miércoles, 11 de noviembre de 2020

#077 El Holder de la Divinidad

En cualquier ciudad, en cualquier país; ve a cualquier centro de salud mental o centro de acogida al que puedas llegar por tus propios medios. Cuando llegues a la recepción solicita hablar con el que se hace llamar "El Portador de la Divinidad". Debes repetir esto dos veces antes de que el trabajador te responda, se pondrá rígido, mirando hacia arriba por unos segundos antes de volverse a mirarte con unos ojos de un indescriptible color. Luego de eso debes seguir al trabajador con la vista hacia el suelo, siguiendo sus pasos con la mayor precisión que puedas ya que si no lo haces nunca más encontrarás tu camino.

Cuando el trabajador se detenga gira y mira hacia arriba desde el suelo, a partir de este momento debes resistir cualquier impulso de mirar hacia atrás. Te encontrarás frente a una puerta que tiene una espantosa daga roja clavada en el centro. Agárrala del mango y siente un dolor increíble subir por la superficie de tu brazo, luego por todo tu cuerpo hasta hundirse en lo más profundo de tu ser. Si en algún momento sueltas la daga, el dolor no desaparecerá incluso después de tu muerte. Una vez que el dolor llegue a tu corazón sentirás una repentina y demoniaca oleada de fuerza. Arranca la daga de la puerta y esta se abrirá, el dolor desaparecerá en el momento que el arma se retire de la puerta.

Debes cruzar la puerta y atravesar el largo y arqueado pasillo que conduce a una habitación circular iluminada de una manera extraña. Ve derecho al hombre que se encuentra en el centro del cuarto, el estará arrodillado, de espaldas a ti, rezando profundamente, completamente sumergido en las sombras pero rodeado por un resplandor dorado. Si el termina su oración antes de que lo alcances, tu alma eterna no valdrá un centavo.

Una vez que llegues a el, presiona la daga en su garganta mientras le preguntas: "¿Qué enseñan?". Comenzará a cantar como respuesta. No intentes comprender sus palabras, en tu estado podrían destruirte. Debes estar atento a oír la palabra "Sacrificio", en cuanto la escuches apuñala su garganta con la daga. Su sangre se filtrará sobre el arma, transformándola y la luz llenará la habitación. Te encontrarás de pie en el techo de la institución donde comenzaste, sosteniendo una pluma de color blanco puro en tu mano. 


Esta Pluma es el Objeto N°077 de 538. Protégela a toda costa porque tu destino ahora es suyo.


Demonios del Sur

Estoy completamente atemorizado por las cosas que vi y espero que ustedes, los lectores, crean en la veracidad de mi relato. Ocultaré dónde ocurrió, solo diré que fue en una isla al fin del mundo, una isla con mitos y leyendas de brujas y duendes tan reales, como lo que voy a relatar.

Habíamos ido a una fiesta con mi amigo Reiner a la cabaña de su tío, era una fiesta donde iríamos diferentes familias con una gran relación, casi como si fuéramos hermanos, y nos quedamos a dormir ahí. 

La cabaña había sido construida por el tío de mi amigo y se encontraba en un gran terreno en una montaña. Cerca de ahí había un bosque, del cual se podían escuchar el croar de ranas y los graznidos de horribles aves carroñeras, así como el misterioso balido de ovejas, un balido que expresaba el miedo de estas hacia algo desconocido, de dudosa procedencia.

Al comienzo nos divertimos mucho, bebimos mucho alcohol, cantamos canciones, reímos a carcajadas y Reiner nos deleitó tocando el saxofón.

Hubo un momento a eso de las tres de la mañana en el que Reiner y yo salimos afuera a fumar, cuando logramos divisar extraños movimientos en la hierba, no sé por qué le dimos tanta importancia, pero nos intrigó mucho, como si fuéramos dominados por alguna especie de energía cósmica. 

Al volver a la cabaña nos dirigimos hacía la cocina, lejos de la sala donde estaban los demás, y comenzamos a hablar de lo ocurrido, como si fuera la cosa más extraña del mundo. Fue entonces, en medio de la conversación, cuando sentimos un golpe en la ventana, pero al mirar no había nada. Nos quedamos mirando fijamente la ventana y, de pronto, una pequeña mano, pálida y horrible, de largas uñas negras, golpeó dos veces la ventana. Reiner lucía igual de asustado que yo, la única variable es que él sentía mucha curiosidad, mientras que yo estaba terriblemente perturbado y con dificultades para asimilar lo sucedido.

Fue a eso de las tres y media de la mañana cuando, con linterna y un garrote en mano, decidimos salir a investigar. Estaba lleno de ansiedad; sin embargo, había algo que me incitaba a salir a investigar. Comenzamos dirigiéndonos hacia unas hierbas de gran altura, cerca del lecho del río. Solo estar cerca del horrible croar de aquellas ranas nos causaba más temor, pero a la vez nos atraía mucho más, como cuando los tambores alimentan la valentía de un soldado. 

Entre las hierbas no encontramos nada; sin embargo, al tomar el camino de vuelta, una mano salió de entre las hierbas y nos saludó en gesto de burla. Quedamos paralizados, y logramos escuchar unas extrañas risitas roncas y como lentamente esta se alejaba. Corrimos hasta llegar a la cabaña, traté de prender un cigarro, pero mis manos temblaban, así que Reiner lo encendió por mí.

Reiner lucía diferente, como si algo lo hubiese poseído, sus ojos estaban dilatados y lo único que hacía era esperar a que terminase de fumar para poder ir tras ese ser. 

Cuando ya me quedaba tan solo medio cigarrillo, Reiner lo lanzó al piso y me tiró de la chaqueta. Obviamente entendí la orden, solo que esta vez me dijo que cruzaremos el lecho del río.

No saben el horror que me provocaba tener que cruzarlo: mis manos sudaban y mi corazón latía horriblemente, pero era impulsado por el misterioso croar de esas ranas y por Reiner, quien me daba más miedo que toda la situación misma. 

Cruzamos a saltos el lecho, de roca en roca, y cada vez el croar de las ranas se hacía más fuerte. Al adentrarnos en aquel bosque de gigantescos árboles y negros arbustos, me di cuenta que se nos haría difícil encontrar a aquel ser, al igual que muchos que hoy en día se esconden en aquellos bosques y selvas eternas, que cada día son profanados por el hombre. Es ahí, en el bosque donde estos se camuflan entre las ramas y las hojas, y donde aquellos hombres que se atreven a profanar su tierra sagrada y sus antiguos e ignotos rituales son condenados a la locura misma, como lo hicieron conmigo.

Fue ahí en la profundidad de ese bosque, cuando me di cuenta que volver sería ya una tarea difícil, y dudaba si iba a salir vivo o cuerdo. Me sentía como vigilado, y a medida que nos adentramos más en el bosque comenzamos a oír el sonido de flautas infernales.

Eran unas flautas que emitían un sonido perfecto, pero a la vez enfermante, y se hacían cada vez más fuertes. Fue de pronto cuando llegamos a una parte donde el camino se detenía, que divisamos algo bajo nosotros, en un terreno inferior.

Vimos a unos horribles sátiros de ojos negros, lívidos y altos, que danzaban en círculos mientras tocaban aquellas flautas de la locura. En el centro había una gran estatua hecha de madera, que representaba la figura de un horrible sátiro mucho más grande, con la mandíbula abierta desproporcionadamente, y con unos rubíes como ojos. Frente a ella había un anciano, un humano, que entonaba en voz baja un extraño canto, y sostenía con su mano izquierda una hoz. 

Fue ahí cuando unos sátiros trajeron consigo a una jovencita desnuda. Se encontraba llorando, con su cuerpo lleno de rasguños y heridas letales, el anciano lamió y mordió los pechos de la jovencita y procedió a lanzarla con mucha violencia sobre una piedra frente la estatua, para luego clavar la hoz en la mandíbula de la chica. 

El anciano comentó a cantar, y mientras los sátiros danzan y tocaban las flautas, otros emergieron de las sombras y siguieron el canto del viejo, un infernal canto en un extraño idioma que de ahora en adelante solo escucharé en mis pesadillas futuras, junto con el sonido de aquellas flautas de la locura.

Fue de pronto cuando alguien extraño nos empujó a Reiner y a mí, y caímos hacia abajo, vimos que quien nos empujó era un asqueroso ser deforme, con su cabeza doblada hacia atrás; además, tenía torcidos los brazos, dedos, nariz, boca y orejas. 

Se movía en una sola pierna, y ayudándose de las manos, pues la otra pierna estaba pegada por detrás al cuello o a la nuca. Este ser se abalanzó sobre Reiner y comenzó a babear sobre él, así como a arañarlo violentamente, mientras balbuceaba el canto del anciano y de los sátiros.

Nunca olvidaré los gritos de dolor y de excitación de Reiner, la horrible forma en la que lloraba y gritaba de dolor mientras al mismo tiempo decía: "Sí, sí, sigue, sigue, dame más". 

Los sátiros lentamente comenzaron a acercarse hacia nosotros, al igual que el horrible anciano de horribles ojos amarillos. Impulsado por el miedo, procedí a hacer un acto que me hace sentir culpable todos los días de mi vida: abandoné a Reiner.

Comencé a correr y trataba de no mirar hacia atrás, pero aún así lo hacía, y veía cómo esos horribles seres se acercaban lentamente a Reiner, sin dejar de entonar aquel horrible canto.

Cuando comencé a escuchar el croar de las ranas comprendí que ya estaba saliendo, pero cuando ya estaba a punto de cruzar el lecho del río, escuché un grito agudo y lleno de dolor, el grito de Reiner. 

Entré a la cabaña con mucha precaución y me encerré en la habitación, sin que me viera, mientras ellos seguían bebiendo, cantando y siendo felices.

Me atemoriza el hecho de que los hombres vagan por la tierra sin idea de las criaturas que conviven con ellos, sin idea de los secretos que los bosques albergan, aquellos bosques que cada día más destruyen y profanan, y lo único que lograrán será que aquellos seres emerjan de las sombras y se alcen sobre nosotros. 

Sigo esperando que descubran la muerte de Reiner, y estoy seguro que será a mí a quien juzgarán, pues todos estos sucesos ocurrieron solo hace media hora, y estoy escribiendo este relato para que aquellos interesados sepan lo que de verdad ocurrió, y no que lo probablemente oirán, que asesine a Reiner.

No puedo dejar de pensar en aquel deforme ser, el mismo que golpeó la ventana, el mismo que nos saludó, el mismo que nos empujó. No sé si pueda continuar una vida normal, solo sé que escucho pisadas afuera... ¡No puede ser! ¡La ventana! ¡La ventana!


Calificación: 

martes, 10 de noviembre de 2020

#092 El Holder de Salmacis

En cualquier ciudad, en cualquier país, puedes ir a cualquier institución mental o centro de rehabilitación donde puedas llegar por ti mismo. Dirígete a la recepción y pide visitar a aquel que se hace llamar "el portador de Salmacis". Si te miran de arriba hacia abajo, como si te juzgarán, has venido al lugar correcto. Pulsarán un botón oculto. Quédate quieto. El encargado vendrá y te acompañará a un pasillo adyacente. Atravesarán una puerta abierta y te tomará por los hombros, te preguntará si te has encontrado con el Portador de la Pasión. Contesta honestamente, si tu respuesta es no, te empujará devuelta al pasillo. Corre rápido y lejos. No te detengas hasta que el sol se ponga dos veces, porque todas las plantas de la ciudad querrán aplastar tu cuerpo hasta convertirlo en polvo sangriento.

Si tu respuesta fue afirmativa, te llevará más profundo en el complejo. Escucharás una variedad de gritos, tanto masculinos como femeninos. Si miras por las rendijas de las puertas del vestíbulo, verás que en cada habitación habrá un hombre y una mujer, cosidos juntos de forma grotesca. Te estoy ahorrando la sorpresa, no mires por esas puertas. Si lo haces, te arrastrarán al mismo destino y te coserán a otra persona sin anestesia. La otra persona luchará por siempre para alejarse de ti, tirando de las suturas hasta que tu piel amenace con rasgarse.

Como no mires dentro, el encargado te llevará al final del pasillo. Te acompañará a través de otra puerta y te tomará de la mano. Le preguntará si te has reunido con el Portador de la Inocencia. Nuevamente debes contestar con honestidad. Si tu respuesta es no, te mirará enojado y estrellará tu cabeza contra la puerta, cubriéndola con tus sesos. Este salón no te permitirá morir, en cambio, permanecerás allí por toda la eternidad sin la capacidad de moverte o meditar en nada más que tu propio dolor.

Si tu respuesta fue sí, te llevará con más rapidez por el nuevo pasillo. Parecerá que el corredor se dobla y tuerce, como el cuerpo de una serpiente enroscada alrededor de un cilindro. Que no te engañe. Este pasillo es igual de recto que el anterior. No pierdas la concentración o caerás por toda la eternidad. Cuando llegues al final, el encargado te hará una última pregunta.

¿Te has reunido con el Portador del Trisquel?

¡No respondas! Este es un truco que te costará la vida, a menos que descubras su secreto. No hay ningún Portador del Trisquel. En su lugar, debes sostener el Objeto 5 o 13: el Ojo de la Luz o el Reloj de Arena Roto de la Oscuridad. Si dices algo o sostienes cualquier otro Objeto, incluso los que se encuentran en las profundidades del infierno sentirían pena por ti.

Él te llevará a una última puerta y te encerrará dentro. Esta habitación estará oscura y vacía, salvo por la puerta, una silla y un reloj analógico. Siéntate en la silla y date tres palmadas en la parte interna de los muslos. Gira la silla hacia el reloj, luego párate y mueve las manecillas del reloj hacia atrás, 4 minutos y 13 segundos. La puerta se deslizará y revelará un pasillo diferente del que llegaste. Este corredor olvidado parecerá deteriorado, salvo por las estatuillas de marfil de hombres y mujeres que lo flanquearán a lo largo de las paredes. Aunque bellamente talladas, estas estatuillas tendrán el rostro destrozado por el dolor del parto. Sí, incluso las estatuas masculinas tendrán el vientre dilatado por un feto que sus cuerpos jamás podrán dar a luz del todo. No toques las estatuas.

Debes correr hasta el final del pasillo. Hazlo rápido, pues el tiempo que tienes para hacerlo es poco. Al final, encontrarás una motosierra a diésel. Tómala y ponla en marcha. Debes cortar todas las estatuillas sin dejar que ni un solo fragmento toque tu piel. Si fallas en esto, los peñascos de marfil crecerán hasta alcanzar la altura humana, se abalanzarán sobre ti y te harán toda clase de actos inmundos, hasta convertirte en una estatuilla como ellos. Siempre gestando, siempre contaminado, nunca serás libre. Reza para que este no sea tu destino. Una vez que termines, regresa a la habitación donde estaba el reloj.

Siéntate en la silla y mira hacia el reloj, no dejes que la motosierra se apague. Los engranajes del reloj caerán, formando una boca llena de dientes de metal dorado. Esta boca se fruncirá hacia ti. Inclínate y bésala. Asegúrate de que tus ojos estén cerrados y que tu beso sea apasionado. Acepta su lengua de porcelana en tu boca como lo harías con un amante. Si no lo haces, esos mismos engranajes te pulverizarán lentamente. No dejes de besar aun si unos brazos te toman de los hombros o si sientes unas piernas de porcelana alrededor de tu cintura. Este es el Portador de Salmacis.

Aparecerá como una muñeca perfecta, un maniquí de correcta anatomía hasta el último centímetro. Todo excepto por un soporte en la parte de abajo. No mires el soporte. Solo préstale atención a sus ojos. 

Sólo el Buscador de Portadores debería haber llegado tan lejos ¿Eres el Buscador?

Dile la verdad, ya que tu castigo será mucho peor si le mientes. Si eres el Buscador, ella empezará a hablar, te contará de su hermana gemela, la Novia y Portador del Buscador. Te contará de sus muchas cirugías, con vívidos detalles de su lenta transformación a una muñeca viviente. De como se le realizó sin anestesia cada corte, cada costura. No la escuches o tu cuerpo será sometido a las mismas cirugías mientras ella las va narrando. En su lugar, debes agacharte y darte golpecitos en la parte interna de los muslos, una vez por segundo, 253 veces. Cuando termines de hacerlo, ella estará en silencio otra vez. Pregúntale entonces: 

¿Cómo puedo llevar nuestra última esperanza?

Ella te sonreirá y estirará, agarrando unas manijas invisibles en el techo. Ella se levantará en el aire, pero sus piernas y cintura no la acompañarán. Ahora debes completar el cuerpo. Coloca en su pelvis el Objeto 18, el Útero de las Pasiones. Coloca sobre el soporte el Objeto 19, el Falo de la Inocencia. Luego descenderá y se volverá a unir. Rápidamente, abrázala y llévala hacia ti, ya que un círculo de hojas afiladas comenzarán a ser disparadas desde el suelo, llevando consigo hilos rojos de tu propia sangre sino consigues hacerlo a tiempo.

No la sueltes. Ignora el dolor punzante en las piernas y el abdomen. Apriétala fuerte. Ignora el chorro de sangre de tu pecho. Si la dejaras ir ahora, este dolor sería tuyo eternamente. Luego deberás dar un paso atrás y dejarla caer al suelo. Le faltarán la pelvis y sus senos, yacerá muerta. El dolor punzante en la zona lumbar y el pecho desaparecerán ¡pero no mires hacia abajo! Si lo hace ahora, una locura más allá del entendimiento te llevarán. Un anillo de seda roja girará alrededor tuyo, apretándote como una cuerda. No entres en pánico. No luches. Cuando parezca que te rebanará, la seda se deslizará a tu alrededor. Te encontrarás de pie ante tres puertas. Dos serán puertas de baños. Uno tendrá una marca extraña.

Entra en la puerta central con la marca. Te encontrarás en un baño, similar a uno de hombres, pero de olor agradable, y con un dispensador de productos de higiene femenina. Entra en uno de los puestos y mira hacia abajo. La pelvis que construiste en el Portador de Salmacis, así como sus pechos, ahora serán tuyos. Familiarízate con su nuevo cuerpo. Cuando hayas terminado, sal del baño y se encontrarás en la recepción de la institución mental.

Su pelvis es el objeto 92 de 538. Con ella, podrás dar a luz al niño de las Pasiones e Inocencia. Si se corrompe con luz u obscuridad depende de ti.



La Red de Charlotte

Si quieres probar este ritual, debes tener un amigo que sea igual de valiente o tonto, ya que no se puede realizar con más o menos de dos personas.

La idea de este ritual es invocar al espíritu de una niña llamada Charlotte, quién vivió en una época cercana al año 1400 y cuya madre fue quemada en la hoguera, acusada de brujería por mucha gente del pueblo.


Materiales:

  • Habitación completamente cerrada
  • 2 Sillas
  • 1 Linterna
  • 1 Espejo
  • 1 Mesa
  • 1 Muñeca
El juego debe realizarse por dos personas quiénes deben encerrarse en el cuarto y asegurarse de sellar perfectamente cualquier lugar por donde la luz podría entrar, ten en cuenta que ambos deben estar en la oscuridad absoluta antes de comenzar el juego "La red de Charlotte". También les recomiendo que se quiten los anteojos antes de comenzar y los dejen en otra habitación, solo por precaución.

Luego de eso deben preparar los siguientes elementos: cuelguen el espejo en una de las paredes, deben ubicar las sillas delante del espejo y tras éstas deben ubicar la mesa, con el juguete encima como cebo. Deben ser capaces de ver la muñeca a través del espejo mientras están sentados en las sillas. Pon la linterna de modo que ilumine la habitación sin reflejarse directamente en el espejo.

Si siguieron bien las indicaciones pueden comenzar ubicándose sentados en las sillas y decir al mismo tiempo: "Queremos jugar a La Red de Charlotte" si han sido escuchados comenzarán a ver que la pequeña niña comienza a materializarse a través del espejo y la verán tomar el juguete ofrecido, es aquí cuando comienza el juego.

Solo serán capaces de interactuar con Charlotte a través del espejo, jamás quites la mirada del reflejo y no pierdas contacto visual con el espectro, ella podría esconderse en cualquier otra superficie reflectante que esté en la habitación por error.

Charlotte se quedará a jugar con lo que le llevaste, espero que hayas elegido un buen juguete o ella se molestará mucho, convirtiéndose en un demonio muy hostil. Pero si a ella le agrada tu ofrenda se mostrará muy contenta de contestar tus preguntas.

Mientras juega, puedes hacerle preguntas sobre tu pasado y tu futuro, cosas que solo los muertos saben y tal vez cosas sobre tu destino; procura terminar antes de que ella se aburra de jugar. Cuando estés satisfecho solo dile "Adiós Charlotte" amablemente y la niña se despedirá para luego desaparecer.


Muchas personas advierten que invocar a este espíritu puede ser la peor cosa que hagas en tu vida, ella no tiene un buen carácter y se aburre muy rápido de cualquier cosa que le ofrescas. Le divierte mucho más perseguir a quienes la molestan y asecharlos para siempre cada vez que se reflejan en alguna superficie.

Eres libre de decidir si jugar o no, pero recuerda, hay espejos en todas partes.

martes, 3 de noviembre de 2020

"¿Crees que los perros no sonríen?

Fragmento sacado una crónica del diario local:

"En el pequeño pueblo de San Ángel, era habitual que ocurrieran extraños sucesos que rompían la normalidad: Los perros ladraban sin cesar, incluso a veces amanecían muertos; Las personas de los alrededores desaparecían y después de 7 días eran encontradas con marcas de rasguños y mordidas de animales, o simplemente nunca se volvía a saber de ellos".

Experiencia de una joven residente:

Buenos días, mi nombre es Sally y tengo 16 años de edad. Siempre me la pasaba sola en casa ya que mis padres trabajaban hasta muy entrada la tarde y pocas veces tenían tiempo para mí; me fue muy difícil hacer amigos y para pasar el tiempo me sumergía en el mundo de las historias de terror y sucesos paranormales, siempre fuí fanática de los creepypastas, eran como un vicio o una droga de la cual quería más. Recuerdo que hay un creepypasta en especial que me gustaba muchísimo, su nombre era "Smile.dog" y llegué a leerlo gracias a un usuario anónimo que me contactó por facebook.

El User aceptó decirme el nombre del Creepy, con la simple condición de que no viera el video a partir de las 3:00 de la mañana, pero la curiosidad me mataba y decidí quedarme despierta hasta la madrugada, eran las 3:00 AM, extraje un archivo "Ram" el cual contenía un documento y un vídeo, abrí el documento, el cual contenía una nota que decía: "Crees que los perros no sonríen", cerré el documento y abrí el vídeo.
En ese momento las luces comenzaron a fallar, estaba aterrada pero el miedo no me impidió continuar. El video comenzó a reproducirse: Al principio podía verse la terrorífica imagen de un gran perro sonriente, con el hocico lleno de sangre y sus ojos infernales mirándote directamente. De repente, en ese momento comencé a escuchar a un perro ladrar en la puerta principal, bajé rápidamente las escaleras hasta allí, pero cuando abrí la puerta no había nada.

Al subir las escaleras de regreso a mi habitación, noté que la luz del baño estaba encendida y entonces recordé que no había nadie a parte de mí en casa. En ese momento mi respiración comenzó a acelerarse cada vez más cuando daba un paso, acercándome a la puerta del baño. Giré la perilla del lentamente mientras la puerta se abría despacio; llegué a ver algo escrito en el espejo, así que entré algo asustada y pude leer con claridad una frase escrita con sangre en el espejo: "Crees que los perros no sonríen".

De repente algo me derribó al suelo y me sacó a arrastras fuera de el baño...


Fragmento sacado del periódico local:

El día de hoy, la brigada de homicidios de la pequeña localidad de San Angel ha encontrado un macabro hallazgo que consiste en el cuerpo sin vida de una chica de aproximadamente 16 años de edad, que aún no ha sido identificada. Los detalles de peritaje indican que fue encontrada en su cama con la garganta rasgada por algún elemento cortante, y en sus manos sujetaba una nota que decía: "¿Crees que los perros no sonríen?"...

Calificación: