en ella eran sus manos, estaban cubiertas de sangre. Sin pensarlo dos veces nos paramos, no sé como, estábamos aterrorizados...Pero ella nos habló, de primera con una voz muy dulce, diciendo:

"¿Qué hacen ustedes en este lugar?, ¿No saben qué este lugar es sólo mío?, váyanse de acá en este mismo instante o sus cabezas serán cortadas y sus cuerpos quemados". Nosotros atónitos escuchábamos, sólo eso, porque no podíamos hablar ni siquiera para pedir disculpas o simplemente salir corriendo.

Con una voz mucho más ronca nos dijo:

"Han venido en busca de los expedicionistas o simplemente tras mi fiel amigo...¡"El Diablo"!...

De repente detrás de ella aparece el perro, que nos miraba con un profundo rencor, mientras que nosotros le devolvíamos una mirada de pánico. En ese instante deben haber sido las 5:30 am aproximadamente. El sol ya empezaba a salir, nosotros nos alegramos mucho, porque cuando los primeros rayos del alba llegaron donde estábamos nosotros, la imagen de la Mujer comenzó a desvanecerse como un cubo de hielo y el perro desapareció en la nada misma.

Ya no había nada más de que asustarse, el peligro ya había pasado. Pero aún así nos sentíamos aterrados... Cuando bajamos del cerro, cada uno se fue a su casa y prometimos no contarle a nadie lo que había pasado ya que nadie nos creería.

Este relato ocurrió a principios del mes de noviembre del año pasado y cada vez que lo recordamos como grupo, nos deprimimos mucho.



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viernes, 6 de marzo de 2020

Colmillos

No soy una persona a la que le gusten mucho los animales, es difícil aceptarlo. Toda mi vida, la gente me ha visto como alguna clase de monstruo, simplemente por el hecho de no querer tener mascotas. ¿Peces? Vale, son aburridos, alguna vez me regalaron uno y me olvide de darle de comer una semana. ¿Iguanas? No gracias, los reptiles me dan algo de repelús. ¿Gatos? No entiendo porque todas las personas se mueren por ellos, a mí me ponen de los nervios, con esa mirada y esa forma tan sigilosa de andar que tienen.

Pero lo peor para mí, son los perros. Sé que todos dicen que son el mejor amigo del hombre. A mí no me lo parece. Hay algo en ellos que no me gusta, esos dientes, esos ojos profundos, esos rostros extraños. De niño, mis peores pesadillas eran con perros.

No son tan amistosos como se cree. O por lo menos, los que yo he visto en mi vida no lo han sido conmigo.

Fue por eso que un escalofrío me corrió por la columna el día que mi novia trajo a aquel chucho a la casa. Un perro adulto y enorme, de color blanco y marrón, con unos ojos que me inquietaron profundamente.

—Se llama Colmillos —me dijo ella, acariciándolo— pobrecito, su familia lo tiró en la carretera. Nadie en el albergue lo quería adoptar.

No pude decirle en ese momento lo mucho que me desagradaba la idea. Ella ya sabía que me disgustaban los animales. Pero al parecer no se había podido a resistir con la historia del can. Mierda.

Pensé que mientras el perro no quisiera acercarse a mí, todo estaría bien. Entonces comenzó lo extraño.

Colmillos podía deambular libremente por la casa. Pero siempre que me sentaba a trabajar en el comedor, él se sentaba en un rincón de la estancia y se quedaba observándome fijamente, con una expresión que distaba mucho de la inocencia y cariño con la que miraba a mi novia. Conmigo, sus ojos eran fríos y llenos de resentimiento. Eso me ponía los pelos de punta.

Cada vez que me marchaba a trabajar a otra parte, tardaba un rato en descubrir a Colmillos mirándome del mismo modo, como vigilándome.

Un día, cuando volví de correr, Colmillos dejó caer frente a mí algo que había traído del exterior. Era un pájaro muerto, que había destrozado con sus propias encías. Aquello fue el colmo. Le di un ultimátum a mi novia. O se iba él o me marchaba yo de la casa.

Eso fue ayer. Hoy me encuentro aquí, encerrado en el pequeño cobertizo del garaje. No puedo salir porqué él está afuera. Aguardando para matarme.

Apenas y tuve tiempo de correr hasta aquí al llegar esta tarde del trabajo.

Lo primero que encontré, fue a mi novia en la cocina, muerta. La habían mordido en la yugular hasta hacer que se desangrara. En ese momento Colmillos apareció detrás de mí, mirándome fijamente. Y corrí.

Tengo miedo. Está esperando a que salga.



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lunes, 2 de marzo de 2020

Cómo nuestra familia recibe dinero

Bajo al sótano, compruebo mi entorno. Todo está oscuro, siempre está oscuro. No hay ventanas ni en el sótano ni en la casa.

Mi hijo está atado a la mesa, está nervioso podría decir. Él siempre está nervioso, endeble, al menos no está llorando como la primera vez. Después de muchas rondas de esto, al menos se ha endurecido un poco.

Primero lo primero, anestesia, no soy un monstruo. Le puse la máscara en unos minutos ya no estará consciente, hora de empezar.

El primer corte es siempre el más duro, me preocupa con que lo voy a arruinar. No puedo dañar nada, o no se venderá, hay mucha presión sobre mí.

Empiezo con el corazón, es lo más valioso. El cerebro también lo es, pero los trasplantes de cerebro no existen.

Después de que todo esté vacío, lo pongo en la cama. Limpio mis herramientas. No tienen sangre, pero las bacterias siguen siendo una preocupación.

Cuando termino, puedo escuchar que está empezando a despertarse. No nos lleva mucho tiempo regenerarnos, así que no me sorprende demasiado. Me pongo de pie, y miro la pila en la mesa a mi lado.

—Oh, bien. Has vuelto. ¿Puedes ayudarme a guardar esto?

—¿Enserio mamá? —Puso los ojos en blanco. Los adolescentes son tan perezosos.

—Desde que vinieron de ti, sí.

A regañadientes me ayudó a embolsar las cosas. Los órganos se venderán bien en el mercado negro. Siempre lo hacen. Siempre ganamos suficiente dinero con ellos para vivir cómodamente y obtener la sangre que necesitamos para sobrevivir.

Sí, es un poco asqueroso, pero la alternativa es peor. Después de todo, ni siquiera podemos salir al exterior durante la mitad del día, así que esto es lo que tenemos que hacer.

Finalmente, hemos terminado.

—Trae a tu hermana. Ahora es su turno.



domingo, 26 de enero de 2020

La verdadera historia de Phineas y Ferb

Muchos ya han de conocer la famosa serie de Disney Channel llamada "Phineas y Ferb", pero nadie sabe su verdadera historia... Esta es la verdadera historia de Phineas y Ferb.

El hecho se remonta hacia el año 1993, en un desconocido pueblo llamado Lultin (Rusia), ahora un lugar en ruinas, que prácticamente ha desaparecido dentro de la nieve. En una humilde casa de aquella década vivía junto a su familia una niña llamada Candace Flynn, víctima de una infancia llena de trastornos. Cuando Candace era apenas una niña, sus padres se divorciaron, quedando al cuidado de su madre, la cual jamás le prestó la suficiente atención. Al nacer su hermano Phineas, quien padecía de hiperactividad, y luego su hermanastro Ferb, sufriente de un severo caso de retraso mental, impidiéndole, entre otras cosas, hablar, Candace desarrolló una imaginación fuera de límites.

Todos los días Candace le contaba a su madre "las increíbles hazañas" que sus hermanos habían realizado en su ausencia. Ya aburrida de esta situación, la madre acudió a un especialista, el psiquiatra Heinz Doofenshmirtz, quien le diagnosticó a Candace una esquizofrenia severa, para lo cual le prescribió medicina de alto potencial. Como consecuencia del consumo de estos medicamentos, la situación de Candace empeoró. Se trataba de drogas psiquiátricas que tenían como fin calmar sus impulsos erráticos, pero que a su vez, como efecto colateral, la llevaron a una gran adicción, que la introdujo a probar con drogas más fuertes.

Candace, cansada de que nadie creyera sus historias sobre sus hermanos, decidió escribir un diario en el que plasmó cada una de las aventuras de Phineas y Ferb, explicadas con lujo de detalles.

A sus 14 años Candace Flynn ya era una consumidora activa de dietilamida de ácido lisérgico (LSD), comúnmente conocida como ácido, lo cual produjo un alto aumento en su distorsionada apreciación de la realidad.

Para el año 2005, Candace Flynn es encontrada muerta en su habitación, junto con una nota de suicidio escrita en la última página de su diario. Los forenses dedujeron que Candace había muerto de una sobredosis intencional de varias drogas, presunción que comprobó la autopsia.

Para finales del año 2005, la perturbada madre de Candace ofrece las historias de Candace a Disney Channel, que muestra interés en comprarlas. Y un 17 de agosto de 2007 se estrena a nivel mundial una distorsionada y mejorada versión del mundo de Candace, llamada "Phineas y Ferb".


jueves, 16 de enero de 2020

Creo que mi hijo quiere Suicidarse

Creo que mi hijo se va a suicidar.

Lo amo, pero yo creo que está pasando por un mal momento. Se sienta en su habitación todo el día y la noche, con quince años, se podría pensar que estaría tramando algo.

Realmente no importa lo que haga: fútbol, ​​teatro, arte, ballet, cualquier cosa, yo solo quiero que sea feliz. Él simplemente no tiene esa unidad para la vida como un adolescente debería.

Recientemente le dijo a mi esposa que la odiaba. Le gritó en su cara después de que discutieran sobre sus calificaciones, también ha estado bajando en la escuela y lo suspenden constantemente. Abracé a mi esposa horas después de eso.

¿Qué le pasó a ese niño feliz? ¿Qué le pasó a mi hijo? ¿Por qué no me deja entrar? Sé que puedo ayudarle.

Dios, mi pobre muchacho. Ha sido intimidado también, por la forma en que se viste y actúa. Está en su fase de "oscuro y melancólico", pero no me gusta que se lo tome tan en serio, es decir, yo era igual en el pasado y odiaba a mis padres también, pero no tuve ideas suicidas.

Sabíamos que estaba en problemas después del primer incidente de autolesión. Al parecer, había estado cortándose en el transcurso del año pasado.

Seguiré luchando.

Lo llevamos a un psiquiatra y terapeuta de la escuela, pero sólo se cerró más. Él simplemente no quiere ayuda. Le pido a Dios que me ayude a comprender qué pudo causar todo esto.

Según el psiquiatra, él no tiene ninguna razón para ser tan problemático como es. No han encontrado ningún caso a raíz de su infancia, no han encontrado desequilibrio, no han encontrado... nada.

La oscuridad en sus ojos ahora. Dios, la oscuridad. Hice contacto visual por primera vez en meses, y era como mirar a los ojos de un tiburón.

Es frío. Frío para nosotros, frío para sus amigos, frío para todo el mundo.

Le pregunté a sus amigos sobre él y sienten lo mismo que nosotros. Están preocupados. Se ha alejado a sí mismo y arremetido incontablemente contra sus compañeros. Ha conseguido ser golpeado por desconocidos y amigos por igual.

Odia a todos y todo. Ni siquiera presenta los síntomas normales de una persona deprimida. Se come sus comidas, no escucha música oscura (o cualquier tipo de música en realidad), y su historial de pornografía está sorprendentemente limpio.

Sólo... Estoy en una pérdida.

Hoy en día, mientras estaba en la escuela, busqué en su habitación. He encontrado cuchillos, cuerdas, y mi vieja pistola, la cual se encontraba en mi caja fuerte. Había drogas, incluso, simplemente a la vista.

Confisqué los artículos y seguí buscando.

Buscando algo.

Me di por vencido y volví a trabajar. Esa noche, cuando volví a casa, era como si una bomba nuclear se hubiera activado.

Gritó hasta quedarse ronco con nosotros. Tomamos sus drogas y armas, se sintió como la víctima. La lucha acabó con él golpeando su puerta cuando yo estaba en mitad de un sermón.

Hoy, miré de nuevo. He encontrado una nota de suicidio. Dos, en realidad. El primero era un borrador, pero fue desechado.

El segundo, sin embargo, era horrible. Contenía alegaciones de abuso sexual y físico. Es la crónica de años de tortura y el alcoholismo. Estaba bien escrito, casi como si de un adulto se tratase. Se terminó con una disculpa vaga en lo que respecta a las dos vidas que arruinó.

Sin embargo, la carta no fue escrita por una víctima. Fue escrito por un asesino que iba a matarlo a él y a su familia. El autor de la carta decía ser... yo.

Creo que mi hijo se va a suicidar.

Pero no antes de que mate a mi esposa y luego a mí.



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viernes, 10 de enero de 2020

Desastre

Mi nombre es Chris, formó parte de un grupo de ayuda que se formó en mi escuela. Soy un chico "sádico" y obsesivo por las cosas —como dirían los demás— "raras". Me encanta ayudar a las personas, en especial a aquellas que tienen problemas mentales y físicos. Soy un chico solitario y de pocos amigos, durante toda mi vida me ha sido difícil socializar con personas. Tenía solos 2 amigos. Había clases por la tarde, en la noche me reunía con el grupo de ayuda. Esa noche, conocería a una chica que cambiaría por completo mi vida.

Al terminar las clases, fui directamente a la reunión, donde me presentaron a un grupo de chicos nuevos tímidos, pero amables. Había una chica linda, pero descuidada con su atuendo; su ropa estaba rasgada y quemada. Ella era las más tímida de todos. Me le acerqué diciéndole sonriente:

—Hola.

Su respuesta fue silencio.

—No seas tímida. Je, je. No te diré nada malo.

Seguía sin responderme

—Esta bien. Si quieres, te dejaré sola.

Me disponía a retirarme, pero unas palabras me lo impidieron:

—E-espera.

—¿Por qué eres tan tímida?

—Y-yo... Lo siento.

—No te preocupes.

—Ellos no te lo han dicho, ¿verdad?

—¿Decirme qué?

—Y-yo... Bueno. Yo no sé cómo decírtelo.

—Dímelo como tú quieras...

—Yo... sufro de TID, Trastorno de Identidad Disociativo. Lo siento.

—Joder. Pero ¿por qué estás aquí? Deberías estar en un lugar mejor.

—Quise escapar del lugar de donde estaba. Pedí ayuda, y ellos me trajeron acá. No sabes lo que me hacían en el lugar de donde vengo. Siempre era lo mismo. Me torturaban y abusaban.

—¿Q-qué...? ¿De qué lugar me hablas?

—Vengo de una clínica para personas con problemas de personalidad y de trastornos mentales. Perdí a mis padres, cuando era niña. Tenía un hermano mayor. Él... simplemente desapareció. Me quedé sola. Me llevaron a un orfanato. Las personas empezaron a ver que mi comportamiento era extraño. Decían que era algo agresiva... y deprimente. Mi hermano era muy violento. Él me golpeaba y me dejaba encerrada en un cuarto por horas. Una vez, trajo un perro en el lugar donde vivíamos... y lo degolló enfrente de mis ojos. Él me obligó a hacer varias cosas. Él llevaba animales a la casa... y me obligaba a degollarlos o decapitarlos. Él quemó el hogar en el que vivíamos... dejándonos sin nada.

Me callé, ya que no sabía qué decir.

—Lo sé. Soy muy rara. Perdóname.

—No, no es eso. Me intriga tu historia

—E-está bien..

—¿Cómo te llamas?...

—Afton, ¿y tu?

—Chris. Je, je. Lindo nombre.

—También me es lindo el tuyo.

—Afton, ¿quisieras que seamos amigos?

—S-sí.

—Je, je, je. Está bien.

Lo único que no sabía era que ella sería la que iniciaría el infierno en mi vida.



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sábado, 4 de enero de 2020

Como invocar a Slenderman

Si estas leyendo esto, eres de los pocos afortunados en encontrar la clave para invocar a Slenderman. Antes que nada, tienes dos opciones: jugar o no jugar, independiente de tu decisión, no importa porque él ya escucho su nombre en tu mente y es probable que ahora mismo este por llegar donde tu estas. 

Asegúrate de no tener niños cerca de ti ya que si él ve a un niño , se lo llevara y nunca más lo veras.

Si ya estás solo, estés donde estés, puedes seguir leyendo la invocación... pero si estas en un bosque no sigas leyendo esto y huye inmediatamente, mas probable es que mueras, procura alejarte de los arboles, a Slenderman le gusta camuflarse entre ellos y no dudara en aplastarte contra uno de ellos.

Si estás en una casa o en cualquier lugar techado, no te confíes, no creas que estas a salvo de Slenderman, ya que para este instante él acaba de llegar y puede que este cerca, quizás más cerca de lo que crees, a continuación párate y busca una libreta y dibuja una figura humanoide en pocas palabras una bolita con 5 palitos como cuerpo y arriba de ese dibujo escribe la pregunta:

¿Estoy solo?

Ya que lo tengas, ve a tu habitación y pon ese dibujo en tu cama , después sal de ahí y lee esto en voz alta:

Oh Slenderman, querido Slenderman, figura tétrica que se oculta para que no lo vea , acércate a mi.

Querido Slenderman, solo quiero saber que se siente estar a tu presencia y si estas detrás de mi, por favor solo mátame porque se que te he hecho enfadar.

Querido Slenderman, si no es así déjame que siga con este cántico que se que te atraerá.

Después canta una canción infantil de tu infancia tres veces y dirígete caminando a tu habitación pero no voltees, ya que Slenderman estará detrás de ti cuando hayas cantado por segunda vez la canción infantil.

A continuación, cierra la puerta de tu habitación y siéntate en el piso mirando a una de las paredes de tu habitación, pero que no sea una pared cercana a la cama donde dejaste el dibujo, sigue cantando y en un momento se abrirá sola la puerta, dirígete a la cama y mira el dibujo y veras que junto a tu dibujo estará Slenderman dibujado.

Si es así, Slenderman a decidido dejarte vivir y te da el privilegio de que tengas en tus manos un dibujo que el mismo hizo, pero si ves que en el dibujo no esta Slenderman, ya no importa si volteas o no porque él te va a matar por la insolencia de verlo invocado solo por curiosidad y por haberlo enfadado con tu mente infantil y patética ya que eso es lo que más odia Slenderman, pero si la puerta no se abrió y el dibujo sigue igual, no fuiste lo suficientemente capaz de invocarlo, no te escucho.

¿Te atreves?


jueves, 2 de enero de 2020

Jeff the Killer vs Jane the Killer

Jeff caminaba con sus sudadera por las oscuras calles de la ciudad, llevaba su típica ropa de siempre y como siempre llevaba su cuchillo en sus bolsillos escondido. Eran ya mas de las 1 de la madrugada cuando sintió que alguien lo seguía, volteo rápidamente, y no vio a nadie detrás. Siguió caminando y la sensación de seguir estando perseguido también persistía. Volteo otra vez, y otra vez nada. Por un momento pensó que podría ser un animal callejero. Acelero el paso. Su ira se estaba desencadenando. Hace solo unas horas que había cometido un asesinato, pero aun tenia ganas de mas. Convencido de que estaba siendo perseguido, Jeff se detuvo en seco y de dio la vuelta

-¡No me vengas a joder, mierda! Aparécete, si eres tan valiente -grito a la calle vacía.

Vio como nada cambiaba, hasta que una niña de mas o menos su edad, salio de entre los arbustos que estaban a un lado de la calle. Ignorándola, siguió su camino.

-¡Aparece! ¿por qué te vas? ¿eres tan cobarde que huyes, Jeff? -le grito la niña.

Se detuvo y volteo. Jeff nunca a nadie le aguantaba que lo ofendiera, ni menos que una mujer lo hiciera, saco el cuchillo de su bolsillo y se dio media vuelta para pelear con la mujer que estaba al otro lado de la calle, parada, confiada de lo que estaba haciendo.

-¿Como fue que me llamaste? -dijo amenazador amente a la mujer.

-Cobarde  -le contesto la chica- Al fin te encuentro, Jeff the Killer, me presento, me llamo Jane -le dijo burlona mente.

¿Quien se supone que era esta niña para tratarlo así? ¿Quien se creía? ¿Acaso quería morir? Jeff rió por lo bajo, era realmente estúpido que una mujer le estuviese insinuando. Aunque hubiera sido quien fuese, Jeff nunca perdonaría a nadie. Le puso su cuchillo justo a la altura de la garganta y le hablo.

-Te arrepentirás de haberme insinuado -le dijo-, si juegas con fuego, te quemas.

-No me vengas con tus habladurías baratas, llevo mucho buscándote, te haré pagar, bastardo, pagaras por todo lo que has hecho -le hablo Jane, muy confiada.

La ira de Jeff estaba ya por explotar, Jeff iba a clavare el cuchillo que tenia contra la garganta de ella , pero fue muy lento, y Jane aprovecho para sacar su cuchillo que traía escondido. Sabia que esta seria la noche en que mataría a quien tanto mal había causado. Le apunto con su cuchillo justo en la cara.

La paciencia de Jeff se había esfumado, no soportaría jamas que alguien lo amenazara, y menos ese alguien saldría vivo de haberlo hecho. Jeff la empujo violentamente, haciendo que Jane cayera violentamente contra el suelo de la dura calle. Ella no se quedo ahí, se puso de pie antes de que Jeff hiciera otro movimiento y le lanzo lo primero que vio: una piedra. A Jeff le llego en la cara, pero en vez de lamentarse por el dolor causado, este golpe le dio mas coraje para asesinar a la patética niña que estaba tratando de pelear con el. Se toco la frente, y noto que le corría sangre.

Corrió contra Jane, y le hizo un corte en un brazo. Esta, grito y empujo a Jeff para alejarlo. Jeff rió al ver su cara de dolor, lamió la sangre de su cuchillo, satisfecho de lo que estaba haciendo y volvió a atacar a Jane. Esta vez, ella fue mas rápida y le enterró su cuchillo en una pierna. Jeff grito, y luego abofeteo a la niña. No por ser mujer le tendría mas cuidado o le dejaría que hiciera lo que quisiera. El no perdonaba.

Jeff recordó la navaja que traía en su otro bolsillo, así que la tomo rápidamente y la lanzo hacia Jane. La puntería de Jeff era impresionante y logro clavársela a la altura del apéndice. Jane cayo. Jeff reía, lo que a Jane le daba mas coraje para enfrentarlo y lograr deshacerse del maldito Jeff. Se levanto, aunque su sangre le corriera, y lanzo la navaja de Jeff hacia el mismo, que se alejaba de ahi caminando. La navaja se le clavo un brazo. Jeff maldijo y se volteo. Su primer intento de matarla fallo, el segundo no lo haría.

-¿Por que huyes? -le hablo ella- ¿no puedes conmigo?

La ira de Jeff había alcanzado un nivel impresionante. Corrió hacia Jane y le pateo en el estomago haciéndola caer. Luego, sin darle oportunidad de nada, le tomo del cabello y la golpeo contra el suelo. Jane le agarro uno de los pies y se lo tiro para hacerlo caer. Jeff no soltó del cabello a Jane y con toda su fuerza, se paro y la lanzo contra el suelo. Jane se paro, aunque su cuerpo y mente estuviesen agotados.

-¿Crees que me daré por vencida? Estás muy equivocado, me desharé de ti -le grito.

Jane tosió sangre y se limpio la boca. Miro hacia donde se supone estaba Jeff y no lo vio.

-Cobarde, huiste -grito a la calle absolutamente vacía.

Se dispuso a caminar por la calle para ir a buscar a Jeff, decidida a matarlo. Caminaba con su cuchillo en la mano, cuando de su lado derecho, un cuchillo salio de la nada, y se clavo en su espalda.

Jeff salio de su escondite. El sabia que Jane iría a buscarlo, y aprovecho eso para así atacarla sin que se diera cuenta. Jane cayo al suelo y se empezaba a desangrar. Jeff se agacho a su altura, la tomo del cabello mirándola a la cara. A pesar de que Jeff también sangraba de la boca y la herida de su frente, al parecer estaba mucho mejor que ella.

-Bastardo, eres un ... -le dijo Jane.

Jeff, aprovechando que la tenia del cabello, la hizo darse un golpe contra el pavimento, tomo su otra navaja y se la clavo en la espalda igualmente. Jane grito.

-A mi, nadie me insulta. A mi, nadie me gana -le dijo.

Hizo por ultima vez que Jane se golpeara contra el pavimento y le saco los cuchillos que tenia clavados, ademas de llevarse el de ella. Le seria útil en algún momento, ademas, recordaría como fue que venció a la tal Jane.

Jeff se puso de pie, se dio la media vuelta y, antes de desaparecer de la vista de Jane, le dijo, concluyendo lo que estaba diciendo antes.

-Porque yo, soy Jeff the Killer -Y desapareció de las oscuras calles.

lunes, 30 de diciembre de 2019

Impostor Familiar

Ella preparaba la cena en la cocina, no tardaba en llegar su esposo del trabajo cuando escuchó un fuerte ruido que venía de afuera, donde están los botes de basura, como si éstos cayeran. No salió a ver qué era, tal vez tan solo era un gato de la calle buscando comida.

Un minuto después suena el timbre de la puerta, entonces ella sabe que él, su esposo, ha llegado. Abre la puerta, esperando un cálido abrazo y un cariñoso beso de su parte, pero no sucede, el entra sereno, callado y… frío.

Se sentó en una silla del comedor. Ni un comentario, ni un "¿cómo estuvo tu día?", ni una frase de amor, ni siquiera pregunta si ya estaba lista la cena. Nada salió de su boca, él tenía una cara sin expresar ninguna emoción, como de póquer.

Estaba ido, estaba ahí pero a la vez no. Se veía como si hubiera visto algo horrible. Sólo la miraba, apenas parpadeó, ella estaba asustada. Le preguntó si todo estaba bien, el sólo sonrió.

Pasaron unos minutos tranquilos pero tensos, interrumpidos por su hijo pequeño. En ése instante él se levantó de la silla, ante la insistencia de ella de que esperara un poco para la cena, y la obvia pregunta de su hijo de "¿qué le pasa a papá?" A la que ella responde que tal vez tuvo un mal día en el trabajo. Pero en el fondo sabía que él no estaba bien.

Al día siguiente ella sale a recoger el periódico, como hace todos los días, antes de que su esposo despierte. Miró muchos gatos olisqueando unas bolsas negras junto a los botes de basura, ella los espantó e, invadida por la curiosidad, tal vez no debió, abrió una de las bolsas…

"¡No puede ser!" Exclamó, llevándose las manos a la boca, presa del horror; era el cadáver descuartizado de un hombre, que resultó ser... Su esposo.

Mientras ella buscaba los por qué, los gritos de su hijo la estremecieron. Entonces ella se dio cuenta, de que no debió dejar entrar a su esposo la noche anterior.



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